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Sábado, 23 de noviembre de 2024

Telepatía

De Enciclopedia Católica

Revisión de 23:28 12 dic 2012 por Luz María Hernández Medina (Discusión | contribuciones)

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(tele, lejos, y pathein, experimentar)

Un término introducido por F:W:H:Myers en 1882 para denotar “la habilidad de una mente de impresionar o ser impresionada por otra mente de otro modo que no sea a través de los reconocidos canales de los sentidos” (Gurney, “Fantasmas de los Vivientes”, I, 6); o: “la comunicación de impresiones de cualquier clase desde una mente a otra, independientemente de los reconocidos canales de los sentidos” (Myers, “Personalidad Humana”, I,xxi).

I. ASPECTOS GENERALES

El término telepatía es a veces usado, de conformidad con su derivación, para significar la comunicación directa entre mentes a gran distancia. Términos tales como transmisión de pensamiento, lectura de la mente, o sugestión mental se aplicarían entonces a la comunicación directa entre mentes en un mismo cuarto o a pequeña distancia. Generalmente, sin embargo, al menos en la telepatía Inglesa, la connotación de telepatía consiste solamente en la exclusión de los canales reconocidos de la sensación, sin importar la distancia. Ello supone que, en algunos casos, prescindiendo de los signos usuales por los cuales se manifiestan las ideas – habla, escritura, gestos, contracciones musculares, expresiones faciales, etc. – esas mentes son capaces de comunicarse, si no directa e inmediatamente, en algún grado a través algún medio que es distinto de los medios ordinarios de percepción sensorial. Así entendida, la telepatía incluye dos clases de hechos.

A. Comunicación intencional

La primer clase consiste en la comunicación intencional; cuando una persona (el agente), por la concentración de su mente sobre algún objeto, hace un esfuerzo por transferir una idea a otra persona (el perceptor) que puede o no, estar advertido del intento, y que puede o no, hacer un esfuerzo para recibir la comunicación. Los experimentos, hechos a veces sobre sujetos normales, y más general y exitosamente sobre sujetos hipnotizados, incluyen la transferencia de gustos, sonidos, imágenes visuales, dolor, etc.; la adivinación de números, cartas, colores, diagramas, etc., pensados por el agente; la ejecución o inhibición de movimientos de conformidad con la voluntad del agente; la producción o cese de la condición hipnótica a una orden impartida mentalmente; y otras transferencias similares de pensamiento. En algunas pocas instancias exitosas el agente ha sido capaz de producir apariciones de sí mismo, o aún de una tercera persona, al perceptor en otro cuarto o casa. En estos experimentos la principal dificultad es asegurarse que el perceptor no usa sus sentidos de ninguna manera, los cuales están en un estado de hiperestesia o agudeza extraordinaria, y que las adivinaciones correctas no pueden ser atribuidas a hábitos similares, sugestiones y asociaciones tanto en el agente como en el perceptor. Las exhibiciones llamadas lectura de la mente son generalmente explicables ya sea por astuta connivencia o por lectura muscular cuanto hay contacto entre el agente y el perceptor, o por la interpretación de indicaciones sensoriales proporcionadas conciente o inconscientemente.

B. Comunicaciones espontáneas

La otra clase de hechos consisten en comunicaciones espontáneas en las cuales, hasta donde podemos saber, el agente no tiene intención de manifestarse a sí mismo al perceptor. Aquí están incluidas especialmente el anuncio de peligro, enfermedad, aflicción, o muerte de alguna persona, generalmente un amigo o familiar, y la aparición del fantasma de tal persona, especialmente en el momento de su muerte; el grado de precisión y exactitud de esas premoniciones varían indefinidamente. A veces consisten en un mero acontecimiento físico coincidente con la muerte, tales como un ruido, la caída de algún objeto, de un cuadro, etc. A veces son percibidos mal definidos e inexplicables sentimientos de agitación e inquietud, o la repentina idea de los que esta ocurriendo cruza como flashes su mente. Algunas veces finalmente, ya sea en estado de vigilia o dormido, son vistas apariciones, y aún escenas enteras testimoniadas en todos sus detalles. La principal dificultad en estos casos es determinar si presentan meras coincidencias debido a factores subjetivos, tales como asociaciones de hábitos, memoria, expectativa, etc., o una causalidad real.

II. PROBLEMAS

Deben ser resueltos dos problemas con relación a la telepatía:

A. ¿Es un hecho demostrado la existencia de la telepatía?

B. ¿De ser así, cual es su explicación?

A. ¿Está demostrado el hecho de la telepatía?

¿Está demostrado el hecho de la telepatía? En los últimos treinta o cuarenta años, esta materia ha sido estudiada críticamente. Se han recogido u gran número de hechos, especialmente por la Sociedad de Investigación Síquica, fundada en 1882, y han sido publicados en “Fantasmas de los Vivientes”, los “Procedimientos” de la sociedad, y muchos otros trabajos. En Francia, los "Annales des Sciences Psychiques" también registran numerosos casos. Actualmente la literatura sobre la materia es muy amplia. Después de considerar la evidencia acumulada sobre la existencia de la telepatía, no puede dejar de quedar en la mente, al menos la impresión que el azar no explica el número de coincidencias que es por lejos mayor de lo que podría esperarse de acuerdo con las probabilidades aleatorias. En el “Censo de Alucinaciones”, después de tener en cuenta las posibles causas de error, mientras que la ocurrencia ordinaria de coincidencia daría 1:19.000 como la proporción de coincidencias de apariciones con el hecho de muerte, la proporción real es 1:43, o 440 veces mayor de lo que sería de esperar. En experimentos, la proporción de intentos exitosos varía mucho, pero, en general, está muy por encima de lo que la coincidencia aleatoria nos llevaría a esperar. Sin embargo, el hecho de la telepatía no es aún universalmente aceptado como estrictamente demostrado. Hay tantas dificultades que enfrentar, tantas causas de error que evitar, y tantos obstáculos que superar, que los resultados obtenidos hasta ahora no son vistos por todos como suficientes para dar certitud científica del hecho

B. ¿Si la telepatía es un hecho, cuál es su explicación?

Han sido propuestas diversas teorías para explicar el hecho de la telepatía. Algunas, apelando a una causalidad preternatural, han supuesto la intervención de buenos o malos espíritus. Pero el principio admitido por todos los científicos, filósofos, y teólogos es que el hecho debe ser visto como natural hasta que se pruebe lo contrario.

La presente imposibilidad de dar una explicación científica no es prueba de que no hay explicación científica. Lo inexplicado no debe ser identificado con lo inexplicable, y la extraña y extraordinaria naturaleza de un hecho no es justificación para atribuirlo a poderes sobrenaturales. Otro intento, a saber la hipótesis espiritista, no puede ser discutida aquí (ver ESPIRITISMO). Los esfuerzos por dar´le una explicación científica descansan en bases sicológicas (Myers, Sir Oliver Lodge) o en bases físicas y fisiológicas (Sir W. Crookes, Flournoy, Ochorowicz). Entre los intentos sicológicos se encuentra la suposición de la existencia de una mente subconsciente o yo subliminal dotado con todos los poderes requeridos para explicar todos estos hechos. Si bien no puede negarse la considerable influencia del subconsciente o de la sublimación, la teoría en sus generalidades tiene el grave defecto de ser el hecho mismo expresado en otros términos, de de tener por su única prueba el hecho en mismo que se busca explicar. Otras simplemente apelan a las facultades supernormales que son puramente sicológicas. Entre las explicaciones fisiológicas y físicas, están las suposiciones de algún fluido neurótico, vibraciones cerebrales, o una forma especial de energía transmitida de cerebro a cerebro a través de algún medio desconocido. Todas estos esfuerzos son insatisfactorios, y, de acuerdo con todos, el problemas esta aún irresueltos. Se requieren experimentos ulteriores, tanto para demostrar el hecho mismo mas allá de toda duda, y principalmente para determina sus condiciones sicológicas y físicas. Hasta que esto sea hecho, cualquier teoría es prematura.


Bibliografía: GRASSET, L'occultisme hier et aujourd'hui (Montpellier, 1907), tr. TEBUEF, The Marvels beyond Science (New York, 1910); GURNEY, MYERS, PODMORE, Phantasms of the Living (London, 1886); MYERS, Human Personality and its Survival of Bodily Death (London and New York, 1903); GUTBERLET, Der Kampf um die Seele (Mainz, 1903); MASON, Telepathy and the Subliminal Self (New York, 1899); MAXWELL, Les Phénomènes psychiques (Paris, 1903); tr. FINCH, Metapsychical Phenomena (New York and London, 1905); MERCIER, Psychologie (Louvain, 1903); OCHOROWICZ, La suggestion mentale (Paris, 1889), tr. FITZGERALD (New York, 1891); PODMORE, Apparitions and Thought-Transference (London and New York, 1894); THOMAS, Thought-Transference (New York, 1905); ANON., Pressentimenti e telepatie, a Series of articles in Civiltà cattolica (1899, 1900); Annales des sciences psychiques, passim; Proceedings of the Society for Psychical Research, passim, especially Report on the Census of Hallucinations, X (1894), 25-422; SIDGWICK in BALDWIN, Dict. of Philos. and Psychol. (New York, 1902), s. v. Telepathy, and Psychical Research.

Traducido por Luis Alberto Alvarez Bianchi