Estudio alegórico de la Fuente de la Plaza Mayor , como centro de la Cardiomorfosis urbana de la Ciudad de los Reyes
De Enciclopedia Católica
Hasta donde sabemos, no existe un estudio de interpretación alegórica referido a los edificios y monumentos barrocos de Lima, vistos en su conjunto, y coordinados con la Empresa político-religiosa del Culto Universal al Sagrado Corazón de Jesús Eucarístico promovido por España, que se percibe y deduce del arte, la música, la oratoria, la literatura y la arquitectura del Virreinato del Perú y de la Ciudad de los Reyes, Cuzco y Arequipa. Según nuestro parecer, hay bastante material para especular y hacer afirmaciones concretas en torno de varios temas de trasfondo teológico y emblemático en la arquitectura limeña, lo mismo que para indicar correspondencias mitológicas adecuadas y puestas al servicio de la política imperial de Cardiomorfosis , que buscaba el reinado universal del Sagrado Corazón Eucarístico de Jesús desde los Sagrarios y Custodias de todas las iglesias del Imperio español. Lima se presentaba ante el mundo, mediante grabados, como una ciudad modélica de santidad, un rosal místico siempre florido; es más, una ciudad que no dudó en llamarse a sí misma “Jerusalén” en la oratoria sagrada, que presumía de su fortaleza en la Fe, y de recibir del Cielo, como recompensa, vidas santas, climas benignos, paz perpetua, y lo mejor que el ingenio y talento humano podía producir en música, letras y bellas artes. Y por si lo anterior no bastara, profetizaba su victoria escatológica porque se apoyaba en la defensa de la Pura y Limpia Concepción de María y en la Exaltación y Adoración del Sagrado Corazón de Jesús, y de las Santas Llagas de nuestro Divino Redentor.
Lima es la Ciudad de los Reyes; los blasones de esta urbe así lo demuestran, que además tenía en el arco del puente un nicho con la Virgen de Belén. Sin olvidar, ni negar la conocida decisión de fijar fecha para fundar la cabeza de la Gobernación el día de la Epifanía, por motivos militares, a la vera del Océano Pacífico, el patronazgo espiritual de los Santos Reyes - venidos de Saba para adorar junto a los Pastores a Dios Niño en Belén - merece un comentario: emblemáticamente hablando, los reyes en adoración simbolizan la “mortificación del propio entendimiento ”; es decir, ceder a lo que Dios inspira en nuestros corazones, por absurdo que pudiese parecer. La Sabiduría es buscar y encontrar a Dios donde esté, y capitular sin condiciones ante Él. Así actúa el sabio. Mediante el conocimiento y las operaciones de las actividades cotidianas (de gabinete o del campo) se pueden percibir los signos de los tiempos, con la inspiración del Santo Ángel de la Guarda, como también acceder al conocimiento de las cosas del Cielo, que sólo ante el Divino Maestro, y en el Templo de Dios hallaremos, ya que no hay Salvación ni sabiduría fuera de la Iglesia . La comparecencia ante el Rey de Reyes, cuya Corona fue de espinas , y la adoración a Cristo Redentor, derriba las coronas del mundo, del demonio y de la carne. Dígase de paso que, el asunto de las coronas y de las barbas, tanto en el mundo clásico como en el barroco, suministra mucho material para la explicación alegórica de las jerarquías, de la sabiduría y de las recompensas.
En la Biblia, el malvado es "coronado" con brasas encendidas – es decir, que le arde la cabeza todo lo bueno y santo- , en tanto que los santos más encumbrados inclinan la cabeza para someterse al martirio y recibir en el cielo coronas de oro y de piedras preciosas , como figura de las mitras episcopales gemadas y de la triple tiara papal. No se puede representar artísticamente la Pasión sin Cristo Redentor, sin verlo coronado de espinas. La canicie y la longitud de las barbas, es desde la Antigüedad indicativo de autoridad y sabiduría, símbolos que hemos heredado del arte mayestático babilónico y egipcio. Sabido esto, se entiende mejor el vejamen perpetrado contra el Logos Eterno de la Boca del Padre, la Sabiduría Encarnada, cuyas barbas fueron despobladas y su cabeza coronada de espinas por locos e insensatos, mientras el Verbo de Dios guardaba silencio. De esta manera se oponen las tres coronas que tiranizan al hombre: el mundo, el demonio y la carne, con las tres coronas que lo liberan, lo limpian y lo salvan. En la contienda entre el padre y el hijo pródigo y crapuloso, vence el sabio barbado, pletórico de amor y misericordia, en tanto que el imberbe estúpido es humillado. Tanto el “hijo pródigo” que se presenta arrepentido (inicio de la Cardiomorfosis) cubierto de inmundicias, como los reyes de Saba -coronados por la sabiduría que brinda el conocimiento de Dios – son una invitación a los hombres de todas las edades – al niño , al hombre y al anciano - y de todas la razas a estar siempre en presencia de Dios con las ofrendas preciosas de sus virtudes (oro), las buenas obras que hablarán de nosotros en la hora de la muerte (mirra) y la oración santa y fragante (incienso). Es nuestro parecer - basado en el arte virreinal- que este patronazgo de los reyes, con su auxilio sobrenatural permanente, delineó la vocación penitente de Lima, la convirtió en baluarte de la Sagrada Eucaristía y la condujo a vivir votivamente la Pasión de Cristo, mediante la Cardiomorfosis. Además, no es temerario afirmar que este mismo patronzago está entrañablemente ligado con la teleología política de la capital del Virreinato del Perú. España cumple el mandato de llevar a los confines del mundo la Buena Nueva, y a todas las razas; Lima, cabeza de reino cumple la misión de transmitir esta Epifanía al Cuzco, cabeza del señorío de los incas, y las otras naciones y razas por conocer y a los otros señoríos por conquistar.
Lima, el Rímac y su fuente
Para que se entienda la entraña de las alegorías vinculadas a la pintura virreinal de huertos y jardines, y de la Plaza Mayor, de las procesiones de Semana Santa y de la fuente levantada en tiempos del Virrey de Salvatierra se impone el recurso a imprescindibles paralelismos y fundamentos bíblicos para poder afirmar sin titubeos que la fuente de Lima es el árbol que se planta en la Nueva Creación, de María Nueva Eva y Cristo Nuevo Adán.
La Biblia comienza y termina sus relatos mencionando ríos: Riegan el Edén el Pishon, el Gihon, el Tigris y el Éufrates, en tanto que en la Nueva Jersusalén fluye un río desde el trono de Dios.
Este río nutre a los árboles cuya fronda no se angosta, y sirve como fuente de sanación para todas las naciones de la tierra. La salud vuelve a Naamán después de sumergirse siete veces en el Jordán, y el pueblo de Israel se salva de las tropas del Faraón, sólo después de haber cruzado el Mar Rojo.
En el Nuevo Testamento, en el Evangelio según San Juan, Jesús encuentra a la samaritana en el pozo de Abraham, a la que ofrece dar “agua viva”, un agua que saciaría para siempre su sed. A otros, Jesús ofrece - a quienes vienen a Él - el don del Espíritu Santo, que describe como “ríos de agua viva”. Un paralítico es sanado al sumergirse en la piscina de Betseda, que tenía cinco pórticos.
Santa Rosa y santo Toribio de Mogrovejo son las joyas del Tesoro espiritual limeño, porque son modélicos para la Iglesia Universal: Santa Rosa de Lima, virgen desposada por el Sagrado Corazón de Jesús, es la primera flor de Santidad de este Huerto Cerrado, de este Nuevo Jardín de las Delicias, a que aspiraba ser Lima, "fundada en Nombre de Dios, para Gloria de Dios, y para servicio de Dios" . Santo Toribio, es modelo de Caridad Evangélica y Celo Pastoral. Juntos, eran el más rico y bello florón de la Corona española.
Entonces, si Lima es una ciudad de vocación apocalíptica, tiene que tener por abrevadero místico , simultáneamente, la Fuente de donde manan todas las gracias y la fuente de la vida; es decir Cristo y María. Lima, Ciudad de los Reyes, es el instrumento mediante el cual, llega a todos las razas y pueblos recién descubiertos, el mensaje de la Salvación. Es una hierópolis, que transmite de estamento en estamento, desde las partes más encumbradas, hasta las más bajas la novedad evangélica, tal como se derraman los platos de una pila de agua. Igualmente, Lima profesa públicamente su fe de manera estamental y jerárquica en las funciones religiosas.
En su condición de ciudad levítica fundada en Nombre de Dios, para Gloria de Dios, y para servicio de Dios", un nuevo Adán empieza a cultivar un Nuevo Edén. No es el jardín del deleite y del pecado de los primeros padres, sino un jardín sembrado con las semillas del dolor, de la penitencia y de la expiación, que se riega con la Sangre Preciosa que mana de su propio Corazón y de sus propias llagas.
Ésta es la explicación del trazado y disposición de las fuentes de la plaza Mayor de Lima y del patio del convento franciscano, y del carácter penitencial y mendicante de las órdenes religiosas afincadas en esta ciudad.
El corazón de Cristo es fuente de Amor, y como el amor es difusivo, de sus aguas se sirven los labradores místicos para acarrearlas a sus propios aljibes y cisternas, para poder regar así los jardines y parcelas espirituales que se cultivan y florecen “como la palma que se siembra a la orilla de la acequia ”. Cuando vemos en aquel plano de Lima, del libro de Echave y Assu, en el que su escudo es elevado a los cielos, por manos de dos ángeles lo que se da a significar es que la ciudad toda de salva por la oración de los justos y santos, en oposición a lo ocurrido en Sodoma y en Gomorra.
Igualmente, tal como Santo Tomás de Aquino, pareciera haber bebido de la misma fuente toda la doctrina eucarística, la comparte con las otras órdenes religiosas, que por un sistema jerárquico que parte del superior y transita de grado en grado hasta llegar a todos los conventos, y a los frailes; y a partir de ellos a las hermandades y fraternidades, entrañándose, así, en la sociedad. De ahí la importancia de todos esos árboles genealógicos que se conocen de las órdenes, y que están emplazados en lo más visible de las casas religiosas. Estando jerarquizada la sociedad , cada quien reclama el lugar de honor que le cupo. Además, Lima aspiraba a ser una Christianopolis: la disposición de la fuente en medio de la plaza, y los cuatro pilones orientados a sus accesos , circundados todos por una gruesa cadena, nos indican con claridad que esta disposición estuvo pensada para recordar las 5 llagas de Cristo , que gozaron de inmensa devoción en el Virreinato. Una disposición semejante de las fuentes se puede ver hoy en día, al igual que en los tiempos de su fundación, en el claustro de los padres franciscos. Los cuatro pilones son los 4 ríos que fertilizan el Nuevo Edén limano y los cinco surtidores son los pórticos de la piscina de la Betseda perúbica. Establecida ya la alegoría pasemos a ver sucintamente la emblemática de la fuente.
La fuente del Virrey de Salvatierra , de la que se dijo, jugando con el nombre del Virrey:
“De fuente tan prodigiosa el mundo se maravilla, que dar un Sarmiento agua ha sido cosa divina.
El agua que de ella corre no corre como solía, y se ve de tierra salva y por Salvatierra, limpia”.
posee una fortísima carga mariana que es innegable: fue inaugurada el El 8 de setiembre de 1650, el día de la Natividad de la Virgen; el trazado del despósito del agua, que combina el círculo y el cuadrado, alude a la Sabiduría, cuya cátedra es de base cuadrada y cuyo conocimiento se figura en el círculo, como lo afirma el docto limeño Rodríguez Guillén en sus Sermones Panegíricos . Sabemos de María que es “Sede Sapientiae”. Además de podría asociar las virtudes medicinales del “círculo físico cuadrado” con “Cristo Médico y apoticario”, médico y medicina, y Serpiente de Bronce.
Las Flores y los jarrones labrados hablan de María y de su corazón, y del perfume de sus virtudes perfectísimas. Los surtidores en forma de basiliscos dominados por leones indican que no hay suciedad que no pueda ser limpiada, ni pecado que no pueda ser lavado, ni demonio que no pueda ser vencido; y, a la vez, profetizan que el pecado será vencido por la fuerza y constancia de las virtudes (león), tal como la cabeza de la serpiente es aplastada por el pie de la Virgen. Es pues, símbolo de victoria. Pero, no son sólo las frangantes virtudes de la Virgen Gloriosa y Bendita, son –también - las lágrimas y la sangre copiosísima de Cristo, lágrimas que, según el salmista, han sido contadas y puestas en una redoma (el depósito de agua de la fuente). Por lo tanto, no son flores de ornamentación; son en realidad las pasifloras que se siembran con las semillas de la penitencia, de la compunción, de las visones, de la compasión y de la conformación. y que florecen en el jardín de lo cien dolores, regados; por las Sangre de Cristo y de sus Mártires; y por las lágrimas de quienes se convierten a Él.
La Pasiflora es la granadilla de las indias, la flor de la Pasión, que en muchas de sus partes son semejantes a la Cruz, la columna, a la corona de espinas, a las cinco llagas, a los tres clavos, y a la lanza, instrumentos de la Pasión. Tal vez a esto, se deba la profusión de la Cruz de los Improperios , a todo lo largo de América hispana, especialmente como humiladero en las puertas de las Iglesias.
¿Qué decir del ser alado que remata la hermosa fuente del Virrey Conde de Salvatierra? En primer lugar, que no puede sino proclamar, recapitulativamente, la alegoría general y los emblemas que la articulan, y la Teología que la soporta. En segundo lugar que es un nuncio de los cielos, de la Gloria de Dios, bajo los ropajes del olimpo romano: es decir, que se trata de un ángel, concretamente del Ángel del Apocalipsis en su recta interpretación, y sin embargo, es a la vez, y según como se ramifique el discurso barroco, o bien Mercurio o bien la Fama. Echave y Assu dice claramente que es un “simulacro” de la Fama. Sabido ésto, lo que hay que preguntarse es ¿quién es realmente este ser alado simulado? Es cosa sumamente conocida y averiguada que el mundo barroco, tomó prestado de la Mitología Antigua seres y representaciones para alegorizar los personajes bíblicos y las verdades reveladas; así como Heracles es Sansón, Apolo es Cristo; el moscóforo es Cristo Buen Pastor, el Basilisco es el demonio; Ícaro y dedalo remiten a la rebelión angélica y su caída; la liberación de Eurídice es la liberación de las Benditas Almas del Purgatorio, los mil ojos de Argos, es la Divina Providencia, etc. Aunque la estatua que corona la fuente es sin duda alguna, una representación de la Fama, en el contexto barroco sigue la suerte de todos los seres alados pasibles de alegorización angélica, tal como lo accesorio sigue la suerte de lo principal. Los ángeles de las altas esferas son motejados en la música en la literatura y en la retórica sagrada del Barroco como como “Mercurios Soberanos”; es decir, trasmisores raudos de noticias, y guías de las almas entre la vida y la muerte. Dicho en otras palabras, San Miguel Arcángel , Capitan general de las milicias celestes canta la victoria absoluta y proclama en forma de Fama , a los cuatro vientos a Cristo Invicto y victorioso en el Apocalipsis, y en forma de Mercurio a Cristo Misericordioso que redime a las almas del Purgatorio y alcanza la salvación a la ciudad. Estamos en presencia, entonces – en este caso – de los Ángeles sicopompos (Mercurio) de la pintura virreinal que coronan una fuente mercurial cristiana .
Recapitulando, entonces, la fuente de la Plaza Mayor de Lima simboliza a Cristo en Cruz, la apertura de su corazón y las cinco llagas de Cristo en Cruz y a María al pie de la Cruz; es también piscina de curación, fuente de eterna salvación, alegoría sacramental, proclamación del triunfo escatológico de la Ciudad de los Reyes, sin dejar de ser el pilón donde la ciudad virreinal saciaba su sed, y donde obtenía su salubérrima estabilidad espiritual.
José Gálvez Krüger
Enciclopedia Católica