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Lunes, 25 de noviembre de 2024

Diferencia entre revisiones de «San Bartolomé»

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[[Archivo:Barto2.jpg|300px|thumb|left|]]Uno de los doce apóstoles, mencionado sexto en tres de los Evangelios (Mateo 10:3; Marcos 3:18; Lucas 6:14) y séptimo en los Hechos de los Apóstoles (1:13).
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[[Archivo:Barto2.jpg|300px|thumb|left|San Bartolomé desollado. Marco d'Agrate. El Duomo de Milán.]][[Archivo:A8808.jpg|300px|thumb|left|]][[Archivo:Anatomia del corpo humano Rome, 1559 Copperplate engraving National Library of Medicine Juan Valverde de Amusco (anatomist).jpg|300px|thumb|left|]]Uno de los doce apóstoles, mencionado sexto en tres de los Evangelios (Mateo 10:3; Marcos 3:18; Lucas 6:14) y séptimo en los Hechos de los Apóstoles (1:13).
  
 
El nombre (Bartholomaios) significa “hijo de Talmai” (o Tholmai) que es un antiguo nombre hebreo, llevado por el Rey de Gessur cuya hija era esposa de David (II Reyes 3:3). Esto demuestra, al menos, que Bartolomé era un descendiente hebreo, esté puede haber sido su genuino nombre propio o simplemente añadido para distinguirlo como el hijo de Talmai. Fuera de las instancias referidas, no ocurre otra mención de su nombre en el Nuevo Testamento. Nada más es sabido acerca de su vida con certeza. Sin embargo, muchos eruditos lo identifican con Natanaél (Juan 1:45-51; 21:2). Las razones de esta suposición es que Bartolomé no es un nombre apropiado para un apóstol; que el nombre nunca aparece en el cuarto Testamento, mientras que Natanaél no es mencionado en las sinópticas; que Bartolomé es un nombre emparejado con Felipe en los evangelios de Mateo y Lucas, y encontrado al lado suyo en el evangelio de Marcos, que concuerda bien por el hecho demostrado por San Juan, que Philip era un viejo amigo de Natanaél y lo guió hacia Jesús; que la llamada de Natanaél, mencionada con el llamado de distintos apóstoles, parece que lo marca para el apostolado, especialmente desde que la completa y bella narrativa nos guíe hacia un desarrollo importante; que Natanaél era de Galilea donde Jesús encontró a la mayoría sino a todos los Doce Apóstoles; finalmente, que en la ocasión de la aparición del Salvador a orilla del Mar de Tiberias, Natanaél es encontrado presente, junto con algunos apóstoles que están nombrados y dos no nombrados discípulos de Jesús , que eran probablemente apóstoles (la palabra “apóstol” no se encuentra en el cuarto Evangelio y “discípulo” de Jesús ordinariamente significa apóstol) y así, presumiblemente, era uno de los Doce. Esta cadena de evidencia circunstancial es ingeniosa y muy fuerte; el eslabón débil es que, a pesar de todo, Natanaél puede haber sido otro personaje en el cuál, por alguna razón, el autor del cuarto evangelio puede haber estado muy interesado, como lo hizo con Nicodemus, quien al igual que él no está nombrado en las sinópticas.
 
El nombre (Bartholomaios) significa “hijo de Talmai” (o Tholmai) que es un antiguo nombre hebreo, llevado por el Rey de Gessur cuya hija era esposa de David (II Reyes 3:3). Esto demuestra, al menos, que Bartolomé era un descendiente hebreo, esté puede haber sido su genuino nombre propio o simplemente añadido para distinguirlo como el hijo de Talmai. Fuera de las instancias referidas, no ocurre otra mención de su nombre en el Nuevo Testamento. Nada más es sabido acerca de su vida con certeza. Sin embargo, muchos eruditos lo identifican con Natanaél (Juan 1:45-51; 21:2). Las razones de esta suposición es que Bartolomé no es un nombre apropiado para un apóstol; que el nombre nunca aparece en el cuarto Testamento, mientras que Natanaél no es mencionado en las sinópticas; que Bartolomé es un nombre emparejado con Felipe en los evangelios de Mateo y Lucas, y encontrado al lado suyo en el evangelio de Marcos, que concuerda bien por el hecho demostrado por San Juan, que Philip era un viejo amigo de Natanaél y lo guió hacia Jesús; que la llamada de Natanaél, mencionada con el llamado de distintos apóstoles, parece que lo marca para el apostolado, especialmente desde que la completa y bella narrativa nos guíe hacia un desarrollo importante; que Natanaél era de Galilea donde Jesús encontró a la mayoría sino a todos los Doce Apóstoles; finalmente, que en la ocasión de la aparición del Salvador a orilla del Mar de Tiberias, Natanaél es encontrado presente, junto con algunos apóstoles que están nombrados y dos no nombrados discípulos de Jesús , que eran probablemente apóstoles (la palabra “apóstol” no se encuentra en el cuarto Evangelio y “discípulo” de Jesús ordinariamente significa apóstol) y así, presumiblemente, era uno de los Doce. Esta cadena de evidencia circunstancial es ingeniosa y muy fuerte; el eslabón débil es que, a pesar de todo, Natanaél puede haber sido otro personaje en el cuál, por alguna razón, el autor del cuarto evangelio puede haber estado muy interesado, como lo hizo con Nicodemus, quien al igual que él no está nombrado en las sinópticas.

Última revisión de 19:16 24 feb 2012

San Bartolomé desollado. Marco d'Agrate. El Duomo de Milán.
A8808.jpg
Anatomia del corpo humano Rome, 1559 Copperplate engraving National Library of Medicine Juan Valverde de Amusco (anatomist).jpg
Uno de los doce apóstoles, mencionado sexto en tres de los Evangelios (Mateo 10:3; Marcos 3:18; Lucas 6:14) y séptimo en los Hechos de los Apóstoles (1:13).

El nombre (Bartholomaios) significa “hijo de Talmai” (o Tholmai) que es un antiguo nombre hebreo, llevado por el Rey de Gessur cuya hija era esposa de David (II Reyes 3:3). Esto demuestra, al menos, que Bartolomé era un descendiente hebreo, esté puede haber sido su genuino nombre propio o simplemente añadido para distinguirlo como el hijo de Talmai. Fuera de las instancias referidas, no ocurre otra mención de su nombre en el Nuevo Testamento. Nada más es sabido acerca de su vida con certeza. Sin embargo, muchos eruditos lo identifican con Natanaél (Juan 1:45-51; 21:2). Las razones de esta suposición es que Bartolomé no es un nombre apropiado para un apóstol; que el nombre nunca aparece en el cuarto Testamento, mientras que Natanaél no es mencionado en las sinópticas; que Bartolomé es un nombre emparejado con Felipe en los evangelios de Mateo y Lucas, y encontrado al lado suyo en el evangelio de Marcos, que concuerda bien por el hecho demostrado por San Juan, que Philip era un viejo amigo de Natanaél y lo guió hacia Jesús; que la llamada de Natanaél, mencionada con el llamado de distintos apóstoles, parece que lo marca para el apostolado, especialmente desde que la completa y bella narrativa nos guíe hacia un desarrollo importante; que Natanaél era de Galilea donde Jesús encontró a la mayoría sino a todos los Doce Apóstoles; finalmente, que en la ocasión de la aparición del Salvador a orilla del Mar de Tiberias, Natanaél es encontrado presente, junto con algunos apóstoles que están nombrados y dos no nombrados discípulos de Jesús , que eran probablemente apóstoles (la palabra “apóstol” no se encuentra en el cuarto Evangelio y “discípulo” de Jesús ordinariamente significa apóstol) y así, presumiblemente, era uno de los Doce. Esta cadena de evidencia circunstancial es ingeniosa y muy fuerte; el eslabón débil es que, a pesar de todo, Natanaél puede haber sido otro personaje en el cuál, por alguna razón, el autor del cuarto evangelio puede haber estado muy interesado, como lo hizo con Nicodemus, quien al igual que él no está nombrado en las sinópticas.

Ninguna mención de San Bartolomé ocurre en literatura eclesiástica antes de Eusebio, quien menciona que Pantaenus, el maestro del Origen, mientras evangelizaba la India, se le dijo que un apóstol ya había evangelizado allí antes que él y que le había dado a sus convertidos en Evangelio de Mateo escrito en hebreo, que todavía era atesorado por la Iglesia. “India” era un nombre cubriendo una vasta área, incluido Arabia Felix. Otras tradiciones representan a San Bartolomé como predicador en Mesopotamia, Persia, Egipto, Armenia, Lycaonia, Phrygia, y en las orillas del Mar Negro; una legenda, es iteresante notar, lo identifica con Natanaél. Su muerte, se dice que fue en Albanopolis en Armenia, esto es igual de inseguro; de acuerdo a algunos, él fue decapitado, de acuerdo a otros desollado vivo y luego crucificado, con ola cabeza hacia abajo, por ordenes de Astyages, por haber convertido a su hermano Polymus, Rey de Armenia. En cuenta de esta leyenda, es representado en arte (como en El Último Juicio de Miguel Ángel) desollado y sosteniendo su piel con sus propias manos. Sus reliquias se cree que están conservadas en la iglesia de San Bartolomé en la Isla, en Roma. Su fiesta es celebrada el 24 de agosto. Un evangelio apócrifo de Bartolomé existió en los primeros años. LE CAMUS, Vie de Notre Seigneur (tr. New York, 1906), I; IDEM in VIG., Dict. de la Bible, where references are given for the sources of the traditions, FOUARD, Life of Christ (New York, 1891).

JOHN F. FENLON Transcrito por Cloistered Dominican Nuns, Monastery of the Infant Jesus, Lufkin, Texas Dedicado a Cristo Redentor Traducido por Fernando Arriola