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Martes, 3 de diciembre de 2024

Diferencia entre revisiones de «Pedro Comestor»

De Enciclopedia Católica

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Escritor teológico nacido en Troyes, en fecha desconocida y fallecido en Paris ca. 1178. Primero estuvo asignado a la iglesia de Nuestra Señora de Troyes y firmaba habitualmente como “Presbítero Trecense”. Antes de 1148 fue deán del capítulo y recibió un beneficio en 1148; hacia 1160 era parte del Capítulo de Notre-Dame de Paris, y ese mismo año remplazó a Eudes (Odón) como canciller. Al mismo tiempo estaba al cargo de la escuela teológica. En París compuso y ciertamente finalizó su "Historia Scholastica" que dedicó al obispo de Sens,  Guillermo de las Manos Blancas (1169-76). Alejandro III ordenó al cardenal Pedro de S. Crisógono que permitiera al canciller Pedro sacar una pequeña cantidad de dinero al conferirle la licencia para enseñar, aunque esta autorización era completamente personal. Poco tiempo después, el mismo cardenal mencionaba a Pedro ante Alejandro III como uno de los hombres más cultos de Francia. El apodo “Comestor”, que se le dio durante su vida prueba también la estima en que se tenía  por su sabiduría: era un gran “ratón de biblioteca”. Con frecuencia se refiere a su apodo en sus sermones y en el epitafio que se supone que compuso él mismo Petrus eram . . . dictusque comestor, nunc comedor.". Más tarde se retiró a la abadía de S. Víctor y profesó la vida canónica. Fue enterrado en S. Víctor y la necrología de los canónicos le muera como uno de ellos (21 de octubre). Sus obras incluyen comentarios al evangelio, alegorías sobre la Sagrada Escritura y un comentario moral sobre S. Pablo.
 
Escritor teológico nacido en Troyes, en fecha desconocida y fallecido en Paris ca. 1178. Primero estuvo asignado a la iglesia de Nuestra Señora de Troyes y firmaba habitualmente como “Presbítero Trecense”. Antes de 1148 fue deán del capítulo y recibió un beneficio en 1148; hacia 1160 era parte del Capítulo de Notre-Dame de Paris, y ese mismo año remplazó a Eudes (Odón) como canciller. Al mismo tiempo estaba al cargo de la escuela teológica. En París compuso y ciertamente finalizó su "Historia Scholastica" que dedicó al obispo de Sens,  Guillermo de las Manos Blancas (1169-76). Alejandro III ordenó al cardenal Pedro de S. Crisógono que permitiera al canciller Pedro sacar una pequeña cantidad de dinero al conferirle la licencia para enseñar, aunque esta autorización era completamente personal. Poco tiempo después, el mismo cardenal mencionaba a Pedro ante Alejandro III como uno de los hombres más cultos de Francia. El apodo “Comestor”, que se le dio durante su vida prueba también la estima en que se tenía  por su sabiduría: era un gran “ratón de biblioteca”. Con frecuencia se refiere a su apodo en sus sermones y en el epitafio que se supone que compuso él mismo Petrus eram . . . dictusque comestor, nunc comedor.". Más tarde se retiró a la abadía de S. Víctor y profesó la vida canónica. Fue enterrado en S. Víctor y la necrología de los canónicos le muera como uno de ellos (21 de octubre). Sus obras incluyen comentarios al evangelio, alegorías sobre la Sagrada Escritura y un comentario moral sobre S. Pablo.

Última revisión de 15:56 17 ene 2007

Escritor teológico nacido en Troyes, en fecha desconocida y fallecido en Paris ca. 1178. Primero estuvo asignado a la iglesia de Nuestra Señora de Troyes y firmaba habitualmente como “Presbítero Trecense”. Antes de 1148 fue deán del capítulo y recibió un beneficio en 1148; hacia 1160 era parte del Capítulo de Notre-Dame de Paris, y ese mismo año remplazó a Eudes (Odón) como canciller. Al mismo tiempo estaba al cargo de la escuela teológica. En París compuso y ciertamente finalizó su "Historia Scholastica" que dedicó al obispo de Sens, Guillermo de las Manos Blancas (1169-76). Alejandro III ordenó al cardenal Pedro de S. Crisógono que permitiera al canciller Pedro sacar una pequeña cantidad de dinero al conferirle la licencia para enseñar, aunque esta autorización era completamente personal. Poco tiempo después, el mismo cardenal mencionaba a Pedro ante Alejandro III como uno de los hombres más cultos de Francia. El apodo “Comestor”, que se le dio durante su vida prueba también la estima en que se tenía por su sabiduría: era un gran “ratón de biblioteca”. Con frecuencia se refiere a su apodo en sus sermones y en el epitafio que se supone que compuso él mismo Petrus eram . . . dictusque comestor, nunc comedor.". Más tarde se retiró a la abadía de S. Víctor y profesó la vida canónica. Fue enterrado en S. Víctor y la necrología de los canónicos le muera como uno de ellos (21 de octubre). Sus obras incluyen comentarios al evangelio, alegorías sobre la Sagrada Escritura y un comentario moral sobre S. Pablo.

Su "Historia Scholastica" es una especie de historia sagrada compuesta para los estudiantes a petición de los mismos. El autor comienza la narrativa sagrada desde la creación y continua hasta el final de los incidentes que se relatan en los Hechos de los Apóstoles. Contiene todos los libros de la Biblia, excepto los de naturaleza puramente didáctica, como el Libro de la Sabiduría, los Salmos, los Profetas, la Epístolas etc. Abrevia los discursos y toma datos con frecuencia de los autores profanos, especialmente de Flavio Josefo para el principio de los Evangelios y muy frecuentemente la prueba está como si estuvieran parafraseados en un comentario donde todos los datos cosmológicos y físicos, filosóficos, teológicos, alegóricos, históricos, geográficos etc.

Es fácil de entender, naturalmente, que haya numerosas inexactitudes y fábulas. La obra consta de 20 libros y con frecuencia pequeños apéndices añaden datos geográficos o etimológicos al final de los capítulos. Esta historia bíblica tuvo mucho éxito, como atestiguan el gran número de manuscritos que mencionan su nombre en las bibliotecas medievales muchos manuscritos, la lista de libros clásicos de las universidades y escuelas, las citas y elogios con el que acompañan al nombre del autor por todas partes. (cf. al canonista Huguccio, ca. 1190) y las numerosas traducciones. En el siglo quince la obra aun se reclamaba con frecuencia como puede verse por las ediciones hechas antes de 1500 del texto latino o la traducción francesa. (Strasburg, 1469, 1483, 1485, 1847; Reutlingen, 1473; Lyons, 1478; Basle, 1486; Paris 1487, etc.). Migne (P.L.; CXCVIII, 1053-1844) reproduce la edición de Madrid de 1699.

Los sermones de Pedro Comestor nos han llegado en numerosos manuscritos, con frecuencia con otros nombres, pero la serie completa y continua aun no ha sido publicada Deberíamos mencionar una serie de cincuenta y un sermones erróneamente puestos bajo el nombre de Pedro de Blois e impresos entre sus obras (Migne, CCVII, and CCVIII, 1721, etc.); algunos figuran en las obras de Hidebert de Mans (Migne, CLXXI, sermon, 7, 15, 17, 21, 22, 23, etc.).

El sermón en el que la palabra “transubstancición “aparece, el 93 ( no el 73) no es de Hildebert sino de Pedro Comestor. Digamos sin embargo que la palabra ya se halla en Roland Bandinelli (Alexander II) antes de 1150. Otras colecciones, como la de 114 sermones copiados en S. Victor antes de 1186, todavía sin publicar. A principios del siglo XX se encontraban en las bibliotecas de París más de doce manuscritos y no todo ha sido descubierto en estas colecciones. Como predicador, Pedro era sutil y de un estilo pedante, según el gusto de su tiempo y de la audiencia de escolares y profesores que se arremolinaban alrededor del púlpito del canciller. Los sermones que se le atribuyen durante su estancia en S. Víctor son sencillos en el estilo, instructivos y de un tono natural. También se le atribuyen algunos versos y una colección de máximas titulada "Pancrisis", quizás la que aún existe en un manuscrito de Troyes.


Bibliografía.


Hist. litt. De la France, XIV, 12-17; DENIFLE-CHÂTELAIN, Chartul. Univ., I (Paris), 8; FOURIER-BONNARD., Hist. de l'abb. de Saint-Victor (Paris, 1907), 123, ETC.; FÉRET, La Faculté de Théol. de Paris, I (Paris 1894), 42-48; BOURGAIN, La Chaire Française au XIIe siècle (Paris, 1879), 123; HAURÉAU, Notices et Extraits de quelques manuscrits, I, 28, 37, etc.; II 18, 80, etc.; IV, 2, 3, etc.


J. DE GHELLINCK.


Transcrito por Joseph C. Meyer.


Traducido por Pedro Royo