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Sábado, 23 de noviembre de 2024

Tabernáculo

De Enciclopedia Católica

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En la Edad Media, tabernáculo significaba, en ocasiones, el altar del copón, una estructura apoyada sobre pilares y cubierta con un baldaquín, puesta sobre un altar, a veces un ostensorio o una custodia, un receptáculo, en forma de torre, para preservar y exponer reliquias y el Santísimo Sacramento, a veces, por último, como se utiliza hoy, el nombre dado a un receptáculo que contiene el viril. Es decir que, en la actualidad, en el uso eclesiástico, es únicamente el nombre del receptáculo o cofre colocado sobre la mesa del altar mayor o de otro altar, en donde se guardan los vasos que contienen el Santísimo Sacramento, como el copón y la custodia. Como regla general, en las catedrales y en las iglesias monásticas, no se coloca en el altar mayor sino en un altar lateral, o en el altar de la capilla dedicada especialmente a los sacramentos; esto se hace tanto a título de la reverencia que se le debe al Santísimo Sacramento como para evitar interferir con el desarrollo de las ceremonias de las celebraciones solemnes que se llevan a cabo en el altar mayor. Por otra parte, normalmente se pone sobre el altar mayor en iglesias parroquiales, por ser la ubicación más apropiada ("Cærem. ep.", I, xii, No. 8; "Rit. rom.", tit. IV, i, no. 6; S.C. Episc., 10 febrero, 1579). La Sagrada Congregación de Ritos ha tomado varias determinaciones en relación con el tabernáculo. Según éstas, para mencionar sólo las decisiones más importantes, no se exponen reliquias ni imágenes para ser veneradas sobre o delante del tabernáculo ("Decreta auth.", nos. 2613, 2906). Tampoco se permite colocar floreros ante la puerta del tabernáculo de modo que lo oculten (no. 2067). El interior del tabernáculo debe ser dorado o tapizado en seda blanca (no. 4035, ad 4); sin embargo, el exterior deberá estar cubierto por un paño que debe ser blanco o que debe cambiarse según el color de los ornamentos del día; este manto se conoce con el nombre de conopeo (no. 3520; cf. "Rit. rom., loc. cit.). La bendición del tabernáculo es habitual pero no obligatoria.

HISTORIA

En la Edad Media no había una costumbre uniforme en cuanto al lugar donde se guardaba el Santísimo Sacramento. El Cuarto Concilio de Letrán, y muchos sínodos provinciales y diocesanos celebrados en la Edad Media, sólo exigían que la Hostia se mantuviera en un recipiente seguro, bien cerrado. A lo sumo, exigían era que se colocara en un lugar limpio y visible. Sólo unos pocos sínodos designan el lugar con más detalle, como los Sínodos de Colonia (1281) y de Münster (1279) que ordenaron que se mantuviera en un lugar elevado sobre el altar y protegido por una cerradura con llave. En términos generales, se pueden distinguir cuatro métodos principales de preservar el Santísimo Sacramento en la época medieval:

· En un gabinete en la sacristía, una costumbre relacionada con la usanza cristiana primitiva;

· En un gabinete empotrado en la pared del coro o en una proyección de una de las paredes, construida en forma de torre, conocida como la Casa del Sacramento, que a veces llegaba hasta la bóveda;

· En un viril, rodeado de una cubierta o receptáculo y generalmente cubierto por un pequeño baldaquín, suspendido sobre el altar por una cadena o cordón;

· Por último, sobre la mesa del altar, ya sea únicamente en el viril o en un receptáculo similar a un tabernáculo o a un pequeño cofre incrustado en el retablo o sobre la predela del altar.

Este último método se menciona en la "Admonitio synodalis" del siglo IX por Regino de Prüm (d. 915), más tarde por Durandus, y en las reglamentaciones emitidas por los Sínodos de Trier y de Münster, ya mencionado. Hay evidencia de trípticos que contiene cofres para guardar el Santísimo Sacramento que se remontan al siglo XIV, como, por ejemplo, el del altar de Santa Clara en la Catedral de Colonia, aunque no fueron muy numerosos hasta fines del período medieval. El altar mayor que data de 1424 en la Iglesia de San Martín en Landshut, Bavaria, es un ejemplo de una combinación de retablo y Casa del Sacramento. Para el siglo XVI ya se había convertido en costumbre, gradual y lentamente más generalizada, guardar el Santísimo Sacramento en un receptáculo colocado en un punto elevado sobre el altar. Este era el caso especialmente en Roma, en donde se inició esta costumbre, y en Italia en general, principalmente por el buen ejemplo de San Carlos Borromeo. El cambio se fue dando muy lentamente en Francia, en donde aún en el siglo XVIII seguía siendo habitual en muchas catedrales suspender el Santísimo Sacramento sobre el altar, al igual que en Bélgica y Alemania, donde la costumbre de utilizar la Casa del Sacramento se mantuvo en muchos lugares hasta después de mediados del siglo XIX cuando la decisión de la Sagrada Congregación de Ritos del 21 de agosto de 1863, puso fin al uso de dichos receptáculos.

THIERS, Traité de l'exposition du St-Sacrement de l'autel (Paris, 1673); CORBLET, Hist. du Sacrement de l'Eucharistie, I (Paris, 1885); ROHAULT DE FLEURY, La Messe, II (Paris, 1883); LAIB AND SCHWARZ, Studien über die Geschichte des christl. Altars (Stuttgart, 1857); SCHMID, Der christl. Altar (Ratisbon, 1871); RAIBLE, Tabernakel Einst u. Jetzt (Freiburg, 1908).

JOSEPH BRAUN Transcrito por Wm Stuart French, Jr. Dedicado al Reverendo Robert E. O'Kane Traducido por Rosario Camacho-Koppel www.catholicmedia.net