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Jueves, 21 de noviembre de 2024

Guardia Suiza

De Enciclopedia Católica

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La modernidad y la Iglesia

El inicio de la modernidad, marcado por el resurgimiento de la cultura clásica greco-latina, la ruptura de la moral con el derecho y la política que desencadenó el proceso de reforma religiosa y el surgimiento del estado-nación, marcó el rol temporal del pontificado. La convulsión europea caló muy hondo en la Ciudad Eterna, que terminó por amoldarse al fenómeno cultural del renacimiento –que, con su paganismo, atacaba al orden creado por la misma Iglesia durante la Edad Media- y la generación, definida, del absolutismo monárquico en cabeza del Papado, y por lo tanto la consolidación del Estado-Nación de la Iglesia. Esta circunstancia llevó a que la Iglesia de Roma se transformara en uno de los actores políticos con mayor poder durante finales el siglo XV y comienzos del XVI y, por lo tanto generara recelo entre el resto de los monarcas europeos. Los papas, rivalizaban, así, con Francia, España, Inglaterra, Venecia, etc y para mantener su preponderancia tuvieron que valerse de disciplinados ejércitos formados, principalmente, por mercenarios. Justamente, en este marco fue el Papa Julio II, llamado de nacimiento Juliano della Rovere, el pontífice más renacentista y absolutista de todos. Hecho de la Sede del Apóstol a la muerte de Pío III (1503), marco como objetivo de su pontificado devolver la independencia al papado. Supo consolidar de manera bastante definitiva el poder temporal de la Santa Sede al controlar a los señores feudales que de continuo desobedecían la autoridad soberana del Pontífice y expulsó de su ámbito de poder a César Borgia. Julio II sometió a la ciudad de Bolonia. La resistencia de Venecia a entregar las ciudades pontificias anteriormente tomadas motivó la formación de la Liga de Cambrai -en la que participaban los franceses-. Los aliados derrotaron a los venecianos en Agnadello. Las ciudades de Perusa y Ravena pasaban a la órbita pontificia al tiempo que las posesiones milanesas de Parma y Piacenza eran anexionadas. Temeroso del creciente poderío francés, el pontífice concertó de manera separada una paz con Venecia y decidió atacar a sus antiguos aliados, los franceses, provocando la reacción de éstos, que tomaron Bolonia. En el último año de su existencia, Julio II gozó de un amplio reconocimiento en Italia al aparecer como abanderado de la lucha contra los extranjeros, ya que tras las primeras victorias, los franceses tuvieron que retirarse de la península y el Papado recuperó sus antiguos territorios. La independencia pontificia estaba asegurada. La labor de mecenazgo de Julio II no se limita a Miguel Angel ya que ayudó a otros artistas como Bramante o Rafael, siendo el impulsor de la construcción de la Basílica de San Pedro que hoy podemos admirar y el promotor de la creación del Museo Vaticano. Como jefe espiritual Julio II resultó un total fracaso mientras que como soberano temporal y protector de las artes se muestra como un gran triunfador. Lo sucedió en el Pontificado Clemente VII, que continuó con la política de su antecesor hasta que el Emperador Carlos V de Alemania (I de España) impuso su modo de ver respecto del rol de la Iglesia y comenzó a decrecer el poder temporal del Papado.

La Guardia Suiza Pontificia: su creación

Algunos autores han interpretado que el origen de la célebre Guardia Suiza se produjo cuando el Papa Sixto IV (1471-1484) con ocasión de un tratado de alianza que había celebrado con algunos cantones suizos en 1478, dato que no ha sido comprobado. Pero sin lugar a dudas fue Julio II, el que, para cumplir su programa de gobierno, encomendó al cardenal Mateo Schinner que solicitara a los cantones suizos de Lucerna y Zurich, el envió de soldados helvéticos que por aquella época gozaban de la fama de valerosos y experimentados guerreros. Durante los días 24 y 25 de septiembre de 1505 los señores nobles pusieron a disposición de Julio II (1503-1523) y del Pontificado los soldados cristianos más destacados de sus ejércitos con el objeto de defender y proteger a los Vicarios de Cristo. El contingente llegó a Roma el día 21 de enero de 1506 y el día 22 se creaba el cuerpo de la Guardia Pontificia compuesto por ciento cincuenta valerosos suizos al mando del capitán Gaspar von Silenen. Instalados en Roma, la tradición indica que el Papa solicitó a Miguel Angel el diseño del vistoso uniforme que –con algunas modificaciones- utilizan hasta el día de hoy.

Durante el conflicto político entre Carlos V de Alemania y Francisco I de Francia por quién el Papa Clemente VII (1523-1534) tenía preferencias, se produjo un gran enfrentamiento bélico que concluyó con el “Saqueo de Roma”. El día 6 de mayo de 1527, el ejército Imperial de Carlos V, del que formaban parte unos dieciocho mil lansquenetes, muchos de ellos luteranos, toman al asalto Roma y durante semanas sometieron a saqueo la Ciudad Eterna. El terrible episodio, que se inscribe en la segunda guerra entre el emperador Carlos V y el rey francés Francisco I, marcó el fin del papado renacentista en Italia. El Pontífice Clemente VII salvó su vida al refugiarse en el castillo Sant´Angelo, pero 147 de sus guardias suizos perecieron en su defensa, mostrando al mundo el valor y la fidelidad de los suizos para con el Papa. Pablo III (1536-1549) volvió a formarla en 1548 con 225 hombres, uno de cuyos destacamentos fue enviado por San Pío V (1566-1572) a combatir contra los turcos en Lepanto, donde consiguieron arrebatar dos banderas enemigas. Disuelta por Pío VI (1775-1799) antes de partir al exilio en 1798 y forzado a ello por Napoleón Bonaparte, Pio VII volvió a formarla en 1801 pero con un total de sólo 64 soldados. León XII (1823-1829) lo aumentó a 200 en 1824 y siguió cumpliendo la misión originaria de la defensa del Papa. El año de 1848 fue un hito en la historia del cuerpo pontificio, ya que en aquella fecha se produjo una revolución que prendía tomar el Quirinal, actuando decididamente el ejército con el objeto de defender aquél Palacio. El 20 de septiembre de 1870, cuando las tropas italianas invadían la Ciudad Eterna, la Guardia Suiza se reconcentró en el Vaticano dispuesta a su defensa. La última reorganización de la Guardia Suiza la hizo S.S. Juan Pablo II el 5 de abril de 1979.

El fundamento de la existencia de los cuerpos militares Papales. Los dominios temporales de la Iglesia de Roma

Luego de la autorización conferida por Constantino permitiendo el cristianismo en el Imperio la Iglesia de Roma, y su Obispo, el Papa, recibieron de paganos convertidos a la religión de Cristo y de devotísimos cristianos un sin número de donaciones inmobiliarias en las cercanía de la Urbe. Ello dio lugar al nacimiento de lo que se denomina los “Estados Pontificios” o “Estados de la Iglesia”. Esta unidad política estuvo formada por un conglomerado de territorios centroitalianos que se mantuvieron como un Estado independiente entre los años 750 a 1870 bajo la directa autoridad civil de los Papas y cuya capital fue la Ciudad Eterna de Roma. Por ello, el Pontífice además de ser la máxima autoridad religiosa de la Iglesia, desempeñó, simultáneamente la máxima magistratura temporal con el fin de proveer al buen gobierno de su feudo. Esta realidad implicaba la existencia de instituciones políticas que convivían armónicamente debido a las dos potestades que ejercían los pontífices, aunque no pocas veces la función espiritual fue descuidada en beneficio de la política. Esto fue, justamente, lo que llevó a Julio II a mejorar las fuerzas armadas pontificias y a contratar a la Guardia Suiza como cuerpo de elite dedicado a su custodia personal. La realidad política de la Iglesia, accidental según pero necesaria para la independencia espiritual del papado, permitió y justificó la toma de tal medida. En efecto, todo principado temporal formó su ejército y lo alistó para la defensa –o el ataque-, y la Iglesia no era ajena a los intereses políticos internacionales, por lo menos hasta el 20 de septiembre de 1870, fecha en que, como ya lo dijimos anteriormente, Víctor Manuel de Savoia tomó Roma y concluyó, luego de años de luchar militarmente con el Papado con la existencia del “Stato de la Chiesa” como Estado soberano internacional. Esta situación desencadenó en una aguda crisis internacional (llamada Cuestión Romana) que sólo pudo solucionarse en 1929, cuando se firmó el Tratado-Concordato de Letrán entre la Santa Sede Apostólica y el Reino de Italia momento en el cual se creó el Estado de la Ciudad del Vaticano como unidad política soberana de la Iglesia. Desde aquél momento el Pontificado recobró su potestad política y su plena soberanía temporal (que no la perdió totalmente durante el período 1870-1929). La Iglesia nuevamente tenía una realidad instrumental (el Estado del Vaticano) que le aseguraba la plena independencia de toda ingerencia política internacional –especialmente de Italia y luego, durante la II Guerra Mundial de Alemania, y de la ocupación americana de Italia-. Es, por lo tanto, la realidad de la existencia de un Estado, y la figura de un soberano (El Papa) la que justifican la creación y el mantenimiento de un cuerpo militar destinado a defensa del Pontífice y su Estado.


Bandera de la Guardia Suiza

La bandera que identifica a la Guardia Suiza consta de cuatro campos divididos por una cruz latina en color blanco en cuyo centro se estampa el escudo de armas del capitán de la Guardia. El cuadrante superior izquierdo cuyo fondo es rojo tiene las armas del Pontífice reinante, el cuadrado superior derecho consta de cinco bandas color roja, amarilla, azul, amarilla y roja, que se repiten en el cuadrante inferior izquierdo, y en el cuadrante inferior derecho, también sobre un fondo rojo las armas del Papa Julio II. La bandera tiene una dimensión de 2,2 x 2,2 metros

El uniforme de la Guardia Suiza

El actual uniforme ha sido diseñado por el Comandante de la Guardia Jules Répond (1910-1921) a partir del modelo que se atribuye a Miguel Ángel en 1905, por lo que es considerada una de las vestimentas militares más antiguas del mundo, es mucho más vistoso, más alegre y más brillante que el del siglo XIX: el yelmo, ornado con una pluma roja; los guantes blancos y la coraza, que aún tiene una reminiscencia medieval.

Los guardas suizos no usan propiamente botas, aunque sí medias adherentes a las piernas, sujetas a la altura de la rodilla por una liga dorada. Todo esto recuerda el esplendor de las antiguas cortes, la alegría y la dulzura del vivir que eran inherentes al Antiguo Régimen. ¿Cuál es la alegría que expresa este uniforme?; es la alegría de ser soldado, de combatir y de estar al servicio del Papa. Aunque también el color rojo simboliza la sangre derramada en defensa del Papado.

Servicios que presta la Guardia Suiza

El cuerpo castrense de la Guardia Suiza cumple, principalmente, un servicio de vigilancia y seguridad del Palacio Apostólico, velando por el orden y la seguridad del Pontífice y de su residencia. Además de ello, la guardia realiza una importante misión protocolar al oficiar paradas de honor cuando soberanos y embajadores visitan oficialmente al Pontífice y el Vaticano.

Organización de la Guardia Suiza

Está compuesta por ciento diez soldados: cuatro de ellos son oficiales, 23 mandos intermedios, 70 alabarderos, 2 tamborileros una banda de música y un capellán. Se les entrena en procedimientos y manejo de armas modernas (como el fusil suizo SIG 550), aunque también se enseña a manejar la espada y la alabarda. Los reclutas deben ser varones suizos de entre 19 y 30 años de edad y de fe católica. Deben superar los 174 cms de estatura, ser solteros y haber cumplido una instrucción básica en el Ejército Suizo. La Guardia Suiza tiene sus cuarteles frente al Palacio Apostólico Pontificio y todos han prestado el juramento de fidelidad al Pontífice un 6 de mayo, aniversario de la muerte de 147 guardias suizos durante el saqueo de Roma de 1527.

Ideales de la Guardia Suiza

Recientemente, el 6 de mayo de 2005, cuando el Papa Benedicto XVI tomó el juramento a los nuevos guardias, resaltó ante los reclutas los ideales que inspiran a ese cuerpo militar, que son, según dijo, solidez en la fe católica, un convencido y convincente estilo de vida cristiana, fidelidad inquebrantable y profundo amor por la Iglesia y por el Vicario de Cristo. También, Benedicto XVI añadió la perseverancia en las grandes y pequeñas cosas diarias, coraje, humildad, sentido del prójimo y humanidad

Un hombre de color ingresa en la Guardia Suiza

Por primera vez en los casi 500 años de historia de la Guardia Suiza, ingresó el año 2003 en el cuerpo encargado de la protección del Vaticano un hombre de tez oscura. Dhani Bachmann (foto de tapa), un joven indio adoptado por una familia suiza, fue uno de los 32 nuevos miembros del ejército más pequeño del mundo -120 soldados que fueron recibidos por el Papa Juan Pablo II, ante quien pronunciaron su juramento de fidelidad al jefe de la Iglesia católica

El tiempo libre de la Guardia Suiza

La misión que cumple la Guardia Pontifica no deja, casi, tiempo libre a los oficiales y soldados. No obstante ello desde 1975 se las han igeniado para crear el Futbol Club Guardia, que juega partidos amistosos con la escuadra de futbol suiza y otros equipos –sobretodo militares- de italia y Europa.

Las otras guardias pontificias

Además de la Guardia Suiza, el Vaticano también contó hasta 1970 con tres cuerpos militares más: la Gendarmería Pontificia, la Guardia Palatina de Honor y la Guardia Noble del Cuerpo de Su Santidad. Ese año, teniendo en cuenta que los tiempos habían cambiado y muchos de esos cuerpos militares ya no tenían significado, Pablo VI ordenó la disolución de todos menos la Guardia Suiza. La Gendarmería Pontificia estaba formada por jóvenes italianos que ya habían cumplido con sus deberes militares y que se destacaran pos sus virtudes cristianas. La Guardia Palatina de Honor tenía a su cargo las funciones protocolares del interior del Vaticano y estaban dirigidos por un mayordomo y un maestro de cámara. La Guardia Noble, quizás el cuerpo militar más importante de la Iglesia de Roma de aquella época, estaba formado por jóvenes de la nobleza romana dirigidos por un Príncipe que era elegido por el propio Papa, sus funciones consistían en ser la escolta del Pontífice en todo acto oficial público.

Los festejos por el V Centenario de la Guardia Suiza

El Ejército del Papa, la Guardia Suiza, cumplirá en el 2005 medio siglo y las celebraciones de este aniversario comenzaron el 24 de septiembre. Según el programa oficial, en distintas ciudades suizas y en la propia Roma habrá exposiciones, publicación de libros conmemorativos, encuentros e incluso una marcha que reproducirá el recorrido de los primeros guardias con destino a la sede papal.

Los actos conmemorativos comenzaron en la ciudad de Lucerna los días 24 y 25 de septiembre con una misa conmemorativa en la iglesia de los jesuitas. El día exacto del aniversario, el 22 de enero del 2006, cuando se cumplen 500 años de la llegada del cuerpo suizo a Roma, tendrá lugar una celebración en Lausana (Suiza), presidida por el cardenal Georges Cottier, consejero del Papa. En la histórica marcha entre Bellinzona (Suiza) y Roma participarán antiguos guardias suizos y jóvenes invitados a recorrer la distancia dividida en 26 etapas cada una atendida por un cantón suizo distinto. Entre las distintas exposiciones destaca una muestra sobre la guardia y su historia que se inaugurará en Ginebra para después trasladarse a otras ciudades helvéticas y a Roma, además de una selección de fotografías en Friburgo. Se publicará un nuevo libro sobre la guardia, del historiador Robert Walpen y Correos de Suiza y el Vaticano editarán conjuntamente un sello conmemorativo, al que se añade una moneda de 20 francos prevista por el gobierno de Berna. Fuente: www. Aciprensa.com

Enlaces externos

http://www.vatican.va/roman_curia/swiss_guard/ (sitio oficial del Vaticano dedicado a la Guardia Suiza) http://www.schweizergarde.org/ (link oficial de la Guardia Pontificia) http://www.schweizergarde.info/ (bibliografía antigua sobre la Guardia Suiza) http://www.gsp06.ch/ (Portal dedicado a los 500 años de la Guardia Suiza) http://www.schweizergarde.ch/ (Asociación de Ex Guardias Pontificios) Lista de comandantes de la guardia suiza y el cantón de orígen LU (Lucerna) ZH (Zurich) 1.von Silenen, Kaspar LU (1506-1517) 2. Röist, Markus ZH (1518-1524) 3. Röist, Kaspar ZH (1518-1527) vacant (1527-1548) 4. von Meggen, Jost LU (1548-1559) 5. von Silenen, Kaspar Leo LU (1559-1564) 6. Segesser von Brunegg, Jost LU (1566-1592) 7. Segesser von Brunegg, Stephan Alexander LU (1592-1629) 8. Flekenstein, Nikolaus LU (1629-1640) 9. Flekenstein, Jost LU (1640-1652) 10. Pfyffer von Altishofen, Johann Rudolf LU (1652-1657) 11. Pfyffer von Altishofen, Ludwig LU (1658-1686) 12. Pfyffer von Altishofen, Franz LU (1686-1696) 13. Mayr von Baldegg, Johann Kaspar LU (1696-1704) vacant (1704-1712) 14. Pfyffer von Altishofen, Johann Konrad LU (1712-1727) 15. Pfyffer von Altishofen, Franz Ludwig LU (1727-1754) 16. Pfyffer von Altishofen, Jost Ignaz LU (1754-1782) 17. Pfyffer von Altishofen, Franz Alois LU (1783-1798) vacant (1798-1800) 18. Pfyffer von Altishofen, Karl Leodegar LU (1800-1834) 19. Pfyffer von Altishofen, Martin LU (1835-1847) 20. Meyer von Schauensee, Franz Xaver Leopold LU (1848-1860) 21. von Sonnenberg, Alfred LU (1860-1878) 22. de Courten, Louis-Martin VS (1878-1901) 23. Meyer von Schauensee, Leopold LU (1901-1910) 24. Repond, Jules FR (1910-1921) 25. Hirschbühl, Alois GR (1921-1935) 26. von Sury d’Aspremont, Georg SO (1935-1942) 27. Pfyffer von Altishofen, Heinrich LU (1942-1957) 28. Nünlist, Robert LU (1957-1972) 29. Pfyffer von Altishofen, Franz LU (1972-1982) 30. Buchs-Binz, Roland FR (1982-1997) 31. Estermann, Alois LU (1998-1998) 32. Segmüller, Pius SG (1998-2002) 33. Mäder, Elmar Theodor SG (2002-) Por: FÉLIX ALBERTO MONTILLA ZAVALÍA Abogado. Profesor de Derecho Canónico en la Universidad Católica de Tucumán. Post-graduado en Relaciones Internacionales de la Universidad Nacional de Tucumán.