Philo Judaeus
De Enciclopedia Católica
Filón de Alejandría
Nacido hacia el 25 a.C. De una familia perteneciente a la línea sacerdotal y una de las más poderosas de la populosa colonia judía de Alejandría. Su hermano Alejandro era el ayudante personal de la segunda hija de Antonio y casó a uno de sus hijos con la hija de Herodas Agripa, que le debía dinero. El hijo de Alejandro Tiberius Alexander, apostate y se convirtió en procurador de Judea y prefecto d Egipto.
Filón debió recibir una educación judía, estudiando las leyes y las tradiciones nacionales pero también siguió el plan de estudios griegos (gramática con lectura de los poetas, geometría, retórica, dialéctica) que consideraba como una preparación para la filosofía. A pesar de la falta de información directa sobre su preparación filosófica sus obras muestran que tuvo un conocimiento de primera mano sobre las teorías estoicas, que entonces dominaban, de los diálogos de Platón, de las obras neo-pitagóricas y de la literatura moral popular, resultado del Cinismo.
Pero permaneció profundamente ligado a la religión judía con todas las prácticas que eso llevaba consigo entre los judíos de la diáspora y cuya base era la unidad de culto en el Templo de Jerusalén. Respecto a la comunidad alejandrina y las obligaciones para con ellas, su actitud variaba según las circunstancias. Desde su juventud mostró gusto por la exclusiva vida contemplativa y los retiros en soledad, porque se queja de de una función oficial que le obligó a abandonar su estudios. Más tarde entró de lleno en los intereses materiales y morales de la comunidad. Su “Comentario Alegórico” alude a los trabajos o carreras de los judíos de Alejandría; dedica un tratado especial a la persecución de Flaccus, prefecto de Egipto. El episodio más conocido de su vida es el viaje que hizo a Roma en el 39; había sido elegido como director de la embajada que debía presentar ante Calígula las quejas de los judíos alejandrinos sobre la introducción de estatuas del emperador en las sinagogas. Esta situación, debida a los Alejandrinos, era tanto más odiosa para los judíos puesto que habían sido conocidos des hacía mucho tiempo por su lealtad, y su devoción al imperio era sin duda un a de las causes de antisemitismo en Alejandría. La redacción de la narración de la embajada poco después de la muerte de Calígula (41) es el último hecho conocido de la vida de Filón
Escritos
Contiene una información muy valiosa no solo de la situación intelectual y moral de los judíos de Alejandría, sino sobre todo sobre el sincretismo religioso y filosófico que se imponía en la civilización griega. Se pueden dividir en: (1) Exposición de la ley judía; (2) obras apologéticas;(3) tratados filosóficos. (1)Las exposiciones de la Ley están en tres obras de carácter variado: (a) “La Exposición de la Ley”, que comienza por un tratado sobre la creación del mundo (comentarios sobre el primer capítulo de Génesis) y continúa con tratados sobre Abraham, Jacob y José (se han perdido los que trataban de Isaac y Jacob). Cada patriarca es considerado como un tipo de virtud y la vida como una ley natural, no escrita.
Sigue después una serie de tratados sobre las leyes escritos por Moisés, agrupados en orden según los Diez Mandamientos. La exposición se cierra con las leyes que se refieren a las virtudes generales (sobre la Justicia y el Valor) y un tratado sobre la recompensa reservada a los que obedecen la ley. (Ver "De Præmiis et Pœnis", §§ 1, 2.) (b) El gran “Comentario Alegórico sobre el Génesis” es la principal fuente de información sobre las ideas de Filón; en él aplica sistemáticamente el método de interpretación alegórica. El comentario sigue el orden de los versículos desde Gen., ii, 1, a iv, 17, con algunas lagunas más o menos importantes. No se sabe si la obra comenzaba con en tratado en el cap. 1, sobre la creación; en todo caso se ve por las alusiones a este capítulo que Filón tenía un sistema de interpretación en este punto. A pesar de su forma, esta obra no es una serie de interpretaciones reunidas verso a verso; el autor considera al Génesis en su totalidad como una historia del alma desde su formación en el mundo inteligible al desarrollo completo de su sabiduría después de su caída y restauración por el arrepentimiento (ver ed. Mangey, "De Posteritate Caini", p. 259). El objeto de su método alegórico es discerner en cada persona y en sus acciones el símbolo de alguna fase de su caída o en la restauración del alma. (c) “Cuestiones y Soluciones” son una serie de cuestiones puestas a cada verso de los libros mosaicos. Se ha preservado una traducción en armenio sobre las cuestiones del Génesis (Génesis 2:4-23:8, con lagunas) y sobre el Éxodo (Éxodo 12:2-28:38), algunos fragmentos de estas obras y de las cuestiones sobre el levítico, una traducción mediocre de las últimas cuestiones sobre el Génesis (iv, 154 ss.). En Sansón y Jonás ha6y mucha menos unidad que en los precedentes. El primer grupo de obras se dirige a lectores ya iniciado en la ley de Moisés, es decir, a los correligionarios del autor.
(2) Es muy diferente en sus escritos apologéticos. La “vida de Moisés” es un resumen de la ley judía, escrita para un público más amplio. El tratado sobre “El Arrepentimiento” se escribió para la edificación de los neo- conversos. El tratado “Sobre la Humanidad” que siguió el de “Sobre la Piedad” parece por su introducción pertenecer al “Vida de Moisés” y no a “exposición de la ley” como mantiene la tradición y algunos eruditos contemporáneos. La Upothetiná (fragmentos en Eusebio, “Preparación Evangélica” VIII, v, vi) igual que “Apología de los judíos” (ibid., VIII, x) fueron escritos para defender a sus correligionarios de las calumnias, mientras que “Vida Contemplativa”, tenía al intención de cultivar los mejores frutos del culto mosaico. “Contra Flaccus” y en “Embajada a Caius”, con otra obra perdida sobre la persecución de Sejano, tenían el propósito de establecer la verdad respecto a la pretendida impiedad de los Judíos (3) Finalmente tenemos los tratados puramente filosóficos:”Sobre la libertad del Sabio”, “Sobre la Incorruptibilidad del Mundo” (Barnays discute su autenticidad, generalmente admitida), “Sobre la Providencia”, “obre los Animales” (estos dos últimos en traducciones armenias). El breve tratado “De Mundo”, que es solamente una compilación de pasajes de otras obras.
La cuestión de la cronología es más difícil que la de la clasificación. La solución de esta dificultad sería de gran valor especialmente por las subdivisiones del primer grupo de escritos, para entender el desarrollo de las doctrinas de Filón; pero en esto hay grandes divergencias de opinión. Sin embargo, es probable que la “Exposición de la Ley” que con frecuencia apela a la autoridad de los maestros y su cautelosa forma de introducir las interpretaciones alegóricas, es anterior a “Comentario Alegórico”, que muestra más seguridad e independencia de pensamiento.
Doctrina
La obra de Filón pertenece en su mayor parte a la inmensa literatura de comentarios sobre la Ley, y es especialmente como comentador como se le debe considerar. Pero en este aspecto tiene un lugar único. En primer lugar utiliza la traducción griega de los Setenta. Las diferencias que se han señalado entre su texto de los Septuaginta que ahora poseemos puede ser explica satisfactoriamente, no leyendo el texto hebreo (RTitter) sino por el hecho de que nuestra recensión des de una fecha posterior que la que él usó. Más aún, su método de interpretación aparece como algo nuevo y original entre los comentarios jurídicos de los rabíes palestinos. Eliminando lo que formaba la base común de todos los comentarios de esta clase, la interpretación de los nombres propios hebreos (Filón les da a veces una etimología griega), las reglas particulares para las señales que indican que Moisés quería que viéramos más allá del sentido literal (Sigfried), las tradiciones orales añadidas respecto al Pentateuco (al principio de la Vida de Moisés” estas tradiciones son claramente de origen alejandrina) y las prescripciones del culto de Jerusalén. Dos caracteres esenciales permanecen: primero la convicción de que la ley judía es idéntica con al natural; y después la interpretación alegórica. La primera, según la cual los hechos de los profetas y las prescripciones de Moisés son vistos como ideales que se conforman con la naturaleza ( en el sentido estoico) dan a la religión de los judíos un universalidad incompatible con el estrecho mesianismo nacional de las sibilas judías. Filón abandona así completamente las promesas mesiánicas; no hay tradición nacional que excluya a los gentiles del judaísmo. Para encontrar sus precursores hemos de retroceder hasta los profetas; él revive las tradiciones pero solo haciendo en ellas modificaciones serias. A la idea de universalidad moral, él añada la idea de naturaleza que recibió de los estoicos. Su interpretación se inclina a identificar completamente las prescripciones mosaicas con la ley natural.
La segunda característica es la interpretación alegórica. Sin duda Filón tuvo sus predecesores entre los alejandrinos. La prueba de este está en los fragmentos de Aristobulus (que son groseramente falsos y posteriores a Filón) pero en la obra de Filón mismo, que se basas a veces en la autoridad de sus predecesores, en la “Sabiduría de Salomón” (una obra alejandrina del primer siglo a.C. que contiene algunos restos de este método), y finalmente en la descripción que Filón ha dado de las ocupaciones de los Terapeutas yt los Esenios. La tradición, sin embargo, formada así, no puede haber sido muy importante porque no prevalece ante la inspiración personal y carece de unidad.
Esta interpretación nos parece como una creación día a día de ese momento y en las obras de Filón podemos seguir una alegoría en proceso de formación, por ejemplo, la interpretación del hombre “según la imagen de Dios”. El desarrollo de la vida moral interior como la concebía Filón siempre está unida a su método alegórico. Método alegórico que difiere de del de todos sus predecesores griegos que buscaban medios artificiales de producir concepciones filosóficas en los testos respetados en el tiempo, como los de Homero.
Como norma, no busca en el texto sagrado ninguna teoría estrictamente filosófica, sino más bien las pone de manifiesto por sus propios méritos. Aunque a veces se manifiesta entusiasta en su admiración de los filósofos griegos, no trata de presentarlos como discípulos, sin saberlo, de Moisés. Lo que busca en el Génesis no es esta o aquella verdad, sino la descripción de las actitudes del alma hacia Dios, como la inocencia, el pecado, el arrepentimiento. El método alegórico de Filón no prueba ni intenta probar nada. No es un método apologético. En loa “Vida de Moisés”, por ejemplo, apenas se usa este método; la única característica apologética es la presentación de la gran importancia de la elevada moral de las leyes judías tomadas en su sentido literal. Pero el método es indispensable para la vida interior; da la imagen concreta que necesita el místico para explicar su efusiones y hace que los libros judíos sean aprovechables en la vida espiritual, que consiste en el sentimiento de confianza que nos da la fe en Dios, un sentimiento que coincide con la nada del hombre dejado a sus propias fuerzas. La fe en Dios no es en si misma la condición sino la coronación de su vida, y la vida humana oscila entre la confianza en si mismo y la confianza en Dios, que concebido en sus relaciones con las necesidades morales del hombre, tiene la omnipotencia ye infinita bondad del Dios de los profetas. No es en absoluto el Dios de los estoicos, en directa relación con el comos en vez de con el hombre.
Bajo esta influencia, el culto según Filón, se convierte en eminentemente moral: la originalidad del filonismo consiste en su interpretación moral de las acciones de la divinidad sobre el mundo, que hasta entonces se habían considerado más en su aspecto físico.
La idea fundamental es que los poderes divinos son concebidos a la manera de los judíos como bondad y soberanía en relación con el hombre: es de notar que con esta idea el poder cósmico de la filosofía o de la religión griegas es transformado por Filón en un poder moral. La sabiduría divina es sin duda como Isis en los tratados de Plutarco, madre del mundo, pero sobre todo madre de la bondad en el alma humana. El “Hombre de Dios” es la conciencia moral del hombre más que el prototipo o ideal. El espíritu divino es transformado del éter material al principio de la inspiración moral. Reconocemos, es verdad, las huellas del origen cósmico de los intermediarios divinos; los Ángeles son intermediarios materiales así como espirituales y Filón acepta la creencia en el poder de los cuerpos celestes como un grado inferior de sabiduría. Sin embargo hizo lo que pudo para suprimir cualquier intermediario entre el hombre y Dios. Este Logos que según los estoicos es el lazo de unión entre las diferentes partes del mundo y según los seguidores de Heráclito la fuente de las oposiciones cósmicas, es considerado por Filón como la palabra divina que revela Dios al alma y calma las pasiones ( ver LOGOS).
Finalmente, es desde este punto de vista de la vida interior desde el que Filón transforma la concepción moral de los griegos que conocía sobre todo en las formas más populares (diatribas cínicas); descubre en ellos la idea de conciencia moral aceptada pero poco desarrollada por los filósofos hasta eses momento. Un punto de vista muy interesante es la consideración de los varios sistemas morales de los griegos, no simplemente como verdaderos o falsos sino como otras tantas indicaciones del progreso del alma o del retroceso en los distintos momentos
Fuentes
Consultar varias ediciones de las obras de Filón: MANGEY (2 vols., Londres1742); COHN AND WENDLAND, I-V (Berlin, 1896-1906); CUMONT, De Æternitate Mundi (Berlin, 1891); CONYBEARE, Philo about Contemplative Life (Oxford, 1895); HARRIS, Fragments of Philo Judæus (Cambridge, 1886); WENDLAND, Neuentdeckte Fragmente Philos (Berlin, 1891). Writings: GROSSMANN, De Philonis operum continua serie, I (Leipzig, 1841), II (1842); MASSEBIEAU, Le Classement des Œuvres de Philon in Biblioth. de l'Ecole des hautes études, I (1889), 191; MASSEBIEAU AND BRÉHIER, Chronologie de la Vie et des Œuvres de Philon in Revue d'hist. des Relig. (1906), 1-3. Doctrine: DRUMMOND, Philo Judæus (2 vols., London, 1888); HERRIOT, Philon le Juif; Essai sur l'Ecole Juive d'Alexandrie (Paris, 1898); MARTIN, Philon (Paris, 1907); BRÉHIER, Les Idées Philosophiques et Religieuses de Philon d'Alexandrie (Paris, 1908); SCHÜRER, Gesch. des Judischen Volkes im Zeitalter Jesu Christi (3rd ed., Berlin, 1909); SIEGFRIED, Philo v. Alexandria als Ausleger d. A. T. (Jena, 1875).
Bréhier, Emile. (1911).
Transcrito por WGKofron. Con agradecimiento a la Iglesia de Sta. María de Akron, Ohio.
Traducido por Pedro Royo