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Martes, 3 de diciembre de 2024

Papa San León IV

De Enciclopedia Católica

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Papa San León IV (847-55). Romano, hijo de Radoald, elegido unánimemente para suceder a Sergio II. Como el alarmante ataque de los sarracenos a Roma en 846 hizo temer al pueblo por la seguridad de la ciudad, fue consagrado (10 de abril de 847) sin el consentimiento del emperador.

Educado en Roma ,en el monasterio de S. Martín , cerca de S. Pedro. Su piedad atrajo el interés de Gregorio IV, que le ordenó subdiácono. Fue creado cardenal - presbítero de los Quatuor Coronati por Sergio II. En cuanto León fue papa, muy contra su deseo, comenzó a tomar precauciones contra la repetición de la razzia de los sarracenos de 846, reparando las murallas de la ciudad reconstruyendo completamente 15 de las grandes torres. Fue el primero en rodear con murallas la colina vaticana, para lo que recibió dinero del emperador y ayuda de todas las ciudades y colonias agrícolas (domus cultae) del ducado de Roma. El trabajo se realizó en 4 años y la nueva parte amurallada se llamó “ciudad leonina”, en su nombre. En 852 las fortificaciones estaban completas y fueron bendecidas por el papa con gran solemnidad.

Mientras se construían las murallas, una gran flota de sarracenos salió hacia Roma, al parecer desde Cerdeña, pero fue completamente destruida cerca de Ostia por las flotas aliadas de Roma, Nápoles, Amalfi , Gaeta con el concurso de una tempestad (849). Una vez terminadas las murallas, León reconstruyó el Puerto y lo entregó a unos exiliados corsos a los que las incursiones sarracenas habían obligado a huir de sus hogares. Se fortificaron otras ciudades del ducado de Roma ya por el mismo papa o debido a sus exhortaciones.

León fomentó las reparaciones del daño hecho por los sarracenos a las diferentes iglesias en la incursión de 846. S. Pedro había sufrido severamente y aunque en conjunto no volvió a su anterior magnificencia León se las arregló para hacer algunas partes más hermosas que antes.

S Martín, donde había sido educado, los Quatuor Coronati, donde había sido sacerdote, el palacio de Letrán, el Burgo Anglo-Sajón, Subiaco y muchos otros lugares tanto en Roma como fuera de ella, fueron renovados por el enérgico León. El construyó la iglesia de Sta. María Antigua, en el decadente palacio de los Césares cuyas ruinas han sido descubiertas. En 850 León asoció en el imperio a Luis con su padre Lotario, imponiéndole la corona imperial. Tres años después saludó al niño Alfredo como rey (dice un antiguo historiador inglés) ungiéndole y recibiéndolo en adopción como hijo suyo, lo confirmó y volvió a enviar a Inglaterra con la bendición de S. Pedro Apóstol”.

El mismo año (853) reunió un importante sínodo en Roma en el que se aprobaron varios decretos para mejorar la disciplina eclesiástica y la educación y para condenar al terco Atanasio, cardenal de S. Marcelo y antes bibliotecario de la Iglesia romana e igualmente la conducta rebelde de Juan arzobispo de Rávena. León viajó a esa ciudad para imponer a Juan y sus cómplices respeto por la ley. Cuando trataba de inspirar el mismo respeto a otro arzobispo, Hincmar de Reims, murió León. Otro que había desafiado su autoridad hasta su muerte fue Nomenoe, duque de Bretaña, que quería independizarse de la autoridad imperial y desafió tanto a León como a Carlos el Calvo, depuso a algunos obispos, nombró notros nuevos y los sometió a la sede metropolitana que él mismo creó (Dol). Hasta el siglo trece no recuperó el arzobispo de Tours su jurisdicción sobre los obispos bretones.

Mientras, S. Metodio, Patriarca de Constantinopla había suspendido a Gregorio Asbestas, obispo de Siracusa, por consagrar un obispo fuera de su diócesis. S. Ignacio, que sucedió a Metodio, en consecuencia, prohibió a Gregorio que estuviera presente en su consagración. Esto llegó a Gregorio a romper todas las relaciones. S. Ignacio lo depuso y pidió al papa que confirmara esta deposición. Esto no lo quiso hacer León porque, como dijo, Ignacio había reunido a obispos y depuesto a otros sin su conocimiento, mientras que no debía haberlo hecho en la “ausencia de nuestros legados o cartas nuestras”. A Pesar de que León estaba entonces en oposición al patriarca de Constantinopla, uno de sus dependientes, Daniel, un magister militum, le acusó a Luis el emperador franco de querer derrocar el poder de los francos con una alianza con los griegos. León no tuvo dificultades en demostrar a Luis que la acusación no tenía base. Daniel fue condenado a muerte y solamente logró librarse por intercesión del emperador.

Poco después murió León y fue enterrado en S. pedro (17 de julio, 855). Tanto su biógrafo como el patriarca Focio le atribuyen milagros. Su nombre se halla en el Martirologio Romano.


Bibliografía: Liber Pontificalis, ed. DUCHESNE, II, 106 sq.; sus cartas en P.L.XV, CXXIX; las cartas de Hincmaro en P.L CXXVI; the annals of Hincmar etc. Mon. Germ. Hist.: Script., I; Vida de S, Ignacio y otros documentos en LABBE, Concilia, VIII; cf. LANCIANI, The Destruction of Ancient Rome (London, 1901), 132 sq.; THURSTON, The Roman Sacring of King Alfred in The Month (Oct., 1901); FORTESCUE, The Orthodox Eastern Church (Londres, 1907), 136 sq.; DE BROLO, Storia della Chiesa in Sicilia (Palermo, 1884), II, 265 sq.; MANN, Lives of the Popes, II (Londres, 1902), 258 sqq.

Fuente: Mann, Horace. "Pope St. Leo IV." The Catholic Encyclopedia. Vol. 9. New York: Robert Appleton Company, 1910. <http://www.newadvent.org/cathen/09159a.htm>.

Traducido por Pedro Royo