Viejos Católicos
De Enciclopedia Católica
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La secta organizada en paises de habla alemana para combater el dogma de la infalibilidad papal Llenos de ideas de liberalismo eclesiástico y rechazando el espíritu cristiano de sumisión a las enseñanzas d la Iglesia, casi 1400 alemanes publicaron, en septiembre de 1870, una declaración en la que repudiaban el dogma de la Infalibilidad “ como una innovación contraria a la tradicional fe de la Iglesia”. Fueron apoyados por muchos profesores y eruditos, políticos, hombres de estado y fueron aclamados por la prensa liberal de todo el mundo. La ruptura con la iglesia comenzó con esa declaración, presentada a pesar de que la mayoría de los obispos alemanes publicaron en Fulda, el 30 de agosto una carta pastoral común apoyando al dogma. A finales de 1870 todos los obispos austriacos y suizos habían hecho lo mismo. Y no fue hasta el 10 de abril de 1871 cuando el obispo Hefele de Rótterdam emitió una carta al clero sobre el dogma. El movimiento contra el dogma se llevó a cabo con tal energía que el primer congreso de Viejos Católicos logró reunirse en Munich el 22-24 de septiembre de 1871. Antes de esto, sin embargo, el arzobispo de Munich había excomulgado a Döllinger el 17 de abril de 1871 y más tarde también a Friedrich. Asistieron al congreso más de 300 delegados de Alemania, Austria y Suiza, además de amigos de Holanda, Francia, España, Brasil, irlanda y los representantes de la Iglesia Anglicana, con protestantes americanos y alemanes. El espíritu que agitaba en ésta y en las asambleas posteriores era Johann Friedrich von Schulte, el profesor de dogma de Praga. Von Schulte resumía los resultados del congreso , de la siguiente manera:
• Adhesión al la vieja fe Católica;
• Mantenimiento de los derechos de los católicos en cuanto tales;
• Rechazo de los nuevos dogmas; , • Adhesión a las constitución de la Antigua Iglesia repudiando cualquier dogma de fe que no estuviera en armonía con la actual conciencia de la Iglesia;
• Reforma de la Iglesia con participación onstitucional del laicado;
• Preparación del camino de reunion de las confesiones Cristianas;
• Reforma de la enseñanza y posición del clero;
• Adhesión al Estado contra los ataques del Ultramontanismo;
• Rechazo de la Compañía de Jesús.
• Solemne afirmación de las reclamaciones de los Católicos en cuanto tales a la propiedad de la tierra de la Iglesia y al título correspondiente.
También se pasó una resolución sobre la formación de las comunidades parroquiales, a la que Döllinger se opuso vehementemente y votó en contra. Al segundo congreso, celebrado en Colonia el 20-22 de septiembre de 1872, asistieron 320 delegados de los Viejos Católicos, además de un Jansenista y tres obispos anglicanos, clero ruso e inglés y otros ministros protestantes.
Se decidió sobre la elección de un obispo y entre las resoluciones más importantes que se aprobaron están las de la organización y pastoral de las parroquias. A esto siguieron los pasos para ser reconocidos por varios gobiernos, como Prusia, Baden y Hesse, que en ese tiempo parecía cosa fácil. El Profesor Reinkens de Bonn fue elegido Obispo el 4 de junio de 1873 y consagrado en Rotterdam por el obispo Jansenista de Deventerm Heydekamp, el de a gusto de 1873, reconocido oficialmente como “obispo católico “ por Prusia el 19 de septiembre y que tras emitir el voto de lealtad eligió Bonn como lugar de su sede. Prusia garantizó al obispo y a su diócesis una suma anual de 4800 marcos. Pio IX excomulgó a Reinkens nominalmente el 9 de noviembre de 1863 mientras que previamente el arzobispo de Colonia había sido obligado a excomulgar a Hilgers, Langen, Reusch y Knoodt, profesores de teología de Bonn. Lo mismo ocurrió con varios profesores de Braunsberg y Breslau. La ficción presentada por Friedrich von Schulte de que los Viejos católicos eran los verdaderos fue aceptada por varios gobiernos en Alemania y en Suiza y muchas iglesias católicas fueron transferidas a la secta, a pesar de qie el decreto de la Inquisición de 17 de septiembre de 1871 y un breve de 12 de marzo de 1873, había mostrado de nuevo que los Viejos católicos no tenían conexión con la Iglesia Católica y que por consiguiente representaban a una sociedad religiosa completamente separada de la Iglesia que, consecuentemente, no tenía derecho a reclamación legal alguna de los fondos para el culto de la Iglesia Católica.
El desarrollo de la organización interna de la secta ocupó los congresos celebrados en Freiburg in the Breisgau en 1874, en Breslau en 1876, Baden-baden 1880 y Krefeld, 1884 así como en los sínodos ordinarios. La Constitución sinodal adoptada por la urgente influencia de von Schulte, parece que llevará a la secta a la ruina ya que ha dado resultado ilimitadas arbitrariedades y una ruptura radical con las ordenanzas disciplinaras del Catolicismo. Es de mucha importancia la abolición del celibato, obligados por la carencia de sacerdotes. Un determinado número de sacerdotes, cansados del celibato, y ninguno de especial relevancia intelectual, se refugiaron el los Viejos Católicos. El estatuto de 14 de junio de 1878, para el mantenimiento de la disciplina entre el clero de los Viejos Católicos, sólo tiene valor teórico.
Se crearon fondos de pensiones, fondos del obispo y fondos suplementarios para los ingresos de los párrocos, gracias a las aportaciones de los gobiernos y de personas privadas. En el otoño de 1877, el obispo Reinkens fundó un seminario residencial para los estudiantes de teología que fue reconocido por una orden del gabinete real el 17 de enero de 1894 como persona jurídica con una dotación de 110.000 marcos. El 20 de abril de 1898 se fundó una casa, llamada el Paulinum, para lo estudios medios y se compró una residencia para el obispo. Se publicó un periódico oficial de la iglesia, además de otras publicaciones. Estas cosas que se refieren principalmente a Alemania pueden decirse también de otras pocas comunidades fundadas en Austria, que sin embargo nunca han tenido ninguna importancia. En Suiza, a pesar de la perniciosa agitación, solo apostataron tres sacerdotes. Los cantones protestantes – sobre todo Berna, Basilea y Ginebra – hicieron todo lo posible para promover el movimiento. En la universidad de Berna se fundó una facultad teológica viejo-católica - en la que daban clase dos protestantes radicales. Al mismo tiempo todas las comunidades viejo-catolicas de Suiza se organizaron en una “Iglesia nacional Católico Cristiana”, en 1875. Al año siguiente fue elegido obispo el Dr. Herzog, consagrado por el Dr. Reinkens que eligió Berna como lugar de residencia. Como en alemania, se abolió el celibato y se prescribió el uso de la lengua vernácula para el servicio del altar. Pero fallaron completamente los intentos de extender el Viejo Catolicismo a otros países. Las radicales ordenanzas litúrgicas, disciplinarias y constitucionales adoptadas los primeros quince años convencieron hasta a los más amigables gobiernos que no se sostenía la ficción de catolicismo de los Viejos Católicos. Pero el daño estaba ya hecho y el reconocimiento real no se alteró ni tampoco la concesión de fondos.
En Alemania, sin cambios esenciales sobre este asunto, primaba la necesidad política que llevó a un modus vivendi en el Kulturkampf, lo que enfrió el interés estatal en los Viejos Católicos, sobre todo porque no habían logrado nacionalizar la iglesia alemana como habían prometido. La razón de tal fracaso fue la solidaridad de los católicos tan violentamente perseguidos. Familas enteras volvieron a la Iglesia y la capacidad de victoria de los Viejos católicos fue decayendo en toda Alemania de la misma manera que el Kultarkampf estaba estimulando el genuino sentir católico. El número de Viejos católicos comenzó a disminuir rápidamente. Para ocultarlo, los líderes del movimiento utilizaron un truco: hasta entonces se llamaban a si mismos Viejos Católicos para los registro policiales y el censo, en adelante sus lideres les dijeron que se llamaran simplemente Católicos, con lo que lograron ocultar el rápido declinar de la secta, de la que no es posible de esta manera ,hacer estadísticas. Llamarse Católicos es aun más raro puesto que esencialmente no difieren del liberalismo protestante. Sin embargo, el ocultar ser miembros del cuerpo de los Viejos Católicos tuvo un resultado bueno ya que muchos católicos de hecho volvieron a la fe católica sin llamar la atención. Por todo esto solo se pueden dar algunas estadísticas de algunos pocos años. En 1878 había en el Imperio Alemán 122 congregaciones, incluyendo 44 en baden, 36 en Prusia, 34 en Baviera y alrededor de 52000 miembros. En 1890 había alrededor de 30.000 teniendo en cuenta lo que habían disminuido en Baviera. En 1877 había en Suiza alrededor de 73.000: en 1890 solamente 25.000. En Austria en el momento de mayor florecimiento había quizás unos 10.000 miembros y a finales de siglo probablemente no más de 4.000. Se puede decir que el total de Viejos Católicos en toda Europa no superaban los 40.000. Es extraño que un movimiento que tenía tanto vigor intelectual y protección estatal se deshiciera tan pronto y tan completamente por mala gestión, teniendo en cuenta además que en Alemania y Suiza iba ayudado por violentos ataques a los católicos. La principal razón es la predominante influencia de los laicos bajo los que se puso a los clérigos por la constitución sinodal. La abolición del celibato obligatorio mostró la inestabilidad y carencia de fundamentos morales de la secta. Döllinger repetidamente avisó contra estas medidas, aunque en vano. En general él se mantuvo a la expectativa y no participó activamente en los congresos y sínodos, lo que irritaba en gran manera a los líderes del movimiento, pero Döllinger nunca permitió que se utilizase su nombre como pantalla de situaciones que consideraba altamente perniciosas. Sin embargo no se reconcilió con la Iglesia a pesar de los muchso esfuerzos del arzobispo de Munich. En general se puede decir que Los Viejos católicos han dejado de existir, y ano es de ninguna importancia pública.
, Para los movimientos y tendencia que llevaron hasta el Viejo Catolicismo ver DÖLLINGER; GUNTHER; HERMES; INFALLIBILITY; LAMENNAIS; SYLLABUS; CONCILIO VATICANO I.
Bibliografía.
FRIEDBERG, Aktenstucke die altkatholische Bewegung betreffend (Tubingen, 1876); VON SCHULTE, Der Altkatholizismus, Geschichte Deutchland (Giessen, 1887); IDEM, Lebenerinnerungen. Mein Worken als Rechtsleher, mein Anteil and der Politik in Kirche und Staat (giessen, 1908); VERING, Kirchenrecht (3rd ed., 1893), hace un buen resumen basado en las autoridades originales.Además de las afirmaciones de los libros de estadísticas hay una buena narración del Viejo-Catolicismo en MACCAFFREY, History of the Catholic Church in the Nineteenth Century. 1789-1909, I (Dublin and Waterford, 1909); MARSHALL, Döllinger and the Old Catholics in Amer. Cath. Quart. Review (Philadelphia, 1890), 267 sqq.; cf. Tambien los archivos del London Taablet and Dublin Review (1870-71); Bruck-Kissling, lGeschicte der katholischen Kirche im neunzehnten Jahrhundert (Munster, 1908); MAJUNKE, Geschicte des Kulturkampfes in Preussen-Deutchland (Paderborn, 1882); GRANDERATH-KIRCH, Geschicte des Vatikanischen Konzils (Freiburg, 1903-06); cf. also Friedrich, Geschicte des Vatikanischen Konzils (Bonn, 1877-87); además se debería examinar la literatura polémica de 1868-1872 sobre el concilio y la cuestion de la Infalibilidad. Los escritos más importantes se citan en los lubros arriba mencionados. Las dos biografías, desde puntos de vista opuesto de Döllinger por FRIEDRICH (Munich, 1891-1901) y MICHAEL (Innsbruck, 1892) contiene mucho material valioso.
PAUL MARIA BAUMGARTEN.
Transcr to por Herman F. Holbrook.
Traducido por Pedro Royo