Herramientas personales
En la EC encontrarás artículos autorizados
sobre la fe católica
Miércoles, 4 de diciembre de 2024

Diferencia entre revisiones de «Antonio Ruiz de Montoya»

De Enciclopedia Católica

Saltar a: navegación, buscar
Línea 1: Línea 1:
Antonio Ruiz de Montoya nace en Lima, Perú, en 1585. Hijo de un español acaudalado y de una dama criolla, a la muerte de ambos, quedó bajo el cuidado de tutores quienes se encargaron de velar porque se cumpliese la voluntad de su Padre: que estudiase en el colegio San Martín, regentado por Padres jesuitas, y luego que emprendiese rumbo a España, lo cual había sido el plan inicial de la familia. Sin embargo, rápidamente seducido por el legado paterno, se dedicó a dispendiarlo y a dejar los estudios, hasta que algunos episodios, resultado del exceso en el que había caído por la vida mundana que llevaba, lo llevaron a optar por seguir la vida religiosa en la Compañía de Jesús.  
+
[[Archivo:Perú.jpg|300px|thumb|left|Mapa del Virreinato del Perú]]Antonio Ruiz de Montoya nace en Lima, Perú, en 1585. Hijo de un español acaudalado y de una dama criolla, a la muerte de ambos, quedó bajo el cuidado de tutores quienes se encargaron de velar porque se cumpliese la voluntad de su Padre: que estudiase en el colegio San Martín, regentado por Padres jesuitas, y luego que emprendiese rumbo a España, lo cual había sido el plan inicial de la familia. Sin embargo, rápidamente seducido por el legado paterno, se dedicó a dispendiarlo y a dejar los estudios, hasta que algunos episodios, resultado del exceso en el que había caído por la vida mundana que llevaba, lo llevaron a optar por seguir la vida religiosa en la Compañía de Jesús.  
  
 
Su vocación fue desde el inicio misionera, siendo destinado en medio de su noviciado (al cual ingresó en 1606 a la edad de 21 años) a la nueva Provincia de Paraguay recién fundada por orden del Padre General jesuita Claudio Aquaviva. Fue en la ciudad de Córdoba, Argentina, donde concluye el noviciado y los estudios de teología, sin haber hecho los cuatro años que se requieren para hacer la profesión de cuatro votos. Eran épocas de urgencia y se necesitaban « operarios » para el trabajo en las misiones, por lo que él junto a otros españoles y criollos, fueron no bien ordenados sacerdotes, enviados entre 1611 y 1612 a fundar las nuevas poblaciones de indígenas guaraníes en la actual región del sud-oeste brasileño y la región paraguaya. Es así como Ruiz de Montoya junto a una decena de jesuitas emprenden la fundación de las célebres Reducciones. Con el tiempo, Ruiz de Montoya llegaría a ser el Superior de las misiones jesuitas del Guayrá y finalmente, de las demás regiones.  
 
Su vocación fue desde el inicio misionera, siendo destinado en medio de su noviciado (al cual ingresó en 1606 a la edad de 21 años) a la nueva Provincia de Paraguay recién fundada por orden del Padre General jesuita Claudio Aquaviva. Fue en la ciudad de Córdoba, Argentina, donde concluye el noviciado y los estudios de teología, sin haber hecho los cuatro años que se requieren para hacer la profesión de cuatro votos. Eran épocas de urgencia y se necesitaban « operarios » para el trabajo en las misiones, por lo que él junto a otros españoles y criollos, fueron no bien ordenados sacerdotes, enviados entre 1611 y 1612 a fundar las nuevas poblaciones de indígenas guaraníes en la actual región del sud-oeste brasileño y la región paraguaya. Es así como Ruiz de Montoya junto a una decena de jesuitas emprenden la fundación de las célebres Reducciones. Con el tiempo, Ruiz de Montoya llegaría a ser el Superior de las misiones jesuitas del Guayrá y finalmente, de las demás regiones.  

Revisión de 20:12 29 mar 2011

Mapa del Virreinato del Perú
Antonio Ruiz de Montoya nace en Lima, Perú, en 1585. Hijo de un español acaudalado y de una dama criolla, a la muerte de ambos, quedó bajo el cuidado de tutores quienes se encargaron de velar porque se cumpliese la voluntad de su Padre: que estudiase en el colegio San Martín, regentado por Padres jesuitas, y luego que emprendiese rumbo a España, lo cual había sido el plan inicial de la familia. Sin embargo, rápidamente seducido por el legado paterno, se dedicó a dispendiarlo y a dejar los estudios, hasta que algunos episodios, resultado del exceso en el que había caído por la vida mundana que llevaba, lo llevaron a optar por seguir la vida religiosa en la Compañía de Jesús.

Su vocación fue desde el inicio misionera, siendo destinado en medio de su noviciado (al cual ingresó en 1606 a la edad de 21 años) a la nueva Provincia de Paraguay recién fundada por orden del Padre General jesuita Claudio Aquaviva. Fue en la ciudad de Córdoba, Argentina, donde concluye el noviciado y los estudios de teología, sin haber hecho los cuatro años que se requieren para hacer la profesión de cuatro votos. Eran épocas de urgencia y se necesitaban « operarios » para el trabajo en las misiones, por lo que él junto a otros españoles y criollos, fueron no bien ordenados sacerdotes, enviados entre 1611 y 1612 a fundar las nuevas poblaciones de indígenas guaraníes en la actual región del sud-oeste brasileño y la región paraguaya. Es así como Ruiz de Montoya junto a una decena de jesuitas emprenden la fundación de las célebres Reducciones. Con el tiempo, Ruiz de Montoya llegaría a ser el Superior de las misiones jesuitas del Guayrá y finalmente, de las demás regiones.

En 1628 y ante la amenaza de los esclavistas portugueses venidos desde Sao Paulo, Ruiz de Montoya debe emprender el éxodo de todas las poblaciones de la región del Guayrá, atravesando el territorio con más de 12 mil guaraníes. Murieron más de la mayoría. Como resultado de esta catástrofe, las autoridades comenzaron a reaccionar y ante la insistente petición de que los indígenas pudiesen tener el derecho de defenderse, Ruiz de Montoya es enviado a Madrid para realizar las gestiones necesarias.

Luego de reestablecer las nuevas reducciones en la actual región de Misiones, Argentina y esparcirse algunas otras en la región paraguaya, Ruiz de Montoya parte a España en 1637 a Europa, donde permanecerá tres años en trámites y negociaciones de índole cortesana con el fin de lograr sus objetivos. Su estadía en España fue también aprovechada para la publicación de sus obras: Conquista espiritual, Tesoro de la Lengua guaraní, Arte y Vocabulario y el Catecismo. Todas ellas publicadas entre 1639 y 1640. Todas forman un conjunto pues la Conquista es un relato de la fundación y peripecias de las reducciones por él fundadas, con el objetivo de sensibilizar a los lectores europeos. De hecho, tuvo una gran acogida y es por ésta obra que él se hizo célebre. Por otro lado, su trabajo lingüístico era el que usualmente se solía realizar allí donde todos los jesuitas enfrentaban el desafío de evangelizar pueblos con otras lenguas. Por último el Catecismo vincula el trabajo lingüista y antropológico con el apostólico, siendo una traducción del catecismo que circulaba entonces en España, de otro jesuita, Jerónimo de Ripalda.

No habiendo podido retornar a sus misiones en Paraguay tuvo que quedarse en la Ciudad de Los Reyes, de la cual nunca volvería ya a salir. Una última obra fue allí redactada por Ruiz de Montoya estando ya retirado a causa de problemas de salud, en el fundo Bocanegra. Esta última obra es de carácter espiritual y según los análisis realizados por el jesuita José Luis Rouillón, se trataría de la misma obra que Francisco Jarque, primer biógrafo de Ruiz de Montoya, cita como habiendo sido escrita al final de su vida. Se trataría pues, del Silex que también cita el Venerable Francisco del Castillo como fruto de una solicitud suya al viejo misionero, escrito para ayudarle en la no siempre fácil tarea de mejorar en la oración.

El Silex es una obra de carácter espiritual, con tonalidad mística, singular en el conjunto de las obras espirituales jesuitas, pues la mayoría de ellos son tratados ascéticos, antes que descripciones de distintas etapas hasta llegar a la unión con Dios, como es el caso de los escritos de origen carmelita de la época. En ese sentido, el Silex es una obra original, fruto de la síntesis cultural que también se produjo en nuestro continente en la dimensión espiritual, hasta el día de hoy poco estudiada por los especialistas.

Antonio Ruiz de Montoya fallece el 11 de abril de 1552, en Lima y sus restos fueron llevados por una comitiva especialmente venida desde las Misiones del Paraguay, conformada por misioneros e indígenas guaraníes. Ellos hicieron un recorrido de once mil kilómetros aproximadamente, hasta hacer descansar sus restos en la sacristía de la Reducción de Nuestra Señora de Loreto, hoy en la región de Misiones, Argentina, último lugar de residencia del incansable misionero peruano. Luego de la devastación y abandono de las reducciones, no es posible ubicar el lugar donde estaría su tumba.


Juan Dejo Bendezú, de la Compañía de Jesús