Herramientas personales
En la EC encontrarás artículos autorizados
sobre la fe católica
Viernes, 22 de noviembre de 2024

Tapiz

De Enciclopedia Católica

Saltar a: navegación, buscar

Tapiz es una palabra de origen francés que nombra un tejido en el que se combinan los dos procesos de tejido y bordado. La trama no se realiza de la manera habitual lanzando los hilos con una lanzadera, sino que se agrega a la urdimbre con la ayuda de una aguja que lleva un hilo corto del color requerido por el diseño. El tejido producido por este método de trabajo, en el que se puede obtener fácilmente la riqueza de color y la exquisita gradación de los tintes, es un mosaico formado por hilos teñidos. Se utiliza para colgaduras, pavimentos y revestimientos de muebles. Fue así empleado por los antiguos egipcios, y de ellos pasó a través de Asia Occidental a Europa. Allí, durante la Edad Media y el Renacimiento, el arte del tapizador alcanzó un alto estado de perfección, más particularmente en Arras en Francia, tanto que tapiz de Arrás llegó a ser la designación común para todo tipo de tapicería, sin importar donde se hizo. En Inglaterra, antes de la Reforma, la fabricación de tapices era la artesanía especial de las casas monásticas; y sus tapices de Arras tuvieron una gran demanda para retablos, frontales de altares, antipendios, tenebrarios, alfombras de santuario, paredes de palacios y colgaduras de coros. No solo fueron forjados a lo largo de líneas puramente ornamentales, sino que más a menudo representaban temas bíblicos, incidentes en las vidas de los santos, escenas históricas o ilustraban con símbolos algún punto de la fe.

Mateo París registra el hecho de que, durante el reinado de Enrique I, entre otros adornos que el abad Geoffrey había hecho para su iglesia de San Alban "había tres retablos de tapices: el primero, uno grande forjado con el hallazgo del cuerpo de San Alban; los otros dos representaban las parábolas del hombre que fue atacado por los ladrones y del hijo pródigo". Antes de este regalo, el abad Egetric le entregó a la Abadía de Croyland, poco antes del año 992, "dos grandes alfombras (tapices para el piso) tejidas con leones para ser colocadas ante el altar mayor en grandes festivales y dos más cortas tramadas por todas partes con flores para las fiestas de los apóstoles ". Varios de estos primeros tapices ingleses, en un buen estado de conservación, se salvaron del vandalismo de los primeros reformadores, pero el arte de hacer tapices declinó ante su celo equivocado, tanto que cuando se quiso decorar la Cámara de los Lores con tapices que representaran la derrota de la Armada Española, hubo que ordenarlos en Flandes.

Varios grandes artistas han hecho diseños para el trabajo de tapicería, especialmente Rafael, quien, con la ayuda de Francisco Penni y Giovanni da Udine, ejecutó los cartones coloridos para los tapices de lana, seda y oro que ahora cuelgan en el Vaticano en Roma, los más bellos existentes. Rafael también preparó cartones para otros tapices; los últimos que diseñó, doce en total, fueron hechos en 1519 para Francisco I de Francia. Sin embargo, no vivió para terminarlos; su pupilo, Giulio Romano, los terminó. Los tapices hechos con ellos ahora cuelgan en el Vaticano, en el apartamento de Pío V


Bibliografía: DE CRAMPEAUX, Tapestry (Londres, 1878); COLE, Tapestry and Embroidery (Londres, 1888); GUIFFREY, Histoire de la tapisserie, depuis le moyen âge jusqu'à nos jours (Tours, 1886); THOMSON, A History of Tapestry from the Earliest Times until the Present Day (Londres. 1906); GENTILI, Arazzi antichi e moderni (Roma, 1897); HAUSER Y MENET, Tapices de la Corona de España (Madrid, 1903); GETZ, A Short Historical Sketch on Tapestry and Embroidery (Nueva York, 1895); RONCHAUD, La tapisserie dans l'antiquité (París, 1884); MÜNTZ, La tapisserie (París, 1882), tr. DAVIS, A Short History of Tapestry (Londres, 1886).

Fuente: Coleman, Caryl. "Tapestry." The Catholic Encyclopedia. Vol. 14, p. 449. New York: Robert Appleton Company, 1912. 2 Jun. 2019 <http://www.newadvent.org/cathen/14449b.htm>.

Traducido por Luz María Hernández Medina