In Partibus Infidelium
De Enciclopedia Católica
In Partibus Infidelium: (Frecuentemente abreviado como in partibus, o bien como i.p.i.) Un término cuyo significado es “en las tierras de los infieles”, palabras agregadas a los nombres de las sedes conferidas a obispos latinos titulares o no residenciales, por ejemplo: “John Doe, Obispo de Tiro, in partibus infidelium”. Anteriormente, cuando los obispos se vieron obligados a huir a raíz de las invasiones de las hordas de infieles, ellos fueron bienvenidos en otras iglesias, preservando los títulos y los derechos de sus propias diócesis. Incluso se les confiaba la administración de sedes vacantes. Es por ello que encontramos a San Gregorio nombrando a Juan, Obispo de Alessio, quien había sido expulsado por sus enemigos, a la sede de Squilace (cap. “Pastorales” xliii, caus, vii, q.1). En los últimos días se estimó apropiado preservar la memoria de las antiguas iglesias cristianas que habían caído en manos de los infieles; esto se realizó dando sus nombres a obispos auxiliares u obispos en países misioneros
Fagnani (en cap. “Episcopalia”, i, “De privilegiis”) señala que el nombramiento regular de obispos titulares data desde el tiempo del XII Concilio Lateranense, realizado en tiempos de León X (Sesión IX); solamente los cardenales fueron autorizados a demandar las diócesis para ellos. San Pío V extendió el privilegio a las sedes en las cuales fue costumbre tener obispos auxiliares. Desde ese entonces, la práctica llegó a ser más generalizada. La Sagrada Congregación de la Propaganda, en su circular del 5 de marzo de 1882, abolió la expresión in partibus infidelium; la costumbre actual es unir al nombre de la sede el del distrito al cual pertenecía anteriormente, por ejemplo: “"John Doe, Archiepiscopus Corinthius in Achaiâ," de otra manera solamente decir “obispo titular”.
Fuente: Boudinhon, Auguste. "In Partibus Infidelium." The Catholic Encyclopedia. Vol. 8. New York: Robert Appleton Company, 1910.
Traducción al castellano de Giovanni E. Reyes. Revisado y corregido por Luz María Hernández Medina.