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− | [[Archivo:Angel de la GuardaSmall.jpg|250px|thumb|left|]](vea también [[Fiesta de los Ángeles Custodios]]).
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− | [[la Iglesia | La Iglesia]] nunca ha [[definición teológica | definido]] que toda [[alma]] [[individuo, individualidad | individual]] tiene un ángel de la guarda, y, por consiguiente, no es un [[artículo de fe]]; pero es la “opinión de la Iglesia”, como [[San Jerónimo]] lo expresó: “qué grande la dignidad del alma, puesto que cada una tiene desde su nacimiento un [[ángeles | ángel]] encargado de guardarla” (Comm. en Matt. XVIIII, lib.II).
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− | [[Archivo:Guarda 1.jpg|250px|thumb|left|]]Esta [[creencia]] en los ángeles de la guarda puede encontrarse por toda la antigüedad; [[paganismo | paganos]], como Menandro y Plutarco (cf. [[Eusebio de Cesarea|Eusebio]], “Praep. Evang.”, XII), y [[neoplatonismo | neoplatónicos]], como Plotino, la sostuvieron. Fue también la creencia de los [[Babilonia | babilonios]] y [[Asiria | asirios]], como atestiguan sus monumentos, pues una figura de un ángel guardián ahora en el Museo Británico decoró antiguamente un palacio asirio, y podría servir bien para una representación moderna; mientras que Nabopolasar, padre de [[Nabucodonosor]] el Grande, dice: “Él (Marduk) envió una [[deidad]] tutelar ([[querubín]]) de [[gracia]] para ir a mi lado; en todo lo que yo hice, él hizo que mi trabajo tuviera éxito.”
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− | [[Archivo:Guardian angel.jpg|250px|thumb|left|]]En la [[Biblia]] esta [[doctrina cristiana | doctrina]] es claramente discernible y su desarrollo está muy claro. En [[Génesis]] 28-29, los ángeles no sólo actúan como los ejecutores de la [[ira]] de [[Dios]] contra las [[Sodoma y Gomorra | ciudades de la llanura]], sino que libran del peligro a [[Lot]]; en el [[Éxodo]] 12-13, un ángel es el conductor designado de las huestes de [[israelitas | Israel]], y en 32, 34, Dios le dice a [[Moisés]]: “mi ángel caminará delante de ti.” En un periodo muy posterior tenemos la historia de [[Tobías]], que podría servir como comentario a las palabras del [[Salmos | Sal.]] 91(90),11: “que él dará orden sobre ti a sus ángeles; de guardarte en todos tus caminos” (Cf. Sal. 34)33),8 y 35(34),5). Finalmente, en [[Libro de Daniel|Daniel]] se confía a diez ángeles el cuidado de distritos particulares; uno es llamado “príncipe del reino de los [[Persia|persas]]”, y [[San Miguel Arcángel|Miguel]] es denominado “uno de los grandes príncipes”; cf. [[Deuteronomio|Deut.]] 32,8 ([[Versión de los Setenta|Setenta]]); y [[Eclesiástico|Eclo.]] 17,17 (Setenta).
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− | Esto resume la doctrina del [[Antiguo Testamento]] sobre este punto; está claro que el Antiguo Testamento concebía a los ángeles de Dios como sus [[ministro]]s que llevaban a cabo sus órdenes, y a los que se daba a veces encargos especiales, relativos a [[hombre]]s o asuntos mundanos. No hay una enseñanza específica. La doctrina se da más bien por sabida que expresamente expuesta; cf. 2 [[Libros de los Macabeos|Mac.]] 3,25; 10,29; 11,6; 15,23.
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− | Pero en el [[Nuevo Testamento]] la doctrina se afirma con mayor precisión. Los ángeles son en todas partes los intermediarios entre [[Dios]] y el hombre; y [[Jesuctisto|Cristo]] selló el Antiguo Testamento al enseñar: “Guardaos de despreciar a uno de esos pequeños; porque yo os digo que sus ángeles en los [[cielo]]s ven continuamente el rostro de mi Padre que está en los cielos” ([[Evangelio según San Mateo|Mt.]] 18,10). Un doble aspecto de la doctrina se presenta aquí ante nosotros: incluso los niños pequeños tienen ángeles de la guarda, y estos mismos ángeles no pierden la [[visión beatífica | visión de Dios]] por el hecho de que tengan que cumplir una misión en la tierra.
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− | Sin extendernos en los diversos pasajes del Nuevo Testamento en que se insinúa la doctrina de los ángeles de la guarda, bastaría mencionar al [[ángeles | ángel]] que socorrió a Cristo en el [[Getsemaní|huerto]], y al ángel que libró a [[San Pedro]] de la [[prisión]]. [[Epístola a los Hebreos |Heb.]] 1,14 pone la doctrina en su luz más clara: “¿No son todos ellos [[espíritu]]s servidores con la misión de asistir a los que han de heredar la [[salvación]]?” Esta es la función de los ángeles de la guarda; están para conducirnos, si lo deseamos, al [[Reino de los Cielos]].
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− | [[Archivo:Angel-de-la-Guarda.jpg|250px|thumb|left|]][[Santo Tomás de Aquino|Santo Tomás]] nos enseña (Summa Theologica I:113:4) que sólo los órdenes inferiores de ángeles se envían a los hombres, y por consiguiente que sólo ellos son nuestros guardianes, aunque [[Juan Duns Escoto | Scoto]] y [[William Durandus|Durando]] dirían más bien que cualquiera de los miembros de la hueste angélica puede ser enviado a ejecutar las órdenes divinas. No sólo los [[bautismo|bautizados]], sino toda [[alma]] que viene al mundo recibe un espíritu guardián; [[San Basilio el Grande|San Basilio]], sin embargo (Homilía sobre el Salmo 43), y posiblemente [[San Juan Crisóstomo]] (Homilía 3 sobre los Colosenses) sostendrían que sólo los [[cristianismo| cristianos]] tenían ese privilegio. Nuestros ángeles de la guarda pueden actuar sobre nuestros sentidos (I:111:4) y sobre nuestra [[imaginación]] (I:111:3) ---no, sin embargo, sobre nuestras [[voluntad]]es, excepto “per modum suadentis”, es decir, trabajando sobre nuestro [[intelecto]], y así sobre nuestra voluntad, por medio de los sentidos y de la imaginación. (I:106:2; y I:111:2). Finalmente, no se separan de nosotros después de la muerte, sino que permanecen con nosotros en el cielo, no, sin embargo, para ayudarnos a alcanzar la salvación, sino “ad aliquam illustrationem” (I:108:7 ad 3am).
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− | '''Fuente''': Pope, Hugh. "Guardian Angel." The Catholic Encyclopedia. Vol. 7. New York: Robert Appleton Company, 1910. <http://www.newadvent.org/cathen/07049c.htm>.
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− | Traducido por Francisco Vázquez. rc
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− | '''Enlaces relacionados con Ángel de la Guarda'''
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− | Selección de enlaces e imágenes: [[José Gálvez Krüger]]
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− | [http://bvpb.mcu.es/es/catalogo_imagenes/grupo.cmd?posicion=2&path=915&presentacion=pagina] El ángel del peregrino : recuerdo de un viaje a Santiago...
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