Patrística: El Sacerdote invoca al Espíritu de Unidad
De Enciclopedia Católica
El sacerdote pide a continuación que la gracia del Espíritu Santo descienda sobre todos los que están reunidos: a fin de que los que fueron juntados en un solo cuerpo por el símbolo de la regeneración, sean ahora también estrechados como en un solo cuerpo por la participación del cuerpo de Nuestro Señor; que converjan en la unidad y que se vinculen entre sí, en la unanimidad, en la paz, en el celo por prestarse servicios; que cuando todos miramos hacia Dios con todos nuestro Espíritu, no recibamos para nuestro castigo la participación del Espíritu Santo, por estar divididos en nuestros pensamientos, inclinados a las disputas, a las querellas, a los celos y a la envidia, y sin cuidarnos de las buenas costumbres; que por el contrario seamos juzgados dignos de recibirlo, por estar el ojo de nuestra alma vuelto hacia Dios en la unanimidad, la paz, el celo el bien, y en un espíritu perfecto. Y que seamos así unificados por la participación de los santos misterios, y que de esta manera estemos juntamente vinculados a nuestra Cabeza, Cristo nuestro Señor, cuyo cuerpo creemos que somos y que por él entramos en participación de la naturaleza divina.
Sexta homilía litúrgica, Conforme a la traducción latina (del siríaco) de A. Rücker, Opuscula et Textus, series liturgica, f. 2 (Monasterii, 1933); p. 33.
Transcrito por José Gálvez Krüger para la Enciclopedia Católica.