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Martes, 3 de diciembre de 2024

Duque de Richelieu

De Enciclopedia Católica

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Armand-Jean du Plessis, Duque de Richelieu. Cardenal, estadista francés nacido en París el 5 de septiembre de 1585 y fallecido allí el 4 de diciembre de 1652. Intentó seguir la carrera militar, pero cuando en 1605 su hermano Alfredo renunció al obispado de Luçon y se retiró a la Gran Cartuja, Richelieu obtuvo de Enrique IV la sede y se retiró al campo para sus estudios de teología bajo la dirección del obispo Cospéan de Aire. Consagrado obispo el 17 de abril de 1607 cuando apenas tenía 22 años, aunque el breve de Paulo V de 19 de diciembre anunciando su nombramiento contiene la siguiente afirmación: "in vigesimo tertio aetatis anno tantum constitutus". Monseñor Lacroix, historiador de la juventud de Richelieu cree que en un viaje a Roma a finales de 1606, Richelieu engañó al papa respecto a su edad, pero el incidente es aún oscuro. Richelieu mostró en su diócesis gran celo por la conversión de los protestantes y nombró a los Oratorianos y a los Capuchinos para predicar misiones en todas las parroquias.

Representó al clero de Poitou en Los Estados Generales de 1614, donde comenzó su carrera política. Allí fue la boca de la iglesia y en un famoso discurso exigió que los obispos y prelados fueran llamados a los consejos reales, que la distribución de los beneficios eclesiásticos a los laicos fueran prohibidos, que la Iglesia fuera eximida de impuestos, que los protestantes que usurpaban iglesias o hicieran que los correligionarios fueran enterrados en ellas, fueran castigados y que se promulgaran los Decretos del Concilio de Trento en toda Francia. Terminó asegurando al joven rey Luis XIII que el deseo del clero era ver el poder real tan seguro que fuera "comme un ferme rocher qui brise tout ce qui le heurte" (como una roca firme que rompe a todo lo que se le opone).

Richelieu fue nombrado secretario de estado el 30 de noviembre de 1616, pero tras el asesinato de Concini, favorito de Maria de Médicis, fue obligado a dejar el ministerio y a seguir a la reina a Blois. Para escapar de las intrigas que le perseguían, se retiró en junio de 1617 al priorato de Coussay y durante este tiempo de reposo publicó, en octubre de 1617 (dato confirmado por Lacroix), su "Les principaux points de la foi de l'église catholique, défendus contre l'éecrit adressé au Roi par les quartre ministres de Charenton". Medio siglo después Jacques de Coras, pastor protestante de Tonneins, leyó este libro y se convirtió al catolicismo. Richelieu siguió siendo representado ante el rey como enemigo de suponer. El capuchino Leclerc du Tremblay nunca logró aclararle del todo en la opinión de Luis XIII, pero para desarmar la sospecha, Richelieu pidió al rey que le nombrara un lugar de exilio y por su orden se fue a Avignon en 1618, donde pasó casi un año y donde compuso un catecismo que se hizo famoso, con el nombre de "Instruction du chrétien". Este libro, destinado a ser leído en todas las parroquias todos los domingos en el sermón, fue una verdadera bendición en un momento en que la ignorancia de la religión era el principal mal. Cuando Maria de Médicis escapó de Blois en 1619, Richelieu fue elegido por le ministro Luynes para negociar la paz entre Luis XIII y su madre.

Fue creado cardenal por Gregorio XV, con el Breve del 3 de noviembre de 1622. El 19 de abril de 1624 volvió a entrar en el Consejo de Ministros y el 12 de agosto de 1624 fue nombrado presidente del mismo, La política de Richelieu puede ser reducida a dos ideas principales: la unificación doméstica de Francia y la oposición a la Casa de Austria. Dentro tuvo que luchar con innumerables conspiraciones en las que estaban implicados María de Medicis, la reina Ana de Austria, Gaston d'Orléans (hermano del rey) y la alta nobleza de la corte. La ejecución de Marillac (1832) Montmorency (1632), Cinq-Mars y de Thou (1642) intimidó a los enemigos del cardenal. También tuvo que luchar con los protestantes que estaban formando un Estado dentro del Estado ( ver HUGONOTES). La capitulación de La Rochelle y la paz de Alais (28 de junio de 1629) aniquilaron al protestantismo como partido político.

La política exterior de Richelieu (ver LECLERC DU TREMBLAY) estaba caracterizada por su falta de temor en hacer alianzas con los protestantes extranjeros. En varias ocasiones los protestantes de los Grisons, Suecia, los príncipes protestantes de Alemania y Bernard de Saxe-Weimar, fueron sus aliados. Los tratados favorables firmados por Mazarino fueron el resultado de la política de Richelieu de alianzas con los protestantes, una política severamente censurada por muchos católicos. A finales de 1625, cuando Richelieu estaba preparando devolver la Valtelina a los protestantes Grisones, los partidarios de España del llamaron “Cardenal de los Hogonotes” y dos panfletos a tribuidos a los jesuitas Eudemon Joannes y Jean Keller aparecieron contra él. El cardenal hizo que los quemaran. Las hostilidades crecieron hasta que finalmente el confesor del rey se opuso a la política exterior de Richelieu. Este fue un episodio muy importante investiga do por el P. Rochemonteix en los archivos de la Compañía de Jesús que ha arrojado nueva luz. El P. Caussin, autor de "La Cour Sainte".

El jesuita al que Richelieu hizo confesor del rey trató de usar contra el cardenal la influencia de Mademoiselle La Fayette, una señorita por la que el rey tenía una cierta consideración y que se había hecho monja. El8 de diciembre de 1637 en una entrevista solemne, Caussin recordó al rey los deberes para con su esposa, Ana de Austria, hacia la que era demasiado indiferente y le pidió que permitiera a su madre, maría de Médicis, volver a Francia, señalando los peligros para el catolicismo que podrían surgir por la alianza de Richelieu don los turcos y con los príncipes protestantes de Alemania. Después de esta entrevista, Caussin dio la comunión al rey y le dirigió un hermoso sermón, rogándole que siguiera sus directrices. Richelieu quería que el confesor se ocupase únicamente de dar absoluciones, asi que el 10 de diciembre de 1627 fue cesado y exiliado a Rennes y su sucesor, el P. Jacques Sirmond, famoso por sus conocimientos históricos, fue obligado a prometer que si veía “cualquier cosa censurable en la conducta del Estado” debía informar al cardenal y no intentar influir en la conciencia del rey”.

Sin embargo los miedos del P, Coussin sobre la política exterior del cardenal no eran compartidos por sus hermanos de religión. El P. Lallemand, por ejemplo, afirmaba que era precipitado criticar las alianzas políticas con los príncipes protestantes – una alianza que se hizo sólo después del fracaso de firmar una con Baviera y los príncipes católicos alemanes.

No hay duda de que Richelieu tenía sentimientos religiosos. Fue él quien en febrero de 1638 promovió la declaración el la que Luis XIII consagraba el reino de Francia a la Virgen María: en el ministerio se rodeó de sacerdotes y religiosos; empleó al cardenal La Valette como general y al arzobispo de Burdeos Sourdis, como almirante; a Berulle como diplomático y como jefe auxiliar a Leclerc du Tremblay además de elegir a Mazarino como su sucesor. Tenía una alta idea de la dignidad sacerdotal, protestaba continuamente por la interferencia del parlamento en la jurisdicción de la Iglesia y aconsejó al rey que eligiera solamente a aquellos que hubieran pasado una gran parte de sus estudios”en los seminarios, los lugares establecidos para el estudio de las funciones eclesiásticas”. Quiso obligar a los obispos a residir en sus diócesis, establecer seminarios allí y visitar sus parroquias. Cooperó con los esfuerzos de S. Vicente de Paul para que los obispos introdujeran los “ejercicios de los ordenandos”, retiros durante los cuales los jóvenes clérigos debían prepararse para el sacerdocio. Richelieu previó los peligros a los que el naciente Jansenismo expondría a la Iglesia. Las doctrinas de Saint-Cyran sobre la constitución de la iglesia, sus puntos de vista de la “Gran República Cristiana”, sus relaciones con Jansenio (quien en 1635 había escrito un violento panfleto contra Francia bajo el seudónimo de Mars gallicus) y la manera en la que se oponía a la anulación del matrimonio de Gaston d'Orléans, atrajo sobre él la sospecha del cardenal, quien al hacer que le arrestaran el 14 de mayo de 1638 declaró que “ si Lutero y Calvino hubieran sido detenidos antes de comenzar a dogmatizar, los Estados se hubieran librado de muchos problemas”.

Dos meses más tarde Richelieu forzó a los solitarios de Port-Royal-des-champs a dispersarse; algunos fueron enviados a París, otros a Ferte-Milon. Saint-Cyran permaneció encarcelado en Vicennes hasta que el cardinal murió. Con la cooperación del benedictino Gregoire Tarisse, Richelieu se dedicó seriamente a la reforma de los benedictinos. Nombrado coadjutor del abad de Cluny en 1627 y abad de Cluny en 1629, llamó a este monasterio a los Benedictinos Reformados de Saint-Vannes. Propuso unir congregación de Saint-Vannes y Saint-Maur en una sola, de la que él iba a ser el superior. Solo realizó la mitad del proyecto, aunque en 1636 logró unir la Orden de Cluny con la Congregación de S. Mauro. Desde 1622 Richelieu era proviseur de la Sorbona y en virtud de este oficio presidía la asociación de Doctores de la Sorbona. Hizo que se reconstruyera completamente la Sorbona entre 1626 y 1629 y entre 1635 y 1642 construyó la iglesia de la Sorbona, en la que está enterrado. Sobre la cuestión de las relaciones entre el poder espiritual y el temporal, Richelieu profesaba realmente la doctrina del llamando Duvalismo, por el teólogo Duval, que admitía al mismo tiempo el supremo poder del papa y el supremo poder del rey y el derecho divino de ambos.

En las disensiones entre Roma y los Galicanos actuó más frecuentemente como mediador. Cuando en 1626 el libro del jesuita Sanctarel apareció en París, afirmando el derecho de los papas de deponer a los reyes por mal comportamiento, herejía o incapacidad, fue quemado en el Palacio de Greve. E. P Coton y los tres superiores de las casas jesuitas llamados a presentarse ente el parlamento y obligados a repudiar la obra. Los enemigos de los jesuitas quisieron volver a crear problemas con la publicación de "Somme theologique des vérités apostoliques capitales de la religion chrétienne", del P Gárrase, pero Richelieu se opuso a la agitación continua. Pero volvió a surgir a finales de 1626 debido a la tesis del dominicano Têtefort, que mantenía que las Decretales formaban parte de la Escritura. Richelieu intentó de nuevo calmar los ánimos en un discurso (aunque manteniendo que el rey mantenía el reino sólo de Dios) declaró que “el rey no puede hacer un artículo de fe a no ser que este artículo haya sido declarado tal por la Iglesia en un concilio ecuménico”. Enseguida dio satisfacción al papa cuando el 7 de diciembre de 1629 obtuvo la retractación del galicano Edmond Richer, síndico de la facultad teológica, que envió el libro "La puissance ecclesiastique et politique" al papa para su examen. Nueve años después, las luchas de Richelieu contra la resistencia ofrecida por el clero a las tasas le llevó a asumir una actitud más deliberadamente galicana. Contrariamente a las teorías que había mantenido en su discurso de 1614, consideraba ahora que era ministro, qua las necesidades del Estado constituían una caso de force majeure, que debía obligar al clero a someterse a todas las exigencias fiscales del poder civil. Ya en 1625 la asamblea del clero, cansada de las incesantes demandas de dinero por parte del Gobierno, había decretado que ningún diputado podía votar entregas sin haber primero recibido autorización completa para ello. Pero Richelieu, oponiéndose a este principio, declaró que las necesidades del estado eran reales, mientras que las de la Iglesia eran quiméricas y arbitrarias.

En 1638 la lucha entre Estado y el clero sobre el tema de los impuestos llegó a un punto crítico y Richelieu para mantener sus reclamaciones, consiguió la ayuda de los hermanos Pierre u Jacques Dupuy, quienes hacia mitad de 1638 publicaron "Les libertés de l'église gallicane". Que establecía la independencia de la iglesia galicana en oposición a Roma solamente para reducirla a una sumisión servil al poder temporal. El clero y el nuncio se quejaron; 18 obispos se reunieron en la casa del cardenal de la Rouchefoucald y denunciaron a sus colegas esta “obra del diablo”. Richelieu entonces aumentó exageradamente sus exigencias fiscales sobre el clero. Un edicto del 16 de abril de 1639 estipulaba que eclesiásticos y comunidades no podían tener en propiedad la tierra en Francia, que el rey podía obligarles a entregar sus posesiones y unirlas a sus dominios, pero que les permitiría retenerlas en consideración a ciertas indemnidades que había que calcular volviendo atrás hasta el año 1520. En octubre de 1639, después del asesinato de un oficial caballerizo del mariscal d'Estrees, embajador francés, Estrees declaró violados los derechos de la gente. Richelieu rehusó recibirlo al nuncio (octubre, 1639). Un decreto del consejo real de 22 de diciembre, restringía el poder de los Breves pontificios y hasta el canonista Marca propuso romper el concordato y reunir un concilio nacional en el que Richelieu fuera nombrado patriarca. P

recisamente en estas fechas Richelieu presentó una serie de quejas contra Roma: Urbano VIII había rehusado sucesivamente nombrarle Legado de la Santa Sede en Francia, Legado de Aviñón y coadjutor del obispo de Tréveris. El había rehusado la púrpura al P. Joseph y se había opuesto a la anulación del matrimonio de Gaston d'Orléans. Pero Richelieu, a pesar de lo furioso que estaba, no quiso llevar las cosas hasta el extremo. Tras varias polémicas sobre el tema de los impuestos, una asamblea del clero decidió pagar cinco millones y medio (con lo que el gobierno quedó satisfecho) y Richelieu, para restaurar la paz, aceptó la dedicación del libro de Marca "La concorde du sacerdoce et de l'empire", en el que se hacen ciertas excepciones al libro de Dupuy. Al mismo tiempo nombramiento de Mazarino como enviado a Francia por Urbano VIII y la presentación a él del cardenal, había puesto fin a las diferencias entre Richelieu y la Santa Sede.

En conjunto, la política de Richelieu era preservar un justo medio entre los parlamentarios Galicanos y los Ultramontanos. “En tales asuntos”, escribió en su testamento político, “uno no debe creer ni a la gente de palacio, que ordinariamente miden el poder del rey por la forma de de su corona, que, siendo redonda no tiene fin, ni de los que, por exceso de su celo indiscreto, se declaran abiertamente partidarios de Roma”. Se puede creer que el libro de Marca estaba inspirado por él y reproduce sus ideas. Según este libro, las libertades e la iglesia galicana tiene dos fundamentos:(1) el reconocimiento de la primacía y soberana autoridad de la Iglesia de Roma, primacía que consiste en el derecho de hacer leyes generales, juzgar sin apelación y no ser juzgado ni por obispos ni por concilios; (2) el soberano derecho de los reyes que no reconoce ninguno superior en los asuntos temporales. Hay que notar que Marca no da la superioridad del concilio sobre el papa como fundamento de las libertades galicanas.

Respecto a la obra de Richelieu en Canadá, ver el artículo CANADA).

En 1636 Richelieu fundó la Academie Française. El mismo tenía grandes pretensiones literarias e hizo que varias obras suyas mediocres se representaran en un teatro que le pertenecía.

Con una tozudez inexplicable, Voltaire negó que el "Testament politique" fuera auténtico. Las investigaciones de M. Hanotaux han demostrado su autenticidad y le han dado el valor apropiado a los admirables capítulos como el titulado "Le conseil du Prince", en el que Richelieu “puso su alma y su genio” (Hanotaux, (Respecto a las "Mémoires" de Richelieu ver HARLAY, FAMILIA DE: (2) Achille de Harlay)


Bibliografía

Además de las obras indicadas en los artículos LECLERC DU TREMBLAY y MARIA DE MEDICI se puede consultar lo siguiente: Maximes d'etat et fragments politiques du cardinal de Richelieu, ed. HANTAUX (Paris, 1880); Lettres, instructions diplomatiques et papiers d'etat du cardinal de Richelieu, ed. AVERNEL (8 vols., Paris, 1853-77); Memoires du cardinal de Richelieu, ed. HORRIC DE BEAUCAIRE, I (Paris, 1908); LAIR, LAVOLLEE, BRUEL, GABRIEL DE MUN, and LECESTRE, Rapports et notices sur l'edition des Memoires du cardinal de Richelieu preparee pour la societe de l'histoire de France (3 fasc., Paris, 1905-07); HANOTAUX, Hist. du cardinal de Richelieu (2 tomes in 3 vols., Paris, 1893-1903), extends to 1624; CAILLET, L'Administration en France sous le ministere du cardinal de Richelieu (2 vols., Paris, 1863); D'AVENEL, Richelieu et la monarchie absolue (4 vols., Paris, 1880-7); IDEM, La noblesse francaise sous Richelieu (Paris, 1901); IDEM, Pretres, soldats et juges sous Richelieu (Paris, 1907); LACROIX, Richelieu a Lucon, sa jeunese, son episcopat (Paris, 1890); GELEY, Fancan et la politique de Richelieu de 1617 a 1627 (Paris, 1884); DE ROCHEMONTEIX, Nicholaus Caussin, confesseur de Louis XIII, et le cardinal de Richelieu (Paris, 1911); PERRAUD, Le cardinal de Richelieu eveque, theologien et protecteur des lettres (Autun, 1882); VALENTIN, Cardinalis Richelieu scriptor ecclesiasticus (Toulouse, 1900); LODGE, Richelieu (London, 1896); PERKINS, Richelieu and the Growth of French Power (New York, 1900).


GEORGES GOYAU.

Transcrito por Michael T. Barrett. Dedicado a Peter y Kelley Bock.


Traducido por Pedro Royo.