Santa Rosa de Lima, Maestra de los Niños

Luis Pacheco del Pino, miembro de la Enciclopedia Católica viene a resolver un problema y a suplir una necesidad. El problema de la trivialización de los Sagrado, y de la malvada reducción a la historieta de lo que es Hagiografía. El artista Luis Pacheco del Pino retoma bellamente la antigua tradición emblemática figurativa y realista de los símbolos y emblemas que sirven de fuente a toda la iconografía que cristianizó nuestro continente y las islas filipinas. Los niños en catequesis no necesitan Cuentos de Calleja, ni mucho menos asociar a los santos con animaciones niponas de origen y propósitos inmundos.

El Papa León XIV nos enseña que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios vivo, es decir, el único Salvador y el que nos revela el rostro del Padre. En Él Dios, para hacerse cercano a los hombres, se ha revelado a nosotros en los ojos confiados de un niño, en la mente inquieta de un joven, en los rasgos maduros de un hombre hasta aparecerse a los suyos, después de la resurrección, con su cuerpo glorioso. Nos ha mostrado así un modelo de humanidad santa que todos podemos imitar, junto con la promesa de un destino eterno que, sin embargo, supera todos nuestros límites y capacidades.

El Papa León nos pide que en todo lo que hagamos en la vida, Jesús esté por encima y por delante de nosotros. El mundo está en guerra porque ha olvidado a Dios, y porque los hombres lo han sacado del centro de su vida. En esta guerra contra el mal, la Virgen María, Madre de Jesús y Madre nuestra pone en nuestras manos el Santo Rosario, que desarma y vence al demonio. Para vencerlo debemos tratar de ser como los ángeles en todo lo que hagamos.

El nuestro es un Dios cercano, que quiere estar en medio de los hombres, oculto en la Sagrada Eucaristía. Cuando Santa Rosa vio que Lima, su patria estaba en peligro fue a toda velocidad ante el Santísimo Sacramento para defenderlo porque era su mayor tesoro.