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Viernes, 19 de abril de 2024

Unitas Fratrum

De Enciclopedia Católica

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(LA HERMANDAD DE MORAVIA, o UNITAS FRATRUM).

Definición y posición doctirnal La “Hermandad Bohemia” y "Hermandad Morava" son la designación popular actual de Unitas Fratrum fundada en Bohemia en 1457, renovada por el conde Zinzendorf en 1722, y todavía activa en nuestros días. Poniendo la vida antes que las creencias, la Iglesia de Moravia buscaba “hacer presente la Iglesia viviente de Cristo constituida o regenerada por hombres y mujeres, buscando un punto de encuentro para los cristianos que creían dogmas diversos”. La fe personal en el Salvador crucificado constituía el principal fundamento para la organización así establecida. Las Escrituras son la única regla de fe, pero "nada hay sobre el modo de inspiración, para aquella parte de los misterios que Dios no ha querido revelar." Se admiten la Trinidad, la Caída, el Pecado original, y la “Depravación Total”, pero “se rehuye la discusión sobre ello”. El Amor de Dios manifestado en Cristo - sin teorías sobre el modo - es el centro de la doctrina y práctica moravas. La justificación solo por la fe y la necesidad de regeneración "son colocados como hechos de experiencia personal". La gracia santificante, la necesidad de la oración, y otros medios públicos de gracia, un completo ritual, una disciplina estricta, "el orden sacerdotal sin una concepción de las funciones del episcopado", p.e. los obispos ordenan, pero el cargo episcopal no implica poder de gobierno o administrativo (ver infra con respecto a Zinzendorf), el Bautismo y la Cena del Señor como únicos sacramentos, y la escatología cristiana común: Resurrección, Juicio, Cielo, Infierno; tales son los dogmas de los que los moravos no deben apartarse, aunque se les permiten especular sobre ellos a partir de la Escritura con entera libertad.

La historia de la antigua unitas fratrum (1457-1722)

La Hermandad Bohemia es un eslabón en una cadena de sectas que se inician con Wyclif (1324-84) y que llegan a nuestros días. Las ideas del inglés encontraron eco en Hus, y Bohemia mostró ser mejor tierra para su crecimiento que Inglaterra. Wyclif y Hus fueron movidos por un deseo sincero de reformar la Iglesia de su tiempo; los dos se equivocaron y, sin intención, se convirtieron en padres de nuevos grupos heréticos – los Lolardos y los Husitas. El primero fue acosado hasta su extinción en Inglaterra por los gobernantes católicos; el último prosperó en Bohemia, gracias al apoyo nacional y real. La condena a la hoguera de John Hus por su terca adhesión a las condenadas doctrinas de Wyclif (en Constanza el 6 de julio de 1415) fue considerada un insulto a la fe de la nación bohemia que, desde que su primera conversión al Cristianismo, nunca se había desviado de la verdad. La Universidad de Praga avanzó audazmente a vindicar al hombre y sus doctrinas; los partidarios de trabajar para reformar la Iglesia desde dentro rechazaban ahora la autoridad de la Iglesia y se convirtieron en la secta husita. De inmediato crecieron las divisiones entre sus miembros. Algunos se apartaron completamente de la autoridad de la Iglesia y no admitieron ninguna otra regla que la Biblia; otros sólo exigieron la Comunión bajo las dos especies para los laicos y la predicación libre del Evangelio, con algunas reformas menores. Los primeros, que se reunieron para el culto en el "Monte Tabor", fueron llamados Taboritas; los últimos recibieron el nombre de Calicistas, es decir, los partidarios del Cáliz. Mientras tuvieron un enemigo común para luchar lo hicieron juntos bajo la dirección de un hombre extraordinario, John Trocznowski, conocido como Zizka (el tuerto), y durante quince años tuvo más de un enfrentamiento con los ejércitos imperiales y los cruzados papales enviados para aplastarle. La paz fue a la larga conseguida, no por la fuerza de las armas sino por las hábiles negociaciones que dieron lugar al "Pacto de Basilea" (30 de noviembre de 1433). El acuerdo se debió principalmente a las concesiones hechas a los Calicistas; tuvo poco o ningún beneficio para los Taboritas. El descontento llevó a una enemistad que terminó en la Batalla de Lipania (30 de mayo de 1434) con la muerte de Procopio, el líder de los Taboritas, y la extinción casi total de este grupo. El pequeño remanente, demasiado insignificante para jugar un papel en la política, se ocultó en la vida privada, consagrando todas sus energías a la religión. En 1457 se formó una fracción bajo el nombre de “Unión de la Hermandad” (Unitas Fratrum) que se conoce generalmente como Hermandad Bohemia. Sus contemporáneos acuñaron para ellos varias designaciones despectivas, como Jamnici (los moradores de las cuevas) y Pivnicnici (los hombres de la cervecería), Hermandad de Bunzlau, Picardos (corrupción de Pickarts), etc.

El creador de la nueva secta fue un tal Gregorio, sobrino del principal predicador de los Calicistas, Rokyzana, cuya mente se imbuyó con la convicción de que la Iglesia romana estaba inevitablemente y desesperadamente corrupta. Gregorio decidió fundar una nueva iglesia de acuerdo con las ideas de su tío y de las suyas propias acerca de lo que debía ser una iglesia perfecta. A través de la influencia de Rokyzana , obtuvo permiso del gobernador Jorge von Podiebrad para organizar una comunidad en el pueblo de Kunwald cerca de Senftenberg. Miguel, párroco de Senftenberg, y Matías, un granjero de Kunwald, se unieron a Gregorio y pronto la comunidad contó con varios miles de miembros. Los dogmas que les distinguían en este período inicial eran bastante vagos: la abolición de todas las distinciones de rango y fortuna, el nombre de cristiano era la única dignidad para todos; la abolición de los juramentos, del servicio militar, etc. El gobernador von Podiebrad mantuvo una estrecha vigilancia sobre la creciente comunidad. En 1461 arrestó a Gregorio y a varias personas más, bajo sospecha de reavivar la herejía de los Taboritas. Los acusados admitieron que ellos no creían en la presencia real de Cristo en la Eucaristía; pero que habían compartido el pan y el vino en sus reuniones nocturnas como comida común. Fueron liberados pero, para evitar interferencias futuras, Gregorio y sus compañeros huyeron al Señorío de Reichenau dónde vivieron ocultos en las montañas. Allí, en 1464, se mantuvo una asamblea secreta de las Hermandades de Bohemia y Moravia en la que aceptaron como base de su credo la doctrina de que la justificación se obtiene a través de la fe y la caridad y confiere la esperanza de la salvación eterna. Se requirió a los ricos que abandonaran sus riquezas y la pompa mundana y vivieran en una pobreza voluntaria. Los hermanados entregaban sus propiedades privadas en beneficio de la Hermandad. Cualquiera que no observara la unidad entre fe y práctica era separado de la comunidad.

Entretanto la persecución continuó. Los presbíteros Utraquistas (Calicistas) negaron los Sacramentos a la Hermanad. Por lo que éstos fueron obligados a constituir un sacerdocio de su propio credo. Fueron elegidos un obispo y varios sacerdotes a suertes y la separación de los Utraquistas se consumó. El cabeza de los valdenses austriacos, que se creía que había recibido la consagración de un verdadero obispo, ordenó obispo al ex-párroco, Miguel, y éste consagró obispo a su amigo, Matías y ordenó a varios sacerdotes. El nuevo obispo Matías de Kunwald reordenó a su consagrador, para convertirlo en un verdadero sacerdote de la Hermandad. Esto ocurrió en 1467 en el sínodo de Lhotka, cerca de Reichenau dónde también se rebautizó a todos los presentes. La brecha con Católicos y Utraquistas estaba completa y la Hermandad comenzó a ordenar su comunidad según el modelo de "la primitiva iglesia”. El gobierno centrado en un concilio presidido por un juez. Cuatro ancianos, o superiores, ejercían el poder episcopal. Los presbíteros no tenían propiedades y fueron animados al celibato. Se exigía la más estricta moralidad y modestia del creyente. Fue prohibido todo acto con apariencia de lujo; sólo se permitían los juramentos y el servicio militar en casos muy excepcionales. Los pecados públicos debían ser confesados públicamente, y eran castigados con multas eclesiásticas o expulsión. Un comité de mujeres vigilaba con severidad implacable la conducta de sus hermanas.

Una nueva persecución siguió rápidamente al sínodo de Lhotka. La Hermandad defendió su causa con copiosos escritos, pero en 1468 muchos de ellos fueron encarcelados y torturados, alguno fue quemado en la hoguera. La muerte del gobernador Jorge von Podiebrad en 1471 trajo algún alivio. El Hermano Gregorio murió en 1473. Desde 1480 Lucas de Praga se convirtió en su lider. Gracias a él y a la tolerancia concedida a la Hermandad por el rey Ladislao II, ésta aumentó rápidamente en número. A finales del siglo quince había 400 comunidades. El intento del Papa Alexandro VI de reconvertir a la Hermandad (en 1499) se mostró inútil. Justo en este momento, unas rencillas internas en la "Unión de la Hermandad" llevaron a una nueva persecución. Los Amositas, llamados así por su líder, el Hermano Amos, acusaron la hermandades más moderadas de fomentar una oposición violenta al Gobierno en imitación a sus antepasados espirituales, los Taboritas. El rey Ladislao II emitió un decreto prohibiendo las reuniones de la Hermandad con la amenaza de graves sanciones. En muchos lugares, sin embargo, el decreto fue desoído y poderosos terratenientes continuaron protegiendo la Hermandad. Una vez más el rey acudió a medidas más apacibles. En 1507 invitó a los jefes de la Hermandad a encontrarse con los Utraquistas para dialogar en Praga. La Hermandad envió a unos compañeros toscos, iletrados, incapaces de dar la respuesta a las preguntas de los profesores. El rey consideró esto como un insulto y pidió suprimir todas las reuniones de los “Picardos", quemar todos sus libros y encarcelar a todos los recalcitrantes (1508).

           La Hermandad comenzó a buscar la simpatía extranjera. Erasmo los felicitó por su conocimiento de la verdad, pero se negó a comprometerse con ellos más allá. Lutero objetó a su doctrina sobre la Eucaristía, al celibato de su clero, a la práctica de rebautizar, y a la creencia en los siete sacramentos. El hermano Lucas respondió con una agudo panfleto y, habiendo comprobado el bajo nivel de disciplina eclesial entre los luteranos de Wittenberg, cesó todos los esfuerzos de unión. Al mismo tiempo (1525) Lucas rechazó las doctrinas de Zwinglio que alguna Hermandad estaban intentando introducir. Tras la muerte de Lucas (1528) el gobierno de la Hermandad pasó a manos de hombres aficionado a innovaciones, entre los cuales el más notable fue John Augusta. Augusta volvió a abrir las negociaciones con Lutero y modificó su credo y así que ganó la aprobación del reformador, pero la unión de las dos sectas fue de nuevo impedida por la baja disciplina moral de los luteranos en Bohemia y Moravia. Augusta abogaba por una disciplina eclesial más estricta, pero Lutero lo despidió, diciendo: "Sea usted el apóstol de los bohemios, yo seré el apóstol de los alemanes. Haga como manden las circunstancias, nosotros haremos el mismo aquí" (1542). Pronto los estados bohemios fueron llamados por Carlos V a unirse en su guerra contra la liga de Esmalcalda. Los Católicos y antiguos Utraquistas obedecieron, pero los protestantes bohemios, habiéndose reunido en casa del hermano Kostka, establecieron un  gobierno provisional compuesto de ocho miembros, cuatro de los cuales pertenecían a la Hermandad, y nombraron un general para llevar a los rebeldes armados a Sajonia contra el emperador. La victoria de Carlos sobre los esmalcaldianos en Muhlberg (1547) no dejó a los rebeldes más elección que someterse a su rey, Fernando I. La Hermandad, que habían sido la cabeza instigadora de la rebelión, fue condenada ahora a la extinción. John Augusta y su socio, Jacob Bilek, fueron a prisión; las reuniones de la Hermandad fueron prohibidas en todo el reino; aquéllos que se negaron a someterse fueron desterrados. Muchos se refugiaron en Polonia y Prusia (1578); aquéllos que permanecieron en el país se unieron, al menos pro forma, al partido de los Utraquistas. A causa de la indulgencia de Maximiliano II  y la propensión hacia los protestantes, la dieta Bohemia de 1575 redactó la “Confesión de fe Bohemia" en la que los principios de la Hermandad encontraron a expresión junto con los de los luteranos. Bajo Rodolfo II (1584) la persecución resurgió y duró con mayor o menor intensidad hasta 1609, cuando la Carta constitucional de Rodolfo II concedió el ejercicio libre de su religión a todos los protestantes. Pronto, sin embargo, el cese de la opresión externa hizo que la disensión interior apareciera entre los protestantes. Un consistorio, compuesto de luteranos y Hermanos, fue incapaz de mantener la paz y la unión entre los dos grupos. Fernando II, después de su victoria sobre los bohemios rebeldes en la Montaña blanca, cerca de Praga (1620), les ofreció la opción entre el Catolicismo y el destierro. Muchas hermandades emigraron a Hungría, pero un número mayor al norte de Polonia dónde se establecieron en Lissa . Hay incluso hasta el momento en ese distrito siete comunidades que se llaman Hermandad, aunque su confesión de fe es la helvética. En la Silesia prusiana hay también tres comunidades de la Hermandad que proclaman su descendencia de la Hermandad Bohemia. 
La hemandad de bohemia e inglaterra

Durante el reinado de Maximiliano II y Rodolfo II, la Hermandad Bohemia disfrutó de un período de prosperidad que les permitió establecer relaciones con las iglesias protestantes más jóvenes. Enviaron estudiantes a Heidelberg y, al menos uno, a Oxford. En 1583, "Bernardus, John, un moravo", fue autorizado a suplir a B.D. Había estudiado teología durante diez años en las universidades alemanas y había ido ahora a las universidades de Escocia. Este Bernardus, sin embargo, no ha dejado rastro, excepto la entrada antes citada en el registro de Oxford. El hombre que principalmente llevó la Hermandad ante la Iglesia anglicana fuera Juan Amós, de Comna, generalmente conocido como Comenius. Como estudioso y educador fue invitado por sus amigos ingleses a ayudar a mejorar el estado y la administración de las universidades, entonces bajo estudio en el parlamento. La irrupción de la Guerra Civil dejó todos estos planes en nada y Comenius regresó a Alemania en 1642. Su influencia en Inglaterra le permitió suscitar varias colectas para su iglesia, severamente perseguida en Polonia: las tres primeras fracasaron, pero la cuarta, autorizadoa por Cromwell, produjo 5.900 £, de las cuales la Universidad de Cambridge aportó 56. Esto fue en 1658-59. La comunicación con la Iglesia anglicana se mantuvo ininterrumpidamente hasta que los restos de la antigua Hermandad menguaron y fueron absorbidos por otras confesiones evangélicas. Cuando la Hermandad renovada se estableció en Inglaterra se benefició por la memoria de las relaciones amistosas anteriores.

La historia de la hermandad renovada

Las persecuciones externas y las disensiones internas provocaron la extinción casi total de la Hermandad de Bohemia. El pequeño pero fiel resto fue, sin embargo, destinado para florecer en un nuevo y vigoroso movimiento religioso bajo el nombre de Hermandad de Moravia. El fundador y modelador de esta segunda Unitas Fratrum fue el pío y práctico conde Zinzendorf (n. 1700, m. 1760). En 1722 el pastor luterano Rothe, de Berthelsdorf en la alta Lusatia, presentó al conde, al que cedió su vivienda, a un carpintero de Moravia llamado Christian David. Este hombre había sido comisionado por sus correligionarios para buscar una concesión de tierra dónde pudieran practicar libremente su religión. Zinzendorf era desconocedor de la historia y los dogmas de la Hermandad Bohemia, pero en su caridad, les concedió la tierra deseada, en las laderas de Hutberg en la parroquia de Bertlesdorf. En corto espacio de tiempo, los emigrantes de Moravia fundaron una colonia llamada Herrnhut. Los colonos celebraban a en el templo de la parroquia luterana. Dos años después llegaron desde Zauchenthal en Moravia cinco jóvenes plenamente conscientes de ser los verdaderos miembros de la antigua “Hermandad Bohemia”. Al momento se iniciaron las luchas religiosas, con gran enojo del conde Zinzendorf y sus amigos. El conde no tardó en percibir que los colonos, simples jornaleros y artesanos, se preocupaban más de lo concerniente a la disciplina de la iglesia y de las normas de vida cristianas que del dogma. Por tanto se puso a elaborar una constitución para una comunidad en la que la religión debía ser la preocupación principal y el lazo de unión. Abandonó Dresde y, con la licencia del pastor, comenzó a trabajar como catequista laico entre la Hermandad en Herrnhut. La comunidad se reunía para sus servicios religiosos en su propio ayuntamiento dónde uno de los hermanos, elegido a suertes o por la asamblea, actuaba como ministro. En 1731 se separaron de la iglesia parroquial y agregaron a sus servicios habituales la celebración de la Cena del Señor. Estaban divididos en "coros" según la edad, sexo, y profesión; cada coro se gobernaba por ancianos (hombres y mujeres), pastores, y administradores escogidos entre sus miembros. Los coros femeninos se distinguían por sus vestidos. Las viudas, los jóvenes solteros, y las chicas formaban coros separados bajo la vigilancia de ancianos. Todo en Herrnhut estaba controlado por el Consejo de Ancianos, incluso el matrimonio, sujeto a la autorización de la suerte. Se hacía provisión para los pobres y enfermos, para las reuniones de oración y todo lo demás. Los Diáconos, actuando en nombre de los Ancianos, administraban las crecientes propiedades de la comunidad por las donaciones. Se cuidó mucho la educación de la juventud, Zinzendorf estaba ansioso por levantar una generación que perpetuara su trabajo. La organización de la renovada Hermandad estuvo completa en 1731. Llevaba el sello de la personalidad de su fundador, un hombre profundamente religioso, criado en el pietismo de Spencer por las dos señoras nobles que lo educaron, y bien enterado de la vida católica desde su estancia en París. Tan pronto como la fundación se solidificó en Herrnhut, Zinzendorf empezó a pensar en el trabajo misionero. Su conexión personal con la corte danesa lo llevó a elegir las posesiones danesas en las Indias Orientales y Groenlandia como campo de trabajo. Sus primeros misioneros se enviaron en 1732 y 1733. Sintiendo, sin embargo que como simple hombre laico no podía conferir bien poderes misioneros, fue ordenado en Tubingia en 1734 y, es más, recibió la consagración episcopal del reformado predicador de la corte Jablonsky de Berlín, en cuyo la familia había sido - o se decía que había sido – conservado, el episcopado moravo, originado en 1467 por un obispo valdense válidamente ordenado. La persecución no tardó en llegar. Los luteranos ortodoxos se volvieron los peores enemigos de la Hermandad. El Gobierno Imperial en Viena objetó fuertemente a su propaganda en Bohemia que provocó la emigración de austriacos y sembró el descontento en la región. Bajo la presión imperial el rey de Sajonia desterró a Zinzendorf "para siempre". El celoso conde hizo buen uso de su destierro. Durante los diez años (1737-47) de su ausencia de Sajonia fundó congregaciones en Holanda, Inglaterra, Irlanda, América; se levantaron nuevas en Alemania en Herrenhag, Neuwied, Gnadenfrei, Gnadenberg, y Neusatz. Zinzendorf mostró una especial predilección por el establecimiento en Londres. En 1750 fijó su residencia en la capital inglesa y desde allí gobernó la "Unión de la Hermandad". Pero en 1755 regresó a Herrnhut que se había convertido y seguía siendo el centro de toda la administración. Hasta la actualidad el “Consejo Provincial de Ancianos de Alemania" ocupa la propia casa de Zinzendorf en Berthelsdorf. El toque final del nuevo sistema eclesial fue la libertad disfrutada por aquéllos que se unieron para mantener su confesión luterana, reformista o morava a la que pertenecían, y que eran puestos bajo el gobierno de un Anciano de su misma creencia. Este rasgo peculiar muestra la despreocupación del fundador por el dogma y el gran valor dado a la práctica cristiana y a la disciplina eclesiástica. Mantuvo que fe y justificación sólo podría encontrarse por individuos que eran, o se convertían, en miembros de una comunidad religiosa. Por mucho que, en esto y en otros puntos, copió a la Iglesia católica, al final se adhirió fielmente a la Confesión de Augsburgo y obtuvo del Consistorio en Dresde el reconocimiento oficial de que la Hermandad de Moravia seguía la misma fe. También consiguió, tras largas luchas, el reconocimiento de la Hermandad por el gobierno sajón. Cuando, lamentado por todos, murió en 1760, su trabajo y su espíritu se mantuvieron vivos en el cuerpo fuertemente organizado de la "Unión de la Hermandad". No ha habido cambios materiales desde que, en 1775 la Hermandad, congregada en un sínodo en Barby, adoptó la siguiente declaración de principios:


"La doctrina principal a la que la Iglesia de la Hermandad adhiere, y que debemos conservar como un tesoro inestimable confiado a nosotros, es esto: Que por el sacrificio por el pecado, hecho por Jesús Cristo y solo por éste, la gracia y liberación del pecado han sido obtenidas para toda la humanidad. Por consiguiente, nosotros queremos, sin disminuir la importancia de cualquier otro artículo de la fe cristiana, firmemente mantener los siguientes cinco puntos: (1) La doctrina de la depravación universal del hombre: que no hay salvación en el hombre, y que, desde la Caída no tiene ningún poder que salga de él para ayudarse. (2) La doctrina de la divinidad de Cristo: que Dios, el Creador de todas las cosas, se manifestó en la carne, y nos reconcilió con Él; que Él es antes de todas las cosas y que en Él todas las cosas existen. (3) La doctrina de la expiación y satisfacción hecha para nosotros por Jesús Cristo: que Él se entregó por nuestras ofensas y resucitó para nuestra justificación y que solo por Sus méritos recibimos libremente el perdón de los pecados, la fe en Jesús y la santificación de cuerpo y alma. (4) La doctrina del Espíritu santo y la operatividad de Su gracia: que es Él quién el afirma en nosotros la convicción de pecado, la fe en Jesús, y la pureza del corazón. (5) La doctrina de los frutos de fe: esta fe debe evidenciarse obedeciendo los mandamientos de Dios, desde el amor y la gratitud".

La fe en la Redención y la entrega completa a Cristo (con el cual en 1741 se realizó un convenio espiritual) se mantienen por ser la esencia misma de la religión. La voluntad de Cristo se determinaba por suertes como en la autorización final en caso de matrimonio (hasta 1820), en la elección de superiores (hasta las 1889), etc. Zinzendorf gobernó como obispo sobre todas las comunidades, en Europa y América, pero desde su muerte el cargo episcopal se mantiene únicamente como un mero título. En 1857 la Unión británica y americana se independizaron; el único lazo de unión es ahora el Sínodo General que se reúne una vez cada diez años.

Los moravos en inglaterra

Los principios de la Iglesia de la Hermandad en Inglaterra son un capítulo interesante en el intercambio de pensamiento entre Alemania y ese país. La dinastía alemana en el trono inglés había atraído una gran colonia de sus compatriotas; hacia la mitad del siglo decimoctavo, Londres solo contaba entre 4000 y 5000 alemanes entre sus habitantes. Éstos deberían tener naturalmente simpatía con la Hermandad. Pero las “Sociedades Religiosas” fundadas por el Doctor Smithies, cura de St. Giles, y el Dr. Horneck, del bajo Palatinado, junto con los escritos de William Law -el padre del reavivamiento religioso del decimoctavo siglo- había preparado las mentes de muchos ingleses para una comida espiritual más fuerte que la que les era ofrecida por la religión establecida. Horneck era un Pietista alemán, y William Law, en su “Seria llamada”, fijó una norma de perfección un poco más suave que el monaquismo católico. John Wesley, que confiesa fue estimulado en su actividad por William Law, inicialmente encontró la satisfacción de sus deseos espirituales en el la Hermandad Morava. Él, con tres otros metodistas de Oxford, se reunieron con el obispo moravo Nitschmann y veinte hermanos en Gravesend dónde estaban esperando el buque para llevarlos a Georgia (1736). Los ingleses quedaron favorablemente impresionados por el fervor religioso de los alemanes, y surgió entre ellos una amistad fructífera. Ya en 1728 Zinzendorf había enviado a Inglaterra una delegación encabezada por el moravo Johann Toltschig “para decir a los que no estaban deslumbrados por sus lujurias, a aquellos cuyos ojos había abierto Dios, lo que Dios les tenía preparado". La condesa Sofía el von Schaumburg-Lippe, dama de la corte inglesa, usó su influencia en su favor, pero fue incapaz de neutralizar la oposición del capellán luterano de la corte, Ziegenhagen. La embajada tuvo ninguno o escasos resultados. Otras visitas siguieron por intervalos, la mayoría de ellas por misioneros y emigrantes en su camino hacia América. Con ocasión de una de estas visitas el propio Zinzendorf indujo a algunos jóvenes a formar una sociedad para la lectura de la Biblia, la edificación mutua, la abstención de las controversias teológicas, el amor fraternal, etc. Fue el primer paso hacia la realización de sus ideales en Inglaterra. El próximo escalón fue Peter Boehler, celoso predicador entre las “sociedades religiosas” y las clases obreras.

Fue Boehler el que fundó la sociedad religiosa en Fetter Lane de la que John Wesley fue miembro, y para la que ideó la mayoría de las normas; también parece debido a la influencia de Boehler el que John y Charles Wesley "encontraran la conversión" (junio, 1738), todavía no una conversión exactamente del tipo de moravo. Una visita de John Wesley a los centros alemanes le hizo entender que en la Hermandad no había sitio para dos hombres como Zinzendorf y Wesley, ambos líderes por naturaleza, que tenían poco en común. Poco a poco Wesley se apartó de la Hermandad, y su amistad anterior se convirtió en abierta hostilidad (12 noviembre, 1741), según el diario de Wesley). En una reunión en Fetter Lane, Wesley acusó a la Hermandad de sostener doctrinas falsas y abandonó la sala exclamando: "Permita a aquéllos que están de acuerdo conmigo seguirme." Unos dieciocho o diecinueve de los miembros le siguieron, el resto aclamaron a la Hermandad como su guía. Así una asociación religiosa de la iglesia de Inglaterra se convirtió una asociación de la Hermandad. Después de su ruptura con Wesley, la Hermandad empezó a trabajar por su propia cuenta en Inglaterra. El profesor Spangenberg organizó la joven iglesia con un especial talento, y su actividad se extendió lejos y extensamente en las provincias, incluso en Escocia e Irlanda, pero su éxito más grande fue en Yorkshire. Ellos también se encontraron con alguna persecución de personas que los confundían con los metodistas. El estado legal de la Hermandad estaba por determinar. No deseaban ser clasificados como Disidentes,  aquellos que habían sido separados en algún momento de la iglesia anglicana y, por otro lado, la iglesia anglicana, los repudió porque no  tenían los órdenes anglicanos ni usaban el Libro de Oración Común. El arzobispo Potter les concedió únicamente la tolerancia otorgada a los protestantes extranjeros. Para obtener una autorización de un juez de paz tuvieron que adoptar un nombre, y Spangenberg decidió el de “Hermandad Morava, anteriormente de la Comunión anglicana”. Este nombre implicó una nueva denominación y llevó a la formación inmediata de la primera congregación de Hermandades de nacionalidad inglesa (1742). Zinzendorf  puso grandes objeciones al nombre de moravos que se daba a su Hermandad a los que él consideraba como una ecclesiola in ecclesiâ, una iglesia pequeña selecta dentro de una mayor, qué debería existir en cualquier denominación. La designación propuesta, “Antiguos luteranos protestantes”, desagradaba a los miembros ingleses. Ellos se aferraron resueltamente a los nombres "Unión de la Hermandad" y "Moravos" como sus designaciones oficiales y populares, y el "Acta para animar a las personas conocidas por el nombre de Unitas Fratrum o Unión de la Hermandad a establecerse en las colonias de Su Majestad, publicada en 1749, da la sanción oficial al antiguo nombre, reconociendo la pertenencia de la Hermandad “a una iglesia protestante y episcopal”, y manteniendo su conexión con Alemania. 
Los inicios de la iglesia morava en américa

En 1734 Zinzendorf obtuvo para treinta familias de desterrados Schwenkfelders (los adeptos de Kaspar von Schwenkfeld) un hogar en Georgia, que en ese momento se había separado de Carolina “para servir como asilo para los deudores insolventes y para personas que huyen de la persecución religiosa”. Estos desterrados, sin embargo, prefirieron unirse a una colonia más antigua en Pennsylvania. La Hermandad concebía el plan de seguridad en Georgia, un lugar de refugio en tiempo de persecución. El gobernador general, Oglethorpe, les concedió 500 acres, y Spangenberg, el negociador, recibió una donación de 50 acres para él, una parte del lugar que la ciudad de Savannah ocupa actualmente. Los primeros once inmigrantes alcanzaron Savannah el 17 de abril de 1734, conducidos por Spangenberg. El obispo Nitschmann llevó otros veinte, el 7 de febrero de 1736. El trabajo de evangelización y colonización se inició rápidamente con gran vigor y continuó con más coraje que éxito. El clima, las guerras, las enemistades externas e internas, frenaron el crecimiento y entumecieron la organización de la Hermandad.

La situación actual del grupo moravo

El resultado de sus esfuerzos durante 175 años se muestra en las estadísticas adjuntas, y puede leerse en detalle en las "Transacciones de la Sociedad Histórica Morava", Vol. VI:

Las estadísticas para América (de "The Moravian", 13 de marzo de 1907). - El 1 de enero de 1907, había en los cinco distritos norteños de América 96 congregaciones con 13.859 comulgantes, 1,194 no-comulgantes y 5,316 niños; un número total de miembros de 20.369; un aumento de 228 desde el año anterior. En las escuelas dominicales había 9.666 alumnos con 1.156 funcionarios y maestros, un número de total miembros de 10.822, contra 11.012 en el año precedente, implicando una pérdida de 187. Los ingresos de diversas fuentes: a 31 de diciembre de 1906, 145.517,67 $; una disminución de 8.006,19 $ desde 1905. Los gastos equilibrados exactamente con los ingresos. En la Provincia del sur de América había el 1 de enero de 1907, 3.703 comulgantes, 320 no-comulgantes, 1.819 niños; en total, 5.842. las escuelas dominicales tenían 3.883 alumnos, 323 funcionarios y maestros; en total, 4.206. - el número total de miembros en ambas provincias: 26.211 contra 25.877 en 1906 - un aumento de 334.

En Gran Bretaña e Irlanda, la Iglesia de Moravia contaba el 31 de diciembre de 1906, con 41 congregaciones, con un número total de miembros de 6.343; un aumento de 211 desde 1905; 5.072 alumnos atendían las escuelas dominicales, con 568 maestros; había también 213 alumnos, con 5 maestros, en 5 colegios y 305 escolares, con 38 maestros, en 5 internados.

La provincia alemana, a 31 de diciembre de 1905, tenía 25 congregaciones, con un número total de miembros de 7.958 de los cuales 5.795 eran los comulgantes; 50 centros misioneros atendían a aproximadamente 70.000 (la "Diáspora").

Los lugares de misión de los moravos: En América del Norte, Labrador, comenzado en 1771; Alaska, 1885; California, 1890.-En Centroamérica, la costa de los mosquitos, 1849.-En América del Sur, Surinam, 1735, Demerara, 1878.-En las Indias Orientales, Jamaica, 1754; Sto. Tomé, 1732, San Juan., 1754; Santa. Cruz, 1740; Antigua, 1756; San. Kitts, 1777; Barbados, 1765; Tobago, 1790; Trinidad, 1890.-en Africa, colonia del Cabo, este y oeste, 1736; Africa Oriental alemana, 1891.-en Asia, Himalaya Oriental, 1853; Jerusalén, leprosería, 1867.-en Australia, Victoria, 1849; Queensland meridinal, 1891. El trabajo lo realizaban 470 misioneros de los cuales 76 eran nativos. También se cuentan Bohemia y Moravia entre los campos de misión. El trabajo de misión allí, así como de las misiones extranjeras, es un compromiso de unión de todas las provincias de la iglesia. En diciembre de 1905, el número total de miembros era de 984; los ingresos (de que los que 111 £ eran de la provincia británica), 1.761 £, 16/4; gastos, 1.991 £, 10/9.

CAMERARIUS, Historica narratio de Fratrum orthodoxorum ecclesiis in Bohemia, Moravia, et Polonia (Frankfurt, 1625); BOROWY, s. v. Bruder, Bohmische in Kirchenlex., II; HAMILTON, Una historia de la Iglesia de Moravia, o la Unitas Fratrum (Belén, Pa., 1900); WAUER, Los Principios de la Iglesia de la Hermandad en Inglaterra (Baildon, cerca de Shipley, Yorks, 1901); The Moravian (el órgano oficial del N. Prov. de Unitas Fratrum en América); El Mensajero Moravo. – ver también  la bibliografía asignada a SCHWEINITZ, Historia de la Unitas Fratrum. 
J. WILHELM 

Transcribed por Thomas M. Barreto. Dedicado a la unidad de los cristianos en el nombre de Jesús Traducido por Quique Sancho.