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Jueves, 21 de noviembre de 2024

Demonios

De Enciclopedia Católica

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(Griego daimon y daimonion, Latín daemonium).

En las Escrituras y en la teología Católica esta palabra ha llegado a significar casi lo mismo que diablo y denota a uno de los espíritus malignos o ángeles caídos. Y de hecho, en algunos lugares del Nuevo Testamento donde la Vulgata, en acuerdo con el Griego, tiene daemonium, nuestras versiones leen diablo. La distinción precisa entre los dos términos en el uso eclesial puede ser vista en la frase usada en el decreto de el Cuarto Concilio Laterano: "Diabolus enim et alii daemones" (El diablo y los otros demonios), todos son demonios, y el jefe de los demonios es llamado el diablo. Esta distinción es observada en el Nuevo Testamento de la Vulgata, donde diabolus representa al Griego diabolos, y en casi todas las instancias se refiere a Satán mismo, mientras que sus ángeles subordinados son descritos en concordancia con el Griego, como daemones o daemonia. Sin embargo, esto no debe de ser tomado, para indicar la diferencia de naturaleza; Satán esta claramente incluido entre los daemones, en Santiago 2:19 y en Lucas 11: 15-18. Pero aunque la palabra demonio esta ahora prácticamente restringida a este siniestro sentido, fue de otro modo con el antiguo uso de los escritores Griegos. La palabra, que aparentemente es derivada de daio "dividir" o "prorrateo", originalmente significó una existencia divina; fue ocasionalmente aplicada a los altos dioses y diosas, pero fue usado más para denotar existencias espirituales de un orden menor, ubicados entre los dioses y los hombres. Para la mayor parte estas eran existencias benéficas, y su oficio era en parte análogo al de los ángeles en la teología Cristiana. Así, el adjetivo eydaimon, "feliz", significa propiamente uno que fue guiado y protegido por un demonio bueno. Algunos de estos demonios Griegos, sin embargo, eran diabólicos y malignos. De aquí en adelante tenemos la contraparte de eudamonia "felicidad", en kakodaimonia, que denota la desgracia, o en su significado mas original, estar bajo la posesión de un demonio maligno. En el Griego del Nuevo Testamento y en el lenguaje de los antiguos Padres, la palabra ya había sido restringida al sentido siniestro, cual era natural suficiente, ahora con eso, aún los mas altos dioses Griegos fueron considerados como demonios.

Tenemos una curiosa instancia de la confusión causada por la ambigüedad y variación en el significado de la palabra, en el caso del famoso "Daemon" de Sócrates. Esto fue entendido en un mal sentido por algunos escritores Cristianos, que han lo han hecho una materia de reproche, aduciendo que los filósofos estaban acompañados y promovidos por un demonio. Pero como el Cardenal Manning muestra claramente en su escrito acerca del tema, la palabra aquí tiene un significado completamente distinto. Apunta al hecho de que ambos, Platón y Xenofón, usan la forma daimonion, que Cicerón correctamente rinde como divinum aliguid, "algo divino". Y luego de un minucioso examen de la cuenta de la materia dada por Sócrates mismo en los reportes de consus discípulos, concluye que la incitación del "Daemon" eran los dictados de la conciencia, que es la voz de Dios.

Se puede observar que un cambio y deterioración similares del significado han tomado lugar en los lenguajes Iraníes, en el caso de la palabra daeva. Etimológicamente es idéntico con el Sánscrito deva, por la cual es rendida en la versión Neriosench del Avesta. Pero mientras que el devas de la teología India son dioses buenos y generosos, en el daevas del Avesta son odiosos espíritus del mal. (Ver también DEMONOLOGIA)

W.H. KENT Transcrito por Tomas Hancil Traducico por Alonso Teullet