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Jueves, 21 de noviembre de 2024

Diferencia entre revisiones de «Aeterni Patris (Carta Apostólica )»

De Enciclopedia Católica

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Carta Apostólica de Pío IX con la que convocaba el Concilio Vaticano I, datada el 29 de junio de 1868. Comienza con las mismas palabras y se cita con el mismo título que la de León XIII sobre la filosofía escolástica. Pero el propósito y sustancia son muy diferentes. Esta comienza señalando la provisión que Cristo hizo para que su fe y moral fueran enseñados y la unidad de ambas se asegurase. El comisionó a los Apóstoles para que enseñaran  y colocó a Pedro como su cabeza y Príncipe de los Apóstoles. Era un oficio para la Iglesia y cuando S. Pedro murió debía continuar en las personas de la serie de sucesores, uno tras otro. De aquí que el mismo poder supremo, jurisdicción y primacía son transmitidos a los Pontífices Romanos que se sientan en la Silla de S. Pedro. Y de aquí que los Romanos Pontífices han guardado como requiere su oficio, la fe y moral cristianas. Y de ahí que, cuando la ocasión lo requiere, convoquen Concilios Generales para atender a las graves necesidades de la iglesia.
 
Carta Apostólica de Pío IX con la que convocaba el Concilio Vaticano I, datada el 29 de junio de 1868. Comienza con las mismas palabras y se cita con el mismo título que la de León XIII sobre la filosofía escolástica. Pero el propósito y sustancia son muy diferentes. Esta comienza señalando la provisión que Cristo hizo para que su fe y moral fueran enseñados y la unidad de ambas se asegurase. El comisionó a los Apóstoles para que enseñaran  y colocó a Pedro como su cabeza y Príncipe de los Apóstoles. Era un oficio para la Iglesia y cuando S. Pedro murió debía continuar en las personas de la serie de sucesores, uno tras otro. De aquí que el mismo poder supremo, jurisdicción y primacía son transmitidos a los Pontífices Romanos que se sientan en la Silla de S. Pedro. Y de aquí que los Romanos Pontífices han guardado como requiere su oficio, la fe y moral cristianas. Y de ahí que, cuando la ocasión lo requiere, convoquen Concilios Generales para atender a las graves necesidades de la iglesia.
 
A continuación hace un rápido repaso de los peligros existentes en el momento para la fe y la moral y cómo remediarlos. Pío IX publica esta carta llamando a los obispos y otros que tienen el derecho o el deber de estar presentes, a un Concilio General que se había de reunir en la Basílica de S. Pedro de Roma el 8 de diciembre de 1869, aniversario de la definición de la Inmaciulada Concepción. Esta Carta no se debe confundir con el Decreto Pastor Æternus emitido por Pío IX a la clausura del Concilio, al año siguiente, y en el que se definía el dogma de la Infalibilidad papal.
 
A continuación hace un rápido repaso de los peligros existentes en el momento para la fe y la moral y cómo remediarlos. Pío IX publica esta carta llamando a los obispos y otros que tienen el derecho o el deber de estar presentes, a un Concilio General que se había de reunir en la Basílica de S. Pedro de Roma el 8 de diciembre de 1869, aniversario de la definición de la Inmaciulada Concepción. Esta Carta no se debe confundir con el Decreto Pastor Æternus emitido por Pío IX a la clausura del Concilio, al año siguiente, y en el que se definía el dogma de la Infalibilidad papal.

Revisión de 22:45 19 nov 2007

Carta Apostólica de Pío IX con la que convocaba el Concilio Vaticano I, datada el 29 de junio de 1868. Comienza con las mismas palabras y se cita con el mismo título que la de León XIII sobre la filosofía escolástica. Pero el propósito y sustancia son muy diferentes. Esta comienza señalando la provisión que Cristo hizo para que su fe y moral fueran enseñados y la unidad de ambas se asegurase. El comisionó a los Apóstoles para que enseñaran y colocó a Pedro como su cabeza y Príncipe de los Apóstoles. Era un oficio para la Iglesia y cuando S. Pedro murió debía continuar en las personas de la serie de sucesores, uno tras otro. De aquí que el mismo poder supremo, jurisdicción y primacía son transmitidos a los Pontífices Romanos que se sientan en la Silla de S. Pedro. Y de aquí que los Romanos Pontífices han guardado como requiere su oficio, la fe y moral cristianas. Y de ahí que, cuando la ocasión lo requiere, convoquen Concilios Generales para atender a las graves necesidades de la iglesia. A continuación hace un rápido repaso de los peligros existentes en el momento para la fe y la moral y cómo remediarlos. Pío IX publica esta carta llamando a los obispos y otros que tienen el derecho o el deber de estar presentes, a un Concilio General que se había de reunir en la Basílica de S. Pedro de Roma el 8 de diciembre de 1869, aniversario de la definición de la Inmaciulada Concepción. Esta Carta no se debe confundir con el Decreto Pastor Æternus emitido por Pío IX a la clausura del Concilio, al año siguiente, y en el que se definía el dogma de la Infalibilidad papal. Acta PII IX (1868), 412-423, tr. in Dub. Rev., 1868, 529-535.

Bibliografía.

Acta PII IX (1868), 412-423, tr. in Dub. Rev., 1868, 529-535.

M. O'Riordan.

Traducido por Pedro Royo.


The Catholic Encyclopedia, Volume I. Published 1907. New York: Robert Appleton Company. Nihil Obstat, March 1, 1907. Remy Lafort, S.T.D., Censor. Imprimatur. +John Cardinal Farley, Archbishop of New York