Papa Honorio III
De Enciclopedia Católica
(Cencio Savelli) .
Nacido en Roma en fecha desconocida, muerto en Roma el 18 de marzo de 1227. Fue canónigo de Santa María la Mayor durante un tiempo y después Camarlengo del papa en 1188, cardenal-diácono de Santa Lucía in Sílice en 1193. Bajo Inocencia III, cardenal –presbítero de los SS Juan y Pablo y en 1197, tutor del futuro emperador Federico II, que lo había sido dejado bajo tutela por la emperatriz-viuda Constancia. El 18 de julio de 1216, 19 cardenales se reunieron en Perugia (donde Inocencio III había fallecido dos días antes) para elegir al nuevo papa. Es revuelto estado de las cosas en Italia, la amenaza de los Tártaros y el miedo del cisma indujeron a los cardenales realizar una elección de compromiso. Los cardenales Ugolino de Ostia (después Gregorio IX) y Guido de Praeneste recibieron los poderes para elegirlo. Su elección fue Cencio Savelli, que aceptó la tiara a disgusto y tomó el nombre de Honorio II. Fue consagrado en perugia el 24 de julio y coronado en Roma el 31, tomando posesión del laterano el 3 de septiembre. Los romanos se tranquilizaron con la elección ya que Honorio III era romano y se había ganado el corazón de todos por su extremada amabilidad.
Aunque de edad avanzado su pontificado fue de enorme actividad. Como su famoso predecesor Inocencia III se había propuesto conseguir dos grande cosas: recuperar la Tierra Santa y la reforma de toda la Iglesia, aunque, muy en contraste con él, trató de conseguir esos objetivos con amabilidad e indulgencia más que pro la fuerza y la severidad.
Inmediatamente después de su acceso al trono papal envió cartas a los dirigentes eclesiásticos y temporales de Europa en las que les aconseja y anima continuar con la preparación de la cruzada general que, como había sido provisto en el Concilio Laterano de 1215, debía tener lugar en 1217. Para conseguir los medios necesarios para este colosal proyecto el papa y los cardenales tenían que contribuir con la décima parte y todos los otros eclesiásticos con vigésima de sus ingresos de tres años. Los obispos, bajo la supervisión de legados papales de los distintos países se encargaron de la recolecta de esos dineros. Honorio III ordenó que se predicara la Cruzada en todas las iglesias de la Cristiandad.
Aunque el dinero recogido fue considerable no era suficiente para una cruzada general como la que quería Honorio III. Más aun, al predicar la cruzada se cometió el error de tratar de alistar a cuantos más cruzados sin tener en cuenta si eran o no capaces de luchar. El resultado fue que impedidos, viejos, mujeres, ladrones, aventureros formaban una gran parte de los cruzados y no se pensó en la inutilidad de tales soldados hasta que se los había trasportado a distintos puertos con el dinero público.
La mayor parte de los gobernantes europeos estaban metidos en sus propias guerras y no podían dejar sus países durante un largo período. Andrés II de Hungría y algo después una flota de cruzados de las regiones del bajo Rhin partieron por fin hacia Tierra Santa, tomaron Damietta y otros lugares en Egipto. Pero la falta de unidad entre los cristianos y la rivalidad de sus líderes y el legado papal, Pelagio, y quizás la incompetencia de éste, hicieron que fracasaran. Honorio III era consciente de que sólo había un hombre en Europa que podía recuperar Tierra Santa y ese hombre era el que fuera su discípulo Federico II de Alemania. Como muchos otros gobernantes había jurado embarcarse hacia Tierra Santa en 1217. Mientras vivió su rival Otón IV, el papa no le urgió para que cumpliera su juramento, pero cuando murió el 919 de mayo de 1218, Honorio III insistió en que se embarcara cuanto antes y Federico prometió que lo haría el 24 de junio de 1219. Consiguió permiso para posponer su salida repetidamente, hasta primero hasta el 29 sept, 1219, y después sucesivamente el 21 de marzo de 1220, el 1 de mayo de 1221, junio 1225, agosto 1227. Y no fue sólo por debilidad por lo que Honorio permitió los retrasos.. Sabía que sin la cooperación del emperador el éxito de la cruzada era imposible y temía que el empleo de otros métodos más severos causaría una completa ruptura completa con el emperador destruyendo definitivamente la posibilidad de una cruzada. Por esa misma razón cedió ante el emperador en muchas cosas que en otras circunstancias hubiera rechazado. Así, reluctantemente, aprobó la elección del hijo de Federico como rey de los romanos. Con que prácticamente unía en una persona el imperio y el reino de Sicilia, que por su propia naturaleza iba en detrimento del papado y a la que Honorio tenía todas las razones para oponerse. Esperando acelerar la partido de Federico a Tierra Santa, le coronó emperador en Roma el 22 de noviembre de 1220.
Pero viendo por fin que su extrema indulgencia servía solo para que el emperador abusara por motivos egoístas, recurrió a medidas más severas. La intromisión del emperador en los derechos papales en el nombramiento de obispos de Abulia y su indigno tratamiento del rey Juan de Jerusalén al que Honorio había nombrado gobernador de parte del patrimonio papal, elevó la tensión los dos al máximo, pero la ruptura no entre papado e imperio no tuvo lugar hasta que murió Honorio III.
Aunque la cruzada general planeada por Honorio nunca se realizó, mereció la gratitud del mundo como pacificador el gran pacificador de su tiempo. Sabiendo que la cruzada era imposible mientras los príncipes cristianos estuvieran en guerra unos con otros, empezó su pontificado intentando establecer la paz en toda Europa.
En Italia apenas había ciudades en paz con sus vecinos. L misma roma se rebeló contra el gobierno de Honorio, de manera que en junio de 1219 consideró prudente dejar la ciudad. Fue en primer lugar a Rieti, después a Viterbo, volviendo a Roma en septiembre de 1220, después de que los romanos se reconciliaron con él gracias a la intervención de Federico II, que estaba de camino a Roma para ser coronado emperador.
En la guerra que siguió entre los Conti y los Savelli, los romanos se pusieron de parte de los Conti y el papa, de la familia de los Savelli, se vio obligado de nuevo a huir a Rieti en junio de 1225. Volvió a Roma en enero de 1226, después de que Angelo Benicasi, amigo de Honorio III, fuera elegido senador en Roma. Por medio de su legado Ugolino (después Gregorio IX) consiguió la reconciliación de Pisa con Génova, en 1217 y Milán con Cremona en 1218, Bolonia y Pistoia en 1219 y por medio de su notario Pandulfo se impuso al duque de Spoleto para que admitiera que era territorio papal así como sobre las ciudades de Perugia, Asís, Foligno, Nocera y Terni, recuperando lo que antes había pertenecido al papa.
En Inglaterra la autoridad del papa era suprema desde que el país se había convertido en feudo de la Sede Apostólica con Inocencio III. Juan, el cruel rey, había muerto en octubre de 11216 dejando a su hijo de diez años, Enrique III, como sucesor. La crueldad e infidelidad del rey Juan pudo contribuir a que sus barones ofrecieran el reino a Luis, hijo de Felipe de Francia, pero ahora era necesario que fueran fieles a su rey Enrique III. Honorio ordenó a Gualo, su legado en Inglaterra, que urgiera a los barones recalcitrantes a que volvieran a su alianza natural y le dio poder para excomulgar a todos los que obedecieran al príncipe Luis de Francia.
El 19 de enero de 1217 escribió Guillermo, conde de Pembroke, que era el guardián del joven rey y regente de Inglaterra para que se preparara para la guerra contra Luis y los barones infieles. Debido a las severas medidas tomadas contra los barones por el legado papal se restauró la paz y Enrique III fue reconocido como indiscutido rey de Inglaterra, el 11 de septiembre de 1217. Tras la muerte de Pembroke en mayo de 1219. la regencia de Inglaterra estaba nominalmente en manos de los ministros del rey. En realidad Inglaterra era regida por Honorio III por medio de Pandulfo, que había sucedido a Gualo como legado papal en Inglaterra. La influencia de Honorio III siguió siendo importantísima en Inglaterra durante todo su pontificado, porque Enrique III estaba en minoría y era como si los barones y el pueblo reconocieran al papa como el soberano del reino. La incansable actividad de Honorio III en el interés de la justicia y la paz era sentida por toda la cristiandad.
En Bohemia salvaguardó los derechos de la Iglesia contra las intromisiones del rey Ottocar, a través de su legado Gregorio de Crescencio, en 1223. En Hungría protegió al rey Andrés II contra su hijo rebelde Bela IV, amenazando a éste con la excomunión. Consiguió la liberación en 1224 del rey Waldemar de Dinamarca, prisionero del conde Enrique de Schwerin. En Suecia protegió los derechos de la Iglesia contra las intromisiones del rey Juan e impuso el celibato en al clero. En el Imperio latino de oriente, coronó a Pedro de Courtenay como emperador de Constantinopla, en Roma el 12 de abril de 1217 y protegió a su sucesor Roberto y al rey Demetrio de Tesalónica contra Teodoro Comneno. En Chipre eliminó las luchas entre griegos y latinos. En España medió para la paz entre Fernando III y Alfonso IX de León , animó a una cruzada contera los moros (1218-1219), y protegió al rey Jaime de Aragón , en minoría, de los condes Sancho y Fernando. En Portugal defendió al arzobispo Estevao Francisco Suarez contra el rey Alfonso II (1220-1223) que estaba bajo excomunión. En Francia indujo al rey Luis VIII a comenzar una cruzada contra los Albigenses en 1226. Asistió al obispo Cristian de Prusia en la conversión de los prusianos paganos y por sugerencia del obispo recurrió a las provincias eclesiásticas de Maguncia, Magdeburgo, Colonia, Salzburgo, Gnesen, Lund, Bremen, Tréveris y Camin en 1222 para preparar una cruzada contre ellos.
Honorio III fue también un patrón liberal de las dos grandes órdenes mendicantes a las que concedió numerosos privilegios. Aprobó la regla de Santo Domingo en la bula "Religiosam vitam", del 22 dic. 1216, y la de S. Francisco en la bula "Solet annuere", del 29 nov., 1223. Muchos estudioso mantienen que Honorio III concedió a la Indulgencia de la Porciúncula a S. Francisco ya en 1216, mientras que otros [Kirsch en "Theologische Quartalschrift", LXXXVIII (Tübingen, 1906), fasc. 1 y 2] dicen que esa indulgencia de origen posterior y que la que concedió Honorio a S. Francisco es esencialmente diferente de la llamada indulgencia de la Porciúncula. El 30 de enero de 1226 aprobó la Orden Carmelita con la bula "Ut vivendi normam". También la congregación religiosa (Vallis scholarium,) fundada por piadosos profesores de teología en la universidad de París. La bula de aprobación "Exhibita nobis" data del 7 de marzo de 1219. La congregación se unió a la de Sta. Genoveva por orden de Inocencio X en 1646.
Es de advertir que cuatro de los seis santos canonizados por Honorio III eran ingleses o irlandeses: el 17 de mayo a Guillermo, obispo de Bourges (m. 1209); el 18 de febrero a Hogo, Obispo de Lincoln (m. 1200) el 21 de enero a Guillermo, abad de Roschild en Dinamarca (m. 1203) y el 18 de marzo a Guillermo, arzobispo de York (m.1154).
También nombró un comité para investigar los supuestos milagros del abad cisterciense S. Mauricio de Cornoet (m. 1191). No fue formalmente canonizado pero su culto data del pontificado de Honorio III. Su fiesta es celebrada por los cistercienses en 13 de octubre. Honorio III probablemente canonizó también a S. Rainiero, obispo de Forconium, (Aquila) en Italia (m.1077)
Siendo un hombre de estudios, Honorio insistió en que el clero debía recibir una educación, sobre todo en teología. En el caso de un cierto Hugo al que el capítulo de Chartres había elegido como obispo, negó la aprobación porque el obispo electo no tenía suficiente conocimiento "quum pateretur in litteratura defectum", como dice el papa en una carta del 8 de enero de 1219 (Horoy, loc. cit infra, III, 92). A otro obispo le privó de su oficio por las mismas razones (Raynaldus, ad annum 1221). Concedió varios privilegios a las universidades de París y Bolonia, los dos grandes centros del saber durante esos tiempos. Para facilitar el estudio de la teología en las diócesis distantes de los grandes centros de enseñanza ordenó en su bula "Super specula Domini" que algunos jóvenes talentos fueran enviados a reconocidas escuelas teológicas para estudiar para que después pudieran enseñarla en sus propias diócesis. Honorio III adquirió alguna fama como autor, Sus cartas, muchas de las cueles tienen un gran valor histórico, y sus otras producciones literarias fueron recogidas por Horoy en "Medii aevi bibliotheca patristica", serie I (5 vols., Paris, 1879-83). Cuando era chambelán papal (de ahí que se le llamara en general Cencius Camerarius) compilo el "Liber censuum Romanae ecclesiae", quizás la mas valiosa fuente para la historia de la economía papal durante el medievo. Comprende una lista de ingresos de la Sede Apostólica, de las donaciones recibidas, de los privilegios concedidos y de los contratos firmados con ciudades y gobernantes. Se comenzó bajo Clemente III y fue completada en 1192 bajo Celestino III. Muratori la incluyó entre sus "Antiquitates Italicae medii aevi", V (Milan, 1739-43), 851-908. Fabre y Dúchense prepararon una nueva edición para la "Bibliotheque des ecoles francaises d'Athene et de Rome" fasc. i (Paris, 1889), fasc. ii y d iii (1902), fasc. iv (1903).
El manuscrito original del "Liber Censuum", que aún existe (Vaticanus, 8486), concluye con un catálogo de los pontífices romanos y de los emperadores, desde S. Pedro a Celestino III en 1101. Fue editado separadamente por Weiland en "Archiv der Gesellschaft fur altere deutsche Geschichtskunde", XII (Hanover, 1874), 60-77.
Honorio III escribió también una vida de Celestino III (Horoy, loc. cit., I, 567-592); una vida de Gregorio VII (ibid., I, 568-586); un "Ordo Romanus", una suerte de ceremonial que contienen los ritos de la Iglesia par alas distintas ocasiones (ibid., I, 35-94, y Mabillon, en "Museum Italicum", II, 167-220); y 34 sermones (Horoy, I, 593-976). Su colección de decretales conocida como "Compilatio quinta" se ha tratado bajo DECRETALES.
Bibliografía
PRESSUTI, Regesta Honorii III (2 vols., Roma, 1888-95); CLAUSEN, Papst Honorius III (Bonn, 1895). Esta obra no es suficientemente crítica y ha sido corregida complementada por KNEBEL, Kaiser Friedrich II. und Papst Honorius III. in ihren gegenseitigen Beziehungen von der Kaiserkronung Friedrichs bis zum Tode der Legaten des Papstes, 1220-27 (Munster, 1905); POKORNY, Die Wirksamkeit der Legaten des Papstes Honorius III. in Frankreich und Deutschland (Krems, 1886); MASETTI, I pontefici Onori III, Gregorio IX ed Innocenzo IV a fronte dell' imperatore Federico II (Roma, 1884); CAILLEMER, Le pape Honorius III et le droit civil (Lyons, 1881); VERNET, Etudes sur les sermons d'Honorius III, (Lyons, 1888). Respecto a su relación con Inglaterra ver GASQUET, Henry the Third and the Church (London, 1905), 27-107. Ver también la bibliografía de FREDERICK II.
Michael T. Ott.
Transcrito por Herman F. Holbrook. "Se elevaban sin cesar desde la Iglesia oraciones por Pedro".
Traducido por Pedro Royo