Hosius de Cordova

. El más importante campeón occidental de la ortodoxia en la primera lucha contra el arrianismo. Nació hacia el 256 y murió ca. 358 en Sirmium o en España. Al principio de su vida fue un confesor de la fe en la persecución de Maximiano (Morse) o de Docleciano (Hefele); obispo de Córdoba alrededor de 295. Su nombre es mencionado entre los 19 obispos presentes en el concilio provincial de Elvira (ca 300). Leclercq enumera ciertos hechos que muestran que Osio tuvo una relación personal con el emperador Constantino en varias ocasiones entre el 313 y 324 y se sabe que fue su principal consejero en el asunto de los Donatistas. No existe nada para explicar las relaciones entre ellos. Cuando comenzaron los problemas con los arrianos, Constantino encargó a Osio que entregara su carta a Arrio y Alejandro en la que les urgía a la reconciliación. Sabemos poco de las acciones de Osio durante esta misión (323 -324). Cuando el Concilio de Nicea se reunió, Osio lo presidio, junto con los dos sacerdotes romanos Vito y Vicente. Es materia de discusión por qué lo presidió. Gelasius de Cyzicus es categórico al afirmar que fue en nombre del papa. (Hist. Nic. Conc., Bk. II, c. v). Hefele es de la misma opinión. Chapman mantiene que fue nombrado por Constantino. Leclercq se inclina por la misma opinión, pero deja la cuestión abierta. Después del concilio, Osio volvió a España. Constantino murió el 22 de mayo de 337 y Atanasio fue llamado de su exilio, el 338, sólo para ser expulsado por los arrianos en el 340. Después de permanecer tres años en Roma, Atanasio fue en el 343 a la Galia a consultar con Osio, y de allí a Sardina, donde comenzó el concilio en verano o en otoño del 343, a más tardar. Osio lo presidió, propuso los cánones y fue e primero en firmar las Actas del Concilio. En la carta del Concilio de Sardina, dada en Atanasio "Apologia contra Arianos", c. xliv, se habla de Osio como “uno que por su edad, su confesión, y los muchos trabajos que ha realizado, es digno de reverencia”. La explicación sugerida del símbolo de Nicea no consiguió la aprobación del concilio. (Hefele, p. 758). Después de Sardica lo perdemos de vista durante diez años hasta que el papa Liberio le escribe una carta (ca.353) tras la caída de Vicente de Capua. El prestigio dado a la causa ortodoxa por el apoyo del venerable Osio llevó a los Arrianos a presionar a Constancio II, que lo llamó a Milán (Gwatkin, p. 292). Se negó a condenar a Atanasio o mantener la comunión con los Arrianos. Impresionó de tal manera al emperador que le autorizó a volver a casa. Pero la continua presión de los Arrianos llevó al emperador a escribirle una carta preguntándole si solamente él iba a permanecer obstinado. En respuesta, Osio envió al emperador su valiente carta protestando de que el emperador se metiera en asunto eclesiásticos, que se ha conservado en Atanasio (Hist. Arianorum, 42-45, cf. Migne, P. L., VIII, 1327-1332), lo que hizo que se le ordenara ir a Sirmium (finales del 353). Los hechos relacionados con los últimos días de su vida están lejos de ser claros. Firmó, bajo presión, la la declaración conocida como la segunda fórmula de Sirmiense (la primera era la profesión de fe de 351) que fue publicada como la fórmula de Osio. El original latino se ha preservado en S. Hilario "De Synodis", c. XI (Migne, P. L., X, 598), el griego en Atanasio "De Syn.", 28. Rehusó la renuncia de Atanasio que habla de él como lapso “por un momento”. Tras haber servido al propósito por el que los Arrianos le habían traído a Sirmium probablemente volvió a España donde murió. Un añadido a una carta a Atanasio declara que se retractó en su lecho de muerte. Los defensores de Osio dicen que la concesión que se le arrancó ha sido enormemente magnificada y mal interpretada. Pero se discute que Atanasio no pudo haber tenido ante él todos los hechos cuando escribió y que la segunda fórmula sirmiense es claramente heterodoxa.

Bibliografía.

TILLEMONT, Mémoires, etc. (Venice, 1732), VII, 300-321, 711-716, da las referencias a las fuentes originales; MACEDA, Hosius vere Hosius, Osios alethos osios, h.e., Hosius vere innocens vere sanctus, Dissertationes Duœ (Bologna, 1790); GAMS, Die Kirchengeschichte von Spanien (Ratisbon, 1864), II, 1-309; III (1879), 384-490; MORSE in Dict. Christ. Biog., s. v.; DALE, The Synod of Elvira (London. 1882), 312 sqq.; GWATKIN, Studies of Arianism (London, 1882); SEECK, Untersuchungen zur Geschichte des Nicänischen Konzils in Zeitschrift für Kirchengeschichte, XVII (1897), 1-71, 319-362; DEL CASTILLO, Les Véritables Grands d'Espagne: Osius évéque de Cordove, Etude historique (Namur, 1898); LECLERCQ, L'Espagne Chrétienne (Paris, 1905), 90-121; CHAPMAN, The First Eight General Councils and Papal Infallibility (London, 1906), 11; HEFELE, Histoire des Conciles, tr. LECLERCQ (Paris, 1907), I; DUCHESNE, Histoire Ancienne de l'Eglise (Paris, 1908), II, 139, 261, 283, 290.

EDWARD MYERS.

Transcrito por Douglas J. Potter , dedicado al Inmaculado Corazón de la Santísima Virgen María.

Traducido por Pedro Royo.