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Viernes, 19 de abril de 2024

Diferencia entre revisiones de «Studia Limensia Introducción: Consideraciones preliminares para la interpretación de la Emblemática Político-Moral de los Reyes, y sus simbologías»

De Enciclopedia Católica

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Revisión de 12:23 18 ene 2023

La Fundación de la Ciudad de los Reyes, es una obra humana, querida por Dios. Por tanto, este hecho es pasible de ser historiado, espiritualizado, moralizado, y sometido a examen teológico. Podemos, pues, reducir esta historia a Símbolos, y explicarla mediante emblemas, y relatarla mediante alegorías.. El desafío, es conjugar la geografía, los hechos históricos, y el devenir arquitectónico de la urbe limana, con los designios de Dios. El escenario debe comprender, el río Rímac y sus dos márgenes: El arrabal de San Lázaro y la Ciudad de los Reyes. La Capital debe ser entendida, no como la ciudad en gestación, sino como la Ciudad que ha alcanzado la plenitud conceptual, en lo que toca a lo material y espiritual. A saber: Capillas del Puente, el puente de piedra , el Arco Triunfal, la Muralla, la Calle Recta , la Plaza mayor de cinco fuentes, el Conjunto Conventual de San Francisco con su muro pretil, los Jardines jeroglíficos de Santa Rosa. En un segundo plano interpretativo, deben considerarse, conjuntamente las plazuelas de las iglesias-baluartes de Lima: Santo Domingo, San Francisco, Santo Pablo y San Agustín Hay un tercer plano interpretativo –parcial – referido a espacios y edificios concretos: La plazuela de Desamparados, la plazuela de La Merced, la plazuela de la Recoleta, los hospitales de Barrios Altos, y la iglesia de San José . La Emblemática de nuestra ciudad, es tributaria de la Emblemática de las Empresas Morales, Espirituales, Heroicas, y Políticas. Está sujeta a conceptos conocidos y averiguados. El carácter de estos emblemas es perpetuo. Porque están compuestos de elementos mitológicos clásicos, y expresados en lenguas clásicas. El recurso a lo clásico, garantiza que las expresiones, las alegorías y las sentencias presentadas al observador, sean universales. Garantizan universalidad e intangibilidad, porque el código mitológico está cerrado, lo mismo que la Revelación de Dios. La Mitología brinda el preciosismo alegórico necesario, para aproximarnos a la comprensión progresiva de Misterios Arcanos. En forma de jeroglíficos. La Teología Sagrada, explica, fundamenta y argumenta en lenguaje humano, Verdades Sobrenaturales. Esta doble intangibilidad obliga a una lectura, interpretación, y explicación necesariamente canónica de todo lo referido a la ciudad barroca. Por tanto, no hay lugar la <<relecturas>>, <<reinterpretaciones>>, <<deconstrucciones>>, <<reelaboraciones>>, y mucho menos, hay cabida para los sincretismos. Todas las expresiones barrocas, están concatenadas. Vienen de algo, conducen a algo. Es un medio para alcanzar la Trascendencia. Tiene un fin Soteriológico. La Ciudad es corporización arquitectónica de Cristo. Este cuerpo arquitectónico tiene un corazón, que es eucarístico, y que está entronizado en la Plaza Mayor. Se accede a este corazón, directamente, por la herida del costado, es decir, por el Arco Triunfal. La ciudad está compuesta por ciudadanos. Cada ciudadano tiene un corazón, en el que puede estar entronizado Cristo, o, su enemigo Satán. Lo que vemos aquí dicho aquí, alude al Evangelio. Es la expresión urbanística del anhelo del corazón humano, de aspirar a lo infinito. Como dice san Agustín en sus <<Confesiones>>, el alma está hecha para Dios. Y es un ojo que atisba lo infinito. El alma no puede alcanzar a Dios, de un solo vuelo, sino por grados y jornadas. Estamos netamente en el camino de la perfección. El puente de piedra y su meta, arco triunfal, son jeroglífico de este camino de Fe perfecta, que conduce a la Eterna Bienaventuranza. El camino del puente es ascendente, e indica, que hay amistad con Dios. Camino, que está acosado demonios, y defendido por ángeles. El rechazo a las tentaciones (tajamares) del maligno (el río embravecido) y el solaz del estado de gracia (baluarte) explican el puente del Rímac en tanto que jeroglífico. El Corazón eucarístico de Cristo marca el principio y el fin de la reconciliación penitente del limeño, cuya expresión más acabada es Santa Rosa, Campeona de la Eucaristía. Este camino ascendente al Cielo está, está señalado en el Arco jeroglífico, por los campanarios ascendentes. La eterna bienaventuranza se expresa mediante el alegre repicar de los bronces consagrados. Este proceso de reconciliación penitente, se llama Cardiomorfosis. Este libro está dirigido a un público no especializado. Pretende ser una herramienta amable, para todo aquel que desee iniciarse en la interpretación de la iconografía barroca en general y limeña en particular. Con tal fin, se ha privilegiado el uso de fuentes primarias, que, gracias a la tecnología actual, son de fácil ubicación y acceso. El uso de fuentes primarias, debe ir acompañado de la consulta a las Sagradas Escrituras, la audición de la Música de Capilla, la lectura de Poesía Mística, el aprendizaje del Catecismo de Astete-Ripalda, el conocimiento de la Mitología clásica, y al Arte religioso-catequético mayor, y menor, y el Corpus Musical Barroco Quezada Macchiavelo. Estas son las claves fundamentales, para empezar a aprender, el Arte de interpretar la emblemática de la ciudad capital del Perú. Carácter distintivo de Lima La fundación de la Ciudad, en Nombre de Dios, para la Gloria de Dios, y para el servicio de Dios, es impensable sin las fiestas de la Natividad del Señor, y de Santos Reyes de Saba. Eso, es lo que ha marcado el carácter levítico de la Ciudad: De aquí nace su amor y su devoción a los Santos Ángeles, presentes en el Portal de Belén, y en el Sepulcro vacío, acontecimientos que Lima ha festejado siempre como propios, y como acontecidos en este suelo. Lo mismo que la Esclavitud respecto de la Sagrada Eucaristía, y el amor a la Sagrada Familia. Todo esto es verificable en muchos puntos de la Ciudad, tanto en el Arte como en la Arquitectura. La exquisitez de su Música Catedralicia, la piadosa costumbre de los vecinos de edificar Nacimientos, y la concurrencia a las procesiones de Viernes Santo, lo demuestra. Veremos que la Plaza Mayor, es un jeroglífico de la Pasión. Emblemática y retóricamente, Lima se autoproclama una nueva Jerusalén, una nueva Sion. La Ciudad de los Reyes, bien podía ser considerada un Teatro Barroco de la Pasión, cuya síntesis está en las alegorías de la fuente, y fuentecillas, de la Plaza Mayor. El pesebre y la Cruz, estaban presentes en toda la Ciudad: Desde el arco del puente de piedra, hasta los muros pretiles de la triplemente coronada Villa. La urbe, está signada por la Teofanía , la Epifanía ; la Kénosis y la Anástasis . Porque éstas, son anunciadas por aquéllas. Lima, como cabeza de reino, tiene por misión la proclamación de la “noticia de inmensa alegría”, a los reinos y señoríos que conformaban el antiguo Imperio de los Incas. La Salvación corporativa, y la vocación de Santidad del reino todo, son explicadas por el Dr. Rafael Sánchez-Concha Barrios en su libro “Santos y Santidad en el Perú Virreinal”. Libro altamente recomendable. El quid de lo explicado por el Profesor limeño, está íntimamente ligado al concepto de Cardiomofosis. Como lo indica la voz, supone la transformación del corazón humano, para conformarse con el Sagrado Corazón de Jesús. La Cardiomofosis es el principio y término de la reconciliación Penitente, ya mencionada. La suma de santidades individuales, genera una colectividad santa. La suma de santidades colectivas genera la santidad del Reino. La sumatoria de reinos santos genera la santidad del Imperio, según Ideario Hispánico. Por tanto, cualquier intento de interpretar la emblemática político-moral y religiosa, de la Ciudad de los Reyes, supone el conocimiento de la espiritualidad de Cardiomorfosis. Si se prescinde de ella, los panoramas se estrechan, las conclusiones se empobrecen y no se alcanza la plenitud en la interpretación. Forzosamente, debe concebirse a la población de Lima, como una comunidad organizada para salvarse, y salvar al Reino. De la Ciudad de Lima se puede decir, sin caer en la hipérbole, que es una ciudad uranoscópica y endiosada, porque sus habitantes tenían los ojos puestos en el Cielo, y parecían estar - simultáneamente - en la Tierra y en el Paraíso.


José Gálvez Krüger Sociedad Peruana de Historia