Domingo de Salazar
De Enciclopedia Católica
Nació en La Rioja, en la aldea de La Bastida en la ribera del Ebro (1512); murió en Madrid el 4 de diciembre de 1594. Entró al monasterio dominico de San Esteban (Salamanca). Fue enviado a México, donde recibió el grado de Maestro en Teología, y fue nombrado para la cátedra de profesor. Su ambición de evangelizar a los paganos fue concedida y se dedicó a la conversión de los nativos en la Provincia de Guajaca. Allí fue caracterizado por el mismo celo de defender los derechos de los indios que luego manifestó de manera heróica en las Filipinas. Salazar fue luego transferido a Florida, donde pasó muchos años trabajando duro y pasando privaciones. De Florida fue llamado de nuevo a México para ser prior de su convento y viceprovincial de su orden. Tras cuarenta años de vida misionera, fue enviado a Madrid en viaje de negocios importantes relacionados con la misión mexicana. Sus enemigos políticos trataron de frustrar su obra y lograron que fuera echado en prisión cuando buscó una audiencia con el rey. Fue entonces que se le informó a Felipe de su presencia en Madrid, y propuso su nombre al papa para ser Obispo de las Filipinas. Salazar se resistió a aceptar la dignidad; mas su espíritu misionero prevaleció. Como escribiría después: «Una de las razones que me hicieron aceptar este obispado fue el hecho de que estas islas están cerca de China… Por mucho tiempo he tenido la conversión de ese reino en mi corazón, y con ese pensamiento vine a estas islas». El viaje a la sede se haría via Acapulco, llevándose consigo veinte dominicos, doce de los cuales murieron antes de llegar a México; de los restantes, solo uno fue capaz de continuar el viaje a las Filipinas. Salazar llegó a Manila en 1581. Propugnó la causa del filipino con una audacia que le ganó los títulos de «intrépido Salazar», «el Las Casas de las Filipinas». Convocó un sínodo del clero —después confirmado por el papa—, erigió una catedral, reguló los asuntos interiores de la diócesis, abrió una escuela universitaria y estableció un hospital. En su caridad hacia los pobres, inclusó entregó su cruz pectoral para aliviar sus necesidades. La vejez no disminuyó su celo. Tenía casi ochenta años cuando viajó a España para suplicar en persona la causa de los nativos con el rey. Su misión fue exitosa; se corrigieron varios abusos, se crearon tres nuevas diócesis y Manila fue elevada a la categoría de sede metropolitana con Salazar como su primer arzobispo. Murió antes de recibir la bula de su nombramiento y fue enterrado en la iglesia de Santo Tomás (Madrid). Su tumba lleva esta inscripción: «Hic jacet D. Fr. Dominicus de Salazar Ordinis Prædicatorum, Philippinarum Episcopus, doctrina clarus verus religiosæ vitæ sectator, suarum ovium piissimus Pastor, pauperum Pater, et ipse vere pauper. Obiit 4 die Decembris anno 1594».
BLAIR AND ROBERTSON, The Philippine Islands (Cleveland, 1903); FERRANDO, Historia de los PP. Dominicos en las Islas Filipinas (Madrid, 1870); MORENO, Historia de la Santa Iglesia Metropolitana de Filipinas (Manila, 1877).
PHILIP M. FINEGAN Transcrito por Vivek Gilbert John Fernandez Dedicado a Domingo de Salazar y su vida apostolica Traducción de Manuel Rodríguez Rmz.