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Sábado, 23 de noviembre de 2024

Diferencia entre revisiones de «Calixto II, Papa»

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Se desconoce su fecha de nacimiento. Murió el 13 de diciembre de 1124. Su reinado, que comenzó el 1 de febrero de 1119, se distingue por la terminación de la controversia de las Investiduras que había comenzado en tiempos de Gregorio VII y se había prolongado con los mismos resentimientos durante el último cuarto del siglo once y los primeros años del doce. Guido, así se llamaba antes de ser elevado al papado, era hijo del conde Guillermo de Borgoña y tanto por su padre como por su madre estaba relacionado con casi todas las casas reales de Europa. Su hermano Hugo había sido nombrado arzobispo de Besançon, él mismo de Vienne (1088), y después nombrado legado papal en Francia por Pascual II. Mientras Guido permaneció en su oficio, Pascual II, cediendo a las amenazas de Enrique V, produjo el "Privilegium" (1111) por el que cedía mucho de lo que había conseguido  Gregorio VII, pero esas concesiones fueron recibidas con oposición violenta en todas partes, sobre todo en Francia, donde la oposición era dirigida por Guido, el legado papal, que había estado presente en el Concilio Laterano (1112) y a su vuelta a Francia convocó una asamblea en Vienne de los obispos franceses y borgoñones, donde se denunció la investidura de los clérigos como herética. Se pronunció una sentencia de  excomunión contra Enrique V porque se había atrevido a conseguir del papa, por la violencia, un acuerdo contrario a los intereses de la iglesia. Estos decretos fueron enviados a Pascual II para su confirmación, que se recibió de forma general el 20 de octubre de 1112 (Hardouin, VI, 2, 1916). Al parecer Gruido fue creado cardenal más tarde por Pascual II, aunque éste no parecía estar muy feliz con sus ataques a Enrique V. A la muerte de Pascual II ( 21 enero 1118), fue elegido Gelasio II, aunque fue apresado por los aliados italiano de Enrique V y tras ser liberado por el populacho, huyó a Gaeta, donde fue coronado solemnemente. Enrique V exigió la confirmación del "Privilegium", pero al no recibir una contestación satisfactoria, nombró un antipapa (Gregorio VIII), arzobispo de Braga, Burdinus, que ya había sudo depuesto y excomulgado por haber coronado emperador a Enrique en Roma (1117). Gelasio excomulgó enseguida tanto al antipapa como al emperador, pero fue obligado a huir y se refugió en el monasterio de Cluny, donde murió  (enero 1119). Cuatro días tras la muerte de Gelasio (1 de febrero) y debido a las maniobras del cardenal Cuno, Guido fue elegido papa, asumiendo del nombre de Calixto II, siendo coronado en Vienne el 9 de febrero de 1119. Su elección fue recibida en todas partes con aprobación y se esperaba que, por su cercana relación con las familias reales de Alemania, Francia Inglaterra y Dinamarca, se pudiera llegar a un acuerdo favorable sobre la controversia que había distraído durante tanto tiempo a la iglesia. Hasta Enrique V recibió al legado papal en Estrasburgo y mostró claramente que no se oponía a la paz, al mismo tiempo que se retiraba el apoyo al antipapa. También se acordó que papa y emperador se reunieran en Mousson. Calixto celebró un sínodo en Toulouse en 1119 (8 de junio) principalmente para promover reformas disciplinarias en la iglesia francesa y en octubre del mismo año otro en Reims que había sido contemplado en los arreglos preliminares hechos entre el emperador  y el embajador papal en Estrasburgo. Luis VI y la mayoría de los barones de Francia asistieron al concilio, compuesto de más de 400 obispos y abades. Se había acordado que durante el concilio, el papa y el emperador tuvieran una reunión en Mousson y para cumplir este compromiso Enrique V llegó a Mousson, pero no sólo, como se había acordado, sino con un ejército de más de 30.000 hombres. Calixto II salió de Reims camino de Mousson, pero al saber de lo que parecían  preparaciones de guerra por parte del emperador, y temiendo que se utilizara la fuerza para conseguir de él concesiones perjudiciales, volvió a Reims a toda prisa.  
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Se desconoce su fecha de nacimiento. Murió el 13 de diciembre de 1124. Su reinado, que comenzó el 1 de febrero de 1119, se distingue por la terminación de la controversia de las Investiduras que había comenzado en tiempos de Gregorio VII y se había prolongado con los mismos resentimientos durante el último cuarto del siglo once y los primeros años del doce. Guido, así se llamaba antes de ser elevado al papado, era hijo del conde Guillermo de Borgoña y tanto por su padre como por su madre estaba relacionado con casi todas las casas reales de Europa.  
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Su hermano Hugo había sido nombrado arzobispo de Besançon, él mismo de Vienne (1088), y después nombrado legado papal en Francia por Pascual II. Mientras Guido permaneció en su oficio, Pascual II, cediendo a las amenazas de Enrique V, produjo el "Privilegium" (1111) por el que cedía mucho de lo que había conseguido  Gregorio VII, pero esas concesiones fueron recibidas con oposición violenta en todas partes, sobre todo en Francia, donde la oposición era dirigida por Guido, el legado papal, que había estado presente en el Concilio Laterano (1112) y a su vuelta a Francia convocó una asamblea en Vienne de los obispos franceses y borgoñones, donde se denunció la investidura de los clérigos como herética.  
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Se pronunció una sentencia de  excomunión contra Enrique V porque se había atrevido a conseguir del papa, por la violencia, un acuerdo contrario a los intereses de la iglesia. Estos decretos fueron enviados a Pascual II para su confirmación, que se recibió de forma general el 20 de octubre de 1112 (Hardouin, VI, 2, 1916). Al parecer Gruido fue creado cardenal más tarde por Pascual II, aunque éste no parecía estar muy feliz con sus ataques a Enrique V. A la muerte de Pascual II ( 21 enero 1118), fue elegido Gelasio II, aunque fue apresado por los aliados italiano de Enrique V y tras ser liberado por el populacho, huyó a Gaeta, donde fue coronado solemnemente. Enrique V exigió la confirmación del "Privilegium", pero al no recibir una contestación satisfactoria, nombró un antipapa (Gregorio VIII), arzobispo de Braga, Burdinus, que ya había sudo depuesto y excomulgado por haber coronado emperador a Enrique en Roma (1117).  
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Gelasio excomulgó enseguida tanto al antipapa como al emperador, pero fue obligado a huir y se refugió en el monasterio de Cluny, donde murió  (enero 1119). Cuatro días tras la muerte de Gelasio (1 de febrero) y debido a las maniobras del cardenal Cuno, Guido fue elegido papa, asumiendo del nombre de Calixto II, siendo coronado en Vienne el 9 de febrero de 1119. Su elección fue recibida en todas partes con aprobación y se esperaba que, por su cercana relación con las familias reales de Alemania, Francia Inglaterra y Dinamarca, se pudiera llegar a un acuerdo favorable sobre la controversia que había distraído durante tanto tiempo a la iglesia. Hasta Enrique V recibió al legado papal en Estrasburgo y mostró claramente que no se oponía a la paz, al mismo tiempo que se retiraba el apoyo al antipapa. También se acordó que papa y emperador se reunieran en Mousson. Calixto celebró un sínodo en Toulouse en 1119 (8 de junio) principalmente para promover reformas disciplinarias en la iglesia francesa y en octubre del mismo año otro en Reims que había sido contemplado en los arreglos preliminares hechos entre el emperador  y el embajador papal en Estrasburgo. Luis VI y la mayoría de los barones de Francia asistieron al concilio, compuesto de más de 400 obispos y abades. Se había acordado que durante el concilio, el papa y el emperador tuvieran una reunión en Mousson y para cumplir este compromiso Enrique V llegó a Mousson, pero no sólo, como se había acordado, sino con un ejército de más de 30.000 hombres. Calixto II salió de Reims camino de Mousson, pero al saber de lo que parecían  preparaciones de guerra por parte del emperador, y temiendo que se utilizara la fuerza para conseguir de él concesiones perjudiciales, volvió a Reims a toda prisa.  
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El concilio se ocupaba de medidas disciplinarias, especialmente con los decretos contra la investidura, simonía y concubinato del clero. Al final, perdidas la esperanza de llegar a un arreglo favorable con Enrique, se decidió que el emperador y el antipapa fueran solemnemente excomulgados en presencia de los padres y representantes de las autoridades seculares (30 octubre, 1119). Antes de abandonar Francia Calixto trató de que se llegase a un acuerdo entre Enrique I de Inglaterra y su hermano Roberto, pero no logró  resultado alguno.
 
El concilio se ocupaba de medidas disciplinarias, especialmente con los decretos contra la investidura, simonía y concubinato del clero. Al final, perdidas la esperanza de llegar a un arreglo favorable con Enrique, se decidió que el emperador y el antipapa fueran solemnemente excomulgados en presencia de los padres y representantes de las autoridades seculares (30 octubre, 1119). Antes de abandonar Francia Calixto trató de que se llegase a un acuerdo entre Enrique I de Inglaterra y su hermano Roberto, pero no logró  resultado alguno.
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Calixto decidió visitar Italia y Roma, donde Gregorio VIII residía, protegido por las fuerzas alemanas e italianas aliadas del emperador, pero al aproximarse Calixto, que iba siendo recibido por todas partes con muestras de bienvenida, el antipapa hubo de huir a la fortaleza de Sutri, entrando Calixto en Roma entre la alegría del pueblo. Viajó al sur para asegurarse la ayuda de los Normandos del sur de Italia, para luchar contra Enrique V y Gregorio VIII. Las negociaciones fueron enteramente satisfactorias. Gregorio fue aprisionado y escoltado a Roma (1121), donde apenas se le pudo salvar de la ira del populacho, y se le puso en una prisión cerca de Salerno y después en la fortaleza de Fumo. Con la ayuda de los Príncipes del sur de Italia Calixto rompió el poder de los aliados italianos del emperador en Italia, sobre todo de Cencio Frangipani, que ya había causado tantos problemas a Gelasio II y al mismo Calixto (1121).
 
Calixto decidió visitar Italia y Roma, donde Gregorio VIII residía, protegido por las fuerzas alemanas e italianas aliadas del emperador, pero al aproximarse Calixto, que iba siendo recibido por todas partes con muestras de bienvenida, el antipapa hubo de huir a la fortaleza de Sutri, entrando Calixto en Roma entre la alegría del pueblo. Viajó al sur para asegurarse la ayuda de los Normandos del sur de Italia, para luchar contra Enrique V y Gregorio VIII. Las negociaciones fueron enteramente satisfactorias. Gregorio fue aprisionado y escoltado a Roma (1121), donde apenas se le pudo salvar de la ira del populacho, y se le puso en una prisión cerca de Salerno y después en la fortaleza de Fumo. Con la ayuda de los Príncipes del sur de Italia Calixto rompió el poder de los aliados italianos del emperador en Italia, sobre todo de Cencio Frangipani, que ya había causado tantos problemas a Gelasio II y al mismo Calixto (1121).
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Establecido así su poder en Italia, resolvió abrir negociaciones con Enrique V sobre las investiduras. Enrique había manifestado que tenia ganas de terminar con el engorroso asunto que le había enajenado a sus mejores amigos y que era una amenaza para la paz del imperio. Calixto II envió una embajada de tres cardenales a Alemania. En Würzburg (octubre 1121) se empezaron unas conversaciones para un arreglo permanente de la cuestión de las investiduras. Se acordó declarar una tregua general entre el emperador y sus súbditos rebeldes; que la iglesia tuviera libre uso de sus posesiones; que las tierras de los rebeldes fueran restituidas y se estableciese una paz permanente con la iglesia en el mínimo tiempo posible. Estos decretos le fueron comunicados a Calixto, que envió al cardenal Lambert de Ostia como su legado para asistir al sínodo que se había convocado en Worms para el 8 de septiembre 1122. En dia 23 se concluyó el conocido como Concordato de Worms (o Pactum Calixtinum) entre el papa y el emperador. Por su parte, éste renunció a su reclamaciones en las investiduras, con el anillo y el báculo y concedió libertad de elección de las sedes episcopales mientras por otra parte se acordó que los obispos recibieran la investidura con el cetro, que la elección episcopal  se hicieran en presencia del emperador o sus representantes y que en el caso de que la elección fuera contestada, el emperador debería, tras la decisión del metropolitanos y obispos sufragáneos, confirmar al candidato elegido correctamente y, por fin, que la investidura imperial de las temporalidades de las sedes se hiciera en Alemania, antes de la consagración; en Borgoña y en Italia después de la ceremonia y en los Estados Pontificios, sólo el papa tenía el derecho de investidura, sin interferencias del emperador. Como resultado de este concordato, el emperador aún retenía la influencia en las elecciones de los obispos en Alemania aunque abandonaba mucho respecto a las elecciones episcopales en Italia y Borgoña.  
 
Establecido así su poder en Italia, resolvió abrir negociaciones con Enrique V sobre las investiduras. Enrique había manifestado que tenia ganas de terminar con el engorroso asunto que le había enajenado a sus mejores amigos y que era una amenaza para la paz del imperio. Calixto II envió una embajada de tres cardenales a Alemania. En Würzburg (octubre 1121) se empezaron unas conversaciones para un arreglo permanente de la cuestión de las investiduras. Se acordó declarar una tregua general entre el emperador y sus súbditos rebeldes; que la iglesia tuviera libre uso de sus posesiones; que las tierras de los rebeldes fueran restituidas y se estableciese una paz permanente con la iglesia en el mínimo tiempo posible. Estos decretos le fueron comunicados a Calixto, que envió al cardenal Lambert de Ostia como su legado para asistir al sínodo que se había convocado en Worms para el 8 de septiembre 1122. En dia 23 se concluyó el conocido como Concordato de Worms (o Pactum Calixtinum) entre el papa y el emperador. Por su parte, éste renunció a su reclamaciones en las investiduras, con el anillo y el báculo y concedió libertad de elección de las sedes episcopales mientras por otra parte se acordó que los obispos recibieran la investidura con el cetro, que la elección episcopal  se hicieran en presencia del emperador o sus representantes y que en el caso de que la elección fuera contestada, el emperador debería, tras la decisión del metropolitanos y obispos sufragáneos, confirmar al candidato elegido correctamente y, por fin, que la investidura imperial de las temporalidades de las sedes se hiciera en Alemania, antes de la consagración; en Borgoña y en Italia después de la ceremonia y en los Estados Pontificios, sólo el papa tenía el derecho de investidura, sin interferencias del emperador. Como resultado de este concordato, el emperador aún retenía la influencia en las elecciones de los obispos en Alemania aunque abandonaba mucho respecto a las elecciones episcopales en Italia y Borgoña.  
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Y para asegurarse de la confirmación de este Concordato de Worms, Calixto II convocó el Primer Concilio de Letrán (18 marzo,1123). El concilio fue muy representativo estando presentes casi 300 obispos y 600 abades de todas partes de la Europa Católica. El concilio confirmó solemnemente el acuerdo al que habían llegado Enrique V respecto a las elecciones episcopales y pasó varios decretos disciplinarios dirigidos contra los abusos existentes tales como la simonía y el concubinato entre el clero, decretos contra los violadores de la Tregua de Dios, ladrones de iglesias y falsificadores de documentos eclesiásticos. Se renovaron las indulgencias ya concedidas a los cruzados y se definió más claramente la jurisdicción del obispo sobre los clérigos seculares y regulares.
 
Y para asegurarse de la confirmación de este Concordato de Worms, Calixto II convocó el Primer Concilio de Letrán (18 marzo,1123). El concilio fue muy representativo estando presentes casi 300 obispos y 600 abades de todas partes de la Europa Católica. El concilio confirmó solemnemente el acuerdo al que habían llegado Enrique V respecto a las elecciones episcopales y pasó varios decretos disciplinarios dirigidos contra los abusos existentes tales como la simonía y el concubinato entre el clero, decretos contra los violadores de la Tregua de Dios, ladrones de iglesias y falsificadores de documentos eclesiásticos. Se renovaron las indulgencias ya concedidas a los cruzados y se definió más claramente la jurisdicción del obispo sobre los clérigos seculares y regulares.
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En los últimos años de su vida Calixto II se dedicó a asegurar para la Iglesia la restauración de todo el Patrimonio de S. Pedro que había sido muy reducido por las guerras y rebeliones constantes, al mismo tiempo que intentaba someter a los nobles de la Campaña y restaurar la paz y el orden en la ciudad de Roma que había sufrido mucho desde los tiempos de Gregorio VII. También dedicó mucho tiempo a los intereses de la Iglesia de Francia y a combatir los errores y abusos que aparecieron en esa iglesia por este tiempo. En el Sínodo de Toulouse (1119) condenó las enseñanzas de Pedro de Bruis y seguidores (Hardouin, VI, 2, 1977-84). Estableció como metropolitana de las provincias limítrofes a la sede de Vienne (1120) resolviendo a favor de ésta (que aún conservaba el papa como suya) la antigua controversia entre Vienne y Arlés. Respecto a los privilegios conseguidos a favor de Vienne durante el reinado de Guido, ver Gundlach, "Streit der Bisthumer Arles und Vienne" (1890), aunque Duchense mantiene ("Fastes Eccl.", I, 145 sqq.) que sólo el más reciente de ellos data del tiempos de Guido) (cf. Robert, "Calixte II", Paris, 1891).  
 
En los últimos años de su vida Calixto II se dedicó a asegurar para la Iglesia la restauración de todo el Patrimonio de S. Pedro que había sido muy reducido por las guerras y rebeliones constantes, al mismo tiempo que intentaba someter a los nobles de la Campaña y restaurar la paz y el orden en la ciudad de Roma que había sufrido mucho desde los tiempos de Gregorio VII. También dedicó mucho tiempo a los intereses de la Iglesia de Francia y a combatir los errores y abusos que aparecieron en esa iglesia por este tiempo. En el Sínodo de Toulouse (1119) condenó las enseñanzas de Pedro de Bruis y seguidores (Hardouin, VI, 2, 1977-84). Estableció como metropolitana de las provincias limítrofes a la sede de Vienne (1120) resolviendo a favor de ésta (que aún conservaba el papa como suya) la antigua controversia entre Vienne y Arlés. Respecto a los privilegios conseguidos a favor de Vienne durante el reinado de Guido, ver Gundlach, "Streit der Bisthumer Arles und Vienne" (1890), aunque Duchense mantiene ("Fastes Eccl.", I, 145 sqq.) que sólo el más reciente de ellos data del tiempos de Guido) (cf. Robert, "Calixte II", Paris, 1891).  
Solucionó varias disputas entre obispos franceses, envió a Gerardo de Angulema como legado papal a Inglaterra y finalmente confirmo los derechos primaciales de Lyon sobre la iglesia de Sens. Exigió a Enrique I de Inglaterra que soltara a su hermano Roberto de Normadía así como el reconocimiento de Thurstan, al que él mismo había consagrado en Reims, como obispo de York. Aunque al principió rehusó, Enrique I acabó consintiendo ante la menaza de excomunión y aceptó su independencia de Canterbury. En España trasladó los derechos metropolitanos de la antigua sede de Mérida (Emerita Augusta) a Santiago de Compostela. Parece que Calixto tuvo una especial devoción al santo patrón. Mostró su atención a Alemania con a canonización de Conrado de Constanza en el concilio Laterano de 1123 y enviando a Otto de Bamberg para solucionar los problemas de las iglesias de Pomerania. En Roma dedicó mucha atención al embellecimiento y mejora de la ciudad, pero especialmente a la iglesia de s. Pedro. Suprimió la sede suburbana de Sta Rufina uniéndola a la diócesis de Porto, de manera que en adelante sólo hubo seis en vez de los siete cardenales anteriores. Calixto murió en 1124 y tras algunas disputas fue elegido Honorio II como su sucesor. Respecto a la gran influencia del reino de Calixto en la política de la iglesia no hay disputa. A él se debe la recuperación de las concesiones hechas por Pascual II y al acceder al trono papal  su firmaza y fuerza de carácter aseguraron un arreglo en la controversia del la Iglesia y el estado que, aunque no enteramente satisfactoria, fue al menos suficiente para asegurar un a paz muy necesaria. Había logrado poner fin a las interferencias de los laicos en la entrega de los beneficios eclesiásticos, restablecer la libertad de las elecciones canónicas y asegurado el reconocimiento del principio de que la jurisdicción eclesiástica puede venir únicamente de la iglesia, mientras que, por otra parte, concedió a las autoridades civiles la debida influencia en la elección de prelados que eran, además los más ricos e influyentes súbditos del Estado.  Por otra parte, se le culpó, principalmente por el arzobispo Conrado de Salzburgo, por no insistir en la retirada del juramento de fidelidad de cada obispo al emperador o a su señor feudal, pero hay que recordar que Calixto II entendió bien que a no ser que se cediese en algo, la paz hubiera sido imposible y que el juramento de homenaje, aun cuando pareciera tan impropia la ceremonia, no era una demanda excesiva por parte del emperador respecto de unos súbditos que tenían tan enorme poder político como los obispos del Imperio Germánico.
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Solucionó varias disputas entre obispos franceses, envió a Gerardo de Angulema como legado papal a Inglaterra y finalmente confirmo los derechos primaciales de Lyon sobre la iglesia de Sens. Exigió a Enrique I de Inglaterra que soltara a su hermano Roberto de Normadía así como el reconocimiento de Thurstan, al que él mismo había consagrado en Reims, como obispo de York. Aunque al principió rehusó, Enrique I acabó consintiendo ante la menaza de excomunión y aceptó su independencia de Canterbury. En España trasladó los derechos metropolitanos de la antigua sede de Mérida (Emerita Augusta) a Santiago de Compostela. Parece que Calixto tuvo una especial devoción al santo patrón. Mostró su atención a Alemania con a canonización de Conrado de Constanza en el concilio Laterano de 1123 y enviando a Otto de Bamberg para solucionar los problemas de las iglesias de Pomerania.  
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En Roma dedicó mucha atención al embellecimiento y mejora de la ciudad, pero especialmente a la iglesia de s. Pedro. Suprimió la sede suburbana de Sta Rufina uniéndola a la diócesis de Porto, de manera que en adelante sólo hubo seis en vez de los siete cardenales anteriores. Calixto murió en 1124 y tras algunas disputas fue elegido Honorio II como su sucesor. Respecto a la gran influencia del reino de Calixto en la política de la iglesia no hay disputa. A él se debe la recuperación de las concesiones hechas por Pascual II y al acceder al trono papal  su firmaza y fuerza de carácter aseguraron un arreglo en la controversia del la Iglesia y el estado que, aunque no enteramente satisfactoria, fue al menos suficiente para asegurar un a paz muy necesaria. Había logrado poner fin a las interferencias de los laicos en la entrega de los beneficios eclesiásticos, restablecer la libertad de las elecciones canónicas y asegurado el reconocimiento del principio de que la jurisdicción eclesiástica puede venir únicamente de la iglesia, mientras que, por otra parte, concedió a las autoridades civiles la debida influencia en la elección de prelados que eran, además los más ricos e influyentes súbditos del Estado.   
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Por otra parte, se le culpó, principalmente por el arzobispo Conrado de Salzburgo, por no insistir en la retirada del juramento de fidelidad de cada obispo al emperador o a su señor feudal, pero hay que recordar que Calixto II entendió bien que a no ser que se cediese en algo, la paz hubiera sido imposible y que el juramento de homenaje, aun cuando pareciera tan impropia la ceremonia, no era una demanda excesiva por parte del emperador respecto de unos súbditos que tenían tan enorme poder político como los obispos del Imperio Germánico.
  
 
Calixto II no fue notable por sus producciones literarias, aunque algunas de sus obras nos han llegado que se le atribuyen. Son las siguientes: "De Miraculis Sancti Jacobi Apostoli", "De obitu et Vita Sanctorum", "Vita Caroli Magni Imperatoris". Se preservan muchas cartas atribuidas a él. Se pueden encontrar, junto con otras cosas, en Migne, P.L., CLXIII (1073-1383). Además 36 de esas cartas se encuentra en la obra de Hardouin, Hardouin's "Concilia" (VI, 2, 1949-1976). Estas mismas, con dos adicionales fueron publicadas por Mansi  Mansi (XXI, 190-218); algunas otras por D'Achery [Spicilegium (Paris, 1723), II, 964; III, 478, 479]y otras adicionales se encuentran en "Magn. Bull. Rom. Continuat.", III, ed. Luxembourg, 1730, 12. Ver INVESTIDURAS ; VIENNE.
 
Calixto II no fue notable por sus producciones literarias, aunque algunas de sus obras nos han llegado que se le atribuyen. Son las siguientes: "De Miraculis Sancti Jacobi Apostoli", "De obitu et Vita Sanctorum", "Vita Caroli Magni Imperatoris". Se preservan muchas cartas atribuidas a él. Se pueden encontrar, junto con otras cosas, en Migne, P.L., CLXIII (1073-1383). Además 36 de esas cartas se encuentra en la obra de Hardouin, Hardouin's "Concilia" (VI, 2, 1949-1976). Estas mismas, con dos adicionales fueron publicadas por Mansi  Mansi (XXI, 190-218); algunas otras por D'Achery [Spicilegium (Paris, 1723), II, 964; III, 478, 479]y otras adicionales se encuentran en "Magn. Bull. Rom. Continuat.", III, ed. Luxembourg, 1730, 12. Ver INVESTIDURAS ; VIENNE.
  
Bibliografía.
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===Bibliografía===
  
 
Biografías de Callisto II : PANDULPHUS ALETRINUS, ARAGONIUS, y BERNARDUS GUIDONIS (MURATORI, Script. Rer. Ital., III, 1, 418). Cf. WATTERICH, Vitae Rom. Pontif., II, 115; MIGNE, P.L., CLXIII, 1071; ROBERT, Bullaire du pape Calixte II (Paris, 1891); MAURER, Papst Calixtus II, en 2 partes (Munich, 1886, 1889). Para el Sínde de Vienne ver  MANSI, XXI, 175, y HARDOUIN, VI, 2, 1752. Para el Sínodo de Reims , MANSI, XXI, 187, y HEFELE, Conciliengesch., V, 344; HALLER, Die Verhandlungen zu Mouzon (1119), etc. in Heidelberger Jahrbucher, 1892. Para el Concordato de Worms,  MANSI, XXI, 273, 287, y JAFFE, Bibl. Rer. Germ., V, 383, también MUNCH, Vollstandige Sammlung aller Concordate, I (Leipzig, 1830), and NUSSI, Conventiones de Rebus Eccles. (Mainz, 1870); BERNHEIM, Zur Geschichte des Wormser Konkordates (Leipzig, 1878); BRESLAU, Die kaiserliche Ausfertigung des Wormser Konkordates in Mitteil. des Instituts fur Oesterreich. Gesch., 1885.
 
Biografías de Callisto II : PANDULPHUS ALETRINUS, ARAGONIUS, y BERNARDUS GUIDONIS (MURATORI, Script. Rer. Ital., III, 1, 418). Cf. WATTERICH, Vitae Rom. Pontif., II, 115; MIGNE, P.L., CLXIII, 1071; ROBERT, Bullaire du pape Calixte II (Paris, 1891); MAURER, Papst Calixtus II, en 2 partes (Munich, 1886, 1889). Para el Sínde de Vienne ver  MANSI, XXI, 175, y HARDOUIN, VI, 2, 1752. Para el Sínodo de Reims , MANSI, XXI, 187, y HEFELE, Conciliengesch., V, 344; HALLER, Die Verhandlungen zu Mouzon (1119), etc. in Heidelberger Jahrbucher, 1892. Para el Concordato de Worms,  MANSI, XXI, 273, 287, y JAFFE, Bibl. Rer. Germ., V, 383, también MUNCH, Vollstandige Sammlung aller Concordate, I (Leipzig, 1830), and NUSSI, Conventiones de Rebus Eccles. (Mainz, 1870); BERNHEIM, Zur Geschichte des Wormser Konkordates (Leipzig, 1878); BRESLAU, Die kaiserliche Ausfertigung des Wormser Konkordates in Mitteil. des Instituts fur Oesterreich. Gesch., 1885.
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JAMES MACCAFFREY.
 
JAMES MACCAFFREY.
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Transcrito por Benjamin F. Hull.
 
Transcrito por Benjamin F. Hull.
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Traducido por Pedro Royo.
 
Traducido por Pedro Royo.

Última revisión de 10:51 9 dic 2007


Se desconoce su fecha de nacimiento. Murió el 13 de diciembre de 1124. Su reinado, que comenzó el 1 de febrero de 1119, se distingue por la terminación de la controversia de las Investiduras que había comenzado en tiempos de Gregorio VII y se había prolongado con los mismos resentimientos durante el último cuarto del siglo once y los primeros años del doce. Guido, así se llamaba antes de ser elevado al papado, era hijo del conde Guillermo de Borgoña y tanto por su padre como por su madre estaba relacionado con casi todas las casas reales de Europa.

Su hermano Hugo había sido nombrado arzobispo de Besançon, él mismo de Vienne (1088), y después nombrado legado papal en Francia por Pascual II. Mientras Guido permaneció en su oficio, Pascual II, cediendo a las amenazas de Enrique V, produjo el "Privilegium" (1111) por el que cedía mucho de lo que había conseguido Gregorio VII, pero esas concesiones fueron recibidas con oposición violenta en todas partes, sobre todo en Francia, donde la oposición era dirigida por Guido, el legado papal, que había estado presente en el Concilio Laterano (1112) y a su vuelta a Francia convocó una asamblea en Vienne de los obispos franceses y borgoñones, donde se denunció la investidura de los clérigos como herética.

Se pronunció una sentencia de excomunión contra Enrique V porque se había atrevido a conseguir del papa, por la violencia, un acuerdo contrario a los intereses de la iglesia. Estos decretos fueron enviados a Pascual II para su confirmación, que se recibió de forma general el 20 de octubre de 1112 (Hardouin, VI, 2, 1916). Al parecer Gruido fue creado cardenal más tarde por Pascual II, aunque éste no parecía estar muy feliz con sus ataques a Enrique V. A la muerte de Pascual II ( 21 enero 1118), fue elegido Gelasio II, aunque fue apresado por los aliados italiano de Enrique V y tras ser liberado por el populacho, huyó a Gaeta, donde fue coronado solemnemente. Enrique V exigió la confirmación del "Privilegium", pero al no recibir una contestación satisfactoria, nombró un antipapa (Gregorio VIII), arzobispo de Braga, Burdinus, que ya había sudo depuesto y excomulgado por haber coronado emperador a Enrique en Roma (1117).

Gelasio excomulgó enseguida tanto al antipapa como al emperador, pero fue obligado a huir y se refugió en el monasterio de Cluny, donde murió (enero 1119). Cuatro días tras la muerte de Gelasio (1 de febrero) y debido a las maniobras del cardenal Cuno, Guido fue elegido papa, asumiendo del nombre de Calixto II, siendo coronado en Vienne el 9 de febrero de 1119. Su elección fue recibida en todas partes con aprobación y se esperaba que, por su cercana relación con las familias reales de Alemania, Francia Inglaterra y Dinamarca, se pudiera llegar a un acuerdo favorable sobre la controversia que había distraído durante tanto tiempo a la iglesia. Hasta Enrique V recibió al legado papal en Estrasburgo y mostró claramente que no se oponía a la paz, al mismo tiempo que se retiraba el apoyo al antipapa. También se acordó que papa y emperador se reunieran en Mousson. Calixto celebró un sínodo en Toulouse en 1119 (8 de junio) principalmente para promover reformas disciplinarias en la iglesia francesa y en octubre del mismo año otro en Reims que había sido contemplado en los arreglos preliminares hechos entre el emperador y el embajador papal en Estrasburgo. Luis VI y la mayoría de los barones de Francia asistieron al concilio, compuesto de más de 400 obispos y abades. Se había acordado que durante el concilio, el papa y el emperador tuvieran una reunión en Mousson y para cumplir este compromiso Enrique V llegó a Mousson, pero no sólo, como se había acordado, sino con un ejército de más de 30.000 hombres. Calixto II salió de Reims camino de Mousson, pero al saber de lo que parecían preparaciones de guerra por parte del emperador, y temiendo que se utilizara la fuerza para conseguir de él concesiones perjudiciales, volvió a Reims a toda prisa.

El concilio se ocupaba de medidas disciplinarias, especialmente con los decretos contra la investidura, simonía y concubinato del clero. Al final, perdidas la esperanza de llegar a un arreglo favorable con Enrique, se decidió que el emperador y el antipapa fueran solemnemente excomulgados en presencia de los padres y representantes de las autoridades seculares (30 octubre, 1119). Antes de abandonar Francia Calixto trató de que se llegase a un acuerdo entre Enrique I de Inglaterra y su hermano Roberto, pero no logró resultado alguno.

Calixto decidió visitar Italia y Roma, donde Gregorio VIII residía, protegido por las fuerzas alemanas e italianas aliadas del emperador, pero al aproximarse Calixto, que iba siendo recibido por todas partes con muestras de bienvenida, el antipapa hubo de huir a la fortaleza de Sutri, entrando Calixto en Roma entre la alegría del pueblo. Viajó al sur para asegurarse la ayuda de los Normandos del sur de Italia, para luchar contra Enrique V y Gregorio VIII. Las negociaciones fueron enteramente satisfactorias. Gregorio fue aprisionado y escoltado a Roma (1121), donde apenas se le pudo salvar de la ira del populacho, y se le puso en una prisión cerca de Salerno y después en la fortaleza de Fumo. Con la ayuda de los Príncipes del sur de Italia Calixto rompió el poder de los aliados italianos del emperador en Italia, sobre todo de Cencio Frangipani, que ya había causado tantos problemas a Gelasio II y al mismo Calixto (1121).

Establecido así su poder en Italia, resolvió abrir negociaciones con Enrique V sobre las investiduras. Enrique había manifestado que tenia ganas de terminar con el engorroso asunto que le había enajenado a sus mejores amigos y que era una amenaza para la paz del imperio. Calixto II envió una embajada de tres cardenales a Alemania. En Würzburg (octubre 1121) se empezaron unas conversaciones para un arreglo permanente de la cuestión de las investiduras. Se acordó declarar una tregua general entre el emperador y sus súbditos rebeldes; que la iglesia tuviera libre uso de sus posesiones; que las tierras de los rebeldes fueran restituidas y se estableciese una paz permanente con la iglesia en el mínimo tiempo posible. Estos decretos le fueron comunicados a Calixto, que envió al cardenal Lambert de Ostia como su legado para asistir al sínodo que se había convocado en Worms para el 8 de septiembre 1122. En dia 23 se concluyó el conocido como Concordato de Worms (o Pactum Calixtinum) entre el papa y el emperador. Por su parte, éste renunció a su reclamaciones en las investiduras, con el anillo y el báculo y concedió libertad de elección de las sedes episcopales mientras por otra parte se acordó que los obispos recibieran la investidura con el cetro, que la elección episcopal se hicieran en presencia del emperador o sus representantes y que en el caso de que la elección fuera contestada, el emperador debería, tras la decisión del metropolitanos y obispos sufragáneos, confirmar al candidato elegido correctamente y, por fin, que la investidura imperial de las temporalidades de las sedes se hiciera en Alemania, antes de la consagración; en Borgoña y en Italia después de la ceremonia y en los Estados Pontificios, sólo el papa tenía el derecho de investidura, sin interferencias del emperador. Como resultado de este concordato, el emperador aún retenía la influencia en las elecciones de los obispos en Alemania aunque abandonaba mucho respecto a las elecciones episcopales en Italia y Borgoña.

Y para asegurarse de la confirmación de este Concordato de Worms, Calixto II convocó el Primer Concilio de Letrán (18 marzo,1123). El concilio fue muy representativo estando presentes casi 300 obispos y 600 abades de todas partes de la Europa Católica. El concilio confirmó solemnemente el acuerdo al que habían llegado Enrique V respecto a las elecciones episcopales y pasó varios decretos disciplinarios dirigidos contra los abusos existentes tales como la simonía y el concubinato entre el clero, decretos contra los violadores de la Tregua de Dios, ladrones de iglesias y falsificadores de documentos eclesiásticos. Se renovaron las indulgencias ya concedidas a los cruzados y se definió más claramente la jurisdicción del obispo sobre los clérigos seculares y regulares.

En los últimos años de su vida Calixto II se dedicó a asegurar para la Iglesia la restauración de todo el Patrimonio de S. Pedro que había sido muy reducido por las guerras y rebeliones constantes, al mismo tiempo que intentaba someter a los nobles de la Campaña y restaurar la paz y el orden en la ciudad de Roma que había sufrido mucho desde los tiempos de Gregorio VII. También dedicó mucho tiempo a los intereses de la Iglesia de Francia y a combatir los errores y abusos que aparecieron en esa iglesia por este tiempo. En el Sínodo de Toulouse (1119) condenó las enseñanzas de Pedro de Bruis y seguidores (Hardouin, VI, 2, 1977-84). Estableció como metropolitana de las provincias limítrofes a la sede de Vienne (1120) resolviendo a favor de ésta (que aún conservaba el papa como suya) la antigua controversia entre Vienne y Arlés. Respecto a los privilegios conseguidos a favor de Vienne durante el reinado de Guido, ver Gundlach, "Streit der Bisthumer Arles und Vienne" (1890), aunque Duchense mantiene ("Fastes Eccl.", I, 145 sqq.) que sólo el más reciente de ellos data del tiempos de Guido) (cf. Robert, "Calixte II", Paris, 1891).

Solucionó varias disputas entre obispos franceses, envió a Gerardo de Angulema como legado papal a Inglaterra y finalmente confirmo los derechos primaciales de Lyon sobre la iglesia de Sens. Exigió a Enrique I de Inglaterra que soltara a su hermano Roberto de Normadía así como el reconocimiento de Thurstan, al que él mismo había consagrado en Reims, como obispo de York. Aunque al principió rehusó, Enrique I acabó consintiendo ante la menaza de excomunión y aceptó su independencia de Canterbury. En España trasladó los derechos metropolitanos de la antigua sede de Mérida (Emerita Augusta) a Santiago de Compostela. Parece que Calixto tuvo una especial devoción al santo patrón. Mostró su atención a Alemania con a canonización de Conrado de Constanza en el concilio Laterano de 1123 y enviando a Otto de Bamberg para solucionar los problemas de las iglesias de Pomerania.

En Roma dedicó mucha atención al embellecimiento y mejora de la ciudad, pero especialmente a la iglesia de s. Pedro. Suprimió la sede suburbana de Sta Rufina uniéndola a la diócesis de Porto, de manera que en adelante sólo hubo seis en vez de los siete cardenales anteriores. Calixto murió en 1124 y tras algunas disputas fue elegido Honorio II como su sucesor. Respecto a la gran influencia del reino de Calixto en la política de la iglesia no hay disputa. A él se debe la recuperación de las concesiones hechas por Pascual II y al acceder al trono papal su firmaza y fuerza de carácter aseguraron un arreglo en la controversia del la Iglesia y el estado que, aunque no enteramente satisfactoria, fue al menos suficiente para asegurar un a paz muy necesaria. Había logrado poner fin a las interferencias de los laicos en la entrega de los beneficios eclesiásticos, restablecer la libertad de las elecciones canónicas y asegurado el reconocimiento del principio de que la jurisdicción eclesiástica puede venir únicamente de la iglesia, mientras que, por otra parte, concedió a las autoridades civiles la debida influencia en la elección de prelados que eran, además los más ricos e influyentes súbditos del Estado.

Por otra parte, se le culpó, principalmente por el arzobispo Conrado de Salzburgo, por no insistir en la retirada del juramento de fidelidad de cada obispo al emperador o a su señor feudal, pero hay que recordar que Calixto II entendió bien que a no ser que se cediese en algo, la paz hubiera sido imposible y que el juramento de homenaje, aun cuando pareciera tan impropia la ceremonia, no era una demanda excesiva por parte del emperador respecto de unos súbditos que tenían tan enorme poder político como los obispos del Imperio Germánico.

Calixto II no fue notable por sus producciones literarias, aunque algunas de sus obras nos han llegado que se le atribuyen. Son las siguientes: "De Miraculis Sancti Jacobi Apostoli", "De obitu et Vita Sanctorum", "Vita Caroli Magni Imperatoris". Se preservan muchas cartas atribuidas a él. Se pueden encontrar, junto con otras cosas, en Migne, P.L., CLXIII (1073-1383). Además 36 de esas cartas se encuentra en la obra de Hardouin, Hardouin's "Concilia" (VI, 2, 1949-1976). Estas mismas, con dos adicionales fueron publicadas por Mansi Mansi (XXI, 190-218); algunas otras por D'Achery [Spicilegium (Paris, 1723), II, 964; III, 478, 479]y otras adicionales se encuentran en "Magn. Bull. Rom. Continuat.", III, ed. Luxembourg, 1730, 12. Ver INVESTIDURAS ; VIENNE.

Bibliografía

Biografías de Callisto II : PANDULPHUS ALETRINUS, ARAGONIUS, y BERNARDUS GUIDONIS (MURATORI, Script. Rer. Ital., III, 1, 418). Cf. WATTERICH, Vitae Rom. Pontif., II, 115; MIGNE, P.L., CLXIII, 1071; ROBERT, Bullaire du pape Calixte II (Paris, 1891); MAURER, Papst Calixtus II, en 2 partes (Munich, 1886, 1889). Para el Sínde de Vienne ver MANSI, XXI, 175, y HARDOUIN, VI, 2, 1752. Para el Sínodo de Reims , MANSI, XXI, 187, y HEFELE, Conciliengesch., V, 344; HALLER, Die Verhandlungen zu Mouzon (1119), etc. in Heidelberger Jahrbucher, 1892. Para el Concordato de Worms, MANSI, XXI, 273, 287, y JAFFE, Bibl. Rer. Germ., V, 383, también MUNCH, Vollstandige Sammlung aller Concordate, I (Leipzig, 1830), and NUSSI, Conventiones de Rebus Eccles. (Mainz, 1870); BERNHEIM, Zur Geschichte des Wormser Konkordates (Leipzig, 1878); BRESLAU, Die kaiserliche Ausfertigung des Wormser Konkordates in Mitteil. des Instituts fur Oesterreich. Gesch., 1885.


JAMES MACCAFFREY.


Transcrito por Benjamin F. Hull.


Traducido por Pedro Royo.