Papa Gregorio XV
De Enciclopedia Católica
(ALESSANDRO LUDOVISI).
Nacido en Bolonia el 9 ó el 15 de enero de 1554, muerto en Roma el 8 de julio de 1623. Tras estudiar humanidades y filosofía con profesores jesuitas, parte en el colegio romano y parte en el colegio alemán de Roma, volvió a Bolonia para dedicarse al estudio de la jurisprudencia. Después de graduarse “in utroque iure” en la universidad de Bolonia volvió a Roma donde fue nombrado juez del Capitolio por Gregorio XIII. Clemente VIII le hizo refrendario de ambas signaturas y miembro de la rota, nombrándole vicegerente de los asuntos temporales del cardenal vicario Rusticuccio, En 1612 Paulo V le nombró arzobispo de Bolonia y le envió como nuncio a Saboya para mediar entre el duque Carlos Manuel de Saboya y el rey Felipe de España en su disputa sobre el ducado de Monferrat.
En 1616 Paulo V el papa le creó cardenal-presbítero de Santa Maria Transpontina. Ludivisi permaneció en su sede de Bolonia hasta que volvió a Roma por la muerte de Paulo V. para tomar parte en la elección del nuevo papa. El 9 de febrero fue elegido sucesor de Paulo V, principalmente pro la influencia del cardenal Borghese, tomando el nombre de Gregorio XV, con 67 años de edad y una salud nada buena. Su pontificado de dos años y cónico meses fue de notable actividad. Vio que necesitaba aun hombre fuerte y enérgico en el que confiar para que le asistiera en el gobierno de la Iglesia y eligió a su sobrino de 25 años Ludovico Ludovisi, creándole cardenal, el tercer día de su pontificado, aun arriesgándose a que le acusaran de nepotismo. Ese mismo dio puso a su hermano Horacio al frente del ejército papal. El futuro reveló que no se había equivocado con su sobrino, que aunque aprovechó siempre para defender los intereses de su familia, usó sus brillantes talentos y su influencia para el bienestar de la Iglesia, siendo fiel y devoto servidor del papa. Creó once cardenales.
Uno de los actos pontificales más importantes de Gregorio XV, sobre los asuntos internos de la Iglesia, fue su nueva regulación de la elección papal. En la Bula "Aeterni Patris" (15 nov., 1621) prescribe que en el futuro haya solo tres modos de elegir al papa: escrutinio, compromiso y cuasi-inspiración, Su bula "Decet Romanum Pontificem" (12 marzo, 1622) Contiene un ceremonial que regula muy detalladamente los tres modos de elección. La forma normal de elección debía ser el escrutinio, que requería un voto secreto, que cada cardenal pueda dar solamente el voto a un cardenal y que ninguno vote por si mismo. La mayoría de las elecciones durante el siglo XVI estaban influenciadas por las condiciones políticas y por consideraciones partidarias, dentro del colegio cardenalicio. Al introducir el voto secreto Gregorio XV inténtenlo abolir esos abusos.
Gregorio XV tuvo gran interés por las misiones católicas en países extranjeros, que se habían extendido tanto y los países de misión eran tan distintos en costumbres, idiomas y civilización comparados con Europa, que era difícil un control efectivo. A petición del capuchino Girolamo da Narni y del Carmelita descalzo Dominicus a Jesu-Maria, empapa estableció el 6 de enero de 1622 una congregación especial de cardenales que debían tener el control supremo sobre todas las misiones (Congregatio de Propaganda Fide). Gregorio XIII y Clemente VIII habían formado anteriormente congregaciones temporales de cardenales para cuidar de los intereses de misiones particulares, pero Gregorio XV fue el primero en organizar una congregación permanente cuya esfera de actividad debía extenderse sobre todas al a misiones extranjeras (ver PROPAGANDA). Sobre los detalles de las obligaciones y derechos de la nueva congregación ver la bula "Inscrutabili" del 22 de junio de 1622, en "Bullarium Romanum", XII, 690-3.
Tanto Gregorio XV como su sobrino Ludovico tenían en gran estima a las a las órdenes religiosas, especialmente a los jesuitas. El 2 de marzo de 1622 canonizó a Ignacio de Loyola, su fundador y a Francisco Javier, su misionero más célebre. Ya les había permitido el 2 de octubre de 1621 recitar el oficio y celebrar la misa en honor de angélico joven Luis Gonzaga.
A otras órdenes religiosas también las honró. El 12 de marzo de 1622 canonizó a Felipe Neri, fundador de los oratorianos, y a Teresa, reformadora de las carmelitas en España. El mismo año beatificó a Alberto Magno, el gran teólogo dominico y permitió la fiesta y el oficio propios de Ambrosio Sansedoni, otro dominico, se celebrase. El 18 de abril de 1622 beatificó al fraile menor español Pedro de Alcántara y el 17 de febrero de 1623 ordenó que entrara en el Breviario la fiesta de S, Bruno, fundador de La Cartuja. Además canonizó a un laico casado, el español Isidro, el 22 de marzo de 1622.
Durante su corto pontificado aprobó la famosa congregación benedictina de los Mauristas, la de monjas benedictinas francesas del Calvario (Benedictines de Notre-Dame du Calvaire), las monjas teatinas y las teatinas de clausura, la Congregación de los Trabajadores piadosos (P.D. Operaria), los sacerdotes de S. Briget en Belgica (Fratres novissimi Brigittini), y elevó a los Piaristas y a los Sacerdotes de la Madre de (Clerici regulares Matris Dei) a la dignidad de orden religiosa. El 18 de marzo de 1621, fundó en Roma un colegio internacional, para los benedictinos, el Collegium Gregorianum que fue la cuna del internacionalmente famoso Colegio benedictino de S. Anselmo.
Antes de ver los logros políticos de Gregorio XV hay que hacer mención de la Constitución "Omnipotentis Dei", contra los magos y brujas, el 20 de marzo de 1623. Es la última ordenanza papal contra la brujería. Se rebajaban los castigos y se decretaba que la pena de muerte se reservaba sólo para aquellos que se probara que habían entrado en contacto con el diablo y cometido homicidio con su ayuda.
La gran actividad que Gregorio XV desplegó en los asuntos internos de la iglesia fue igualada por sus eficaz intermediación en el mundo de la política, allí donde los intereses de la catolicidad lo requerían.
Ayudó financieramente al emperador Fernando II en la recuperación del reino de Bohemia y los dominios hereditarios de Austria. Gregorio XV envió a Carlos Careffa como nuncio a Viena, para ayudar al emperador con su consejo y esfuerzas para suprimir el Protestantismo, especialmente en Bohemia y Moravia donde los Protestantes superaban en número a los católicos.
Se debe a este papa en gran manera que el Palatinado y a dignidad electoral que ve acompaña se le concedieran a al duque Maximiliano de Baviera a principio de 1623. Para conseguirlo, el papa había enviado a la corte imperial de Viena al capuchino Padre Jacinto, un hábil diplomático. La transferencia del título de elector del protestante (Federico V) al católico tuvo muchas grandes consecuencias puesto que aseguraba una mayoría católica ene. Consejo supremo del imperio. En agradecimiento al papa, Maximiliano le regaló la Biblioteca del Palatinado de Heidelberg que contenía alrededor de 3500 manuscrito. A principios de 1623 Gregorio envió al teólogo griego León Allatius para que transportase la valiosa colección a Roma, donde se la designó como “gregoriana” dentro de la Biblioteca Vaticana. 39 manuscritos que habían ido a París fueron devueltos a Heidelberg con la Paz de París de 1815 y Pio VII devolvió otros 852 como regalo en 1816.
Las relaciones entre Roma e Inglaterra tomaron un sesgo más amistoso durante el pontificado de Gregorio XV. Pareció probable durante un tiempo, que la catolicidad podría ser restaurada en Inglaterra con ocasión del matrimonio del príncipe de Gales (después rey Carlos I) con la infanta española María. El papa era partidario del matrimonio, pero no llegó a celebrarse. Sin embargo el tratamiento de los súbditos católicos de James I fue más tolerable u hasta cierto punto tuvieron libertad religiosa.
En Francia el poder de los Hugonotes estaba en decadencia gracias a al influencia de Gregorio XV sobre el rey Luis XIII. Los Capuchinos, los Jesuitas y los franciscanos convirtieron a un gran número de herejes al catolicismo. Hasta en los Países Bajos, fortaleza del protestantismo, se dio una rebelión de los católicos, aunque los sacerdotes católicos que la dirigían fueran perseguidos y expulsados del país,
Los gobernantes católicos respetaban la autoridad de Benedicto XV, no solo en asuntos religiosos, sino en asunto de naturaleza puramente política, como se vio cuando surgió el asunto internacional de la posesión de la Valtelina (1620) ocupada por los españoles, mientras que Austria se hico con el control de los pasos de los Grisones, muy cerca de los de los españoles.. Esa proximidad de dos ejércitos aliados ponía en peligro los intereses de Francia, Venecia y Saboya. Por lo que estos poderes se unieron para obligar a españoles y austriacos a abandonar la Valtelina, si era preciso por la fuerza de las armas. Se requirió la intervención de las tropas papales a cuyo mando iba el hermano del papa Horacio, para que tomaran posesión de la Valtelina.
El archiduque Leopoldo de Austria cedió el territorio a Horacio tras algunas vacilaciones u reticencias, evitando así la inminente guerra.
Bibliografia
RANKE, History of the Popes (London, 1906), II, 202-38; PALATIUS, Gesta Pontificum Romanorum (Venice, 1688), IV, 522-36; CIACONIUS-OLDOINUS, Historioe Rom. Pontif. (Rome, 1677), IV, 465 sq.; BROSCH, Geschichte des Kirchenstaates (Gotha, 1880), I, 371 sq.; L'AREZIO, La politica della Santa Sede risp. alla Valtellina dal concord. d'Avignone alla morte di Gregorio XV (Cagliari, 1899).
Michael T. Ott.
Transcrto por Janet van Heyst.
Traducido por Pedro Royo,
Bibliography
RANKE, History of the Popes (London, 1906), II, 202-38; PALATIUS, Gesta Pontificum Romanorum (Venice, 1688), IV, 522-36; CIACONIUS-OLDOINUS, Historioe Rom. Pontif. (Rome, 1677), IV, 465 sq.; BROSCH, Geschichte des Kirchenstaates (Gotha, 1880), I, 371 sq.; L'AREZIO, La politica della Santa Sede risp. alla Valtellina dal concord. d'Avignone alla morte di Gregorio XV (Cagliari, 1899).