Bartolommeo Pacca
De Enciclopedia Católica
Cardenal, intelectual y estadista, nacido en Benevento el 27 de diciembre de 1756; falleció en Roma el 19 de febrero de 1844. Hijo de Horacio Pacca, Marqués de Matrice, y de Crispina Malaspina. Fue educado por los jesuitas en Nápoles, por los Somaschanos en el Colegio Clementino de Roma, y en la Academia de los Eclesiásticos Nobles. En 1785 el Papa Pío VI lo nombró nuncio en Colonia, el centro de la agitación antiromana. Fue consagrado Arzobispo titular de Damiata y llegó a Colonia en junio de 1786. El Arzobispo de Colonia, archiduque Maximiliano de Austria, quien había escrito una cortés carta a Pacca en Roma, le informó que no sería reconocido a menos que prometiera formalmente no ejercer acto alguno de jurisdicción en la arquidiócesis; los arzobispos de Tréveris y Maguncia tomaron la misma actitud. La hostilidad en contra de Roma, incitada principalmente por el trabajo de Febronio (véase FEBRONIANISMO) estaba en ese entonces en su grado más alto debido al establecimiento de la nueva nunciatura en Munich. Los otros obispos, sin embargo, y la magistratura de Colonia, recibieron a Pacca con el respeto debido. Ni siquiera Prusia creó dificultades, y a su monarca, en reconocimiento de su actitud amistosa, se le acordó en Roma el título de rey, contra lo cual había protestado Clemente XI (1701) al ser otorgado por el emperador. En sus viajes a través de sus dominios en el Rin, Federico Guillermo recibió al nuncio con grandes honores.
La posición de Pacca con respecto a los tres electores eclesiásticos era difícil. Cuando el Arzobispo de Colonia, en 1786, inauguró la Universidad de Bonn, que aún era leal a la Santa Sede, los discursos que se pronunciaron fueron una declaración de guerra contra el Vaticano. También en Colonia se llevó a cabo un intento de apoyar las proposiciones Febronianas, pero fue frustrado por el nuncio, contra quien se dirigieron innumerables panfletos. Sin embargo, Pacca indujo a algunos importantes escritores alemanes para que apoyaran los derechos de la Santa Sede. Pronto tuvo una disputa con el elector de Colonia. De conformidad con las decisiones del Congreso de Ems, acordadas por los tres arzobispos electores y el arzobispo de Salzburgo en 1786, el arzobispo de Colonia protestó contra una dispensa matrimonial dada por el nuncio en virtud de sus facultades, y fue tan lejos como para conceder dispensas que no estaban contenidas en sus facultades quinquenales, instruyendo a los pastores para que no ya no recurrieran al nuncio en caso de dispensas similares. El nuncio, de acuerdo con las instrucciones de Roma, envió una circular a todos los pastores dentro de su jurisdicción informándoles de la invalidez de dichas dispensas. Después de esto, los cuatro arzobispos apelaron ante José II para que aboliera completamente la autoridad de los nuncios, y el emperador remitió el problema a la Dieta de Ratisbona, donde fue desestimado. Pacca también se opuso a la libertad de culto de los protestantes de Colonia, pero tan diplomáticamente que no se notó su intervención, y así no ofendió al rey de Prusia. En 1790 se trasladó en misión secreta a la Dieta de Francfort para salvaguardar los intereses de la Santa Sede, y para evitar que se adoptara un nuevo concordato.
Cuando los franceses invadieron las provincias del Rin se le ordenó que dejara Colonia, pero tuvo la satisfacción de ser finalmente reconocido como nuncio por el arzobispo de Tréveris. En 1794 fue nombrado nuncio en Portugal, pero no realizó nada de importancia allí. Escribió unas memorias de ambas nunciaturas, que contienen observaciones sobre el carácter de los países y sus gobiernos. Mientras todavía estaba en Lisboa, fue creado Cardenal titular de San Silvestro in Capite (23 de febrero de 1801), y asignado a varias congregaciones. En 1808 las tropas francesas invadieron Roma. Cediendo ante la insistencia de Napoleón, Pío VII sacrificó al Cardenal Cansalvi, su fiel Secretario de Estado, y a los pro-secretarios, Casoni, Doria y Gabrielli. Estos últimos fueron sorprendidos en sus departamentos por los soldados, se les puso bajo arresto y se les ordenó abandonar el territorio papal. Dos días después (el 18 de junio de 1808) el Papa nombró a Pacca como pro-secretario.
En su nueva posición, Pacca evitó cuidadosamente todo lo que pudiera provocar la ira del emperador, incluso ignorando los abusos de los soldados franceses en el interior y en los alrededores de Roma. Pero en agosto se sintió obligado a publicar en cada provincia un decreto prohibiendo a los súbditos de la Santa Sede el enrolarse en la nueva “ Guardia Cívica” (Véase NAPOLEÓN I) y, en general, en cualquier comando extranjero. La “Guardia Cívica” era un nido de turbulencia que fácilmente podría producir una rebelión en los Estados Pontificios. Sin embargo Miollis, el comandante francés, estaba furioso, y amenazó a Pacca con expulsarlo de Roma; el pro-secretario replicó que sólo recibía órdenes del Papa. Cuando se dio cuenta que la anexión de Roma era inevitable, Pacca tomó precauciones para prevenir un ataque repentino contra el Quirinal, al tiempo que recomendaba calma y quietud. La Bula de excomunión en contra de Napoléon había sido preparada en 1806, para ser publicada en la eventualidad de una anexión. El 10 de junio de 1809, cuando el cambio de gobierno se llevó a cabo realmente, se promulgó la Bula; el 6 de junio se atacó al Quirinal y se arrestó al Papa, siendo llevado a Francia y de ahí a Savona; Pacca se encontraba entre quienes lo acompañaron. Hasta que llegaron a Florencia intentó animar a Pío VII, pero allí fue alejado del Pontífice, muy a su pesar, y lo vio de nuevo sólo en Rívoli y Grenoble. De Grenoble se le condujo (6 de agosto de 1809) a Fenestrelle, donde se le confinó con gran severidad, y difícilmente pudo encontrar oportunidades para confesarse y comulgar. Posteriormente, sin embargo, se eliminó esta restricción. Durante este periodo el cautivo tuvo tiempo para transcribir aquellos recuerdos que forman la esencia de su “Memorie storiche del ministero" etc.
Finalmente, el 30 de enero de 1813, se le informó que en vista del concordato entre el Papa y Napoléon en Fontainebleau (25 de enero) era libre para reunirse con el pontífice; Napoléon se había opuesto por largo tiempo a su liberación, declarando: “Pacca es mi enemigo”. En Fontainebleau, él y los otros cardenales liberados insistieron en que Pío VII debía retractarse del último concordato y rechazar cualquier otra negociación hasta que estuviera de vuelta en Roma con total libertad. Pacca también sugirió el restablecimiento de la Compañía de Jesús, aunque tanto él como el Papa habían sido educados con prejuicios en contra de esta comunidad. Cuando Pío VII fue conducido a Savona por segunda vez, se deportó a Pacca a Uzes (Enero de 1814), dejando dicho lugar el 22 de abril. Se unió al Papa en Sinigaglia, de donde lo acompañó a Roma. Nombrado Cardenal Camarlengo en ese mismo año, se empeñó en restablecer las órdenes religiosas que todavía no habían sido liquidadas.
Durante la ausencia de Consalvi en el Congreso de Viena, Pacca se convirtió de nuevo en pro-secretario de Estado, recayendo así sobre él la restauración del gobierno pontificio. Consalvi lo criticó desde Viena por su severidad hacia quienes apoyaban el régimen napoleónico, y trató en vano de justificar su conducta. Cuando Murat, rey de Nápoles, envió sus tropas a través de los Estados Pontificios para enfrentar a los austriacos, Pacca aconsejó a Pío VII que buscara refugio temporal en Génova, temiendo que Murat intentara devastar los dominios de la Santa Sede. Durante la ausencia del Papa, el gobierno provisional provocó el arresto del cardenal Maury bajo el cargo de tener entendimiento en secreto con Murat, y su juicio se continuó incluso después del retorno del Pontífice. No obstante Consalvi, tan pronto regresó, detuvo el procedimiento. El resto de la vida de Pacca estuvo ocupado en los asuntos de diferentes congregaciones a las cuales había sido asignado, y en la administración de las sedes suburbicarias. León XII lo nombró pro-datario, fue el primero en detentar el cargo de cardenal delegado de Velletri, y trabajó en contra de los Carbonarios.
La casa del cardenal Pacca fue frecuentada por los más ilustres científicos, letrados y artistas, tanto de Roma como del extranjero. Realizó algunas excavaciones en Ostia con su propio dinero, y con los objetos descubiertos formó un pequeño museo en su viñedo de la Vía Aurelia (Casino de Pío V).
Observaciones agudas sobre política y filosofía de la historia se pueden encontrar en sus "Memorie storiche della nunziatura di Colonia"; "Dei grandi meriti verso la Chiesa Cattolica del clero dell' Universita e de' Magistrati di Colonia nel secolo XVI"; "Notizie sul Portogallo e sulla nunziatura di Lisbona"; "Memorie storiche per servire alla storia ecclesiastica del secolo XIX" (1809-14); "Notizie storiche intorno alla vita e gli scritti di Mons. Franc. Pacca, arcivescovo di Benevento (1752-75)". (Véase también CONSALVI; PÍO VII.). Diario di Roma (1844), n. 39; Album di Roma (1844), n. 16; RINIERI, Corrispondenza inedita de' cardinali Consalvi e Pacca nel tempo del Congresso di Vienna in Diplomazia pontificia, V (Turin, 1903); WISEMAN, Recollections of the Last Four Popes (London, 1858).
U. BENIGNI Transcrito por Herman F. Holbrook Traducido por Carlos A. Díaz