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Sábado, 28 de diciembre de 2024

Diferencia entre revisiones de «Las iglesias-baluarte del Sagrario de Lima y la Torre Davídica de la Ciudad de los Reyes: San Francisco, San Pedro, San Agustín, Santo Domingo y La Merced»

De Enciclopedia Católica

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En esta ocasión haré un exposición sobre las Iglesias-baluarte del Sagrario de Lima y la Torre Davídica de la Ciudad de los Reyes. Nuestra Capital debe ser entendida como una Ciudad Baluarte de la Fe y un Puerto de Salvación.
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En esta ocasión haré una exposición sobre las Iglesias-baluarte del Sagrario de Lima y la Torre Davídica de la Ciudad de los Reyes. Nuestra Capital debe ser entendida como una Ciudad Baluarte de la Fe y un Puerto de Salvación.
 
Doy por conocida la existencia de un tema emblemático y pictórico: <<El Triunfo de la Iglesia>> [1]  . Por ramificación y follajería barroca, se presenta como "Triunfo de la Iglesia propiamente tal", Triunfo de la Eucaristía, Triunfo de la Fe, Triunfo de la Pura  y Limpia Concepción, Triunfo de las Ordenes Religiosas, Triunfo de los Ángeles  [2], el Triunfo de los Doctores, Triunfo del Agua Bendita [ 3] etc.
 
Doy por conocida la existencia de un tema emblemático y pictórico: <<El Triunfo de la Iglesia>> [1]  . Por ramificación y follajería barroca, se presenta como "Triunfo de la Iglesia propiamente tal", Triunfo de la Eucaristía, Triunfo de la Fe, Triunfo de la Pura  y Limpia Concepción, Triunfo de las Ordenes Religiosas, Triunfo de los Ángeles  [2], el Triunfo de los Doctores, Triunfo del Agua Bendita [ 3] etc.
 
Un triunfo supone la victoria sobre un enemigo. El enemigo remite a la guerra.No hay guerra sin combates; no hay batallas sin milicias, sin naves armadas y sin héroes; no hay victorias sin planificación ni estrategia. Todo ejército consta de soldados de élite, regulares y de reserva.  
 
Un triunfo supone la victoria sobre un enemigo. El enemigo remite a la guerra.No hay guerra sin combates; no hay batallas sin milicias, sin naves armadas y sin héroes; no hay victorias sin planificación ni estrategia. Todo ejército consta de soldados de élite, regulares y de reserva.  

Última revisión de 09:12 28 dic 2019

El Triumpho

En esta ocasión haré una exposición sobre las Iglesias-baluarte del Sagrario de Lima y la Torre Davídica de la Ciudad de los Reyes. Nuestra Capital debe ser entendida como una Ciudad Baluarte de la Fe y un Puerto de Salvación. Doy por conocida la existencia de un tema emblemático y pictórico: <<El Triunfo de la Iglesia>> [1] . Por ramificación y follajería barroca, se presenta como "Triunfo de la Iglesia propiamente tal", Triunfo de la Eucaristía, Triunfo de la Fe, Triunfo de la Pura y Limpia Concepción, Triunfo de las Ordenes Religiosas, Triunfo de los Ángeles [2], el Triunfo de los Doctores, Triunfo del Agua Bendita [ 3] etc. Un triunfo supone la victoria sobre un enemigo. El enemigo remite a la guerra.No hay guerra sin combates; no hay batallas sin milicias, sin naves armadas y sin héroes; no hay victorias sin planificación ni estrategia. Todo ejército consta de soldados de élite, regulares y de reserva. Como todo soldado, el Hoplita de la fe lucha, vivaquea y se atrinchera. Lucha en <<la Prueba>> [3], vivaquea en <<el refrigerio del Sacramento >> [4] y se atrinchera en el <<baluarte de la iglesia material >>.[5]

Por ser encargo de Cristo mismo, el generalato fue jesuita, la lucha y el martirio compartido por todas las órdenes misioneras, en tanto que la reserva y resistencia reposó en todos los religiosos contemplativos y de clausura.

Me combaten y me defienden. Los que custodian no disfrutan.

La alegoría es el tropo que mejor expresa al barroco: el espacio mismo de la ciudad estaba diseñado para representar el vínculo de la polis con Dios y la guerra permanente contra el Enemigo [6] . El pueblo vivía al amparo de las murallas que, a su vez, significaban la protección de Cristo. El espacio representaba la política y la espiritualidad. [7] Tenemos dicho en otro lugar [8] , que la Ciudad de los Reyes y el Callao, son Baluarte de la Fe y Puerto de Salvación del Reino del Perú. Dentro de sus murallas, a manera de las antiguas fortificaciones, había otras plazas fuertes en las que se peleaba con armas diferentes, la guerra espiritual querida por el Rey de Amor: nos referimos a los monasterios y conventos de frailes y religiosas, que eran a la vez oratorio, escritorio, laboratorio, almácigo y granero espiritual, pero, por sobre todas las cosas, "castillo interior". Interior respecto de la ciudad misma, y respecto de los habitantes de las casas consagradas. ¿Qué ocurría cuándo quienes vivían al abrigo de las murallas transgredían la Ley de Dios? Buscaban refugio en las Iglesias, porque eran y son baluarte de Su Misericordia, y lo lo hallaban en el confesonario. Valiéndose del patrocinio de los Santos -que en vida habían sido más devotos de la Virgen y de la Eucaristía- , y confiándose a la oración de los religiosos que tenían fama de vida santa y sacrificada, como fueron san Francisco Solano, Vble. Alonso Mesía y Bedoya, santa Rosa de Lima, santa Martín de Porras, san Juan Masías o Fray Diego de Hojeda. Mediante santo Domingo y san Francisco, y los otros santos titulares, se buscaba el amparo de la Pura y Limpia Concepción, a fin de poner en presencia de Dios el Sacrificio Eucarístico Universal para detener el brazo de rigor del Padre Eterno.

La Intercesión de San Francisco y Santo Domingo.
Bajo tu amparo nos acogemos.png

Tal como Dios se reveló a Moisés pastor en la zarza [9] ardiente, por propia iniciativa, el Sagrado Corazón de Jesús hizo conocer su ardiente Caridad por los hombres, apareciéndose a una humilde monja visitandina en Paray-le- Monial, entre 1673 y 1675.

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Tanto en las apariciones del siglo XVII a santa Margarita María, como en las del siglo XX a santa Faustina, Cristo recuerda que su Sagrado Corazón es Refugio de Misericordia. Tal es fundamento del concepto de “iglesia baluarte” que propondremos en este texto.

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Baluarte figueroa.jpg
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"El monje Francisco Eximeniç que desde Valencia concibió en 1384-86 una ciudad utópica, cuadrada para ser bella y ordenada, a modo de la Jerusalén celestial" [1]
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¿Qué caracterizarían a las órdenes religiosas que regentaban las iglesias-baluarte? El servicio en obediencia, la devoción inflamada y la abundancia en el amor. Además la confianza absoluta de tener como auxilio seguro a los Sagrados Corazones de Jesús y de María, a los que se desea servir, honrar y adorar. [10] Cada una de las órdenes religiosas exaltaría una nota distintiva del Misterio del Amor de Cristo y de las glorias de María:

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Tenemos que cuatro iglesias, escoltan el trono de Cristo Eucaristía en el Sagrario, mostrando así los frutos de ese inmenso amor: la mudanza de vida, los favores –vulgarmente llamados milagros, los estigmas, las revelaciones y el martirio; todo movido por un ardiente amor al Sagrado Corazón de Jesús, cuyo reinado estaban edificando, bajo la dirección de los jesuitas.

Antes de ocuparnos de cada uno de los baluartes y de la Torre Davídica de Lima, propongo al lector, el recurso a un artificio visual que nos permitirá comprender qué hacían los residentes de los conventos e iglesias-baluarte, cómo operaban, y cómo se veían en plena actividad, para lo cual haremos una maqueta visual compuesta por fotografías de otras órdenes religiosas, que tenían edificaciones conventuales equiparables. Además, esto nos permitirá imaginar el dinamismo de esas comunidades, la densidad demográfica de sus casas, la solemnidad de sus celebraciones litúrgicas, las devociones piadosas que propiciaron, y la fortaleza de sus carismas.

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Hoy calificamos de mobiliario, en sentido decorativo las sillerías de los coros y la retablística, y los altares laterales de las Iglesias, olvidando que son justamente eso; <<altares>>, donde los miembros de las comunidades numerosas satisfacían la obligación de la Celebración Eucarística diaria, e ignorando, de paso, que ambos son prefiguración visual, estética, retórica y sonora, de la Gloria Celestial. La médula de la vida conventual se halla en el Augusto Sacrificio del Altar y en el coro.

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Si el Sacrificio del Altar [11] nos habla del Corazón traspasado, el coro expresa la alegría inefable de los corazones redimidos. Simbólicamente, mediante un juego de de palabras de ida y venida entre el latín y el castellano, y a partir de la voz latina “cor”, se alude a las cuerdas del arpa, a las cuerdas musculares del corazón, a la cuerdas vocales y a las voces concordantes. La boca habla de lo que sobreabunda el corazón, que en este caso es gozo en grado sumo, que se alegoriza con los instrumentos músicos, por lo general arpas, violines, violas de gamba clarines y sacabuches. El pentagrama es la armonía divina. Los instrumentos de viento son pneumáticos, espirituales, y los de cuerda, cordiales, porque expresan que en lo íntimo y vital hay coincidencia plena entre la propia voluntad y la Voluntad de Dios.

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Nada sabe ocultar la lengua que obedece a su corazón


La salud de la población de cualquier ciudad depende de la sanidad de sus manantiales. Así la salud espiritual de los miembros de la Iglesia Militante depende de la ortodoxia de sus fuentes doctrinales; es de decir de la lealtad y sujeción que se tenga al Papa, al Magisterio, a los Padres y doctores de la Iglesia. Nítidamente, se destaca en el período barroco latinoamericano la preeminencia de San Agustín y de Santo Tomás de Aquino; esta primacía no excluía a otras personalidades santas y doctorales, como se comprueba con sólo pasar la vista por los cielos rasos de la Capilla de Nuestra de Loreto, de Noviciado jesuita de Lima .[12]

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¿Por qué en el virreinato son tan relevantes San Agustín y Santo Tomás de Aquino? ¿San Francisco y San Ignacio de Loyola? ¿Por qué San Agustín ha sido tan privilegiado en el arte pictórico y en el arte estatuario? Porque enseñaban al Pueblo Fiel, mediante imágenes, el quid de la lucha de la "Ciudad de Dios" contra la "Ciudad del demonio"; porque le recordaba cuáles eran sus obligaciones respecto de la Iglesia Militante, Purgante [13] y Triunfante; y a la vez, predicaba cuán inescrutable e inagotable es el Misterio Trinitario. Que es Amor y nada más que Amor. En el tiempo que estudiamos se decía que "San Agustín es el Padre de los Padres, el doctor de los doctores y un abismo de sabiduría", y para la sabiduría popular el saber salvarse, era "de la ciencia la llave". Porque una sola es la llave que abre las Puertas del Cielo y cierra las del infierno.

Iglesia de San Agustín
Iglesia de Santo Domingo, Basílica del Rosario

En un imperio que exaltaba al Santísimo Sacramento del Altar, y que tenía como Rey al Sagrado Corazón de Jesús, y que defendía la Pura y Limpia Concepción de María, el principal referente de la doctrina eucarística era San Tomás de Aquino. Si bien es cierto que el pueblo era ajeno a las profundidades teológicas y a las sutilezas de la Escolástica, en cambio tenía en la retina las efigies de los campeones de la Eucaristía, entre los dedos las cuentas de Santo Rosario de la Virgen y en la punta de la lengua los motetes del Aquinate: Adoro te devote, Tamtum ergo Sacramentum, y el Pange Lingua . [14] Para los limeños la iglesia del Rosario y el Convento de Santo Domingo, eran los modelos inmediatos de su propia santidad, en las personas de Santa Rosa de Lima y Fray Martín de Porras. Aquí fue donde Santa Rosa de Lima fue desposada por Dios Niño , [15] y aquí mismo, ella quiso morir mártir de la Eucaristía cuando la ciudad estaba amenazada por una invasión de piratas protestantes . [16] Además, los dominicos presentaban un modelo universal de arrepentimiento y santidad en la persona de Santa María Magdalena la Penitente, a la que habían hecho titular de su casa de recolección. La idea de Penitencia les hacía mover la mirada hacia san Francisco, iglesia que les recordaba que tenían ahí una tumba siempre abierta [17] ; y la tumba les recordaba el Misterio de Amor del Purgatorio [18].

San franciscoponencia.png

Job, el paciente, devorado de gusanos se preguntaba: ¿No es milicia la vida del hombre sobre la tierra? La alegoría militar y el carácter de <<mílite cristiano>> de los religiosos de Lima queda maravillosamente establecido cuando se dice que:<<los frailes menores suspendiendo sus aljabas de las murallas del templo arrojan saetas o jaculatorias oraciones en defensa de otra Tyro Ciudad de los Reyes, cuya belleza goza el lleno de su última perfección morada de tan diestros sagitarios, cercado de tan hermosas murallas [19] >>. Es decir que mediante la celebración eucarística repetida y constante a lo largo del día, y la observancia de las horas canónicas infligen numerosas y renovadas derrotas al enemigo del género humano, ya que San Francisco es una Iglesia-baluarte [20]: donde los frailes son los Arqueros de la Caridad, que disparan los dardos [21] de amor encendido que provienen de las llagas de Cristo. Los frailes tejen la urdimbre de la unidad del Reino hispánico, mediante el vínculo de la Caridad.

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La Caridad es el vínculo de unidad del Imperio
Iglesia de San Pablo, Hoy San Pedro.

Para concluir quisiera poner de relieve un arma de la panoplia que se encontraba en las iglesias-baluarte de la Compañía de Jesús: la efigie de Dios Niño. Los jesuitas, “invocando un Nombre por encima de ellos”, como reza la inscripción de la Iglesia de san Pablo [22], sólo quieren como él, servir y gloriarse de Cristo Crucificado y Resucitado. Así, el inflamado Amor de su Sacratísimo Corazón se comunica a los fundadores, y mediante ellos al Imperio, y gracias al Imperio, a todo el orbe de la tierra, en iconografía que comparten con agustinos y franciscanos. Los jesuitas fueron los grandes antropólogos y psicólogos de la humanidad y entendieron prontamente que había culturas en las que no convenía -en un primer momento- la ostensión pública del Calvario, pero sin embargo no dejaron de predicarlo en la figura de los Santos Niños Pasionarios, que en edad adulta [23] , según la Ley Judía, estaban revestidos con los ornamentos sacerdotales que llevaban inscrita la Cruz de los Improperios . [24]

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Aquí está parte de la clave interpretativa del polémico Niño de Huanca de la Iglesia de San Pedro de Lima
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San Ignacio, como San Agustín [25], tenía el fuego de Cristo en el Corazón [26] y San Francisco [27] las llagas de Cristo [28] en el cuerpo; por lo tanto, era consecuencia natural de esas fundaciones que los corazones y cuerpos de sus hijos fueran traspasados y clavados como el de Cristo, en atroces martirios.

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No hay asedio que dure para siempre: o vence el sitiador y perece la ciudad, o sale la milicia urbana para batir y vencer a su enemigo mortal [29] . El limeño sabe que el <<corazón de los Reyes está en manos de Dios>>, y que Él es el Dios de los Ejércitos; por eso sale confiado a presentar batalla campal, <<embrazando el escudo y empuñando la adarga >>, porque escrito está que el hombre no será probado más allá de su fortaleza. Lima está desposada con Cristo en la persona de Santa Rosa, su Patrona. La Ciudad de los Reyes tiene como centro geodésico al Sagrado Corazón y a las Santas llagas, alegorizadas en las cincos fuentes de bronce; por tanto hay concordia de ánimos y coincidencia de voluntades.Cristo es “civitatis refugii” y de Lima se puede decir que tiene “fortem virili pectore”. El limeño sabe también que no hay noche sin Aurora , por eso durante el combate fija los ojos en la Turris Davídica, y canta el sonoro villancico de batalla <<Al campo sale María [30] >>, mientras que desde su torre de Capitan General, la Virgen Poderosa dispensa las Mercedes de las victorias temporales y del “triumpho” escatológico . El Amor todo lo vence. No hay mayor Amor que la Sagrada Eucaristía. No hay mayor prenda de amor que la Presencia Real y el Sagrado Corazón Eucarístico [ 32] .

¡Alégrate Lima! ¡Cristo ha triunfado y tu has triunfado con Él. ¡El Soberbio Luzbel se ha vuelto polvo de sí mismo!

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José Gálvez Krüger

Director de la Enciclopedia Católica

Ponencia presentada en el Coloquio de Historia por los 450 años de Compañía de Jesús en el Perú.

Agradezco a mis amigos Alejandro Hernández, Luis Martín Bogdanovich, Eduardo Vásquez Relyz, Augusto Jim, Moisés Delgadillo Campos, Josué Quinteros, David Sellerier, León de Martín y Tacho Juárez Herrera por su desinteresada colaboración, sin la cual, no hubiera podido elaborar esta ponencia.

NOTAS

[1] Se eniende como <<El Triunfo de la Iglesia>> todas aquellas representaciones pictóricas apoteósicas, que representan la victoria escatológica de las verdades afirmadas por el Sacrosanto Concilio de Trento (1545 y 1563), y todas aquellas materias que, a pesar de no estar todavía definidas por la Iglesia Latina, eran ciertas y verderas en el sentimiento general de los fieles. Destacan la “Nave Mística de la iglesia Latina”, “El Triunfo de la Eucaristía”, “El Triunfo de la Pura y Limpia Concepción”, “El Triunfo de las Órdenes religiosas”, “El Triunfo de la Fe, “El Triunfo de la Esperanza, El Triunfo de Caridad, “El Triunfo de San Agustín, “El Triunfo de San Francisco de Asís”, “El Triunfo de San Ignacio”, “El Triunfo de Santo Domingo, entre otros”. Este tema pictórico tiene fundamentos clásicos. Concretamente las Aposteósis Romanas Imperiales. Tienen como fuente general las xiilografías del libro “Aereoplastes theo-sophicus, sive, Eicones mysticae : rarâ solertiâ, ac sagacitate singulari effictae eæq́[ue] æri incisæ : integram veræ theosophias rationem mirâ dexteritate adumbrantes : euolutione Latinâ ex Sacris Scripturis, sanctis patribus, philosophis, oratoribus, historicis ac poëtis tàm Græcis quàm Latinis Christianis iuxtà atq[ue]; gentibus nunc illuminatæ, ac bonorum bono editæ”, publicado por Henricus Oraeus (1584-1646), en 1620.

[2] Cfr. Sevilla, Fr, Feliciano de, Los Angelicos principes del Empyreo, quantas y quales sean sus excelencias, Sevilla, 1707.

[3] Probasti Cor meum, et visitasti nocte: igne me examinasti, et non est inventa in me inquitas. Psal. XVI, 3.

[4] Omnes sitientes, venite ad aquas, et qui non habetis argentum, properate, emite, et comedite: venite, emite absque argento et absque ulla. Is LV, 1.

[5] Conserva me Domine, quoniam speravi in te, Psal, XV.

[6] El Enemigo por antonomasia es Satanás y los ángeles rebeldes; lo mismo que sus operadores y servidores. Son tomados como tales, los Islámicos y Judíos, lo mismo que los protestantes y herejes. Después de Cristo Profeta, sólo puede venir el Falso profeta por Él Anunciado. Judíos y musulmanes son negadores de la divinidad de Cristo, y no pueden tener ciudadanía en una ciudad en la que Cristo reina Sacramentado en el Sagrario. Los herejes protestantes fueron igualmente odiosos porque apolillaban la doctrina y mutilaban las Sagradas Escrituras, debilitando, así, el andamiaje de la Fe, y, por consiguiente poniendo en riesgo la salvación de la Ciudad de los Reyes, y del reino todo. De ahí la popularidad y concurrencia de los Autos de Fe en la Plaza Mayor, para ver perecer a quienes buscan la perdición de los que pertenecen a Cristo.

[7] Es innegable que el concepto dominante en la iconografía hispanoamericana religiosa, es el concepto bélico: Lucha espiritual, Lucha material, Lucha temporal, Lucha Sobrenatural. Urbes amuralladas, torres almenadas, ángeles sagitarios y arcabuceros. Hasta los emblemas políticos de conteneido paisajístico, como el que precede, indican que <<quiene protegen los jardines no pueden recrearse en ellos>>.

[8] Consultar la voz “Cardiomorfosis” en la Enciclopedia Católina online de Aci Prensa – EWTN.

[9] La zarza ardiente, tiene un desarrollo iconográfico y devocional, comúnmnete denominado Incendium amoris. Richard Rolle,uno de los máximos representantes de la mística inglesa,del que nace la idea del fuego divino en el alma.Partiendo de que lo Bueno es difusvo, el Sagrado Corazón de Jesús enciende de amor a los corazones humanos que lo frecuentan mediante los llamados “diálogos del corazon”, la Adoración al Santísimo Sacramento y la Sagrada Comunión, Son comunes en la iconografía peruana y mexicana los ofrecimientos del corazón devoto a Cristo amante. En esa misma línea están los romanceros espirituales para reglarse el alma con Dios, con las estaciones del vía crucis y diversas rimas sacras. Hay otra variantes llamada “Oratorio del Corazón”, que es la habrían practicado santa Rosa de Lima, el venerable Padre Castillo y Alonso Mesía y Bedoya.

[10] A partir de aquí, trataremos de acomodar, de la mejor manera posible, el discurso iconográfico para que diga, sin mayor complicación, lo que caracteriza a cada una de las órdenes religiosas que regentaban una iglesia-baluarte. Sumado a lo que pueda decirse de todas a la vez, y a lo se deba decir de cada una en particular, siempre apoyados en la fuentes históricas primarias, que han subsistido hasta nuestros días: pinturas y grabados, sermones, composiciones musicales e impresos varios. La única licencia que es lícita, es la manera de acomodarlas según la conveniencia y coherencia del discurso.

[11] Cfr. Contreras, Pbro, Juan Gabriel de, Despertador eucarístico, y delicioso convite, para que las almas enardecidas en el dulce amor de Jesus Sacramentado frecuenten la Eucarística Mesa, y se exerciten en afectos dulces y devotas oraciones antes y despues de la Sagrada Comunion, Madrid 1813. Una práctica famosa era la visita alos Sagrarios los jueves y los viernes.

[12] Valcalcel Daniel, Ibscher Gred, El actual Edificio de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Anexo, Lima, 1951.

[13] Varios Autores, Sermones de las almas del purgatorio: sacados de diversos y graves autores, Gerona 1767. Además consultar y confrontar la variadísima literaturadevocional y piadosa que existe en los repositorios digitales de las Universidades Norteamericanas.

[14] Además de otros de venerable antigüedad: Ave verum (siglo XIII), Homo quidam, O quam suavis est, Adoremus, Lauda Sion, entre otros.

[15] Marchese, Domenico Maria, (1634-1692), Vita della beata Rosa di Santa Maria, Peruana, del Terzo ordine di San Domenico, Nápoles 1688.

[16] Ataque del corsario holandés Jorin Van Sapilbergen.

[17] Cfr. Hernandez, Francisco Javier, El Alma victoriosa de la passion dominante por medio del examen particular, Valencia 1758.

[18] Cfr.Moncada S.J., Pedro de, Declamacion catholica por las benditas almas del purgatorio, Madrid, 1692.

[19] Aprobacion del M.R. P Fray Juan de Vaez del libro Templo de N. grande patriarca San Francisco de la Provincia de los Doze Apostoles de el Peru en la Ciudad de los Reyes : arruinado, restaurado, y engrandecido de la providencia divina. En panegyrico historial, y poetico certamen, publicado en Lima en 1765.

[20]


[21] Los dardos, saetas y sagitarios son abundantes en la pintura Virreinal. Dependiendo del caso, bien puede ser Castigo divino, dolores y gozos con los que se prueba el corazón de los fieles. En otros casos, aluden a la efectivad y destino individual y personalísimo de la cada uno de los sufrimientos de Cristo, y de la sangre que mana de sus Santas Llagas. Menos poéticos y de expresión más cruda son las flechas que salen de la boca del demonio, como “flechas de basilisco”. Dados los contextos es imposible confundir al emisor y al destinatio de los flechas. Como dice el docto Martinet en su “Emmanuel” , Madri, 1850, “la Eucaristía, es el arsenal donde se forjan las flechas que hieren el corazón de los esclavos del pecado. Si el estudio, y el silencio hacen la veces de predicador, la oración y el altar hacen veces del convertidor. (Pág, XI)

[22] La Vida de Cristo fue Crux Perpetua y Crux electa ab eterno.

[23] La idea de poner la “Cruz de los Improperios” en los muros pretiles de las Iglesias de Lima, era sugerir en al transeúnte este pensamiento <<Quebrantaste mi corazón a la vista de tu Pasión>>. Servían, también, de humilladero, para hacer el acto de contrición antes de pasar delante de la puerta abierta, que enfocaba al Santísimo Sacramento, cuando estaba expuesto. Además era un recordatorio del imperio de la muerte sobre todos, un Memento Mori que moviera al arrepentimiento por las propias faltas, y a la expiación de las de las Almas del Purgatorio, cuyos cuerpos yacían a los pies del caminante. Todo estaba orientado a mantener encendido, en el corazón, el fuego de la Caridad Ardiente.

[24] Cfr. Collaert, Guiliam, Flammulae amoris, S.P. Augustini versibus et iconibus exo.rnatae by Hoyer, Michael, 1593-1650; Augustine, Saint, Bishop of Hippo, Amberes, 1627

[25] Cfr, Obsigniato Cordis, Lectio XIII. Scola cordis. Sive aversi a deo cordis ad cumdem reductio, et instructio, Haeften, Benedictus van, (1588-1648), Amberes 1635

[26] Cfr. Vitale, O. F. M.,Salvatore ( 1581-1647) 1656, Teatro serafico delle stimmate di Christo, impresse, nel santo, immaculato, e virginal corpo del glorioso padre san Francesco, 1656.

[27] Cfr. Paleoto, Alphonos, Jesu Christi crucifixi stigmata sacrae sindoni impressa. Venecia.

[28] No hay soldado sin armadura, ni soldado que no pertenezca a un ejército, ni combate sin enemigo; ni asedio sin Plaza Fuerte, Real o Alcázar que se defienda; como tampoco hay nave que maree sin vela y sin gobernalle. Menos aún, sin puerto para atracar y fondeadero para ancorar. La pintura, la música y la retórica del Barroco, se articulan en torno de estas ideas fuerza: el “ílite cristiano revestido con la Armadura de la Fe”; “Las Legiones de ángeles”, “Las Legiones Infernales”, “el “Camino ancho” y , “La barca que navega en mar proceloso, que no naufraga” (Jonás y cristo durmiente) (porque en ella descansa el Salvador del Mundo), “La Nave Mística de la Iglesia”, “El Puerto de Salvación y la Jerusalén celeste”, en oposiciónión al obrador del mal, la legión de demonios y el Infierno. Si me permite el uso de términos modernos, diría que los Ángeles tienen los tipos de uniforme: El de Gran Gala y el de Combate. La Gala la Marca la toga y la túnica o la simple desnudez, cuando están en presencia de la Virtud, de la Inocencia o cuando proclaman una verdad o hacen anuncio. Las prendas militares los revisten cuando el Demonio Maldito, el Pésimo Satanás o Serpiente Antigua arremete con furia. En este trance, los Santos ángeles, y quien pertenece a Cristo, se revisten con la armadura de la fe, cuyo yelmo es la Gracia de Dios, la loriga es la Justicia, el Escudo es la convicción de lo que se cree, el cíngulo la verdad y las calzas, las preparatorias de la paz evangélica. La emblemática muestra dos tipos de ostentación triunfal la ostentación de las armas vencedoras (virtudes, fortaleza) y la ostentación de los despojos de los vencidos (vicio, la debilidad). El cristiano y los santos ángeles se abroquelan tras el escudo de la fe para detener las flechas del basilisco, y ahogan el fuego de la devastación y de la aniquilación que lanza el Dadrón ignívomo, con el Fuego Abrasador del Amor de Cristo, que vivifica, purifica y restaura (la comunión, el Purgatorio y la Gloria), que se hace metralla y munición en las espingardas y arcabuces de los Ángeles cuzqueños

[29] Villancico de Batalla compuesto por el Maestro de Capilla de la catedral de Lima, en el siglo XVIII.

[30] Colombo, Felipe, Madrid 1678, Vida de Fray Gonzalo Diaz de Amarante, Cfr. Capitulo VII - Patrocinio de la Virgen de la Merced 1615.

[31] Cfr. Ghinther, Anton, Currus Israel et Auriga ejus ducens hominem christianum per vias rectas. Augusta 1717.