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Martes, 23 de abril de 2024

Secreto

De Enciclopedia Católica

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El Secreto (del Latín Secreta, sc. Oratio secreta) es la oración dicha en voz baja por el celebrante al final del Ofertorio en la Liturgia Romana. Es la oración original y por mucho tiempo fue la única oración del ofertorio. Es dicha en voz baja solamente porque al mismo tiempo el coro canta el Ofertorio, y heredó el nombre especial de Secreto por ser la única oración dicha en esa forma desde el principio. El recital silencioso del Canon (el cual es llamado a veces “Secreta” como por ejemplo, por Durandus, "Rat. div. off.", IV, xxxv), no comenzó antes del siglo sexto o séptimo, el Cardenal Bona piensa que no fue sino hasta el siglo décimo (Rer. Liturg., II, 13 §1). Más aún, todas nuestras presentes oraciones del ofertorio son adiciones posteriores no realizadas en Roma sino hasta el siglo catorce (ver OFERTORIO). Hasta entonces, el acto del Ofertorio era realizado en silencio, y la oración correspondiente que le seguía, fue nuestro Secreto. Ya en la Constitución Apostólica, VIII, XII, 4, el celebrante recibía el pan y el vino y oraba “en silencio” (Brightman "Liturgias Orientales", p. 14), sin duda por la misma razón, porque se cantaba un salmo. Dado que es dicha en silencio, el Secreto no es introducido por una invitación al pueblo: “Oremus”. Es parte de la Formalidad de la Misa, que cambia en cada fiesta u ocasión y se construye de la misma forma que la Colecta (q. v.). El secreto, también alude al santo u ocasión del día. Pero conserva su carácter especial en tanto que casi siempre (siempre en el caso de los antiguos) piden a Dios recibir los dones presentes para santificarlos, etc. Todo esto se encuentra exactamente como hoy en los primeros Secretos que conocemos, aquellos Sacramentales Leoninos. Ya, la Colecta, Secreto, Postcomunión, y “Oratio ad populum” forman un grupo conectado y homogéneo de oraciones. De manera que la multiplicación de las Colectas en una Misa (ver COLECTA) se vincula una multiplicación correspondiente de Secretos. Por cada Colecta, se dice el correspondiente Secreto. El nombre “Secreta” es utilizado en el “Sacramental Gelasiano”; en el libro Gregoriano, estas oraciones tienen el título de “Super Oblata”. Ambos nombres son utilizados frecuentemente en los primeros tiempos de la Edad Media.

En "Ordo Rom. II" son: "Oratio super oblationes secreta" (P.L., LXXVIII, 973). En el Rito Galiciano, hubo también una oración variable del ofertorio introducida por una invitación al pueblo (Duchesne, "Origines du culte", Paris, 1898, pp. 197-8). No tiene un nombre especial. En Milán, la oración fue llamada “Oratio super sindomen” (Sindon por el velo que cubre la oblata) es dicha mientras se hace el Ofertorio y otra “Oratio super oblate” le sigue luego del Credo, justo antes del Prefacio. En el Rito Mozarábico, luego de una invitación al pueblo, a la que responden: "Præsta æterne omnipotens Deus", el celebrante dice una oración que corresponde a nuestro Secreto y continua inmediatamente con la memoria de los santos y la oración de intercesión. No tiene un nombre especial (P.L., LXXXV, 540-1). Pero, en estos otros Ritos occidentales, esta oración es dicha en voz alta. Todos los ritos orientales tienen oraciones, dicha ahora en silencio, luego de la Gran Entrada, cuando los dones son llevados al altar y ofrecidos a Dios, pero son invariables todo el año y ninguno de ellos puede compararse con nuestro Secreto. Solo en general alguien podría decir que los ritos Orientales tienen oraciones que corresponden mas o menos a nuestra idea del ofertorio, que se repite cuando el pan y el vino son llevados al altar.

Ya sea en la alta o baja Misa, el celebrante, habiendo respondido “Amen” a la oración "Suscipiat Dominus sacrificium", dice en voz baja el Secreto o Secretos en el mismo orden que dice las Colectas, encontrando cada una su lugar en el Misa propiamente. Termina la primera y última solo bajo la forma “Per Dominum nostrum” (como en las Colectas). La última cláusula de la última Secreta: “Per omnia sæcula sæculorum" es dicha y cantada en voz alta, formando la "ekphonesis" antes del Prefacio.

DURANDUS, Rationale divinorum officiorum, IV, xxxii: GIHR, El, Santo Sacrificio de la Misa (tr. St. Louis, 1908), 547-9.

ADRIAN FORTESCUE Transcrita por Tony de Melo Traducido por Carolina Eyzaguirre Arroyo.