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Miércoles, 27 de noviembre de 2024

Dies Irae

De Enciclopedia Católica

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Dies Iræ. Nombre por el que es comúnmente conocida secuencia, en las misas de réquiem. Son las primeras palabras del primer verso: Dies iræ, dies illa. Las rúbricas del Misal Romano prescriben la recitación de la secuencia, por el celebrante, en las siguientes ocasiones: (1) En la Misa del Dia de todos los Difuntos (In commemoratione Omnium Fidelium Defunctorum); (2) en las misas de difuntos (In die obitus seu depositionis defuncti); y (3) siempre en las misas de réquiem, solamente una oratio, o colecta, ha de decirse , por ejemplo en la misa de aniversario y cuando la misa se celebra solemnemente el tercer, séptimo y treintavo día tras la muerte o entierro. Su recitación en otras misas de réquiem (In Missis quotidianis defunctorum) es opcional del celebrante. Hay que notar que el decreto de la Congregación de Sagrados Ritos (12 de agosto 1854) que permite al coro suprimir tales estrofas por no contener una oración, no está incluido en la nueva edición de los "Decreta Authentica S. R. C" (Rome, 1898-1900). De este hecho se puede inferir que la regla más reciente está en vigor y que toda la secuencia debe o ser cantada por el coro o recitada en voz alta y clara con acompañamiento de órgano (cf. American Ecclesiastical Review, August, 1907, p. 201). Tal como se encuentra en el misal romano, el Dies irae es un poema latino de cincuenta y cinco líneas, acentual (no cuantitativo) rimado en versos trocaicos. Comprende 19 estrofas de las que las primeras diecisieta siguen el tipo de la primera.

1. Dies iræ, dies illa,

Solvet sæclum in favilla:

Teste David cum Sibyllâ.

Las otras estrofas descartan el esquema de triple rima en favor de pareados, mientras que las dos últimas líneas usan asonancia en vez de rima y son, más aún, métricamente incompletas

18. Lacrimosa dies illa,

Quâ resurget ex favilla,

Judicandus homo reus.

19. Huic ergo parce Deus:

Pie Jesu Domine,

Dona eis requiem. Amen. Así están impresas las dos últimas estrofas en el misal de la edición típica de 1900 y en la edición de Ratisbona del canto llano. La edición vaticana (1907) tiene en cuenta aparentemente el hecho de que las últimas seis líneas no pertenecieron, probablemente, a la secuencia, la divide en tres pareados Este texto del misal se encuentra, con ligeras variaciones verbales, en un manuscrito del siglo trece de la Biblioteca nacional de Nápoles (cf. Haberl, Magister Choralis, Ratisbon, 1900, pp. 237-238). El Padre Eusebius Clop, O.F.M., en la "Revue du chant Grégorien" (nov.-dic, 1907, p. 49) sugiere una fecha entre 1253-1255 para el manuscrito – un misal franciscano que no incluye el nombre de santa Clara, canonizada en 1255, y cuyo nombre se habría insertado si fuera posterior. El mismo escritor asigna (pp. 48, 49) una fecha anterior (1250) a una copia del Dies Irae insertado al final del llamado “Breviario de Santa Clara” que data de ca. 1288. No es necesario entrar en este argumento ahora, pero es importante tener en cuenta que estas fechas son muy anteriores a las del manuscrito del que los himnólogos tenían conocimiento cuanto intentaron descubrir el nombre del autor. Así, Mone, no encontró ninguno anterior al siglo quince; Chevalie menciona solamente el Misal de Magdeburgo, de 1477, la primera edición de “Diccionario de Himnología de Julian (1892), declarada “la forma más antigua conocida hasta hoy”, que se encuentra en un misal dominico “escrito a finales del siglo catorce y aparentemente en uso en Pisa”. Warren en su "Dies Irae" (Londres, 1902, p. 5), no conoce un manuscrito más temprano. La segunda edición de Julián (1907) menciona el manuscrito de Nápoles y en un suplemento (p. 1629), pero no el “breviario de Santa Clara”. El P. Clop también describe un tercer manuscrito contemporáneo ( p.49) italiano, que como los demás "Toutes trois enfin appartenant également à la liturgie des Frères Mineurs". Todo este hace muy probable la conjetura generalmente aceptada por los himnólogos de que el Dies Irae fue compuesto por un franciscano del siglo trece- La autoría se ha asignado en general a Thomas de Celano, fraile de la misma orden, amigo y biógrafo de S. Francisco. Y Keyser da las razones (Beiträge zur Geschichte und Erklärung der alten Kirchenhymnen, Paderborn und Münster, 1886, II, 194-196; 230-235). También Duffield, (Latin Hymn Writers and Their Hymns, New York, 1889, 245-247), un ardiente defensor de la atribución a Tomás y también en "The Dolphin" (Nov., 1904, 514-516), donde corrige un error fundamental en uno de los principales argumentos de Duffield. Se han sugerido otros diez nombres como probables autores del Dies Iræ:: (1) S. Gregorio el Grande (m. 604); (2) S. Bernardo de Claraval (m. 1153); (3) S. Buenaventura (m. 1274); (4) el cardenal Mateo d'Acquasparta (m. 1302); (5) Innocencio III (m. 1216) (6) Thurstan, Arzobispo de York (m. 1140); (7) el cardenal Latino Orsini, o Frangipani, un dominico (m. 1296); (8) Humbert, un general de los dominicos (m. 1277); (9) Agostino Biella, un agustino (d. 1491); (10) Felix Haemmerlein, a sacerdote de Zurich (m. 1457). La atribución a Haemmerlein se debió a que, tras su muerte, se descubrió entre sus papeles, una variante del texto. Sus estrofas dieciocho y diecinueve son: 18. Latcrimosa dies illa, Cum resurget ex favillâ Tamquam ignis ex scintillâ, 19. Judicandus homo reus: Huic ergo parce, Deus; Esto semper adjutor meus. A las que se añaden cinco estrofas con la misma forma. Keyser (op. cit., 211), Warren y otros (op. cit., 11) traen este texto de Haemmerlein: otro texto, conocido como "Mármol de Mantua" (impreso por primera vez en 1594) pone delante cuatro estrofas semejantes y remplaza las estrofas 17-19 pon una sola Ut consors beatitatis Vivam cum justificatis In ævum æternitatis. Daniel da ambos textos en su "Thesaurus Hymnologicus (II, 103-106), excepto las dos estrofas finales del texto de Haemmerlein. Coles (Dies Irae in Thirteen Original Versions, New York, 1868) da (xv-xvii) ambos textos con una traducción inglesa versificada. Todas las estrofas adicionales no son comparables a la vigorosa belleza del himno original, cuya forma mas antigua conocida es, con ligeros cambios verbales, la que se encuentra en el misal romano. Es muy probable que el texto terminara originalmente en la estrofa diecisieta, y habiendo sido encontradas las primeras cuatro de las seis líneas del finales entre series de versos en el responsorio "Libera me, Domine", en un manuscrito de finales del siglo doce (cf. Mone, Lateinische Hymnen des Mittelalters, Freiburg im Br., 1863, I, 406). Es muy probable que la secuencia fuera al principio para la devoción privada y que después se añadieran las seis líneas para adaptarlas al uso litúrgico. El compositor encontró su texto bíblico en Sofonías (i. 15, 16): "Dies iræ dies illa. ... dies tubæ et clangoris"; Y puede que le sugiriera su maravilloso ritmo (cf. Trench, Sacred Latin Poetry, 3rd ed., London, 1874, p, 302, foot note) de un himno del juicio del siglo diez (dado en dos formas por Dreves, Analecta Hymnica, Leipzig, 1896, XXIII, pp. 53, 54) que contenía este texto rimado de Sofonías Dies iræ, dies illa, Dies nebulæ et turbinis, Dies tubæ et clangoris, Dies nebulosa, valde, Quando tenebrarum pondus Cadet super peccatores. La secuencia ha sido trasladada muchas veces a varios idiomas, sobre todo al inglés (234) Entre los nombres que la han traducido total o parcialmente están Crashaw (1646); Dryden (1696); Scott (1805); Macaulay (1819); el P. Caswall (1849). Entre los americanos, encontramos al Dr. Abraham Coles, a medico de Newark, que realizó dieciocho versiones. W. W. Nevin, con nueve y el Rev. Dr. Samuel W. Duffield, con seis. No hay espacio aquí para un análisis del Dies Irae o para citar la enorme cantidad de elogios que los himnólogos de toda convicción religiosa derraman sobre esta pieza mas que sobre otra alguna, salvo fragmentos de Daniel: "Sacræ poeseos summum decus et Ecclesiæ Latinæ keimelion est pretiosissimum" (es la principal gloria de la poesía sagrada y el más precioso tesoro de la Iglesia Latina). Orby Shipley, en el "Dublin Review" de enero, 1883:” que están no solo inspirados, o que, más verdaderamente, están en su grado , inspirados”, dice “Pero más allá de todos ellos y sobre todos ellos , puede estar colocado el Dies Irae de Tomas de Celano. Y Coles: entre las gemas este es un diamante, solitario en su excelencia”. Y el Dr SCAF “Este maravilloso himno es la pieza maestra reconocida de la poesía latina y el más sublime de todos los himnos no inspirados “. El Dr Neale:”…el Dies Irae es una gloria inalcanzable” JULIAN, Dictionary of Hymnology (ed. Revisada, Londres, 1907), 295-301, 1551, 1629, da referencias muy útiles pero omite extrañamente a WARREN, Dies Iræ (Londres. 1902), que dedica 170 páginas a este tema, al la que pone un prefacio bajo el título de “Literature of the Dies Iræ”. A la listas hay que añadir a SHIPLEY, Annus Sanctus (Londres, 1884); ANON., The Seven Great Hymns of the Mediæval Church (New York, 1868); HENRY en The Amer. Ecclesiastical Review (April, 1890), 247-261; IDEM in The Dolphin (De Nov. a mayo 1904, a May 1905), una amplia serie de artículos ( 144 páginas) sobre la historia , uso literario y traduccuiones del Dies Irae: Clop en Revue du Chant Grégorien (Nov.-Dec., 1907), 48-53, quien discute la autoria y la melodía en canto llano. JOHNER, A New School of Gregorian Chant (New York, 1906), 116. H.T. HENRY Transcrito por W. Stuart French, Jr. In Memoriam W Stuart French, Sr. Traducido por Pedro Royo