Herramientas personales
En la EC encontrarás artículos autorizados
sobre la fe católica
Martes, 3 de diciembre de 2024

Literatura Alemana

De Enciclopedia Católica

Revisión de 20:08 9 mar 2010 por Perofe (Discusión | contribuciones) (Literatura alemana moderna (desde 1848). Nuevas metas. Realismo poético. Naturalismo)

Saltar a: navegación, buscar

Desde el más antiguo periodo pre-cristiano al año 800 d.C

No hay documentos escritos anteriores al siglo VIII en ninguna lengua germánica. La traducción gótica de la Biblia por el obispo Ulfila, en el siglo cuarto, no pertenece a la literatura alemana. Se sabe por Tácito que los antiguos germanos tenían una poesía no escrita, que entre ellos ocupaba el lugar de la historia. Consistía en himnos en honor de los dioses o cantos conmemorativos de los hechos de los héroes. Tales himnos se cantaban por en coro en las ocasiones solemnes, acompañados por danzas. Había también canciones, no corales, cantadas por los juglares ante los reyes o los nobles, canciones de alabanza, encanta, encantamientos y acertijos. Durante el gran periodo de las migraciones la actividad poética recibió nuevos impulsos. Nuevos héroes, como Atila (Etzel), Teodorico (Dietrich), y Ermanrico (Ermanrich), salen a escena; La tradición confunde sus con las de los héroes más antiguos, como Sigfrido. Elementos míticos e históricos se mezclan y surgen así los grandes ciclos de las sagas, que más tarde forman la base de la épica nacional. De todas ellas, la más famosa fue la saga de los Nibelungos, extendiéndose a todas las tribus germánicas. La más antigua leyenda de la muerte de Sigfrido se combinó con la destrucción histórica de los burgundios (borgoñones) por los hunos, en 435, y proporciona un momento típico de formación de las sagas.

De toda esta poesía pagana casi nada ha sobrevivido. La colección de Carlomagno que estaría formada por antiguas canciones heroicas, ha perecido. Todo lo que se conoce son los "Merseburger Zaubersprüche," dos canciones de encantamiento conservadas en un manuscrito del siglo décimo y el famoso "Hildebrandslied," un fragmento épico que narra un episodio de la saga de Dietrichm, el trágico combate entre padre e hijo, que fue escrito después del año 800 por dos monjes de Fulda, en las tapas de un manuscrito teológico. La prueba que aportan estos fragmentos así como la literatura de "Beowulf" y los "Edda," parece indicar que la más antigua poesía germánica era considerablemente numerosa y de no poco mérito.

El antiguo periodo alto alemán (c. 800-1050). El cristianismo y su influencia.

Entre los años 500 y 700 ocurrió el cambio fonético en el alto alemán que dividió los dialectos del sur, Alto Alemán, de los del norte, Bajo Alemán. La historia de la literatura alemana se ocupa principalmente con los documentos o monumentos del alto alemán. De hecho, hasta el final del Medievo, el sur alemán ocupa el lugar principal en la producción literaria.

Los godos, primera tribu germana convertida, abrazaron el cristianismo en la forma de arrianismo. Pero pronto dejaron paso a los francos, que se convirtieron en dominantes y la conversión de su rey Clovis (Clodoveo) al cristianismo en 496, fue de un importancia decisiva. La conversión de Alemania, llevada a cabo vigorosamente desde el siglo octavo por misioneros irlandeses y anglosajones, sobre todo S. Bonifacio (m.755), fue completada cuando Carlomagno (m. 814) obligó a los paganos sajones a someterse a su autoridad y ser bautizados y unió las tribus germanas bajo su dominio. El cristianismo quedó firmemente asentado por él y sus sucesores. El clero se convirtió en el depositario del saber; los nuevos monasterios y sus escuelas, sobre todo las de Fulda y S. Gall, se convirtieron en centros del cultura. El lenguaje de la Iglesia era el latín, pero la enseñanza y la predicación había se hacerse en el idioma vernacular. La prosa que surgió para este propósito es solo de interés lingüístico. La poesía era de carácter exclusivamente cristiano. Ejemplo son "Wessobrunner Gebet"y "Muspilli," este último un poema aliterativo sobre la destrucción del mundo; ambos son del siglo noveno.

La Iglesia, naturalmente, se opuso a los antiguos cantos paganos intentando suplantarlos por poemas cristianos. Así surgió la antigua épica sajona "Heliand," compuesto entre 833 y 840 por un poeta desconocido, por sugerencia del rey Ludovico Pio (Luis el Piadoso). Está escrita en Bajo Alemán y es el último gran poema en verso aliterado. La historia del Redentor se cuenta aquí desee un punto de vista completamente germánico, que concibe a Cristo como un suave pero poderoso jefe y a sus discípulos como sus vasallos o feudatarios. El mismo tema se tarta en el "Evangelienbuch" de Otfried, monje de Weissenburg, primer poeta alemán conocido por su nombre. Se terminó hacia 868 y se dedicó a Luis el Germano. Aunque no posea el mérito literario de "Heliand," es de la máxima importancia porque introduce definitivamente en la ¡poesía alemana el principio de la rima, que ya era familiar en los himnos latinos de iglesia . la rima fue también utilizada por el autor desconocido de "Ludwigslied" para celebrar la victoria sobre los hombres del norte en Saucourt (881). Este el único canto del periodo que no tiene un carácter exclusivamente religioso, aunque su autor fue probablemente en clérigo.

Durante los siglos IX y X la poesía alemana fue negligentemente abandonada; en las cortes de los sajones (919-1024) y de los emperadores franconianos (1024-1125) y en los monasterios se cultivó casi exclusivamente el latín, surgiendo así un cuerpo de poesía latina entre os que sobresalen como ejemplos más notables en siglo diez "Waltharius" (Waltharilied) de Ekkehard, un monje de S. Gall ( m. 973), "Ruodlieb" (1030), y "Ecbasis Captivi" (c. 940). "Waltharilied" relata una antigua saga de los burgundios de espíritu totalmente alemán, mientras que "Ecbasis" es el más antigua épica con animales épicos que nos ha llegado. Los dramas latinos de la monja Roswitha (Hrotsvitha) apenas puede decirse que pertenezcan a la literatura germana.

El gran maestro en prosa alemana de este período fue Notker III, de sobrenombre Labeo (Alrededor de 952-1022), cabeza de la escuela conventual de S. Gal. Sus traducciones de Boecio, Aristóteles, Marciano Capella y especialmente del Psalterio, son los mejores ejemplos de la prosa alemana hasta el siglo XIV.

El periodo de la caballería y las Cruzadas (1050-1300). Poesía alemana medio alta.

En el siglo XI, bajo la influencia del movimiento reformista proveniente del monasterio borgoñón de Cluny comienza a dominar en la literatura un espíritu de duro ascetismo. La iglesia en su lucha contra el emperador se vuelve de nuevo hacia el pueblo para realizar las reformas de Gregorio VII y aunque los poetas del principios de este período, era casi exclusivamente clérigos, al menos escribían en alemán. La literatura que producen consiste sobre todo en versiones rimadas de historias bíblicas y otros temas sagrados y está representada por el “Trova de los milagros de Cristo” de Ezzo, la paráfrasis del Cantar de los cantares de Williram (ambos c. 1060), y los poemas de Frau Ava. Algunos de los mejores poemas del momento se inspiraban en la devoción a la Virgen María, como “Driu Liet von der Maget" del sacerdote bávaro llamado Wernher (c. 1170). Es estos cantos hay una tendencia inequívocamente alemana hacia el misticismo. Un producto muy notable de la época, el medio legendario "Annolied," un poema del arzobispo Anno de Colonia (m. 1075). La “Kaiserchronik" (c. 1150), un largo poema que narra la historia del mundo y presenta una extraña mezcla de leyendas y conocimientos históricos. La amarga hostilidad del espíritu ascético hacia la vida mundana halla su expresión en la mordaz sátira de Enrique de Melk (c. 1160). Pero la ascética iba perdiendo terreno; bajo la influencia de las Cruzadas el prestigio de la casta caballeresca iba creciendo sin pausa. Era necesario llegar a un compromiso con el espíritu secular y los poetas clericales, para mantener su audiencia y poder competir con los juglares tenían ahora un recurso a temas mundanos. Y buscaron sus modelos en Francia.

Un sacerdote llamado Lamprecht compuso el "Alexanderlied" (c. 1130), mientras que un sacerdote de Ratisbona, llamado Konrad, escribió el "Rolandslied" (c. 1135). En ambos casos los autores se nutrieron en los originales franceses. Los juglares volvieron a estar de moda. Hay un cierto número de épicas populares de este período, entre las que sobresale "König Rother" (c. 1160). El tema es una antigua saga germánica y el papel que juega el oriente, Constantinopla en este caso, indica el influjo de las Cruzadas. Aun se nota más la afición por el oriente en "Herzog Ernst" (c. 1190), donde el héroe histórico, el duque Ernesto II de Suabia (m. 1030), es representado como un peregrino a Tierra Santa y el tema de las aventuras maravillosas en el Lejano Este. De este período son también los primeros poemas épicos sobre animales, como "Reinhart Fuchs," de Heinrich der Glichesaere (c. 1170).

El reinado de los Hohenstaufen (1138-1254) señala la primera gran época clásica de la literatura germánica. Muchas causas contribuyen al renacimiento literario: Las Cruzadas inspiraron nuevos fervores a la vida religiosos. Muchos miles de caballeros alemanes siguieron al rey Conrado III en la cruzada de 1145-47. Esto les puso en contacto por una parte con el oriente u su riqueza de relatos maravillosos y por otra parte con sus vecinos más cultos, los franceses, cuyas pulidas manera y costumbres adoptaron ávidamente. La Caballerosidad, una institución de origen y espíritu esencialmente romance, dominó la vida social de la época. El cultivo de la poesía pasó a sus manos, dejando de ser el clero el único proveedor del saber y la cultura. Los poetas de este tiempo son, en general, de rango caballeresco. Muchos de los caballeros más pobres dependían de la generosidad de los patrones principescos, como el Landgrave de Turingia o los duques de Austria. Las únicas clases de poesía cultivada por entonces fueron la épica y la lírica y la primera de ellas era o cortesana o popular. Se ponía mucha atención en la forma y la versificación estaba regulada por reglas estrictas. El Alemán Clásico Medio Alto es extremadamente elegante. Era esencialmente una poesía de casta totalmente adatada a los ideales de la sociedad cortesana. Era brillante, si, pero sobre todo una poesía de traducción y adaptación.

La épica cortesana trata casi exclusivamente de temas extranjeros; sus modelos se derivan sobre todo de Francia. El tema preferido es l matière de Bretagne, las leyendas que rodean al Rey Arturo y la Tabla Redonda que ya se habían combinado con el tema del Grial, que se había popularizado gracias al trovador francés Chretién de Troyes quien influyó mucho en la épica alemana cortesana. Lo caballeresco y el culto a la mujer son los motivos principales de la poesía. La épica cortesana fue introducida en Alemania por Heinrich von Veldeke, un caballero de la tierra baja del Rin cuya "Eneit" (c. 1175-86), basada en un modelo francés, trata de la historia de Eneas con un espíritu totalmente medieval y caballeresco. La épica cortesana fue transplantada a la Alta Alemania por el suabo Hartmann von Aue (m alrededor de 1215). En este "Erec" introduce los romances artúricos en la literatura alemana; su "Iwein" pertenece al mismo ciclo; su "Gregorius" es una versión ascética de la historia de Edipo. Su obra más conocida es "Der arme Heinrich," que como relato típico alemán de devoción femenina, ocupa una posición única entre loas creaciones de los poetas cortesanos, de los que el más importante es Wolfram von Eachenbach (m. hacia 1220), cuya obra "Parzival," la historia de un hombre sencillo que vence a la duda y la tentación y por fin se convierte en caballero del Grial. Como en el Fausto de Goethe tenemos aquí la historia de un alma. Al ciclo de los romances del grial pertenecen los llamados fragmentos "Titurel", mientras que la última obra de Wolfram "Willehalm,"es una leyenda histórica que permaneció incompleta. El gran rival de Wolfram, opuesto a él en espíritu, es Gottfried von Strasburg, cuyo "Tristán" (c. 1210) es una glorificación del amor sensual y de es de una moralidad dudosa. Mientras que con Gottfried la épica cortesana alcanzó su más alta cumbre, comienza también a apacer con él la excesiva artificiosidad y así este tipo de poesía comienza a declara rápidamente. Los siguientes poetas que intentan imitar a los grandes maestros mencionados caen en una tediosa imprecisión y sus épicas no son con frecuencia más que una cadena de aventuras sin significado. Rudolf de Ems (m. 1254) y Konrad von Würzburg (m. 1287) son los más dotados de estos epígonos. El primero es el autor de un relatos versificados como "Der gute Gerhard" y "Barlaam und Josaphat," una antigua leyenda budista en forma cristiana. El último escribió un lasr4go poema épico sobre la guerra de Troya para el que usó como modelo el romance francés de Benoit de Sainte-More. Mucho0 más meritorios son sus romances más cortos como "Herzemaere" y "Engelhard." Su "Goldene Schmiede" es un poema en honor de la Virgen María. Muy alejado de la influencia cortesana es el poderoso y realista poema "Meier Helmbrecht," una historia trágica de campesinos escrita por en sacerdote bávaro llamado Wernher der Gärtner (c. 1250).

Junto a la cortesana se desarrolla la épica popular. Basándose en antiguas canciones presentes entre el pueblo , surge alrededor de 1200 en Austria la gran épica alemana Los Nibelungos ("Nibelungenlied,") que habla de la muerte de Sigfrido a manos de Hagen y de la terrible venganza de Krimilda, De autor desconocido aunque era probablemente de rango caballeresco. El poema tiene forma estrófica y aunque el tema es primitivamente germano, la influencia de la caballería y del cristianismo se ve claramente. En Austria también surge, un poco más tarde, el "Gudrunlied," una historia del mar del norte que habla de la devoción de Gudrun a su amante desposado, el rey Herwig de Seeland. De mucho menos interés son otros poemas épicos populares que también datan de principios del siglo trece; en general están relacionados con la saga- ciclo relacionada Dietrich de Berna . los más notables son "Rosengarten," "Alpharts Tod," "Laurin," "Eckenlied," y "Rabenschlacht." Otros tres poemas épicos, "Ortnit," "Hugdietrich," y "Wolfdietrich," toman sus temas de la saga-ciclo longobardo y se nota en ellos una acusada influencia de las cruzadas.

También floreció una brillante poesía lírica durante este período. Parece que en territorio austriaco existió una poesía lírica de carácter popular antes de que llegara la influencia de los romances del noroeste. Pero fue bajo esta influencia romance cuando la lírica alcanzó su forma característica. Minne, i.e., el culto convencional a la mujer, es el motivo dominante, pero no faltaron otros políticos y religiosos y el Spruch, un poema gnómico o de carácter sentencioso era muy estimado. La tradición menciona a Heinrich von Veldeke como pionero del Minnesingen. Le siguen Friedrich von Hansen, Heinrich von Morungen, y Reinmar von Hagenau. Este tuvo un discípulo, el austriaco Walther von der Vogelweide (c. 1165-1230), que es el más grande y versátil de toda la poesía lírica medieval alemana. También es grande en el Minnelied y en el Spruch. Acabó siendo partidario del emperador contra el papa y muchos de sus poemas son agrias invectivas contra el papa y los clérigos. Pero nunca atacó las doctrinas de la Iglesia; su fervor religioso está atestiguado en dichos poemas como el dedicado a la Trinidad. Con su sucesores, el Minnesang entre en decadencia. La vida de Ulrich von Lichtenstein, tal como aparece en su autobiografía, "Frauendienst" (1255), muestra a qué absurdos puede llegar el culto a la mujer. Neidhart von Reuenthal (m alrededor de 1245) ridiculiza la ruda vida del los campesinos y así introduce un elemento de tosquedad en el aristocrático arte. Por fin, hay que mencionar a Reinmar von Zweter (m. Alrededor de 1260) como distinguido poeta gnómico.

El espíritu didáctico que ahora surge se muestra en poemas más largos como "Der wälsche Gast" (1215) del sacerdote italiano Tomasino de Zirclaere, y especialmente en la obra de Freidank'"Bescheidenheit" (c. 1215-30), i.e., sabiduría nacida de la experiencia una colección de dichos rimados. Aunque estas obran son estrictamente piadosas en el tono, con frecuencia manifiestan críticas claras sobre los asuntos papales y eclesiásticos. La prosa estaba muy atrasada en este periodo. El idioma para la historia y la ley era el latín. Hacia 1230 aparece el "Sachsenspiegel," código de ley sajona escrito en bajo-alemán por Eike von Repgowe, que sirvió de ejemplo al producido en Alta Alemania al "Schwabenspiegel" (antes de 1280). La primera crónica en prosa alemana la "Sachsenchronik," fue escrita por un clérigo sajón antes de 1250. La predicación de los frailes mendicantes, en pleno crecimiento en el siglo trece, dio un gran impulso a la prosa alemana. Llegaban a los corazones del pueblo en el que la literatura de caballería no tenia influencia alguna. Los sermones de David de Augsburgo (m. 1272) no se han conservado. Su discípulo, Bertoldo de Ratisbona (m. 1272), fue un predicador inmensamente popular de elocuencia dramática y apasionada, nacida de la sinceridad de sus convicciones, llevó a miles de sus oyentes a al arrepentimiento y a una vida mejor.

Decadencia de la poesía a final de la Edad Media. Nacimiento de la literatura burguesa (1300-1500)

La decadencia de la casta caballeresca trajo consigo el declinar de la literatura que había sido apoyada por dicha casta. Los siglos catorce y quince no favorecieron el desarrollo de la literatura artística. El imperio iba perdiendo su poder y derivando hacia la anarquía mientras que los emperadores se dedicaban principalmente a aumentar su poder dinástico, y los príncipes a independizarse de la autoridad imperial. Ya no protegían a la poesía. Los clérigos en su mayor parte tenían planes mundanos con lo que minaban la reverencia que se les tenía. El crecimiento de las ciudades y su comercio fue fatal para el prestigio de los caballeros y de sus ideales. La vida se hacía más práctica, más utilitaria, menos estética y como consecuencia el tono didáctico va imponiéndose poco a poco en la literatura.

Las universidades, que surgen en Alemania durante este período, la primera se fundó en Praga en 1348, ampliaron la brecha entre las clases cultas uy el pueblo, preparando el camino para el Humanismo, que comienza a tener una gran fuerza en las letras alemanas a finales del siglo quince. La influencia del Humanismo no fue beneficiosa en todo: era una institución extranjera que promovía el latín como lenguaje de la cultura a expensas del idioma nativo. Gradualmente los humanistas se vuelven contra la filosofía escolástica y pronto se manifiesta un espíritu de rebeldía contra la Iglesia y su autoridad. Los cismas dentro de la iglesia y la mundanidad de algunos de sus dignatarios daba pábulo a este espíritu que toma una forma violenta, sobre todo en el movimiento husita. El campo estaba abonado para la gran rebeldía luterana.

Los romances caballerescos degeneran en alegorías y descripciones tediosas de las que es un ejemplo típico el "Theuerdank" (1517), una descripción alegórica del noviazgo y cortejo del emperador Maximiliano con María de Borgoña, escrito por sugerencia del emperador mismo. La épica heroica no tuvo mejor suerte convirtiéndose en vulgar y burdo. Las crónicas rimadas aun proporcionan historias, siendo la más digna de mención la Crónica de la Orden Teutónica de Peter von Dusburg traducida del latín por Nikolaus von Jeroschin (c. 1340). De un más alto valor poético son las leyendas, fábulas y anécdotas que tuvieron tanta popularidad en este periodo. La colección de fábulas más conocida era "Der Edelstein," que contenía cien fábulas traducidas del latín por Ulrich Boner, un fraile dominico de Berna (c. 1340). De los muchos poemas didácticos de esta época el más famoso sin duda era el "Narrenschiff" (barco de los tontos) del culto humanista Sebastian Brant (m. 1521), que apareció en 1494 y tuvo fama en Europa. Es una sátira de todos los vicios y locuras de la época de los que se enumera no menos de 110 clases. También está impregnado de una tendencia satírica el "Reinke de Vos," una versión en bajo alemán del original holandés de la famosa historia de Renard el Zorro (1498). No cabe duda de las alusiones en este poema a los vicios de los altos cargos eclesiásticos y civiles.

Respecto a la poesía lírica el Minnesang desaparece con sus dos últimos representantes Hugo, Conde de Montfort (c. 1423), y Oswald von Wolkenstein (m. 1445). El cultivo de la lírica es ahora asumido por los burgueses; el Meistersang desplaza al Minnesang. La poseía en manos burguesas se convierte en una mera técnica, un asunto que se enseña en las escuelas que se establecen con ese propósito. Se aplica al arte el sistema de los gremios y el candidato ha de pasar por los diferentes grados, desde aprendiz a maestro. La tradición habla de Maguncia como la sede de la escuela más antigua y a Heinrich von Meissen (m. 1318) como su fundador. De las muchas ciudades donde florecieron estas escuelas, ninguna tuvo tanta reputación como Nüremberg, patria de Hans Sachs. Poco valor literario hay en la poesía de los meistersingers. Lo mejor de la poesía de este y del siguiente periodo se halla en el Volkslied, que en general son cantos anónimos que expresan las alegrías y las tristezas de la gente en todas las clases y en todas las situaciones de la vida. Los sucesos contemporáneos son con frecuencia fuente de inspiración, como la canción de Halbsuter sobre la batalla de Sempach (1386). Otros tratan de temas legendarios, como por el canto de Tannhaeuser, el caballero juglar que viajó a la Montaña de Venus y después fue a Roma a conseguir la absolución. La lírica religiosa de este período está en gran parte dedicada a las alabanzas de la Virgen María, en las que es digno de notar de forma especial Heinrich von Laufenberg, un sacerdote de Friburgo de Brisgovia que después se hizo monje en Estrasburgo (m. 1460).

Otro género literario surge ahora: el drama, cuyo origen, como en todas partes, hay que buscarlo en las obras religiosas de los grandes festivales cristianos que se celebraban, especialmente en Pascua de resurrección. Estos festivales tenían un propósito definido: instruir y edificar. Pero gradualmente van adquiriendo un carácter secular, dejan de celebrarse en las iglesias, para hacerlo en los mercados o plazas públicas. Comienzan a participar los laicos y en el siglo catorce el alemán templaza al latín. Además de la Pasión, se dramatizan historias bíblicas y leyendas. Una de las más antiguas y asombrosas es la obra del siglo doce “el Anticristo” de Tagernsee. El texto que se ha conservado trata de las vírgenes tontas y sabias que se representó en Eisenach en 1322

El origen del drama seglar no está completamente claro. En el siglo quince este género está representado principalmente por el las obras para el carnaval, cuyo origen sin duda a las imitaciones y burlas que se daban en ocasiones especiales, sobre todo en el martes anterior al miércoles de ceniza. Sin duda el drama religioso influyó en el desarrollo del secular. En general, éste era extremadamente crudo de forma e increíblemente burdo en el lenguaje y contenido. El lugar más importante de representaciones era sin duda Nueremberg y sus autores más conocidos son Hans Folzs y Hans Rosenblüt. En sus obras parece la tendencia que iba a hacer de este género literario un instrumento efectivo para la sátira. En este período la prosa utilitaria es la más importante. Los romances de caballerías se redactan en prosa se traducen los romances extranjeros y surgen así los Volksbücher, entre los que sobresale el de Till Eulenspiegel, un conocido humorista sobre el que se cuentan toda clase de anécdotas. Se ha perdido el original de 1483, en bajo alemán, y la copia más antigua en alto alemán es de 1515. Respecto a la literatura traducida, hay que mencionar los nombres de los primeros humanistas como Heinrich Steinhöwel, Niklas van Wy y Albrecht von Eyb.

La historia se escribe ya por entonces en prosa alemana. Hay varias crónicas que se han conservado como la de Strasburgo (hasta 1362), de Limburg (hasta 1398), y la crónica Turingia de Juan Rothe, un monje de Eisenach (1421).

Pero la mejor prosa germana de este periodo se halla en los escritos de los místicos. El fundador de la escuela fue el Master Eckhart (m. 1327), un monje dominico, siendo la orden dominicana la mejor exponente. Eckhart fue acusado de panteísmo, pero repudió tales interpretaciones de sus manifestaciones místicas. Su discípulo, Heinrich Seuse (Suso),

también dominico (m. 1366), era menos filosófico y más poético. El tercer gran místico, Johannes Tauler (Taulero) (m. 1361), dominico de Estrasburgo dio a los escritos de sus predecesores un matiz más práctico. El servicio que los místicos rindieron al idioma, alemán como medio de sus especulaciones, nunca se valorará lo suficiente. El más grande predicador del período fue Geiler von Kaysersberg de Estrasburgo (m. 1510), cuya serie de sermones basados en el “Barco de los tontos “ de Brandt se hizo especialmente famosa.

La Era de la Reforma (1500-1624)

Los efectos del Humanismo en Alemania comenzaron a sentirse en la atención dada por hombres como Erasmo y Reuchlin al estudio de la Biblia en los idiomas originales. Para la literatura alemana, la Reforma fue una calamidad. Las tremendas luchas teológicas absorbieron lo mejor de la de la energía intelectual de la nación. La literatura como arte sufrió al ser forzada al servicio de la controversia religiosa; se convirtió en polémica o didáctica y se manifestó sobre todo en prosa. Martín Lutero (1483-1546) es la figura más importante de este periodo y su obra más importante fue la traducción de la Biblia (impresa completamente Wittemberg en 1543 y edición final en 1543-45). Las traducciones alemanas previas se habían hecho de la Vulgata y eran deficientes en su calidad literaria. La versión de Lutero es del original y aunque no está libre de errores de de una claridad maravillosa y totalmente idiomática. Sus efectos en el idioma alemán fueron enormes; el dialecto en el que está escrita, un dialecto Medio alemán usado en las chancillerías de la Alta Sajonia, se convirtió gradualmente en la norma de los escritores protestantes y católicos y es la base del moderno alemán literario. Los panfletos de Lutero solo tienen interés histórico; su catecismo y sermones pertenecen a la literatura teológica. Sus "Tischreden" (Charlas de sobremesa) muestran su personalidad. Su fuerza de voluntad impregna su carácter y sus escritos. Pero su firmeza con frecuencia deja un sabor de obstinación, es tan dogmático como sus oponentes y la crudeza, o mejor la vulgaridad de su lenguaje era ofensiva hasta en aquella época acostumbrada a los abusos. Como poeta se muestra en sus cantos religiosos, de los que "Ein feste Burg" es famoso por convertirse en el himno de batalla de los reformados. Otros escritores de himnos protestantes para los servicios religiosos fueron Paulus Speratus (m. 1551), Nikolaus Decius (m. 1541), Nikolaus Herman (m. 1561), y Philipp Nicolai (m. 1608). En general, los humanistas alemanes fueron indiferentes con la Reforma, peor Ulrich von Hutten (m. 1523) fue partidario del movimiento; sus escritos son sobre todo latinos. Uno de los mayores enemigos de Lutero fue el monje franciscano Thomas Murner, (1475-1537), que en sus primeras sátiras castigó las locuras de su tiempo. Mostró al principio simpatía por la Reforma, pero cuando se atacó la doctrina católica, respondió atacó de forma ruda pero inteligente contra la Reforma con su sátira "Von dem grossen Lutherischen Narren" (1522), en adelante siendo un enemigo constante de la Reforma y de su autor.

Lo mejor del siglo dieciséis fue el zapatero de Nuremberg Hans Sachs (1494-1576) quien, aunque seguidor de Lutero, no era principalmente polemista. Foe sorprendentemente productivo en varios campos, mastersong, Spruch, anécdotas, fábulas y drama. Su teatro de de Carnaval manifiesta un humor que aún se aprecia hoy en día. El espíritu de valioso maestro es sobre todo didáctico y carece de formas artísticas.

Hacia mediados del siglo dieciséis, aparece la Contrarreforma, volviendo a recuperar mucho de lo perdido ante el protestantismo, que ya se había convertido en una fuerza vital y estaba dividido por las disensiones entre luteranos y calvinistas. El más eminente de los escritores polemistas entre los protestantes fue Johann Fischart (m. 1590), cuya sátira esta sobre todo dirigida contra los jesuitas, siendo notable su "Vierhörniges Jesuiterhuetlein" (1580). Su obra más ambiciosa es "Geschichtklitterung," una versión libre del Gargantúa de Rabelais (1575). Fischart no es un escritor original y su lenguaje extravagante y su afición a los juegos de palabras hace que su obra sea intragable para el lector moderno La prosa narrativa es muy notable en esta época. Colecciones de anécdotas, como "Rollwagenbuechlein" de Jörg Wickram (1555) y sobre todo "Schimpf und Ernst" (1522) del franciscano Johannes Pauli, se hicieron muy populares. Eran muy estimadas las traducciones de los romances franceses y españoles como el "Amadis de Gaula". Además, estaban los "Volksbücher," con sus historias populares, entre las que está las relacionadas con Fausto y el Judío Errante se hicieron las más famosas. La prosa didáctica está representada por la obra histórica de Aegidius Tschudi (m. 1572), Sebastian Frank (m. 1542), y Johannes Thurmayr (conocido como Aventinus; m. 1534); la colección de dichos y proverbios, reunida por Frank y Johann Agricola (m. 1566) deben también ser mencionadas.

En teología , el obispo Berthold de Chímese representa a los católicos con su "Tewtsche Theologey" (1528); el franciscano, Johann Nas (m. 1590), católico convertido, en su "Sechs Centurien Euangelischer Wahrheiten" es también un campeón de la antigua iglesia. El principal escritor protestante fue Johann Arndt (m. 1621), autor de "Vier Bücher vom waren Christenthum," que fue uno de los libros más leídos de su tiempo y su contemporáneo el famoso zapatero Jakob Boehme (m. 1624); filósofo místico en cuyos escritos se mezclan de forma extraña profundos pensamientos con nociones confusas. En el campo del drama había mucha actividad. Lutero, aunque se oponía a la representación de la Pasión, fomentaba el drama educativo. Nikolaus Manuel, un suizo (d. 1530), usó la forma del drama para satirizar al papa y a la Iglesia Católica. El drama bíblico estaba en auge y muchos escritores cultos de comedias de escuela tomaron sus temas de la Biblia, como por ejemplo, Paul Rebhun (m, 1546) y Sixt Birck (m. 1554). El escritor más prolífico de ese momento fue Hans Sachs, que escribió no menos de 208 obras que a pesar de sus carencias de cualidades literarias más altas, son un comienzo prometedor. Hacia finales del siglo dieciséis aparecen en Alemania comediantes ingleses transeúntes que se ganan el favor del público por su arte histriónico superior. Jakob Ayrer (m. 1605), el más importante dramaturgo de la época refleja su influencia, que se nota más aun en Heinrich Julius, duque de Brunswick-Wolfenbuettel (m. 1613), que fue el primer en escribir dramas alemanes en prosa en vez de en verso.

La época de las obras religiosas (1624-1748). La poesía culta y la imitación.

Los conflictos religiosos inaugurados por la Reforma culminaron en la Guerra de los Treinta Años (1618-1648) que prácticamente destruyó a Alemania como nación. Los sentimientos nacionales se extinguen. La Liga Católica busca el payo de España y Austria mientras que los príncipes protestantes traicionan los intereses nacionales ante Francia y Suecia. Se da un espíritu de imitación servil de lo extranjero. Se desprecia y se falsifica el idioma alemán en círculos aristocráticos donde es corrompido por el influjo de palabras extranjeras. La literatura carece de originalidad y sustancia; los escritores se centran principalmente en la parte formal.

El escritor principal de este periodo es Martin Opitz (1597-1639), cuyo tratado "Von der deutschen Poeterey" (1624) tuvo una autoridad indiscutida como “ars poetica “durante más de un siglo. En la poesía había que buscar regularidad e inteligibilidad más que imaginación y sentimiento. La teoría de Opitz, tomada de la práctica de los poetas del Renacimiento francés y holandés, no dejaba lugar a la imaginación. El libro tuvo un efecto saludable porque puso fina a contar mecánicamente las sílabas e hizo que el ritmo dependiera en la tensión, la carga el acento. Sus protestas Montreal uso innecesario de palabras extranjeras son laudables. Opitz es autor de varios poemas moralizantes, didácticos, religiosos o descriptivos, pero de escaso mérito. Su obra más conocida es "Trostgedicht in Widerwaertigkeit des Kriegs" (1633). Los poetas seguidores de Opitz son conocidos como la Primera Escuela Silesia, aunque no todos son silesio de nacimiento e incluían a varios de verdadero talento como Friedrich von Logau (m. 1655), epigramista ingenioso y Paul Fleming (m. 1640), lírico.

Los poetas del llamado Círculo de Königsberg también eran seguidores de Opitz. Entre ellos sobresale Simon Dach (m. 1659). También hay que mencionar en esta línea a Andreas Gryphius (1616-64), principal dramático de este período. Sus tragedias, basadas sobre todo en modelos holandeses, están afectadas por su retórica artificial y la predilección por lo horrible; sus comedias son mucho mejores aunque no fueran tan estimadas. Los poetas de esta escuela influyeron positivamente en la dicción y versificación. La literatura en sus manos era un producto perfecto de la intelectualidad, totalmente alejada del pueblo. Las sociedades lingüísticas que surgieron por entonces, la más famosa era Die fruchtbringende Gesellschaft (1617), no cambiaron esta situación: el idioma mejoró debido a sus esfuerzos, pero la literatura no. En reacción contra el frío formalismo y utilitarismo de los Opitzianos, los escritores de la Segunda Escuela Silesia, Christian Hofmann von Hofmannswaldau (1617-79) y Daniel Kasper von Lohenstein (1635-81) cayeron en e extremo opuesto de rimbombancia y exageración. En el estilo, imita al italiano Marini. Los poemas líricos del primero y los dramas y novelas del segundo están escritos en un estilo inflado y poco natural, sobrecargado de metáforas.

Tanto en el estilo como en su inmoralidad estos escritos reflejan el gusto de la sociedad cortesana contemporánea. Y oponiéndose a este estilo que seguía la tendencia de la moda, Christian Weise (m. 1708) en su escuela de dramas y novelas satíricas busca la simplicidad que en su obra y en las de sus seguidores degeneró con frecuencia en trivialidad e inanidad. La mejor poesía que produjo el siglo diecisiete fue la lírica religiosa, especialmente los himnos. El tono de esos poemas ya no es de lucha, sino de piadosa resignación. El más grande de los escritores protestantes de esta tendencia fue Paul Gerhardt (1607-1676). También son dignos de mención Joachim Neander, Georg Neumark, Johann Franck y Philipp Jakob Spener. Entre los católicos los más importantes fueron el jesuita Friedrich Spe (1591-1635), intrépido defensor de las víctimas de los tribunales contra la brujería y autor de la colección lírica "Trutznachtigall," y Johann Scheffler, más conocido como Angelus Silesius (m. 1677), convertido y más tarde ordenado sacerdote en cuya colección poética "Heilige Seelenlust" y "Der cherubinische Wandersmann", la mística vuelve a encontrar una noble expresión. Otro poeta jesuita, Jacob Balde (1604-68), elaboró su obra mejor en latín aunque sus poemas alemanes no carecen de mérito.

La novela comenzó a florecer en el siglo diecisiete. La novela heroica y galante, de la que Lohenstein era el mejor exponente, era muy estimada por la sociedad aristocrática, pero tenía poco valor literario. La novela picaresca, de influencia española, era mucho mejor: la prosa clásica del siglo es el "Simplicissimus" de Christoph von Grimmelshausen (d. 1676), un converso al catolicismo. Va describiendo, en forma de autobiografía, un panorama realista del periodo de la Guerra de los Treinta Años. El “Robinson Crusoe” de Defoe produjo una oleada de imitaciones de las que "Die Insel Felsenburg", de Schnabel, es la mejor.. la Sátira está representada por el "Schellmuffskys Reisebeschreibung" (1696) de Christian Reute y por los escritos de Johann Balthasar Schupp, un pastor luterano de Hamburgo (m. 1661), así como por los de Ulrich Megerle, conocido como Abraham de Sancta Clara (1644-1709), un agustino que se hizo famoso, como predicador de la corte de Viena, por su gracia e ingenio. La prosa alemana comienza ahora a ser utilizada en la filosofía y en la ciencia. Los pioneros en esta línea fueron Christian Thomas y Christian Wolff, que inauguraron el movimiento racionalista en Alemania A principios del siglo dieciocho la literatura alemana no se había elevado mucho. El drama, especialmente, en el que el protagonista solía en unas farsas que la mantenían en baja forma.

Johann Christoph Gottsched (1700-66), un profesor de Leipzig, intentó reformarla. Sus esfuerzos son de alabar pero él no era, ni mucho menos, un poeta; pare él la poesía era una cosa del intelecto y su propósito había de ser pr4áctico. Para él no eran importantes el misterio y lo maravilloso. El buen gusto se cultivaba imitando el drama clásico francés, que era el mejor exponente de la práctica de los antiguos. La dictadura literaria de Gottsched no fue cuestionada hasta que se vio implicado en la controversia con los críticos suizos, Bodmer y Breitinger, que insistían en los derechos de la imaginación y del sentimiento y propusieron a los poetas ingleses como modelos mejores que los franceses.. Gottsched fue derrotado y en consecuencia perdió toda su autoridad. La poesía comenzó a mejorar lentamente; esa mejora ya se nota en el poema descriptivo "Die Alpen" de Albrecht von Haller (m. 1777) y en el gracioso verso de Friedrich von Hagedorn (m. 1754). El autor más popular era Christian Fuerchtegott Gellert (1715-69), cuyas fábulas son conocidas en todos los hogares alemanes. También escribió cuentos, comedias moralizantes e himnos. Pero ni estos escritores ni los del Círculo de Halle, Johann Wilhelm Ludwig Gleim, Ewald Christian von Kleist y Johann Peter Uz, llegaron a ser grandes escritores.


Periodo clásico de la literatura alemana (1748-1805)

Muchas causas contribuyeron al auge de una gran literatura nacional en el siglo dieciocho. Las victorias del rey prusiano Federico el Grande aceleraron el sentimiento nacional en todas las tierras alemanas. El aumento del patriotismo se puede discernir en los poemas de Klopstock; esto animó a Lessing a comenzar su campaña contra el dominio del clasicismo francés. También los movimientos religiosos ejercieron una poderosa influencia. El Pietismo surgió como reacción contra la estrecha ortodoxia luterana del aquel tiempo, y aunque no hizo otra cosa que añadir otra secta a las ya existentes, la profundización en los sentimientos religiosos que siguió, fue beneficiosa para la poesía. Con la aparición en 1748 de los primeros cantos iniciales de "Der Messias", se abrió una nueva era para la literatura alemana. El autor, Friedrich Gottlieb Klopstock (1724-1803), fue enseguida saludado como un poeta nato, no hecho. De nuevo tenía la poesía un contenido noble: el amor, el patriotismo, la religión. El tema del "Messias" es la redención. Pero a pesar de su alta seriedad y amplios propósitos, desde el punto de vista épico, el poema es un fracaso. Klopstock estaba dotado para la lírica: lo mejor de su obra son las odas. Con una actitud impaciente ante las pedantes reglas de la versificación seguidas por los poetas desde Opitz, descartó totalmente y eligió para sus odas los metros antiguos y ritmos libres. Esto, junto con la dicción que se requería, no han favorecido su popularidad además de que otro defecto de la obra de Klopstock, el excesivo sentimentalismo, que está presente en la mayoría de las obras del período. El patriotismo del poeta halló su medio de expresión en las odas y poemas patrióticos en prosa, los llamados Bardiete, en los que se intentaba revivir la antigüedad germana y excitar el entusiasmo por Herminio, el liberador de la antigua Alemania del yugo romano. Estas obras son un fracaso como dramas aunque sus pasajes líricos son hermosos con frecuencia. Tenían el propósito de estimular el movimiento inspirado en los bardos, representado por von Gerstenberg, Kretschmann y el jesuita vienés Denis. Los dramas bíblicos de Klopstock, como "Der Tod Adams" (1757) están completamente olvidados.

El racionalismo, cuyo santo y seña era “Ilustración”, tuvo un mayor impacto en la literatura que el pietismo. La Razón debía ser la única guía de todo; la tradición y la fe habían de conformarse a ella. No había ninguna clase de espacio para los dogmas en tal sistema que con frecuencia tendía sin disimulo hacia el ateismo, como el Deísmo inglés y especialmente los enciclopedistas franceses. Federico el Grande era un seguidor de tales puntos de vista y los impuso en lo que concernía a la iglesia y el estado de Prusia. Sin embargo en Alemania el Racionalismo no llegó hasta el ateismo parqueen general se intento un compromiso entre fe revelada y razón. El amplio humanitarismo de los grandes escritores de este periodo, Lessing, Herder, Goethe, Schiller, muestra la influencia de la Ilustración. Es cierto que todos estos escritores tenían pocas simpatías por ninguna de las formas ortodoxas del cristianismo. Con frecuencia La Ilustración degeneró en un racionalismo prosaico y poco profundo, carente de todo sentimiento más elevado como en el notorio caso de Nocolai (m. 1811). Como reacción contra la inclinación tendenciosa del racionalismo surgió una apasionada revuelta contra el orden existente. Fue inaugurada por Rousseau y que se manifestó en la literatura alemana en el periodo del Sturm-und-Drang (tormenta e ímpetu). El producto final de todo el racionalismo fue un libro que marcó época “Critica de la Razón Pura” de Manuel Kant,

El representante de la Ilustración en su mejor aspecto es Gotthold Ephraim Lessing (1729-81), uno de los grandes críticos del siglo. Su maravillosa habilidad crítica aparece por primera vez en sus "Literaturbriefe," una serie de ensayos sobre literatura contemporánea, donde mantiene a Shakespeare como modelo y donde se cuestiona la supremacía del drama francés. En 1776 apareció el "Laokoon," en el que se definen claramente los espacios de la poesía y de las artes plásticas. El intento de establecer un teatro nacional en Hamburgo dio como resultado la "Hamburgische Dramaturgie" (1767-69), donde investiga la naturaleza del drama y refuta la opinión de los franceses de que su drama clásico es el verdadero exponente de la práctica de los antiguos. Se aceptan las reglas de Aristóteles como definitivas y de muestra que los franceses no las han entendido y por consiguiente sus imitadores alemanes han cometido un error doble. A pesar de todas las opiniones sesgadas, la polémica fue fructífera porque poso fin al pseudo clasicismo e hizo posible que surgiera el drama nacional alemán. Lessing inició la marcha. Su "Miss Sara Sampson" (1755) es la primea tragedia burguesa en el escenario alemán a la que siguió "Minna von Barnhelm" (1767), primer drama nacional alemán, con un tema de interés nacional ambientada en la Guerra de los 7 Años y seguida por "Emilia Galotti," primera tragedia clásica alemana (1772), como adaptación a las condiciones modernas de la historia de Apio y Virginia. El último drama de Lessing "Nathan der Weise" (1779) fue el resultado de la controversia teológica en la que se había visto involucrado, por la publicación de los fragmentos de Wolfenbuettel, de Reimarus que contenían un atrevido ataque resuelto al cristianismo y a la Biblia. En la agria controversia entre Göze, el campeón de la ortodoxia luterana, y Lessing, éste escribió una serie escritos polémicos en los que afirmaba que el cristianismo podía existir y existía antes de la Biblia. Cuando el duque de Brunswick decretó que se detuviera la discusión, recurrió al teatro y escribió su "Nathan", en el que usa la conocida parábola de los tres anillos de Boccaccio, para reforzar su tesis de que no existe una religión verdadera. Y que la esencia de la religión no está en la fe, sino en las acciones virtuosas; todos los sistemas religiosos son igual de buenos. En una religión dogmática, naturalmente, no hay lugar para tal postura, que es una clara expresión del racionalismo deísta de Lessing. Sus últimas obras en prosa, sobre todo "Die Erziehung des Menschengeschlechts" (1780), son de carácter filosófico y tratan de las ideas expresadas en "Nathan."

Al “sentimentalismo seráfico” de Klopstock se enfrenta el sensualismo de Christopher Martin Wieland (1733-1813), que comenzó como un fervoroso pietista y admirador de Klopstock, pero se pasó al extremo opuesto del sensualismo teñido de frivolidad, por influencia del racionalismo, hasta que encontró su nivel. Su "Agathon" es el primer Bildungsroman alemán que presenta un contenido moderno bajo ropajes antiguos, método que también siguió en "Abderiten" (1780), donde se satiriza el provincialismo de una ciudad pequeña. Su obra maestra es la épica romántica heroica "Oberon" (1780), que se inspiró en el antiguo romance francés "Huon de Bordeaux." Su última obra, "Aristipp," es una novela en forma epistolar, como “Agathon” en su forma pero por lo demás moderna. Wieland no era un gran poeta pero el estilo suave y grácil de sus escritos y si agradable ingenio consiguió ganarle la simpatía de las clases superiores hacia la literatura alemana.

Mientras que Wieland ha tenido poca influencia en la literatura alemana, Johann Gottfried Herder (1744-1803) fue decisivo y de una influencia profunda y de largo alcance, menos por sus escritos que por las ideas nuevas que proclamaba y la influencia de su personalidad sobre otros, sobre todo Goethe. Las llamadas de Rousseau para volver a la naturaleza las aplicó Herder a la poesía. No la imitación sino el poder nativo hace al poeta, la poesía ha de ser juzgada como el producto del ambiente histórico y nacional. Se prefiere la poesía natural y popular, como los cantos populares, a la poesía artística. Estos puntos de vista los desarrolla en una serie de ensayos "Fragmente ueber die neuere deutsche Literatur" (1767) y "Kritische Waelder" (1769) y son aun más elaborados en los ensayos sobre Ossian y Shakespeare en "Von deutscher Art und Kunst einige fliegende Blätter" (1773). Después vienen "Stimmen der Voelker in Liedern" (1778), una colección de 182 cantos-populares de todas las épocas, climas y nacionalidades, donde Herder exhibe su habilidad como traductor o adaptador , así como en "Der Cid," una versión libre del español aunque por medio del francés. Sus poemas originales, sobre todo parábolas y fábulas, apenas tiene importancia. Herder, el fundador del método histórico, no podías evitar sentir hostilidad hacia el racionalismo con sus métodos –históricos y su sesgada adoración de la razón. En "Vom Geiste der hebraeischen Poesie" (1783) mostró cuanta riqueza poética contenía la Biblia. En su última obra "Ideen zur Philosophie der Geschichte der Menschheit" (1784-91), se ve la histporia de la raza humana bajo el aspecto de la evolución: el humanitarismo como último propósito del desarrollo religioso. Esta obra señala el camino para el estudio filosófico de la historia.

El efecto de la obra de Klopstock, Herder, y Lessing fue inmediato. El movimiento nacional fue asumido por los poetas del "Göttinger Hain", los más conocidos de los cuales son o Johann Heinrich Voss (m. 1826), traductor de Homero, Ludwig Heinrich Christoph Hoelty (m. 1776), cantor elegíaco, y los dos hermanos Stolberg. Y relacionados con ellos, aunque no pertenecieran al círculo, Matthias Claudius (m. 1815) el dotado pero disoluto Gottfried August Buerger (m. 1794), escritor de Baladas, cuya "Lenore" (1773) fue muy conocida.

La protesta aireada por Rousseau contra el orden social existente produjo en la literatura alemana el movimiento llamado Sturm und Drang que dominó la década (1770-80). Fue una revuelta apasionada contra las tradiciones y estándares convencionales y se manifestó en las dramáticas producciones furiosas de hombres como von Klinger, Friedrich Müller o Maler Müller, y Lenz, y las efusiones líricas de Schubart (m. 1791). Pero el movimiento halló su mejor expresión en las primeras obras de los grandes poetas alemanes Goethe y Schiller.

Johann Wolfgang Goethe (1749-1832) había caído bajo la influencia de Herder mientras estudiaba en Estrasburgo captando su espíritu revolucionario. En su "Goetz von Berlichingen" (1773), el primer gran drama histórico alemán, el poeta expone su insatisfacción con las condiciones sociales y políticas de su tiempo. A pesar de su forma irregular, debido a un entusiasmo desmedido por Shakespeare, el contenido nacional del drama y la fuerza de su dicción arrastró tempestuosamente al público. Su popularidad aumentó en "Die Leiden des jungen Werthers" (1774), novela en forma de carta, que refleja el mórbido sentimentalismo de su época; el héroe se suicida bajo el embrujo de una pasión por la novia de su amigo.

Desde 1775 a 1786 fueron unos años poco productivos, debido a las interferencias en la vida literaria de la actividad social y política El espíritu de Sturm und Drang va decayendo gradualmente dejando paso a un clasicismo, que, sobre todo después de su vuelta de Italia (1788), dejó su huella en toda la obra siguiente de Goethe. El apóstol de este neo-helenismo fue Johann Joachim Winckelmann (m. 1768), fundador del estudio histórico del arte, que postulaba como absolutos los cánones del antiguo arte griego. El clasicismo que inauguró se oponía directamente al espíritu de la tendencia nacionalista de la que era campeón Herder. La obra de Lessing había mostrado la influencia de este neo-helenismo y ahora Goethe se convirtió su claro seguidor. Las obras que escribió bajo esta influencia exhiben una perfeccion en la forma , sobre todo en dramas como “Egmont” (1788), "Iphigenie auf Tauris" (1787y "Torquato Tasso" (1790). Las producciones literarias de Goethe durante este período, antes de 1794, no son numerosas: incluyen las "Romanische Elegien" y la épica "Reineke Fuchs" (1794), una versión libre en hexámetros del antiguo Bajo Alemán. Los dramas que surgen bajo al influencia de la Revolución Francesa no son muy importantes. De hecho los intereses de Goethe durante este período son más bien científicos que literarios. Desde 1794, sin embargo, inspirado por la amistad con Schiller (1794-1805) se da el clímax de la actividad poética de estos dos grandes hombres. Los epigramas satíricos conocidos como "Xenien" fueron el resultado de una cooperación entre los do, a los que siguen algunas de sus mejores baladas. En 1796 Goethe termina "Wilhelm Meisters Lehrjahre," una novela cultural, discursiva y didáctica, cuyo tema principal era el escenario. La exquisita obra épica idílica , "Hermann und Dorothea" (1797), aunque escrita en hexámetros , es completamente alemana tanto en el espíritu como en el tema. Tras la muerte de Schiller (1805) disminuyó la producción poética de Goethe. Algunas de las mejores piezas líricas están en el "Westoestliche Divan" (1819), que es una colección de poemas de en formas orientales. La mayoría de la obra del poeta era ahora en prosa. "Die Wahlverwandtschaften" (1809), una novela psicológica que describe el trágico conflicto entre la pasión y el deber, que defiende la santidad del vínculo matrimonial. En la novela autobriográfica "Dichtung und Wahrheit" (1811-33) el poeta narra con licencias poéticas, la historia de su vida. En "Wilhelm Meisters Wanderjahre" reúne de forma un tanto suelta, una serie de historias, formando una larga novela didáctica sobre problemas éticos y sociológicos.

La más importante obra de Goethe y de la literatura alemana es "Faust," un poema dramático, cuya composición ocupó toda la vida del poeta. Concibió la idea en su juventud, en Frankfort del Meno. En 1790 apareció un fragmento que contenía el episodio de Gretchen. Estimulado por la simpatía de Schiller, en 1806 apareció publicada la primera parte completa. La segunda parte no la terminó hasta ocho meses antes de su muerte. Es un drama colosal que tiene como héroe a la humanidad. La débil humanidad puede sucumbir a la tentación pero su innata nobleza se reafirmará por fin triunfará. Fausto hace penitencia por sus errores entregándose a esfuerzos altruistas y así al final salva su alma. La atmósfera católica de la escena final donde la penitente Gretchen intercede ante la Virgen por su amante, refleja la influencia de la escuela romántica.

Si Goethe es el hombre dotado con dones universales, Johann Christoph Friedrich Schiller (1759-1805) es sobre todo un dramaturgo. También él recibió el primer impulso del movimiento Sturm und Drangtress. Sus primeros dramas, "Die Raeuber" (1781), "Fiesco" (1783)y "Kabale und Liebe" (1784), transpiran la apasionada revolución y a pesar de las exageraciones juveniles revelan un inequívoco poder dramático. En "Don Carlos" hay un espíritu más sosegado y se evidencia un mayor dominio de la forma. El mensaje es la libertad de pensamiento. La composición de esta inclinó hacia la historia el interés de Schiller y durante algún tiempo lo mejor de su producción poética se dedica a la historia y la filosofía. Las obras históricas que resultan de sus estudios son más valiosas por su estilo que por la originalidad de sus contribuciones. El estudio de Schiller sobre la filosofía de Kant dio como resultado algunas obras de carácter estético, sobre todo "Über naive und sentimentalische Dichtung," donde “naive” y “sentimental” se tomas como típicas de lo antiguo y lo moderno respectivamente. Su amistad con Goethe (1794-1805) le hizo volver a la poesía y en adelante fueron surgiendo en rápida sucesión so obra maestra dramática: "Wallenstein," una trilogía, primera tragedia histórica alemana a lo grande (1796-99), "Maria Stuart" (1800) y "Die Jungfrau von Orléans "(1801), noble defensa de la Doncella de Orleans, contra las calumnias de Voltaire. "Die Braut von Messina" (1803) no es un completo éxito en el intento de combinar el espíritu moderno con las formas antiguas. El más grande de sus últimos dramas, "Wilhelm Tell" (1804), es quizás la obra de teatro más popular en Alemania. Vuelve en él a la idea de libertad que defendió de forma tan apasionada en sus obras de juventud y que en esta halla la expresión más convincente. De la tragedia “Demetrius” concebida como una gran obra queda solo un fragmento debido a la muerte del autor (1805). Como poeta lírico Schiller va detrás de Goethe. Su lírica carece de espontaneidad, producto de la reflexión y de un carácter muy filosófico. Su obra maestra en esta línea es "Das Lied von der Glocke" (1800). También sobresale en epigramas y en versos gnómicos y como escritor de baladas, pocos le igualan.

El gran drama clásico no obtuvo un éxito inmediato. Además de la opera, el drama burgués dominó el escenario y sus representantes más populares fueron Iffland y Kotzebue. Sus obras eran completamente convencionales en el tono; los de Kotzbue mostraban una clara tendencia moralizante, pero tenían mucha eficacia teatral y eran inmensamente populares. Entre los escritores en prosa contemporáneos de Goethe podemos citar a los historiadores, Justus Möser (m. 1794) y Johannes von Müller (m. 1809). Mientras que en filosofía la figura más relevante es Immanuel Kant, cuya obra ha ejercido una extraordinaria influencia en el pensamiento moderno. Y en las ciencias naturales el clásico es “Kosmos” de Humboldt (1769-1859).

En la novela alcanzó alguna distinción, Jean Paul Friedrich Richter (1763-1825) Sus obras "Quintus Fixlein," "Hesperus," "Titan," y otras fueron enormemente populares en su día pero debido a su extraño estilo y absoluta carencia de forma, que llevaba a una insoportable discursividad, perdieron su encanto para los lectores modernos. El infortunado Friedrich Hoelderlin (1770-1843) combinaba el espíritu clásico con el romántico de una forma única. Lo apasionado deseo de la belleza perdida de la antigua Grecia quedó expresada en su novela "Hyperion,"así como en su notable lírica.

Romanticismo y la era de la revolución (1805-1848)

Al comenzar el siglo XIX la revuelta contra el Aufklärung (Ilustración), iniciada por Herder, se consolida. Había una marcada revitalización del sentimiento religioso y la Escuela Romántica domina el ambiente. Era necesario rescatar al arte de las garras del racionalismo y liberar loas emociones y la imaginación. Partiendo de la filosofía de Fichte, que proclamaba al ego como la suprema realidad, los románticos procedieron a liberar al genio creativo de las ataduras de la convención y de la tradición. Pero el resultado era con frecuencia un subjetivismo extremo que irrumpía con frecuencia entre las formas de las formas artísticas y se perdía en visiones fantásticas de un vago misticismo. Los líderes del movimiento escapaban de un sórdido presente hacia las lejanas regiones orientales o hacia un remoto pasado medieval. Esta predilección por lo medieval junto con el revivir religioso dio al movimiento romántico una tendencia pronunciadamente católica. Algunos de los líderes románticos como Brentano, Görres, Eichendorff, eran católicos; otros como Friedrich Schlegel, se convirtieron al catolicismo; en los miembros de la escuela se nota una simpatía hacia el catolicismo. El movimiento romántico fue también una reacción saludable ante el excesivo clasicismo de Goethe y Schiller.

Al mismo tiempo se da énfasis al elemento nacional. La edad Media, mal representada y despreciada desde la Reforma es presentada con una nueva luz por los historiadores como von Raumer, Wilken, Voigt y otros. La gran literatura medieval fue redescubierta por estudiosos como Jakob y Wilhelm Grimm y Lachmann. De hecho, la ciencia de la filología alemana debe su origen a la escuela romántica. El entusiasmo por la literatura extranjera también produjo abundantes frutos en traducciones magistrales y reproducciones. Ahí está el principal significado de la obra de los hermanos Schlegel, líderes críticos de la más antigua escuela romántica. August Wilhelm von Schlegel (1767-1845) es famoso como traductor. Su traducción de Shakespeare se ha convertido en un clásico alemán, y las del español Calderón y Lope de Vega, del italiano y sánscrito no desmerecen en absoluto. Su hermano, Friedrich von Schlegel (1772-1829), que se convirtió al catolicismo, enunció las doctrinas románticas en sus aforismos. Con su tratado "Über die Sprache und Weisheit der Indier" (1808) se convirtió en el pionero del estudio del sánscrito en Alemania; enseñaron a los crítico no solo a criticar sino a entender, interpretar y caracterizar. La obra de los Schlegel en la crítica e historia son de las que marcan época, pero esta escuela no encontró un gran poeta que pusiera en práctica sus ideas. Aunque la poesía de Friedrich von Hardenberg (1772-1801), más conocido como Novalis, está empapada de un profundo sentimiento. No novela fragmentaria "Heinrich von Ofterdingen" es un intento de mostrar el desarrollo de un verdadero poeta romántico.

Ludwig Tieck (1773-1853) los antiguos libros populares, satirizó a la Ilustración en sus comedias, escribió dramas románticos de poco valor, como "Genovera," y una novela cultural "Franz Sternbalds Wanderungen," que tuvo gran influencia en la pintura alemana. Desde 1821 se dedicó a las historias cortas, de las que fue el primer cultivador con éxito. Un segundo grupo de escritores románticos, la Más Joven Escuela Romántica, reunida sobre todo en Heidelberg, en la que la tendencia nacionalista esta más pronunciada. Sus obras muestran gran talento que se estropea por falta de contención artística. Esto es más notable en Klemens Maria Brentano (1778-1842), un carácter altamente poético y excéntrico que junto con Achim von Arnim colecciono y editó importantes libros de cantos populares, "Des Knaben Wunderhorn" (1805-8). Su amigo Joseph von Görres (1776-1848), durante su periodo de ardiente patriotismo, editó antiguas canciones alemanas y libros populares; sus posteriores actividades las dedicó completamente a al servicio de la Iglesia Católica, que halló en el un campeón entusiasta. La tendencia patriótica es más evidente en la obra de Friedrich de la Motte Fouque (1777-1843), cuyas novelas de caballería fantásticas se han olvidado mientras que su cuento de hadas "Undine" aun vive. El único poeta dramático de primer orden relacionado con la escuela romántica es Heinrich von Kleist (1777-1811), cuyo drama "Der Prinz von Homburg" (1810) es considerado una pieza maestra. De sus novelas, la más conocida es "Michael Kohlhaas"que muestra capacidad gráfica.

Zacharias Werner (1768-1823), que al final se convirtió al catolicismo, es conocido sobre todo como originador de los llamados “Dramas del Destino”, una especie burda de obras en las que el destino ciego es el factor dominante. Y características del romanticismo decadente son las historias fantásticas de Ernest Theodor Amadeus Hoffmann (1776-1822). La influencia del movimiento romántico aún duró algún tiempo a pesar de haber perdido ya su fuerza vital. Casi todos los poetas de la primera mitad del siglo diecinueve están más o menos afectados por él. La tendencia nacionalista fomentada por el romanticismo se transformó en las Guerras de Liberación en fervor patriótico que encuentra eco en los conmovedores escritos de Max von Schenkendorf, Theodor Koerner y Moritz Arndt.

Los poetas de la escuela suaba, que solo eran románticos por su inclinación a hacia los temas religiosos o medievales, sobresalieron sobre todo en las baladas. Su líder fue Ludwig Uhland (1787-1862), distinguido como poeta e intelectual. Junto a él , Justinus Kerner y Gustav Schwab. Algunas piezas líricas de Kerner y Uhland se han convertido en verdaderos cantos populares.

El romanticismo ejerció su embrujo sobre la lírica, que ocupa un importante lugar en la literatura de este período. Sobresalen en este campo Adelbert von Chamisso, Wilhelm Müller y Joseph von Eichendorff, noble católico de Silesia, es lírico más dotado del grupo. Friedrich Rückert (1788-1866) fue un voluminoso pero desigual escritor en verso; su fama se basa sobre todo en sus traducciones e imitaciones de la poesía oriental, cuyas difíciles formas reprodujo con asombrosa habilidad. En esto le sigue el conde August von Platen (1796-1835), en suyos versos se alcanza la perfección de la forma, con frecuencia en detrimento del sentimiento.

El más grande poeta lírico y la más asombrosa figura literaria de la época fue Heinrich Heine (1797-1856), un judío convertido al protestantismo. Desafortunadamente sus grandes cualidades están ensombrecidas por la insinceridad e inmoralidad de su carácter: sus mejores esfuerzos poéticos se ven con frecuencia impedidos o destruidos por una ironía caprichosa y burlona. Sus obras en prosa, en su mayoría fragmentarias y de carácter periodístico están escritas en un estilo grácil, fácil y de brillante ingenio. El objeto de las más amargas sátiras de Heine eran las miserables condiciones de la política en Alemania, pero desafortunadamente también la religión y la moralidad fueron objeto de sus burlas y de su cínico ingenio. A pesar de su gran influencia en la literatura, en conjunto fue perniciosa. Sus poemas aparecieron en colecciones con los títulos de "Buch der Lieder," "Neue Gedichte," y "Romanzero." De sus escritos en prosa los "Reisebilder" (1826) son los mejores.

Otro romántico lírico de los más importantes fue el austriaco Nikolaus Lenau (Niembsch von Strehlenau), poeta de la melancolía. Un fuerte individualismo, influida por las corrientes literarias del periodo, se revela en la obra de una dama católica, Annette Elisabeth von Droste-Huelshoff (1797-1848), cuyos escritos muestran un profundo espíritu religioso. Su colección , titulada "Das geistliche Jahr," poemas dedicados a los domingos y días festivos del calendario católico, contienen algunas de las más delicadas poesías religiosas de la literatura alemana. Otro genio que se aparta de las corrientes de su tiempo fue Franz Grillparzer (1791-1872), el más importante dramaturgo austriaco. En su obra se mezclan los elementos clásicos y románticos. De sus muchas obras maestras solo mencionaremos "Die Ahnfrau," "Sappho," "Das goldene Vliess," "Des Meeres und der Liebe Wellen," y "Der Traum ein Leben." Su compatriota, Ferdinand Raimund, es autor de obras populares. La producción dramática de Christian Grabbe era demasiado errático y extravagante para que se pudiera representar. El dramaturgo más popular de su tiempo Ernst Raupach, ha caído en el olvido.

La novela histórica, gracias sobre todo a la influencia de Sir Walter Scott, vuelve a estar en el candelero. Von Arnim y Tieck que habían hecho sus pinitos en este género fueron seguidos por Wilhelm Hauff, autor de "Lichtenstein" (1826) y por Willibald Alexis (seudónimo de Wilhelm Haering). Este tomó sus temas de la historia prusiana y dio a la novela una tendencia patriótica. En las novelas de Karl Immermann (1796-1840), hay un significativo cambio tratando las condiciones contemporáneas de forma satírica en "Die Epigonen" y "Muenchhausen" (1838). El episodio del "Oberhof" en esta última obra introdujo la historia del campesinado en al literatura alemana. Y en este campo, Jeremías Gotthelf (Albert Bitzius) y Berthold Auerbach tuvieron mucho éxito. Charles Sealsfield (Karl Postl) es conocido como escritor de novelas de viajes y aventuras. Las esperanzas que habían tenido los patriotas en 1815 de una Alemania unida habían sido destruidas sin contemplaciones. La libertad de pensamiento había sido suprimida por la reacción política tipificada por el régimen de Metternich. El descontento latente estalló violentamente al conocerse la revolución de París (1830) y encontrón su expresión literaria en el movimiento conocido como “Joven Alemania”. La implacable guerra contra el orden político existente se orientó también contra la religión y la moralidad. La “emancipación de la carne” era proclamada abiertamente. El ataque había sido comenzado por Heine y los miembros de su cuadrilla le siguieron con ensayos, novelas y dramas que en su mayor parte, debido a su carácter político y social, tuvieron una vida corta. Karl Gutzkow (1811-78) es el líder del grupo, Sus novelas, de tendencias antirreligiosas e inmorales, solo tiene interés histórico, mientras que los dramas, de los que "Uriel Acosta" (1847), es el más conocido, son efectivos desde el punto de vista teatral. Junto a Gutzkow sobresale Heinrich Laube (1806-84), cuya mejor obra fue conseguida como dramaturgo y no como miembro de la Joven Alemania. También hubo mujeres que tomaron parte en el movimiento. La más notables fue Fanny Lewald, de origen judío, cuyos escritos muestran un decidido espíritu anticristiano , y la condesa Ida von Hahn-Hahn, que comenzó su carrera con novelas en las que el matrimonio es tratado de forma superficial, pero que terminó siendo una devota católica.

El espíritu revolucionario inaugurado por la Joven Alemania pronto adquirió un carácter político que dominó a la actividad literaria desde 1840 hasta el estallido de 1848. Halló su más elocuente expresión en la lírica política. En Austria, Anastasius Grün (seudónimo del conde Anton Alexander von Auersperg), Karl Beck, Moritz Hartmann y Lenau fueron los más sobresaliente. En Alemania, Herwegh, Hoffmann von Fallersleben, Franz von Dingelstedt, Ferdinand Freiligrath (1810-76) y Gottfried Kinkel fueron los líderes políticos de de los descontentos. Mucha de su poesía era necesariamente efímera; de hecho Kinkel, Fallersleben y Freiligrath deben su fama a los versos que no tiene carácter político: La poesía del conde Moriz von Strachwitz y Karl Simrock, excelente traductor de la antigua literatura alemana, se nota una reacción contra la tendencia política en literatura y a favor del romanticismo. Las historias cortas de Adalbert Stifter y los dramas de Friedrich Halm (Freiherr von Münch-Bellinghausen) también muestran el matiz romántico. El poeta lírico más grande de esta época , Eduard Moerike (1804-75), un suabo, siguió su propio camino sin tener en cuenta las preocupaciones de su tiempo.

Literatura alemana moderna (desde 1848). Nuevas metas. Realismo poético. Naturalismo

Literatura alemana moderna (desde 1848) Nuevas metas. Realismo poético. Naturalismo. El año 1848 señala un gran cambio en la historia literaria y política de Alemania. La gran cuestión de la unificación alemana sobrevuela el ambiente y aunque hay una reacción después del estallido revolucionario, las ideas liberales están bien asentadas y los intereses políticos agudizados. La literatura intenta ponerse más en contacto con la vida y deja ser menos exclusivamente estética. Las tendencias materialistas de ese tiempo se reflejan y se ven condicionadas por el gran progreso de la ciencia y el crecimiento del periodismo. La lírica y la épica pierden terreno ante el drama y la novela. La tradición clásica romántica aun halla seguidores. De hecho, después de las turbulencias revolucionarias se vuelve a un arte más estético y formal que sin embargo se mantiene más o menos en contacto con la vida de su tiempo. Una enorme lista de nombres se presentan ante el estudiante de literatura de este periodo, peor solo unos pocos llaman la atención. El poeta lírico más prominente fue Emanuel Geibel (1815-84), cuyos poemas se distinguen por la belleza de la forma y por su digno sentimiento patriótico. Fue el líder del grupo de Munich, entre los que se encontraba el conde Adolf von Schack, el connoisseur del arte y distinguido traductor de Firdausi, Herrmann von Lingg y Julius Grosse, poetas épicos, Friedrich von Bodenstedt, cuyos cantos de "Mirza Schaffy" fueron enormemente populares y continuaron la moda oriental inaugurada por el “ Diván” de Goethe. La obra de un miembro de este grupo, Paul Heyse, escritor magistral de historias cortas, se caracteriza por la extrema elegancia de la forma y del lenguaje aunque en su novela "Kinder der Welt" (1873), esas estupendas cualidades no pueden ocultar las tendencias ateas e inmorales. Entre los escritores de este periodo ninguno llegó a ser tan popular como Joseph Victor von Scheffel, con su romántico "Der Trompeter von Saeckingen" (1854) y su novel a histórica "Ekkehard" (1855). El poema lírico-épico "Amaranth" (1849) del católico barón Oskar von Redwitz debió su éxito más a su sentimiento religioso que aun merito real. Las producciones neo-románticas de poetas católicos como Behringer, Wilhelm Molitor y Maria Lenzen no dejaron una huella duradera. Un poeta católico de esta época que se ganó un lugar permanente fue Friedrich Wilhelm Weber (1813-94), de Westfalia, autor del épico "Dreizehnlinden." Una atmósfera pesimista impregna al austriaco Robert Hamerling, en su "Ahasver in Rom" (1866). "Die Nibelungen" de Wilhelm Jordan es un intento notable de revivir la gran saga medieval de forma aliterativa moderna, lo que fue conseguido de forma muy brillante por Richard Wagner (1813-83), cuyos dramas musicales están entre los mayores logros del arte moderno alemán.

El resultado de una visión más seria de la vida fue el nuevo realismo que intentaba presentar la vida de forma veraz, sin la fraseología convencional del idealismo que había estado en boga desde Schiller. Este realismo se manifiesta principalmente en el teatro y en la novela. En el primero, el mas eminente representante es Friedrich Hebbel (1813-63) Copn sus poderosas tragedias "Maria Magdalena," "Herodes und Mariamne," "Gyges und sein Ring," y "Die Nibelungen." Otto Ludwig (1813-65) le sigue con "Der Erbfoerster" y "Die Makkabaeer," así como el magistral romance "Zwischen Himmel und Erde." Estos dramas no hallaron el favor del público cuando aparecieron; la novela realista salió mejor parada. Gustav Freytag (1816-95) tuvo un gran éxito con "Soll und Haben," (1855), una novela sobre al vida burguesa. Fritz Reuter* (1810-74) utilizó su dialecto bajo alemán nativo para su novelas populares humorísticas; las más importantes están incluidas en "Olle Kamellen" (1860-64). El suizo Gottfried Keller (1819-90), muestra mucha originalidad y es considerado por muchos como el mejor novelista del periodo. Sus mejores obras son la serie de novelas sobre la vida suiza tituladas "Die Leute von Seldwyla" (1856). El valor literario de la obra de Friedrich Spielhagen (n. 1829), novelista de indudable talento, se ve perjudicado por un tratamiento indebido de las cuestiones sociales y políticas, mientras que las novelas anticuarias de Georg Ebers y Felix Dahn tuvieron una gran acogida a pesar de sus defectos literarios. A mitad camino entre el realismo y el romanticismo está Theodor Storm (1817-88), cuyo talento poético también se percibe en sus emotivas historias como "Aquis Submersus."

La ficción comenzó a ocupar un lugar más amplio después de 1870. Mencionamos únicamente al suizo, C.F. Meyer, que sobresale en la novela histórica y a Theodor Fontane, cuyas últimas obras eran completamente modernas y realistas. Peter Rosegger, de Estiria, ha conseguido fama con sus historias de los pueblos. De las numerosas escritoras de ficción las más dotadas son Luise von François y Marie, Baroness von Ebner-Eschenbach. La principal actividad de los últimos escritores mencionados se dio en el periodo posterior a 1870.

La guerra franco alemana de 1870 y el establecimiento de un nuevo imperio tuvo poco efecto comparativamente en la literatura. La poseía continuo moviéndose por los surcos antiguos clásicos románticos. la grácil pero trivial lírica épica de Rudolf Baumbach, Julius Wolff, y otros imitadores del estilo de Scheffel era más bien del gusto popular. La lírica apasionada del príncipe Emil zu Schoenaich-Carolath mereció el éxito que tuvo. Sin embargo a la poesía de Martin Greif Eduard von Paulus, Christian Wagner y Heinrich Vierordt le llevó tiempo ser reconocida.

La década que siguió a las grandes victorias de 1870 no fue muy favorable a las actividades literarias. Dominaban las cuestiones políticas y religiosas (como el Kulturkampf). gran parte de la literatura de ese tiempo, en ese espíritu de agitación y desasosiego, era partidista o polémica o se adaptaba al gusto materialista que dominaba y que simplemente se limitaba a entretener. De este estilo fueron los dramas de Paul Lindau, cortados con patrones franceses, y que presentaban escenas de la vida decadente de París. El teatro más serio, que prefería los temas históricos y seguía el estilo convencional de Schiller, tiene su mejor representante en Ernst von Wildenbruch, pero era muy superior por su originalidad el austriaco Ludwig Anzengruber (1839-89), cuyas obras, "Der Pfarrer von Kirchfeld," "Das vierte Gebot," etc. no recibieron ningún reconocimiento hasta después de 1880, E. único factor que servía de contrapeso al materialismo y comercialismo que dominaba la escena fueron las representaciones de la troupe Meiningen y la seriedad sin compromisos de la actividad artística de Richard Wagner como se demostraban en las representaciones del festival de Bayreuth.

La mediocridad se cernía sobre la literatura hacia 1880 y su formalismo vacío y estilo convencional produjo otra revolución literaria, una "Más Joven Alemania". La poesía tenía que modernizarse, preocupándose de la actualidad, teniendo como finalidad la fiel reproducción de la realidad. En vez de volver al realismo de Hebbel o Ludwig, los dirigentes de este movimiento se inspiraron en modelos extranjeros, como Ibsen, Tolstoy, Dostoyevsky y Zola. Copiaron y exageraron el naturalismo que allí encontraron y el resultado fue un naturalismo crudo que enfatizaba indebidamente lo miserable, lo feo y lo vulgar. la filosofía pesimista de Schopenhauer y especialmente las doctrinas revolucionarias de Nietzsche fueron añadidas a las influencias que pesaban sobre este indeseable conjunto que tendía a una perversión de los estándares morales y éticos. La actividad del movimiento fue al principio negativa y polémica. Sus creaciones literarias ya no tienen interés. No se produjo literatura real hasta que no fueron modificados los puntos de vista extremistas. Como reacción contra el naturalismo apareció el "simbolismo", pero el arte que inspiró era tan intangible ye hiper-estético que apenas podías ser apreciado por un estrecho y exclusivo círculo.

En el campo del drama Herrmann Sudermann (b. 1857), cuyas novelas "Frau Sorge" (1887) y "Der Katzensteg" (1889) ya habían llamado la atención, obtuvo un gran éxito. Sus obras "Die Ehre," "Heimat," "Es lebe das Leben," y otras son muy efectivas aunque estropeadas por el sensacionalismo. Sudermann no es un representante del naturalismo; su técnica es un compromiso entre las más antiguas prácticas y las nuevas teorías. Un naturalista total es Gerhart Hauptmann (n. 1863) en sus primeros dramas "Vor Sonnenaufgang" (1889) y "Die Weber" (1892), en donde el ambiente es más importante que los personajes o la acción. En sus comedias "Kollege Crampton" y "Der Biberpelz" demostró que el naturalismo no estaba reñido con el humor. Su obra mas conocida, "Die versunkene Glocke" (1896), como antes "Hanneles Himmelfahrt" y "Der arme Heinrich" después, indica el momento de su cambio hacia el simbolismo y el neo-romanticismo. La obra maestra del naturalismo es "Fuhrmann Henschel" (1898). de los otros dramaturgos de esta escuela, se puede menciona a Max Halbe (n. 1865), autor de "Jugend" (1893) y a Otto Erich Hartleben, cuyo "Rosenmontag" (1900) muestra al influencia de Sedurman. Un dramaturgo peculiar, no adscrito a ninguna escuela es Ludwig Fulda; sus obras de las que la más conocida es "Der Talisman" (1892) son agradables pero superficiales.

El romanticismo, personificado por el poeta Maeterlinck, fue también incapaz de producir, como el naturalismo, ninguna obra dramática vital. Las obras de Hugo von Hofmannsthal (n. 1874) son poco dramáticas, deleitándose en la emoción y sin ninguna acción. Su más apropiado lugar es la lírica donde su talento, así como el de Stefan George (h. 1868) halla su ambiente.

El simbolismo ha encontrado su más característica expresión en las delirantes y vagas efusiones líricas de Richard Dehmel (n. 1863). Después de todo la mejor lírica poética esta época es la de los que no siguen ninguna moda concreta. Así Detlev von Liliencron, un potente realista, al que vieron como el más importante de esta época, Gustav Valke, Ferdinand Avenarius, Karl Busse, Otto Julius Bierbaum y Anna Ritter. Freiherr Boerries von Muenchhausen ha escrito magníficas baladas.

La novela se ha desarrollado enormemente y tiene un gran número de cultivadores. El naturalismo dejó su influencia en las novelas "Meister Timpe" (1888) y "Das Gesicht Christi" (1897) de Max Kretzer, así como en la temprana obra de Wilhelm von Polenz (1861-1903), con el que sin embargo, el naturalismo se ha convertido en realismo artístico como muestra sus últimas novelas "Thekla Luedekind" (1899) y "Wurzellocker" (1902). También se puede mencionar a Gustav Frenssen, cuyo "Jörn Uhl" (1901) tuvo un enorme éxito, a Adolf Wilbrandt, Thomas Mann, Wilhelm Speck, Georg von Ompteda y Walter Siegfried. Y entre las escritoras de ficción sobresalen Isolde Kurz, (b. 1853), Helene Boehlau, Marie Eugenie delle Grazie; Carmen Sylva (reina Isabel de Rumania) y sobre todo Ricarda Huch (n. 1867), cuya gran novela "Erinnerungen von Ludolf Ursleu" (1893) estuvieron en la primera línea de la ficción de entonces.

Fuentes

Para bibliografía la obra estándar es GOEDEKE, Grundriss zur Geschichte der deutschen Dichtung (2ª ed., GOETZKE, Dresde, 1884--). Son útiles BARTELS, Handbuch zur Geschichte der deutschen Literatur (2ª ed., Leipzig, 1909); BREUL, Handy Bibliographical Guide to the Study of the German Language and Literature (Londres, 1895). NOLLEN, A Chronology and Practical Bibliography of Modern German Literature (Chicago, 1903). En genenral KOBERSTEIN, Grundriss der Geschichte der deutschen Nationalliteratur (6ª ed., 5 vols., ed. BARTSCH, Leipzig, 1884--); GERVINUS, Geschichte der deutschen Dichtung (5ª ed., 5 vols., ed. BARTSCH, Leipzig, 1871-74); WACKERNAGEL, Geschichte der deutschen Literatur, ed. continuada por MARTIN (2 vols., Basle, 1879-94); SCHERER, Geschichte der deutschen Literatur (10ª ed., Berlin, 1905); tr. MRS. CONYBEARE (2 vols., Oxford, 1885); VOGT y KOCH, Geschichte der deutschen Literatur von den aeltesten Zeiten bis zur Gegenwart with excellent bibliography and illustrations (2ª ed., 2 vols., Leipzig, 1904). Desde el punto de vista católico: LINDEMANN, Geschichte der deutschen Literatur (7ª ed., SALZER, Freiburg, 1897), y SALZER, Illustrierte Geschichte der deutschen Literatur (Munich, 1908--). De las obras escritas en inglés las mejores son: ROBERTSON, A History of German Literature (London and New York, 1902); FRANCKE, History of German Literature as Determined by Social Forces (4ª ed., New York, 1901); THOMAS, History of German Literature (New York, 1909), con excelente bibliografía. Para algunos tópicos especiales y períodos algunas de las más importantes son: HERFORD, Studies in the Literary Relations of England and Germany in the 16th century (Cambridge, 1886); HETTNER, Literaturgeschichte des 18. Jahrhunderts: Part III: Geschichte der deutschen Literatur im 18. Jahrhundert (4th ed., HARNACK, Brunswick, 1893-94). Respecto a Lessing consúltese a SCHMIDT, Lessing (2ª ed., 2 vols., Berlin, 1899); respecto a sus posturas religiosas BAUMGARTNER, Lessings religiöser Entwicklungsgang in Stimmen aus Maria-Laach (Freiburg im Br., 1877). Sobre: BIELSCHOWSKY (Munich, 1896-1904); tr. COOPER (New York, 1905-08): HEHN, Gedanken ueber Goethe (5ª ed., Berlin, 1902); la más conocida biografía inglesa, aunque algo anticuada, es la de LEWES (4ª ed., Londres, 1890). Para una estimación desde el punto de vista estrictamente católico, ver BAUMGARTNER, Goethe, sein Leben und seine Werke (2ª ed., Freiburg im Br., 1885). Sobre Schiller la biografía de WYCHGRAM, (3ª ed., Leipzig, 1898). De las biografías inglesas, la de CARLYLE es bien conocida; la mejor es la de THOMAS (New York, 1901). Sobre la escuela romántica véase HAYM, Die romantische Schule (Berlin, 1870); VAUGHAN, The Romantic Revolt (Edinburgh, 1907). Sobre el siglo diecinueve, BARTELS, Die deutsche Dichtung der Gegenwart (7ª ed., Leipzig, 1907), escrita desde un punto de vista estrictamente nacionalista y no del todo objetiva; también MEYER, Die deutsche Literatur des 19. Jahrhunderts (2ª ed., Berlin. 1900).

Remy, Arthur F.J. (1909).


Trasncrito por John Fobian. En memoria de Robert y Evelyn Fobian.


Traducido por Pedro Royo