San Vicente – Su influencia en el arte
De Enciclopedia Católica
Estatua del mirador de Santa Lucía , sobre el Tajo, en Lisboa
Una magnífica estatua que, muestra una figura colosal de San Vicente, se yergue vigilante sobre la ciudad de Lisboa y guarda entre sus brazos los símbolos de su leyenda: el barco y los cuervos. Esta magnífica pieza se halla localizada como una aparición emergente en la Calle de Santa Lucía (Largo de Santa Luzia) en la confluencia con el Largo Da Portas da Sol, y justo al lado del precioso mirador sobre el Río Tajo (Miradouro de Santa Luzia) y el Museo de las Artes Decorativas. La calle , en su tranquilo entorno, se atraviesa por los raíles del tranvía en un barrio eminentemente popular desde el que se divisa la Iglesia de San Vicente de Fora y que es propicio a albergar animadas fiestas populares. Esta escultura de San Vicente, fue inicialmente elaborada sobre un molde por el escultor Raúl Xavier en el año 1949 y fue pasada a mármol de Estremoz en 1965 y terminada en 1966 por el cantero Etelvino Verissimo Pedro y por la empresa Pedro y Pires. Además fue exhibida en la Exposición del Mundo Portugués y su tamaño es poco mayor que el tamaño natural. Su escultor y autor inicial, Raúl Xavier, nació en la ex-colonia portuguesa de Macao en el año 1894 y fue discípulo del escultor Costa Mota. Durante su carrera desarrolló una obra escultórica de corte clásico, marcada por la serenidad y por la limpieza de sus formas, habiéndose dedicado especialmente al retrato en estatuas y bustos. Falleció en el año 1964. El pedestal o plinto de la pieza que nos ocupa contiene el nombre del santo y estuvo realizada con material calcáreo de Lioz y fue proyectada por su hijo el arquitecto Luís Xavier. Inicialmente estuvo destinada para ser colocada en el atrio de los Paços do Concelho pero con posterioridad se señaló el indicado lugar aledaño a la Iglesia de San Vicente de Fora para su colocación, aconteciendo su inauguración el 25 de octubre de 1970. Esta blanca escultura destaca por la elegancia de sus formas y la serenidad de la mirada de nuestro santo que porta en su mano derecha la palma del martirio y en su mano izquierda el barco con los cuervos que se incorporaron históricamente al escudo de la ciudad lisboeta. Su dalmática de diácono presenta volúmenes ondeantes que dan a la pieza un aspecto casi atlético.
San Vicente en las portadas del románico tardío: Monasterio de San Vicente de la Roqueta de Valencia
El templo del antiguo Monasterio de San Vicente Mártir en Valencia conserva, no sabemos por cuanto tiempo más por la desidia rehabilitadora de nuestras autoridades, dos primitivas portadas del románico tardío, de la época de Jaime I “el Conquistador” en la primera escultura valenciana posterior a la conquista cristiana . Y es que , como se ha dicho, este monasterio fue fundado por Jaime I al conquistar la ciudad en 1238 para dejar constancia del lugar donde la tradición afirmaba que había sido enterrado el mártir Vicente al que el Rey se encomendó en la conquista de Valencia . Por ello, el monarca se reservó el “ius patronatus” del lugar para edificar un conjunto compuesto de iglesia, monasterio y hospita,l a los que colmó de privilegios y rentas, y que planificó en su testamento. Este lugar, por tanto, se convirtió en un lugar de especial para los cristianos mozárabes valencianos, hasta muy avanzada la dominación musulmana.Los principales restos de aquel templo son las dos portadas mencionadas, una situada a los pies de la actual Iglesia de Cristo Rey que carece de decoración figurativa y otra portada en el muro norte del templo que está cegada actualmente y que debió ser el ingreso principal de la iglesia medieval desde una de las salas del claustro del convento. Esto es así por la riqueza de sus capiteles historiados, por su tamaño y su decoración escultórica. Esta es una portada abocinada con un arco de anchas dovelas cuyas arquivoltas descansan sobre tres columnas a cada lado de fuste liso cuyas arquerías exteriores se hallan recortadas por el forjado del primer piso del claustro estando toda su decoración recubierta por varias capas de pintura que difuminan los relieves historiados. Su estado de conservación es muy deficiente como también lo es el resto del antiguo Convento de San José y Santa Tecla. Estas columnas se hallan numeradas puesto que se ha intentado en numerosas ocasiones el traslado de dicha portada a un museo con lo que se culminaría el insultante expolio de este patrimonio de todos los valencianos que reiteradamente se ha denunciado por las asociaciones vicentinas. En cada uno de los capiteles de las columnas se representan de derecha a izquierda del observador la secuencia narrativa de los tormentos del santo diácono; en el primer capitel San Vicente es azotado por dos soldados romanos, en el segundo San Vicente sufre el martirio del aspa que descoyuntaba sus miembros, en el tercero los verdugos clavan garfios para desgarrar sus carnes, en el cuarto el Santo se halla sobre una parrilla de fuego y Daciano le invita a que renuncie a su fe, en el quinto San Vicente se halla encerrado en un calabozo cuyo suelo se cubre de cristales y un ángel le consuela y en el sexto en cuerpo de San Vicente expira en paz mientras dos ángeles toman su alma. Es llamativo el contraste de estilo de los relieves de cada lado de la portada pues en el lado derecho son más tensas y sencillas y en el lado izquierdo las formas más complejas dan una apariencia más reposada. En todo caso hay bastante detalle en las figuras representadas y como ejemplo tenemos el verdugo del capitel quinto que se protege con el brazo del calor que desprende la parrilla y el lecho de muerte del Santo donde se reproducen los pliegues de las telas con ondas vigorosas. Y es que esta portada, que se data entre 1240 y 1287, forma parte de la escasa secuencia del románico tardío de la segunda mitad del siglo XIII en tierras valencianas que dio la bienvenida al gótico. Estos modelos fueron traídos por los maestros del norte que fueron atraídos hacia zona de frontera por la previsión de nuevas construcciones religiosas que cambiaron el marco islamizado del territorio pero lo cierto es que pocos fueron los edificios sobre los que pudieron actuar y entre ellos destacamos la puerta de la Almoina de la Seo de Valencia, la Iglesia arciprestal de San Mateu, los capiteles del Salvador de Burriana y Santa María de Morella y los Santuarios de Santa María del Puig y de San Vicente de la Roqueta. Para explicar su origen muchos estudiosos se han remitido al taller escultórico de la Catedral de Lérida encabezada por un escultor italiano discípulo de Benedetto Antelami.
San Vicente y su representación iconográfica a través de la historia
En las múltiples manifestaciones artísticas en que se representa San Vicente Mártir aparecen repetidamente los siguientes símbolos o iconos que podemos dividir entre escenográficos martiriales, gloriosos y sociales:
Entre los escenográficos (que muestran escenas de su periplo) destacamos los siguientes:
- El trono de Daciano junto a Valero y Vicente prendidos o encadenados.
- El ídolo romano como negativa a adorar una estatua.
- La cárcel, donde sufrió martirio
- Los cuervos del muladar, que protegen el cadáver del santo de las alimañas.
- La cama o lecho de rosas donde expiró plácidamente.
- La barca mediterránea en España y la Atlántica en Portugal con cuervos en proa y popa.
- El promontorio o sinus sucronensis que puede verse en la escena del lanzamiento al mar y que se identifica con las costas de Cullera.
Entre los martiriales (que simbolizan aspectos de su martirio) destacamos:
- La flagelación en la columna , como la primera de sus torturas.
- El ecúleo o cruz de San Andrés, cruz aspada característica.
-Las raederas de hierro, usadas para descarnar al mártir.
- La parrilla erizada de puntas o clavos hacia el exterior que la diferencia de la de San Lorenzo.
- La catasta como instrumento que descoyuntaba los miembros.
- La rueda de molino, a la que se le ató para ser arrojado al mar . Por ello en Valencia se le conoce como Sant Vicent de la Roda.
Entre los gloriosos (que resaltan su final victorioso) destacamos:
- La dalmática o yelmo de color rojo, como indumentaria diaconal en alusión a su cruento martirio.
- La palma, como símbolo del martirio.
- El libro como evangeliario y símbolo de la fe del santo.
Entre los sociales están:
- La vid como fruto con el que se le representa en Francia como patrón de los vendimiadores de la región del Mediodía.
- También en Francia aparece en ocasiones con un instrumento para el corte de la vid similar a una hoz.
- En Alemania ,como patrón de los leñadores, aparece con elementos similares a un hacha.
- En Italia se le representa en ocasiones portando una edificación en su mano como símbolo de patronazgo y protección sobre ese lugar.
Cortesía de Salvador Raga Navarro
Presidente de la Asociación Cultural VIA VICENTIUS - GOGISTES VALENCIANS
Enlaces relacionados
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