Diferencia entre revisiones de «Mes de octubre a los Santos Ángeles»
De Enciclopedia Católica
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DÍA TRIGÉSIMO PRIMERO
DEVOCIÓN A LOS SANTOS ÁNGELES
MEDITACIÓN
PUNTO 1º. Considera, alma mía, que habiendo llegado ya al término de este felicísimo mes consagrado al culto de los Santos Ángeles, nada será más grato ni más tierno á nuestros corazones, que formar los más firmes propósitos de honrar y de imitar durante nuestra vida á estos espíritus celestiales. El cuadro, aunque mal trazado, de las grandezas angélicas, que se ha desplegado á nuestra vista en el curso de estas meditaciones, habrá llenado sin duda de admiración y religioso respeto nuestras almas; pero es necesario que esta admiración y este respeto no sean estériles; es preciso que saquemos algún fruto de todos estos estudios, y éste no puede ser otro que una devoción tierna y sincera á los santos Ángeles y un vehemente deseo de imitar en todas nuestras acciones su ejemplar vida y virtudes. Por la devoción tributamos á los Ángeles los homenajes de nuestro amor y reconocimiento á su benevolencia, por tantos beneficios como nos dispensan. Por la imitación de su vida en el ejercicio de las virtudes angélicas de la pureza, humildad, obediencia y caridad, nos hacemos á ellos semejantes en la santidad, cumpliéndose de este modo el plan divino, que exige que los hombres y los Ángeles no compongan más que una sola Iglesia, un solo pueblo cuya ley inmutable sea la caridad, lazo de unión entre todos los seres inteligentes, cuyo Príncipe sea Nuestro Señor Jesucristo. La tierra ha roto la unidad de esta Iglesia, de este pueblo; y Dios ha querido que el cielo baje á la tierra á restablecer esta unidad, esta armonía, este concierto universal. La tierra ya no es enemiga del cielo, ni el cielo es tampoco contrario á la tierra: el tránsito de la una al otro está todo lleno de espíritus bienaventurados, cuya caridad oficiosa mantiene una perfecta comunicación entre este lugar de peregrinación y nuestra patria celestial.
PUNTO 2º. Considera que el mejor modo de honrar á los Ángeles, especialmente á nuestros Ángeles custodios, es imitarles, y como sólo se imita lo que se encuentra justo y perfecto; imitando á nuestros Ángeles, proclamamos con nuestra conducta su excelencia, su bondad y sus perfecciones. Así como ellos nos guardan de todo mal y nos dirigen por el camino del cielo; así también nosotros debemos guardar y guiar por el camino de la salvación eterna á todos aquellos de nuestros hermanos, sobre quienes tenemos alguna influencia ó están bajo nuestra tutela y cuidado. Así como los Ángeles siempre tienen sus miradas fijas en Dios, como nos lo ha dicho por estas palabras: Contemplan sin cesar la cara del Padre celestial; así también nosotros debemos tener sin cesar nuestros pensamientos y nuestros corazones vueltos hacia Dios. Los Ángeles están pendientes de los labios del Señor para escuchar sus mandatos y ejecutarlos en el acto; también nosotros debemos estar constantemente atentos á la voluntad de Dios para cumplirla. Por último, correspondamos, como estamos estrechamente obligados, á todas sus finezas: nuestros Ángeles nos aman, amémosles; nos hacen el bien, testifiquémosles nuestro reconocimiento; nos sugieren consejos útiles para nuestra salvación, escuchémosles. Fieles á su amistad, dóciles á su voz, atentos á hacer todo lo que ellos hacen, llevarémos en este valle de lágrimas una vida completamente angélica, prenda segura de la bienaventuranza eterna, en la cual ellos nos introducirán después de la muerte. Así sea.
JACULATORIA
Ángeles del cielo, alcanzadnos con vuestras poderosas súplicas, la gracia de la perseverancia final.
PRACTICA
Extended por todas partes la devoción v culto de los santos Ángeles, hoy por desgracia muy olvidados aún entre las personas piadosas. Se rezan tres Padre Nuestros y tres Aves Marías con Gloria Patri y se ofrecen con el siguiente:
ACTO DE CONSAGRACIÓN AL SANTO ÁNGEL DI LA GUARDA
Fidelísimo Ángel de mi guarda, á quien la amorosa Providencia de Dios ha constituido mi protector y mi guía, desde el primer instante en que vi la luz por vez primer a hasta el momento en que el soplo helado de la muerte cierre mis ojos par a siempre á los falsos esplendores de este mundo; delante de Jesucristo, mi amable Redentor, de María Santísima y de los santos, y en presencia de toda la corte celestial; yo os elijo en este día par a que seáis mi especial abogado cerca de la Justicia divina y mi celoso defensor en los rudos combates de esta vida. Desde hoy pongo en vuestras mano s mi cuerpo con todos sus sentidos, y mi alma con todas sus potencias y facultades, par a que os dignéis gobernarlos y dirigirlos al único y supremo Bien infinito, fuente de todo consuelo y de toda felicidad, perdona d que no haya sabido corresponder hasta el presente á vuestros tiernos cuidados, pero yo os prometo par a de aquí en adelante, ayudado con los auxilios de la gracia, seguir fielmente todos vuestros consejos, y obedecer las órdenes que Dios me comunique por vuestro ministerio: acoged, por tanto, bondadoso, estas mis resoluciones y continuad dispensándome vuestros favores, sobre todo, apartándome del pecado y haciendo que no viva ni respire sino para Dios en esta vida y después tenga la dicha inefable de alabar y bendecir por toda la eternidad su santo nombre en unión de toda la Milicia Angélica. Amen.
EJEMPLO
Para celebrar la Santísima Virgen las excelencias y santidad de la naturaleza Angélica, refiere Sor María de Jesús de Agreda en su Mística Ciudad de Dios, que se preparaba algunos días con los ejercicios de otras fiestas; y con nuevos cánticos de gloria y loores, recopilando en ellos la obra de la creación de estos espíritus divinos, y más la de su justificación y glorificación, con todos los misterios y secretos, que de todos y de cada uno de ellos conocía, llegando el día que tenía destinado, los convidaba á todos y descendían muchos millares de las órdenes y coros celestiales, y se le manifestaban con admirable gloria y hermosura en su oratorio. Luego se formaban dos coros, en el uno estaba nuestra Reina, y en el otro todos los espíritus soberanos; y alternando como á versos, comenzaba la gran Señora y respondían los Ángeles con celestial armonía por todo lo que duraba aquel día. Y si fuera posible manifestar al mundo los cánticos misteriosos que en estos días formaban María Santísima y los Ángeles, sin duda fuera una de las grandes maravillas del Señor y asombro de todos los mortales. No hallo yo términos, ni tengo tiempo para declarar lo poco que de este sacramento he conocido: porque en primer lugar alababan al Ser de Dios en sí mismo, en todas sus perfecciones y atributos que conocían. Luego la gran Reina le bendecía y engrandecía por lo que su Majestad, Sabiduría y Omnipotencia se había manifestado en haber criado tantas y tan hermosas sustancias espirituales y angélicas, y por haberlas favorecido con tantos dones de naturaleza y gracia; y por sus ministerios, ejercicios y obsequio en cumplir la voluntad de Dios, y en asistir y gobernar á los hombres y á toda inferior y visible naturaleza. A. estas alabanzas respondían los Ángeles con el retorno y desempeño de aquella deuda, y todos cantaban al Omnipotente admirables loores y alabanzas, porque había criado y elegido para madre suya á una Virgen tan pura tan Santa y digna de sus mayores dones y favores; y porque la había levantado sobre todas las criaturas en santidad y gloria; y la había dado el dominio é imperio, para que todas la sirviesen, adorasen y predicasen por digna Madre de Dios y restauradora del linaje humano De esta manera venia á ser este día de admirable júbilo y dulzura para la gran Señora y gozo accidental de los Ángeles. Obra citada, tercera parte Lib. VIII. cap. XVI números 688 y 689
en octubre 31, 2023 No hay comentarios: Enviar por correo electrónico Escribe un blog Compartir con Twitter Compartir con Facebook Compartir en Pinterest Etiquetas: Mes, Santos Ángeles domingo, 29 de octubre de 2023 MES DE OCTUBRE A LOS SANTOS ÁNGELES
DÍA TRIGÉSIMO
SAN MIGUEL ARCANGEL PATRÓN DE LA IGLESI A UNIVERSAL
MEDITACIÓN
PUNTO 1º. Considera, alma mi a, que reconociendo la Iglesia el poder, la excelencia y superioridad de Sn. Miguel sobre todos los demás Ángeles, no ha vacilado en declararlo su Patrón y custodio, encomendando a su vigilancia y cuidado á todos los fieles que constituyen la misma Iglesia. Las funciones que este esclarecido Arcángel ejerce, no pueden ser más importantes, pues según muchos santos Padres y autores piadosos, él vela incesantemente por la conservación del Sumo Pontífice; combate contra los enemigos invisibles de la Iglesia; designa los Ángeles custodios que han de cuidar de las almas; defiende á la Religión de los lazos que la tienden los herejes, protestantes, infieles é impíos; él está encargado de presentar nuestras almas ante el terrible tribunal de la divina justicia en la hora de nuestra muerte; él es, finalmente, el que hará resonar la trompeta en el juicio universal, mandando legiones de Ángeles por las cuatro partes del mundo á recoger las cenizas de los muertos para darles animación y vida. ¡Qué funciones tan augustas y elevadas, dignas sólo del primer ministro de la Omnipotencia soberana, del Príncipe de la Iglesia católica!
PUNTO 2º. Considera que no en vano la santa Iglesia ha elegido á Sn. Miguel para su patrono, pues que este poderosísimo Arcángel en todos tiempos y en todas partes ha dado muestras inequívocas del celo que le anima por el bien de la Iglesia. Entre innumerables rasgos de protección que pudieran citarse, bastará mencionar uno que por su trascendental importancia vale por muchos y da ha conocer claramente cuánto se interesa nuestro amado Príncipe por el buen nombre y prosperidad de la Iglesia que tiene bajo su custodia. Cuando padecía la Iglesia grandes trabajos en el pontificado de Pelagio, clamaban los celosos Prelados á Dios por que se apiadase de su querida esposa la Iglesia y remediase los daños que padecía. Se apareció entonces Sr. Sn. Miguel á los afligidos Prelados, consolándolos y prometiéndoles que, en breve, después de la muerte de Pe agio, tendrían un sucesor que remediara las necesidades comunes que padecía lo que á la letra se realizó. Nuestro Arcángel no sólo es custodio fidelísimo de la Iglesia en general y de todas las almas, en cuanto que las cuida á todas y procura libertarlas de las garras inferna es, sino que también es protector especialísimo de aquellas que le aman y le sirven de veras siendo sus más fervientes devotas, a quienes en premio de su amor y fervor les ha revelado muchas veces el día de su muerte, gracia singular con que han sabido prepararse para la salida de este mundo. Al Abad Capracio se apareció y le dijo: que dentro de dos días había de morirse, que se dispusiese. A San Wilfrido estando muriéndose le vino á visitar este Príncipe vestido de una estola blanquísima y le concedió salud milagrosa, advirtiéndole que después de cuatro años había de morir, que para entonces volvería á visitarle El emperador Otón segundo, supo de la boca de nuestro Ángel cuando fue a visitarle á Gargano, cuándo había de morir. En fin, son innumerables los prodigios que se refiere ha obrado este Santo Arcángel en favor de sus devotos seámoslo, pues, todos muy deveras para' que nos asista durante la presente vida y sobre todo en el más terrible de los trances en el de la muerte.
JACULATORIA
Ángel de Dios, que sois custodio de la santa Iglesia, defendedla y protegedla siempre.
PRACTICA
Cada vez que oigáis la santa Misa, rezad juntamente con el sacerdote la oración á Sn. Miguel que se acostumbra a rezar después de las Ave Marías, concluida la Misa. Se rezan tres Padre Nuestros y tres Aves Marías con Gloria Patri y se ofrecen con la siguiente:
ORACION
Soberano Príncipe de la Milicia angélica, protector poderoso de la Iglesia católica, Patrón universal de todos los fieles, glorioso Sn. Miguel, dirigid una mirada compasiva hacia esta porción del rebaño de Jesucristo, alejando de ella á todos sus formidables enemigos, así como alejasteis del cielo á los ángeles rebeldes; confirmad en la fe de sus mayores á todo el pueblo mexicano, y haced que brille par a la Religión y la Patria el día feliz del triunfo y de la gloria. Amen.
EJEMPLO
Refiere Fr. Joaquín de Sn. Miguel Zapata en la novena que escribió dedicada á Sn. Miguel Arcángel el siguiente caso: "Caminaba el Arzobispo D. Lope Fernández de Luna á visitar la imagen milagrosa de la Sierra, en compañía de un capellán suyo, cuando á deshora, antes de llegar á un pinar, camino de Villarroya, oyó una voz triste que lastimosamente se quejaba, y creyendo era ilusión, no puso atención: repitió la voz, y preguntando á su capellán si había oídola, respondió que una voz lamentable era la que había percibido. Asegurado el buen Prelado, le dijo que le siguiese. Caminaron é internando el bosque, vieron, no sin admiración grande y asombro, una cabeza separada de un cadáver que distaba algunos pasos de ella, la cual daba saltos; pero más se admiró, cuando en voz alta habló de esta suerte: Arzobispo Lope, confesión: y acercándose el vigilantísimo pastor á la cabeza, atendió a su confesión: y después de haberle referido sus culpas y ser absuelto de ellas dijo: que la causa de haberle favorecido el cielo con el confesor que pedía, había sido por la devoción que en vida tuvo al Arcángel Sn. Miguel, al cual se había encomendado fervorosamente, cuando una cuadrilla de enemigos suyos le habían herido de la manera que le hallaban, conservándole milagrosamente, en la cabeza su vida; y que el santo Arcángel le ofreció su asistencia hasta que se confesase; y dicho esto, le faltó el aliento vital y murió.
en octubre 29, 2023 No hay comentarios: Enviar por correo electrónico Escribe un blog Compartir con Twitter Compartir con Facebook Compartir en Pinterest Etiquetas: Mes, Santos Ángeles sábado, 28 de octubre de 2023 MES DE OCTUBRE A LOS SANTOS ÁNGELES
DÍA VIGÉSIMO NOVENO
SAN MIGUEL ARCANGEL PRINCIPE DE LA MILICIA CELESTIAL
MEDITACIÓN
PUNTO 1º. Considera, alma mía, que si la excelencia y perfecciones del último de los Ángeles exceden la capacidad y alcances de nuestras pobres inteligencias; con mayor razón superan la fuerza de nuestros entendimientos la excelencia y perfecciones del primero y más encumbrado de los Ángeles. En el orden de la creación, es una ley constante é invariable que los seres superiores en cada género contengan de un modo eminente en su naturaleza todas las perfecciones y propiedades de sus inferiores, así vemos, por ejemplo, que el hombre contiene en si cuantas perfecciones se encierran en los reinos mineral, vegetal y animal, además de las propias que lo diferencian de estos mismos. Ahora bien, ya hemos considerado con el profeta Daniel cuan asombroso es el número de los cortesanos de Dios, y con Santo Tomás hemos visto que de esta inmensa muchedumbre no hay ni siquiera dos Ángeles iguales que sean de una misma especie; pues que cada uno es por sí de una naturaleza diversa de la de los demás y hasta cierto modo infinita, porque agota todo el ser de la especie que lo constituye, de tal manera que nada hay ni puede haber fuera de él, que sea de esta misma especie. El Arcángel San Miguel es el Jefe de la milicia celestial, es, por decirlo así, el primero y el caudillo de esta gran república: Michael et Angeli ejus: dice San Juan, Miguel y sus Ángeles, como si dijera: el Rey y sus vasallos, el general y sus soldados. Reflexionemos ahora cuántos espíritus hay en cada jerarquía, en cada orden de estas tropas angélicas, todos diferentes unos de otros, constituyendo desde el último hasta el primero una serie numerosísima de grados de ser y de perfecciones cada vez más crecientes, más grandes y sublimes á medida que se acercan á nuestro Arcángel San Miguel, jefe ó príncipe de todos ellos, el cual, por consiguiente, contiene en sí-de un modo eminentísimo todos los atributos, excelencencias y perfecciones de los Ángeles, Arcángeles, Principados, Potestades, Virtudes, Dominaciones, Tronos, Querubines y Serafines. Si, pues, el último de los Ángeles está tan elevado sobre nuestro conocimiento que no encontramos nombre que pueda expresar su naturaleza, ¿qué nombre podremos dar á este gran príncipe que está más arriba del común de todos los Ángeles, como éstos están más arriba de todos los hombres, y los hombres sobre todos los seres corpóreos? No hay, pues, nombre que exprese su excelente y sublime naturaleza; y sin embargo, él tiene un nombre que ha adquirido por la más santa, más heroica y meritoria de las acciones: esto es, lo que meditaremos en el siguiente punto.
PUNTO 2º. Considera que complaciéndose Dios en ser servido, honrado y glorificado el primero; exige siempre de sus criaturas los primeros actos, los primeros movimientos, los primeros frutos, las primicias de todas las cosas. El Arcángel San Miguel entre todas las criaturas, ha sido el primero que ha correspondido á esta voluntad soberana de Dios, porque el ha consagrado el primero á su criador, el primer uso de su ser, el primer pensamiento de su espíritu, el primer esfuerzo de su voluntad y la primera efusión de su amor; pues en el primer instante de su creación, antes de contemplará Dios con visión intuitiva, antes de que esta Majestad infinita se le des cubriese en toda su grandeza y hermosura; Miguel la ha adorado perfectamente, le ha rendido el homenaje de sus perfecciones le ha dado gracias por los beneficios recibidos, y se ha abismado y anonadado en su presencia, reconociendo su excelencia y soberanía con una sumisión profundísima. Miguel es la primera criatura del cielo y de la tierra que ha combatido por la gloria de Dios: queriendo el Ángel rebelde igualarse á la Divinidad, Miguel se ha opuesto el primero á su soberbia, haciendo resonar por todo el empíreo estas sublimes palabras: ¿Quién como Dios, Quis ut Deus como si dijera, ¿quién eres tú, Lucifer, quién soy yo y quiénes somos nosotros para ser comparados con Dios? En estas breves palabras ha dado este espíritu bien a venturado la mayor alabanza el mayor honor que se pueden tributar á Dios En efecto, exclamar: quién como Dios es lo mismo que elogiar y ensalzar todo sus atributos y perfecciones, y no como quiera sino con una concisión y eminencia infinitas. ¿Quién como Dios? es lo mismo que decir ¿quién hay grande como Dios? ¿Quién poderoso como Dios? ¿Quién es sabio, santo, infinito, incomprensible como Dios? ¿Qui ut Deus? ¿Quién fue, quién es, quién será quien puede ser como Dios? Todo lo que ha sido es, será ó pueda ser, es nada delante de Dios. Las palabras del Profeta no son sino el eco de las del glorioso Arcángel San Miguel: Todas las naciones como si nada fueran, así son delante de Dios, Omnes gentes quasi non sint sic sunt coran eo. Qué tesoro, qué océano, qué abismo de gracias no habrá recibido este Ángel como premio debido al acto más heroico de humildad y abatimiento, que, con excepción de la Santísima Virgen, jamás ha sido practicado por criatura alguna. Seamos, por tanto, fieles devotos de este esclarecido Príncipe, cuyo poder es inmenso contra las potestades infernales, sobre todo en la hora de la muerte.
JACULATORIA
Príncipe de los Príncipes Angélicos, que os halláis tan cerca de la Majestad infinita, interceded por nosotros para que nos acerquemos á Dios por la práctica de las buenas obras.
PRACTICA
Invocad en todas las tentaciones de soberbia y vanidad el santo nombre de San Miguel, cuyo poder es de grande eficacia para vencerlas. Se rezan tres Padre nuestros y tres Ave Martas con Gloria Patri y se ofrecen con la siguiente:
ORACION
Glorioso Príncipe de la milicia celestial, en cuyo ser resplandecen con vivos fulgores de un modo inefable, todas las bellezas y perfecciones juntas de los de más espíritus bienaventurados, vos que tenéis un nombre que encierra la mayor alabanza que puede tributarse al Altísimo, y que es al mismo tiempo el terror y espanto de las potestades infernales; os suplicamos nos alcancéis por vuestro poderoso valimiento, que brille en nosotros la hermosura de la gracia por la práctica de las virtudes y huyan para siempre de nuestro lado los espíritus malignos que trabajan sin cesar en perdernos. Amen.
EJEMPLO
A fines del siglo V, apacentaba su ganado un pastor sobre la cima del monte Gargano, en el reino de Nápoles. Un día se desmandó un novillo y se introdujo en una cueva, el pastor para obligarle á que saliese de allí, le disparó una flecha, la cual retrocediendo con la misma violencia con que había sido disparada, hirió al pastor; quedaron sorprendidos todos los circunstantes á vista de tan asombroso suceso, cuya noticia llegó en breve á la ciudad de Siponto situada á la falda del monte. Informado el Obispo, creyó desde luego que en aquel milagro se ocultaba algún misterio, y para conocer lo que Dios quería dar á entender por aquel prodigio; ordenó un ayuno de tres días exhortando á los fieles á que uniesen la oración al ayuno, pidiendo á Dios se dignase descubrir su voluntad. Oyó el Señor las oraciones del Santo Obispo. Al cabo de los tres días, se le apareció San Miguel y le declaró ser la voluntad de Dios, que el Ángel tutelar de su Iglesia, es decir, el mismo San Miguel, fuese singularmente reverenciado en el mismo sitio donde acababa de suceder aquella maravilla para encender y animar la devoción y confianza de los fieles, experimentando particularmente en aquel lugar, los dulces efectos de su poderosa protección. Penetrado el Obispo de los más vivos sentimientos de reconocimiento y piedad, reunió al clero y al pueblo, les declaró la visión que había tenido, y fue procesional mente con todos al paraje mencionado. Encontraron en una cueva bastante capaz en forma de templo; erigieron un altar en que celebró el Señor Obispo el santo sacrificio de la Misa. Después se hizo la dedicación ele la Iglesia con la mayor solemnidad, siendo desde entonces aquel santuario el lugar en que ha desplegado todo su amor y protección á los fieles, el glorioso Arcángel San Miguel.