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Miércoles, 27 de noviembre de 2024

Arcanum

De Enciclopedia Católica

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Arcanum es una carta encíclica sobre el matrimonio cristiano, emitida el 10 de febrero de 1880 por León XIII. Su objetivo es mostrar que, dado que la vida familiar es el germen de la sociedad, y el matrimonio es la base de la vida familiar, la salud de la sociedad civil no menos que la religiosa depende de la inviolabilidad del contrato matrimonial. El argumento de la Encíclica es el siguiente: La misión de Cristo fue restaurar al hombre en el orden sobrenatural. Eso debería beneficiar al hombre también en el orden natural; primero, el individuo; y luego, como consecuencia, la sociedad humana. Habiendo establecido este principio, la Encíclica trata del matrimonio cristiano que santifica a la familia, es decir, la unidad de la sociedad.

El contrato matrimonial, divinamente instituido, tenía desde el principio dos propiedades: unidad e indisolubilidad. Por la debilidad y la obstinación humanas se corrompió con el transcurso del tiempo; la poligamia destruyó su unidad y el divorcio su indisolubilidad. Cristo restauró la idea original del matrimonio humano y, para santificar más profundamente esta institución, elevó el contrato matrimonial a la dignidad de sacramento. Se aseguraron derechos y deberes mutuos para marido y mujer; también se afirmaron los derechos y deberes mutuos entre padres e hijos: a los primeros, la potestad de gobernar y el deber de educar; a los segundos, el derecho a la patria potestad y el deber de reverencia. Cristo instituyó Su Iglesia para continuar Su misión a los hombres. La Iglesia, fiel a su comisión, siempre ha afirmado la unidad e indisolubilidad del matrimonio, los derechos y deberes relativos del esposo, la esposa y los hijos; ha sostenido también que, elevado el contrato natural en el matrimonio a la dignidad de sacramento, estos dos son en adelante una misma cosa, de modo que no puede haber contrato matrimonial entre cristianos que no sea sacramento. Por lo tanto, aun admitiendo el derecho de la autoridad civil a regular las preocupaciones y consecuencias civiles del matrimonio, la Iglesia siempre ha reivindicado la autoridad exclusiva sobre el contrato matrimonial y sus elementos esenciales, ya que es un sacramento.

La Encíclica muestra a la luz de la historia que durante siglos la Iglesia ejerció, y el poder civil admitió, esa autoridad. Pero la debilidad y la obstinación humanas comenzaron a quitarse las riendas de la disciplina cristiana en la vida familiar; los gobernantes civiles comenzaron a repudiar la autoridad de la Iglesia sobre el vínculo matrimonial; y el racionalismo trató de sostenerlos estableciendo el principio de que el contrato matrimonial no es un sacramento en absoluto, o al menos que el contrato natural y el sacramento son cosas separables y distintas. De ahí surgió la idea de la disolubilidad del matrimonio y el divorcio, superando la unidad e indisolubilidad del vínculo matrimonial. La encíclica señala las consecuencias de esa partida en la ruptura de la vida familiar y sus efectos perniciosos en la sociedad en general. Señala como consecuencia, que la Iglesia, al afirmar su autoridad sobre el contrato matrimonial, se ha mostrado no como enemiga sino como la mejor amiga del poder civil y la guardiana de la sociedad civil. En conclusión, la Encíclica encarga a todos los obispos que se opongan al matrimonio civil y advierte a los fieles contra los peligros de los matrimonios mixtos.


Bibliografía: Acta Sanctae Sedis (Rome, 1880), XII, 385-405, tr.; WYNNE, Great Encyclicals of Leo XIII (New York, 1903), 58-82; and EYRE, The Pope and the People (London, 1895), 176-206. An excellent commentary is that of Msgr. JAMES CORCORAN, in Amer. Cath. Quar. Review (Philadelphia, 1880), V, 302-32.

Fuente: O'Riordan, Michael. "Arcanum." The Catholic Encyclopedia. Vol. 1. New York: Robert Appleton Company, 1907. 16 Jan. 2022 <http://www.newadvent.org/cathen/01687e.htm>.