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Jueves, 2 de mayo de 2024

Oración por el reinado eucarístico del Sagrado Corazón

De Enciclopedia Católica

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Dulcísimo Jesús Sacramentado: Nuestro corazón se siente sobrecogido de angustia al ver el abandono en que estás en nuestros Sagrarios, especialmente en los pueblos apartados de provincias y serranías. Creemos que Tú eres Rey de Inmensa Majestad, y que por amor a nosotros, que somos tus hijos, estás anonadado en los Sagrarios de la tierra. Miles y miles de ángeles te dan ahí gloria, compañía y alabanza perpetua. Pero, Señor, tus hijos te dejan solo, te olvidad, te desconocen, te ofenden, se alejan de ti y van por el camino de la perdición eterna. Jesús Dulcísimo, ten piedad de ellos; porque Tú, Rey de Amor Misericordioso, anonadado en este Sacramento, eres el Pan de Vida, y ellos están muriéndose de hambre; Tú eres el único Maestro de la Verdad, y ellos andan desorientados, víctimas del engaño y de la mentira; Tú eres Medicina celestial de las almas, y ellos están enfermos de debilidad y flaqueza; Tú eres la Vida verdadera, y el Sembrador de resurrección; Tú eres la fuente de la pureza, y ellos están manchados con el lodo de la impureza y de la corrupción; Tú eres el único Señor que das libertad a las almas, y ellos se encuentran en oprobiosa esclavitud, porque se han entregado a otros señores falsos y pérfidos, que son Satanás y sus secuaces; Tú eres el único Salvador, y ellos gimen en la tristeza y en la desesperación. Todo eso eres Tú, Rey anonadado en nuestros Sagrarios; pero no te conocen, ni te aman, ni te reverencian, ni te quieren rendir vasallaje. Y aún más, ¡eres para muchos como el más despreciado de los hombres!

Mira ya con ojos de piedad a esas almas, y a esos pueblos, ciegos y engañados, y dígnate darte a conocer, estableciendo en toda su realidad tu Reinado Eucarístico, en las almas, en los pueblos, y en las naciones. Por eso, todos unidos con el corazón henchido de los mismos anhelos que el tuyo, te decimos con todo el apremio de nuestro amor: Oh Jesús Sacramentado, acelera el Reinado Eucarístico de tu Sagrado Corazón, en las almas, en los pueblos y en las naciones. Rogad por nosotros, Virgen Inmaculada, Nuestra Señora del Santísimo Sacramento.

- Para que venga el Reinado Eucarístico del Sagrado Corazón.

El Arzobispo

Lima, 4 de Mayo de 1942.

Transcrito por José Gálvez Krüger