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Miércoles, 11 de diciembre de 2024

Diferencia entre revisiones de «Comentarios bíblicos»

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(Comentarios Católicos Modernos)
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"Para escribir una historia completa de la [[exégesis bíblica|exégesis]]", dice Farrar, "se requeriría el [[espacio]] de muchos volúmenes."  No es de extrañar si se tiene en cuenta que el número de comentarios sobre un escritor tan reciente como [[Dante Alighieri|Dante]] alcanzó el total de 1,300 a principios del siglo XX.  Como el terreno a cubrir es muy extenso, aquí sólo podremos dar el bosquejo más sencillo.  La bibliografía al final le permitirá al lector profundizar en el tema. Tocamos los puntos más importantes de los comentarios [[judaísmo|judíos]], [[patrística|patrísticos]], [[Edad Media|medievales]] y modernos ([[católico]]s y no católicos).  Comenzamos con los escritores judíos, y tratamos brevemente con el [[Tárgum]], Mishna y [[Talmud]]; ya que, aunque estos no pueden ser considerados como comentarios sobre la [[Biblia]], en el sentido estricto de la palabra, naturalmente conducen a ellos. Aquellos que requieren más información sobre este punto pueden referirse a los artículos especiales en la Enciclopedia Católica, y a las obras mencionadas en la bibliografía. Se presta especial atención a la lista de los mejores comentarios modernos no católicos en inglés [V (3)].  El artículo se divide de la siguiente manera:
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Vea [[Comentarios Bíblicos]].
 
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==Comentarios Judíos==
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'''[[Filo Judeo|Filón]]''':
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Había una historia entre los [[judaísmo|judíos]] de la [[Edad Media]], según la cual [[Aristóteles]] acompañó a [[Alejandro]] Magno a [[Jerusalén]], y, con la astucia característica [[Grecia|griega]], se apropió de la sabiduría de [[Salomón]], que posteriormente se atribuyó como propia delante de sus compatriotas. Esto explicaba todo lo [[bien|bueno]] en Aristóteles; los defectos eran la única cosa peculiar al [[filosofía|filósofo]].  Que la literatura griega, en general, obtuvo su inspiración de [[Moisés]] fue una [[idea]] no crítica que se remontaba a [[Filo Judeo|Filón]], el gran escritor judío de [[Alejandría]].  Un visitante de Alejandría en el momento en que [[Jesucristo|Cristo]] fue a predicar a [[Galilea]], habría encontrado allí y en sus alrededores un millón de judíos que usaban la [[Versión de los Setenta]] como su [[Biblia]], y habría podido entrar a su magnífica gran [[sinagoga]], de la que estaban justamente [[orgullo]]sos.  Se suponía que quien no la había visto no había contemplado la [[gloria]] de [[israelitas|Israel]].  De acuerdo al Sukkah, los miembros de su [[Sanedrín]] se sentaban en setenta y un [[trono]]s de oro valorados en decenas de miles de talentos de oro; y el edificio era tan grande que había que ondear una bandera para señalarle a la gente cuándo responder.
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A la cabeza de esta asamblea, en el trono más alto, se sentaba el “alabarca” (N. de la T.: el alabarca era el título griego de un oficial que estaba a la cabeza de la población judía de Alejandría durante los períodos helenístico y [[Roma|romano]] temprano.), el hermano de Filón. Filón mismo era un [[hombre]] [[uso de la riqueza|rico]] y erudito, que se mezclaba con todas clase de [[persona]]s y frecuentaba el [[El Teatro|teatro]] y la gran [[bibliotecas|biblioteca]]. Igualmente familiarizado con los Setenta y con los clásicos griegos, estaba asombrado y perplejo ante los muchos pensamientos hermosos y nobles contenidos en los segundos, que podían compararse con muchos pasajes de la Biblia.  Como esta dificultad debe haberse presentado con frecuencia a las [[mente]]s de sus correligionarios, trató de hacerle frente diciendo que todo lo que era grande en [[Filósofo Sócrates|Sócrates]], [[Platón y Platonismo|Platón]], etc. se originó con Moisés.  Se dedicó a la conciliación de la [[filosofía]] [[paganismo|pagana]] con el [[Antiguo Testamento]], y para ello hizo amplio uso del método de interpretación alegórico. Muchos pasajes del [[Pentateuco]] no estaban destinados a ser tomados literalmente.  Eran literalmente [[falsedad|falsos]], pero  alegóricamente ciertos.  No dio con la distinción, hecha más tarde por [[Santo Tomás de Aquino]] y otros pensadores [[católico]]s, entre la [[religión]] natural y la [[revelación|revelada]]. La Biblia contiene no sólo la religión revelada, sino también la natural, libre de [[error]]es y con la [[sanción]] divina.  Los sistemas paganos pueden tener la religión natural muy desarrollada, pero con mucho error concomitante.  Aunque esta distinción no se le ocurrió a Filón, su [[exégesis bíblica|exégesis]] sirvió para superar las dificultades por el momento entre los judíos helenísticos, y tuvo gran influencia sobre [[Orígenes y Origenismo|Orígenes]] de [[Iglesia de Alejandría|Alejandría]] y de otros escritores [[cristianismo|cristianos]] alejandrinos.
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'''Los [[Tárgum|Tárgums]]:'''
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Con el fin de ponernos en las principales líneas de interpretación
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[[judaísmo|judía]] es [[necesidad|necesario]] irnos a la [[Tierra Santa]]. Farrar, en su "Vida de Cristo", dice que se ha sugerido que cuando [[Jesucristo|Cristo]] visitó el [[Templo de Jerusalén|Templo]], a los doce años de edad, debieron haber estado presente entre los [[doctor]]es Jonathan ben Uziel, que una vez se pensó ser el autor del [[Tárgum]] Jonatán, y los venerables maestros [[Hillel]] y [[Shammai]], los transmisores de la Mishná.  Los Tárgums (el más famoso de los cuales es el del [[Pentateuco]], [[error|erróneamente]] atribuido a Onkelos, un nombre poco apropiado para Aquila, según Abrahams) eran la única aproximación a algo así como un comentario sobre la [[Biblia]] antes de la época de Cristo.  Eran traducciones o paráfrasis interpretativas del hebreo al arameo para el uso en las [[sinagoga]]s cuando, después del [[cautiverios de los israelitas|Exilio]], la gente había perdido el [[conocimiento]] del hebreo.  Es [[duda|dudoso]] si cualquiera de ellas fueron puestas por escrito antes de la [[fechas y datación|era cristiana]]. Son importantes ya que indican el carácter del texto hebreo que se usó, y porque concuerdan con el [[Nuevo Testamento]] en la interpretación [[Mesías|mesiánica]] de ciertos pasajes que judíos posteriores negaron tuviesen ninguna relación mesiánica.
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'''La  Mishná y los [[Talmud]]:'''
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[[Hillel]] y [[Shammai]] fueron el ultimo “par” de varias generaciones de “pares” de maestros.  Estos pares fueron los sucesores de los primeros [[escribas]] que vivieron después del [[cautiverios de los israelitas|Exilio]].  Se dice que estos maestros transmitieron y expandieron la [[Legislación de Moisés|ley]] oral, la cual, según la opinión no crítica de muchos [[judaísmo|judíos]], comenzó con [[Moisés]].  Esta ley oral, cuyo origen está enterrado en la oscuridad, se compone de interpretaciones jurídicas y [[liturgia|litúrgicas]] y aplicaciones del [[Pentateuco]].  Como ninguna parte de ella fue escrita, fue preservada mediante la repetición constante (''Mishná'').    En la destrucción de [[Jerusalén]] varios [[rabí y rabinismo|rabinos]], educados en dicha ley, se establecieron en Jamnia, cerca del mar, a veintiocho millas al oeste de Jerusalén.  Jamnia se convirtió en la sede de la erudición judía hasta 135. A continuación, se abrieron [[escuelas]] en Séforis y [[Tiberíades]], al oeste del [[Mar de Galilea]].  Los rabinos consolaban a sus compatriotas enseñándoles que el estudio de la Ley (tanto oral como escrita) tomaba el lugar de los [[sacrificio]]s.  Ellos dedicaron sus energías a la organización de la [[Tora]] no escrita, o la Ley. 
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Uno de los más exitosos en esto fue el Rabí Akiba, quien participó en la revuelta de Bar-Kokba, contra los [[Roma|romanos]], y perdió la [[vida]] (135). El trabajo de sistematización se completó y, probablemente, fue puesto por escrito por el [[patriarca y patriarcado|patriarca]] judío de Tiberíades, el rabino Jehudah ha-Nasi "El Príncipe" (150-210).  Él era de origen noble, rico y culto, y era llamado por los judíos "Nuestro Maestro el Santo", o simplemente Rabí ''par excellence''.  La compilación realizada por este rabino es la Mishná.  Está escrita en hebreo nuevo, y se compone de seis grandes divisiones u órdenes, y cada división contiene, en promedio cerca de diez tratados, compuesto cada uno de varios capítulos. Se puede decir que la Mishná es una recopilación de la [[Teología Moral|teología moral]], la [[liturgia]], el [[ley|derecho]], etc. judíos tradicionales. Hay otras tradiciones no encarnadas en la obra del rabino, y a éstas se les llama Mishná adicionales.
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Las discusiones de las últimas generaciones de rabinos se centran alrededor del texto de la Mishná.  Intérpretes o "portavoces" trabajaron en ella tanto en Palestina como en [[Babilonia]] (hasta 500), y los resultados están contenidos en el [[Talmud]] babilónico y en el palestino.  La palabra Talmud significa enseñanza, doctrina. Cada Talmud consta de dos partes, la Mishná (en hebreo), en sesenta y tres tratados, y una explicación de los mismos (Gemara), diez o doce veces tan extensa.  La parte explicativa del Talmud palestino está escrita en arameo occidental y la del Talmud babilónico en arameo oriental, que está íntimamente ligado al [[Siria|siríaco]] o mandaico.  Los pasajes en la Gemara que contienen Mishná adicionales, sin embargo, se dan en hebreo nuevo.  Sólo treinta y nueve tratados de la Mishná tienen Gemara.  El Talmud, entonces, consiste de la Mishná (tradiciones desde el 450 a.C. hasta el 200 d.C.), junto con un comentario a ella, Gemara, siendo este último compuesto alrededor de 200-500 d.C.  Luego de la [[Biblia]] el Talmud babilónico es el gran libro [[religión|religioso]] de los judíos [[ortodoxia|ortodoxos]], aunque el Talmud palestino es más altamente apreciado por los eruditos modernos.  Desde el año 500 hasta la [[Edad Media]] los rabinos (''geonim'') en Babilonia y otros lugares se dieron a la tarea de comentar sobre el Talmud y de reconciliarlo con la Biblia.  Una lista de tales comentarios aparece en “La Enciclopedia Judía”
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'''El  ''Midrashim'''''
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Simultáneamente a la Mishná y al [[Talmud]] se formó una serie de [[Midrás]], o comentarios sobre la [[Biblia]]. Algunos de estos fueron legalistas, al igual que la Gemara del Talmud, pero los más importantes fueron de carácter edificante y [[homilía|homilético]] (Midrash Hagadá). Estos últimos son importantes por la luz corroborativa que arrojan sobre el lenguaje del [[Nuevo Testamento]]. Se ve el [[Evangelio según San Juan]] como lleno de fraseología [[judaísmo|judía]] temprana, y las palabras del [[Salmos|Salmo]] 99, "dijo el Señor a mi Señor", etc. se encuentran en un lugar aplicadas al [[Mesías]], como en [[Evangelio según San Mateo|San Mateo]], aunque Rashi y judíos posteriores le quitan su sentido mesiánico y se lo aplican a [[Abraham]].
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'''Comentarios caraítas''': 
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Cuando se considera la naturaleza del [[Talmud]] y otros escritos, no es de extrañar que produjesen una reacción [[violencia|violenta]] contra el [[rabí y rabinismo|rabinismo]] incluso entre los propios [[judaísmo|judíos]]. A pesar de las pocas joyas del pensamiento dispersos a través de él a largos intervalos, no hay nada en ninguna literatura tan poco atractivo como el Talmud.  La oposición a estas "tradiciones de [[hombre]]s", finalmente se concretó. Anan ben David, un prominente judío de [[Babilonia]] en el siglo VIII, rechazó el rabinismo por el [[Antiguo Testamento]] escrito y se convirtió en el fundador de la [[secta]] conocida como los caraítas (una palabra que indica su preferencia por la Biblia escrita).  Este [[cisma]] produjo una gran energía y capacidad de ambas partes. Los principales comentadores [[Biblia|bíblicos]] caraítas fueron Mahavendi (siglo IX), Abul-Faraj Harun (siglo IX), [[exégesis bíblica|exégeta]] y gramático hebreo; Salomón ben Yerucham (siglo X); Sahal-ben Mazliach (m. 950), gramático y lexicógrafo hebreo; Joseph al-Bazir (m. 930), Japhet ben Ali, el más grande comentarista caraíta del siglo X; y Judah Hadasi (m. 1160).
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'''Edad Media''':
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Saadiah de Fay-Um (m. 892), el más poderoso escritor contra los caraítas, tradujo la [[Biblia]] al arábigo y agregó notas. Además de comentarios sobre la Biblia, Saadia escribió un tratado sistemático que armonizaba la [[religión]] [[revelación|revelada]] con la [[filosofía]] [[Grecia|griega]]. Se convirtió así en el precursor de [[Maimónides]] y los [[escolasticismo|escolásticos]] [[católico]]s. Salomón ben Isaac, llamado Rashi (n. 1040) escribió explicaciones muy populares del [[Talmud]] y la Biblia. [[Abraham-ben-Méir Aben-Ezra]] de [[Toledo]] (m. 1168) tenía un buen [[conocimiento]] de lenguas orientales y escribió comentarios eruditos sobre el [[Antiguo Testamento]].  Fue el primero en sostener que [[Isaías]] contiene la obra de dos [[profecía, profeta y profetisa|profetas]]. Moisés Maimónides (m. 1204), el mayor estudioso [[judaísmo|judío]] de la [[Edad Media]], del cual sus correligionarios dijeron que "desde [[Moisés]] a Moisés no hubo otro como Moisés", escribió su "Guía de los Perplejos", que fue leída por [[Santo Tomás de Aquino|Santo Tomás]].  Fue un gran admirador de [[Aristóteles]], que era para él el representante del conocimiento natural así como la Biblia lo es de lo [[orden sobrenatural|sobrenatural]].  Estaban las dos Kimchis, especialmente David (m. 1235) de Narbona, quien fue un famoso gramático, lexicógrafo y comentarista inclinado al sentido literal. Fue seguido por Najmánides de [[Cataluña]] (m. 1270), [[doctor]] en [[historia de la medicina|medicina]] que escribió comentarios de una tendencia [[cábala|cabalística]]; Emanuel de [[Roma]] (n. 1270); y los caraítas, Aaron ben Joseph (1294) y Aarón ben Elías ( siglo XIV).
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'''Modernos''':
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[[Isaac Abrabanel]] (nació en [[Lisboa]] en 1437 y murió en [[Venecia]] en 1508) fue un estadista y académico. Ninguno de sus predecesores llegó tan cerca del ideal moderno de un comentarista como lo hizo él.  Le escribió introducciones generales a cada libro, y fue el primer [[judaísmo|judío]] en hacer uso extenso de los comentarios [[cristianismo|cristianos]].  También debemos mencionar a Elias Levita (m. 1549) y Azarías de Rossi (m. 1577).  Moses Mendelssohn de [[Berlín]] (m. 1786), un amigo de Lessing, tradujo el [[Pentateuco]] al [[Alemania|alemán]].  Sus comentarios (en hebreo) son exactos, eruditos, críticos y agudos.  Él ha tenido mucha influencia en la modernización de los métodos judíos.  Mendelssohn ha sido seguido por Wessely, Jaroslaw, Homberg, Euchel, Friedlander, Hertz, Herxheimer, Philippson, etc, llamados "biuristas", o expositores. La [[escuelas|escuela]] liberal moderna entre los judíos está representada por Munk, Luzzato, Zunz, Geiger, Furst etc.  En épocas pasadas los judíos le atribuyeron a [[Moisés]] tanto la [[Tora]] escrita como la oral; algunos judíos modernos parecen dispuestos a negar que tuviese algo que ver con ninguna.
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==Comentarios Patrísticos==
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La historia de la [[exégesis bíblica|exégesis]] [[cristianismo|cristiana]] se puede dividir en tres períodos: la época de los [[Padres de la Iglesia|Padres]], la época de las [[Catenae]] y escolios (siglo VII al XVI) y la época de los comentarios modernos  (siglos XVI al XX). La [[mayoría]] de los comentarios [[patrística|patrísticos]] están en forma de [[homilía]]s, o discursos a los [[fieles]], y cubren toda la [[Escritura]]. Hay dos [[escuelas]] de interpretación, la de [[Alejandría]] y la de [[Antioquía]].
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'''Escuela Alejandrina:'''
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Los principales escritores de la Escuela de Alejandría fueron [[Panteno]], [[Clemente de Alejandría]], [[Orígenes y Origenismo|Orígenes]], [[San Dionisio de Alejandría]], [[Dídimo el Ciego|Dídimo]] el [[sacerdote]] ciego, [[San Cirilo de Alejandría]] y [[Pierio]]. A éstos se puede añadir [[San Ambrosio]], quien, en un grado moderado, adoptó su sistema. Su característica principal fue el método alegórico.  Este se basó, sin duda, en pasajes de los [[Evangelios]] y las [[epístola|Epístolas]] de [[San Pablo]], pero recibió un fuerte impulso a partir de los escritos de los [[judaísmo|judíos]] de Alejandría, sobre todo de [[Filo Judeo|Filón]]. El gran representante de esta escuela fue Orígenes (m. 254). Desde sus años más tempranos Orígenes manifestó tan extraordinarias señales de [[virtud de religión|piedad]] y genio que fue tenido en la más alta reverencia por su [[padres|padre]], él mismo un [[santidad|santo]] y [[mártir]].  Orígenes se convirtió en el maestro de muchos grandes [[Comunión de los Santos|santos]] y sabios, de los cuales uno de las más célebres fue [[San Gregorio Taumaturgo]], quien fue conocido como el "Diamantino" debido a su incesante aplicación al estudio, a la escritura, a dar conferencias y a las obras de piedad.  A menudo mantenía siete amanuenses empleados activamente; se decía que él se convirtió en el autor de 6,000 obras ([[San Epifanio|Epifanio]], Haer., LXIV, ); de acuerdo a [[San Jerónimo]], quien redujo el número a 2,000 (Contra. Rufin, II, 22. ), dejó más escritos que los que ningún [[hombre]] pudiera leer en la [[vida]] (Ep. XXXIII, ad Paulam).  Además de sus grandes trabajos en la [[Hexapla]] escribió escolios, [[homilía]]s y comentarios sobre el [[Antiguo Testamento|Antiguo]] y el [[Nuevo Testamento]]. En sus escolios dio una breve explicación de los pasajes difíciles, a la manera de sus contemporáneos, los anotadores de los clásicos [[Grecia|griegos]]. La [[mayoría]] de los escolios, en el que principalmente buscaba el sentido literal, se han perdido por desgracia, pero se supone que su contenido se manifiesta en los escritos de [[San Juan Crisóstomo]] y otros [[Padres de la Iglesia|Padres]].  En sus otras obras Orígenes empujó la interpretación alegórica al extremo máximo. A pesar de esto, sin embargo, sus escritos fueron de gran valor, y con la excepción de [[Vida de San Agustín de Hipona|San Agustín]], ningún escritor de la antigüedad tuvo tal influencia. Es lamentable que este gran hombre cayese en el grave [[error]] sobre el origen de las [[alma]]s, la [[eternidad]] del [[infierno]], etc.
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'''Escuela Antioquena''':
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A los escritores de la [[escuelas|escuela]] de [[Antioquía]] no les gustaba el método alegórico, y buscaron casi exclusivamente el sentido literal, primario o histórico de las [[Biblia|Sagradas Escrituras]]. Los principales escritores de esta escuela fueron [[San Luciano de Antioquia|San Luciano]], [[Eusebio de Nicomedia]], Maris de Calcedonia, Eudoxio, Teognis de Nicea, [[Asterio]], el [[herejía|heresiarca]] [[arrianismo|Arrio]], [[Diodoro de Tarso|Diodoro]] de Antioquía ([[obispo]] de [[Tarso]]), y sus tres grandes alumnos, [[Teodoro de Mopsuestia]], Policromio, el hermano de Teodoro, y [[San Juan Crisóstomo]].  Con estos se puede contar a [[San Efrén]] debido a su preferencia por el sentido literal. Los grandes representantes de esta escuela fueron Diodoro, Teodoro de Mopsuestia y San Juan Crisóstomo. Diodoro, quien murió siendo obispo de Tarso (394), siguió el sentido literal hasta la exclusión del sentido [[misticismo|místico]] o alegórico.  Teodoro nació en Antioquía (347), se convirtió en obispo de [[Mopsuestia]] y murió en la comunión de [[la Iglesia]] (429). Fue un pensador de gran alcance, pero un escritor oscuro y prolijo. Sentía aversión intensa hacia el sentido místico, y explicaba las Escrituras de una manera muy literal y casi [[racionalismo|racionalista]].  Su [[discípulo]], [[Nestorio y nestorianismo|Nestorio]], se convirtió en uno de los fundadores de la [[herejía]]; los [[Nestorio y nestorianismo|nestorianos]] tradujeron sus libros al [[Siria|siríaco]] y consideraban a Teodoro como su gran "doctor". Esto hizo que los [[católico]]s sospechasen de sus escritos, los cuales fueron condenados finalmente después de la famosa polémica sobre los [[Tres Capítulos]].  Los comentarios de Teodoro sobre el [[Evangelio según San Juan]], en siríaco, fueron publicados a principios del siglo XX, con una traducción al latín, por un erudito católico, el [[doctor]] Chabot.
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San Juan Crisóstomo, [[sacerdote]] de Antioquía, se convirtió en [[patriarca y patriarcado|patriarca]] de [[Constantinopla]] en 398. Como intérprete de la Sagrada Escritura se encuentra en el primer rango de los [[Padres de la Iglesia|Padres]]. Escribió [[homilía]]s sobre la [[mayoría]] de los libros del [[Antiguo Testamento|Antiguo]] y el [[Nuevo Testamento]].  No hay nada en toda la antigüedad que iguale sus escritos sobre el [[Evangelio según San Mateo]] y las Epístolas de [[San Pablo]].  Cuando uno de sus hermanos le preguntó a [[Santo Tomás de Aquino]] si le gustaría ser el dueño de [[París]], para que la pudiera destinar al rey de [[Francia]] y con los ingresos promover las [[bien|buenas]] [[actos humanos|obras]] de su orden, él respondió que él preferiría ser el poseedor del “Super Matthæum” de  Crisóstomo.  Esta respuesta puede ser tomada como la [[verdad]]era expresión de la gran admiración que ha tenido siempre la Iglesia por los escritos de San Juan Crisóstomo. [[San Isidoro de Pelusio]] dijo de él que si el apóstol San Pablo pudiese haber utilizado lenguaje ático, habría explicado sus propias [[epístola]]s en las mismas palabras de San Juan Crisóstomo.
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'''Escuela Intermedia:'''
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Los otros [[Padres de la Iglesia|Padres]] combinaron lo mejor de los dos sistemas, algunos más inclinados al sentido alegórico y otros al literal.  Los principales fueron [[San Isidoro de Pelusio]], [[Teodoreto]], [[San Basilio el Grande|San Basilio]], [[San Gregorio Nacianceno]], [[San Gregorio de Nisa]], [[San Hilario de Poitiers]], [[Ambrosiastro]], [[San Jerónimo]], [[Vida de San Agustín de Hipona|San Agustín]], [[Papa San Gregorio I Magno|San Gregorio Magno]] y [[Pelagio y Pelagianismo|Pelagio]]. San Jerónimo, tal vez el mayor estudioso [[Biblia|bíblico]] de la antigüedad, además de sus famosas traducciones de las [[Escritura]]s, y otras obras, dejó muchos comentarios útiles, algunos de gran mérito. En otros se apartó demasiado del significado literal del texto. En la prisa de la composición no siempre indicó suficientemente cuándo estaba citando de diferentes autores, y esto, de acuerdo con Richard Simon, explica sus aparentes discrepancias.
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==Comentarios Medievales==
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Los escritores [[Edad Media|medievales]] se conformaron con sacar de los ricos tesoros que dejaron sus predecesores. Sus comentarios consistieron, en su mayor parte, de los pasajes de los [[Padres de la Iglesia|Padres]], que conectaron entre sí como en una cadena, [[catena]]. No podemos dar más que los nombres de los autores principales, con el siglo después de cada uno. Aunque no todos son [[conocimiento|conocidos]] como catenistas, para los efectos prácticos pueden ser considerados como tales.
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Catenistas Griegos:
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[[Procopio de Cesarea]] (siglo VI) fue uno de los primeros en escribir una catena. Fue seguido por [[San Máximo de Constantinopla|San Máximo]], [[mártir]] (VII), [[San Juan Damasceno]] (VIII), Olimpiodoro (X), [[Ecumenio]] (X), [[Nicetas]] de [[Constantinopla]] (XI), Teofilacto, [[arzobispo]] de [[Bulgaria]] (XI), Eutimio Zigabeno (XII) y los escritores de catenas anónimas editadas por Cramer y el [[cardenal]] [[Angelo Mai|Mai]].
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Catenistas Latinos, Escoliastas, etc.:
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Los principales comentaristas latinos de este período fueron [[San Beda el Venerable]], [[Walafrido]] Estrabón, [[Anselmo de Laon]], [[Hugo de St-Cher]], [[Santo Tomás de Aquino]] y [[Nicolás de Lira]].  Beda el Venerable (siglos VII al VIII), un buen [[Grecia|griego]] y erudito hebreo, escribió un comentario útil sobre la [[mayoría]] de los libros del [[Antiguo Testamento|Antiguo]] y del [[Nuevo Testamento]].  Es en realidad una [[catena]] de pasajes atinadamente escogidos y clasificados de los [[Padres de la Iglesia||Padres]] griegos y [[Iglesia Latina|latinos]]. Walafrido Estrabón (siglo IX), un [[Orden Benedictina|benedictino]], escribió la "Glossa ordinaria" sobre toda la [[Biblia]]. Se trata de una breve explicación del sentido literal y [[misticismo|místico]], basada en [[Mauro Magnencio Rábano|Mauro Rábano]] y otros escritores latinos, y fue una de las obras más populares durante la [[Edad Media]], siendo tan conocida como "Las Sentencias" de [[Pedro Lombardo]].  Anselmo, [[deán]] de [[Laon]], y profesor en [[París]] (siglo XII), escribió la "Glossa Interlinearis", llamada así porque la explicación se insertó entre las líneas de la [[Revisión de la Vulgata|Vulgata]]. El cardenal [[Orden de Predicadores|dominico]], Hugo de Saint-Cher (Hugo de Sancto Caro, siglo XIII), además de su famosa "Concordancia", compuso por un breve comentario sobre la totalidad de las [[Escritura]]s, explicando el sentido literal, alegórico, [[analogía|analógico]] y [[moral]] del texto.  Su obra fue llamada "Postillæ", es decir, ''post illa'' (''verba textus''), porque la explicación seguía las palabras del texto.
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[[Santo Tomás de Aquino]] (siglo XIII) dejó comentarios sobre [[Job]], los [[Salmos]], [[epístola|Epístolas]] de [[San Pablo]], y fue el autor de la conocida "Catena Aurea" sobre los [[Evangelios]], la cual consiste de citas de más de ochenta [[Padres de la Iglesia|Padres]] griegos y latinos.    Arrojó mucha luz sobre el sentido literal, y es más feliz en la ilustración de los puntos difíciles mediante pasajes paralelos de otras partes de la Biblia. Nicolás de Lira (siglo XIII), un [[judaísmo|judío]] [[conversión|convertido]], se unió a los [[Orden Franciscana|franciscanos]] en 1291, y trajo al servicio de [[la Iglesia]] su gran [[conocimiento]] del [[Lengua y Literatura Hebreas|hebreo]] y el aprendizaje [[rabí y rabinismo|rabínico]].  Escribió notas cortas o "Postillæ" sobre toda la Biblia, y  estableció el significado literal con gran capacidad, especialmente de los libros escritos en hebreo. Esta obra fue muy popular, y de uso frecuente en la Edad Media, y [[Martín Lutero|Lutero]] estaba endeudado con ella por su despliegue de aprendizaje.  El [[Concilio de Vienne]] (1311) le dio un gran impulso a los estudios [[exégesis bíblica|exegéticos]], pues [[decreto papal|decretó]] que se debía establecer cátedras de hebreo, caldeo, [[Arabia|arábigo]] en París, [[Oxford]], [[Bolonia]] y [[Salamanca]].
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Además de los grandes escritores ya mencionados, los siguientes son algunos de los principales exégetas, muchos de ellos benedictinos, desde la época [[patrística]] hasta el [[Concilio de Trento]]: [[Casiodoro]] (siglo VI); [[San Isidoro de Sevilla]] (VII); San Julián de Toledo (VII): [[Alcuino]] (VIII); [[Mauro Magnencio Rábano|Mauro Rábano]] (IX); Druthmar (IX); [[Remigio de Auxerre]] (IX), San Bruno de [[Diócesis de Wurzburgo|Wurzburgo]], un distinguido erudito griego y hebreo; [[San Bruno|San Bruno]], fundador de los [[Orden de la Cartuja|cartujos]] (XI) ; [[Gilberto de la Porrée]]; [[San Ruperto]] (XII); [[Alejandro de Hales]] (XIII); [[San Alberto Magno]] (XIII); [[Pablo de Burgos]] (XIV a XV); [[Alonso Tostado]] de [[Ávila]] (XV); [[Ludolfo de Sajonia]]; y [[Dionisio el Cartujo]], el cual escribió un comentario [[virtud de religión|piadoso]] sobre toda la Biblia; [[Jacques Lefèvre d'Etaples|Faber Stapulensis]] (XV a XVI); Gagnaeus (XV a XVI). [[Desiderio Erasmo|Erasmo]] y el [[cardenal]] [[Tommaso de Vio Gaetani Cajetan|Cayetano]] (XVI), escribieron en un [[espíritu]] [[ciencia y la Iglesia|científico]], pero han sido justamente acusados de algunas opiniones imprudentes.
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==Comentarios Católicos Modernos==
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La llegada de los eruditos [[Grecia|griegos]] a [[Italia]] luego de la caída de [[Constantinopla]], el [[Renacimiento]] [[cristianismo|cristiano]] y anti-cristiano, la invención de la imprenta, la conmoción controversial [[causa]]da por el auge del [[protestantismo]] y la publicación de [[Biblias políglotas]] por el [[cardenal]] Jiménez y otros, le dieron un renovado [[interés]] al estudio de la [[Biblia]] entre los estudiosos [[católico]]s. La controversia les mostró la [[necesidad]] de dedicar más atención al significado literal del texto, de acuerdo con el sabio principio establecido por [[Santo Tomás de Aquino|Santo Tomás]] en el comienzo de su "Summa Theologica". 
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Fue entonces que los hijos de [[San Ignacio de Loyola|San Ignacio]], el cual fundó su [[Compañía de Jesús|Orden]] en 1534, entraron en primera fila para repeler los ataques a [[la Iglesia]]. La [[Ratio Studiorum]] de los [[Compañía de Jesús|jesuitas]] hicieron obligatorio el que sus profesores de [[Escritura]] tuviesen pleno dominio del griego, el [[Lengua y Literatura Hebreas|hebreo]] y otras lenguas orientales.  [[Alfonso Salmerón|Salmerón]], uno de los primeros compañeros de San Ignacio, y el [[teología dogmática|teólogo]] del [[Papa]] en el [[Concilio de Trento]], fue un distinguido erudito hebreo y comentarista prolífico.  [[San Roberto Francisco Rómulo Belarmino|Belarmino]], uno de los primeros cristianos en escribir una gramática hebrea, compuso un valioso comentario sobre los [[Salmos]], en el que daba una exposición de los textos hebreos, [[Versión de los Setenta|los Setenta]] y la [[Revisión de la Vulgata|Vulgata]]. Fue publicado como parte de un comentario de [[Cornelius Cornelii a Lapide|Cornelius Lapide]] sobre toda la Biblia.  Cornelius a Lapide, S.J. (n. 1566), un nativo de los [[Países Bajos]], estaba bien versado en griego y hebreo. Durante cuarenta años se dedicó a la enseñanza y a la composición de su gran obra, que ha sido muy elogiada tanto por protestantes como por católicos. [[Juan Maldonado|Maldonado]], un jesuita [[España|español]], (n. 1534) escribió comentarios sobre [[Isaías]], [[Baruc]], [[Ezequiel]], [[Libro de Daniel|Daniel]], [[Salmos]], [[Proverbios]], [[Cantar de los Cantares]] (Cántico de [[Salomón]]) y [[Eclesiastés]].  Sin embargo, su mejor obra es su comentario en [[latín eclesiástico|latín]] sobre los Cuatro [[Evangelios]], el cual es generalmente reconocido como una de los mejores jamás escritos.  Cuando Maldonado enseñaba en la [[Universidad de París]], la sala se llenaba de estudiantes ansiosos antes del comienzo de la clase, y a menudo él tenía que hablar al aire libre.  Tan grande como fue el  [[mérito]] de la obra de Maldonado, fue igualado por el comentario sobre las [[epístola|Epístolas]] de [[Willem Hessels van Est|Estio]] (nacido en Gorcum, [[Holanda]], 1542), un [[sacerdote]] [[clero secular|secular]], y superior del [[colegio|Colegio]] de [[Douai]]. Estas dos obras son todavía de gran ayuda para el estudiante. Muchos otros jesuitas fueron los autores de valiosas obras [[exégesis bíblica|exegéticas]], como por ejemplo: Francisco Ribera de [[Castilla y Aragón|Castilla]] (n. 1514); el cardenal [[Francisco Toledo|Toledo]] de [[Córdoba]] (n. 1532); [[Manoel de Sa]] (m. 1596); [[Jacques Bonfrère|Bonfrere]] de Dinant (n. 1573); [[Juan de Mariana|Mariana]] de Talavera (n. 1537), Alcázar de Sevilla (n. 1554); [[Sebastião Barradas|Barradio]] el "Apóstol de [[Portugal]]"; Sánchez de Alcalá (m. 1628); Serario de [[Lorena]] (m. 1609); Lorino de [[Aviñón]] (n. 1559); Tirino de [[Amberes]] (n. 1580); Menoquio de [[Pavía]]; [[Benito Pereira|Pereira]] de [[Valencia]] (m. 1610) y [[Juan de Pineda|Pineda]] de [[Sevilla]].
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Los jesuitas tenían como competidores a [[Benito Arias Montano|Arias Montano]] (m. 1598), el editor de la Biblia Políglota de Amberes; Sixto de [[Siena]], O.P. (m. 1569); [[Johann Wild]] (Fero), O.S.F.; [[Domingo Soto]], O.P. (m. 1560); Masio (m. 1573); [[Cornelius Jansen|Jansen]] de [[Ghent]] (m. 1576); [[Gilbert Génebrard|Génébrard]] de [[Congregación de Cluny|Cluny]] (m. 1597); Agelio (m. 1608); Lucas de [[Brujas]] (m. 1619); [[Mario di Calasio|Calasio]], O.S.F. (m. 620); [[Tomás Malvenda|Malvenda]], O.P. (m. 1628); Jansen de Ypres; Simeón de Muis (m. 1644); [[Jean Morin]], [[Oratorio de San Felipe Neri|oratoriano]] (m. 1659); Isaac Le Maistre (de Sacy); Juan Silveira, [[Orden Carmelita|carmelita]] (m. 1687); [[Jacques-Benigne Bossuet|Bossuet]] (m. 1704); Richard Simon, oratoriano (m. 1712); [[Dom Augustin Calmet|Calmet]], oratoriano, quien escribió un valioso diccionario de la Biblia, del cual hay una traducción al inglés, y un comentario muy estimado sobre todos los libros de la Escritura (m. 1757); [[Louis de Carrieres]], oratoriano (m. 1717); [[Bernardine a Piconio|Piconio]], [[Frailes Menores Capuchinos|capuchino]] (m. 1709); [[Bernard Lamy|Lamy]], oratoriano (m. 1715); Guarin, O.S.B. (m. 1729); [[Charles-Francois Houbigant|Houbigant]], oratoriano (m. 1783); [[William Smits|Smits]], [[Orden de Frailes Menores|recoleto]] (1770); [[Jacques Lelong|Le Long]], oratoriano (m. 1721); [[Klemens Maria Brentano|Brentano]] (m. 1797).
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En el siglo XIX, algunos de los escritores [[católico]]s sobre la [[Biblia]] son los siguientes:  [[John Martin Augustine Scholz|Scholz]], [[Johann Leonhard Hug|Hug]], Jahn, [[Arthur-Marie Le Hir|Le Hir]], [[Joseph Franz Allioli|Allioli]], Mayer, van Essen, [[Jean-Baptiste Glaire|Glaire]], [[Ian Theodor Beelen|Beelen]], [[Daniel Bonifacius von Haneberg|Haneberg]], [[Guillaume-René Meignan|Meignan]], Reithmayr, [[Francis Xavier Patrizi|Patrizi]], Loch, Bisping (su comentario sobre el [[Nuevo Testamento]] fue llamado "excelente" por Vigouroux), Corluy, Fillion, Lesêtre, Trochon (Introducciones y Coment. sobre el [[Antiguo Testamento|Antiguo]] y el Nuevo Testamento., "La Sainte Bible", 27 vols.), Schegg, Bacuez, [[Francis Patrick y Peter Richard Kenrick|Kenrick]], McEvilly, [[Arnauld]], Schanz (una obra muy valiosa, en [[Alemania|alemán]], sobre los [[Evangelios]]), [[Constant Fouard|Fouard]], Maas, Vigouroux (obras de Introducción), [[William George Ward|Ward]], McIntyre, etc.  Los católicos también han publicado importantes libros [[ciencia y la Iglesia|científicos]].  Está el gran “Curso” latino sobre toda la Biblia por los padres [[Compañía de Jesús|jesuitas]]  [[Karl Josef Rudolph Cornely|Cornely]], Knabenbauer y Hummelauer. Los escritos de Lagrange (Les Juges), Condamin (Isaïe), Calmes (Saint Jean), Van Hoonacker (Les Douze Petits Prophètes), etc., son todos obras valiosas. Para una lista de publicaciones católicas modernas sobre la [[Escritura]] el lector debe referirse al "Revue biblique", editado por Lagrange ([[Jerusalén]] y [[París]]), y el "Biblische Zeitschrift', publicado por [[Herder]] (Friburgo im Breisgau). Para más información respecto a los principales comentadores católicos vea los artículos respectivos.
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==Comentarios No Católicos==
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===En General===
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Los comentarios de los primeros [[Reforma Protestante|reformadores]], [[Martín Lutero|Lutero]], [Philip Melanchton|Melanchton]], [[calvinismo|Calvino]], [[Ulrico Zuinglio|Zuinglio]], etc., son en su [[mayoría]] polémicos, y actualmente los eruditos los citan muy poco.  Sus sucesores inmediatos se involucraron demasiado enérgicamente en polémicas entre ellos como para dedicar mucho [[tiempo]] a las obras regulares de [[exégesis bíblica|exégesis]].  Los siguientes escribieron sobre la Sagrada [[Escritura]] durante los siglos XVII y XVIII.  Luteranos:  Gerhard; Geier; Calov; S. Schmid; J. H. Michaelis; Lange.  [[calvinismo|Calvinistas]]:  Drusius; Louis de Dieu (gran erudito oriental); Cappel; Bochart; Cocceius; Vitringa.  [[socinianismo|Socinianos]]:  John Crell y Jonas Schlichting.  [[arminianismo|Arminianos]]:  Hugo Grocios (un [[hombre]] de gran erudición); Limbroch; John le Clerc ([[racionalismo|racionalista]]).  Escritores [[Inglaterra|ingleses]]:  [[Brian Walton]] (Políglota de [[Londres]]), John Lightfoot (Horæ Heb. et Talm.), ambos minas de [[conocimiento]]; Pearson, etc., editores de "Critici Sacri" (compilado a partir de los mejores escritores continentales, [[católico]]s y [[protestantismo|protestantes]]); Mayer; S. Clarke (breves notas juiciosas); Wells; Gill; John Wesley; [[Hugh Tootell| Dodd]]; W. Lowth; R. Lowth; y los editores de la [[Biblia]] de los Reformadores. 
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Durante el siglo XIX: Priestly (1803); Burder (1809); D'Oyly y Mant (1820); A. Clarke (1826, erudito); Boothroyd (1823, erudito hebreo); Thomas Scott (1822, popular); Matthew Henry (1827, un comentario práctico sobre el [[Antiguo Testamento|Antiguo]] y el [[Nuevo Testamento]]); Bloomfield (Test. Griego con notas en inglés, 1832, bueno para la época); Kuinoel (Com. Filológico sobre el Nuevo Test., 1828); Oldshausen (1839); Haevernick (1845); Baumgarten (1859); Tholuck (1843); Trench (Parábolas, El Sermón de la Montaña, [[milagro|Milagros]], N. T. Syn.—muy útil); "The Speakers Commentary" (todavía valioso); Alford (Test. griego con com. crítico y exegético, 1856, bueno); Franz Delitzsch (1870), Ebrard Hengstenberg (1869); Wordsworth (El Test. Griego, con notas, 1877); Keil; Ellicott (Ep. De [[San Pablo]], muy estimado); Conybeare y Howson (San Pablo, contiene mucha información útil); Lange, junto con Schroeder, Fay, Cassel, Bacher, Zoeckler, Moll, etc. (Ant. Y Nuevo Test., 1864-78); Lewin (San Pablo, 1878); Beet; Cook; Gloag; Perowne; [[obispo]] Lightfoot (Eps. de San Pablo); Westcott.  Hubo muchos comentarios publicados en [[Universidad de Cambridge|Cambridge]], [[Oxford]], Londres, etc. (vea los catálogos de las editoriales, y las comunicaciones en "Expositor", "Expository Times" y "Journal of Theological Studies"). Otros escritores son Farrar, A. B. Davidson, Fausset, Plummer, Plumptre, Salmon, Swete, Bruce, Dods, Stanley, Driver, Kirkpatrick, Sanday, Green, Hovey, Robinson, Schaff, Briggs, Moore, Gould, etc. "The International Critical Commentary" es una obra por muchos y distinguidos eruditos ingleses y estadounidenses.  También están los diccionarios de la Biblia de Kitto, Smith y Hastings.  Muchas de estas obras, especialmente las últimas, son valiosos por su método [[ciencia y la Iglesia|científico]], aunque no de igual valor por sus puntos de vista o conclusiones.
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===Comentarios Racionalistas===
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Los deístas ingleses, Lord Herbert de Cherbury (m. 1648), Hobbes, Blount, Toland, Lord Shaftesbury (m. 1713), Mandeville, Collins, Woolston (1731), Tindal, Morgan, Chubb, Lord Bolingbroke (d. 1751), Annet y David Hume (m. 1776), aunque admiten la [[existencia de Dios]], rechazaban lo [[orden sobrenatural|sobrenatural]], e hicieron desesperados ataques a diferentes partes del [[Antiguo Testamento|Antiguo]] y del [[Nuevo Testamento]]. Fueron hábilmente refutados por [[hombre]]s como Newton, Cudworth, Boyle, Bentley, Lesley, Locke, Ibbot, Whiston, S. Clarke, Sherlock, Chandler, Gilbert West, George Lord Lytton, Waterland, Foster, Warburton, Leland, Law, Lardner Watt, [[Charles Butler|Butler]].  Estas respuestas fueron tan eficaces que en [[Inglaterra]] el [[deísmo]] prácticamente murió con Hume.  Mientras tanto, por desgracia, Voltaire y otros difundieron las opiniones de los [[racionalismo|racionalistas]] ingleses en el continente. En [[Alemania]], el terreno estaba preparado por la [[filosofía]] de Christian Wolff y los escritos de su [[discípulo]] Semler. Gran [[escándalo]] fue [[causa]]do por los escritos póstumos de Raimaro, que fueron publicados por Lessing entre 1774 a 78 (Los Fragmentos de Wolfenbüttel). Lessing alegaba haber descubierto el [[manuscritos|manuscrito]] en la [[biblioteca]] ducal de Wolfenbüttel y que el autor era desconocido.  De acuerdo a los "Fragmentos", Moisés, [[Jesucristo|Cristo]] y [[los Apóstoles]] eran [[impostores]]. Lessing fue atacado vigorosamente, sobre todo por Gotze; pero Lessing, en lugar de enfrentarse a los argumentos de su oponente, con gran destreza literaria lo convirtió en ridículo.  Los racionalistas, sin embargo, pronto se dieron cuenta que las [[Escritura]]s tenían un tono muy genuino como para ser tratadas como el resultado de la impostura. Eichhorn, en su "Introd. al Ant. Test." (1789), sostuvo que las Escrituras eran producciones genuinas, pero que, como los [[judaísmo|judíos]] veían la intervención de [[Dios]] en los fenómenos naturales más comunes, los [[milagro]]s debían ser explicados naturalmente, y él procedió a mostrar cómo.  Paulo (1761-1850), siguiendo el ejemplo de Eichhorn, les aplicó a los [[Evangelios]] el método [[naturalismo|naturalista]] para explicar los milagros. Cuando Paulo era un niño a su [[padres|padre]] se le trastornó la [[mente]] y constantemente veía a su esposa fallecida y a otros [[ángeles]] guardianes, y veía milagros en todas partes.  Después de un [[tiempo]] el joven Paulo comenzó a deshacerse de esta pesadilla y se divertía tomando ventaja de la debilidad de su padre, y hacía bromas sobre él. Él creció con la aversión más amarga hacia todo lo sobrenatural, y su juicio se volvió casi tan retorcido como el de su padre, pero en la dirección opuesta.  Los Apóstoles y los primeros [[cristianismo|cristianos]] le parecían gente como su ilustre padre, y pensaba que distorsionan los hechos naturales por medio de su [[imaginación]] excitada. Esto le llevó a dar una explicación naturalista de los milagros del Evangelio.
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El [[sentido común]] de los racionalistas alemanes pronto se dio cuenta, sin embargo, que si se aceptaba la [[auténtico|autenticidad]] de los libros sagrados, con Eichhorn y Paulo, la explicación naturalista de estos dos escritores era tan absurda como el sistema impostor de Raimaro.  Con el fin de acabar con lo sobrenatural era [[necesidad|necesario]] deshacerse de la autenticidad de los libros; y para esto se prestaron fácilmente las observaciones de Richard Simon y [[Jean Astruc]].  G. L Bauer, Heyne (m. 1812) y Creuzer negaron la autenticidad de la mayor parte del [[Pentateuco]] y lo compararon con la mitología de los griegos y los [[Roma|romanos]]. El mayor defensor de tales puntos de vista fue de Wette (1780-1849), discípulo de [[San Pablo]], quien pronto se convenció de la [[falsedad]] de su método. En su "Introd. al Ant. Test.” (1806) sostuvo que los relatos milagrosos del Antiguo Testamento eran sólo leyendas populares, que, al pasar de boca en boca, en el transcurso de los siglos, se transformaron y transfundieron con lo maravilloso y lo sobrenatural, y finalmente fueron puestas por escrito en perfecta [[buena fe]]. Strauss (1808-1874), en su "Das Leben Jesu" (1835) le aplicó esta explicación mítica a los Evangelios.  Él demostró con claridad que si con Paulo se les permite a los Evangelios ser auténticos, el intento de explicar los milagros, naturalmente, se desmorona por completo. Strauss rechazó la autenticidad y consideró los relatos milagrosos en los Evangelios como leyendas ingenuas, las producciones de la imaginación [[virtud de religión|piadosa]] de las primeras generaciones de cristianos.  Los puntos de vista de Strauss fueron severamente criticados por los [[católico]]s [[Johannes von Kuhn|Kuhn]], Mack, [[Johann Leonhard Hug|Hug]] y Sepp, y por los [[protestantismo|protestantes]] Neander, Tholuck, Ullman, Lange, Ewald, Riggenbach, Weiss y Keim. Baur sobre todo, el fundador de la Escuela de Tubinga, demostró que Strauss iba en contra de los hechos más claramente establecidos de la [[Historia de la Iglesia|historia cristiana]] primitiva, y demostró la insensatez de negar la [[esencia y existencia|existencia]] histórica de [[Jesucristo|Cristo]] y de su [[personalidad]] transcendente.  Incluso Strauss perdió toda confianza en su propio sistema. Baur, por desgracia, originó una teoría que estuvo en boga durante un tiempo, pero que fue abandonada posteriormente por la [[mayoría]] de los críticos. Sostuvo que el [[Nuevo Testamento]] contiene los escritos de dos partidos antagonistas entre [[los Apóstoles]] y los primeros cristianos. Sus principales seguidores fueron Zeller, Schwegler, Planck, Köslin, Ritsch, Hilgenfeld, Volkmar, Tobler, Keim, Hosten, algunos de los cuales, sin embargo, se emanciparon de su maestro.
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Además de los escritores ya mencionados, los siguientes escribieron en un espíritu [[racionalismo|racionalista]]:  Ernesti (m. 1781), Semler (1791), Berthold (1822), los Rosenmullers, Crusio (1843), Bertheau, De Wette, Hupfeld, Ewald, Thenius, Fritzsche, Justi, Gesenio (m. 1842), Longerke, Bleek, Bunsen (1860), Umbreit, Kleinert, Knobel, Nicolas, Hirzel, Kuenen, J. C. K. von Hoffmann, Hitzig (m. 1875), Schulz (1869), B. Weiss, Renan, Tuch, H. A. W. Meyer (y sus continuadores Huther, Luneman, Dusterdieck, Bruckner, etc.), Welihausen, Wieseler, Jiilicher, Beyschlag, H. Holtzmann, y sus colaboradores Schmiedel, von Soden, etc. Holtzmann, mientras que prácticamente acepta la [[auténtico|autenticidad]] de los [[Evangelios]], especialmente el de [[Evangelio según San Marcos|San Marcos]], se esfuerza por explicar los [[milagro]]s.  Aborda el tema con su [[mente]] predeterminada a que los milagros no existen, y trata de deshacerse de ellos hábilmente tratando de demostrar que no son más que ecos de las historias de milagros del [[Antiguo Testamento]].  En esto es tan poco exitoso como Paulo, que veía en ellos sólo el equivalente a la [[imaginación]] distorsionada de su infortunado [[padres|padre]].  Holtzmann fue severamente reprendido por varios autores en el "International Critical Commentary". El intento de deshacerse de lo [[orden sobrenatural|sobrenatural]] ha fracasado por completo; pero la actividad de tantas mentes agudas ha arrojado gran luz sobre la lengua y la literatura de la [[Biblia]].
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===Los mejores comentarios (no católicos) modernos en ingles===
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Hay una lista muy útil de tales comentarios en "The Expository Times" (vol. XIV, enero y febrero, 1903, 151, 203), por Henry Bond, bibliotecario de Woolwich.  Es el resultado de las opiniones que obtuvo de muchos de los más reconocidos estudiosos [[Inglaterra|ingleses]]. El número de votos dados a las diferentes obras se imprime después de cada nombre, pero no aparece ningún nombre en la lista a menos que recibiera más de cinco votos. El editor, el Dr. James Hastings, agregó notas y observaciones juiciosas (270, 358).  La siguiente lista se basa, en gran medida, en estos papeles, complementada con otras fuentes. Las obras se distinguen de la siguiente manera: (e) excelente, (b) bueno, (r) regular.  Algunos de los que están marcados (b) y (r) fueron excelentes para el momento en que se publicaron; y todavía se pueden considerar útiles.  La caracterización de cada uno es, por supuesto, desde el punto vista no-católico.
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'''Antiguo Testamento'''
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Introducción:  Driver, "Introd. a la Literatura del [[Antiguo Testamento]]", escrito desde un punto de vista de la “Alta Crítica”; por otro lado está el poderoso libro de Orr, "The Problem of the Old Testament" ([[Londres]], 1906). Ambos contienen amplia literatura.  —[[Génesis]]: Skinner, en "International Critical Commentary"; Spurrell (b) (notas sobre el texto); Delitzsch (b), y Dillmann (b); Dods en "Handbook Series".  —[[Éxodo]]:  Al presente no hay ningún comentario de primera clase sobre el Éxodo; Kennedy en "Int. Crit. Comm."; Chadwick (b).  —[[Levítico]]: Stenning en "Int. Crit. Comm."; Kalish (b) el mejor en ingles; Driver y White (r) en Biblia Policroma; Ginsburg (Londres); Kellog (r) (Londres).  —[[Números]]: Buchanan Gray (e) en "Int. Crit. Comm.": Kittell, "History of the Hebrews"; hay mucho más a qué referirnos, pues los demás están fuera de [[fechas y datación|fecha]].  —[[Deuteronomio]]: Driver (e) en "Int. Crit. Comm."; Harper (b).  —[[Josué]]: Smith en "Int. Crit. Comm."; Maclear (r).  —[[Jueces]]: Moore (e) en "Int. Crit. Comm."; Watson (f); Lias (r). —[[Rut]]: Briggs en "Int. Crit. Comm.".  —[[Libros de Samuel|Samuel]]: Smith (e) en "Int. Crit. Comm."; Kirkpatrick (e).  —[[Libros de los Reyes|Reyes]]: Brown en "Int. Crit. Comm."; Lumby, una excelente obra popular.  —[[Libros de las Crónicas|Crónicas]] (Paralip.): Curtis en "Int. Crit. Comm."; también su artículo en Hastings, "Dict. of the Bible"; Ben-nett (b); Barnes (b).  —[[Esdras]] y [[Nehemías]]: Batten en "Int. Crit. Comm."; el de Ryle es un excelente comentario popular; Adeney (r).  —[[Ester]]: Paton en "Int. Crit. Comm."; Lange (r); Adeney (r).  —[[Job]]:  Parece que no hay comentarios de primera clase de estudiantes sobre Job;  el de Davidson es un excelente libro popular; las obras anteriores de Driver, Gibson y Cox son regulares.  —[[Salmos]]: Briggs (e) en "Int. Crit. Comm."; Delitzsch (e); Kirkpatrick (e); Perowne (b); Cheyne (r).  —[[Proverbios]]: Toy (e) en "Int. Crit. Comm.".  —[[Eclesiastés]]: Barton (e) en "Int. Crit. Comm."; Strong (e); Tyler (b); Plumptre, un buen comentario popular; Delitzsch (r); Wright (r).  —Cántico de [[Salomón]] ([[Cantar de los Cantares|Cantar]]): Briggs en "Int. Crit. Comm."; Harper, una obra valiosa; Gins-burg (r).  —[[Isaías]]: Driver y Gray en "Int. Crit. Comm."; Smith (e); Delitzsch (b); Cheyne (r).  —[[Jeremías]]: Kirkpatrick en "Int. Crit. Comm."; Streane una obra popular excelente; el de Ball y Bennett es bueno; Orelli (r).  —Lamentaciones: Briggs en "Int. Crit. Comm."; Streane y Adeney, Buenos libros populares.  —[[Ezequiel]]: Cooke y Burney en "Int. Crit. Comm."; Cobern (b); Toy (r) en "Biblia Policroma"; Davidson (e), un excelente comentario popular.  —[[Libro de Daniel|Daniel]]: Peters en "Int. Crit. Comm."; Kennedy (b); Bevan (b); Driver tiene un comentario popular de primera clase.  —[[Amós]] y [[Oseas]]: Harper (e) en "Int. Crit. Comm."; hay tres excelentes obras populares por Smith, Driver y Cheyne.  —Otros [[profecía, profeta y profetisa|profetas]] menores:  Smith, etc., en "Int. Crit. Comm."; Smith (e); Davidson (b), y Perowne (b); Orelli (r); Dods, "Profetas Post-Exilio", en Serie de Panfletos; Low (b); Zechariah (b); [[Pusey y puseyismo|Pusey]] (r).
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'''Nuevo Testamento'''
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Introducción: Salmon, "Introd. to the New Test.", un libro excelente; Westcott, "Canon del Nuevo Test." (7ma ed., 1896); Lightfoot, "Essays on Supernatural Religion" (1893), una ponderosa respuesta a los ataques al [[Nuevo Testamento]] de un [[racionalismo|racionalista]] anónimo; también su "Disertaciones sobre la Era [[los Apóstoles|Apostólica]], y Ensayos Bíblicos; Ramsay, "[[San Pablo]] el Viajero", "¿Nació Cristo en Belén?", etc.; Harnack, "San Lucas el Médico", defiende la [[auténtico|autenticidad]] del [[Evangelios|Evangelio]] y de los [[Hechos de los Apóstoles|Hechos]]; Hawkins, "Horae Synopticae". Text: "Variorum New Test."; Weymouth, "The Resultant Greek Test.", que muestra las lecturas griegas de once grandes ediciones; Westcott y Hort, "El Nuevo Testamento en Griego", vol. II, Introd.; Salmon, "Alguna Crítica del Texto" (1897), una crítica de Westcott y Hort; "El  Debate de Oxford sobre la [[Crítica Textual]] del Nuevo Test." ([[Oxford]], 1897); Kenyon, "Nuestra [[Biblia]] y los [[manuscritos|Manuscritos]] Antiguos", un libro muy valioso; también su "Manual de la Crítica Textual del Nuevo Test." (1901); Hammond, "Outlines of Text. Crit. applied to N. Test." (Oxford); Nestle (también tr.), y la exhaustiva obra por von Soden (ambas en [[Alemania|alemán]]).  —[[Evangelio según San Mateo]]: Allen (e) en "Int. Crit. Comm."; Meyer (e), una de las obras más antiguas, pero todavía en uso, dice el Dr. Hastings, por algunos de los mejores eruditos, que siempre la tuvieron a la mano; Bruce (b) en "Exp. Greek Test.'; Alford (r); Morison (b); Carr (b); "Camb. Greek Test."  —[[Evangelio según San Marcos]]: Swete (e); Gould (b) en "Int. Crit. Comm."; Hort (b) Lindsay, un excelente librito.  —[[Evangelio según San Lucas]]: Plummer (e) en "Int. Crit. Comm."; Wright (b), "El Evangelio de San Lucas en Griego"; Godet (b); Farrar (b).  —[[Evangelio según San Juan]]: Westcott (e) en "Speaker's Comm.", el más elogiado de todos los comentarios sobre el Evangelio según [[San Juan Evangelista|San Juan]]; Bernard en "Int. Crit. Comm."; Godet (b); Milligan y Moulton (b); Dods en "Exp. Gr. Test." (b); Reith (b).
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[[Hechos de los Apóstoles]]: Knowling (e), "Exp. Gr. Test.", uno de los mejores comentarios sobre los Hechos en cualquier lenguaje; Turner en "Int. Crit. Comm."; Rendall (b); Lumby (b) Rackn,::n (b); Page (b).  —[[Epístola a los Romanos|Romanos]]: Sanday y Headlam (e) en "int. Crit. Comm.", uno de los mejores  comentarios existentes sobre los [[Roma|romanos]], al cual hace superfluos a todos los demás comentarios en [[Inglaterra|inglés]].  —1 [[Epístolas a los Corintios|Corintios]]: Robertson y Walker en "Int. Crit. Comm."; Evans (b) en "Speaker's Comm."; Findlay (b) en "Exp. Greek Test."; Edwards (b); Ellicott (b); Godet (r); Massie en Biblia del Siglo (b).  —2 Corintios: Meyer (b), en "Int. Crit. Comm."; Bernard (b) en "Exp. Greek Test."; Waite (b) en "Speaker's Commentary".  —Gálatas: Lightfoot (e) ([[Londres]], 1874), una obra maestra de exégesis; Burton en "Int. Crit. Comm."; Rendall (b) en "Exp. Greek. Test."; Ellicott (b); Ramsay (b); Sanday (b).  —[[Epístola a los Efesios|Efesios]]: Abbott (e) en "Int. Crit. Comm." (Edimburgo); Armitage Robinson (e); Macpherson (b); Ellicott (b); Salmond (b) en "Exp. Greek Test."; Alford (r) (London); Meyer (r); Miller, bueno pero atrevido.  —[[Epístola a los Filipenses|Filipenses]] y [[Filemón]]: Lightfoot (e), otra obra maestra; Vincent (e) en "Int. Crit. Comm."; Ellicott (r); Moule (b), "Philippian Studies", y en "Camb. Greek Test."  —[[Epístolas a los Colosenses|Colosenses]]: Lightfoot (e), otra gran obra; Abbott (e) en "Int. Crit. Comm." (en el mismo volumen que Efesios); Peake (b) en "Exp. Greek Test."; Maclaren (b); Ellicott (r); Findlay (r) en "Pulpit Comm."; Moule (b), "Colossian Studies".  —[[Epístolas a los Tesalonicenses|Tesalonicenses]]: Milligan (e), muy estimado; Frame en "Int. Crit. Comm."; Ellicott (e); Meyer y Alford (r); Findlay (e); Denney (b); Mason (b).  —Epístolas Pastorales: Lock en "Int. Crit. Comm."; Ellicott (e); Bernard (b) en "Camb. Greek Test."; Meyer (r); Lilley (b) en "Hand-book Series"; a estos se debe añadir los valiosos libros de Santiago, "The Genuineness and Authorship of the Pastoral Epistles" (1906).  —Hebreos: Westcott (e), al mismo nivel que Lightfoot, la mayor obra sobre [[Epístola a los Hebreos|Hebreos]]; Nairne en "Int. Crit. Comm."; Davidson (b); Farrar (b).  —[[Epístola de Santiago|Epístola]] de [[Santiago el Mayor]] (e); Ropes en "Int. Crit. Comm."; Alford y Meyer (r); Plumptre (b).  —[[Epístolas de San Pedro]] y [[Epístola de San Judas|San Judas]]: Bigg (e) en "Int. Crit. Comm."; Hort (e), un fragmento espléndido; Masterman (b), "I Peter"; Salmon (b), "I Peter" en "Comentario Popular".  —[[Epístolas de San Juan]]: Westcott (e), otra de sus grandes obras; Haupt (b) y Huther (b); Watson (b), "1 Juan".  —Revelación ([[Apocalipsis]]): Swete (e), el mayor comentario sobre el Apocalipsis; Charles en "Int. Crit. Comm.'; Milligan (e); Simcox (b); Hort (e).
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'''Bibliografía''':  Comentarios Judíos: ABRAHAMS, Short History of Jewish Literature (Londres, 1906); GRAETZ, History of the Jews (Filadelfia, 1891-98); OESTERLEY Y BOX, The Religion and Worship of the Synagogue (Londres, 1907); BACHER, Bible Exegesis in Jewish Encyc.; SCHECHTER, Talmud in Hist. Dict. Bib.; FARRAR, History of Interpretation (Londres, 1886); VON SCHÜRER, The Jewish People in the Time of Jesus Christ (Edimburgo, 1902). Comentarios patrísticos:  BARDENHEWER, Gesch. der altkirchlichen Litteratur (Friburgo, 1902-3); IDEM, Patroloqie (1894: Fr. tr., París, 1899); TURNER en HAST., Dict. of the Bible, extra vol.; EHRHARD, Altchr. Litteratur (Friburgo, 1900).  Comentarios Posteriores:  CALMET, Dict. Bib., I; DIXON, General Introd. to the S. Scriptures (Dublín, 1872), II; GIGOT, General introd. to the Holy Scriptures (Nueva York, 1900); RICHARD SIMON, Histoire critique des principaux commentateurs du N. T. (Rotterdam. 1689); HORNE, Introd. to the Scriptures (Londres, 1834), II; HURTER, Nomenclator; VIGOUROUX, Manuel biblique (París, 1882); IDEM, Les Livres saints et la critique rationaliste (París, 1886), II.
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'''Fuente''':  Aherne, Cornelius. "Commentaries on the Bible." The Catholic Encyclopedia. Vol. 4. New York: Robert Appleton Company, 1908. 10 Jan. 2012 <http://www.newadvent.org/cathen/04157a.htm>.
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Traducido por Luz María Hernández Medina
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Última revisión de 14:36 18 feb 2020

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