Dante Alighieri
De Enciclopedia Católica
Un poco después, Dante estuvo en Lucca bajo la protección de Uguccione della Faggiuola, un soldado gibelino que se había hecho temporalmente señor de esa ciudad. Fue probablemente como consecuencia de su asociación con Uguccione que los florentinos renovaron la sentencia de muerte contra el poeta (6 de noviembre de 1315), sus dos hijos siendo incluidos en la condenación. En 1316 pasaron varios decretos de amnistía, y (aunque Dante fue indudablemente excluido bajo una provisión del 2 de junio) se hizo algún intento de extenderla para él. La respuesta del poeta fue su famosa carta a un amigo florentino desconocido (Epist. ix), negándose absolutamente a volver a su país bajo condiciones vergonzosas. Fue entonces de nuevo a Verona, donde encontró su condición ideal del hombre caballeresco realizada en Can Grande della Scala, quien gobernaba una gran porción de Lombardia Oriental como vicario imperial, y en quien él indudable vio a un posible futuro liberador de Italia. Es una teoría creíble, que data del siglo XV, que identifica a Can Grande con el "Veltro", o galgo, el héroe cuya venida se profetiza al principio del "Inferno", quien debe realizar los ideales imperiales del "De Monarchiâ", y tener éxito donde Enrique de Luxemburgo había fallado.
En 1317 (según la cronología más probable) Dante se estableció en Ravena, a la invitación de Guido Novello da Polenta. Allí termino la "Divina Commedia". De Ravena escribió la importante carta a Can Grande (Epist. x), dedicándole el "Paradiso", comentando sobre su primer canto, y explicando la intención y el significado alegórico del poema entero. Una carta en verso (1319) de Giovanni del Virgilio, un disertante en latín de la Universidad de Bolonia, discutiendo con él por tratar temas tan elevados en el vernáculo, invitándolo a venir y recibir la corona de laureles en esa Ciudad, llevó a Dante a componer su primer "Eclogue" un poema deleitable en hexámetros en latín pastoral, lleno de bondad humana y gentil humor. En él Dante expresa su inalterable resolución de no recibir otro que el laurel de Florencia, y propone ganar su corresponsal a una apreciación de la poesía vernácula por medio del regalo de diez cantos del "Paradiso". Un segundo "Eclogue" fue enviado a Giovanni después de la muerte de Dante, pero es dudoso que haya sido verdaderamente compuesto por el poeta. Esta correspondencia muestra que en 1319 el "Inferno" y el "Purgatorio" eran ya generalmente conocidos mientras que el "Paradiso" todavía estaba inacabado. Se envió éste en partes a Can Grande, a medida que se completaban, entre 1319 y 1321. Si el "Quaestio de Aqua et Terra" es auténtico, Dante estuvo en Verona el 20 de enero de 1320, donde expuso un discurso sobre la posición relativa de la tierra y el agua en la superficie del globo; pero, aunque la autenticidad de este tratado ha encontrado recientemente enérgicos defensores, se debe tomar todavía como dudoso. En julio de 1321, Dante fue en una embajada de Guido da Polenta a Venecia. Dos meses más tarde murió, en Ravena, durante la fiesta de la Exaltación de la Cruz, y fue enterrado en la iglesia de San Francisco en esa ciudad. La totalidad de la "Divina Commedia" había sido publicada, con la excepción de los últimos trece cantos del "Paradiso", que fueron descubiertos después por su hijo Jacopo y enviados por él a Can Grande.
La "Divina Commedia" es una alegoría de la vida humana, bajo la forma de una visión del mundo de ultratumba, expresamente escrito con el objeto de convertir una sociedad corrupta a la rectitud: "para sacar a aquellos que viven en esta vida del estado de miseria, y llevarlos al estado de felicidad". Esta compuesto de cien cantos, escritos en la medida conocida como terza rima, con sus líneas normalmente endecasilábicas y sus rimas estrechamente unidas, que Dante tanto modificó a partir de la poesía popular de su día que puede tomarse como de su propia invención. El relata, casi veinte años después del evento, una visión que se le concedió (por su propia salvación cuando llevaba una vida pecadora) durante el año del jubileo de 1300, en el que por siete días (empezando en la mañana del viernes santo) pasó a través del infierno, del purgatorio, y del paraíso, habló con las almas en cada dominio, y oyó lo que la Providencia de Dios tenía guardado para él y para el mundo. La estructura del poema presenta el esquema dual del "De Monarchiâ" transfigurado. Virgilio, representando a la filosofía humana que actúa en acuerdo con las virtudes morales e intelectuales, guía a Dante por medio de la luz de la razón natural desde el bosque oscuro de la alienación de Dios (donde las bestias del orgullo de la lujuria, y de la avaricia impiden al hombre el ascender la Montaña del Señor), a través del infierno y del purgatorio al paraíso terrenal, al estado de felicidad temporal, donde la libertad espiritual ha sido recuperada por las penas del purgatorio. Beatriz, representando a la filosofía Divina iluminada por la revelación, lo lleva entonces, hacia arriba a través de los nueve cambiantes cielos de la preparación intelectual, dentro del paraíso verdadero, el sin espacio y eterno empíreo, en el que la santidad de la vida eterna se encuentra en la fruición de la visión de Dios. Allí su lugar es tomado por San Bernardo, ejemplo de la contemplación amorosa en la que consiste la vida eterna del alma, que lo encomienda a la Virgen Bendita, por cuya intercesión él obtiene una experiencia adelantada de la Visión Beatifica, el poema termina con todos los poderes del saber y el amor cumplidos y consumidos en la unión de la comprensión con el Ser Divino, la voluntad hecha una con la Voluntad Divina, "el Amor que mueve el sol y las otras estrellas".
El sagrado poema, el último libro de la edad media, resume el conocimiento y logro intelectual de los siglos que pasaron entre la caída del Imperio romano y el principio del Renacimiento; da una imagen completa del Catolicismo en el siglo XIII en Italia. En el "Inferno", el estilo de Dante es influenciado principalmente por Virgilio, y, en menor grado, por Lucan. El heredero en poesía de la gran realización de San Alberto Magno y de Santo Tomas de Aquino en la cristianización de Aristóteles, su esquema ético y metafísico son principalmente Aristotélicos mientras que su mecanismo es todavía el de la tradición popular medieval. Es dudoso el si tenía conocimiento directo con cualquier otra narración de una visita al mundo de los espíritus, excepto por la del sexto libro de la "Eneida". Pero por encima de todo este inmenso campo su sentido dramático jugó a voluntad, mostrando lo esencial de la naturaleza humana, poniendo al desnudo los secretos del corazón con una mano tan segura como la de Shakespeare. Siendo él mismo la víctima de persecuciones e injusticias, ardiendo con celo por la reforma y la renovación del mundo, la imparcialidad de Dante es, en lo mas importante, sublime. Es el hombre (adoptando su propia frase) a quien Verdad llama desde su trono inmutable, como a tal, él sin cesa condena la "querida y amable imagen paternal" de Brunetto Latini al infierno, aunque es de él de quien había aprendido "cómo el hombre se hace él mismo eterno" en tanto que coloca a Constantino, a cuya donación atribuye la corrupción de la Iglesia y la ruina del mundo, en el paraíso. La piedad y el terror de ciertos episodios del "Inferno"- la magnanimidad infructuosa de Farinata degli Uberti, el amor fatal de Francesca da Rimini, la caída de Guido da Montefeltro, la condenación del conde Ugolino- alcanzan las mas elevadas alturas de la tragedia.
El "Purgatorio", quizás el más artísticamente perfecto de los tres cánticos, le debe menos a la belleza de los episodios separados. La concepción de Dante del purgatorio como una elevada montaña, surgida sobre el océano en el hemisferio sur, y conduciendo hacia el Jardín del Edén, la preparación necesaria para recuperar el paraíso terrenal, y con él todas las prerrogativas perdidas por el hombre a la caída de Adán, parece exclusivo a él; ni tampoco encontramos en otra parte el proceso purificador llevado a cabo bajo el sol y las estrellas, con la belleza de la transfigurada naturaleza eclipsada sólo por los esplendores de los angélicos custodios de las siete terrazas. El encuentro con Beatriz en los bancos de Lethe, con la confesión personal de Dante de un pasado indigno, completa la narración de la "Vita Nuova" después de las experiencias y desilusiones amargas de una vida.
Lo esencial de la filosofía de Dante es que todas las virtudes y todos los vicios provienen del amor. El "Purgatorio" muestra cómo el amor debe ser puesto en orden, el "Paradiso" muestra cómo se le perfecciona en las fases sucesivas de la iluminación, hasta que logra la unión con el Amor Divino. La estructura entera y el arreglo espiritual del paraíso de Dante, en el que grupos de santos hacen una apariencia temporal en las esferas más bajas en presagio de las "muchas mansiones", depende estrechamente de las enseñanzas del Pseudo-Dionisio y de San Bernardo en lo que concierne a las diversas ocupaciones de las nueve órdenes de ángeles. Se duda el si él conoció el "Jerarquía Celestial" de Dionisio de primera mano, en la traducción de Scoto Eurigena; pero el "De Consideratione" de San Bernardo ciertamente le influenció profundamente. La deuda de Dante a los Padres y Doctores de la Iglesia no se ha todavía investigado con la entereza de investigación que se le ha dedicado a la elucidación de su conocimiento de los escritores clásicos. Su teología es principalmente la de , aunque de vez en cuando (como cuando trata de la materia original y de la naturaleza de las inteligencias celestiales) se aleja de la enseñanza del Doctor Angelical. En puntos particulares, la influencia de San Gregorio, San Isidoro, San Anselmo, y San Buenaventura se puede encontrar; la de Boethius es notable y profunda en toda su obra. Su misticismo es expresamente basado en San Agustín, San Bernardo, y Ricardo de San Víctor, mientras que en muchos casos anticipa curiosamente la de San Juan de la Cruz. El Señor Wicksteed habla de "muchos casos en los que Dante da un giro espiritual a las especulaciones físicas de los griegos". Incluso en el "Paradiso" la autoridad de Aristóteles es, después de la de las Escrituras, suprema; y es notable que, cuando es interrogado por San Juan sobre la caridad, Dante apela antes que nadie Estagirita (en las "Metafísicas") donde se nos muestra la causa de amar a Dios por Él mismo y por sobre todas las cosas (Par., xxvi, 37-39). La fusión armoniosa del más alto misticismo con las transcripciones directas de la naturaleza y las circunstancias domesticas de la vida diaria, todo manipulado con una pasión poética y el arte más consumado, da a la "Divina Commedia" su carácter único. El canto final es la culminación de la obra entera, la razón y la música son reunidas en perfecta armonía; el misterio más profundo de la fe está plasmado allí y adelantado en canción suprema con una claridad vívida y una iluminante precisión que nunca podrá ser superada.
La denuncia vehemente de Dante de la corrupción eclesiástica de sus tiempos, y su condenación de la mayor parte de los papas contemporáneos (incluso el canonizado Celestino V) al infierno ha llevado a alguna interrogación acerca de la actitud del poeta hacia la Iglesia. Ya en el siglo XIV se hicieron esfuerzos para descubrir herejía en la "Divina Commedia", y el "De Monarchiâ" fue quemado en Bolonia por orden de un legado papal. En épocas más recientes se ha ensalzado a Dante como a un precursor de la Reforma. Su posición teológica como un católico ortodoxo ha sido amplia y repetidamente corroborada, recientemente y más notablemente por el Dr. Moore, quien declara que "no hay ningún rastro en sus escrituras de duda o descontento respecto a cualquier parte de la enseñanza de la Iglesia en materias de doctrina establecida con autoridad". Un antagonista enérgico de los objetivos políticos de los Papas de su propia época, los hermosos episodios de Casella y Manfred en el "Purgatorio", no menos que el capítulo final del "De Monarchiâ" mismo, dan testimonio de la reverencia de Dante por el poder espiritual del papado, que él acepta como de origen Divino. No es el menor testimonio a su ortodoxia el papel jugado por la Virgen Bendita en el sagrado poema desde el principio hasta el final. Es, como fue, la transcripción en inspirada poesía de la frase de Ricardo de San Víctor: "A través de María no sólo es la luz de la gracia dada al hombre en la tierra sino también la visión de Dios es conferida a las almas en el Cielo".
Nuestro más antiguo registro de la vida y trabajos de Dante esta contenido en un capítulo del "Croniche Fiorentine" de Giovanni Villani (d. 1348), quien habla del poeta como de "nuestro vecino". Hay seis comentarios existentes sobre la "Divina Commedia", en totalidad o en parte, compuestos dentro de los diez años de la muerte del poeta. Tres de estos por Graziolo de' Bambaglioli, entonces canciller de la comunidad de Bolonia; un florentino no identificado conocido como Selmi's Anonimo, y Fray Guido da Pisa, una extensión carmelita únicamente sobre el "Inferno"; los de Jacopo Alighieri, el segundo hijo del poeta, Jacopo della Lana de Bolonia, y el autor del "Ottimo Commento" tratan del poema entero. Graziolo aparece como el primer defensor de la ortodoxia de Dante (entonces ferozmente atacada en Bolonia); el autor del "Ottimo" (posiblemente identificado como un notario y poeta florentino, Andrea Lancia) profesa haber realmente hablado con Dante, y nos da varios detalles interesantes acerca de su vida. Hacia 1340 el hijo mayor de Dante, Pietro Alighieri, se puso a describir el trabajo de su padre; se han guardado dos versiones de su comentario latino, el más reciente contiene complementos que (si verdaderamente suyos) son de considerable importancia. Poco después de 1348, Giovanni Boccaccio escribió la primera vida formal de Dante, el "Trattatello in laude di Dante", cuya autoridad fue en su ocasión muy ridiculizada, ha sido grandemente rehabilitado por investigaciones más recientes. Su comentario sobre el "Inferno" es la esencia de conferencias dadas en Florencia en 1373. Unos años más tarde vinieron los comentarios de Benvenuto da Imola y Francesco Buti, que se dieron originalmente como conferencias en Bolonia y Pisa respectivamente. El de Benvenuto es un libro vivaz, lleno de humor y realidad así como de enseñanzas. El pequeño "Vida" de Leonardo Bruni (d. 1444), el famoso canciller de la República Florentina, que complementa el trabajo de Boccaccio con información nueva y cita cartas del poeta otras que aquellas que ahora se conocen y el comentario más ligero de Filippo Villani (c. 1404), quien es el primer comentarista que se refiere en términos explícitos a la "Carta a Can Grande", lleva el primer periodo de la interpretación de Dante a una conclusión apropiada. El título de padre de la erudición moderna de Dante incuestionablemente pertenece a Karl Witte (1800-83), cuyas labores pusieron a los estudiantes del siglo XIX en el camino correcto tanto en la interpretación como en la investigación textual. Más recientemente, principalmente por la influencia de G.A. Scartazzini (d. 1901), una ola de escepticismo excesivo barrió por encima de este campo, por la que se veían los eventos tradicionales de la vida de Dante como poco mas que fábulas y la mayoría de sus cartas e incluso algunos de sus trabajos menores fueron declarados espurios. Esto ha disminuido felizmente. Hoy en día, las necesidades más urgentes de la investigación de Dante son mas estudio textual de la "Divina Commedia", un conocimiento más estrecho y más completo de cada aspecto de los trabajos menores y una investigación más completa de la posición de Dante con respecto a las grandes filosofías de la edad media; tales que justifiquen o reiteren la trascendente apertura del epitafio que Giovanni del Virgilio compuso para su tumba: Theologus Dantes, nullius dogmatis expers quod foveat claro philosophia sinu ("Dante el teólogo, hábil en cada rama del conocimiento que la filosofía adoraría en su pecho ilustre").
Se puede decir de Dante que él ha hecho a la poesía italiana, y ha estampado la marca de su elevada e imponente personalidad en toda la literatura moderna. Se puede afirmar incluso que sus trabajos han tenido un papel directo en la formación de las aspiraciones y destinos de su país natal. Su influencia sobre la literatura inglesa empieza con la poesía de Chaucer, quien lo honora magníficamente en el "Cuento de los Monos", y lo refiere a sus lectores como "the grete poete of Itaille that highte Dant". Eclipsado un tiempo durante la era Tudor por la más grande popularidad de Petrarch, fue después ignorado o descuidado desde la Restauración hasta fines del siglo XVIII. La primera traducción integral de la "Divina Commedia" en inglés, trabajo de un irlandés, Enrique Boyd, se publicó en 1802 (la del "Inferno" había sido emitida en 1785). Dante regreso a su herencia entre nosotros con la gran abundancia de noble poesía que los principios del siglo XIX presenciaron. Los elocuentes tributos que se le rindieron por parte de Shelley (en "Epipsychidion", el "Triunfo de la Vida", y "Una Defensa de la Poesía") y de Byron (sobre todo en la "Profecía de Dante") así como después de ellos por parte de Browning y Tennyson, no necesitan ser repetidos aquí. A través de Dante Gabriel Rossetti y los Pre-Rafaelitas, ha habido una influencia fructífera en el arte no menos que en las letras. En la interpretación y crítica de Dante, los estudiosos anglófonos están actualmente en segunda posición únicamente respecto a los italianos.
Nunca, quizás, ha sido la fama de Dante tan elevada como el día de hoy, cuando es universalmente reconocido como siendo del rango de Homero, Esquilo, Sofocles, y Shakespeare, entre los pocos poetas supremos del mundo. Se ha observado bien que su inspiración se parece mas a la del profeta hebreo que a la del poeta como se entiende. Su influencia además, no es de ninguna manera confinada a la literatura. Un distinguido Unitarista divino ha señalado que el culto moderno de Dante es "una señal de una mas amplia y profunda percepción espiritual tanto como de apreciación literaria", y que es una de las indicaciones principales de "la renovada influencia que la baja edad media ha ganado en la Europa moderna" (Wicksteed, "La Religión de Tiempo y de Eternidad"). el propio hijo del poeta Pietro Alighieri, declaró que, si se extinguiera la Fe, Dante la restauraría, y es notable que hoy en día tantos serios estudiantes no-católico de la vida y las letras deban una concepción totalmente diferente de la religión católica al estudio de la "Divina Commedia". El poder del sagrado poema para popularizar la teología católica y la filosofía católica, y para hacerlas aceptables, o por lo menos inteligibles para los no-católicos, es hoy casi incalculable.
El lugar de honor entre las sociedades sobre Dante pertenece incuestionablemente y en todo sentido a la "Societa Dantesca Italiana", un asociación admirablemente dirigida con su oficina principal en Florencia, que acepta estudiantes extranjeros entre su miembros, y se distingue por su elevada y liberal erudición. Además de cursos de conferencias presentados bajo sus auspicios en varias ciudades italianas, publica un trimestral "Bulletino", un estudio de literatura contemporáneo sobre Dante, y ha empezado una serie de ediciones críticas de los trabajos menores. De estos últimos, los volúmenes que tratan del "De Vulgari Eloquentia" y del "Vita Nuova", por Pio Rajna y Michele Barbi respectivamente, han aparecido ya, y se puede en verdad decir que marcan una época en el estudio crítico y textual del latín de Dante y de las escrituras italianas por igual. La asociación conocida como la "Dante Alighieri", en cambio, es esencialmente una sociedad nacional y política, y está sólo indirectamente interesada con el poeta cuyo nombre utiliza. De las sociedades sobre Dante otras las que italianas, la "Sociedad Dante Americana " de Cambridge, Massachusetts, se ubica en primer sitio en importancia. La pequeña pero distinguida " Sociedad Dante de Oxford " trabaja en un elevado orden de erudición. La "Sociedad Dante de Londres" es notable por su gran número de miembros, y publica sus sesiones de conferencias en forma de volumen; pero sus fines aparecen mas como sociales que de erudición.
EDMUND G. GARDNER Transcrito por Tomas Hancil Traducido por Oscar Olague
Selección de imágenes: José Gálvez Kruger