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Viernes, 22 de noviembre de 2024

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Historiador y teólogo, nacido en Waterford, Irlanda, el 16 de octubre de 1588; murió en el Colegio de San Isidoro, en Roma el 18 de noviembre de 1657.  
 
Historiador y teólogo, nacido en Waterford, Irlanda, el 16 de octubre de 1588; murió en el Colegio de San Isidoro, en Roma el 18 de noviembre de 1657.  

Última revisión de 16:31 20 abr 2023

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Historiador y teólogo, nacido en Waterford, Irlanda, el 16 de octubre de 1588; murió en el Colegio de San Isidoro, en Roma el 18 de noviembre de 1657.

NACIMIENTO Y EDUCACIÓN

Era el hijo de Walter Wadding, un ciudadano eminente, y de Anastasia Lombard, pariente cercana de Pedro Lombard, Arzobispo de Armagh. Fue el undécimo de catorce hijos y fue bautizado en la fiesta de San Lucas. Muchos miembros de su familia se distinguieron en diversas carreras. Su hermano Ambrosio, Jesuita, enseñada filosofía con éxito en Dillingen, Bavaria, donde murió en la flor de su edad. Su primos Ricardo Wadding, Agustino, y Pedro y Miguel Wadding, Jesuitas, dieron brillo a sus respectivas órdenes. Fue educado en la piedad por sus excelentes padres que, como Harold nos cuenta, invitaba a todos sus hijos, chicos y chicas, cuando eran capaces de leer, a recitar diariamente el Oficio Breve de la Santísima Virgen, y, en los tiempos propios, los salmos Penitenciales con las letanías y las oraciones, el Oficio de Difuntos, y otras oraciones recogidas en el breviario menor de Pío V, que era entonces muy utilizado por los católicos irlandeses. A los trece años ya había adquirido un buen conocimiento de los clásicos, y había aprendido a escribir en latín con facilidad, en prosa y en verso. La excelencia de su joven formación clásica se demuestra a través de todas sus obras. Perdió a ambos padres a la edad de catorce años, pero su hermano Mateo se encargó de su educación y le puso a estudiar filosofía. Estudió la lógica y la física en Irlanda, entrando luego en el seminario irlandés de Lisboa donde prosiguió sus estudios con los Jesuitas. Después de seis meses dejó el seminario para entrar en el noviciado de los frailes menores en el Convento de la Concepción Inmaculada de Matozinhos, cerca de Oporto. Habiendo hecho profesión solemne y recibidas en el año 1605 las órdenes menores, sus superiores lo enviaron a Leiria, a la casa de estudios, para especializarse en filosofía escocesa durante dos años. Richard Synott, de Wexford, fue compañero de noviciado y de estudios de Wadding, miembro del Colegio de San Isidoro de Roma, y murió mártir en Irlanda a manos de los soldados de Cromwell. Wadding recibió clases de teología en Lisboa, y después durante tres años en Coimbra, oyendo en este último lugar a Didaco Limadensis, O.F.M., en el Colegio de San Buenaventura, y a Suarez y Egidio, O.S.A., en la universidad de la Presentación. El monje Benedictino Leo en Santo Tomás fue testigo de sus grandes talentos (vea Harold, "Vita", c.v.). Ordenado sacerdote en 1613 se le encomendó predicar, no sólo demostró ser un perfecto maestro del arte de la retórica sino del idioma portugués y castellano. Comenzó en 1613 a escribir un silva o manual con citas de la Escritura, de los Padres, de las vidas de los santos, etc., qué todavía se conserva en los archivos de la orden en el Muelle del Comerciante de Dublín, en dos grandes volúmenes manuscritos. En Lisboa durante un capítulo provincial, después de una actuación académica suya brillante, Antonio de Trejo, el vicario-general de la orden, lo envió a Salamanca para que tuviera mayores oportunidades. Allí al dominar el hebreo, escribió su obra sobre el origen y excelencia de dicha lengua, y le fue asignada la silla de teología del Colegio de San Francisco.

EMBAJADA en ROMA

Trabajó como profesor hasta 1618, y aunque sólo tenía treinta años, fue escogido por Felipe III como teólogo, para la embajada que Felipe enviaba a Pablo V en apoyo la doctrina de la Inmaculada Concepción. Antonio de Trejo, vicario-general de la orden y obispo de Cartagena era el legado extraordinario nombrado para tal embajada, éste había sido patrocinador y admirador de Wadding. Saliendo de la Corte del rey católico el 1 de octubre de 1618, la embajada llegó a Roma el 17 de Diciembre. En busca de material para el trabajo que se le había confiado, así como para sus otros estudios, Wadding se pasó días enteros en las bibliotecas de Roma y visitando, tambien, las de Nápoles, Asís, Perugia, y otras ciudades. La composición del vota más importante del legado, la preparación de las súplicas al papa, y la resolución de las dificultades teológicas, todo este trabajo en gran medida recayó sobre él. La historia de la embajada nos la ha dejado en su " Acta legationis", una declaración sucinta y objetiva de los procedimientos y de los problemas teológicos a resolver. En aquel momento mantiene una correspondencia íntima con el Arzobispo desterrado de Tuam, Florence Conry a quien envió una copia manuscrita de su "Acta" a Louvain. En mayo del año 1620, los legados volvieron a su diócesis en España, pero a Wadding se le pidió que permaneciera en Roma para ayudar al nuevo encargado de negocios. Mientras la comisión duró fue su más acreditado consejero teológico. Felipe IV, en una amable carta, le agradece profundamente sus servicios.. Los tres opuscula sobre la redención, bautismo, y muerte de la Santa Virgen (1655 y 1656), fueron escritos como contribuciones a los problemas presentados a la comisión.

ACTIVIDAD LITERARIA

Pero la actividad de Wadding no se limitó al trabajo de la embajada. Su idea principal había sido durante mucho tiempo reivindicar el nombre de su orden rescatando del olvido la memoria de los hombres que le habían dado brillo a lo largo del tiempo. La publicación de sus escritos y el relato de sus hechos los consideró la mejor respuesta a aquéllos que acusaban a la orden y a su fundador de sistemáticamente opuestos a aprender. Encontró a un partidario ardiente y eficaz en ese momento en el general, Benigno de Genoa que en 1619 por cartas encíclicas a la orden pedía que quienes fuesen capaces se dedicasen en cada provincia a transcribir y remitir a Roma todos los documentos relativos a la historia de la orden. El material acumulado fue entregado a Wadding. Entre los más distinguidos de estos colaboradores se cita a Bartolomé Cimareli y a Jacobo Polius, el primero trabajando en los archivos y bibliotecas del Norte y Centro de Italia y el segundo en los de Alemania.Como primicia Wadding publicó en 1623 en Amberes una completa edición con comentarios de "Los escritos de San Francisco" que estaba en curso de preparación. Mario de Calasio, un franciscano sabio, se había muerto en Roma dejando cuatro grandes tomos inéditos de concordancias hebreas (palabras utilizadas en los textos. N. del T.), además de una gramática y un diccionario hebreo. Wadding emprendió su publicación y, con el mecenazgo de Pablo V, fue capaz de montar una imprenta con caracteres hebreos en el Convento de Ara Coeli. Allí imprimió su propio ensayo, compuesto en Salamanca, "De hebraicae linguae origine, praestantia et utilitate ad ss. litterarum interpretes", que fue considerado en aquel momento como una valiosa contribución al conocimiento Bíblico. Aproximadamente al mismo tiempo comenzó la publicación de los trabajos de Miguel Angel de la Paz, un fraile de grandes luces que había muerto en el olor de santidad veinte años antes en el convento de Montorio. El primer tomo aparecía en 1623 y son los comentarios de Angel al Evangelio de San Marcos; le siguió en 1625 y en 1628 los comentarios al Evangelio de San Lucas, con la promesa de que seguirían dos volúmenes más que, sin embargo, nunca vieron la luz. En 1624 publicó un volumen sobre "Concordancia de San Antonio de Padua" y el "Promptuarium morale" de un franciscano irlandés anónimo, probablemente Tomás Hibernicus, al que agrega amplias notas marginales propias. En este mismo año (1624) aparecía en Viena, pero bajo otro nombre, el acta de Wadding sobre el martirio en Praga de catorce frailes menores, mártires a causa de su fe, por los herejes bohemios. Jerónimo Strasser a quien el autor le envió su manuscrito para contrastar ciertas correcciones, publicó la totalidad bajo su propio nombre: el mismo Wadding, es quien cita a Strasser entre los "Scriptores", dándonos al mismo tiempo la verdadero génesis del trabajo del fraile alemán. También por este año (1624) fue cuando se publicó su "Legatio Felipe III et IV."

En 1625 publicó en Madrid su "Apologeticum de praetenso monachatu augustiniano S. Francisi", refutando la teoría de que el fundador de los frailes menores había sido un agustino. La tercera edición (Lyons, 1641) contiene la contestación del autor a Tomás Herrera, un sabio agustino. No ha continuado esta teoría singular desde entonces. Por deseo de Urbano VIII, Wadding emprendió en 1630 la corrección y revisión de "las Vidas de los Papa y Cardenales" por Alfonso Ciacconius, contando con la colaboración de Victoreli y Ughelli. Otras publicaciones menores fueron: un "la Vida de Bl. Pedro Tomás, Patriarca de Constantinopla" (Lyons, 1637); una edición en métrica corregida y anotada de la "Vida de Santiago de la Marchia" por Juan Petrucci, Arzobispo de Tarentum (Lyons, 1641); una edición del "moralis de Oculus" de Juanes Guallensis, O.F.M. qué había sido atribuída hasta entonces a Raimundo Jordano, Canónigo Regular de San Agustín; una edición de la "Colección de refranes y hechos de filósofos famosos" y del tratado " De Sapientia sanctorum ", del mismo autor (Roma, 1655); una "Vida de San Anselmo", Obispo de Lucca, con el material que el autor había manejado para sus estudios bajo el pontificado de Gregorio VII (Roma, 1657); una edición, en un nuevo plan, de "Summa casuum" de Manual Rodrigo, hecho en Salamanca cuando el editor había terminado sólo sus estudios teológicos (1616); " Epigrammata pia ", una colección de versos latinos y epigramas compuesta por Wadding cuando era profesor en Salamanca, y publicada por Francisco de Susa, ex general de la orden, en su "Sanctorale seraphicum" (Salamanca, 1623). Marraccio (ap. Juan, en S. Antonio) se refiere a la publicación por Wadding de un tratado, "De scandalis in controversia Immaculatae Conceptionis", y Sbaralea (Supp.) menciona un trabajo póstumo sobre los Jansenitas, publicado en 1696. Finalmente, el propio autor en su "Scriptores" menciona entre sus escritos publicados "Officia plurima, praesertim lectiones II Noct. Sanctorum Ecclesiarum tum in Hispania, Germanica, Bohemia, Hungaria", etc.- manual litúrgico escrito en su calidad de consultor de la Sagrada Congregación de Ritos.

Pero la fama de Wadding como un escritor y crítico descansa principalmente en su monumental edición sobre Scoto, en el "Scriptores", y, sobre todo, en el "Annales ord. minorum". En 1639 publicó en Lyons una edición completa de los escritos del Doctor Sutil, en 16 volúmenes, habiendo consagrado cuatro años a su preparación. Corrigió todo el texto según los manuscritos mejores y las primeras impresiones, insertó notas críticas y eruditos scholia por todas partes, y enriqueció la edición con los comentarios de MacCaughwell, Hickey, Lychetus, Ponce, y otros. Era una tarea colosal, y solamente ésta habría inmortalizado su nombre. La vida de Juan Duns Scoto se fija en el primer volumen, y aparece separada en la de 1644. El "Scriptores ord. minorum" lo publicó en 1650 en un volumen de tamaño folio. Es una lista alfabética de los escritores del orden seráfica con un resumen de sus trabajos. Todavía mantiene su valor como el trabajo clásico en este tema, junto con el "Supplementum" de Sbaralca. Una nueva edición por Dr. Nardecchia de Roma está ahora a punto de realizarse. Pero el mayor logro literario de Wadding es el "Annales ord. minorum", una historia de la orden franciscana desde su fundación. Ocho volúmenes aparecieron entre 1625 y 1654, finalizando el trabajo en 1540. Se esperaban otros dos volúmenes, pero intervino la muerte. Cerró el octavo tomo con las palabras: "suspenso calamo illud unum agam quod potissimum necesarium est: animae scilicet procurandae totus incmbam". Este gran trabajo que los críticos, digno de tal nombre, nunca han dejado de exaltar, ha puesto a su autor en la primera línea de los historiadores eclesiásticos. Decir que su trabajo esta libre de defectos sería exigirle más de lo que un solo hombre puede lograr. Considerada la magnitud de la tarea y que el trabajo del autor era, en gran parte, el trabajo de un pionero, debe reconocerse que es una recopilación de una exactitud excepcional. Aquellos críticos que afirman "errores cronológicos serios" y "falta de exactitud y de método científico" en los Anales a duras penas puede mantenerlos con un estudio profundo del propio trabajo. "Sólo aquéllos que han consultado los Anales ciento y miles de veces", escribe Holzapfel (des de Geschichte Franziskancrodens, 582), "puede apreciar su verdadero valor." Wadding ha tenido varios continuadores oficiales de "Annales", pero todos ellos son inmensamente inferiores a él, quizás la excepción sería el autor de Volumen XIX.Además de los trabajos publicados con los que ya habría logrado la fama, Wadding preparaba otros para los que dejó una cantidad considerable de material. Entre ellos los siguientes: la historia de Papa Clemente VIII, León XI, Pablo V, Gregorio XV, y Urbano VIII, y de los cardenales nombrados por ellos; una edición de las obras especiales de escritores franciscanos; los Anales del Reino de Irlanda (proyecto del que se retiró debido a la imposibilidad en su momento de obtener los necesarios documentos de Irlanda); un volumen con sus propias cartas; las Actas de todos los Capítulos Generales de la orden (en cuyo trabajo se le anticipó Miguel Angel de Nápoles que empezó la publicación del "Chronologia historico legalis" en 1650); una historia de todos los obispados de la Iglesia Universal; y una descripción de la Regla de San Francisco. Nuestra admiración por la actividad desplegada en tantas obras aumenta cuando evocamos las circunstancias bajo las que tuvo que escribir. Sus ocupaciones diarias, dice su biógrafo, eran tan numerosas que la mayoría de sus obras literarias se hicieron, en las horas de silencio, desde la puesta del sol a la medianoche. En su prólogo al Vol., VI del "Annales", escribe: "In solo noctis decursu licuit opus compingere, die universo per molestas curas distracto." Es más, aunque su energía era prodigiosa, su constitución física se demostró a menudo desigual frente al esfuerzo. Desde la edad de veintidós años padeció dolores de cabeza del tipo más violento, una y a menudo dos veces al mes.

TRABAJOS POR IRLANDA

Cuando llegó a Roma en 1618 se encontró que el nombre de Irlanda era vergonzosamente ignorado desacreditado y ultrajado, en parte debido a las supercherías de sus enemigos tradicionales. Pero no perdió ninguna oportunidad para rectificar las opiniones, y pronto tuvo éxito haciendo que Irlanda fuese conocida y respetada. Dos instituciones florecientes fundadas por él hablaban a favor el colegio franciscano irlandés de San Isidoro y el colegio de Ludovico para los sacerdotes seglares irlandeses. Fundó el de San Isidoro en 1625, siendo autorizado por cartas patente del general (13 junio) y por bula especial de Urbano VIII (20 Oct.). Hombres como Antón Hickey, Patrick Fleming, John Ponce, y Martín Walsh fueron los primeros profesores. Wadding extendió los edificios iniciales (un desaparecido convento español), con los que le permitió comprar la generosidad de sus amigos. El Colegio, que existe hoy, es prácticamente obra suya. Buscó para la biblioteca 5000 obras selectas, además de una colección preciosa de manuscritos encuadernados en 800 volúmenes. Durante los primeros treinta años de su existencia este colegio educó a 200 estudiantes, 70 de ellos ocuparon cátedras de filosofía y teología en varios rincones de Europa. Otros volvieron a Irlanda y trabajaron en el ministerio, y muchos de ellos fueron llamados a entregar sus vidas por la Fe. Cada año Wadding celebraba la festividad de San Patricio con gran solemnidad en el San Isidoro; y debido a su influencia, como miembro de la comisión para la reforma del Breviario insertó, en el calendario de la Iglesia, la fiesta del apóstol de Irlanda el 17 marzo. Unos años después de la fundación del Colegio de los franciscanos irlandeses, Wadding influyó en el cardenal Ludovico, protector de Irlanda, para que hiciese notorio su protectorado dotando una institución similar para el clero secular irlandés. El cardinal aceptó, y el colegio se abrió el 1 enero de 1628, habiendo preparado Wadding los estatutos de constitución. Los estudiantes asistieron a las clases en las aulas de San Isidoro hasta 1635, cuando Wadding y sus hermanos pasaron la administración del colegio a los Jesuitas. Por un rescrito de Alejandro VII dado en Castelgandolfo en 1656, Wadding fundó otra casa en Capranica, un pueblo a unas treinta millas al norte de Roma, como noviciado para el Colegio de San Isidoro.

Wadding no sólo era el representante oficial y el agente infatigable en la Curia romana de los arzobispos y obispos de Irlanda, sino que sin consultarle, la Santa Sede no tomó ninguna medida de importancia sobre este país. Con cartas de poderes, el Consejo Supremo de los Confederados le nombró su agente y procurador en Roma y para toda Italia, el 6 de diciembre de 1642. Por su sugerencia el Padre Scarampi, el Oratorian, fue enviado en 1643 como enviado papal a Irlanda, con suministros de armas, municiones, y dinero. Wadding había enviado suministros similares el año anterior, así como oficiales irlandeses entrenados en los ejércitos de Francia y de los Países Bajos. Consiguió cartas de la Santa Sede para crear simpatías y afianzar la ayuda de los poderes católicos de Europa en favor de la guerra irlandesa. En 1645 influyó en el nuevo papa, Inocencio X, para que nombrase un enviado a Irlanda, con los poderes y la dignidad de un nuncio Apostólico, fue enviado el Arzobispo Rinuccini. A su salida de Roma el nuncio recibió de Wadding la suma de 26,000 escudos para la causa irlandesa. Por mencionar sólo algunas de sus contribuciones, Wadding envió una suma similar un año después a través del Dean Massari. El interés que demostraba la Corte romana por los asuntos irlandeses ya era importante. La noticia de la victoria de O'Neill en Benburb (el 5 de Junio de 1646) fue causa de gran alegría; se cantó un Te Deum solemne en la Basílica de San María la Mayor, y las banderas capturadas en la batalla fueron enviadas por el nuncio y colgadas como trofeos en la cúpula de San Pedro. Inocente X, a través de Wadding, envió su bendición a Owen Roe O'Neill y con ella la espada del gran Conde de Tyrone. Pero las envidias y la desunión entre los jefes Confederados lo estropearon todo, y nadie sufría tanto la debilidad de la causa como Wadding.

CARRERA OFICIAL

Lucas Wadding era lector jubilatus de teología y "el historiador de toda Orden de los Frailes Menores". Fue canciller, cuatro veces, de San Isidoro, y praeses del Colegio Irlandés. Fue nombrado procurador de la orden en 1630, pero no tomó posesión del cargo; nombrado de nuevo en 1632, ocupo el cargo hasta 1634. En su calidad de procurador era predicador durante la Cuaresma en la Corte papal. Nombrado vice-comisario de la orden en la Curia romana en 1645, insistió en que se le dispensase; pero le obligaron a que asumiera los deberes de comisario en 1648. Pablo V lo nombró calificador del Santo Oficio, y Gregorio XV consultor del Índice. Fue nombrados consultor para Ritos y Propaganda por Urbano VIII, y el mismo pontífice le nombró miembro de la comisión para la reforma del Breviario romano y de otros libros litúrgicos. Fue consejero de confianza de sucesivos papas, de muchos cardenales, y de los superiores de su orden. Si no fuera por su humildad, podría haber logrado los más altos honores en la Iglesia. Fue postulado para muchas sedes episcopales y metropolitanas, pero constantemente se negó a aceptar tal dignidad. Fue invitado por miembros prominentes de la sección cismontana de la orden a unirse a su grupo, con la intención de proponerle para la elección a general de la orden (lo que prometieron), pero lo rechazó. El Consejo Supremo de la Confederación le envió cartas a Urbano VIII el 14 de Junio de 1644, y a Inocente X el 23 de Noviembre del mismo año, para elevar a Wadding al cardenalato. Pero logró esconder dichos documentos en Roma, y sólo fueron descubiertos entre sus papeles a su muerte. Escribiendo al Consejo Supremo, Wadding se disculpa por este acto de humildad y alega que podría servir a su país más eficazmente. desde una posición menos prominente que la de cardenal. Escritores contemporáneos de Wadding declaran que fue votado para papa. Si esta declaración es verdad, debe ser en los cónclaves de 1644 o de 1645. La piedad de Wadding era igual a su sabiduría, y su muerte fue la de un santo.

WADDINGUS-SBARALEA, ord de Scriptores. minorum (Roma, 1806); JOANNES UN S. ANTONIO Biblioteca Universa Franciscana (Madrid, 1732); MARRACCIO. Biblioteca Mariana (Roma, 1646); los Trabajos de Sir Jas. Ware, ed. HARRIS (Dublín, 1764); Relatos Antiguos y Actuales del Condado y Ciudad de Waterford (Dublín, 1746); WATT, Biblioteca Británica (Edimburgo, 1824); RYAN, Celebridades de Irlanda (Dublín, 1846); WEBB, Diccionario de Bibliografía irlandesa (Dublín, 1878); HORE, Historia de la Ciudad y Condado de Wexford (Londres, 1904); Ulster Diario de Arqueología, VII. HAROLD, Fr. Lucae Waddingi, annalium minorum authoris, Vita (Roma, 1662), prefijó a HAROLD Epítome annalium; también en Annales minorum, I (2. ed., Roma, 1731); MSS. en los archivos de los Padres franciscanos, el Muelle de Comerciantes, Dublín, y en los archivos de varias bibliotecas en Roma; BRENAN, Eccl. HiSan de Irlanda, II (Dublín, 1840), 266-69; GILBERT, HiSan de la Confederación irlandesa, I-VII (Dublín, 1882-91), passim; RINUOCDINI, Nunciatura, ed. AIAZZI (Florencia, 1844), 419; HOLZAPFEL, Geschichte des Franziskanerordens (Friburgo, 1909), 580-3; DONNELLY, Colegio Irlandés, Roma (Dublín), 3-5.


GREGORY CLEARY

Transcrito por Michael T. Barrett

Dedicado a Peter y Kelley Bock