Octavario por la Unión de los Cristianos (Día cuarto)

Meditación

La idea de que, en última instancia, sea indiferente utilizar esta o esa fórmula, seguir una u otra tradición, ha penetrado profundamente en el mundo occidental. La verdad parece de otro modo inalcanzable, y considera que la fe cristiana es verdadera en su núcleo fundamental-que es la verdad-nos repugna, nos parece exactamente como una presunción de occidente. Pero si fuera así, todo por lo que nos affatichiamo no sería si no apariencia. Incluso nuestro culto sería entonces falso, nosotros mismos seríamos seres sin ninguna verdad sustancial.

Pero donde ya no hay verdad ninguna, se puede entonces modificar cualquier criterio de evaluación, y, en última instancia, dondequiera que se haga en un mundo y en su lugar contrario. El haber renunciado a la verdad me parece el verdadero núcleo de nuestra crisis de hoy. Aunque la verdad no ofrece más terreno sólido, allí también la solidaridad comunitaria-por otra parte, aún tan considerable-Finiscee para deshaciendo, ya que también se queda en última instancia sin raíces.

En qué medida, por lo tanto, vivimos según la pregunta de Pilato, aparentemente tan humilde, pero en realidad tan presuntuoso: " pero qué es la verdad?".

Así es, sin embargo, nosotros tomamos posición contra Cristo. Por supuesto, cuando los hombres creen que pueden tener un buen mercado y con demasiada confianza en la verdad es el momento en que se corre un riesgo realmente enorme. Pero un peligro aún mayor es allí donde la evidencia común, la validez de la obligatoriedad vinculante de la afirmación de la verdad se consideran incluso como algo que ya no sería posible y viable

(Joseph Ratzinger: "la fe cristiana y cristiana", p. 18)

V. Sancta Maria, Mater Ecclesiæ. R. Intercede pro omnibus christianis ut unum sint.

Ave Maria...

V. Sancta Maria, Mater Ecclesiæ. R. Intercede pro omnibus christianis ut unum sint.

Ave Maria...

V. Sancta Maria, Mater Ecclesiæ. R. Intercede pro omnibus christianis ut unum sint.

Ave Maria...

Salvos nos fac, Domine, Deus noster, et congrega nos de nationibus : ut confiteamur nomini sancto tuo, et gloriemur in laude tua.

V. Confitemini Domino, quoniam bonus. R. Quoniam in sæculum misericordia eius.

Oremus. Deus, qui errata corrigis, et dispersa congregas, et congregata conservas : quæsumus, super populum Christianum tuæ unionis gratiam clementer infunde; ut, divisione reiecta, vero pastori Ecclesiæ tuæ se uniens, tibi digne valeat famulari. Per Christum Dominum nostrum. R. Amen.