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Domingo, 24 de noviembre de 2024

Oficio parvo de Santa Úrsula, Virgen y Mártir

De Enciclopedia Católica

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EJERCICIOS DEVOCIONALES EN HONOR A LA SANTÍSIMA VIRGEN Y MÁRTIR ÚRSULA Y SU SANTA COMPAÑÍA.


Publicado por Nikolaus Doll. Augsburgo, Alemania. Año 1843.




OFICIO LITURGICO EN HONOR DE LA SANTISIMA VIRGEN Y MARTIR URSULA Y SUS SANTAS ACOMPAÑANTES.



ORACIONES INICIALES


¡A Ti sea Señor por siempre todo el poder, el honor y la gloria! ¡Has creado para ti un ejército de vírgenes, que en su tierna juventud permanecieron dedicadas a la virtud, amantes de la castidad hasta la muerte! Inflámanos con igual amor; ¡Que nosotros entre estos coros de doncellas te cantemos a Ti, Santísimo Dios! Alabado seas para siempre!


A MAITINES


V. Señor abre mis labios.

R. Y mi boca proclamará tus alabanzas.

V. ¡Dios mío! ¡Ven en mi ayuda!,

R. Señor! apúrate a ayudarme.

V. Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo

R. Como era en el principio, eternamente y por los siglos de los siglos. Amén.


DESDE NIÑA, ÚRSULA DESPRECIA GENEROSAMENTE AL MUNDO.


Una hija de buena familia desde temprana edad

Despreció el esplendor del mundo y su vanidad;

Rechazó los lujos y lisonjas de la Corte

Pues Dios la había escogido para sí mismo,

La había elegido para ser su consorte.

Oración unida a la verdadera virtud,

Un corazón puro según la mente de Cristo

Era ya el adorno de su juventud,

Poderoso amor que la atrajo al cielo.


Meditemos, pues Úrsula nos muestra,

Que no es excusa nuestra juventud,

Para emplearnos tempranamente en obras de virtud,

Y así ganar la gloria del cielo, con dignidad cierta.


Antífona. No améis al mundo porque en él todo es vanidad, temed a Dios y guardad sus mandamientos.



V. Acuérdate de tu Hacedor en los días de tu juventud,

R. Y sabed que Él os llamará antes de Su juicio.


Oración. Oh Dios! Tú que concediste a santa Úrsula la gracia de conquistar y vencer al mundo y sus goces: haz que, siguiendo su ejemplo, no nos dejemos engañar por los ilusorios bienes de los mismos, sino que luchemos con anhelo activo por los tesoros eternos en el cielo. Por Cristo nuestro Señor. Amén.



A LAUDES


V. ¡Dios mío! ¡Ven en mi ayuda!,

R. Señor! apúrate a ayudarme.

V. Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo

R. Como era en el principio, ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.


URSULA DESEA PERMANECER VIRGEN PARA SIEMPRE.


Totalmente entregada al amor de Dios,

Como virgen, casta y pura, y consagrada al Señor

Durante toda la vida, sólo para casarse con Jesús:

Pero deja a la voluntad de Dios lo que Él decida

Según su sabio consejo, Él ha decretado

Y ella cumple su designio bien aceptado.


Qué tranquila fluye mi vida, entretanto

Cuando imitando a Úrsula, también yo,

Devotamente me entrego a la voluntad de Dios:

Y puedo dedicarme a Su servicio santo.


Antífona. Qué hermosa es la virtud de la castidad, porque nos coloca en constante memoria delante de Dios y de los hombres. La santificación es la voluntad de Dios.


V. Modelad la sana enseñanza que habéis oído en el amor de Jesús;


R. Y custodiad los bienes depositados por el Espíritu Santo que habita en nosotros.


Oración. Oh Dios!, de donde brotan los santos deseos, las buenas intenciones y las justas obras: ilumíname en todo lo que me propongo hacer por tu Espíritu Santo, para que quiera siempre, como santa Úrsula, sólo lo que te agrada y lo que tu Señor deseas. Infúndeme gracia para hacer vigorosamente tu voluntad. Por Cristo nuestro Señor. Amén.



A PRIMAS


V. ¡Dios mío! ¡Ven en mi ayuda!,

R. Señor! apúrate a ayudarme.

V. Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo

R. Como era en el principio, ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.


ÚRSULA OBEDECE Y SU ORACIÓN ES ESCUCHADA POR DIOS


Un príncipe quiere elegirla como esposa,

Por su voto de castidad tiene miedo de casarse,

Pero Dios escucha su súplica silenciosa.

Ella se embarca en el mandato de los Padres por amor a Dios;

Un coro de doncellas, su séquito quiere acompañarla en esta misión.



Oh, la Suprema Voluntad sea santa para mí,

Como guía de Dios; yo le obedeceré sin escarceo

¡Entonces Dios siempre tendrá misericordia

Y otorgara la plenitud de la gracia a más de un deseo!


Antífona. Obedezcan a sus gobernantes y estén sujetos a ellos: porque ellos velan como los que tienen que dar cuenta de sus almas.


V. Dios resiste a los soberbios.

R. Pero a los humildes les da su gracia.


Oración. Oh Dios! Tú que quieres que obedezcamos a nuestros superiores por ti y que premias la obediencia por la humildad: inculca en nosotros estas virtudes para que, siguiendo el ejemplo de santa Úrsula, mostremos a nuestros padres y superiores el amor y la obediencia que debemos, para que todo sea guiado por vuestra prudencia, para el fin determinado por Vos para la salvación de nuestras almas. Por Cristo nuestro Señor. Amén.



A TERCERAS


V. ¡Dios mío! ¡Ven en mi ayuda!,

R. Señor! apúrate a ayudarme.

V. Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo

R. Como era en el principio, ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.


ÚRSULA CONFÍA EN DIOS EN LA TEMPESTAD DEL MAR


Ya se acerca a la tierra de los francos,

Pero de repente se levanta una tormenta.

La furia del mar, el estremecimiento del barco

Aterroriza al coro de las tiernas doncellas.

Pero a Úrsula no se la ve con temor,

No le teme a la muerte ni su proximidad;

Ella encomienda toda la vida al Señor,

Quien rápidamente mandó calma a la tempestad.


Como Úrsula, también yo confío plenamente

En Dios en los momentos de peligro.

Él puede lejos del mal mantenerme,

Él me salva de todos los problemas.


Antífona. No os dejéis asombrar por las tribulaciones que os vienen a prueba; El Señor guardará a los piadosos y los librará de los males.


V. El Señor sabe rescatar del peligro a los justos.

R. Los que esperan en El no serán avergonzados.


Oración. ¡Oh Santa Úrsula! Tú que, junto con tus compañeras, pusiste siempre confianza inmutable en Dios en los mayores peligros y fuiste graciosamente protegido por Él: obtenedme gracia para que no me desanime en mis tribulaciones, sino aprender a confiar más en Dios, mi Padre que está en los cielos, mi única esperanza edificada, para que yo pueda tener su consuelo y salvación para descansar. Por Cristo nuestro Señor. Amén



A SEXTAS


V. ¡Dios mío! ¡Ven en mi ayuda!,

R. Señor! apúrate a ayudarme.

V. Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo

R. Como era en el principio, ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.


POR AMOR A LA VIRTUD DE LA CASTIDAD, ÚRSULA SALIÓ AL ENCUENTRO DE LOS HUNOS.


Al llegar cerca de Colonia en el Rin,

Se ve amenazada por un peligro ruin;

Está cerca, emanando de una furia como ninguno

La terrible multitud de los hunos.

Ella llega y confronta al enemigo inspirada:

'¡La confianza en Dios es mi estandarte!

No temo ni a la flecha ni a la espada,

Yo permanezco en Jesús, Él en mí, nada nos aparte.


Con la ayuda de Dios, conquistamos con valor

Al diablo, la carne y el mundo,

Pero perderán en la lucha, por error,

Quienes cayeron en el vicio inmundo.


Antífona. Bienaventurado el que soporta la tentación; si es aprobado, recibirá la corona de vida que el Señor ha prometido a los que le aman.


V. Todos los que viven piadosamente en Cristo Jesús, serán perseguidos por su causa.


R. Y los que son de Cristo tienen la carne mortificada contra los malos deseos.


Oración. Oh Dios! Tú que impusiste severas tentaciones contra la pureza a Santa Úrsula y su compañía, pero concediste la ayuda de Tu fuerza divina para la victoria en esa prueba: protégenos con gracia de todos los peligros del pecado, y ayúdanos siempre con tu gracia, para que podamos vencer con firmeza todas las tentaciones y permanecer fieles y agradables a ti con un cuerpo casto y un corazón puro. Por Cristo nuestro Señor. Amén.



A NONAS


V. ¡Dios mío! ¡Ven en mi ayuda!,

R. Señor! apúrate a ayudarme.

V. Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo

R. Como era en el principio, ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.


ÚRSULA EXHORTA A SUS COMPAÑERAS A MANTENER LA CASTIDAD Y SEGUIR EL MARTIRIO.


¡Oh, hermanas! Dice Úrsula resueltamente,

Permaneced fieles a Jesús hasta la muerte;

Y nuestra sangre será derramada también,

¡Confiad! Pues ayuda a los castos el Sumo Bien.

Ahora queremos jurarle lealtad,

Que nuestra sangre fluya por su Santidad;

Él escuchará las súplicas de los suyos,

Él nos conducirá a los cielos castos y puros.


La salvación de nuestro prójimo

Y la gloria de Dios Es nuestro placer

Y promoverlas es nuestro deber,

Entonces, con el ejército santo,

Allí veremos su rostro con gozo y encanto.


Antífona. Consolaos unos a otros, edificándose el uno al otro. Servíos unos a otros, cada uno según el don que ha recibido, como fieles dispensadores de los diversos dones de Dios.


V. Al llevar la palabra de Dios a los hermanos, serás un siervo fiel de Jesucristo,


R. Como alguien que ha sido educado en los principios de la fe y la verdadera doctrina.


Oración. ¡Oh Santa Úrsula! Tú que, con riesgo de tu vida, has animado a tus compañeras a mantener la pureza virginal y a hablar firmemente sobre Jesús: obtén para mí la gracia de que yo, como tú, esté lleno de santo celo por la gloria de Dios y la salvación de mi prójimo, en cuanto pueda, anime a los pecadores al arrepentimiento, pero fortalezca a los justos en las buenas enseñanzas y especialmente en la conducta intachable, para que pueda reemplazar las ofensas que puedan surgir, y por la santificación del nombre divino merezca mayor gloria en el cielo. Por Cristo nuestro Señor. Amén.



A VISPERAS


V. ¡Dios mío! ¡Ven en mi ayuda,

R. Señor! apúrate a ayudarme.

V. Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo

R. Como era en el principio, ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.


ÚRSULA SUFRE EL MARTIRIO CON SUS COMPAÑERAS.


Úrsula y las vírgenes todas dan sus vidas,

Con un sentido de heroísmo por Dios fortalecidas,

En la lluvia de flechas se revela su sacrificio

Y la heroína se hunde sobre la heroína.

Mil coronas brillan en el cielo con gran gloria,

Para recompensar su martirio y su memoria.

Todas ellas mueren, y en lo alto entronizadas

Con Jesús su Dios eternamente desposadas.


Oh, ¿no tenemos también nosotros

Vida como Úrsula, sólo de Dios?

Queremos dárselo todo como sacrificio

Y luchar por él hasta el último suspiro.


Antífona. El que me confiese delante de los hombres, yo también me confesaré delante de mi padre celestial.


V. No temáis al que sólo mata el cuerpo.

R. Sino al que puede sumergir cuerpo y alma en el infierno al mismo tiempo.


Oración. Oh Dios! Tú que diste a Santa Úrsula y a su compañía una extraña fortaleza, por la cual entregó sangre y vida por la virtud de la castidad y por tu santa fe: fortalécenos también a nosotros, que todos luchamos por tu santa religión, y especialmente por la virtud de la castidad como un ejército santo, y estemos más dispuestos a sacrificar sangre y vida antes que pecar para seros infieles y perder el cielo. Por Cristo nuestro Señor. Amén.



A COMPLETAS.


V. ¡Conviértenos, oh Dios nuestro Salvador!

R.Y aparta de nosotros tu ira.

V. ¡Dios mío! ¡Ven en mi ayuda!,

R. Señor! apúrate a ayudarme.

V. Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo

R. Como era en el principio, ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.


ÚRSULA CON SU COMPAÑÍA EN LA GLORIA.


¡Mirad hacia cielo y contemplemos todos!

Úrsula está en el trono de Dios: feliz, dichosa

Con un manto de luz, que la reboza,

Brilla allí con una corona de oro, bien ganada

La palma de la victoria en su mano agarrada.

Los coros de ángeles de Dios están afinados.

Llena de regocijo en su canto de alabanza:

"A Dios y al Cordero sea la gloria y el honor"

Será por siempre su canto de loor.


Yo también quiero adquirir el cielo,

Úrsula nos precede en el caminar;

Quiero morir al placer terrenal

Y caminar el camino de la cruz con gran celo.


Antífona. Ni el ojo vio, ni el oído oyó, ni la mente humana entendió lo que Dios ha preparado para los que le aman.


V. Bienaventurados los de limpio corazón

R. Porque ellos verán a Dios.


Oración. ¡Oh Santa Úrsula, virgen firme y ahora mártir glorificada de Jesucristo! tú que tienes intacta la corona de la virgen unida a la palma del martirio, y tú y tus Santas Compañeras, a quienes con tu ejemplo llevaste al cielo, deben sentirse recompensadas de tantas maneras: ruega junto con ellas por mí, para que pueda pensar continuamente en las alegrías del cielo, y así animarme a imitar tu constancia, y con una muerte feliz llegue a estar en tu compañía en el cielo; Y así seguir al Cordero para siempre, y poder regocijarme en cantar el cántico de la santidad. Por Cristo nuestro Señor. Amén.



CONCLUSION


Oh Dios! para mostrarte nuestra fe cristiana te hemos de alabar

Cantamos este himno; ¡Guíanos a la Patria celestial,

Para que seamos castos de cuerpo, de alma pura,

Siempre gratos a ti! Como la gran Santa Úrsula,

Por sus ruegos, concédenos bondadosamente

El perdón de nuestras pecados copiosamente.

Fortalécenos, para que demos vida y sangre

Antes que aprobar un pecado que a Dios desaire;

Que sobrevivamos bien a la batalla de la virtud,

Y sigamos fielmente tu camino, oh Cristo Jesús.

Ayúdanos al final de la vida, y así lograrte:

Para que tu cielo sea en premio nuestra mejor parte.


-Colaboración de Carlos Villaman