Herramientas personales
En la EC encontrarás artículos autorizados
sobre la fe católica
Lunes, 25 de noviembre de 2024

Diferencia entre revisiones de «Bertrand de Margerie S.J.»

De Enciclopedia Católica

Saltar a: navegación, buscar
Línea 5: Línea 5:
 
[[Archivo:Historia doctrinal 2.jpg|300px|thumb|left|Historia doctrinal del culto orientado al Corazón de Jesús]]Escribía, por ejemplo en el tomo II de ese estudio: “El culto al Corazón eucarístico de Jesús ayuda al cristiano en la eterna ofrenda de sí mismo en el puro amor indefectible que acompañará la visión cara a cara, al Padre, al Hijo y al [[Espíritu Santo]] que son y serán siempre un solo [[Amor]].
 
[[Archivo:Historia doctrinal 2.jpg|300px|thumb|left|Historia doctrinal del culto orientado al Corazón de Jesús]]Escribía, por ejemplo en el tomo II de ese estudio: “El culto al Corazón eucarístico de Jesús ayuda al cristiano en la eterna ofrenda de sí mismo en el puro amor indefectible que acompañará la visión cara a cara, al Padre, al Hijo y al [[Espíritu Santo]] que son y serán siempre un solo [[Amor]].
  
El Padre de Margerie vivió en carne propia esta ofrenda – no sólo y primeramente – en la prueba física que acogió con coraje y fe durante largos años, sino sobre todo por el hecho de que no siempre fue apreciado en el seno de la misma [[Iglesia]] que amaba y de la Orden religiosa en la cual profesó. Esta marginación, las críticas irónicas de que fue objeto lo mantuvieron siempre sereno, aunque interiormente crucificado. Aplicó al pie de la letra la presunción del bien a la que todo jesuita es invitado, rehusándose a ver, aún en sus peores enemigos, ni una pizca de malicia. Sufrió en el silencio de su corazón, víctima, como el cardenal de Lubac antes que él del ostracismo que golpeó a menudo a los más sorprendentes servidores de la Iglesia, en un período de crisis y conmoción. A veces, subrayaba, con su risita inimitable y chispeante, las dificultades enfrentadas en la aparición de una obra, ya que solicitaba siempre, obedientemente, la autorización para publicar. Esta serenidad en la prueba, su elección imposible de desarraigar de salvar siempre, en el adversario, la mínima parcela de bondad y de verdad, son ciertamente los rasgos característicos de la santidad ordinaria vivida cotidianamente.
+
[[Archivo:Corazón de María.jpg|300px|thumb|left|Corazón de María, Corazón de la Iglesia]]El Padre de Margerie vivió en carne propia esta ofrenda – no sólo y primeramente – en la prueba física que acogió con coraje y fe durante largos años, sino sobre todo por el hecho de que no siempre fue apreciado en el seno de la misma [[Iglesia]] que amaba y de la Orden religiosa en la cual profesó. Esta marginación, las críticas irónicas de que fue objeto lo mantuvieron siempre sereno, aunque interiormente crucificado. Aplicó al pie de la letra la presunción del bien a la que todo jesuita es invitado, rehusándose a ver, aún en sus peores enemigos, ni una pizca de malicia. Sufrió en el silencio de su corazón, víctima, como el cardenal de Lubac antes que él del ostracismo que golpeó a menudo a los más sorprendentes servidores de la Iglesia, en un período de crisis y conmoción. A veces, subrayaba, con su risita inimitable y chispeante, las dificultades enfrentadas en la aparición de una obra, ya que solicitaba siempre, obedientemente, la autorización para publicar. Esta serenidad en la prueba, su elección imposible de desarraigar de salvar siempre, en el adversario, la mínima parcela de bondad y de verdad, son ciertamente los rasgos característicos de la santidad ordinaria vivida cotidianamente.
  
 
Su defensa de Cristo lo condujo a defender, también, a aquellos que consideraba que eran víctimas de su incomprensión o persecución. ¡Cuántas almas y espíritus habrá ayudado cuando se debatían en las tinieblas contemporáneas! Pero para levar a cabo esta tarea, nunca se enfrascó en contiendas ideológicas. Volvía sin cesar al Corazón de Cristo, conduciendo a la persona a la contemplación misma del Cordero eucarístico. Estaba persuadido de que el deseo profundo de todo hombre entregado a Cristo era “acoger, abrazar, reconstruir, unificar, recapitular todas las realidades como todas las verdades reveladas en el Corazón traspasado de Cristo crucificado con el fin de terminar así el misterio de la redención universal” (Cristo para el mundo, edición francesa, p. 342).
 
Su defensa de Cristo lo condujo a defender, también, a aquellos que consideraba que eran víctimas de su incomprensión o persecución. ¡Cuántas almas y espíritus habrá ayudado cuando se debatían en las tinieblas contemporáneas! Pero para levar a cabo esta tarea, nunca se enfrascó en contiendas ideológicas. Volvía sin cesar al Corazón de Cristo, conduciendo a la persona a la contemplación misma del Cordero eucarístico. Estaba persuadido de que el deseo profundo de todo hombre entregado a Cristo era “acoger, abrazar, reconstruir, unificar, recapitular todas las realidades como todas las verdades reveladas en el Corazón traspasado de Cristo crucificado con el fin de terminar así el misterio de la redención universal” (Cristo para el mundo, edición francesa, p. 342).

Revisión de 08:51 14 jun 2011

Embajador de Cristo. Autobiografía
Nació en París en 1923. Originario de una familia tradicionalmente relacionada con los rangos más altos de las Relaciones Exteriores, el Padre de Margerie no eligió, sin embargo, la carrera diplomática, sino la Compañía de Jesús, dando muestras de estar por influenciado por el agnosticismo que lo rodeaba. Entonces, decidió consagrar verdaderamente toda su vida a Cristo, no sólo de palabra, sino por sus actos y por sus escritos. Fue un escritor prolijo que abarcó casi todos los ámbitos de la Teología. Su pensamiento claro y riguroso, nutrido de las Sagradas Escrituras, de San Agustín, y de los Padres de la Iglesia, de Santo Tomás de Aquino – su bienamado maestro – los de místicos, de John Henry Newman, y de los textos del Magisterio, nunca se cansó de exponer, con detalle objetivo y la sutileza de múltiples referencia históricas, a Aquel en quien creía con todo su ser: Jesucristo.
Historia doctrinal del culto al Corazón de Jesús
Porque especializado sobre todo en Teología dogmática, eligió como terreno de predicación la cristología. Dos de sus obras esenciales, “Cristo para el mundo” (1971) y “Las perfecciones de Dios en Jesucristo” (1981) tienen como tema la persona de Cristo. Esta consagración única, digna de un verdadero hijo de San Ignacio de Loyola, lo condujo a redactar, en los últimos años, sus dos volúmenes sobre la “Historia doctrinal del culto al Corazón de Jesús”. Una vida y una obra unidas a Cristo.
Historia doctrinal del culto orientado al Corazón de Jesús
Escribía, por ejemplo en el tomo II de ese estudio: “El culto al Corazón eucarístico de Jesús ayuda al cristiano en la eterna ofrenda de sí mismo en el puro amor indefectible que acompañará la visión cara a cara, al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo que son y serán siempre un solo Amor.
Corazón de María, Corazón de la Iglesia
El Padre de Margerie vivió en carne propia esta ofrenda – no sólo y primeramente – en la prueba física que acogió con coraje y fe durante largos años, sino sobre todo por el hecho de que no siempre fue apreciado en el seno de la misma Iglesia que amaba y de la Orden religiosa en la cual profesó. Esta marginación, las críticas irónicas de que fue objeto lo mantuvieron siempre sereno, aunque interiormente crucificado. Aplicó al pie de la letra la presunción del bien a la que todo jesuita es invitado, rehusándose a ver, aún en sus peores enemigos, ni una pizca de malicia. Sufrió en el silencio de su corazón, víctima, como el cardenal de Lubac antes que él del ostracismo que golpeó a menudo a los más sorprendentes servidores de la Iglesia, en un período de crisis y conmoción. A veces, subrayaba, con su risita inimitable y chispeante, las dificultades enfrentadas en la aparición de una obra, ya que solicitaba siempre, obedientemente, la autorización para publicar. Esta serenidad en la prueba, su elección imposible de desarraigar de salvar siempre, en el adversario, la mínima parcela de bondad y de verdad, son ciertamente los rasgos característicos de la santidad ordinaria vivida cotidianamente.

Su defensa de Cristo lo condujo a defender, también, a aquellos que consideraba que eran víctimas de su incomprensión o persecución. ¡Cuántas almas y espíritus habrá ayudado cuando se debatían en las tinieblas contemporáneas! Pero para levar a cabo esta tarea, nunca se enfrascó en contiendas ideológicas. Volvía sin cesar al Corazón de Cristo, conduciendo a la persona a la contemplación misma del Cordero eucarístico. Estaba persuadido de que el deseo profundo de todo hombre entregado a Cristo era “acoger, abrazar, reconstruir, unificar, recapitular todas las realidades como todas las verdades reveladas en el Corazón traspasado de Cristo crucificado con el fin de terminar así el misterio de la redención universal” (Cristo para el mundo, edición francesa, p. 342).

Ajeno a las luchas partidarias y enamorado de Cristo traspasado, no temía ningún juicio humano. En su libro sobre el misterio delas Indulgencias (1999) publicado con ocasión del Jubileo y de la concesión – por parte de Juan Pablo II, de indulgencias plenarias, consigno algunas frases de su diario de retiro de 1933. “Espíritu de Verdad, mi Confirmador, te agradezco haberme confirmado y fortificado para defender delante de los hombres las doctrinas de la Iglesia, entre las que está la de las Indulgencias, fruto de la Sangre Preciosa de Cristo, teñidas de esta Sangre infinitamente preciosa” (p. 11). Esta spalabras resumen toda su línea de conducta, de la que los lectores de “France Catholique” pueden dar testimonios leyendo en sus columnas: había aceptado ser Embajador de Cristo, con la ingrata tarea, en estos tiempos, de defender los tesoros de la Iglesia despreciados o dilapidados por los miembros de esta misma Iglesia. Los más grandes teólogos de la segunda mitad del siglo siguieron todos un Via Crucis idéntico: Henri de Lubac, hans Urs von Balthasar, Louis le Guillou, Charles Journet, Paul Toinet, Louis Bouyer… Bertrand de Margerie merece un lugar a su lado.

Debía dictar, en julio de 2003, un nuevo curso en los Estados Unidos, sobre San Agustín esta vez “¡esfuerzo menos técnico que un curso sobre Santo Tomás!” agregaba con humor dirigiéndose a un amigo. Preparaba la publicación de dos obras de las cuales, una, sobre el rol de la Bienaventurada Virgen María en la Redención, hacía surgir oposiciones tenaces. Pero debió dejar sobre su mesa de trabajo sus esquemas. Tuvo la precaución, en las dos últimas semanas en que se vio progresivamente disminuido, de preparar su continuación sin él.

Y luego se produjo la zambullida hacia lo alto de este enamorado de Cristo: “Hay que sumergirse en el Corazón de Cristo Jesús, Corazón, Corazón que es nuestra víctima, nuestra Satisfacción y la fuente de toda nuestra consolación (“Abrirse a la Misericordia”, 1982, p. 212). Vive finalmente. Dejó de morir. Falleció en París el 4 de julio de 2003

François Thomas S.J.

Traducido del francés por José Gálvez Krüger



Enlaces internos

[1] Crítica del Padre Bertrand de Margerie, S.J. al libro de Jon Sobrino, S.J. “Jesús en América Latina su significación para la fe y la cristología”.

[2] Los Padre de La Iglesia comentan el Credo.

[3] ACI Prensa publica en exclusiva traducción de José Gálvez Krüger del libro de experto mariólogo.

[4] El Corazón de María es el corazón de la Iglesia.

[5] La angelología en Daniel.

[6] La sucesión apostólica.

[7] El Corazón de Jesús, principio y término de nuestra reconciliación penitente.

[8] No se haga mi voluntad sino la tuya.

[9] Las lágrimas de Cristo.

[10] Curación del Corzón humano por el Corazón de Jesús (I).



Bibliografía del Padre Bertrand de Margerie

El misterio de san José, esposo y padre, en el pensamiento del padre Josè de Verthamont, Estudios Josefinos 56 (2002, 111) 67-83

Les saints prophètes du Christ prophète, (François-Xavier de Guibert), Paris 2002, 184 pp.

Newman on the conversion of St. Paul, The Month (May 2000)[im Internet]

Le Christ des Pères, prophète, prètre et roi(Cerf) (coll. Initiations aux Pères de l'Eglise), Paris 2000, 217 pp.

Le mystère des indulgences, (Lethielleux) Paris 1999, 240 pp. Les Pères de l'Eglise commentent le Credo, (Cerf; coll. Initiation), Paris 1998, 130 pp.

Histoire doctrinale de l'abandon à la Providence, (Téqui) Paris 1997, 298 pp.

Ambassadeur du Christ. Autobiographie. Vers une Église pleinement eucharistique, (Ed. Fr. X. de Guibert) Paris 1997, 229 pp.

Saint Jean de la Croix, contemplatif du mystère Pascal, in: D. Poirot (ed.), Jean de la Croix: Connaissance de l'homme et mystère de Dieu, Paris (Cerf) 129-150,

Thérèse des Andes, éducatrice de notre joie en Dieu, in: Sainte Thérèse des Andes: postface à sa Correspondance, Paris (Cerf), 1995, p. 511-516,

Breves observations sur le symbolisme thomiste du Coeur dans l'encyclique »Haurietis aquas in gaudio (1956)«, Doctor communis 48 (1995) 87-,

Histoire doctrinale du culte envers le coeur de Jésus, t. 2: L'amour devenu lumière, (Ed. Saint Paul), Paris 1995,

L'agir pascal, commandement suprême de la Nouvelle Alliance. Réflexions dans le contexte de Veritatis Splendor, Studia Moralia 32 (1994) 163-168,

S. Joseph, modèle et médiateur du mariage spirituel avec Marie, Cahiers de Joséphologie, 42 (1994) 19-52,

L'Esprit vient du Père par le Fils: réflexions sur le monopatrisme catholique, Orientalia Christiana Periodica 60 (Roma 1994) 337-362,

Réflexions bibliques et chrétiennes sur la Shoah, Nova et Vetera, 68 (1993) 172-192, Mélanges anthropologiques à la lumière de saint Thomas d'Aquin, ed. Mame, Paris 1993, 329 pp.

Saint Jean de la Croix contemplatif du mystère pascal, in: Jean de la Croix connaissance de L'homme et mystère de Dieu, Paris 1993, 129-150,

Ignace maître de béatitude, Vie consacrée (1992), 38-46,

Sainteté et péché aux origines de l'humanité, Paris 1992, 63 pp.,

Réflexions bibliques et chrétiennes sur la «Shoah», Nova et Vetera 68 (1993) 172-192.

Heart of Mary, Heart of the Church, Washington N. J. 1992 (Ami Press),

Histoire doctrinale du culte au coeur de Jésus, Paris (Mame) 1992, t. 1

Praeparatio cordis ad plura perferenda. S. Augustinus, De Sermone Domini in Monte 1, 19, 50 et 20, 66 (Mt 5, 39 ss.),

Sobre el Espíritu Santo y la vida cristiana, Scripta Theologica 24 (1992) 993-1004; Heart of Christ, revelation of the Heart of the Father according to Luther, Faith and Reason 1991, 109-114,

A propos de trois difficultés dans "Humanae Vitae", L'homme nouveau (Oct. 1991) 9-11, Eucharistie et Communauté dans la Règle de saint Augustin, Augustiana (1991), 507-530,

Dictionnaire Marial, C. L. D., Tours, en collaboration avec R. Pamet et G. Bovaud, 1991, La justice sociale stimule l'offrande quotidienne de l'Apostolat de la Prière, Studi Tomistici (1991), 435-440,

Les grands auteurs religieux dans la littérature classique du Portugal. Didaskalia. Revista da faculdade de teologia de Lisboa 21 (1991),

Le péché des origines, Revue Thomiste, 91 (1991) 624-650,

Le sermon sur la Montagne, Bulletin Fidélité et Ouverture 112 (1991), 8-17,

Introduction à l'histoire de l'exégèse: t. IV L'Occident latin, Cerf, Paris 1990, 286 pp.

La femme à l'ombre d'Ève et à la lumière de Marie, Ètudes mariales (1990), 163-183,

Liberté civile et obligation éthique en matière religieuse, Vie spirituelle (1990), 355-371,

Die derzeitigen christologischen Tendenzen, Theologisches (1989) Sp. 56-61,

Du confessionnal en littérature: huit écrivains français devant le sacrement de pénitence: Chateaubriand, Lamartine, Vigny, Verlaine, Huysmans, Claudel, François de Sales, Bossuet, Paris, (Ed. Saint-Paul-FAC), 1989, 244 pp.

"Vous ferez ceci en mémorial de moi": annonce et souvenir de la mort du Ressuscité, Bellarmin, Montréal, et Beauchesne, Paris 1989, 365 pp.

Three suggestions about the study and diffusion of the biblical commentaries of the Fathers, Doctor Communis 42 (1989) 185-,

Communion quotidienne et confession fréquente, Paris (Resiac) 1988, 127 pp. Ecône: comment dénouer la tragédie? Réflexions théologiques et pastorales, Paris (Téqui) 1988, 109 pp.

La connaissance rationelle de Dieu dans la pensée de Saint Thomas d'Aquin, Divus Thomas (Piacenza) 91 (1988) 23-71,

Double consciousness of Christ, Faith and Reason (1988), 13-27, Le principe de subsidiaritè vaut-il dans la société ecclésiale?, Doctor Communis, 41 (1988) 76-78,

La liberté religieuse et le règne du Christ, Paris (Cerf) 1988, 134 pp. L'âme humaine selon Thomas le théologien, in: L'anima nell antropologie di S. Tommaso d'Aquino, 1987, 181-200,

L'eschatologie du R. P. Libânio, Doctor Communis 85 (1987), 85-90,

L'Ancienne Alliance n'a jamais été révoquée, Revue Thomiste 87 (1987) 203-242,

«Expleto terrestris vitae cursu»: l'Assomption, prix remporté par la course spirituelle de Marie, sans cesser d'être un privilège gratuit, Marianum 49 (1987) 296-355,

Vers une relecture du concile de Florence grâce à la reconsidération de l'Ecriture et des Pères grecs et latins, Revue Thomiste, 86 (1986) 31-81;

Das ewige Leben [= Übersetzung von "La Vie éternelle"; deutsch von J. Stöhr], Theologisches, Nr. 192, (April 1986), Sp. 6979-6983,

Le troisième jour, selon les Écritures. Il est ressucité, Revue des Sciences Rélig. 6 (1986), 158-188,

Structure Littéraire et intérêt théologique du testament de Louis XVI, Bulletin de l'Association de la Noblesse française 187 (1986), 46-62,

Vers une relecture du Concile de Florence (Écriture, Pères), Revue Thomiste 86 (1986), 31-81,

La mission sacerdotale de retenir les péchés en liant les pécheurs (suite), Revue des Sciences Religieuses 59 (1985) 119-146,

La mission sociale de la Noblesse suivant Pie XII, Bulletin de l'Association d'Entraide de la Noblesse française 184 (1985), 55-69,

Saint Joseph, modèle et médiateur du mariage spirituel avec la Vierge Marie, Marian Library Studies 17-23 (1985-1991)(=Mater fidei et fidelium. Collected Essays to honor Théodore Koehler on His 80th Birthday, University of Dayton) 642-672,

"Hoc facite in meam commemorationem" (Lc. 22, 19). Les exégèses des Pères préchalcedoniens (150-451), Divinitas 28 (1984) 43-70,

La foi, mystère de foi, révélé par Dieu, Divinitas 28 (1984) 276-283, Jean-Paul II opte pour les pauvres, Comment? Cultures et Développement 16 (1984), 97-110

Introduction à l'histoire de l'exégèse : t. II Les Premiers Grands Exégètes latins, (Cerf), Paris 1983, 196 pp.; trad. angl.: St. Beda Pubns, 1996, 161 pp. (ASIN 1879007134)

Introduction à l'histoire de l'exégèse : t. III Saint Augustin, (Cerf), Paris 1983, 204 pp. La maternité spirituelle de Marie dans le passé, le présent et l'avenir de l'Eglise et du Monde, Marianum 46 (1984) 76-111; EphMar 31 (1981) 131-138,

La Mission Sacerdotale de retenir les Péchés en liant les Pécheurs, Revue des Sciences Religieuses 58 (1984) 300-317; 59 (1985) 34-146,

L'analogie dans l'oecuménicité des Conciles, notion clef pour l'avenir de l'oecuménisme, Revue Thomiste 84 (1984) 425-445,

Nescience, Science et Sagesse de Marie selon Suárez. De Culto Mariano sec. XVI, V, 1984, 329-364,

De la science du Christ. Science, préscience et conscience, méme prépascales du Christ Rédempteur, Doctor Communis 36 (1983) 123-158,

Introduction a l'Histoire de l'Exégèse, III, Saint Augustin, Paris 1983,

La vie éternelle, Les croisés du purgatoire 37 (1983) 11-14,

Mort sacrificielle du Christ et Peine de Mort, chez Thomas d'Aquin, Rev. Thomiste 83 (1983), 395-417,

Rez. zu: Garrigues, J.-M., L'Esprit qui dit «père!». L'Esprit-Saint dans la vie trinitaire et le problème du Filioque, (P 1981) (vgl. ThR 79 (1983) 83; in: OrChrP 49 (1983) 153-163),

Rez. zu: Guillet SJ, Jacques, La Foi de Jésus-Christ. Collection «Jésus et Jésus-Christ», dirigée par J. Doré, Paris 1980, in: Divinitas 26 (1982) 106-107,

Réflexions sur les tendances actuelles en christologie, Divinitas 26 (1982) 162-179,

S'ouvrir à la Miséricorde. Le Sacrement de pénitence, Paris (FAC) 1982. En collaboration avec P. Toinet, p. 173-213,

The Christian Trinity in History. Translated by Edmund J. Fortman. Studies in Historical Theology, vol. 1, Still River, MA 1982,

A quelles conditions, d'après Lumen Ecclesiae (§ 15-18) une philosophie peut-elle servir d'instrument à l'élaboration d'une christologie catholique?, in: in: AA. VV., Prospettive Teologiche Moderne, Libreria Edtrice Vaticana 1981, (Atti del'VIII Congresso Tomistico Internationale; Studi Tomistici, 13), 191-206;

Les perfections du Dieu de Jésus-Christ. Le Dieu incompréhensible se fait connaître, Paris (Cerf) 1981, 489 pp. [Rez.: José Miguel Odero, Scripta Theologica, 15, (1983) 332-336]

L'Esprit-Saint dans les formules sacramentelles. 'Credo in Spiritum Sanctum', t. II, 1057-1079 (Atti del Congr. Intern. di Pneumatologia, Romae 1982),

Retraite théologique: avec des exercises de saint Ignace de Loyola, Résiac 1981, 342 pp.

Introduction à l'histoire de l'exégèse, t. I: Les pères grecs et orientaux, Paris 1980. 330 pp.; t. II: Les premiers grands exégètes latins, Paris 1983; t. III: Saint Augustin, Paris 1983; t. IV: L´Occident, Latin, Cerf 1990 (=Introduzione alla storia dell'esegesi, tr. E. Peretto - G. Maschio, 2 vol., Roma 1983-1984)

L'Eglise peut-elle definir dogmatiquement la maternité spirituelle de Marie?, Marianum 43 (1981) 394-418; Marianum 44 (1982) 394-418,

L'humanisme sacramentel, in: Le Mystère du Cœur du Christ, Paris 1981, 221-238

The Sacraments et social progress, Franciscan Herald Press, 198 pp.

Das Recht der Ungeborenen auf das ewige Leben, Theologisches 117 (1980) Sp.3465-Sp.3467;

Réflexions sur la Trinité "économique et immanente", Esprit et Vie 90 (1980) 177-184; 209-218,

Vers la plénitude de la communion, Paris (Téqui) 1980, 197 pp.

The Human Knowledge of Christ, Boston/USA (Saint-Paul) 1980,

Marie, l'Église et l'Eucharistie dans la théologie du XVIIe siècle, Études Mariales 36-37

(1979-1980) 93-102,

Remarried divorcies and Eucharistric Communion, (Daugthers of st. Paul) Boston/USA 1980,

Les Divorcés remariés face à l'Eucharistie, (Téqui) Paris 1979, 102 pp. (Extr. de: Esprit et Vie 40-41, 43 (1977),

Les rapports de la liberté et de l'analogie dans la connaissance rationelle que nous pouvons avoir de Dieu, Divinitas 22 (1978) 374-379,

La Trinité chrétienne dans l'histoire. Les principales théses, Divinitas 21 (1977) 69-79, Sacrements et développement intégral, (Téqui) Paris 1977, 196 pp. (Prix Trubert de l'Académie française 1978)

Worship of the physical heart of Christ, Homiletic and Pastoral Review (Juni 1077) 26-32 Herz-Jesu-Verehrung, Theologisches (Dez. 1976) Sp. 1977-,

Convictions morales du peuple de Dieu, Documents Paternité 185 (1976), 3-32,

Los carismas otorgados a la Iglesia por el Espíritu Santo, don de Dios, in: Semanas de Estudios Trinitarios, t. 10 (Los carismas en la Iglesia) (Sal 1976) 191-216,

La Trinité chrétienne dans l'histoire, Paris 1975 (Beauchesne), 499 pp. (coll. Bibl. de théol. historique, 31) (auch engl.)[Rez.: Jaschke, Hans-Jochen, MüThZ 27 (1976) 419-422],

Analyse structurale d'un texte de saint Fulgence de Ruspe, Revue des Études Augustiniennes 22 (1975), 90-94,

Ecumenical Agreements on the Eucharist, Doctrine and Life (Dublin) 24 (1974), 115-124, 171-178, La sécurité temporelle du juste, in: San Tommaso e l'odierna problematica teologica, Città Nuova Editrice 1974, (Studi Tomistici, 2) 283-306,

Relations humaines et relations divines. Réflexions sur la Trinité économique et immanente, Divinitas 18 (1974) 5-39; [dass. in: Esprit et Vie 90 (1980) 177-184; 209-218],

S. Robert Bellarmin, prédicateur et théologien de la fonction de la prédication dans l'économie dusalut, Divinitas 17 (1973), 74-78,

Christ, Creator, Redeemer and Rewarder of Human Sexuality, in connection with priestly celibacy, Social Justice Review, St. Louis 1973, 184-194,

La doctrine de Saint Augustin sur l'Esprit Saint comme communion et source de communion, Augustinianum 12 (1972) 107-119,

L'analogie familiale de la Trinité, Science et esprit Ecclesiastiques 24 (1972) 77-92;

Le Coeur de l'Agneau de Dieu, Rome, Secrétariat de l'Apostolat de la Prière, 1972,

Le Christ pour le monde, Paris (Beauchesne) 1971, 483 pp. (Prix Montyon de l'Académie française, 1971); (auch engl. Span. portug.) mentionné par Paul VI (Oss. Rom., 30. 3. 1972),

Comment expliquer la réussite du Curé d'Ars?, Prêtre et Pasteur (Montréal) 74 (1971) 329-335 et 353-358,

Crise dans l'Église et Progrès de l'Église, Revue eucharistique du clergé (Montréal) 73 (1970), 114-118,

Joseph et Pierre dans l'économie du salut, Cahiers de Joséphologie (Montréal) 18 (1970), 195-211,

Reinhold Niebuhr, théologien de la communauté mondiale, (DDB, coll. Musaeum Lessianum) Paris 1969, 432 pp.,

Le Christ, la sécularisation et la consécration du monde, NouvRevthéol 91 (1969) 370-395,

Sacerdoce à temps partiel ou à plein temps, Revue euch. du clergé (Montréal) 1969, 458-462,

Médaille Miraculeuse, instrument d'évangélisation?, 'Médaille Miraculeuse', 66-67 (1968), 8-9, 18-19,

Le coeur de Marie, coeur de l'Église. Essai de synthèse théologique, EphMar 16 (1966) 189-227, (auch engl.)

Le coeur de Marie, coeur de l'Eglise. Essai de synthèse théologique, Paris (Lethielleux) 1967, 88.p., ed. 2 revue et augmentée: 1993 (éd. P. Téqui), 130 pp. , [engl.: Ami, 60 pp.]

Diálogo de Paolo VI, Cadernos Brasileiros 1965, 78 92,

La mariologie «existentielle» de saint Robert Bellarmin, Marianum 26 (1964) 344-

Mission des Confesseurs et conscience sociale, Studia Moralia (1964), 277-291 , Le clergé au Brésil aujourd'hui et demain, Rythmes du Monde 37 (1963), 217-228,

Os Judeus na catequese e nos missais do Brasil, Catequese 1963, 475-487,

Culture des Vocations au Confessional, Seminarium 2 (1963), 3-12,

L'intérêt théologique du 'De mortalitate' de saint Cyprien, 'Sciences ecclesiastiques' (Montréal) 15 (1963), 199-211,

Pio XII em face da Arte e dos Artistas, A Ordem 67 (1962), 327-338,

Lumières nouvelles sur GHn 2, 18-24: création d'Ève, Revista de Cultura biblica 5 (1961) 473-486,

Mes conversations pékinoises avec le P. G. M. Allegra, en 1945-1946,