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Domingo, 24 de noviembre de 2024

Cátedra de Pedro

De Enciclopedia Católica

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Bajo este titular se tratarán dos temas:

I. La fiesta anual de la Cátedra de Pedro (Cathedra Petri) en Roma.

II. La silla en sí misma.

I. LA FIESTA ANNUAL DE LA CATEDRA DE PEDRO EN ROMA

Desde los primeros tiempos la Iglesia de Roma ha celebrado el 18 de enero la memoria del día en que el Apóstol celebró su primer servicio con los fieles de la Ciudad Eterna. Según Duchesne y Rossi, el "Martyrologium Hieronymianum" (manuscrito Weissenburg) se puede leer lo siguiente: "XV KL. FEBO. Dedicatio cathedræ sci petri apostoli qua primo Rome petrus apostolus sedit" (quince días antes de las calendas de febrero, la dedicación de la Cátedra de S. Pedro el Apóstol, se sentó por primera vez en Roma). El manuscrito Epternach (Codex Epternacensis) de la misma obra dice brevemente: "cath. petri in roma" (La cátedra de Pedro en Roma).

En la forma del siglo XIX del "Martyrologium Hieronymianum" da una segunda fiesta de la Cátedra de pedro el 22 de febrero, pero todos los manuscritos lo asignan a Antioquía no a Roma. Así, el manuscrito más antiguo, el de Berna, dice: "VIII kal. mar. cathedræ sci petri apostoli qua sedit apud antiochiam". El manuscrito Weissenburg dice: "Natl [natale] sci petri apostoli cathedræ qua sedit apud antiocia." Sin embargo se cree que las palabras qua sedit apud antiochiam son una edición posterior. Ambas fiestas son romanas, de hecho; la del 22 de febrero fue originalmente la más importante. Esto queda claro en el calendario de Philocalus hecho en el 354 y que retrocede hasta el 311; no hay mención de la fiesta de enero pero dice de la del 22 de febrero: "VIII Kl. Martias: natale Petri de cathedra" (octavo día antes de las calendas de marzo, el nacimiento (es decir, la fiesta) de la Cátedra de Pedro). Y hasta que después de la inserción de Antioquía en las copias del "Martyrologium Hieronymianum" no cedió en importancia a la de enero.

La iglesia romana, por consiguiente, al principio celebraba una primera y segunda asunción por parte de pedro del oficio episcopal en Roma. Esta doble celebración se daba también en dos lugares, en la basílica vaticana y en el cementerio (coemeterium) de la Vía Salaria. En ambos lugares se veneraba una silla (cátedra) que el apóstol había usado para presidir la asamblea de los creyentes. La primera de esas sillas permaneció en la basílica vaticana en la capilla bautismal construida por el papa Dámaso. Los neófitos in albis (con túnicas blancas) eran conducidos desde el baptisterio al papa que estaba sentado en su Antigua cátedra y recibían de él la consignatio, i.e. el Sacramento de la Confirmación.

Se hace referencia a esta costumbre en una inscripción de Damasco que contiene la línea: "una Petri sedes, unum verumque lavacrum" (una Silla de Pedro, una verdadera fuente de bautismo). S. Ennodio de Pavía (m. 521) habla de esto así ("Libellus pro Synodo", al final): "Ecce nunc ad gestatoriam sellam apostolicæ confessionis uda mittunt limina candidatos; et uberibus gaudio exactore fletibus collata Dei beneficio dona geminantur". (He aquí que ahora los neófitos van hacia la silla gestatoria de la confesión del Apóstol mientras lloran con abundantes lágrimas de júbilo por los dobles donas de la gracia divina) Mientras que en el ábside de la basílica vaticana había una cátedra en la que se sentaba el papa entre el clero romano durante las misas pontificales, había otra en el mismo edificio, una segunda cátedra desde la que el papa administraba a los recién bautizados el sacramento de la confirmación. La silla de pedro del ábside era de mármol y estaba empotrada en la pared, pero la del baptisterio era transportable. Ennodio llama a esta última gestatoria sedes. Durante el Medievo se traía el 22 de febrero desde el consignatorium o lugar de confirmación al altar mayo. Ese día el papa no usaba la cátedra de mármol que estaba atrás en el ábside, sino que se sentaba en la gestatoria, que, naturalmente, era de madera.

La importancia de esta fiesta se enfatizaba por el hecho de que el 22 de febrero se consideraba el aniversario del día en que Pedro dio testimonio , junto al lago Tiberíades, de la divinidad de Cristo y fue de nuevo nombrado por Cristo como la Roca de su Iglesia. Según liturgias muy antiguas occidentales, el 22 de febrero era el día "quo electus est 1. Petrus papa" (en el que Pedro fue elegido primer papa). La misa de esta fiesta la llama al principio: "solemnitatis prædicandæ dies præcipue nobilis in quo…beatus Bar-Jona voce Redemptoris fide devota prælatus est et per hanc Petri petram basis ecclesiæ fixus est", i.e. el día muy digno de alabanza porque el bendito Bar-Jona por razón de su devota fe fue elevado a la preeminencia por las palabras del Redentor y por esta roca de Pedro se estableció la fundación de la Iglesia.

Y la oración (colecta) dice: "Deus, qui hodierna die beatum Petrum post te dedisti caput ecclesiæ, cum te ille vere confessus sit" (Oh Dios que en este día diste a Pedro, después de Ti , la cabeza de la Iglesia.etc.)

A la segunda de las sillas mencionadas se refiere, hacia el año 600, el abad Juan que había recibido el encargo del papa Gregorio el Grande de recoger en pequeños receptáculos el aceite de las lámparas que ardían en las tumbas de los mártires romanos (ver CATACUMBAS, MARTIR), para la reina lombarda Teodolinda. Según el manuscrito de la lista de esos óleos preservados en el tesoro de la catedral de Monza, Italia, uno de esos vasos tenía escrito: "oleo de sede ubi prius sedit sanctus Petrus" (aceite de la sede donde primero se sentó S. Pedro). Otras testimonios antiguos describen el sitio como "ubi Petrus baptizabat" (donde Pedro bautizaba), o "ad fontes sancti Petri; ad Nymphas sancti Petri" (en la fuente de San Pedro ).

Este sitio se señalaba antes en el coemeterium majus (cementerio principal) sobre la vía Nomentana; pero hoy se sabe que era en la vía Salaria, y estaba conectada con el coemeterium, o cementerio de Priscila y la villa de Acilii (Acilii Glabriones), situada sobre ésa catacumba. La fundación de esa villa, que muestra trabajos de ladrillo muy antiguos (opus reticulatum), existe aún. Tanto la villa como el cementerio, en una de cuyas salas sepulcrales hay varios epitafios de miembros de la familia o gens de los Acilii, pertenecen al período apostólico.

Es muy probable que Priscila, que dio su nombre con fundadora de la catacumba fuera la esposa de Acilius Glabrio, ejecutado bajo Domiciano. Apenas hay dudas de que el lugar "ubi prius sedit sanctus Petrus, ubi Petrus baptizabat" (donde Pedro se sentó en primer lugar, donde Pedro bautizaba), haya que buscarlo no el cubiculum (cámara) que está bajo tierra en las catacumbas sino en un oratorio en la superficie. Al menos nada se ha encontrado en el antiguo cementerio de Priscila, completamente excavado, que se refiera a una silla o cátedra.

La fiesta de la Cathedra Petri se celebraba, por tanto en la Vía Salaria el 18 de enero y en el Vaticano, el 22 de febrero. Es fácil de entender que tras el triunfo del cristianismo la fiesta pudiera celebrarse con más pompa en la basílica erigida por Constantino el Grande sobre la confessio, o tumba de S. Pedro que en una capilla lejos de la ciudad en la Vía Salaria.

Sin embargo este sitio podía presumir a su favor de que allí fue donde Pedro ejerció por vez primera el oficio episcopal de Roma ("ubi prius sedit sanctus Petrus", como escribió el abad Juan, o "qua primo Rome petrus apostolus sedit", como se lee en el "Martyrologium Hieronymianum" el 18 de enero). Esta doble fiesta de la Cátedra de S. Pedro se atribuye generalmente a una larga ausencia de Roma del Apóstol. Como, sin embargo, el lugar "ubi s. Petrus baptizabat, ubi prius sedit" estaba lejos de la ciudad, es natural pensar que la segunda fiesta de la Cátedra esté relacionada con la apertura de una capilla para el culto cristiano en la ciudad misma.


II. LA SILLA EN SI MISMA

Los godos que conquistaron y sometieron a pillaje a Roma en el 410 avanzaron hacia la ciudad por la Vía Salaria y la Vía Nomentana; las mismas fueron utilizadas por los invasores germanos del territorio romano en los siglos seis y siete. No sólo las iglesias, sino también los cementerios de estas vías fueron sometidos a expolio y devastación. Es más, hasta tan tarde como el año 600, una lámpara ardía el en lugar "ubi prius sedit sanctus Petrus". Si la silla original hubiera estado allí en ese momento ¿se hubiera librado del pillaje y destrucción al que sometieron a los sarcófagos en las catacumbas? Las palabras del abad Juan "oleo de sede, ubi prius sedit sanctus Petrus", parece no dejar dudas sobre esto. El hecho, recogido en los martirologios (ver arriba) de que por el siglo noveno una de las dos fiestas de la cátedra romana había emigrado a Antioquía, muestra que la cátedra de la Vía Salaria debió perecer hacia el siglo sexto o séptimo.

Y llegamos a la cuestión: ¿Dónde estaba originalmente la silla mostrada y venerada en el Vaticano durante el siglo cuarto? La fuerza de la tradición antigua ha designado la iglesia de Santa Pudenciana como el lugar en que, el la casa que se supone que era del senado Pudens, los dos grandes apóstoles no solo recibieron hospitalidad sin que celebraban servicios cristianos. Sin embargo las leyendas conectadas con Santa Pudenciana no ofrecen suficiente garantía para la teoría de que esa iglesia era la catedral y residencia de los papas antes de Constantino. Cerca del fin de la Epístola a los Romanos (xvi, 5), S. Pablo menciona un lugar donde los servicios religiosos se celebraban, la casa de Aquila y Prisca (ten kat oikon auton ekklesian – ahora Santa Prisca en el Aventino). Aquila y Prisca son las primeras a las que el apóstol envía saludos. La conexión de Aquila con la catacumba de Priscila se muestra aún en epitafios del lugar de enterramiento. En 1776 se excavó en el Aventino, cerca de la actual iglesia de Santa Prisca, una capilla con frescos del siglo cuarto, en las que aun se reconocen las figuras de los dos apóstoles.

Entre los escombros se halló también un vaso dorado con las figuras de Pedro y Pablo. La fiesta de la dedicación de esta iglesia (punto importante) aún se celebra el mismo día que el de la cátedra descrita arriba, 22 de febrero. Esta iglesia siguió celebrando la fiesta tradicional hasta después de la destrucción del objeto por el que se originó. En la cripta de Santa Prisca hay un capitel con letras del siglo trece con la inscripción: PTISMUS SANCTI PETRI (Bautismo de S. Pedro), sin duda eco de una antigua tradición de la administración del bautismo en ese lugar por Pedro. Así hemos hecho una serie de consideraciones que hacen probable que el lugar "ubi secundo sedebat sanctus Petrus" (donde S. pedro se sentaba por segunda vez) debe estar en la actual iglesia de Santa Prisca; en otras palabras , que la silla a la que se refiere S, D-amaso estuvo allí en el período anterior a Constantino y allí se celebraba el "natale Petri de cathedrâ", fijado en el 22 de febrero comenzando desde el 354. También se concluye que esta es la cátedra a la que se refieren los más viejos testimonios (testimonia) que hablan de la silla desde la que enseñó Pedro en Roma. El tercer poema contra marción dice( "Adversus Marcionem", P.L., II, 1099):

Hâc cathedrâ, Petrus quâ sederat ipse, locatum Maxima Roma Linum primum considere iussit.

(Sobre esta silla donde el mismo Pedro se sentaba, Gran Roma, puso en primer lugar a Lino y le ordenó sentarse.

Más aún, S, Cipriano que escribía hacia el 250, mientras estaba vacante la sede tras la muerte de papa S. Fabián, la describe de la siguiente manera: "Cum locus Fabiani, id est locus Petri et gradus cathedræ sacerdotalis vacaret" ( cuando el lugar de Fabián, es decir el lugar de Pedro y el paso de la silla sacerdotal estaban vacantes.

Y hacia el 200, Tertuliano escribe en su "De præscriptione bæreticorum": "Percurre ecclesias apostolicas, apud quas ipsæ adhuc cathedræ apostolorum suis locis præsident. Si Italiæ adjaces habes Romam" (visita las iglesias apostólicas entre las que la mismísima silla de Pedro aun preside. Si estas cerca de Italia, está en Roma).

Y es fácil de entender, por las circunstancias de aquellos tiempos que el papa Dámaso decidiera trasladar la cathedra Petri desde Santa Prisca al Vaticano. Desde el reinado de Constantino la residencia de los papas había sido el Laterano y su magnífica basílica – catedral, mientras que el cercano baptisterio de Constantino servia para la administración solemne del bautismo en la víspera de la Pascua de Resurrección.

En el medio siglo que va desde 312 a 366 (dato de la accesión de Dámaso) la importancia de Santa Prisca, su baptisterio y su cátedra debió declinar naturalmente: Dámaso debía estar seguro de la aprobación de toda Roma cuando trasladó la venerable reliquia apostólica de la pequeña capilla en Santa Prisca a su propio nuevo baptisterio en el Vaticano, donde permaneció con certeza hasta el primer cuarto del siglo sexto después del cual se colocó en diferentes capillas de la basílica vaticana.

Durante La Edad Media era costumbre exhibirla a los fieles una vez al año; el nuevo papa era solemnemente entronizado en esta venerable silla, una costumbre que terminó al instalarle el papado en Aviñón a principios del siglo catorce. Y para preservar para la posteridad esta preciosa reliquia, Alejandro VII (1655-67), siguiendo un diseño de Bernini, cubrió en un gigantesco recubrimiento de bronce la Cathedra Petri sobre el altar del ábside de S, Pedro, sostenida por cuatro doctores de la Iglesia (Ambrosio, Agustín, Atanasio y Crisóstomo) y desde entonces, durante doscientos años no se exhibió en público, En 1867, sin embargo con ocasión del décimo octavo centenario del martirio de los dos grandes apóstoles se expuso a la veneración de los fieles. En ese momento los hermanos Alessandri la fotografiaron.

La silla levanta aproximadamente un pie diez pulgadas del suelo y dos pies once y siete-octavos de ancha; los lados son dos pies una y media pulgada de profundidad; la altura del respaldo hasta el tympanum es de tres pies cinco y un tercio pulgadas; la altura entera de la silla es cuatro pies siete y un octavo de pulgada.

Según el examen que hicieron entonces el Padre Garucci y Juan Bautista de Rossi la parte más antigua es simplemente una silla de brazos de roble con cuatro patas unidas por travesaños. La madera está muy carcomida y se han cortado trozos de distintas partes en tiempos diferentes, evidentemente para reliquias. A derecha e izquierda del asiento cuatro fuertes aros de hierro, para los palos de transporte, sujetos a las patas. En fecha tardía, quizás en el siglo nueve, esta famosa silla fue reforzada con trozos de madera de acacia que tiene incrustaciones de una rica ornamentación de marfil. Para los adornos frontales de la silla hay dieciocho pequeñas tablillas de marfil con grabados de los trabajos de Hércules y animales fabulosos. Era común en este tiempo ornamentar las cubiertas de los libros y relicarios con tablillas de marfil o piedras labradas que representaban escenas mitológicas. La parte trasera está dividida por columnitas y arcos en cuatro campos que terminan en la parte superior en un tímpano ornamentado con una gran hueco redondo entre dos más pequeños. El tímpano está rodeado de tiras de marfil con arabescos grabados. En el centro de la franja horizontal un retrato de un emperador grabado en el marfil, supuestamente de Carlos el Calvo. El arabesco de hojas de acanto está lleno de representaciones fantásticas de animales y la ejecución un tanto basta de la obra la haría del periodo de este emperador (884) una fecha probable.

Lo que aún queda de la cátedra apenas permite dar una opinión sobre la forma original. De todas las maneras, era una pesada silla hecha de piezas simples de madera de manera que no se puede considerar una sella curulis de Pudens, como se pensó durante algún tiempo. Los cuatro aros de las dos partes pertenecen a la silla original (Ennodius de Pavia utilizó en el siglo sexto el término sedes gestatoria como una forma que todos entendían a que se refería) lo que dice que probablemente fuera una simple silla de transporte como las que eran de uso común en la Roma antigua.

Mientras que las dos sillas eran la memoria visible de los primeros orígenes del trabajo apostólico de Pedro en Roma, a colección de recuerdos sobre su primera llegada a la ciudad se preserva en las litanioe majores (letanías mayores) del 25 de abril, día en que también se celebra la fiesta de S. Marcos, a quien Pedro había enviado a Alejandría de Egipto. Antioquía y Alejandría, los dos más importantes patriarcados de oriente fueron , como Roma, fundados por Pedro. Gregorio el Grande se refiere a esta relación espiritual con el patriarcado romano de occidente en una carta al patriarca Eulogio (P.L., LXXVII, 899): "Quum multi sint Apostoli, pro ipso autem principatu sola Apostolorum principis sedes in auctoritate convaluit, quæ in tribus locis unius est. Ipse enim sublimavit sedem, in qua etiam quiescere et præsertim vitam finire dignatus est. Ipse decoravit sedem, in qua Evangelistam (Marcum) discipulum misit. Ipse firmavit sedem, in qua septem annis, quamvis discessurus, sedit. Quum ergo unius atque una sit sedes, cui ex auctoritate divina tres nunc episcopi præsident, quidquid ego de vobis boni audio, hoc mihi imputo" (Aunque hay muchos apóstoles la preeminencia de autoridad pertenece permanentemente a ningún otro que a la silla del Príncipe de los Apóstoles, Cátedra que aunque la estableció en tres lugares, permanece sin embargo la del mismo apóstol. El la erigió a la más alta autoridad en el lugar (Roma) donde se dignó fijar su residencia y terminar su vida.

Honró en ella a la ciudad (Alejandría) a la que envió a su discípulo, el evangelista Marcos. La fortaleció en la ciudad (antioquía) donde, aunque había de partir de allí, se sentó durante siete años. Y por consiguiente puesto que la silla en la que ahora por autoridad divina tres obispos presiden es la misma silla idéntica del mismo (Pedro), lo que sobre vosotros oigo de bueno me lo atribuyo.

Concluimos por consiguiente que no hay razón para dudar de la reliquia conservada en el Vaticano es genuina y que se conoce como Cathedra Petri. Según Eusebio, Jerusalén preservó la cátedra de Santiago (Hist. Eccl., VII, xix), Alejandría la de Marcos (G. Secchi, La cattedra alessandrina di San Marco, Venecia, 1853). Y Tertuliano en el párrafo citado arriba se refiere al valor que daban las iglesias apostólicas a la posesión de las sillas de sus fundadores (apud quas ipsæ adhuc cathedræ apostolorum suis locis præsident), y al enumerarlas, coloca en primer lugar a Roma. Más aún los otros escritores cotados arriba cuyos testimonios llegan hasta el siglo segundo, todos postulan la presencia en Roma de la actual Cathedra Petri. Ver también PEDRO, SAN; PRIMACÍA ).


Bibliografía

El studio más exhaustivo sobre estos temas es el de De Rossi, en Bulletino di archeologia christiana (Roma, 1867), 33, ss. -- Cf. STEVENSON, en KRAUS, Realencyklopädie d. christlichen Alterth¨aut;mer (Freiburg im Br., 1886), II, 156-61; SANGUINETTI, De Sede romanâ beati Petri, etc., commentarius historico-criticus (Roma, 1867); RAMPOLLA, De Cathedrâ romanâ beati Petri (Roma, 1868); NORTHCOTE-BROWNLOW, en Roma Sotterranea, I, 494; BARNES, St. Peter in Rome and his Tomb on the Vatican Hill (London, 1900), 35, 55, 79-82; SMITH AND CHEETHAM (non-Catholic), Dictionary of Christian Antiquities (Hartford, 1880), II, 1625-27. –

Entre obras antiguas, consultar: PHOEBEUS, De identitate Cathedroe Petri Romanoe libri II (Roma, 1666); ed. PIERALISI (Roma, 1886); TORRIGIO, Grotte Vaticane (Roma, 1639); CANCELLIERI, De Secretariis basilicoe Vaticanoe (Roma, 1788); Acta SS., June, V, 425-75; también FOGGINI, De romano beati Petri itinere (Florencia, 1741; y MAMACHI'S obra similar, Roma, 1872). Cf. ZACCARIA, De sancti Petri apost. princ. primatu (Roma, 1776). Para la fiesta de la Cátedra ver KELLNER, Die Feste Cathedra Petri und des antiochenischen Episkopats dieses Apostels, in Zeitschrift f. kath. Theologie (1889), XIII, 566-76; MARUCCHI, Le memorie dei SS. Apostoli Pietro e Paolo nella città di Roma (ibid., 1894); MORIN, Un sermon ancien pour la féte de la Chaire de St-Pierre, in Revue bénéd., 1896, XIII, 343-46. Cf. BENEDICT XIV, Su le feste della Cattedra di San Pietro, due dissertazioni inedite (Roma, 1828).


Anton De Waal.


Transcrito por Douglas J. Potter. Dedicado al inmaculado corazón de la Santísima virgen Maria.


Traducido por Pedro Royo