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Jueves, 18 de abril de 2024

Diferencia entre revisiones de «Salmos»

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El [[Salterio]], o Libro de los Salmos, es el primer libro de las “Escrituras” (''Kethubhim'' o ''Hagiographa''), es decir, la tercera sección de la actual [[Biblia]] hebrea impresa.  En esta sección de la Biblia hebrea el orden canónico de los libros ha variado substancialmente, mientras que en las secciones primera y segunda, es decir, en la [[Ley]] y los [[Profecía|Profetas]], los libros han estado siempre casi en el mismo orden.  La lista Talmúdica (Baba Bathra 14b) coloca el libro de [[Ruth]] antes que los Salmos. [[San Jerónimo]] encabeza las “Escrituras” con los Salmos, en su “Epístola ad Paulinum” (P.L. XXII, 547), con [[Job]] en su “Prólogo Galeatus” (P.L., XXVIII, 555). Muchos [[manuscritos]] masoréticos, especialmente españoles, comienzan las “Escrituras” con Paralipómenos o [[Crónicas]].  Los manuscritos masoréticos alemanes han liderado el ordenamiento del libro en el Kethubhim de la Biblia Hebrea moderna. La [[Versión Septuaginta|Septuaginta]] coloca los Salmos como el primero entre los [[Libros Sapienciales]].  Estos últimos libros en el “[[Códice Alejandrino]]” pertenecen a la tercera sección y siguen a los Profetas. La [[Revisión de la Vulgata|Vulgata]] clementina tiene los Salmos y los [[Libros Sapienciales]] en la segunda sección, después de [[Job]].  Este artículo tratará sobre el nombre de los Salmos, su contenido, los autores, su canonicidad, texto, versiones, forma poética, belleza poética, valor [[Teología|teológico]] y uso [[Liturgia|litúrgico]].  
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El [[Salterio]], o Libro de los Salmos, es el primer libro de las “Escrituras” (''Kethubhim'' o ''Hagiographa''), es decir, la tercera sección de la actual [[Biblia]] hebrea impresa.  En esta sección de la Biblia hebrea el orden canónico de los libros ha variado substancialmente, mientras que en las secciones primera y segunda, es decir, en la [[Legislación de Moisés|Ley]] y los [[profecía, profeta y profetisa|Profetas]], los libros han estado siempre casi en el mismo orden.  La lista [[Talmud|Talmúdica]] (Baba Bathra 14b) coloca el libro de [[Rut]] antes que los Salmos. [[San Jerónimo]] encabeza las “Escrituras” con los Salmos, en su “Epístola ad Paulinum” (P.L. XXII, 547), con [[Job]] en su “Prólogo Galeatus” (P.L., XXVIII, 555). Muchos [[manuscritos]] [[Masora|masoréticos]], especialmente españoles, comienzan las “Escrituras” con Paralipómenos o [[Libros de las Crónicas]].  Los manuscritos masoréticos alemanes han liderado el ordenamiento del libro en el Kethubhim de la Biblia Hebrea moderna. La [[Versión de los Setenta]] coloca los Salmos como el primero entre los [[Libros Sapienciales]].  Estos últimos libros en el “[[Códice Alejandrino]]” pertenecen a la tercera sección y siguen a los Profetas. La [[Revisión de la Vulgata|Vulgata]] clementina tiene los Salmos y los Libros Sapienciales en la segunda sección, después de Job.  Este artículo tratará sobre el nombre de los Salmos, su contenido, los autores, su canonicidad, texto, versiones, forma poética, belleza poética, valor [[teología dogmática|teológico]] y uso [[liturgia|litúrgico]].  
  
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===Nombres===
  
===NOMBRE===
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El Libro de los Salmos tiene varios nombres en los textos hebreos, en Los Setenta y en la Vulgata.
  
El Libro de los Salmos tiene varios nombres en los textos hebreos, en la Septuaginta y en la Vulgata.  
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A. El nombre hebreo es “alabanzas” (de “alabar”) o “libro de alabanzas”. [[San Hipólito]] conocía este último nombre, quien escribió “''Habraioi periegrapsanten biblon Sephra theleim''” (ed. Lagarde, 188). Hay alguna [[duda]] respecto a la [[auténtico|autenticidad]] de este fragmento. Sin embargo, no puede haber duda en cuanto a la transliteración Spahrthelleim por [[Orígenes y origenismo|Orígenes]] (P.G., XII, 1084); y “sephar tallim, quod interpretatur volumen hymnorum” por San Jerónimo (P.L., XXVIII, 1124). El nombre “alabanzas” no indica el contenido de todos los Salmos. Solamente el Salmo 145(144) es titulado “alabanza”.  Un sinónimo hallel, en el ritual [[judaísmo|judío]] posterior, fue dado a cuatro grupos de cánticos de alabanzas, Salmos 104(103) – 107(106); 111(110) - 117(116); 135(134) – 136(135); 146(145) - 150.  No sólo estas canciones de alabanza, sino la colección de salmos constituyen un manual para el servicio del [[Templo de Jerusalén|Templo]]---un servicio principalmente de alabanza, de ahí que el nombre “Alabanzas” fue dado al manual mismo.  
  
A. El nombre hebreo es “alabanzas” (de “alabar”) o “libro de alabanzas”. [[San Hipólito]] conocía este último nombre, quien escribió “''Habraioi periegrapsanten biblon Sephra theleim''(ed. Lagarde, 188). Hay alguna [[duda]] respecto a la [[auténtico|autenticidad]] de este fragmento. Sin embargo, no puede haber duda en cuanto a la transliteración Spahrthelleim por [[Orígenes]] (P.G., XII, 1084); y “sephar tallim, quod interpretatur volumen hymnorum” por San Jerónimo (P.L., XXVIII, 1124). El nombre “alabanzas” no indica el contenido de todos los Salmos. Solamente el Salmo 145(144) es titulado “alabanza”Un sinónimo hallel, en el ritual judío posterior, fue dado a cuatro grupos de cánticos de alabanzas, Salmos 104(103) – 107(106); 111(110) - 117(116); 135(134) – 136(135); 146(145) - 150.  No sólo estas canciones de alabanza, sino la colección de salmos constituyen un manual para el servicio del templo---un servicio principalmente de alabanza, de ahí que el nombre “Alabanzas” fue dado al manual mismo.  
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B. Los manuscritos de los Salmos en Los Setenta dicen psalmoi, salmos, o psalterion, salterio.  La palabra salmos es una traducción que ocurre en los títulos de cincuenta y siete salmos. Salmos, en griego clásico significa el tañido de las cuerdas de un instrumento musical, su equivalente en hebreo (de “afinar”) significa un poema de forma “afinada” y mesurada. Las dos palabras nos muestran que un salmo era un poema con estructura definida para ser cantado con acompañamiento de instrumentos de cuerda. El texto del [[Nuevo Testamento]] utiliza los nombres ''psalmoi'' ([[Evangelio según San Lucas|Lc.]] 24,44) biblos ''psalmon''  (Lc. 20,42; [[Hechos de los Apóstoles|Hch.]] 1,20) y ''Daveid'' ([[Epístola a los Hebreos|Hb.]] 4,7).  
  
B. Los manuscritos de la Septuaginta del Libro de los Salmos dicen psalmoi, salmos, o psalterion, salterio.  La palabra salmos es una traducción que ocurre en los títulos de cincuenta y siete salmos. Salmos, en griego clásico significa el tañido de las cuerdas de un instrumento musical, su equivalente en hebreo (de “afinar”) significa un poema de forma “afinada” y mesurada. Las dos palabras nos muestran que un salmo era un poema con estructura definida para ser cantado con acompañamiento de instrumentos de cuerda. El texto del Nuevo Testamento utiliza los nombres ''psalmoi'' (Lc. 24,44) biblos ''psalmon''  (Lc. 20,42; Hechos 1,20) y ''Daveid'' (Hebreos 4,7).  
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C. La Vulgata siguió el texto griego y traduce ''psalmi'', ''liber psalmorum''. De igual modo, la Biblia [[Siria|siria]] llama a la colección ''Mazmore''.  
  
C. La Vulgata siguió el texto griego y traduce ''psalmi'', ''liber psalmorum''.  De igual modo, la Biblia [[siria]] llama a la colección ''Mazmore''.
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===Contenido===
  
 
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El libro de los Salmos contiene 150 salmos, dividido en 5 libros; junto con cuatro doxologías y los títulos de la [[mayoría]] de los salmos.
===CONTENIDO===
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El libro de Salmos contiene 150 salmos, dividios en 5 libros; junto con cuatro doxologías y los títulos de la mayoría de los salmos.
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====Número====
 
====Número====
  
Las Bíblias Hebreas impresas listan 150 salmos. Un poco menos son dados por algunos Massoretic MSS. El antiguo Septuagésima MSS, (Codd, Sinaiticus, Vaticanus, y Alexandrinus) señala 151, pero expresa que el estado del último salmo no es canónico.  “Este salmo fue escrito por David por su propia mano y está fuera de número”, exothen tou arthmou. La Vulgata sigue la numeración de los Septuagésima pero omite el Salmo 151. Las diferencias en la numeración del texto Hebreo y Vulgata pueden observarse en el siguiente esquema:                
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Las Biblias hebreas impresas listan 150 salmos. Algunos manuscritos masoréticos tienen menos. Los antiguos manuscritos de los Setenta ([[Códice Sinaítico]], [[Códice Vaticano]] y [[Códice Alejandrino]] dan 151, pero establecen claramente que el último salmo no es canónico.  “Este salmo fue escrito por [[David]] con su propia mano y está fuera de número”, ''exothen tou arthmou''. La Vulgata sigue la numeración de Los Setenta pero omite el Salmo 151. En el siguiente esquema se pueden ver las diferencias en la numeración del texto hebreo y la Vulgata:
  
Hebreo Septuagésima y Vulgata
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*Hebreo 1-8 =  Los Setenta/Vulgata  1-8  
1-8 1-8  
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*Hebreo 9-10 =  Los Setentaa/Vulgata  9
9 9-10  
+
*Hebreo 11-112 =  Los Setenta/Vulgata 10-111
10-112 11-113
+
*Hebreo 113 =  Los Setenta/Vulgata 112
113 114-115  
+
*Hebreo 114-115 =  Los Setenta/Vulgata 113 
114-115 116
+
*Hebreo 116  =  Los Setenta/Vulgata 114-115  
116-145 117-146  
+
*Hebreo 117-146 =  Los Setenta/Vulgata 116-145
146-147 147  
+
*Hebreo 147  =  Los Setenta/Vulgata 146-147  
148-150 148-150  
+
*Hebrero 148-150 = Los Setenta/Vulgata 148-150
  
En el curso de este artículo, seguiremos la numeración hebrea y en paréntesis la de Septuagésima y Vulgata. Cada numeración tiene su defecto; ninguna es preferible a la otra. La diferencia entre el texto Massorah y Septuagésima es significativa, debido a la negligencia gradual de la forma poética original de los Salmos, esta negligencia fue ocasionada por los usos litúrgicos y descuido al realizar copias.   
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En el curso de este artículo, seguiremos la numeración hebrea y entre paréntesis la de Los Setenta y la Vulgata. Cada numeración tiene sus defectos; ninguna es preferible a la otra. La diferencia entre los textos Masoréticos y Los Setenta es significativa debido a la negligencia gradual de la forma poética original de los salmos, esta negligencia fue ocasionada por los usos litúrgicos y por el descuido de los copistas.  Todos admiten que los salmos 9 y 10 eran originalmente un solo poema acróstico, que fueron erróneamente separados por Masora y correctamente unidos por Los Setenta y la Vulgata. Por otra parte el Salmo 144(143) se compone de dos canciones: los versos del 1-11 y del 12-15. Los salmos 42(41) y 43(42) demuestran, por la identidad del tema (anhela la casa de [[Yahveh]]), la estructura métrica y el estribillo (cf. Heb. Salmo 42,6.12; 43,5), que son tres estrofas de uno y el mismo poema.  El texto hebreo está correcto al contar como uno el salmo 116 (114 + 115) y el salmo 147(146 + 147). Posteriormente el uso litúrgico parece haber dividido éstos y no pocos otros salmosZenner (¨Die Chorgesange im Buche der Psalmen”, II Friburgo im Br., 1896) ingeniosamente combina lo que él juzga eran las odas corales originales: salmos 1, 2, 3, 4; 6 + 13(12); 9 + 10(9); 19(18), 20(19), 21(20); 46(45) + 47(46); 69(68) + 70(69); 114 + 115(113); 148, 149, 150.  La forma original del salmo 14(13) + 70(69)  parece haber sido una oda coral.  Las dos estrofas y el epodo son el salmo 14(13): las dos antistrofas son el Salmo 70(69) (cf. Zenner-Wiesmann, “Die Psalmen nach dem Urtext”, Munster, 1906, 305).  Es significativo que, al romperse la oda original, cada porción se deslizó dos veces al Salterio: salmo 14(13) = 53(52), Salmo 70(69) = 40(39),14-18. Otros salmos duplicados son el salmo 108(107),2-6 = salmo 57(56),8-12; salmo 108(107),7-14 = Salmo 60(59),7-14; Salmo 71(70),1-3 = Salmo 31(30),2-4.  La [[Comisión Bíblica]] (1 de mayo de 1910) reconoce que esta pérdida de la forma original de algunos de los salmos se debió a los usos litúrgicos, negligencia de los copistas u otras causas.
  
Todos admiten que los Salmos 9 y 10 eran originalmente un solo poema acróstico, han sido erróneamente separados por Basora,  correctamente unidos por los Septuagésima y Vulgata. Por otra parte el Salmo 144 (143) se compone de dos canciones –versos 1-11 y 12-15. Los Salmos 52 y 53 (51 y 52) son mostrados por la identidad del tema (anhela la casa de Yahvéh), la estructura métrica y  el estribillo (cf. Heb. Salmo 42, v.6-12; 43, v.5) son tres estrofas de una y el mismo poema. El texto hebreo es correcto en contar como uno el Salmo 16 (14 + 15) y el Salmo 142 (141 + 143).  Posteriormente el uso litúrgico parece haber dividido éstos y no otros salmos. 
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====División====
  
Zenner (¨Die Chorgesange im Buche der Psalmen”, II Freiburg im Br., 1896) ingeniosamente combina lo que él juzga eran las odas corales originales: Salmos 1, 2, 3, 4, 6 + 13, 9 + 10, 19, 20, 21, 46 + 47, 69 + 70, 114 + 115, 148, 149, 150. Una oda coral parecería haber sido la forma original del Salmo 14 + 70. Las dos estrofas y “episodio” son los Salmos 14, son las dos antiestrofas del Salmo 70 (cf. Zenner-Wiesmann, “Die Psalmen nach dem Urtext”, Munster, 1906, 305). Es significativo que, el rompimiento de la oda original, cada porción  se arrastró dos veces en el Salterio: Salmo 14 (13) = 53 (52), Salmo 80 = 40, v.14-18. Otros salmos duplicados son el Salmo 108, v.2-6 (107) = Salmo 57, v.8-12 (56); Salmo 108, v.7-14 (107) = Salmo 60, v.7-14 (59); Salmo 71, 1-3 (70) = Salmo 31, 2-4 (30). Esta pérdida de la forma original de algunos de los salmos es permitida por la Comisión Bíblica ( Mayo 1, 1910) debido a las aplicaciones litúrgicas, negligencia de copistas, u otras causas.
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El Salterio esta dividido en cinco libros. Cada libro, salvo el último, termina con una [[doxología]]. Estas formas litúrgicas difieren levemente. Todos concuerdan que las doxologías al final de los primeros tres libros no tienen relación con los cánticos originales a los cuales han sido añadidos. Algunos consideran que la cuarta doxología fue siempre una parte del Salmo 106(105) (cf. Kirkpatrick, “Salmos”, IV y V, p. 6363). Preferimos, con Zener-Wiesmann (op.cit., 76) clasificarlo como una doxología pura y simple. El quinto libro no tiene [[necesidad]] de una doxología añadida. En el salmo 150, si compuesto como tal o no, sirve el propósito de una grandiosa doxología que lleva adecuadamente el Salterio a su final.  
 
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====División====
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El Salterio esta dividido en cinco libros. Cada libro, salvo el último, termina con una doxología. Estas formas litúrgicas se diferencian levemente. Todos concuerdan que las doxologías al final de los primeros tres libros no tienen relación con los cantos originales  a los cuales han sido añadidos. Algunos consideran que la cuarta doxología fue siempre una parte del Salmo 106 (105) (cf. Kirkpatrick, “Salmos”, 4 y 5, p.6363).  Preferimos, con Zener-Wiesmann (op.cit., 76) clasificarlo como doxología pura y simple. El libro quinto no tiene ninguna necesidad de añadirle una  doxología. En el Salmo 150 la composición responde al propósito de una magnífica doxología digna para cerrar el Salterio. Los cinco libros del salterio se componen como sigue:  
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Los cinco libros del salterio se componen como sigue:  
  
Libro I: Salmos 1- 41 (1-40); doxología, Salmo 41, v.14  
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*Libro I: Salmos 1 41(40); doxología, salmo 41(40),14.
Libro II: Salmos 42-72 (41-71); doxología, Salmo 72, v.18-20  
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*Libro II: Salmos 42(41) – 72(71); doxología, salmo 72(71),18-20.
Libro III: Salmos 73-89 (72-88); doxología, Salmo 89, v.53.  
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*Libro III: Salmos 73(72) – 89(88); doxología, salmo 89(88),53.  
Libro  IV: Salmos 90-106 (89-105); doxología, Salmo 106, v.48.
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*Libro  IV: Salmos 90(89) – 106(105); doxología, salmo 106(105),48
Libro V: Salmos 107-150 (106-150); sin doxología.
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*Libro V: Salmos 107(106) – 150; sin doxología.
En el texto Masorético, la doxología es seguida inmediatamente por un adjetivo ordinal que indica el número del siguiente libro. Esto no ocurre en el Septuagésima y la Vulgata. Esta división del Salterio en cinco partes pertenece a la tradición judía. El Midrash en el Salmo 1. Nos dice que David dio a los judíos cinco libros de salmos que corresponden a los cinco libros de la ley dada a ellos por Moisés. Esta tradición fue aceptada por los primeros padres.  
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Hipólito, en los vagos fragmentos referidos, llama al Salterio y sus cinco libros un segundo Pentateuco (ed. Lagarde, 193). San Jerónimo defiende la división en su "Prologus Galeatus" (P.L., XXVIII, 553) y en el cxl del Ep. (P.L., XXII, 11, 68). Escribiendo a Marcela (P.L., XXIII, 431), él dice: "In quinque siquidem volumina psalterium apud Hebraeos divisum est". Él, sin embargo, contradice esta declaración en su carta a Sophronius (P.L., XXVIII, 1123): "Nos Hebraeorum auctoritatem secute et maxime apostolorum, qui sempter in Novo Testamento psalmorum librum nominant, unum volumen asserimus".  
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En el texto masorético, la doxología es seguida inmediatamente por un adjetivo ordinal que indica el número del siguiente libro; no así en Los Setenta y la Vulgata.  Esta división del Salterio en cinco partes pertenece a la tradición judía primitiva. El Midrash en el salmo 1 nos dice que David dio a los judíos cinco libros de salmos correspondientes a los cinco libros de la ley dada a ellos por [[Moisés]].  Esta tradición fue aceptada por los primeros [[Padres de la Iglesia|Padres]].  Hipólito, en el fragmento dudoso antes mencionado, llama al Salterio y sus cinco libros un segundo [[Pentateuco]] (ed. Lagarde, 193). San Jerónimo defiende la división en su importante "Prologus Galeatus" (P.L., XXVIII, 553) y en la Ep. CXL (P.L., XXII, 11, 68). Escribiendo a Marcela (P.L., XXIII, 431), él dice: "In quinque siquidem volumina psalterium apud Hebraeos divisum est". Sin embargo, él contradice esta declaración en su carta a [[Sofronio]] (P.L., XXVIII, 1123): "Nos Hebraeorum auctoritatem secute et maxime apostolorum, qui sempter in Novo Testamento psalmorum librum nominant, unum volumen asserimus".  
  
 
====Títulos====
 
====Títulos====
  
En el Salterio hebreo, todos los salmos, con excepción de treinta y cuatro, tienen títulos simples o poco complejos. El Septuagésima y la Vulgata proveen títulos a la mayoría de los treinta y cuatro salmos que carecen de títulos hebreos. Estos últimos, llamado los "salmos huérfanos" por la tradición Judía, se distribuyen así en los cinco libros del Salterio:  
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En el Salterio hebreo, todos los salmos, excepto treinta y cuatro, tienen títulos simples o bastante complejos. La Versión de los Setenta y la Vulgata proveen títulos a la mayoría de los treinta y cuatro salmos que carecen de títulos hebreos. Estos últimos, llamado los "salmos huérfanos" por la tradición judía, se distribuyen así en los cinco libros del Salterio:  
  
El libro I tiene 4 -- Salmos 1, 3, 10, 33 [1, 3, 9(b), 32]. De estos, el Salmo 10 está dividido en Salmo 9; Salmo 33 tiene un título en el Septuagésima y Vulgata.  
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*Libro I:  Tiene 4:  salmos 1, 3, 10(9b), 33(32) De éstos, el salmo 10 es una porción del salmo 9; el salmo 33(32) tiene título en Los Setenta y la Vulgata..  
El libro II tiene 2 -- Salmos 43; 71 (42, 70). De estos, el Salmo 43 está dividido en el Salmo 42.  
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*Libro II:  Tiene 2Salmos 43(42), 71(70). De éstos, el salmo 43 es una porción del salmo 42.  
El libro III no tiene.  
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*Libro III no tiene.
El libro IV tiene 10 -- Salmos 91, 93-97, 99, 104-106 (90, 92-96, 98, 103-105). De estos, todos tienen títulos en el  Septuagésima y Vulgata.  
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*Libro IV:  Tiene 10Salmos 91(90), 93(92) - 97(96), 99(98), 104(103) - 106(105). Todos éstos tienen título en Los Setenta y la Vulgata.
El libro V tiene 18 -- Salmos 107, 111-119, 135-137, 146-150 (106, 110-118, 134-136, 145-150). De estos, el Salmo 112 tiene un título en la Vulgata, el Salmo 137 en el Septuagésima y Vulgata; el cuasi-título hallelu yah precede nueve (111-113, 135, 146-150); el equivalente Griego Allelouia precede otros siete (107, 114, 116-119, 136). Únicamente el Salmo 115 [113 (b)] no tiene título ni en Hebreo ni en Septuagésima.  
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*Libro V:  Tiene 18: Salmos 107(106), 111(110) – 119(118), 135(134) – 137(136), 146(145) – 150. De éstos, el salmo 112(111) tiene título en la Vulgata, el salmo 137(136) en los Setenta y Vulgata; el cuasi-título ''hallelu yah'' precede a nueve 111(110) – 113(112), 135(134), 146(145) - 150); el equivalente griego ''Allelouia'' precede a otros siete [107(106), 114(113a), 116(114-115) – 119(118) y 136(135)]. Sólo el salmo 115(113b) no tiene título ni en la hebrea ni en Los Setenta.
  
(1)''' Significado de los Títulos'''
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=====Significado de los Títulos=====
  
Estos títulos nos dicen más de cinco cosas sobre los salmos: (a) el autor, o, quizás, la colección; (b) la ocasión histórica de la canción; (c) sus características poéticas; (d) su ajuste musical; y (e) su uso litúrgico.  
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Estos títulos nos dicen una o más de cinco cosas sobre los salmos: (a) el autor, o, quizás, la colección; (b) la ocasión histórica de la canción; (c) sus características poéticas; (d) su arreglo musical; y (e) su uso litúrgico.  
  
(a) '''Títulos indicando el autor'''
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(a) Títulos que indican el autor  
  
El libro I tiene cuatro salmos anónimos fuera del cuarenta y uno (Salmos 1, 2, 10, 33). Los otros treinta y siete son adjudicados a David. El Salmo 10 es parte del 9; el Salmo 33 es Davídico en el Septuagésima; y los Salmos 1 y 2 son prólogos de toda la colección--  El libro II tiene tres salmos anónimos fuera del treinta y uno (Salmos 43, 66, 71). De éstos, en ocho Salmos, 42-49 (41-48), están "los hijos de Coré"; (libne qorah); el Salmo 1 es "de Asaf"; los Salmos 51-72 "del Director" (lamenaççeah) y el Salmo 72"de Salomón". El Salmo 43 (42) es parte del 42 (41); los Salmos 66 y 67 (65 y 66) son Davídicos en el Septuagésima y la Vulgata. – El libro III tiene un Salmo  Davídico, 86 (85); once "de Asaf", 73-83 (72-82); cuatro "de los hijos del Coré", 84, 85, 87, 88 (83, 84, 86, 87); y uno "de Etán", 89 (88). El Salmo 88 se asigna además a  Hernán el indígena. El libro IV tiene dos salmos Davídicos, 101 y 103 (100 y 102), y uno "de Moisés". Por otra parte, el Septuagésima asigna a David otros ocho, Salmos 91, 93-97, 99, 104 (90, 92-96, 98, 103). El resto son anónimos. El libro V tiene veintisiete salmos anónimos fuera de cuarenta y cuatro. Los Salmos 108-110, 122, 124, 131, 133, 138-145 (107-109, 121, 123, 130, 132, 137-145) son Davídicos. El Salmo 127 es "de Salomón".  El Septuagésima y Vulgata asignan el Salmo 137 (136) a David, los Salmos 146-148 (145-148) a Ageo y Zacarías.
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*Libro I: De sus 41 salmos, tiene cuatro anónimos [salmos 1, 2, 10(9b), 33(32)]. Los otros treinta y siete son davídicos. El salmo 10(9b) es parte del 9; el salmo 33(32) es davídico en Los Setenta; y los Salmos 1 y 2 son prólogos de toda la colección.
  
Además de estos títulos-nombres de autores y colecciones que están claras, hay algunos nombres que son dudosos. – Lamenaççeah ( ; Septuagésima, eis to telos; Vulg., in finem; Douai, "al extremo"; Aquila, to nikopoio, "para el vencedor"; San Jerónimo, victori; Symmachus, epinikios, "una canción de victoria"; Theodotion, eis to nikos, "para la victoria", o “del director”).  Las raíces significan, en el libro I, 15, 22, "ser líder" por sobre las bases en términos del canto en el servicio litúrgico (cf. Diccionario Hebreo de Oxford, 664).  El título "del director"  es probablemente análogo al "de David", "de Asaf", etc., e indica un “Director de Colección”  de salmos. Esta colección parecería haber contenido 55 de nuestros salmos canónicos, de los cuales 39 son Davídicos, 9 Koraítas, 5 Asáficos, y 2 anónimos.
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*Libro II: De sus 31 salmos, tiene tres anónimos [Salmos 43(42), 66(65), 71(70)]. De éstos, ocho salmos, 42(41) – 49(48) son “de los hijos de Coré”  (''libne qorah''); el salmo 50(49) es "de Asaf"; los Salmos 51(50) - 72(71) son "del maestro de coro" (''lamenaççeah'') y el Salmo 72(71) es "de [[Salomón]]".  El Salmo 43(42) es parte del 42(41); los Salmos 66(65) y 67(66) son davídicos en Los Setenta y la Vulgata.  
  
Al-Yeduthun, en los Salmos 62 y 77 (61 y 76), donde  la preposición pudo conducir a interpretar Yedutún como un instrumento musical o de melodía afinada. En el título del Salmo 39 (38), "del director, de Yedutún, una canción de David", Yedutún parece ser el director (Mena1c1ceah). Que David tenía tal director está claro en el libro I, 16, 41.  
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*Libro III: De sus 17 salmos, tiene un salmo davídico, 86(85); once "de Asaf", 73(72) – 83(82); cuatro "de los hijos de Coré", 84(83), 85(84), 87(86), 88(87); y uno "de Etán", 89(88). El Salmo 88 se asigna además a Hemán el indígena.  
  
'''(b) Títulos que indican la ocasión histórica de los salmos'''
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*Libro IV: De sus 17 salmos, tiene dos salmos davídicos, 101(100) y 103(102), y uno "de Moisés" [90(89)]. Además, Los Setenta asigna a David otros ocho: los salmos 91(90), 93(92) – 97(96), 99(98), 104(103). El resto son anónimos.
  
Trece salmos de David tienen títulos parecidos. Los Salmos 7, 18, 35, 52, 54, 56, 57, 59, 142 (7, 17, 33, 51, 53, 55, 56, 58, 141) refieren la época de la persecución de David por Saúl; el Salmo 60 (59) y a las victorias en Mesopotamia y Siria; el Salmo 51(l) a su pecado; los Salmos 3 y 63 (62) a su fuga de Absalom.
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*Libro V:  De sus 44 salmos,  tiene veintiocho anónimos. Los Salmos 108(107) – 110(109), 122(121), 124(123), 131(130), 133(132), 138(137) – 145(144) son davídicos.  El Salmo 127(126) es "de Salomón". Los Setenta y la Vulgata le asignan el Salmo 137(136) a David, los Salmos 146(145) – 148, a [[Ageo]] y [[Zacarías]].  
  
'''(c) Títulos que indican las características poéticas del salmo'''  
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Además de estos títulos-nombres de autores y colecciones que están claros, hay muchos nombres que son dudosos.---Lamenaççeah (Setenta, ''eis to telos''; Vulg., in finem; [[Biblia de Douay|Douay]], "hasta el final"; Aquila, to ''nikopoio'', "para el vencedor"; San Jerónimo, ''victori''; [[Símaco el Ebionita|Símaco]], ''epinikios'', "una canción de victoria"; Teodoción, ''eis to nikos'', "para la victoria") ahora interpretado generalmente como “del maestro de coro”.  El Pi'el de la raíz significa en 1 Cr. 15,22, "ser líder"  sobre los bajos en el servicio litúrgico del canto (cf. Diccionario Hebreo de Oxford, 664). El título "del maestro de coro" es probablemente análogo al "de David", "de Asaf", etc., e indica una “colección de salmos del maestro de coro”.  Esta colección parece haber contenido 55 de nuestros salmos canónicos, de los cuales 39 eran davídicos, 9 coreítas, 5 asáficos y 2 anónimos.
  
Mizmor (  ; Septuagésima, salmos; Vulg., psalmus; un salmo), palabra técnica no usada fuera de los títulos del Salterio; el significado se refiere a un conjunto de canciones para ser cantadas con instrumentos de cuerda. Hay 57 salmos, la mayoría de ellos Davídicos, con el título Mizmor.
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''Al-Yeduthun'', en los salmos 62(61) y 77(76), donde la preposición al puede llevar a uno a interpretar ''Yeduthun'' como un instrumento musical o un tono.  En el título del salmo 39(38), "del maestro de coro, de ''Yeduthun'', una canción de David", ''Yeduthun''  está sin al y parece ser el antedicho maestro de coro (''Menaççeah''). Que David tenía tal maestro de coro está claro en 1 Cron. 16,41.  
  
Shir ( ; Septuagésima, oda; Vulg., Canticum; una canción), un término genérico utilizado 30 veces en los títulos (12 veces junto con Mizmor), y a menudo en el texto de los Salmos y de otros libros. En los Salmos (42,v.9; 69,v.31; 28,v.7) los cantos son generalmente sagrados; aunque es una lírica seglar (Génesis, 31, 27; Isaías, 30, 29), un poema de amor (I Cantares 1,1), o una balada (Isaías, 24, 9; Eclesiastés 7, 5).
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(b) Títulos que indican la ocasión histórica de los salmos
  
Maskil ( ; Septuagésima, sínodo, o eis synesin; Vulg. intellectus o ad intellectum), una forma oculta encontrada en los títulos de 13 salmos (32, 42, 44, 45, 52, 55, 74, 78, 88, 89, 144). (a) El Génesis y otros explican "un poema didáctico", de Hiph´il de  (cf. Salmo 32, v.8; I Pr. 28, 19); pero solamente los Salmos 32 y 78 son Maskilim didácticos. (b) Ewald, Riehm y otros sugieren "una canción artística hábil", de otras aplicaciones similares del verbo (cf. párrafo II, 30, 22; Salmo 47, v.7); cosas que según Kirkpatrick harán "un salmo ingenioso". Es difícil ver que Maskil es más artístico o más ingenioso que el Mizmor. (c) Delitzch y otros interpretan "un poema contemplativo"; Briggs, "una meditación".  Esta interpretación está autorizada por el uso similar del verbo (cf. Isaías 41, 20; Job 34, 27), y es el único que satisface todo el Maskilim.
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Trece salmos de David tienen tales títulos. Los Salmos 7, 18(17), 34(33), 52(51), 54(53), 56(55), 57(56), 59(58), 142(141) refieren la época cuando [[Saúl]] [[persecución|perseguía]] a David; el Salmo 60(59), a las victorias en Mesopotamia y Siria; el salmo 51(50) a su [[pecado]]; los salmos 3 y 63(62) cuando le huía a [[Absalón]].  
  
Tephillah ( ; Septuagésima, proseuche; Vulg., oratio; un rezo), el título de cinco salmos, 17, 86, 90, 102, 142 (16, 85, 89, 101, 141). La misma palabra ocurre en la conclusión para el Libro II (cf. Salmo 72, v.20), "los rezos de David, hijo de Jesé, han terminado". Aquí el Septuagésima hymnoi (Vulg., laudes) señala unos puntos para  una mejor lectura,  , "alabanza".
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(c) Títulos que indican las características poéticas del salmo
  
Tehillah ( ; Septuagésima, ainesis; Vulg., laudatio; "una canción de alabanza"), es el único título del Salmo 145 (144).  
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'''Mizmor''' (Setenta, ''psalmos''; Vulg., ''psalmus''; un salmo), palabra técnica no usada fuera de los títulos del Salterio; significa un conjunto de canciones para ser acompañadas por instrumentos de cuerda. Hay 57 salmos, la mayoría de ellos davídicos, con el título ''Mizmor''.  
  
Mikhtam ( ; Septuagésima, stelographia o eis stelographian; Vulg., tituli inscriptio o in tituli inscriptionem), un término oscuro en el título de seis Salmos, 16, 56-60 (15, 55-59), siempre  "de David". Briggs ("Salmos", 1, 60; New York, 1906) con el de Rabbis se deriva este título de , "oro". El Mikhtamim son canciones de oro, "artísticas en forma y en contenido".  
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'''Shir''' (Setenta, oda; Vulg., Canticum; una canción), un término genérico utilizado treinta veces en los títulos (12 veces junto con ''Mizmor''), y a menudo en el texto de los salmos y de otros libros. En los salmos (42(41),9; 69(68),31; 28(27),7) la canción es generalmente sagrada; en otras partes es una lay lírica ([[Génesis|Gén.]] 31, 27; [[Isaías]], 30, 29), un poema de [[amor]] ([[Cantar de los Cantares|Cant.]] 1,1), o una balada báquica (Is. 24, 9; [[Eclesiastés|Ecls.]] 7,5).  
  
Shiggayon ( ; Septuagésima simplemente psalmos; Vulg., psalmus; Aquila, agnonma; Symmachus y Theodotion, hyper agnoias; San Jerónimo, ignoratio o pro ignoratione), ocurre solamente en el título Salmo 7. La raíz de la palabra significa "vagar", "vacilar", por lo tanto, según Ewald, Delitzch, y otros, el título significa una oda ditirámbica con vacilaciones y ritmo vago.  
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'''Maskil''' (Setenta, ''synedeos'' o eis synesin; Vulg. ''intellectus'' o ''ad intellectum''), una forma oscura encontrada en los títulos de 13 salmos [32(31), 42(41), 44(43), 45(44), 52(51), 55(54), 74(73), 78(77), 88(87), 89(88), 144(143)]. (a) Gesenio y otros explican "un poema didáctico", de Hiph´il (cf. Sal. 32(31),8; I Crón. 28,19); pero solamente los Salmos 32(31) y 78(77) son ''Maskilim'' didácticos. (b) Ewald, Riehm y otros sugieren "una canción artística hábil", de otros usos del verbo afín (cf. 2 Crón. 30,22; Sal 47(46),7); Kirkpatrick piensa que "un salmo ingenioso" lo hará. Es difícil ver que Maskil es o más artístico o más ingenioso que el ''Mizmor''. (c) Delitzch y otros interpretan "un poema contemplativo"; Briggs, "una meditación". Esta interpretación está garantizada por el uso del verbo afín (cf. Is. 41,20; Job 34,27), y es el único que satisface todo el ''Maskilim''.  
  
'''(d) Los títulos que  indican el ajuste musical de un salmo (un sistema especialmente oscuro).'''
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'''Tephillah''' (Setenta, ''proseuche''; Vulg., oratio; una [[oración]]), el título de cinco salmos, 17(16), 86(85), 90(89), 102(101), 142(141). La misma palabra ocurre en la conclusión del Libro II (cf. Sal. 72(71),20), "Fin de las oraciones de David, hijo de Jesé". Aquí Los Setenta ''hymnoi'' (Vulg., ''laudes'') señala una mejor lectura, "alabanza".  
Ocho títulos pueden indicar la melodía del salmo citando las palabras de una conocida canción.
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Nehiloth ( ; Septuagésima y Theodotion, hyper tes kleronomouses; Aquila, apo klerodosion; Symmachus, hyper klerouchion; San. Jerónimo, super  haereditatibus; Vulg., pro ea guae haereditatem consequitur), ocurre únicamente en el Salmo 5 que las versiones antiguas derivan el título de  , "para heredar"; Baethgen (“Die Psalmen”, 3ro ed., 1904, p. 35) piensa Nehiloth era la primera palabra de una canción antigua; la mayoría de los críticos traducen "con los instrumentos de viento" erróneamente asumen que Nehiloth significa flautas ( , cf. Isaías 30,29).  
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'''Tehillah''' (Setenta, ''ainesis''; Vulg., laudatio; "una canción de alabanza"), es el título sólo del Salmo 145(144).  
  
Al-tashheth-tashheth ( ; Septuagésima, Aquila, Symmachus, peri aphtharsias , excepto el Salmo 75 , Symmachus, peri aphtharsias; San. Jerónimo, ut non disperdas  (humilem et simplicem de David); Vulg., ne disperdas  o no corrumpas), en los Salmos 57-59 , 75 (56-58, 74), significa "no destruyan", puede ser el principio de una canción de la vendimia narrada en Isaías, 65,8. Symmachus otorga, en título al Salmo 57, peri tou me diaphtheires; y en este sentido sugiere que ese  originalmente procede 
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'''Mikhtam''' (Los Setenta, ''stelographia'' o ''eis stelographian''; Vulg., ''tituli inscriptio'' o ''in tituli inscriptionem''), un término oscuro en el título de seis salmos, 16(15), 56(55) – 60(59), siempre "de David". Briggs ("Salmos", I, LX; Nueva York, 1906) con los [rabi y rabinismo|Rabbis]] deriva este título "de oro". El ''Mikhtamim'' son canciones doradas, "artísticas en forma y exquisitas en contenido".
  
Al-Muth-Labben-Muth-Labben ( ; Septuagésima, hyper  tou yiou; Vulg. pro occultis filii, "referente a los pecados secretos del hijo"; Aquila, hyper akmes tou hiou, "de la juventud del hijo"; Theodotion, hyper akmes tou hyiou, "referente a la madurez del hijo") en el Salmo 9, probablemente significa “afinando un final inmaculado".
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'''Shiggayon''' (Los Setenta simplemente ''psalmos''; Vulg., psalmus; Aquila, ''agnonma''; Símaco y Teodoción, ''hyper agnoias''; San Jerónimo, ''ignoratio'' o ''pro ignoratione''), ocurre solamente en el título del salmo 7. La raíz de la palabra significa "vagar", "vacilar", por lo tanto, según Ewald, Delitzch, y otros, el título significa una oda ditirámbica con ritmo vacilante, vago.  
  
Al-ayyeleth hasshahar ( ; Septuagésima, hyper tes antilepseos tes heothines, Vulg., pro susceptione matutina, "para la mañana que ofrece"; Aquila, hyper tes elaphow tes orthines; Symmachus,  hyper tes boetheias tes orthines, “la ayuda de la mañana"; San Jerónimo, pro cervo matutino), en el Salmo 22 (21), probablemente significa “afinando el alba”, el amanecer.  
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(d) Los títulos que indican el arreglo musical de un salmo (un sistema especialmente oscuro).  
  
Al Shoshannim en los Salmos 45 y 69 (44 y 68), Shushan-eduth en el Salmo 60 (59), Shoshannim-eduth en el Salmo 80 (79)  parecen referirse  al comienzo de la misma canción, los "lirios" o los "lirios del testimonio". La preposición es al o el. El Septuagésimo traduce las consonantes hyper ton Alloiothsomenon; Vulg., pro iis qui commutabuntur, "para aquellos que serán cambiados".  Al Yonath elem rehoquim,  en el Salmo 56 (55) significa “colocando a la paloma distante en el firmamento”. O, según las voces de Massorah, “la paloma silenciosa que se encuentra lejos". El Septuagésimo le rinde hyper tou apo ton hagion memakrymmenou; Vulg., pro populo qui a sanctis longe factus est,  "para la gente que está lejos del santuario". Baethgen (op. Cit., p. 41) explica que el Septuagésimo entiende Israel como la paloma; lee elim para el elem, e interpreta la palabra que significa dioses o santuario.  
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Ocho títulos pueden indicar la melodía del salmo citando las palabras iniciales de una conocida canción.  
  
'Al Mahalath (Salmo 53) Mahalath leannoth (Salmo 88) es transcrito por el Septuagésimo Maeleth; por Vulg., pro Maeleth. Aquila rinde epi choreia, "para la danza"; la misma idea es sugerida por Symmachus, Theodotion, Quinta, y San Jerónimo. La palabra  'Al  es la  prueba que las siguientes palabras indican una canción conocida de la melodía de la cual el Salmo 53 y el 88 (52 y 87) fueron cantados.  
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'''Nehiloth''' (Los Setenta y Teodoción, hyper tes kleronomouses; Aquila, apo klerodosion; Símaco, hyper klerouchion; San. Jerónimo, super haereditatibus; Vulg., pro ea guae haereditatem consequitur), aparece únicamente en el salmo 5.   Las versiones antiguas correctamente derivan el título de, "heredar"; Baethgen (“Die Psalmen”, 3ra ed., 1904, p. 35) piensa que Nehiloth era la primera palabra de alguna canción antigua; la [[mayoría]] de los críticos traducen "con instrumentos de viento" asumiendo erróneamente que Nehiloth significa flautas (cf. Is. 30,29).  
  
'Al-Haggittith, en títulos de los Salmos 8, 81 y 84  (8, 80 y 83). El Septuagésimo y el Symmachus, hyper ton lenon; Vulg., y San Jerónimo, pro torcularibus, “para las prensas o el beneficio de las uvas", (beneficio aquí en el sentido de procesamiento, nota del traductor). Ellos leyeron gittoth, plural de gath. El título puede significar que estos salmos debían ser cantados como una antigua melodía. El título Masorético puede significar un instrumento de Gittite (Targ., "el arpa traída por David de Gath"), o una melodía de Gittite. Aquila y Theodotion siguen la lectura de Masorah y, en el Salmo 8, traducen el título hyper tes; esta misma lectura sin sentido es dada  por Bellarmine ("Explanatio in Psalmos” París, 1889), I43).
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'''Al-tashheth''' (Los Setenta, Aquila, Símaco, peri aphtharsias, excepto el salmo 75(74), Símaco, peri aphtharsias; San. Jerónimo, ut non disperdas (David humilem et simplicem); Vulg., ne disperdas o ne corrumpas), en los salmos 57(56) – 59(58), 75(74), significa "no destruyan", puede ser el principio de una canción de la vendimia mencionada en Is. 65,8. Símaco otorga, en el título del Salmo 57, peri tou me diaphtheires.  
  
Un título que probablemente significa la clase de instrumento musical que se utiliza en el acompañamiento es Neginoth ( ; Septuagésimo, en psalmois, en el Salmo 4, en hymnois, de otra parte; Vulg., Symmachus, dia psalterion; San. Jerónimo, en psalmis).  Esto se evidencia en los Salmos 4, 6, 54, 67, 76 (4, 6, 53, 66, 75). La raíz de la palabra significa "tocar los instrumentos de cuerda" (1Reyes 16, 16-18 y 23). El título significa probablemente que estos salmos debían ser acompañados exclusivamente con instrumentos de cuerda. El Salmo 61 (60) tiene Al Neginath en su título, y debía ser cantado probablemente con un sólo instrumento de cuerda.  
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''Al-Muth-Labben''; (Los Setenta, hyper ton hyphion tou yiou; Vulg. pro occultis filii, "referente a los pecados secretos del hijo"; Aquila, hyper akmes tou hiou, "de la juventud del hijo"; Teodoción, hyper akmes tou hyiou, "referente a la madurez del hijo") en el Salmo 9(9a), probablemente significa “afinando ’la muerte emblanquece’”.  
  
Dos títulos  parecen referirse  a la historia. Al-Alamoth (Salmo 46), para ser cantado con una voz del soprano o del falsetto. El Septuagésimo rinde hyper ton kryphion; Vulg., pro occultis, "para ocultarlo"; Symmachus, hyper ton aionion, "para el eterno"; Aquila, epi neanioteton; San Jerónimo, pro juventutibus, "para la juventud".  
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''Al-ayyeleth hasshahar'' (Los Setenta, hyper tes antilepseos tes heothines, Vulg., pro susceptione matutina, "para la [[ofrenda]] de la mañana"; Aquila, hyper tes elaphow tes orthines; Símaco, hyper tes boetheias tes orthines, “la ayuda de la mañana"; San Jerónimo, pro cervo matutino), en el Salmo 22 (21), probablemente significa “la cierva de la aurora”.  
  
Al-Hassheminith  (Salmos 6 y 12), "fijó el octavo"; Septuagésimo, hiper tes ogdoes; Vulg., pro octava. Se ha conjeturado que "octavo" en este caso, significa una octava más bajo, el registro más bajo o bajo, en contraste con el registro del alto o del soprano. En I Pr. 15, 20-21, Algunos levitas asignan "con los psalteries fijos a ' Alamoth '" (el registro superior), otros "con las arpas fijas a Sheminith" (el registro más bajo).  
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''Al Shoshannim'' en los salmos 45(44) y 69(68), ''Shushan-eduth'' en el salmo 60(59), Shoshannim-eduth en el salmo 80(79) parecen referirse al comienzo de la misma canción, los "lirios" o los "lirios del testimonio". La preposición es al o el. Los Setenta traduce las consonantes hyper ton Alloiothsomenon; Vulg., pro iis qui commutabuntur, "para aquellos que serán cambiados".  
  
'''(e) Títulos que  indican el uso litúrgico de un salmo'''  
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'''Al Yonath elem rehoquim''', en el salmo 56(55) significa “colocarse a la paloma del terebinto distante”, o, según las vocales de Masora, “colocarse a ‘la [[paloma]] [[silencio]]sa de los que se encuentran lejos’". (N. del T.: En la Biblia de Jerusalén traduce esta expresión como “La opresión de los príncipes lejanos.”  Y en la nota al calce de este versículo dice: La palabra ‘opresión’ es en hebreo la misma que paloma y así se traduce a veces, pues el salmo habla de opresión.)  Los Setenta la interpreta como ''hyper tou apo ton hagion memakrymmenou''; Vulg., ''pro populo qui a sanctis longe factus est'', "para el pueblo que está lejos del [[santuario]]".  Baethgen (op. Cit., p. XLI) explica que Los Setenta entiende que [[israelitas|Israel]] es la paloma; lee ''elim'' para el ''elem'', e interpreta la palabra como dioses o santuario.
  
Hamma'aloth, en el título de los Salmos 120- 134 (119-133); Septuagésimo, ode ton  anabathmon; San Jerónimo, canticum graduum, "la canción de los pasos". La palabra se utiliza en Éx. 20, 26 para denotar los pasos seguidos por las mujeres a la corte de los hombres del templo. Había quince de tales pasos. Algunos comentaristas y padres judíos de la iglesia han dicho que, en cada uno de los quince pasos, uno de estos quince salmos fue cantado gradualmente. Tal teoría no cabe dentro del contenido de estos salmos.  
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''''Al Mahalath''' [Salmo 53(52)] Mahalath leannoth [Salmo 88(87)] es transcrito por Los Setenta ''Maeleth''; por Vulg., ''pro Maeleth''. Aquila lo interpreta como ''epi choreia'', "para la [[danza]]"; la misma [[idea]] es sugerida por Símaco, Theodoción, Quinta y San Jerónimo (pro choro). La palabra 'Al es la [[prueba]] de que las siguientes palabras indican alguna canción conocida con cuya melodía eran cantados los salmos 53(52) y el 88(87).  
  
Otra teoría, propuesta por Gesenius, Delitzsch, y otros, se refiere a "los pasos" como la escalera-el paralelismo de los salmos graduales. Esto escalera-como paralelismo no se encuentra en todos los salmos graduales; ni es distintivo de cualesquiera de ellos. Esta tercera teoría, es la más probable. Aquila y Symmachus leyeron eis tas anabaseis, "para ir hacia arriba"; Theodotion tiene asma al nanabaseon. Éstos son un Salterio  peregrino, una colección de canciones-peregrinas de ésas "que van hasta Jerusalén para los festivales" (1 Reyes 1, 3). Isaías nos dice que los peregrinos fueron a cantar (Is. 30, 29).  
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''''Al-Haggittith''', en los títulos de los salmos 8, 81(80) y 84(83). Los Setenta y Símaco, ''hyper ton lenon''; Vulg. y San Jerónimo,'' pro torcularibus'', “para los lagares". Ellos leyeron ''gittoth'', plural de ''gath''. El título puede significar que estos salmos debían ser cantados con una melodía para la vendimia.  El título masorético puede significar un instrumento [[filisteos|filisteo]] (Targ., "el arpa traída por David de Gat"), o una melodía filistea. Aquila y Teodoción siguen la lectura de Masora y en el salmo 8 traducen el título ''hyper tes getthitidos''; empero [[San Roberto Bellarmine|Belarmino]] dice de esta misma lectura que no tiene sentido. ("Explicación de los Salmos” París, 1889), I43).  
  
Los salmos en cuestion serían satisfactorios  para los  peregrinos-cantantes. La frase " ir a"  Jerusalén (anabainein) parece referirse especialmente al ascender del peregrino (Marcos 10, 33; Lucas 2, 42, etc.). Esta teoría ahora es muy aceptada. Una explicación menos probable es que los salmos graduales fueron cantados por ésos "que iban camino hacia" el exilio Babilónico (I Esd. 7, 9).  
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Un título que probablemente significa la clase de instrumento musical a ser usado.  ''Neginoth'' (Los Setenta, ''en psalmois'', en el salmo 4, ''en hymnois'' en otros lugares; Vulg. in carminibus; Símaco, ''dia psalterion''; San Jerónimo, in psalmis) aparece en los salmos 4, 6, 54(53), 55(54), 67(66), 76(75). La raíz de la palabra significa "para tocar en instrumentos de cuerda" (1 [[Libros de Samuel|Sam.]] 16,16-18.23).  El título probablemente significa que estos salmos serían acompañados en un cántico litúrgico monótono “con instrumentos de cuerda” exclusivamente.  El salmo 61(60) tiene  ''Al Neginath'' en su título, y quizás para ser cantado con un solo instrumento de cuerdas.  
  
Otros títulos litúrgicos son: "para agradecer-ofrenda", en el Salmo 100 (99); "Para hacer remembranzas", en los Salmos 38 y 70 (37 y 69); "para enseñar", en el Salmo 40 (39); "para el último día o el banquete del Tabernáculo", en el Septuagésimo del Salmo 29 (28), exodiou skenes; Vulg., en consummatione tabernaculi. El salmo 30 (29) titulado "Canción Dedicada al Hogar". El salmo se pudo haber utilizado en el banquete ofrecido al Templo, el Encaenia (Juan 10, 22). Este banquete fue instituido por Judas Macabeo (1 Mac. 4, 59) para conmemorar la rededicación del templo después de la profanación de Antiochus.
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Dos títulos parecen referirse al tono. ''Al-Alamoth'' [salmo 46(45)], “puesto para doncellas”, es decir, para ser cantado con una voz de soprano o de falsete. Los Setenta interpreta ''hyper ton kryphion''; Vulg., ''pro occultis'', "para los ocultos"; Símaco, ''hyper ton aionion'', "para el eterno"; Aquila, ''epi neanioteton''; San Jerónimo, ''pro juventutibus'', "para la juventud".  
  
Su título nos demuestra que el Salmo 92 (91) debía ser cantado en el Sabbath o sábado. El Septuagésimo titula el Salmo 24 (23), tes mias sabbaton "para el primer día de la semana"; el Salmo 48 (47), deutera sabbatou "para el segundo día de la semana"; el Salmo 94 (93), tetradi sabbaton, "para el cuarto día de la semana"; el Salmo 93 (92), eis ten hemeran "para el día antes del Sabbath". El antiguo título latín del Salmo 81 (lxxx),quinta sabbati, "el quinto día de la semana". El Mishna (Tamid, VII, 13) asigna los mismos salmos para el servicio diario del templo y nos dice que el Salmo 87 (86) fue para el sacrificio matutino del tercer día (cf. James Wm. Thirtle, "Los Títulos de los Salmos, su naturaleza y su significado, New York, 1905).  
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'''Al-Hassheminith''' [Salmos 6 y 12(11)], "en octava"; Los Setenta, ''hiper tes ogdoes''; Vulg., ''pro octava''. Se ha conjeturado que "octava" significa una octava más bajo, el registro más bajo o bajo, en contraste con el alto o registro de soprano. En 1 Cr. 15,20-21 se le asignaba a los [[levitas]] "con salterios de tonos altos (''Alamoth'')", otros "con cítaras de octava (''Sheminith'')" (el registro más bajo).  
  
(2) '''El Valor de los Títulos'''
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(e) Títulos que indican el uso litúrgico de un salmo
  
Muchos de los críticos han calificado estos títulos como apócrifos y los han rechazado como no pertenecientes a las Santas Escrituras; tales críticos son Wette, Cheyne, Olshausen, y Vogel. Críticos eruditos protestantes más recientes, tales como Briggs, Baethgen, Kirkpatrick y Fullerton han seguido las líneas de Ewald, Delitzsch, Gesenius y Koster, y han hecho mucho de los títulos para aprender más y más sobre los autores, las colecciones, las ocasiones, los ajustes musicales y los propósitos litúrgicos de los salmos.  
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'''Hamma'aloth''' en el título de los salmos 120(119) – 134(133); Los Setenta, ''ode ton anabathmon''; San Jerónimo, ''canticum graduum'', "la canción de las subidas". La palabra se utiliza en Éx. 20,26 para denotar las gradas de que llevaban del atrio de las [[mujer]]es al de los [[hombre]]s en el Templo. El total de gradas eran quince. Algunos comentadores judíos y [[Padres de la Iglesia]] lo han interpretado como que en cada uno de los quince escalones se cantaba uno de estos quince [[Salmos Graduales]]. Tal teoría no parea con el contenido de estos salmos; ellos no son salmos del templo.  Otra teoría, propuesta por Gesenio, Delitzsch y otros, relacionan "las gradas" al paralelismo en forma de escalera de los salmos graduales. Esto paralelismo en forma de escalera no se encuentra en todos los salmos graduales; ni es distintivo de cualquiera de ellos. Una tercera teoría es la más probable. Aquila y Símaco leen ''eis tas anabaseis'', "para las subidas"; Teodoción dice ''asma al nanabaseon''. Éste es un salterio [[peregrinaciones|peregrino]], una colección de cánticos peregrinos de aquéllos "que suben hacia Jerusalén para las fiestas" (1 Sam. 1,3). [[Isaías]] nos dice que los peregrinos subían cantando (Is. 30,29).  Los salmos en cuestión serían adecuados para canciones peregrinas.  La frase "subir" a Jerusalén (''anabainein'') parece referirse especialmente a la subida de los peregrinos ([[Evangelio según San Marcos|Mc.]] 10,33; Lc. 2,42, etc.).  Esta teoría ahora es comúnmente aceptada. Una explicación menos probable es que los salmos graduales eran cantados por aquéllos que "subían" del [[Cautiverios de los Israelitas|exilio]] de [[Babilonia]] ([[Esdras|Esd.]] 7,9).  
  
Mientras que los eruditos católicos no insisten que el autor de los salmos indica esto en los títulos, siempre se han considerado los títulos como parte integral de la escritura santa. Santo Tomás (en el Salmo 6) asigna los títulos a Esdras: "Sciendum est quod tituli ab Esdra facti sunt partim secundum ea quae tune agebantur, et partim secundum ea quae contigerunt.” No se dispone actualmente de una declaración completo o comprehensiva de la situación. La mayoría de los eruditos modernos dan a los títulos una historia más variada. Casi todos, sin embargo, como canónicos, consideran unánimemente estas direcciones como ocasionalmente oscuras.  
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Otros títulos litúrgicos son: "para la acción de gracias", en el Salmo 100(99); "Para hacer memoria", en los Salmos 38(37) y 70(69); "para enseñar", en el salmo 40(39); "para el último día o Fiesta de los Tabernáculos", en los Setenta del salmo 29(28), ''exodiou skenes''; Vulg., ''in consummatione tabernaculi''. El salmo 30(29) se titula "Cántico para la Dedicación de la Casa". El salmo se pudo haber utilizado en la Fiesta de Dedicación del Templo, el Encaenia (Jn. 10,22). Esta [[fiestas eclesiásticas|fiesta]] fue instituida por [[Judas Macabeo]] (1 [[Libros de los Macabeos|Mac.]] 4,59) para conmemorar la rededicación del Templo después de su [[profanación]]  por Antíoco.  Su título nos demuestra que el salmo 92(91) debía ser cantado en el [[Sabbath]] o sábado. Los Setenta titula el salmo 24(23), ''tes mias sabbaton'' "para el primer día de la semana"; el salmo 48(47), ''deutera sabbatou'' "para el segundo día de la semana"; el salmo 94(93), ''tetradi sabbaton'', "para el cuarto día de la semana"; el salmo 93(92), ''eis ten hemeran'' "para el día antes del Sabbath". El latín antiguo titulo el Salmo 81(80), ''quinta sabbati'', "el quinto día de la semana". El Mishna (Tamid, VII, 13) asigna los mismos salmos para el servicio diario del Templo y nos dice que el salmo 82(81) fue para el sacrificio matutino del tercer día (cf. James Wm. Thirtle, "Los Títulos de los Salmos, su Naturaleza y Significado Explicados”, Nueva York, 1905).  
  
Los católicos unánimemente dan seguimiento a la tradición judía. La tradición de Pre-Masorético preservó títulos como Scripture, pero perdió mucho del significado litúrgico y musical, debido probablemente  a cambios en el canto litúrgico de los salmos. La tradición de Masorético ha guardado cuidadosamente todos los títulos que recibió. De allí que los títulos sean  parte de las Sagradas Escrituras, preservando sus consonantes, vocales-puntos, y acentos con el mismo cuidado que se da al resto del Canon Judío. Los padres dan a los títulos el respeto y la autoridad que dan al resto de las Sagradas Escrituras.
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=====Valor de los Títulos=====
  
Ciertamente, la oscuridad de los títulos conduce a menudo a que los padres den  interpretaciones místicas y muy imaginativas. San Juan Crisóstomo ("De Compunctione ", II, 4; P.G., XLVII, 415) interpreta hyper tes ogdoes, "para el octavo día", "el día de descanso", "el día de la eternidad". San Ambrosio (en Lucam, V, 6) considera en este título el mismo número místico que él observa en las ocho beldades de San Mateo, en el octavo día como cumplimiento de nuestra esperanza, y en ocho como suma de todas las virtudes: "pro octava enim multi inscribuntur psalmi".  
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Muchos de los críticos han tildado estos títulos como [[apócrifo]]s y los han rechazado como no pertenecientes a las [[Biblia|Sagradas Escrituras]]; tales críticos son De Wette, Cheyne, Olshausen y Vogel. Más críticos eruditos [[protestantismo|protestantes]] más recientes, tales como Briggs, Baethgen, Kirkpatrick y Fullerton han seguido las líneas de Ewald, Delitzsch, Gesenio y Koster, y le han dado mucha importancia a los títulos, para así aprender más y más sobre los autores, las colecciones, las ocasiones, los arreglos musicales y los propósitos [[liturgia|litúrgicos]] de los salmos.  
  
En materia de las interpretaciones místicas de los títulos, San Agustín está  generalmente adelantado de los usos literales  y prácticos de San Ambrosio  y Juan Crisóstomo. Con todo, al tratar el valor y sentido genuino de los títulos, no hay un  padre mas decidido y mordaz que el gran obispo de HippoPara  él los títulos están inspirados en las Sagradas Escrituras. Comentando respecto al título del Salmo 51, "de David, cuando el profeta Nathan vino a él, cuándo él había entrado a Bethsabee", San Augustín (P.L., XXXVI, 586) dice que es inspirado al igual que la historia de la caída de David, dicho en el Libro Segundo de los Reyes (XI, 1-6); "Utraque Scriptura canonica est, utrique sine ulla dubitatione a Christianis fides adhibenda est”.  
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Los eruditos [[católico]]s, mientras que no insisten que el autor de los salmos sobrescribieron los títulos, siempre han considerado estos títulos como parte integral de la Sagrada Escritura. [[Santo Tomás de Aquino]] (en el salmo 6) asigna los títulos a [[Esdras]]: "''Sciendum est quod tituli ab Esdra facti sunt partim secundum ea quae tune agebantur, et partim secundum ea quae contigerunt''.” Una declaración del caso tan comprehensiva es apenas atinada; muchos eruditos modernos dan a los títulos una historia más variada. Casi todos, sin embargo, están de acuerdo en considerar como canónicas estas direcciones ocasionalmente oscuras.  En esta unanimidad los católicos siguen la tradición [[judaísmo|judía]]. La tradición pre-masorética conservó los títulos como Escritura, pero perdió mucho del significado litúrgico y musical, debido probablemente a cambios en el canto litúrgico de los salmos. La tradición [[Masora|masorética]] ha guardado cuidadosamente todos los títulos que recibióHace que los títulos sean parte de las Sagradas Escrituras, conservando sus consonantes, puntos vocales y acentos con el mismo cuidado que se da al resto del Canon Judío.
  
Recientemente, algunos eruditos católicos están del lado de San Agustín en esta materia son: Cornely, "introducción especial en los libros V. T.", II, 85; Zschokke, "Hist. Sacr. V. T. ", 206; Thalhofer, "der Psalmen de Erklärung", 7mo ed., 1904, 8; Patrizi, "Cento Salmi", Roma, 1875, 32; Danko, "Historia V. T.", 276; Hoberg, "Die Psalmen der Vulgata", 1892, p. XII. Solamente muy pocos eruditos católicos han negado que los títulos son parte integral de la Escritura Santa. Gigot, en "introducciones especiales al viejo testamento" (New York , 1906), II, 75, cita  esta negación con la aprobación de Lesêtre, "Le Livre des Psaumes" (París, 1883), p. 1. Barry, en la "Tradición de las Sagradas Escrituras" (Nueva York, 1906), 102, dice: "es pausible mantener que las inscripciones a las cuales el Massorah, LXX, y la Vulgata dan un testimonio que no puede ser rechazado”.  
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Los [[Padres de la Iglesia|Padres]] dan a los títulos el mismo respeto y autoridad que le dan al resto de las Escrituras. Ciertamente, la oscuridad de los títulos conduce a menudo a los padres a interpretaciones [[misticismo|místicas]] y muy fantasiosas. [[San Juan Crisóstomo]] ("De Compunctione ", II, 4; P.G., XLVII, 415) interpreta ''hyper tes ogdoes'', "para el octavo día", "el día de descanso", "el día de la [[eternidad]]". [[San Ambrosio]] (en Lucam, V, 6) considera en este título el mismo número místico que él observa en [[las ocho Bienaventuranzas]] de [[San Mateo]], en el octavo día como cumplimiento de nuestra [[esperanza]], y el ocho como la suma de todas las [[virtud]]es: "pro octava enim multi inscribuntur psalmi".   En este asunto de las interpretaciones místicas de los títulos, [[Vida de San Agustín de Hipoina|San Agustín]] está adelantado de los generalmente literales y realidades de San Ambrosio y Juan Crisóstomo. Con todo, al tratar el valor y autenticidad de los títulos, ningún Padre es más decidido y acertado que el gran [[obispo]] de [[Hipona]]. Para él los títulos están inspirados en las Sagradas Escrituras. Comentando el título del salmo 51(50), "de David, cuando el profeta Natán le visitó después que aquél se había unido a Betsabé", San Augustín (P.L., XXXVI, 586) dice que es [[Inspiración de la Biblia|inspirado]] al igual que la historia de la caída de David, narrada en el Libro Segundo de Samuel (11,1-26); "Utraque Scriptura canonica est, utrique sine ulla dubitatione a Christianis fides adhibenda est”.
  
Sin embargo, desde otra perspectiva y bajo todas las circunstancias, como parte de las Sagradas Escrituras  tiende a observarse  un “Decreto Tridentino". Debido al peligro que, sin razón grave, estas partes consagradas de la Biblia se pueden clasificar adicionalmente como canónicas, la Comisión bíblica tiene puesta (el 1 de mayo de 1910) especial atención en el valor de los títulos.  
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Recientemente, algunos eruditos católicos modernos opinan igual que San Agustín sobre este asunto:  [[Karl Josef Rudolf Cornely|Cornely]], "Specialis Introduction in libros V. T.", II, 85; Zschokke, "Hist. Sacr. V. T. ", 206; [[Valentin Thalhofer|Thalhofer]], "Erklärung der Psalmen", 7ma ed., 1904, 8; [[Francis Xavier Patrizi|Patrizi]], "Cento Salmi", Roma, 1875, 32; Danko, "Historia V. T.", 276; Hoberg, "Die Psalmen der Vulgata", 1892, p. XII. Solamente muy pocos eruditos católicos han negado que los títulos son parte integral de la Sagrada Escritura  Gigot, en "Introducciones Especiales al [[Antiguo Testamento]]" (New York , 1906), II, 75, cita con aprobación esta negación por Lesêtre, "Le Livre des Psaumes" (París, 1883), p. 1. Barry, en "Tradición de la Sagrada" (Nueva York, 1906), 102, dice: "Es pausible mantener que no pueden ser rechazadas las inscripciones de las cuales los Masora, LXX y la [[Revisión de la Vulgata|Vulgata]] dan testimonio”.  Pero mirarlos, bajo todas circunstancias, como porciones de la Escritura sería violentar los [[decreto]]s [[Concilio de Trento|tridentinos]]". Debido al peligro que, sin razón grave, estas partes de la Biblia honradas desde antiguo se puedan clasificar como [[apócrifo|extra-canónicas]], la [[Comisión Bíblica]] recientemente (1 de mayo de 1910) ha puesto énfasis especial en el valor de los títulos.  Del acuerdo que hemos observado entre los títulos de Masora y los de la [[Versión de los Setenta]], de la Vulgata, de Aquila, de [[Símaco el Ebionita|Símaco]], de Teodoción, de [[San Jerónimo]], etc., la Comisión ha decidido que los títulos son más antiguos que Los Setenta y que han llegado a nosotros, si no por los autores de los salmos, por lo menos por la tradición judía antigua, y que, en este sentido, no se pueden poner en [[duda]], a menos que haya una razón seria contra su [[auténtico|autenticidad]].  De hecho, los mismos desacuerdos que hemos notado nos llevan a la misma conclusión. Para la época en que se escribió Los Setenta, los títulos deben haber sido excesivamente viejos; pues la tradición de su vocalización era ya muy oscura.
  
Del acuerdo hemos observado entre los títulos de Massorah y los del Septuagésimo, de la Vulgata, del Aquila, del Symmachus, del Theodotion, de San Jerónimo, etc., que la Comisión ha decidido que los títulos son más antiguos que el Septuagésimo y han venido hacia  nosotros, si no por los autores de los salmos, por lo menos por la tradición judía antigua, y que, en este sentido, no pueden estar en duda, a menos que haya  una razón seria contra su autenticidad.
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===Autores de los Salmos===
  
De hecho, los mismos desacuerdos que hemos venido observado  nos dan la misma conclusión. Para la época en que el Septuagésimo fue escrito, los títulos deben haber sido excesivamente viejos; y la tradición de su vocalización ya es muy oscura.
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====Testimonio de la Tradición====
  
===LOS AUTORES DE LOS SALMOS===
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(1) La tradición judía es incierta en cuanto a los autores de los salmos. Baba Bathra (14 f) menciona diez; Pesachim (10) le atribuye todos los salmos a [[David]].
  
====Testigos de la Tradición====
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(2) La [[Tradición y Magisterio vivo|tradición]] [[cristianismo|cristiana]] es igualmente incierta. San Ambrosio, "en los salmos 43(42) y 47(46)" (P.L., XIV 923), reconoce a David como el único autor. [[Vida de San Agustín de Hipona|San Agustín]], en “Ciudad de Dios”, XVII.14 piensa que todos los salmos son davídicos y que los nombres de [[Ageo]] y [[Zacarías]] fueron sobrescritos por el poeta en un [[espíritu]] [[profecía|profético]].  [[San Filastrio]], Haer. 130 (P.L., XII, 1259), tilda la opinión contraria como [[herejía|herética]].  Por otra parte, [[Orígenes y origenismo|Orígenes]], "In Ps." (P.G., XII, 1066) defendió la pluralidad de autoría; [[San Hilario de Poitiers]], "In Ps. Procem. 2) (P.L., IX, 233); [[Eusebio de Cesarea|Eusebio]], "In Ps. Procem. In Pss. 41, 72” (P.G., XXIII, 74, 368); y muchos otros. San Jerónimo, "Ad Cyprianum, Epist. 140, 4 (P.L., XXII, 1169), dice que "[[error|yerran]] quiénes consideran que todos los salmos son de David y no el trabajo de aquellos cuyos nombres están sobrescritos”.
  
(1) La tradición judía es  incierta en cuanto a los autores de los salmos. Baba Bathra (14 f) menciona diez; Pesachim (10) atribuye todos los salmos a David.  
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(3) Este desacuerdo respecto a la autoría de los salmos va desde los Padres a los [[teología dogmática|teólogos]]. La autoría davídica es defendida por [[Santo Tomás de Aquino]], el judío [[conversión|convertido]] [[arzobispo]] [[Pablo de Burgos]], [[San Roberto Bellarmine]], [[Alfonso Salmerón]], Santa Mariana; la autoría múltiple es defendida por [[Nicolás de Lira]], Cayetano, Sixto Senensis, [[Jacques Bonfrere]], y [[Giovanni Stefano Menochio]].  
  
(2) La tradición cristiana es igualmente incierta. San Ambrosio, "En los Salmo 43 y 47" (P.L., XIV 923), reconoce en David al único autor.  San Agustín, en "De Civitate Dei", XVII, 14 (P.L., XLI, 547), piensa que todos los salmos son Davídicos  y  que  los nombres de Aggeus y Zacarias fueron suscritos por el poeta en un sentido profético. San Philastrius, Haer. 130 (P.L., XII, 1259), marca una opinión contraria como herética. Por otra parte, la pluralidad  de escritor fue defendida por Orígenes, "en el Salmo" (P.G., XII, 1066); St. Hilary, "En El Salmo Procem. 2) (P.L., IX, 233); Eusebius, "En El Salmo Procem. En los Salmos 41, 72" (P.G., XXIII, 74, 368); y muchos otros. St. Jerome, "Anuncio Cyprianum, Epist. 140, 4 (P.L., XXII, 1169), dice que "yerran quiénes juzgan que todos los salmos son de David y no el trabajo de aquellos cuyos nombres fueron escritos con anterioridad”.
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(4) [[La Iglesia]] no ha tomado ninguna decisión sobre este asunto. El Concilio de Trento (Sess. IV, 8 de abril de 1546), en sus decretos sobre las Sagradas Escrituras, incluye "Salterio Davídico, 150 Salmos" entre los libros canónicos. Esta frase no define la autoría davídica más que el número 150, sino que señala solamente el libro, que se define como canónico (cf. Pallavicino, "Historia del Concilio de Trento", l. VI, 1591. [[Nápoles]], 1853, I, 376). En el vota preliminar, quince Padres votaron por el nombre "Salmos de David"; seis por "Salterio Davídico"; nueve por "Libri Psalmorum"; dos por "Libri 150 Psalmorum";  dieciséis por el nombre adoptado, "Salterio Davídico 150 Salmos"; y a dos no le interesaba cuál nombre fuera elegido (cf. [[Agustín Theiner]], "acta Authentica Councilii Tridentini", I, 72 sq.). De las varias “vota” es claro que el [[Concilio]] no tenía ninguna [[intención]] de definir la autoría davídica.  
  
(3) Este desacuerdo, en relación con la autoría de los salmos, va desde los padres a los teólogos. La autoría Davídica es defendida por Santo Tomas, el judío convertido Arzobispo Paul de Burgos, Bellarmine, Salmeron, S, Mariana; la autoria de múltiples escritores es defendida por Nicholas de Lyra, Cajetan, Sixtus Senensis, Bonfrere, y Menochio.
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(5) El reciente decreto de la Comisión Bíblica (1 de mayo de 1910) decide los siguientes puntos:
  
(4) la iglesia no ha tomado ninguna decisión en esta materia. El Concilio de Trento (Sess. IV, el 8 de abril de 1546), en sus decretos sobre las sagradas escrituras, incluye "Psalterium Davidicum, 150 Psalmorum" entre los libros canónicos. Esta frase no define la profesión de escritor de David más que el número 150, sino señala solamente el libro, que se define para ser canónico (cf. Pallavicino, los "di Trento de Istoria del Concilio", l. VI, 1591. Nápoles, 1853, I, 376). En el vota preliminar, quince padres votaron por el nombre "Salmos de David"; seis por "Psalterium Davidicum"; nueve por "Libri Psalmorum"; dos por "Libri 150 Psalmorum"; y dieciséis para el nombre adoptado, "Psalterium Davidicum 150 Psalmorum"; y dos no tenían ninguna preocupación de que estos nombres fueran elegidos (cf. Theiner, "acta Authentica Councilii Tridentini", I, 72 sq.). Del total de la votación queda claro que el consejo no tenía ninguna intención de definir la autoría Davídica.  
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*Ni la fraseología de los decretos de los concilios ni las opiniones de ciertos Padres tienen el peso para determinar que David es el único autor de todos los salmos.  
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*No puede ser prudentemente negado que David es el autor principal de los cánticos del [[Salterio]].  
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*Especialmente no puede negarse que David es el autor de los salmos que, en el Antiguo o en el [[Nuevo Testamento]], son claramente citados bajo el nombre de David, por ejemplo el 2, 16(15), 18(17), 32(31), 69(68), 110(109).  
  
(5) El reciente decreto de la Comisión bíblica (del 1 de mayo de 1910) decide los siguientes puntos: 
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====Testimonio del Antiguo Testamento====
  
Ni la fraseología de los decretos de los consejos ni las opiniones de ciertos padres tienen el peso para determinar que David es el único autor de los Salmos.  
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En la decisión anterior la Comisión Bíblica ha seguido no sólo la tradición judía y cristiana, sino también las Escrituras cristianas y judías. Los títulos son el principal testigo en el Antiguo Testamento de la autoría de los salmosÉstos parecen atribuir varios salmos, especialmente de los libros I - III, a David, Asaf, los hijos de Coré, [[Salomón]], [[Moisés]] y otros.  
No es prudente negar que David es el autor principal del Salterio.
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Especialmente no puede negarse que David es el autor de los salmos que, en el viejo o en el nuevo testamento, son claramente citados bajo el nombre de David, por ejemplo el 2, 16, 18, 32, 69, 110 (2, 15, 17, 31, 68, 109).  
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====Testigos del Antiguo Testamento====
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(1) David
  
En las anteriores  decisiones la Comisión Bíblica ha seguido no solamente las  tradiciones judía y cristiana, sino también las escrituras cristianas y judías. El Antiguo Testamento es testigo de la autoría de los Salmos principalmente en los títulos. Éstos atribuyen varios salmos, especialmente los libros I - III, a David, Asaf, los hijos de Coré, Salomón, Moisés, y otros.  
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Los títulos de setenta y tres salmos en el Texto Masorético y de muchos más en Los Setenta parecen designar a David como autor: cf. en el Libro I, los salmos 3 – 41(40), es decir, todo el libro I excepto 10(9b) y el 33(32); en el Libro II, los salmos 51(50) – 70(69), excepto el 66(65) y 67(66); en el Libro III, el salmo 86(85); en el Libro IV, el salmo 103(102); en el Libro V, los salmos 108(107) – 110(109), 122(121), 124(123), 131(130), 133(132), 135(134) – 145(144). Ahora se sostiene generalmente que, en el título hebreo, la preposición “le” tiene la fuerza de un genitivo, y que en Los Setenta tou David "de David", es una traducción mejor que la de la Vulgata ipsi David “de David mismo". ¿Esta preposición significa autoría? No en cada título; ambos David y el maestro de coro son los autores del Salmo 19(18), y todos los hijos de Coré,  junto con el maestro de coro, son autores conjuntos de los salmos atribuidos a ellos.  En el caso de tales títulos compuestos como “del maestro de coro, salmo de David” [salmo 19(18)] o “del maestro de coro, de los hijos de Coré, un salmo“ [salmo 48(47)], probablemente tenemos indicaciones, no de la autoría, sino de varias colecciones de salmos---las colecciones tituladas “David”, “el maestro de coro”, “los hijos de Coré”. Semejante al Nuevo Testamento, el Concilio de Trento, y muchos Padres de la Iglesia hablan de “David” o “el Salterio de David”, “los Salmos de David”, no para inferir que todos los salmos son de David, sino que él fue el salmista por excelencia, así que los títulos de muchos salmos los asignan no tanto a sus autores sino a sus colectores o al autor principal de la colección a la cual pertenecen. Por otra parte, algunos de los títulos más largos van a demostrar que "de David" puede significar autoría. Tomando por ejemplo: "del maestro de coro, afinar al tono 'no destruyas', de David, una pieza elegida (Mikhtam), cuando, huyendo de [[Saúl]], se escondió en la cueva" [salmo 57(56)].  La ocasión histórica de la composición davídica de la canción, la calidad lírica de la canción, su inclusión en la colección inicial "de David" y más adelante en el himnario del maestro de coro, el tono en el cual el salmo o fue escrito por David o fue fijado por el maestro de coro---todas estas cosas parecen indicarse por el mismo título puesto bajo consideración. De la misma clase que los títulos davídicos es el final suscrito a los primeros dos libros de los salmos: "Amén, [[Amén]]; fin de las [[oración|oraciones]] de David, hijo de Jesé" [salmo 72(71),20). Esta suscripción es más antigua que Los Setenta; y estaría fuera de lugar si David no fuese el autor principal de los salmos en los dos libros al cual se le añade.
  
(1) '''David'''
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Evidencia adicional en el Antiguo Testamento de la autoría de David de los salmos, según sugerido por el reciente decreto de la Comisión Bíblica, son los talentos poéticos naturales de David, demostrados en su cantos y elegías, 2 [[Libros de Samuel|Samuel]] y 1 [[Libros de las Crónicas|Crónicas]], junto con el hecho que él fue quien instituyó el cántico levítico [[solemnidad|solemne]] de los salmos en presencia del [[Arca de la Alianza]] (I Crón. 16,23-25). Los cantos y elegías atribuidos a David son significativamente parecidos a los salmos de David en espíritu, estilo y fraseología. Examinemos la línea de apertura de 2 Samuel 22:
  
Los títulos de setenta y tres salmos en el texto de Massoretic y de muchos más en el Septuagésimo  parecen elegir a David como autor: cf. de los Salmos 3-41 (3-40), es decir todo el libro. Salvando solamente el 10 y el 33; Salmos 51-70 (50-69), excepto el 66 y 67, en el Libro II; Salmo 86 (85) del Libro III; Salmo 103 (102) en el Libro IV; Salmos 108-110, 122, 124, 131, 133, 135-145 (107-109, 121, 123, 130, 132, 134-144) del título del Libro V. Siendo el título hebreo.  
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"David dijo a [[Yahveh]] las palabras de este cántico el día que Yahveh lo salvó de la mano de sus enemigos y de la mano de Saúl, y él dijo: 2. Yahveh es mi roca, mi baluarte, mi libertador, 3. mi [[Dios]], la peña en que me amparo, mi escudo y fuerza de mi [[salvación]], mi ciudadela y mi refugio, mi Salvador que me salva de la violencia. 4. Grito de alabanza, invoco a Yahveh, y quedo a salvo de mis enemigos".  
  
Ahora generalmente se sostiene que, en la palabra hebrea, la preposición tiene la fuerza de un genitivo, y que el Septuagésimo tou David "de David", es una traducción mejor que la Vulgata, ipsi David de "David mismo". ¿Esta preposición significa autoría? No en cada título; ambos David y el Director son los autores del Salmo 19 (18), y todos los hijos del Coré, un salmo (Salmo 48), nosotros probablemente tenemos indicaciones, no de la autoría, pero si de varias colecciones de salmos –las tituladas “David”, “El Director”, “los hijos del Coré”. Justo como el Nuevo Testamento, el Concilio de Trento, y muchos Padres de la Iglesia hablan de “David” o “El Salterio de David”, “Los Salmos de David”, no se infiere necesariamente que todos los salmos son de David, pero él fue el salmista por excelencia, de allí que se le adjudican muchos salmos.  
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Las dos canciones son claramente idénticas, las leves diferencias son probablemente debido a diversas redacciones litúrgicas del Salterio. Al final del escrito de 2 Samuel da "las últimas palabras de David" (23,1)---a saber, un salmo corto al estilo davídico en donde David habla de mismo como "el suave salmista de Israel", "salmos egregios de [[israelitas|Israel]]" (2 Sam. 23,2).  De modo semejante el Cronista (1 Crón. 16,8-36) cita como davídica una canción compuesta por los salmos 105(104),1-13, del salmo 96(95) y una pequeña porción del Salmo 106(105).  Finalmente, el profeta [[Amós]] se dirige a los [[Samaria|samaritanos]]: "ustedes que cantan al son del arpa; se inventan, como David, instrumentos de música" (Am. 6,5).  El talento poético de David sobresale como una característica del Rey Pastor. Sus lamentos elegíacos en la muerte de Saúl y Jonatan (2 Sam. 1,19-27) revelan cierto poder, pero no el de los salmos davídicos. Las anteriores razones para la autoría davídica son impugnadas por muchos que insisten sobre la redacción tardía de 2 Samuel 21-24 y sobre las discrepancias entre los pasajes que hemos comparado.  La pregunta sobre la redacción tardía de las canciones davídicas en 2 Samuel no está a nuestro alcance; ni tal redacción tardía destruye la fuerza de nuestra apelación al Antiguo Testamento, ya que esa apelación es a la Palabra de Dios.  En cuanto a las discrepancias, hemos dicho que son explicables por la admisión que nuestro Salterio es el resultado de varias redacciones litúrgicas, y no presentan todos los salmos en la forma exacta en la cual fueron desarrollados por sus escritores originales.  
  
Así que los títulos de muchos salmos se asignan no tanto a sus autores sino a sus colectores o al principal autor de la colección a la cual pertenecen. Por otra parte, algunos de los títulos más largos van a demostrar que "de David" puede significar autoría. Tomando por ejemplo: "del director, a la consonancia 'no destruya', de David, una pieza elegido (Mikhtam), cuando huyó de Saúl en la cueva" (Salmo 57).
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(2) Asaf
  
La ocasión histórica de la composición de David, de la calidad lírica de la canción, su inclusión en la colección inicial "de David" y más adelante en el libro de alabanzas, la consonancia sobre la cual fue escrito por David o fue él el director -- todas estas cosas parecen indicarse por el título puesto a consideración. De suerte que los títulos Davídicos son la conclusión suscrita de los dos primeros libros de los salmos: "Amén, Amén; terminan las frases de David, hijo de Jesé "(Salmo 72, v.20). Esta fórmula es más antigua que el Septuagésimo y estaría fuera de lugar si David no fuese el principal autor de los salmos, en los dos libros agregados.
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Los títulos le acreditan a Asaf doce salmos, 50(49), 73(72) – 83(82).  Estos salmos son todos de carácter nacional y pertenecen a períodos de la historia judía ampliamente separados.  El Salmo 83(82), aunque Briggs ("Salmos", Nueva York, 1906, p.67) lo asigna al período [[Persia|persa]] temprano, parece haber sido escrito en el tiempo del estrago causado por la invasión [[Asiria|asiria]] de Tiglatpileser III en 737 a.C. El salmo 74(73) fue escrito probablemente, según infiere Briggs, durante el [[Cautiverios de los Israelitas|Exilio Babilónico]], después de 586 a.C.  Asaf era un [[levitas|levita]], el hijo de Barakías (1 Crón. 6,24), y uno de los tres jefes del coro levítico (1 Crón. 15,17). Los “hijos de Asaf” fueron separados "para profetizar con cítaras, salterios y címbalos" (1 Crón. 25,1). Es probable que los miembros de esta [[familia]] compusieran los salmos que fueron recogidos más adelante en un salterio de Asaf. Las características de estos salmos de Asaf son uniformes: hacen alusiones frecuentes a la historia de Israel con un propósito didáctico; sublimidad y vehemencia de estilo; descripción viva; exaltan el concepto de la divinidad.
  
Adicionalmente, el Antiguo-Testamento evidencia la autoría de los salmos a David, según lo sugerido por el reciente Decreto de la Comisión Bíblica, David tiene un talento poético natural,  demostrado en su cantos e himnos de Reyes II  y del I Par., adicionalmente al hecho que él fue quien instituyó el cantilation levitical solemne de salmos en presencia del Arca del Convenio (I Par. 16, 23-25). Los cantos e himnos atribuidos a David son significativamente parecidos a los salmos de David en espíritu, estilo y  fraseología.  Examinemos la línea de apertura de II Reyes 22:
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(3) Los hijos de Coré
  
"y David habló a Yahvéh las palabras de esta canción en el día que Yahvéh lo salvó de las garras de sus enemigos y fuera de las manos de Saúl, y él dijo: 2. Yahvéh es mi roca, mi fortaleza, mi camino de escape, 3. Mi Dios, mi Roca a Quien me aferraré, mi Protector, el Cuerno de mi salvación, mi Torre. Mi Refugio, mi Salvador, mi Consuelo. 4. Grito de alabanza, yo grito a  Yahvéh, y de mi enemigo consigo la salvación ".
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Los hijos de Coré son nombrados en el título de once salmos: 42(41) – 49(48), 84(83), 85(84), 87(86), 88(87).  Los coreítas era una familia de cantantes del templo (2 Crón. 20,19).  Difícilmente puede ser que cada salmo de este grupo fuera compuesto en común por todos los hijos de Coré; cada composición fue más bien compuesta por un miembro del gremio de Coré; o, quizás, fueron recolectados de varias fuentes en un himnario litúrgico por el gremio de los hijos de Coré. En todo caso, hay una unidad de estilo en estos [[himno]]s que es indicativo de uniformidad del espíritu levítico. Las características de los salmos coreítas son un gran [[amor]] por la Ciudad Santa; un deseo vivo por la [[adoración]] pública de Israel; una confianza suprema en Yahveh y una forma poética que es simple, elegante, artística, y bien equilibrada. Por sus [[idea]]s [[Mesías|mesiánicas]] y alusiones históricas, estos salmos parecen haber sido compuestos entre los tiempos de [[Isaías]] y el retorno del exilio.  
  
Las dos canciones son claramente idénticas, las leves diferencias son probablemente debidas  a diversas redacciones litúrgicas de los Salmos. Al final del escrito de II Reyes  da "ultimas  palabras de David" (23, 1) – ingeniosamente, un salmo corto en el estilo Davídico en donde David habla de el mismo como "Dulce cantor de canciones de Israel", "extraordinarios psalmos de Israel" (II Reyes 23, 2).
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(4) Moisés
  
De modo semejante el Cronista (I Par. 16, 8-36) cita como Davídica una canción compuesta antes del Salmo 105, v.1-13, del Salmo 96 y una pequeña porción del Salmo 106. Finalmente, el profeta Amos trata el Samarians: "Y al cuando cantan el sonido del salterio; han pensado tener instrumentos de música como David "(6, v.5). La energía poética de David sobresale como característica del Rey Pastor. Sus claros elegíacos en la muerte de Saúl y de Jonatan (II Reyes 1, 19-27) revelan una cierta energía, pero no la de los salmos Davídicos. Las anteriores razones de la autoría Davídica son impugnadas por muchos que insisten sobre la redacción final de II Reyes 21-24 y sobre las discrepancias entre los pasajes paralelos.  
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Moisés está en el título del Salmo 90(89). San Agustín (P.L., XXXVII, 1141) no admite autoría mosaica; San Jerónimo sí lo hace (P.L., XXII, 1167). El autor imita las canciones de Moisés en [[Deuteronomio]] 32 y 33; esta imitación puede ser la razón del título.  
  
La pregunta sobre la redacción final de las canciones Davídicas en II Reyes  no está a nuestro alcance; ni tal redacción destruye la fuerza de nuestra observancia al antiguo testamento, esa observancia es desde entonces a la Palabra de Dios. En vista de las discrepancias, hemos dicho que son explicables por la admisión que nuestro Salterio es el resultado de varias redacciones litúrgicas, y no presentan todos los salmos en la forma exacta en la cual fueron desarrollados por sus escritores originales.
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(5) Salomón
  
(2) '''Asaf'''
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[[Salomón]] está en los títulos de los salmos 72(72) y 127(126), probablemente por una razón similar.
  
Asaf es acreditado, por los títulos, con doce salmos, 50, 73-83 (49, 72-82). Estos salmos son todos de carácter nacional y pertenecen a los períodos ancho-separados de la historia judía. El Salmo 83 (82), aunque  atribuido a Briggs ("Salmos ", New York, 1906, p.67 ) al reciente período persa, parece haber sido escrito a la hora del estrago causado por la invasión asiria de Tiglath-pileser III en 737 A.C. El Salmo74 (73) fue escrito probablemente, como conjeturas de Briggs, durante el Exilio Babilónico, después de 586 A.C.
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(6) Etán
  
Asaf era un Levita, el hijo de Baraquías (I Par. 6, 39), y uno de los tres jefes del coro de Levitical (I Par. 15, 17). Pusieron a un lado a los "hijos de Asaf" "a profetizar con las arpas y con salterios y con cimbales" (I Par. 25, 1). Es probable que los miembros de esta familia compusieran los salmos que fueron recogidos más adelante en un Salterio de Asaf. Las características de estos salmos de Asaf son uniformes: hacen alusiones frecuentes a la historia de Israel con un propósito didáctico; sublimidad y vehemencia de estilo; descripción viva; exaltan el concepto de la divinidad.  
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Etán, está en el título del salmo 89(88), debe ser probablemente Idithun. El Salterio de Idithun, de Yedutún, contenido también en los Salmos 39(38), 62(61) y 77(76).  
  
(3) '''Los hijos de Coré'''
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====Testimonio del Nuevo Testamento====
  
Los hijos de Coré es el título de once salmos -- 42-49, 84, 85, 87, 88 (41-48, 83, 84, 86, 87). El Korahim era una familia de los cantantes del templo (II Par. 20, 19). Puede ser que cada salmo de este grupo fuera compuesto en común por todos los hijos de Coré; cada composición fue compuesta por un  miembro del gremio de Coré; o, quizás, fueron recolectados de varias fuentes en un himno litúrgico por el gremio de los hijos de Coré.  
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Para los católicos, que [[creencia|creen]] totalmente en la Divinidad de [[Jesucristo|Cristo]] y en la [[infalibilidad]] de las Sagradas Escrituras, las citas en el Nuevo Testamento sin lugar a dudas consideran davídicos los salmos 2, 16(15), 32(31), 35(34), 69(68), 109(108), 110(109).  Cuando el [[fariseos|fariseo]] dijo que Cristo era el hijo de David, Jesús le pregunto: "pues ¿cómo David, movido por el [[Espíritu Santo|Espíritu]], le llama Señor, cuando dice:  Dijo el Señor a mi Señor "[cf. [[Evangelio según San Mateo|Mt.]] 22,43-45; [[Evangelio según San Marcos|Mc.]] 12,36-37; [[Evangelio según San Lucas|Lc.]] 20,42-44; Sal.  110(109),1].  No puede haber aquí ninguna pregunta sobre el nombre de la colección "de David". Ni hay pregunta de una colección cuando [[San Pedro]], en el primer [[Pentecostés]] en [[Jerusalén]], dice: "Pues David no subió a los [[cielo]]s, y sin embargo dice:  “Dijo el Señor a mi Señor etc." (Hch. 2,34).  La autoría davídica es otorgada por Pedro, cuando cita los salmos 69(68),26; 109(108),8; 2,1-2 como "de la boca de David" (Hechos 1,16; 4,25). Y cuando el principal apóstol cita el salmo 16 (15),8-11, como las palabras de David, él explica cómo estas palabras fueron pensadas por el [[patriarca]] muerto como una manera de [[profecía]]s para los siglos venideros (Hch. 2,25-32). El testimonio de San Pablo es concluyente cuando él ([[Epístola a los Romanos|Rm.]] 4,6; 11,9) le atribuye a David partes de los Salmos 32(31), 35(34) y 69(68). Un no católico podría objetar que [[San Pablo]] se refería a la colección llamada "David", pues tal colección parece significar claramente "en David", en Daveid de [[Epístola a los Hebreos|Hebreos]] 4,7. Nosotros contestamos, ésa es una evasión:  si San Pablo hubiese querido decir “una colección”, él habría dictado en Daveid en la Carta a los Romanos.  
  
En todos los acontecimientos, hay una identidad de estilo en estos himnos que es indicativo del espíritu de unión Levítico. Las características de los salmos de Korahite son un gran amor para la ciudad santa; un deseo vivo para la adoración pública de Israel; una confianza suprema en Yahvéh y una forma poética que es simple, elegante, artística, y bien-equilibrada. De ideas mesiánicas y alusiones históricas, estos salmos parecen haber sido compuestos entre los tiempos de Isaías y el retorno del exilio.  
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Los críticos se inclinan por eliminar todas las preguntas sobre la autoría davídica. Briggs dice: "es evidente por el carácter interno de estos salmos, con algunas posibles excepciones, que David no habría podido escribirlas" (Salmos p. 61). Ewald reconoce que esta evidencia interna demuestra que David escribió los salmos 3, 4, 7, 11(10), 15(14), 18(17), y la primera parte del 19(18), 24(23), 29(28), 32(31), 101(100).
  
(4) '''Moisés'''
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===Canonicidad===
  
Moisés está en el título del Salmo 90 (89). San Agustín (P.L., XXXVII, 1141) no admite autoría Mosaica; es San Jerónimo (P.L., XXII, 1167). El autor imita las canciones de Moisés en Deuteronomio 32 y 33; esta imitación puede ser la razón del título.  
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A. El [[Canon del Antiguo Testamento|canon]] cristiano de los salmos no presenta ninguna dificultad; todos los cristianos admiten en su canon los 150 salmos del Canon de [[Trento]]; todos rechazan el Salmo 151 de Los Setenta, probablemente una adición [[los Macabeos|macabea]] al canon.  
  
(5) '''Salomón'''
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B. El canon judío presenta un problema discutible. ¿Cómo se ha desarrollado el Salterio? La opinión judía tradicional, defendida generalmente por los eruditos católicos, es que no sólo el canon judío de los salmos sino que todo el canon palestino del Antiguo Testamento fue prácticamente cerrado durante la época de Esdras (v. [[Canon del Antiguo Testamento]]). Esta opinión tradicional es posible; para argumentos a su favor vea Cornely, "Introductio Generalis in N. T. Libros", I (París, 1894), 42.
  
Salomón está en los títulos de los Salmos 72 y 127 (71 y 126), probablemente por una razón similar.  
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1. Visión Crítica:  Los críticos no admiten estos argumentos en su totalidad. Dice Driver:  “No hay fundamento de ninguna clase en la antigüedad para la opinión de que el canon del Antiguo Testamento fue cerrado por Esdras, o por sus asociados”. ("Introducción a la literatura del Antiguo Testamento ",Nueva York, 1892, p. X). Respecto a los salmos Wellhausen dice: "puesto que el Salterio es el himnario de la congregación del segundo Templo, la pregunta no es si contiene algunos salmos post-exilio, sino si contiene algún salmo pre-exilio" ("Introducción" de Bleek, ed. 1876, 507). Hitzig ("Begriff der Kritik", 1831) considera que los libros III-V son enteramente macabeos (168-135 a.C.).  Olshausen ("Die Psalmen", 1853) trae algunos de estos salmos a la dinastía asmonea y al reinado de Juan Hircano (135-105 d.C.). Duhm (“Die Psalmen", 1899, p. XXI) reconoce muy pocos salmos pre-macabeos, y asigna los salmos 2, 20(19), 21(20), 61(60), 63(62), 72(71), 84(83), 132(131) a los reinados de Aristóbulo I (105-104 a.C.) y a su hermano Alejandro Janeo (104-79 a.C.); de modo que el canon del Salterio no fue cerrado hasta 70 a.C. (p. 23). Tales visiones extremas no se deben a argumentos válidos.  Siempre que uno rechace aceptar la fuerza del argumento tradicional en favor del canon de Esdras, se debe admitir en todo caso que el canon judío de los salmos fue indudablemente cerrado antes de la [[fechas y datación|fecha]] de la traducción de Los Setenta.  Esta fecha es 285 a.C., si aceptamos la autoridad de la Carta de [[Aristeas]] (v. [[Versión de los Setenta]]); o a más tardar 132 a.C., el período en el cual Ben Sirá escribió, en el prólogo al [[Eclesiástico]], que "la ley por sí misma y los [[profecía, profeta y profetisa|profeta]]s y el resto de los libros [es decir el Hagiógrafa, del cual eran los salmos] habían sido traducidos al griego". Ésta es la opinión de Briggs (p. 12), que fija la redacción final del Salterio para mediados del siglo II a.C.  
  
(6) '''Etán'''
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Los críticos generalmente consideran como una cosa [[lógica]] la evolución gradual del Libro de los Salmos. Su aplicación de los principios del [[alto criticismo]] no resulta en ninguna uniformidad de opinión respecto a los diferentes estratos del Salterio. Presentaremos estos estratos como lo indica el profesor Briggs, probablemente el menos precipitado de los que han publicado últimamente las llamadas "ediciones críticas" de los salmos.  Su método de criticismo es el usual; por un criterio de evidencia interna bastante subjetivo, él trincha algunos salmos, remienda otros, desecha porciones de otros y los "corrige" todos. Asigna siete salmos a la primera monarquía hebrea; siete a la monarquía media; trece a la última monarquía; trece a la época del exilio; treinta y tres al primer período persa; dieciséis al período persa medio (los tiempos de [[Nehemías]]); once al último período persa; "el gran salmo real del advenimiento" [Salmos 93(92), 96(95) – 100(99)] junto con otros ocho al primer período griego (que comienza con la conquista de Alejandro); cuarenta y dos al último período griego, y al período de los Macabeos los salmos 33(32), 102(101)(b), 109(108)(b), 118(117), 139(138)(c), 129(128) del salterio Peregrino y 147(146-147) y 149 de los Aleluyas.
  
Etán, está en el título del Salmo 89 (88), debe ser  probablemente  Idithun. El Salterio de Idithun, de Yedutún, contenido también en los Salmos 39, 62, 77 (38, 61, 76).  
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Según Briggs, de estos salmos y porciones de salmos, treinta y uno son "salmos aparte", es decir, nunca fueron incorporados en un Salterio antes de que fuera emitida la actual redacción canónica. El resto fueron corregidos en dos o más de los doce Salterios que marcan la evolución del libro de salmos. La primera colección de salmos fue compuesta por siete Mikhtamim, los "pedazos de oro", del período persa medio. En el último período persa, trece Maskilim se unieron como colección de meditaciones. Al misma tiempo, setenta y dos salmos fueron revisados, como [[devocionarios|libro de oración]] para uso en la [[sinagoga]], bajo el nombre de "David"; de éstos, trece tienen en sus títulos referencias a la vida de David, y se piensa que formaban por sí mismos una colección anterior. En Palestina, en el primer período griego, once salmos fueron recopilados en un Salterio menor titulado los "hijos de Coré".  
  
====Testigo del Nuevo Testamento====
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Al mismo tiempo, en [[Babilonia]], doce salmos fueron reunidos en un salterio titulado "Asaf". No mucho después, en el mismo período, el salmo exílico 88(87) junto dos salmos “huérfanos”, el salmo 66(65) y el 67(66), fueron corregidos junto con selecciones de "David," los "hijos de Coré" y "Asaf" para el culto público del cántico en la sinagoga; el nombre de este salterio fue "Mizmorim".  Un salterio mayor el elohísta, salmos 42(41) – 83(82), se asume que pudo haber sido compuesto en Babilonia, durante el período griego medio, de selecciones de "David", "Coré", "Asaf" y "Mizmorim"; el nombre se debe al uso de [[Elohim]] evitando el nombre Yahveh en estos salmos.  Al mismo tiempo, en Palestina, se compuso un libro de oraciones con 54 salmos del "Mizmorim”, 16 salmos “de David”, 4 de “Coré" y 1 "de Asaf"; este salterio llevó el nombre de "maestro de coro". Las canciones de alabanza aleluyas o aleluyáticas fueron reunidas en un salterio para el servicio del templo en el período griego. Estos salmos tienen halleluyah (alabanza ye Yah) al principio [salmos 111(110), 112(111)], o al final [salmos 104(103), 105(104), 115(113b), 117(116)), o en ambos, al principio y al final (Salmos 106(105), 113(112), 135(134), 146(145) - 150).  La Versión de los Setenta da un Allelouia también al comienzo de los salmos 105(104), 107(106), 114(113a), 116(114-115), 119(118), 136(135).  Briggs incluye como Aleluyas todos éstos excepto el 118(117) y el 119(118), "el primero da una canción macabea triunfal, el último la gran alabanza alfabética de la [[Legislación de Moisés|ley]]". El "Salterio Peregrino" fue un salterio menor del período griego [salmos 120(119) – 134(133)], una colección de "canciones del peregrinaje", de las "Canciones de la Subida", o "[[Salmos Graduales]]", que los [[peregrinaciones|peregrinos]] cantaban mientras iban a Jerusalén para las tres grandes fiestas.
  
Los católicos, creen totalmente en la Divinidad de Cristo y en la infalibilidad de las Santas Escrituras, el Nuevo Testamento se vuelven citar los Salmos 2, 16, 32, 35, 69, 109, 110 (2, 15, 31, 34, 68, 108, 109) que serían Davídicos sin mayor duda. Cuando el Fariseo dijo que Cristo era el hijo de David, Jesús le pregunto: "cómo entonces David espirtualmente lo llama Señor, diciendo: El señor dice a mi Señor "(cf. Mateo 22, 43-45; Marcos 12, 36-37; Lucas 20, 42-44; Salmo 105, v.1).  
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2. La Visión Católica: Una aplicación tan extensiva del criticismo divisivo del Salterio no choca con la aprobación de los [[exégesis bíblica|exégetas]] católicos.  Ellos admiten fácilmente las redacciones sucesivas de los salmos, con tal que la [[doctrina cristiana|doctrina]] de inspiración de las Santas Escrituras no sea impugnada. La doctrina de la inspiración tiene respeto por los salmos como están puestos en los cánones, y no impide a los católicos admitir las diferentes redacciones del Salterio anteriores a la actual redacción; de hecho, incluso la redacción litúrgica no inspirada de los salmos inspirados contraria a la enseñanza de la Iglesia en materia de inspiración, siempre y cuando el redactor haya preservado intacto y absolutamente inalterado el significado inspirado del Texto Sagrado.  La Comisión Bíblica (1 de mayo de 1910) no admite que la actual redacción contiene muchos salmos macabeos; ni tampoco Delitzsch, Perowne, Renan y muchos otros eruditos críticos. "Hay tantos salmos de esa época, que es difícil no pensar que podrían haber llevado marcas prominentes en su dicción y estilo” (Drive, "Introducción a la Literatura del Antiguo Testamento", Nueva York, 1892, 365). Los salmos 44(43), 74(73), 79(78) y 83(82) que Delitzsch y Perowne consideran macabeos basándose en argumentos históricos, le ocasionan a Davison (Hastings, "Dict. de la Biblia ", IV, 152) "dificultades indiscutibles que surgen de su lugar en los libros II y III". No hay pruebas certeras de que éstos o cualquier otro salmo sean macabeos. La Comisión Bíblica, sobre esta razón, no niega que alguno de los salmos sea macabeo, deja esa pregunta todavía abierta.  En materia de redacción, permite que "por razones litúrgicas, musicales  u otra razón desconocida, los salmos pudieron haber sido divididos o juntados" en el curso del [[tiempo]]; y "hay otros salmos, como el Miserere mei, Deus [Salmo 51(50)] que, para que puedan ajustarse mejor a las circunstancias históricas y a las solemnidades de la gente judía, fueron levemente reeditados y cambiados por la omisión o adición de un verso o dos, siempre y cuando la inspiración del texto entero permaneciera intacta". Eso es lo importante: la doctrina de la inspiración de las Santas Escritura debe sufrir lo menos posible. ¿Cómo, entonces, se mantiene intacta la doctrina de la inspiración de todo el texto? ¿Fueron inspirados los anteriores escritos?  Ninguna autoridad de la Iglesia ha determinado nada sobre estos asuntos.  Nos inclinamos a la opinión de que Dios inspiró los significados de los salmos como fueron escritos originalmente, y de igual forma inspiró a cada redactor que recopiló y corrigió estas canciones de Israel hasta que el último redactor inspirado las unió en su forma actual.
  
No puede haber aquí ninguna pregunta del nombre de la colección "de David". Ni se pregunta de la  colección cuando San Pedro; en el primer Pentecostés en Jerusalén, dice: "David no ascendió al cielo; él mismo dijo: El señor dijo a mi señor etc." (Hechos 2, 34). La autoría Davídica es otorgada por Pedro, cuando él cita los Salmos 69 (68), v.26; 109 (108), v.8; 2, v.1-2 como "de la boca de David" (Hechos 1, 16; 4, 25). Y cuando el Apóstol jefe cita el salmo 16 (15), v.8-11, como las palabras de David, él explica cómo estas palabras fueron pensadas por el patriarca muerto, a manera de profecías para los siglos por venir (Hechos 2, 25-32).
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===El Texto===
  
El testimonio de  San Pablo es concluyente, cuando él (Romanos 4, 6; 11, 9) asigna a David partes de los Salmos 32, 35, y 69 (31, 34 y 68). Un no-católico podría objetar que San Pablo se refiera a la colección llamándola "David", pues esta colección parece significar claramente que "en David", en Daveid  Hebreos 4, 7. Nosotros contestamos, que esto es una evasión: San Pablo tenia pensada una colección, él habría dictado en Daveid en la Carta a los Romanos.  
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Los salmos fueron escritos originalmente en caracteres hebreos, así como vemos sólo en [[numismática|monedas]] y algunas inscripciones lapidarias; el texto nos ha llegado a través de caracteres arameos cuadrados. Solamente las versiones nos dan alguna [[idea]] del texto pre-masorético. Hasta el momento no se ha descubierto ningún manuscrito pre-masorético de los salmos.  El texto [[Masora|masorético]]  se ha conservado en más de 3400 [[manuscritos]], de los cuales ninguno es anterior al siglo IX y solamente nueve o diez son anteriores al siglo XII (vea [[Manuscritos de la Biblia]]). Estos manuscritos masoréticos representan dos familias levemente variables de una tradición---los textos de Ben Asher y de Ben Neftalí. Sus variaciones son de poca importancia en la interpretación de los salmos. El estudio de la estructura rítmica de los salmos, junto con las variaciones entre Masora y las versiones, ha aclarado que nuestro texto hebreo está lejos de ser perfecto, y que sus puntos son a menudo incorrectos.  Los esfuerzos de los críticos por perfeccionar el texto son a veces debidos sólo a una conjetura sagaz.  Se elige el molde métrico; entonces el salmo se adapta forzosamente a él.  Era mejor dejar el texto en su [[condición]] imperfecta que hacerlo peor por conjeturas.  El [[decreto]] de la [[Comisión Bíblica]] se dirige a ésos a quiénes las imperfecciones en el texto Masorético son una ocasión, aunque no excusa, para las incontables enmiendas conjeturales, ocasionalmente salvajes y fantasiosas, que hoy día se aceptan como una aceptable exégesis crítica de los salmos.
  
Los críticos se inclinan por eliminar toda las preguntas sobre la autoría Davídica. Briggs dice: "es evidente el carácter interno de estos salmos, con algunas posibles excepciones, que David no habría podido escribirlas" (Salmos p. 61). Ewald permite que esta evidencia interna demuestre a David haber escrito los Salmos 3, 4, 7, 11, 15, 18, y la primera parte del 19, 24, 29, 32, 101 (3, 4, 7, 10, 14, 17, 23, 28, 31, 100).
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===Versiones===
  
===CANONICIDAD===
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Griega:
  
A. El Canon Cristiano de los salmos no presenta ninguna dificultad; todos los cristianos admiten en su Canon los 150 salmos en el Canon de Trento; todos rechazan el Salmo 151 del Septuagésimo, probablemente en adición al Canon de Macabeo.  
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La principal versión de los salmos es la de Los Setenta.  Se conserva para nosotros en:
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* Cod. U, Brit. Mus. Pap. 37, siglo VII, conteniendo los salmos 10(9b) – 33(32);  
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* Leipzig Pap., siglo IV, que contiene los salmos 29(28) – 54(53);
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* [[Códice Sinaítico]], siglo IV, completo;
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* B. [[Códice Vaticano]], siglo IV, completo, excepto los salmos 105(104),27 – 137(136),6;
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* A, [[Códice Alejandrino]], siglo V, completo excepto los salmos 49(48),19 – 76(75),10
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* I, Códuce Bodleiano, siglo IX, completo;
  
B. El Canon judío presenta un problema. ¿Cómo se ha desarrollado el Salterio? La opinión judía tradicional, defendida generalmente por los eruditos Católicos, es que no solamente el Canon judío de los salmos sino que todo el Canon Palestino del antiguo testamento estuvieron prácticamente cerrados durante la época de Esdras (véase CANON). Esta opinión tradicional es posible; con argumentos a su favor, cf. Cornely, "Introductio Generalis in N. T. Libros", I (París, 1894), 42.  
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y en muchos otros manuscritos posteriores. La [[Versión de los Setenta]] es de gran valor en la exégesis de los salmos.  Proporciona las lecturas pre-masoréticas que son claramente preferibles a las de los Masoretas. Nos devuelve a un texto de por lo menos el siglo II a.C. A pesar de un servilismo aparente en las palabras y en las construcciones hebreas, un servilismo que existió probablemente en el griego alejandrino de los [[judaísmo|judíos]] de ese período, el traductor de Los Setenta demuestra un excelente [[conocimiento]] del hebreo, y miedo de no apartarse de la letra y de no cambiar el significado original. Las versiones griegas del siglo II d.C de Aquila, [[Símaco el Ebionita|Símaco]] y Teodoción existen sólo en algunos fragmentos; estos fragmentos son testigos de un texto bastante parecido a nuestro masorético.  
  
A. Visión Crítica
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Latina:
  
Estos argumentos no son admitidos en su totalidad por los críticos.  Se señala que “aunque las opiniones del Canon del Antiguo Testamento fueron censuradas por Ezra, o por sus asociados, esta situación no garantiza su antigüedad”. ("Introducción a la literatura del Antiguo Testamento ",Nueva York, 1892, p. x). Respecto a los salmos Wellhausen dice: "puesto que el Salterio es el himno-libro de la congregación del segundo templo, la pregunta no es si contiene algunos salmos post-exilio, sino si contiene salmos pre-exilio" ("Introducción" de Bleek, ed. 1876, 507). Hitzig ("Begriff der Kritik", 1831) juzga que los libros 3-5 son enteramente de influencia macabea (168-135 A.C.).  
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Aproximadamente a mediados del siglo II el [[Salterio]] de Los Setenta fue traducido al latín. De esta versión latina antigua, o Itala, tenemos solamente algunos manuscritos y las citas de los [[Padres de la Iglesia|Padres]] Latinos. A petición del [[Papa San Dámaso I]], (383 d.C.) [[San. Jerónimo]] revisó la Itala y la acercó a Los Setenta. Su revisión fue pronto tan distorsionada que él se quejó, "plus antiquum errorem quam novam emendationem valere" (P.L., XXIX, 117).  Éste es el “Salterio Romano" de San Jerónimo; se utiliza en la recitación de los Oficios en la Basílica de San Pedro, Roma, y en el [[Misal]]. La corrupción de su primera traducción condujo a San Jerónimo a emprender una nueva traducción de la edición [[Hexapla]] de Los Setenta. Él trabajó cuidadosamente en [[Belén]] antes de 392 d.C. Marcó con asteriscos las partes del texto hebreo que habían sido omitidas por Los Setenta y se las pidió prestadas a Teodoción; marcó con el “obelus” las partes de Los Setenta que no estaban en el texto hebreo.  Con el correr del tiempo estas marcas críticas fueron completamente desatendidas.  Esta traducción es el "Salterio galicano"; es parte de la [[Revisión de la Vulgata|Vulgata]]. Una tercera traducción latina de los salmos, hecha del texto hebreo, con la Hexapla de [[Orígenes y origenismo|Orígenes]] y las otras versiones antiguas a la vista, fue completada por San Jerónimo cerca de fines del siglo IV en Belén. Esta versión es de gran valor en el estudio del Salterio. El Dr. Briggs dice: "Donde difiere de H. y G., su evidencia es especialmente valiosa pues da la opinión del mejor erudito bíblico de épocas antiguas en cuanto al texto original, basado en el uso de una abundancia de material crítico mucho mayor que el poseído por cualquier otro crítico, anterior o posterior" (p. 32).  
  
Olshausen ("Die Psalmen", 1853) trae algunos de estos salmos bajo la dinastía de Hasmonaean, y el reinado de Juan Hyrcanus (135-105 D.C.). Duhm (“Die Psalmen", 1899, xxi) permite muy pocos salmos pre-macabeos, y asigna los Salmos 2, 20, 21, 61, 63, 72, 84 (b), 132 [2, 19, 20, 60, 62, 71,  83 (b), 131] a los reinados de Aristóbulus I (105-104 A.C.) y a su hermano Alexander Jannaus (104-79 A.C.); de modo que el Canon del Salterio no fuera cerrada hasta 70 A.C. (p. 23). Tales visiones extremas no parecen contener argumentos válidos.
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Otras Versiones:
  
Siempre y cuando se rechazara aceptar la fuerza del argumento tradicional en favor del Canon Esdras, al menos uno de los acontecimientos debe  admitir que el Canon Judío de los Salmos era indudablemente cerrado antes de la fecha de la traducción del Septuagésimo. Esta fecha es 285 A.C., si aceptamos la autoridad de la Carta de Aristeas (véase SEPTUAGÉSIMO); o, lo más tarde posible 132 A.C., el período en el cual Ben Sirach escribió, en el prólogo a Eclesiastés, que "la ley por sí misma y los profetas y el resto de los libros [es decir el Hagiograha, del cual eran los Salmos] habían sido traducidos al Griego". Ésta era la opinión de Briggs (p. 12), que fija la redacción final del Salterio en medio del segundo siglo A.C.  
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Para otras traducciones, vea [[Versiones de la Biblia]], [[Biblias Rimadas]].
  
La evolución gradual del libro de Salmos ahora es tomada absoluta y generalmente por los críticos como algo ordinario. Su aplicación a los principios de grandes críticas no da lugar a ninguna uniformidad de opinión respecto a los diferentes estratos del Salterio. Presentaremos estos estratos como lo indica el profesor Briggs, probablemente la crítica menos irreflexiva de los que han publicado últimamente las llamadas "ediciones críticas" de los Salmos.
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===Forma Poética===
  
Su método de crítica es el usual; el estándar algo subjetivo de la evidencia interna, él divide algunos salmos, remienda otros, desecha porciones de otros, y los "corrige" todos. Asigna siete salmos a la primera monarquía Hebrea; siete a la monarquía media; trece a la última monarquía; trece a la época de exilio; treinta y tres al primer período persa; dieciséis al período persa medio (los tiempos de Nehemias); once al último período persa; "el gran salmo real del advenimiento" (Salmos 93, 96-100) junto con otros ocho al primer período griego (que comienza con la conquista de Alejandro); cuarenta y dos al último período griego, y al período de Macabeo los Salmos 33, 102 (b), 109 (b), 118, 139 (c), 129 del Salterio Peregrino y 147, 149 del Hallels.  
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A. Paralelismo
  
Según Briggs, de estos salmos y porciones de salmos, treinta y uno son "salmos aparte", es decir, nunca fueron incorporados en un Salterio antes de que fuera publicada la actual redacción canónica. El resto, fue corregido en dos o más de los doce Salterios que marcan la evolución del libro de salmos. La primera colección de salmos fue compuesta por siete Mikhtamim, los "pedazos de oro", del período persa medio.  
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Paralelismo es el principio de balance admitido por todos como el rasgo más característico y esencial de la forma poética de los salmos.  Por sinónimo, sintético, antitético, emblemático, en forma de escalera, o paralelismo introvertido, el pensamiento se balancea con el pensamiento, línea con línea, copla con copla, estrofa con antistrofa, en la construcción lírica de un cuadro poético o imprecación o exhortación.  
  
En el último período persa, trece Maskilim se unieron como colección de meditaciones. En la misma época, fueron corregidos setenta y dos salmos, así como libros de rezo para uso en las sinagogas, bajo el nombre de "David"; de estos, trece tienen en sus títulos referencias a la vida de David, y se piensa que formaron, por sí mismos, una colección anterior. En Palestina en el primer período griego, fueron recolectados once salmos en el Salterio de menor importancia titulado los "hijos de Coré".  
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B. Metro
  
Al mismo tiempo, en Babilonia, doce salmos fueron hechos en un Salterio titulado "Asaf". No mucho después de eso, en el mismo período, el exilio el Salmo 88, junto dos salmos que habían quedado “huérfanos”, el Salmo 66 y el 67, fueron corregidos junto con algunas selecciones de "David," los "hijos de Coré", y "Asaf", para la adoración pública en canciones en la sinagoga; el nombre de este Salterio era "Mizmorim".  
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¿Hay metro en los salmos? Los judíos del siglo I d.C. así lo pensaron. [[Flavio Josefo]] habla de los hexámetros de Moisés (Antiq. II, XVI, 4; IV, VIII, 44) y los trímetros y los tetrámetros y los metros múltiples de las odas e [[himno]]s de [[David]] (Antiq., VII, XII, 3). [[Filo Judeo]] dice que [[Moisés]] había aprendido la "teoría del ritmo y armonía" (De vita Mosis I, 5). Los primeros escritores cristianos expresan la misma opinión. Orígenes (murió en 254) dice que los salmos están en trímetros y los tetrámetros (En Salmo 118(117); cf. Card. Pitra, "Sacros de Analecta", II, 341); y [[Eusebio de Cesarea|Eusebio]] (murió en 340), en su "De Praeparatione evangelica ", XI, 5 (P.G., XXI, 852), habla de los mismos metros de David. San Jerónimo (420), en "Praef. ad Eusebii chronicon" (P.L., XXVII, 36), encuentra yámbicos, alcaicos, y sáficos en el Salterio; y escribiendo a Paula (P.L., XXII, 442), él explica que los salmos acrósticos 111(110) y 112(111) están compuestos de trimetros yámbicos, mientras que los salmos acrósticos 119(118) y 145(144) son tetrámetros yámbicos.  Los exegetas modernos no están de acuerdo sobre este asunto. Por un tiempo, algunos no admitirían ningún metro en los salmos.  Davison (Hast., "Dict. la Biblia ", s. v.) escribe: "aunque el metro o métrica no es perceptible en los salmos, no se entiende que el ritmo esté excluido". Este ritmo, sin embargo, "desafía el análisis y la sistematización". Driver ("Introducción a la Literatura del Antiguo Testamento", Nueva York, 1892, 339) no admite en la [[lengua y literatura hebreas|poesía hebrea]] "ningún metro en el sentido estricto del término". Los [exégesis bíblica|exégetas que encuentran metro en los salmos son de cuatro [[escuelas]], según expliquen el metro por cantidad, por el número de sílabas, por el acento, o por ambos cantidad y acento.  
  
Un Salterio importante, el Elohist, Salmos 42-83 (41-82), se asume que pudo haber sido compuesto, en Babilonia, durante el período griego medio, selecciones de "David", de "Coré", de "Asaf" y de "Mizmorim"; el nombre se debe al uso de Elohim  evitando a Yahvéh en estos Salmos.  
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(1) Los defensores del criterio métrico de cantidad latino y griego según aplicado a la poesía hebrea son Francis Gomarus, en "Davidis lyra", II (Lyons, 1637), 313; Marque Meibom, en "davidis psalmi X" (Amsterdam, 1690) y en otras dos obras, que reclaman haber aprendido su sistema del metro hebreo por [[revelación]] Divina; Guillermo Jones, "Poeseos Asiaticae commentariorum" (Leipzig, 1777), intentó forzar palabras hebreas en los metros árabes.  
  
Al mismo tiempo, en Palestina, un libro de oración fue compuesto por 54 "Mizmorim, de 16 salmos" de David ", 4 "de Coré", y 1 "de Asaf"; de este  importante Salterio nace el nombre del "Director". Las Hallels, o de Alleluiatico, canciones de alabanza, fueron compuestas en un Salterio para el servicio del templo en el período griego. Estos salmos tienen aleluyas (alabanzas ye Yah) al principio (Salmos 111, 112), o al final (Salmos 104, 105, 115, 117), o en ambos, al principio y al final (Salmos 106, 113, 135, 146-150).  
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(2) el número de sílabas fue tomado como criterio del metro por Hare, "Psalmorum liber in versiculos metrice divisus"  (Londres, 1736); él hizo todos los pies disílabos, el metro trocaico en una línea de un número par de sílabas, yámbico en una línea de un número impar de sílabas. El sistema masorético fue rechazado, el siriaco puesto en su lugar. Esta opinión encontró su principal defensa en los escritos del erudito Profesor Gustav de [[Universidad de Innsbruck|Innsbruck]]; y en los " Metrices biblicae” de [[Gustav Bickell]] (Innsbruck, 1879), " Suplementum ad Metr. Bibl." (Innsbruck), " Carimina veteris testamenti metrice" (1882), " Dichtungen der Hebraer" (1882-84). Gerard Gietmann, S. J., "De re mentrica Hebraeorum" (Br de Freiburg im, 1880); A. Rohling, "Das Solomonische Spruchbuch" (Maguncia, 1879); H. Lesetre, "Le livre des psaumes " (París, 1883); J. Knabenbauer, S. J., en "Job” (París, 1885), p. 18; F. Vigouroux, " Manual Bíblico", II, 203, todos han seguido los pasos de Bickell más o menos cercanamente.  Hay hechos patentes contra este sistema. La cantidad de palabras se hace variar arbitrariamente.  El hebreo es tratado como el siriaco, un dialecto tardío del arameo---que no lo es; de hecho, incluso la poesía siríaca posterior no midió sus líneas por el número de sílabas. Posteriormente el Masora señaló la estructura métrica por acentos; por lo menos el soph pasuk y athnah indican líneas completas o dos hemistiquios.  
  
El Septuagésimo contiene un Aleluya también al comienzo, en cuanto a las formas de alabanza en los Salmos 105, 107, 114, 116, 119, 136. Briggs incluye como Hallels todos éstos excepto el 118 y el 119, "el anterior da una canción triunfal a Macabeo, el último la gran alabanza alfabética de la ley". Como el "Salterio Peregrino" fue el de menor importancia del período Griego (Salmos 120-134), una colección de "canciones del peregrinaje", de las "Canciones de Ascenso", o de los "Salmos Graduales", que los peregrinos cantaron mientras iban a Jerusalén para los tres grandes banquetes.  
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(3)  El acento es el principio determinante en el metro hebreo según C.A. Anton, "Conjectura de metro Hebraeorum" (Leipzig, 1770), "Vindiciae disput. de metr. Hebr." (Leipzig, 1771), "Specimen editionis psalmorum" (Vitebsk, 1780); Leutwein, "Versuch einer richtigen Theorie von der biblischen Verkunst" (1775); Ernst Meier, "Die Form der hebraischen Poesie nachgewiesen" (Tübingen, 1853); Julius Ley, "Die Metrischen Formen der hebraischen Poesie" (Leipzig, 1886); "Ueber die Alliteration im Hebraischen" in "Zeitsch. d. Deutsch. Morgenlandisch. Ges.", XX, 180; J. K. Zenner, S.J., "Die Chorgesange im Buche der Psalmen" (Freiburg im Br., 1896), y en muchas contribuciones a "Zeitsch. fur kathol. Theol.", 1891, 690; 1895, 373; 1896, 168, 369, 378, 571, 754; Hontheim, S.J., en "Zeitsch. fur kathol. Theol.", 1897, 338, 560, 738; 1898, 172, 404, 749; 1899, 167; Dr. C. A. Briggs, en "El Libro de los Salmos", en "Comentario Crítico Internacional" (New York, 1906), p. XXXIX, y en muchas otras publicaciones enumeradas allí; Francis Brown, "Medidas de la Poesía Hebrea: en "Revista de Literatura Bíblica", IX, 91; C. H. Toy, "Proverbios" en "Internat. Crit. Comm." (1899); W. R. Harper, "Amos and Hosea" in "Internat. Crit. Comm." (1905); Cheyne, "Salmos" (Nueva York), 1892; Duhm, "Die Psalmen" (Freiburg im Br., 1899), p. XXX.  Esta teoría es la hipótesis que mejor trabaja junto con el totalmente esencial principio del paralelismo; le hace mucho menos [[violencia]] al texto masorético que cualquiera de las anteriores teorías. No le impone las sílabas masoréticas en las ranuras que son latinas, griegas, árabes o arameas. Es independiente del cambio de acento; y postula apenas una cosa, un número fijo y armonioso de acentos a la línea, sin importar el número de sílabas. Esta teoría de un metro tónico y no silábico tiene también a su favor que el acento es el principio determinante en las poesías [[Egipto|egipcia]], [[Babilonia|babilónica]] y [[Asiria|asiria]] antiguas.
  
B. La Visión Católica
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(4) En los últimos años el péndulo de las teorías métricas hebreas ha girado sobre la cantidad; la silábica no debe ser completamente descuidada.  Hubert Grimme, en "Grundzuge der Hebraischen Akzent und Volkallehre", Friburgo, 1896, y "Psalmenprobleme" (1902), construye el metro principalmente sobre el principio tónico, al mismo tiempo considera las “morae” o pausas debido a la cantidad. Schlogl, "De re metrica veterum Hebraeorum" (Viena, 1899), defiende la teoría de Grimme. Sievers, "Metrische Studien" (1901), también admite las sílabas no acentuadas para la consideración métrica; así como Baethgen, "Die Psalmen" (Gottingen, 1904), p. 27.  
  
El extenso de los textos, no resuelve la aprobación de los católicos. Ellos admiten fácilmente la sucesiva redacción de los salmos, con tal que la doctrina de inspiración de las Santas Escrituras no sea impugnada. La doctrina de la inspiración tiene respeto por los Salmos como están puestos en los cánones, y no impide a los católicos admitir las diferentes redacciones del Salterio anteriores a la actual redacción; de hecho, la redacción litúrgica sin inspiración uniforme de los salmos no sería contraria a lo que enseña la iglesia en materia de inspiración, siempre y cuando el redactor haya preservado intacto y absolutamente inalterado el significado del Texto Sagrado.  
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C. Otras características
  
La Comisión Bíblica (de mayo 1 de 1910) no admite que la actual redacción contiene muchos salmos de Macabeo; ni tampoco Delitzsch, Perowne, Renan, y muchos otros críticos eruditos. "Hay muchos salmos de esa época, es difícil pensar que no hay marcas de dicción y estilo” (Guía, "introducción a su literatura del Antiguo Testamento", Nueva York, 1892, 365). Los Salmos 44, 74, 79 y 83, que Delitzsch y Perowne en los argumentos históricos admiten ser macabeos, ocasionalmente a Davison (Hastings, "Dict. de la Biblia ", IV, 152) "aparecen dificultades indiscutibles de  lugar en el segundo y tercer libro".  
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Las aliteraciones y asonancias son frecuentes. Los salmos acrósticos o alfabéticos son 9-10(9a y 9b), 25(24), 34(33), 37(36), 111(110), 112(111), 119(118), 145(144). Las letras del alfabeto comienzan líneas sucesivas, cuplés o estrofas. En el Salmo 119(118) la misma letra comienza ocho líneas sucesivas en cada uno de las veintidós estrofas alfabéticas.  En los Salmos 13(12), 29(28), 62(61), 148 y 150 la misma palabra o palabras se repiten muchas veces. Las rimas, por la repetición del mismo sufijo, están en los Salmos 2, 13(12), 27(26), 30(29), 54(53), 55(54), 142(141), etc.; estas rimas ocurren en los extremos de líneas y en pausas cesurales.  Las líneas fueron agrupadas en estrofas y antistrofas, comúnmente en pares y tríos, raramente en mayores múltiplos; ocasionalmente una estrofa independiente, como el epodo del coro griego, fue utilizado entre una o más estrofas y las antistrofas correspondientes. La palabra Selah marca casi invariablemente el final de una estrofa. El significado de esta palabra y su propósito es todavía una pregunta discutible. Pensamos que originalmente provino de "lanzar", y significa "un derribamiento", "una postración".  Durante el cántico antifonal de los salmos, los [[sacerdote]]s tocaban sus trompetas para marcar el final de una estrofa, y a una señal los dos coros, o la gente o ambos se postraban (cf. Haupt, "Expository Times", Mayo,1911). El principio del paralelismo determinó estos arreglos de las líneas. Koster, en "die Psalmen nach ihrer strophischen Anordnung" (1837), distingue varias clases de paralelismo en línea y medias líneas, sinónimos, antitéticos, sintéticos, idénticos, introvertidos.  Zenner, S. J., en su " Chorgesange im Buche der Psalmen" (Br de Freiburg im, 1896) ha arreglado muy hábilmente muchos de los salmos como odas corales, cantados por dos o tres coros. Hermann Wiesmann, S. J., en "Die Psalmen nach dem Urtext" (Munster, 1906), ha aplicado los principios métricos de Zenner, y revisado y publicado las últimos traducciones y estudios de los salmos. Este trabajo toma gran libertad con el Texto Sagrado, y últimamente (1911) ha sido puesto en el Índice.  
  
No hay pruebas que éstos ó cualquier otro  Salmo sea macabeo. La Comisión Bíblica no niega que los salmos sean de este tipo; permite que este abierta la  pregunta. En materia de redacción, permite que "para la liturgia o música u otras razones desconocidas, los salmos pudieron haber sido divididos o ensamblados juntos" en el curso del tiempo; y "hay otros salmos, como el Miserere mei  Deus [Salo 51.] que, para que puedan ajustarse mejor a las circunstancias históricas y a las solemnidades de la gente judía, fueron levemente reeditados y cambiados por omisión o adición de un verso o dos, siempre y cuando la inspiración del texto entero permaneciera intacta".
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===Belleza Poética===
  
Eso es lo importante; la doctrina de la inspiración de las Santas Escritura debe sufrir lo menos posible. ¿Cómo, entonces, la doctrina es la inspiración de todo el texto y se mantiene intacta? ¿Los anteriores escritos fueron inspirados? Por ninguna autoridad de la iglesia no se ha determinado nada en esta materia. Nos inclinamos a la opinión, que el significado los Salmos como fueron escritos originalmente, fueron inspirados por Dios y de forma semejante cada redacción fue inspirada recolectando y corrigiendo las canciones de Israel hasta que el escritor inspirado, las unió en su forma actual.
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Las palabras extravagantes de [[Alfonso de Lamartine]] en "Viaje a Oriente" son clásicas: "Lisez de l'Horace ou du Pindare apres un Psaume! Pour moi, je ne le peux plus" Uno se pregunta si Lamartine leyó alguna vez un salmo original. Criticar los salmos como literatura es muy difícil. Su texto nos ha llegado con muchas pérdidas en cuanto a la forma poética. Los autores variaban mucho en estilo. Su belleza literaria no se debe juzgar comparándolos con la poesía de Horacio y de Pindar. Es con los himnos de los antiguos Egipto, Babilonia y Asiria con lo que debemos comparar las canciones de Israel. Esos [[himno]]s antiguos son crudos y rudos al lado de los salmos. Incluso los imprecatorios salmos 18(17), 35(34), 52(51), 59(58), 69(68), 109(108), 137(136), esos himnos nacionales tan llenos del [[amor]] de Israel y casi sorprendentes por su [[odio]] a los enemigos de Yahveh y de Israel, si se leen desde el punto de vista de los escritores, son sublimes, vívidos, brillantes, entusiastas, aunque exagerados, estallidos poéticos, ejemplos de una "seriedad y veracidad muy altas”, tal como [[Aristóteles]] nunca habría encontrado en una canción de Babilonia o de Sumeria.   Si sus tonos son de alabanza o de culpa, de dolor o de [[felicidad|alegría]], de humillación o de exaltación, de meditación profunda o de dogmatismo didáctico, siempre y por todas partes los escritores de los salmos son dignificados y magníficos, leales a los ideales del pueblo elegido de [[Yahveh]], espiritual y piadoso. La gama de pensamiento es inmensa. Abarca en Yahveh, su templo, culto, sacerdotes, [[creación]]; hombre, amigo y enemigo; bestias, pájaros; toda la naturaleza, animada e inanimada. La gama de emociones es completa; cada emoción del hombre que es pura y noble ha sido plasmada en palabras en los salmos. Como ejemplo de la belleza poética, añadimos el famoso Salmo 23(22), traducido del hebreo. El poeta habla primero en su propia [[persona]], luego a la manera de la oveja. La repetición del primer cuplé como una estancia es sugerida por Zenner y muchos comentaristas, para completar la envoltura del poema, o el paralelismo introvertido el paralelismo de la estructura estrófica:
 
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===El TEXTO===
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Los salmos fueron escritos originalmente en cartas hebreas, así como nosotros vemos solamente monedas y algunas inscripciones lapidarias; el texto ha venido a nosotros en Cartas Arameas. Solamente unas versiones nos dan una idea del texto pre-Masorético. Hasta el momento no se ha descubierto ningún  pre-Masorético de los Salmos.
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El texto Masorético (MSS) se ha preservado en más de 3400 MSS., de los cuales ninguno es anterior al siglo noveno y solamente nueve o diez son anteriores al siglo duodécimo (véase los MANUSCRITOS DE LA BÍBLIA). Este MSS. representa dos variantes leves de la tradición -- los textos de Ben Asher  y de Ben Neftalí. Sus variaciones son un pequeño momento en la interpretación de los Salmos. El estudio de la estructura rítmica de los Salmos, junto con las variaciones entre Massorah y las versiones, ha aclarado que nuestro texto Hebreo está lejos de ser perfecto, y que sus puntos son a menudo incorrectos.
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Los esfuerzos de los críticos por perfeccionar el texto son ocasionalmente debidos más a perspicaz conjetura. Se elige el molde métrico; entonces el salmo es forzado a adaptarse a él. Era mejor dejar el texto en sus condiciones imperfectas que hacerlos peores por un trabajo basado en acción de adivinar. El decreto de la Comisión Bíblica se dirige a ésos a quiénes las imperfecciones en el texto Masorético son una ocasión, aunque no excusa, para las incontables enmiendas conjeturales, ocasionalmente salvajes e imaginarios, que son hoy en día de la corriente como críticos exegésicos de los Salmos.
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===VERSIONES===
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====Griega====
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La principal versión de los salmos es el Septuagésimo. Se preserva con nosotros en Cod. U, Brit. Mus. Pap. 37, Siglo séptimo, conteniendo los Salmos 10-33; Leipzig Pap., siglo cuarto, conteniendo los Salmos 29-54;  , Cod. Sinaiticus, siglo cuarto, completo; B. Cod. Vaticanus, siglo cuarto, completo, excepto, los Salmos 105, v.27- 137, v.6; A, Cod. Alexandrinus, siglo quinto, completo excepto los Salmos 49, v.19 - 76, v.10; I, Cod. Bodleianus, siglo noveno, completo; y en muchos otros MSS más recientes. La versión del Septuagésimo es de gran valor en la exégesis de los Salmos.
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Proporciona las lecturas pre-Masoréticas que son claramente preferibles a las del Massoretes. Nos trae  un nuevo texto por lo menos del  siglo segundo A.C. A pesar del servilismo en las palabras y  construcciones hebreas, un servilismo que existió probablemente en la Alejandría Griega de los judíos de este período, el traductor de los Salmos del Septuagésimo demuestra un excelente conocimiento del hebreo, y miedo para no cambiar la carta y no cambiar el significado de su original. Las versiones Griegas de Aquila del segundo-siglo D.C, Symmachus, y de Theodotion son exactas  solo en algunos fragmentos; estos fragmentos son prueba de un texto más parecido  nuestro Massoretic.
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====Latina====
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Sobre la mitad del segundo siglo el contenido del Septuagésimo fue traducido al latín. De este antiguo latín, o Versión Ítala, tenemos solamente algunos MSS. y las citaciones de los Padres Latinos. A petición del Papa San Damasus I, D.C. 383, San. Jerónimo revisó el Ítala y lo acerco al Septuagésimo. Su revisión fue rápidamente distorsionada así que él se quejó, "plus antiquum errorem quam novam emendationem valere" (P.L., XXIX, 117).
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Éste es el “Salterio Romano" del San Jerónimo; se utiliza en la recitación de los Oficios en San Pedro, Roma, y en el Misal. La corrupción de su primera traducción condujo a San Jerónimo a emprender una nueva traducción de la edición de Hexapla del Septuagésimo. En Belén él trabajó con gran cuidado, antes de D.C. 392.  Indicó con asteriscos las partes del texto hebreo que habían sido omitidas por el Septuagésimo y pidió prestado el Theodotion;  marcó con símbolos el “obelus” (  )  las partes del Septuagésimo que no estaban en hebreo. Estas marcas críticas fueron omitidas completamente, con el correr del tiempo.
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Esta traducción es el "Salterio gallican"; es parte de la Vulgata. Una tercera traducción latina de los salmos, fue hecha del texto hebreo, con el Hexapla de Origen y otras versiones antiguas, fue terminada por San Jerónimo al final del siglo cuarto en Bethlehem. Esta versión es de gran valor en el estudio del Salterio. El Dr. Briggs dice: "a diferencia el H. y G., su evidencia es especialmente valiosa como para dar la opinión del mejor erudito bíblico de épocas antiguas en cuanto al texto original, basado en el uso de una abundancia de material crítico en posesión de cualquier otro crítico, anterior o posteriormente" (p. 32).
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====Otras versiones====
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Para otras traducciones, considerar las VERSIONES DE LA BÍBLIA; BÍBLIAS RIMADAS.
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===FORMA POÉTICA===
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A. '''Paralelismo'''
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Paralelismo (q. v.) es el principio del balance admitido por todos por ser la característica más peculiar y más esencial de la forma poética de los salmos. Por sinónimo, sintético, antitético, emblemático, el estilo que pareciera seguir como escalas en ascenso, o introvertido; el paralelismo, se balancea con el pensamiento, línea con línea, copla con copla, estrofa con antiestrofa, una construcción lírica de un cuadro poético o de imprecisión o exhortación.
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B. '''Metro'''
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¿Hay metro o métrica en los Salmos? Los judíos del primer siglo D.C. así lo pensaron. Flavius Josephus habla de los hexámetros de Moisés (Antiq. II, 16, 4; IV, 8, 44) y los trímetros y los tetrámetros y los metros múltiples,  las odas e himnos de David (Antiq., VII, XII, 3). Philo dice que Moisés había aprendido la "teoría el ritmo y armonía" (De vita Mosis I, 5). Los recientes escritores cristianos expresan la misma opinión. Origen (d. 254) dice que en los salmos están los trímetros 254 y los tetrámetros (Salmo 118; cf. Card).
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Pitra, "Sacros de Analecta", II, 341); y Eusebius (d. 340), en su " De Praeparatione evangelica ", XI, 5 (P.G., XXI, 852), habla de los mismos metros de David. San
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Jerónimo (420), en "Praef. ad Eusebii chronicon"(P.L., XXVII, 36), encuentra yámbicos, Alcaicos, y Sáficos en el Salterio; y, escribiendo a Paula (P.L., XXII, 442), él explica que los Salmos acrósticos 111 y 112 (110 y 111) están compuestos de trimetros yámbicos, mientras que los Salmos acrósticos 119 y 145 (118 y 144) son tetrámetros yámbicos. En esta materia los exegetas modernos no están de acuerdo. Por un tiempo, algunos no admitirían ningún metro en los salmos.
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Davison (Hast., "Dict. la Biblia ", s. v.) escribe: "aunque el metro o métrica no es perceptible en los salmos, no considera que el ritmo está excluido". Este ritmo, sin embargo, "desafía análisis y sistematización". Conductor ("Introd. a Lit. de Antiguao Testamento", Nueva York, 1892, 339) la poesía hebrea no admite "ningún metro en el sentido terminante del término". Los exegetas que encuentran metro en los Salmos son de cuatro escuelas, según lo explican, el metro hebreo por cantidad, por el número de sílabas, por acento, o por cantidad y acento.
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(1) Los defensores del estándar métrico latino y griego en relación a la poesía hebrea son Francis Gomarus, en el "lyra de Davidis", II (Lyons, 1637), 313; Marque Meibom, en el "psalmi X de Davidis" (Amsterdam, 1690) y en otros dos trabajos, que demandan haber aprendido el sistema del metro hebreo por la revelación Divina; Guillermo Jones, "commentariorum de Poeseos Asiaticae" (Leipzig, 1777),  intentó forzar palabras hebreas en los metros árabes.
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(2) el número de sílabas fue tomado como estándar del metro por Hare, "liber de Psalmorum en divisus del metrice de los versículos" (Londres, 1736); él hizo todos los pies disílabos, el metro trocaico en una línea de un número par de sílabas, yámbico en una línea de un número impar de sílabas.
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El sistema de Masorético fue rechazado, el Siriaco puesto en su lugar.  Esta opinión, parece haber encontrado su principal defensa en las escrituras del profesor Gustav de Innsbruck; y en los " Metrices biblicae” de Bickell (Innsbruck, 1879), " Suplementum ad Metr. Bibl." (Innsbruck), " Carimina veteris testamenti metrice" (1882), " Dichtungen der Hebraer" (1882-84). Gerard Gietmann, S. J., "De re mentrica Hebraeorum" (Br de Freiburg im, 1880); A. Rohling, "Das Solomonische Spruchbuch" (Maguncia, 1879); H. Lesetre, " Le livre des psaumes " (París, 1883); J. Knabenbauer, S. J., en "Job” (París, 1885), p. 18; F. Vigouroux, " Manual Bíblico", II, 203, hace todo por seguir de cerca los pasos de Bickell. Contra este sistema algunos hechos son patentados. La cantidad de palabras varían arbitrariamente.
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Tratan al hebreo como Siriaco, un último dialecto del arameo -- que no es; en efecto, incluso la reciente poesía de Siria no midió sus líneas por el número de sílabas. Posteriormente el Massorah observó la estructura métrica por acentos; por lo menos el soph pasuk y athnah indica líneas completas o dos hemísticos.
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(3) El acento es el principio de determinación del metro hebreo según C. A. Antón, "Conjectura de metro Hebraeorum" (Leipzig, 1770), "Vindiciae disput  de metr. Hebr." (Leipzig, 1771), " Spécimen editionis psalmorum" (Vitebsk, 1780); Leutwein, "Versuch einer richtigen Theorie von der biblischen Verkunst" (1775); Ernst Meier, "Die Form der hebraischen Poesie nachgewiesen" (Tubingen, 1853); Julio Ley, "Die Metrischen Formen der hebraischen Poesie" (Leipzig, 1886); " Ueber die Alliteración im Hebraischen" en "Zeitsch. d. Deutsch.
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Morgenlandisch. Ges. ", XX, 180; J. K. Zenner, S. J., "Die Chorgesange im Buche der Psalmen " (Br de Freiburg im, 1896), y . de muchas contribuciones a "Zeitsh fur kathol. Theol.", 1891, 690; 1895, 373; 1896, 168, 369, 378, 571, 754; Hontheim, S. J., en "Zeitsch.fur kathol. Theol. ", 1897, 338, 560, 738; 1898, 172, 404, 749; 1899, 167; El Dr. C. A. Briggs, en "El Libro de los Salmos", en "comentario crítico internacional" (Nueva York, 1906), p. 39, y en muchas otras publicaciones tales como las de  "Medidas de la poesía hebrea: en el "Diario de la literatura bíblica", IX, 91; C. H. Toy, "Proverbios" en "Internat. Crit. Comm." (1899); W. R. Harper, "Amos y Hosea" en "Internat. Crit. Comm." (1905); Cheyne, "Salmos" (Nueva York), 1892; Duhm, "Die Psalmen" (Br de Freiburg im, 1899), p. xxx. Esta teoría es la mejor hipótesis de funcionamiento junto con el principio esencial del paralelismo; es menos violenta que el texto de Masorético y que cualquiera de las teorías anteriores.
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No fuerza las sílabas de Masorético en los surcos que son latinos, griego, árabe, o el arameo. Es independiente de cambiar de lugar el acento; y postula apenas una cosa, un número fijo y armonioso de acentos en línea, sin importar el número de sílabas. Esta teoría es un tónico y no un metro silábico.  Tiene esto, también, en su favor que el acento es la principal determinación en poesía egipcia, babilónica, y asiria antigua.
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(4) En los últimos años el péndulo de teorías métricas hebreas ha hecho pivotar sobre la cantidad; de no descuidar completamente la necesidad silábica. Hubert Grimme, en "Grundzuge der Hebraischen Akzent und Volkallehre", Freiburg, 1896, y "Psalmenprobleme" (1902), construye principalmente el metro sobre el principio tónico, al mismo tiempo considera las pausas debido a la cantidad. Schlogl, "De re metrica  veterum Hebraeorum" (Viena, 1899), defiende la teoría de Grimme. Sievers, "Metrische Studien" (1901), también toma en las sílabas inacentuadas para la consideración métrica; así como Baethgen, "Die Psalmen" (Gottingen, 1904), p. 27.
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C. Otras características
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Alteraciones y asonancias son frecuentes. Acrósticos o los Salmos alfabéticos son el 9-10, 25, 34, 37, 111, 112, 119, 145 (9, 24, 33, 36, 110, 111, 118, 144). Las letras del alfabeto comienzan líneas sucesivas, coplas, o estrofas. En el Salmo 119 (118) la misma letra comienza ocho líneas sucesivas en cada uno de las veintidós estrofas alfabéticas. En los Salmos 13, 29, 62, 148 y 150 (12, 28, 61, 147 y 149) la misma palabra o palabras se repiten muchas veces. Las rimas, por la repetición del mismo sufijo, están en los Salmos 2, 13, 27, 30, 54, 55, 142, etc. (2, 12, 26, 29, 53, 54, 141, etc.); estas rimas ocurren en los extremos de líneas y en pausas.
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Las líneas fueron agrupadas en estrofas y antiestrofas, comúnmente en pares y tríos, raramente en mayores múltiplos; ocasionalmente una estrofa independiente, a manera de coro griego, fue utilizado entre una o más estrofas y las antiestrofas correspondientes. La palabra Selah (  ) marca casi invariable el final de una estrofa. El significado de esta palabra y de su propósito sigue siendo una pregunta discutible. Pensamos que originalmente fue  (de  , "lanzar"), y significa"  lanzar abajo de ", en el sentido de "en postración".
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Durante el cántico de los salmos, los sacerdotes tocaron sus trompetas para marcar el final de una estrofa, y a una señal los dos coros, o la gente se postraban (cf. Haupt, "Expository Times", Mayo,1911). El comienzo del paralelismo determinó estos arreglos de las líneas. Koster, en "die Psalmen nach ihrer strophischen Anordnung" (1837), distingue varias clases de paralelismo en línea y las media-líneas, sinónimos, antitético, sintético, idénticos, introvertidos. Zenner, S. J., en su " Chorgesange im Buche der Psalmen" (Br de Freiburg im, 1896) tiene varios arreglos muy listos; muchos de los salmos como odas corales, cantados por dos o tres coros. Hermann Wiesmann, S. J., en "Die Psalmen nach dem Urtext" (Munster, 1906), ha aplicado los principios métricos de Zenner, y revisado y publicado las últimos traducciones y estudios de los salmos. Este trabajo toma gran libertad con el Texto Sagrado, y (1911) ha sido puesto en el índice.
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===LA BELLEZA POÉTICA===
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Las palabras extravagantes de Lamartine en "Viaje a Oriente" son clásicas: "Lisez de l'Horace ou du Pindare apres un Psaume! Pour moi, je ne le peux plus"Uno se pregunta si Lamartine leyó alguna vez un salmo original. Criticar los salmos como literatura es muy difícil. Su texto nos ha alcanzado con muchas pérdidas en la forma poética. Los autores variaron mucho su estilo.  
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Su belleza literaria no se debe juzgar por la comparación con la poesía de Horacio y de Pindar. Es con los himnos de Egipto antiguo, de Babilonia, y de Asiria con lo que debemos comparar las canciones de Israel. Esos himnos antiguos son crudos y rudos. Incluso los imprecatorios Salmos 18, 35, 52, 59, 69, 109, 137 (17, 34, 51, 58, 68, 108, 136), esos himnos nacionales muestran por completo el amor de Israel y su odio por los enemigos de Yahvéh y de Israel, si son leídos bajo el punto de vista de los escritores, son sublimes, vivos, brillan intensamente, entusiastas, aunque exagerados, los arrebatos poéticos, casos de una "seriedad más alta y una verdad más alta", de no ser por ellos, por ejemplo, Aristóteles nunca habría encontrado la canción de Babilonia o de Sumeria.  
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Sus tonos son los de la alabanza o de la culpa, del dolor o de la alegría, de humillación o de exaltación, de meditación profunda o de dogmatismo didáctico, siempre y por todas partes los escritores de los salmos son dignificados y magníficos, verdades a los ideales de la gente elegida de Yahvéh, espirituales y piadosos. La gama del pensamiento es inmensa. Toma en Yahvéh, su templo, culto, sacerdotes, creación; hombre, amigo y enemigo; bestias, pájaros; toda la naturaleza, lo animado e inanimado.  
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La gama de emociones es completa; cada emoción del hombre que es pura y noble ha fijado las palabras en los salmos. Como caso de la belleza poética, se tiene el famoso Salmo 23 (22), traducido del hebreo. El poeta habla primero en su propia persona a la manera de oveja. La repetición de las primeras coplas es sugerida por Zenner y muchos comentaristas, terminar la sobre-forma del poema, o introvertir el paralelismo de la estructura en estrofas:  
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El Poeta:  
 
El Poeta:  
  
1. Yahvéh es mi pastor;
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1. Yahveh es mi pastor; nada me falta.  
Nada me faltará.
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Las ovejas:
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2. En lugares de delicados pastos me hará descansar;
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a aguas inmóviles él me condujo;
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3. Confortará mi alma;
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me guía por sendas de justicia
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por amor de su nombre.
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4. Aunque ande en valle
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La oveja:
de la sombra de la muerte,
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no temeré daño alguno;
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porque Tú estarás conmigo,
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tu vara y tu cayado me infundirán aliento.
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5. Aderezarás la mesa delante de mí,
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2. Por prados de fresca hierba me apacienta.  Hacia las aguas de reposo me conduce.
en la presencia de mis enemigos;  
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3. y conforta mi alma; me guía por senderos de justicia, en gracia de su nombre.
unges mi cabeza con aceite;
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4. Aunque pase por valle tenebroso, ningún mal temeré, porque Tú vas conmigo; tu vara y tu callado, ellos me sosiegan.
mi copa está rebosando.
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5. Tú preparas ante mí una mesa frente a mis adversarios; unges con óleo mi cabeza, rebosante está mi copa.  
  
 
El Poeta:  
 
El Poeta:  
  
6. OH Dios el bien y la misericordia me han seguido
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6. Sí, dicha y gracia me acompañarán todos los días de mi vida; mi morada será la casa de Yahveh a lo largo de mis días. Yahveh es mi pastor, nada me falta.
todos los días de mi vida,
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yo iré de nuevo a la casa de Yahvéh
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y allí moraré por largos días.  
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Yahvéh es mi pastor;
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nada me faltará…es todo lo que deseo.
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===EL VALOR TEOLÓGICO===
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===Valor Teológico===
  
Las ideas teológicas de los salmos son comprensivas; la existencia y los atributos de Dios, del deseo vivo del alma para la inmortalidad, de la economía de la tolerancia y de las virtudes, muerte, juicio, cielo, infierno, esperanza de la resurrección y de la gloria, del miedo al castigo -- todas las principales verdades dogmáticas de la fe de Israelaparecen repetidas varias veces en su Salterio.  
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Las ideas teológicas de los salmos son extensas; la existencia y los [[atributo]]s de Dios, del deseo vivo del [[alma]] por la [[inmortalidad]], la economía de la [[gracia]] y las [[virtud]]es, muerte, juicio, [[cielo]], [[infierno]], esperanza de [[Resurrección General|resurrección]] y de [[gloria]], [[miedo]] al [[castigo]]---todas las principales [[verdad]]es dogmáticas de la [[fe]] de Israel aparecen repetidas varias veces en su Salterio.  Estas verdades no se establecen en forma dogmática, sino en el simple e infantil anhelo lírico del alma ingenua, de nuevo en arrebatos más sublimes y vehementes de los cuales es capaz la [[naturaleza]] [[hombre|humana]]. Los salmos son a la vez lo más humano y lo más sobrehumano; se hunden a las profundidades más bajas del corazón humano y se elevan a las cimas más elevadas de la contemplación divina.  Tan humanos son los salmos imprecatorios que hacen que algunos se preguntan cómo pueden haber sido inspirados por [[Dios]]. Con seguridad Yahveh no pudo haber inspirado al cantante que rogó:  "Mas los que tratan de perder mi alma, ¡caigan en las honduras de la tierra!  ¡Sean pasados al filo de la espada, sirva de presa a los chacales.” (Salmo 63(62),10-11.
  
Estas verdades se establecen no en forma dogmática, sino en el deseo vivo lírico simple e infantil del alma ingenua, en los arrebatos más altos y más vehementes de los cuales la naturaleza del hombre es capaz. Los salmos son definitivamente los más humanos y los más sobrehumanos; se hunden a las profundidades más bajas del corazón humano y se elevan a las alturas de la contemplación divina. Tan humanos son los salmos que muchas veces podemos preguntarnos cómo pueden haber sido inspirados por Dios. Con seguridad Yahvé no pudo haber inspirado al cantante que rogó:
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Tal objeción se basa en un malentendido. La perfección de los consejos de [[Jesucristo|Cristo]] es una cosa, la meta del buen [[levitas|levita]] es otra.  Los ideales del Sermón de la Montaña son de más alta espiritualidad que los ideales de los salmos imprecatorios. Aun así, los ideales de los salmos imprecatorios no son malos---no, son buenos, son divinos en su origen y autoridad. Los salmos imprecatorios son himnos nacionales; expresan la cólera de una nación, no de un individuo.  La [[humildad]], mansedumbre y el perdón del enemigo son virtudes en un individuo; no necesariamente de una nación; de ningún modo del Pueblo Escogido de Yahveh, la gente que sabía por revelación que Yahveh deseaba que ellos fuesen una gran nación y debían expulsar a sus enemigos de la tierra que Él les dio.  Su gran amor nacional por su propia gente postuló un gran amor nacional por Yahveh. El amor por Yahveh postuló un odio a los enemigos de Yahveh, y en la economía teocrática del pueblo judío, los enemigos de Yahveh eran los enemigos de Israel. Si tenemos en [[mente]] este propósito nacional, y no olvidamos que toda poesía, y especialmente la poesía [[semitas|semítica]], es altamente coloreada y exagerada, no nos escandalizaremos por la falta de misericordia en los escritores de los salmos imprecatorios.
  
"En cuanto a aquellos que planean destruir mi alma, a las profundidades de la tierra ellos deberán ir; la espada empuñada deberán entregar; Presa de los chacales ellos se convertirán ". -- el salmo 83:10-11 (82:10-11)  
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Las principales ideas [[teología dogmática|teológicas]] de los salmos son aquéllas que se refieren a [[la Encarnación]]. ¿Hay salmos mesiánicos? Sin la ayuda del poder interpretativo auténtico de [[la Iglesia]] y sin hacer caso al consenso de los Padres, los [[protestantismo|protestantes]] generalmente han venido considerando los salmos como no mesiánicos ya sea en el significado literal o típico; la más antigua interpretación mesiánica es descartada como trivial y gastada.  Delitzsch admite solamente el Salmo 110(109) como mesiánico en su significado literal.  Cheyne niega tanto el significado mesiánico literal como el típico en los salmos ("Origen de los Salmos", 339). Davison (Hast., loc. Cit.) dice, "puede ser que el Salterio contiene apenas un solo ejemplo de [[profecía]] mesiánica directa". Los [[católico]]s siempre han sostenido que algunos de los salmos son mesiánicos en el significado, ya sea literal o típico. (vea [[Encarnación]]; [[Jesucristo]]; [[Mesías]]).  El [[Nuevo Testamento]] claramente relaciona algunos salmos al Mesías.  Los Padres son unánimes al interpretar muchos salmos como profecías de lo venidero, del reino, del [[sacerdocio]], de la Pasión, de la Muerte y de la [[Resurrección de Jesucristo]].  El advenimiento del Mesías se predice en los salmos 18(17), 50(49), 68(67), 96(95) – 98(97).  [[San Pablo]] (Ef. 4,8) interpreta la [[Ascensión]] de Cristo al cielo con las palabras del Salmo 68(67),19, descripción de la ascensión de Yahveh después de conquistar el mundo.  El reino del Mesías se predice en los salmos 2, 18(17), 20(19), 21(20), 45(44), 61(60), 72(71), 89(88), 110(109), 132(131); el [[sacerdocio]] en el salmo 110(109).  La Pasión y Muerte del Mesías están claras en los sufrimientos del siervo de Yahveh en los Salmos 22(21), 40(39), 69(68).  El salmo 22(21) fue recitado en parte, quizás enteramente, por Cristo en la Cruz; el salmista describe como suyas propias las emociones y sufrimientos del Mesías. Por lo tanto la Comisión Bíblica (1 de mayo de 1910) rechaza la opinión de los que eliminan el [[carácter]] mesiánico y profético de los salmos y refieren sólo a la futura heredad del pueblo escogido aquellas palabras que son profecías referentes a Cristo. Cf. Maas, "Cristo en Tipo y profecía" (Nueva York, 1893).
  
Tal objeción se basa en un malentendido. La perfección de los consejos de Cristo es una cosa, la puntería del buen Levita es otra. Los ideales del Sermón de la Montaña son de más alta espiritualidad que los ideales del Salmo de imprecación. Con todo, los ideales del Salmo imprecatorio no son malos -- son buenos, son Divinos en su origen y autoridad. Los salmos imprecatorios son himnos nacionales; expresan la cólera de una nación, no de un individuo.
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===Uso Litúrgico===
  
Humildad, mansedumbre y el perdón del enemigo son virtudes en un individuo; no necesariamente de una nación; pero no significa que Yahvéh escoja lo nacional, la gente que conoce que Yahvéh quería una gran nación y debían sacar a sus enemigos de la tierra que Él les dio. Su gran amor nacional para su propia gente postuló un gran amor nacional para Yahvéh. El amor para Yahvéh postuló un odio a los enemigos de Yahvéh, y, para la forma teocrática de la gente judía, los enemigos de Yahvéh eran los enemigos de Israel.  
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A. [[Liturgia]]  Judía:  Ya se ha hablado del uso de los salmos en la liturgia judía. Vea también los artículos [[Sinagoga]] y [[Templo de Jerusalén|Templo]].
  
Si llevamos este propósito nacional en mente, y nos olvidamos de que toda la poesía, y especialmente la poesía de semítica, coloreada y exagerada, no nos darán una sacudida eléctrica en la carencia de la misericordia en los escritores de los salmos imprecatorios. Las principales ideas teológicas de los Salmos son las que tienen respeto a la encarnación. ¿Hay Salmos Mesiánicos? Unidad por la energía autentica que interpretaba la iglesia y del consenso de los padresHan venido Protestantes generalmente admirar sobre los salmos como non-Mesiánico en el significado literal o típico; la interpretación más antigua de Mesiánico se descartada por gastada. Delitzsch admite solamente el Salmo 110 (109) para ser Mesiánico en su significado literal.  
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B.  Liturgia Cristiana:  El uso litúrgico [[cristianismo|cristiano]] del Salterio data del tiempo de Cristo y sus [[los Apóstoles|Apóstoles]].  Él recitó los Aleluyas en la última [[Pascua]]; los salmos 113(112) – 114(113a) antes de la [[Última Cena]] y los salmos 115(113b) – 118(117) después de eso; el salmo 22(21) fue recitado en su agonía; citas autorizadas de otros salmos aparecen en sus discursos y en los de sus apóstoles (cf. Lc. 20,42; 24,44; Hch. 1,20).  Los apóstoles utilizaban los salmos en su [[culto cristiano|culto]] (cf. Hch. 16,25; Stgo. 5,14; 1 Cor. 14,26). El servicio litúrgico más antiguo fue tomado del Salterio. San Pablo representa a los cristianos efesios, en toda apariencia, salmodiando, un coro respondiéndole a otro. “Recitad entre vosotros salmos, himnos y cánticos inspirados; cantad y salmodiad (psallontes) en vuestro corazón al Señor, dando gracias (eucharistountes) por todas las cosas” (Ef. 5,19). Probablemente se refiere al ágape [[Eucaristía|Eucarístico]].  Una referencia similar referencia se encuentra en [[Epístola a los Colosenses|Col.]] 3,16. [[San Basilio el Grande|San Basilio]] (P.G., XXXII, 764) habla de este salmodiar en dos coros---antipsallein allelois.  Se dice ([[Sócrates]], “Historia de la Iglesia”, VI.8) que [[San Ignacio de Antioquía]] introdujo en la Iglesia de [[Antioquía]] la [[costumbre]] de salmodiar, o cántico antifonal. Esta costumbre de la sinagoga parece haber pasado desde [[Siria]] a [[Palestina]] y Egipto, a [[Asia Menor]], [[Constantinopla]] y a Occidente[[San Ambrosio]] fue el primero en inaugurar en Occidente el cántico de los salmos en dos coros (cf. Batiffol, “Histoire du breviaire romain”, 1893). En el Propio de los Tiempos (Proprium de Tempore) del [[rito romano]], todos los salmos son cantados una vez a la semana, algunos, dos veces y otros, más a menudo. En [[maitines]] y [[laudes]], de acuerdo con la numeración de la Vulgata, son cantados los salmos 1-111(110), excepto unos pocos que son fijos para prima y otras horas; en [[vísperas]] se recitan los salmos 112(111) -  147(146-147), excepto unos pocos fijados para otras horas. La gran alabanza alfabética de la Ley, salmo 119(118), está distribuido entre las horas prima, [[tercia]], sexta y nona.  Tanto los [[Orden Benedictina|benedictinos]], [[Orden Franciscana|franciscanos]], [[Orden Carmelita|carmelitas]] y [[Orden de Predicadores|dominicos]], quienes tienen sus propios [[rito]]s, todos cantan el Salterio una vez a la semana; los [[Compañía de Jesús|jesuitas]] siguen el ritual romano
  
Cheyne niega lo Mesiánico literal y típico que significan los salmos ("origen del Salmo ", 339). Davison (Hast., localización CIT.) dice, "puede derivarse ya sea que el Salterio contiene apenas un solo caso del profético directo o mesiánico". Los católicos han sostenido siempre que algunos de los salmos son mesiánicos en el significado, literal o típico. (cf. ENCARNACIÓN; JESUCRISTO; MESIAS.) El nuevo testamento se refiere claramente en ciertos salmos al Mesías. Los padres son unánimes en interpretar muchos salmos como profecías de venir, del reino, del sacerdocio, de la pasión, de la muerte, y de la resurrección del Mesías.  
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En el [[rito latino]], los salmos 6, 32(31), (38)37, (51)50, 102(101), 130(129), 143(142) ([[Biblia de Douay|Douay]]) han sido recitados por largo tiempo, en el orden expuesto, como oraciones de contrición por el [[pecado]]; son gritos líricos del alma doliente y por lo tanto han sido llamados “salmos [[penitencia]]les”. El [[Papa Inocencio III]] (1198-1216) ordenó su recitación durante la [[Cuaresma]]. Fue el [[Papa San Pío V]] (1566-1572) quien estableció la costumbre, la cual ya no es de [[obligación]] general, por medio de la cual los salmos llegaron a ser parte del oficio [[feria|ferial]] de los viernes de Cuaresma.  
  
El venir del Mesías se predica en los Salmos 18, 50, 68, 96-98 (17, 59, 67, 95-97). San Pablo (efesios 4, 8) interpreta la ascensión de Cristo al cielo en las palabras del Salmo 68, v.18, descripción de la ascensión  de Yahvéh después de conquistar el mundo. El reino del Mesías se predice en los Salmos 2, 18, 20, 21, 45, 61, 72, 89, 110, 132 (2, 17, 19, 20, 44, 60, 71, 88, 109, 131); el sacerdocio en el Salmo 110. La pasión y la muerte del Mesías están claras en los sufrimientos del criado de Yahvéh en los Salmos 22, 40, 69 (21, 39, 68).  
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El rito ambrosiano, el cual aún todavía se usa en la [[catedral]] de [[Milán]], distribuye los salmos en dos semanas. Los [[ritos oriental]]es en unión con [[Roma]] ([[melquitas]], [[maronitas]], sirio, caldeo, cóptico, etíope, etc.) junto con las Iglesias Orientales [[herejía|heréticas]], todos mantienen la recitación de los salmos como su [[Oficio Divino]].  
  
El Salmo 22 fue utilizado en parte, quizás enteramente, por Cristo en la cruz; el salmista describe como son sus propias emociones y los sufrimientos los del Mesías. Por lo tanto la Comisión bíblica (del 1 de mayo de 1910) rechaza la opinión de los que eliminan el Mesiánico y el carácter profético de los Salmos y se refieren solamente a la porción futura de la gente elegida en relación a estas palabras que son profecías referentes a Cristo. Cf. Maas, "Cristo en tipo y profecía" (Nueva York, 1893).
 
  
===USO LITÚRGICO===
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'''Bibliografía''':  Naturalmente, la bibliografía sobre los salmos es enorme y sólo puede señalarse una pequeña parte.
  
A. -- El uso de los Salmos en la liturgia judía se ha abordado en algunos artículos SINAGOGA; TEMPLO.  
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Padres Griegos: ORÍGENES, Selecta En Salmos en P.G., XII. 1043; IDEM, Homilia en Salmos en P.G., XII, 1319; IDEM, Originis Hexaplorum quae supersunt, ed. FIELD; EUSEBIO, Comentario sobre los Salmos en P.G., XXIII, 65; XXIV, 9; SAN ATANASIO, Epist. Ad Marcellinum en P.G., XXVII, 11; IDEM, Exégesis sobre los Salmos en P.G., XXVII, 55; IDEM, De Titulis Psalmorum en P.G., XXVII, 645; SAN BASILIO, Homiliae in Pss. en P.G., XXIX, 209; SAN DÍDIMO DE ALEJANDRIA en P.G., XXIX, 1155; SAN GREGORIO DE NISA en P.G., XLIV, 431, 608; SAN JUAN CRISÓSTOMO en P.G., LV, 35, 527; SAN CIRILO DE ALEJANDRIA en P.G., LXIX, 699; TEODORETO en P.G., LXXX, 857.
  
B. – El uso litúrgico cristiano de las fechas del Salterio data a partir de la época de Cristo y de su Apóstoles. El recitado de la Pascua judía, los Salmos 113-114 antes de la Última Cena, los Salmos 115-118  después de eso; El Salmo 22 era las Últimas Palabras; las autoridades citan otros salmos que aparecen en sus discursos y otros de sus Apóstoles (cf. Lucas 20, 42; 24, 44; Hechos 1, 20). Los apóstoles utilizaron los salmos en actos de veneración (cf. Hechos 16, 25; Santiago 5, 14; I Cor. 14, 26). El más antiguo servicio litúrgico fue tomado de los salmos. San Pablo se dirige a los cristianos efesios en términos de los salmos:  un coro respondiéndole a otro. “Hablando los unos a los otros con salmos, himnos y canciones espirituales, con sus corazones hacia el Señor, dando gracias por todas las cosas” (Efesios 5, 19). Probablemente también la reunión eucarística se refiere a ello. Similar referencia se encuentra además en Cor. 3, 16. St Basil (P.G., XXXII, 764).  Allí se habla de salmos en dos coros -- antipsallein allelois.
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Padres Latinos: SAN AMBROSIO, Enarrationes En XII Salmos en P.L., XIV, 921; SAN JERÓNIMO, Liber Psalmorum juxta hebraicam veritatem en P.L., XXVIII, 1123; IDEM, Excerpta de Psalterio (Maredsous, 1895); IDEM, Epistolae en P.L., XXII, 433, 441, 837; IDEM, Breviarium in Psalmos en P.L., XXVI, 821; SAN AGUSTÍN, Enarrationes in Pss. en P.L., XXXVII, 67; IDEM, Expositio in Pss. C-CL in P.L., LI, 277; CASIODORO en P.L., LXX, 9.
  
Se dice que la costumbre del uso de salmos en veneración y cánticos, habría sido introducida en la iglesia de Antioquia por San Ignacio (Sócrates, “Hist. Eccl.”, VI, viii).  Desde Siria, esta costumbre de las sinagogas parece haber pasado a Palestina y Egipto, y de allí a Asia Menor, Constantinopla y occidente.  San Ambrosio fue el primero en inaugurar en occidente el cántico de los salmos en dos coros (cf. Batiffol, “Histoire du breviaire romain”, 1893)En el Propio de los Tiempos (Proprium de Tempore) del rito romano, todos los salmos son cantados una vez a la semana, algunos son cantados dos veces y otros de manera más frecuente.  En Matins and Lauds, y de conformidad con la numeración de la Vulgata, son cantados los salmos 1-110, con excepción de unos que corresponden a una forma fija en las horas.  La gran alabanza alfabética de la ley, de salmos 118, está distribuido en el tiempo prima, tercia, sexta y nona.
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Comentaristas de la Edad Media: BEDA, PEDRO LOMBARDO, SANTO TOMÁS, SAN BUENAVENTURA y otros de la Edad Media dependen principalmente de los Padres para sus interpretacionesNICOLAS DE LIRA, en su Postilla, y el judío converso, PABLO, ARZOBISPO DE BURGOS, en sus Adiciones a la Postilla, nos da mucha de la interpretación rabínica.
  
Tanto los benedictinos, franciscanos, carmelitas y dominicos, quienes tienen sus propios ritos, cantan el total de salmos una vez a la semana.  Los jesuitas siguen el ritual romano.  En el rito latino, los salmos 6, 31, 37, 50, 101, 129,142 (Douai) son recitados extensamente, siguiendo el orden expuesto.  Su seguimiento se hace como oraciones de pena por el pecado.  Ellos son cantos de pena por el dolor del alma y son llamados “salmos penitenciales”.  Su rezo durante la cuaresma fue ordenado por Inocencio III (1198-1216).  Fue Pío V (1566-1572) quien estableció la costumbre, ahora ya sin obligación generacional, por medio de la cual los salmos llegaron a ser parte del oficio de cada vienes de Cuaresma.  
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Modernos: BELARMINO, Explicación sobre los Salmos (1611), fue por mucho el mejor comentador sobre los salmos hasta los tiempos recientes, pues usó métodos científicos en el criticismo textual; SCHEGG, Die Psalmen (Munich, 1845); ROHLING (1871); THALHOFER (Ratisbona, 1904); WOLTER, Psallite Sapienter (Freiburg im Br., 1904); BICKELL, Der Psalter (1884); VAN STEENKISTE (1870); PATRIZI, Cento Salmi tradotti e commentati (1875); MINOCHI, I Salmi tradotti del Testo Ebreo (1895); LE HIR, Les Psaumes traduits de l'hebreu en latin avec la Vulgate en regard (Paris, 1876); LESETRE (Paris, 1883); FILLION, Les Psaumes commentes selon la Vulgate et l'Hebreu (Paris, 1893); CRAMPTON (1889); PANNIER (1908); ZENNER-WIESMANN, Die Psalmen nach dem Urtext (Munster, 1906); NIGLUTSCH (Trent, 1905); EATON, Sing ye to the Lord (Londres, 1909); HOBERG, Die Psalmen nach der Vulgata (Freiburg, 1892); M'SWINEY, Psalms and Canticles (St. Louis, 1901).
  
El rito ambrosiano, el cual aún se observa en la catedral de Milan, incluye el distribuir los salmos cada dos semanas.  Los ritos orientales junto con los de Roma (Melquita, Maronita, Sirio, Caldeo, Cóptico y Aético, etc.) que se siguen junto a componentes heréticos de las iglesias orientales, mantienen la tradición de recitar los salmos como parte del Divino Oficio.
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Protestantes: los comentarios de DE WETTE (1811-56); HITZIG (1863-65); OLSHAUSEN (1853); HUPFELD (1855-88); EWALD (1839-66); DELITZSCH (1895); DUHM (Friburgo im Br., 1899); BAETHGEN (Gottingen, 1904); CHEYNE (New York, 1892); Comentario Crítico Internacional, ed. BRIGGS (New York, 1907), el mejor de los comentadores no católicos sobre los Salmos; KIRKPATRICK en la Biblia de Cambridge (1893-95).
  
Naturalmente, la bibliografía sobre los salmos es enorme y sólo puede señalarse una pequeña parte.  Greek Fathers: ORIGEN, Selecta en Psalmos en P.G., XII. 1043; IDEM, Homiliae en Psalmos en P.G., XII, 1319; IDEM, Originis Hexaplorum quae supersunt, ed. FIELD; EUSEBIUS, Comm. en Salmos en P.G., XXIII, 65; XXIV, 9; ST. ATHANASIUS, Epist. Ad Marcellinum en P.G., XXVII, 11; IDEM, Exegeses en Psalmos en P.G., XXVII, 55; IDEM, De Titulis Psalmorum en  P.G., XXVII, 645; ST. BASIL, Homiliae en Pss. en  P.G., XXIX, 209; ST. DIDYMUS OF ALEXANDRIA en P.G., XXIX, 1155; ST. GREGORY OF NYSSA en P.G., XLIV, 431, 608; ST. JOHN CHRYSOSTOM en P.G., LV, 35, 527; ST. CYRIL OF ALEXANDRIA en P.G., LXIX, 699; THEODORETUS en  P.G., LXXX, 857. Latin Fathers: ST. AMBROSE, Enarrationes en XII Psalmos en  P.L., XIV, 921; ST. JEROME, Liber Psalmorum juxta hebraicam veritatem en P.L., XXVIII, 1123; IDEM, Excerpta de Psalterio (Maredsous, 1895); IDEM, Epistolae en  P.L., XXII, 433, 441, 837; IDEM, Breviarium en  Psalmos en  P.L., XXVI, 821; ST. AUGUSTINE, Enarrationes en  Pss. en  P.L., XXXVII, 67; IDEM, Expositio en  Pss. C-CL en  P.L., LI, 277; CASSIODORIUS en  P.L., LXX, 9. Commentators of the Middle Ages: BEDE, PETER LOMBARD, ST. THOMAS, ST. NICHOLAS OF LYRA, en  su Postilla, y en la conversion del judío PAUL, ARCHBISHOP OF BURGOS, brinda mucha de la interpretación rabínica. Modernos: BELLARMINE, Explanatio en  Psalmos (1611), fue significativamente el major comentario sobre los salmos en los tiempos recientes.  Utiliza métodos científicos y de crítica de texto. SCHEGG, Die Psalmen (Munich, 1845); ROHLING (1871); THALHOFER (Ratisbon, 1904); WOLTER, Psallite Sapienter (Freiburg im Br., 1904); BICKELL, Der Psalter (1884); VAN STEENKISTE (1870); PATRIZI, Cento Salmi tradotti e commentati (1875); MINOCHI, I Salmi tradotti del Testo Ebreo (1895); LE HIR, Les Psaumes traduits de l'hebreu en latin avec la Vulgate en regard (Paris, 1876); LESETRE (Paris, 1883); FILLION, Les Psaumes commentes selon la Vulgate et l'Hebreu (Paris, 1893); CRAMPTON (1889); PANNIER (1908); ZENNER-WIESMANN, Die Psalmen nach dem Urtext (Munster, 1906); NIGLUTSCH (Trent, 1905); EATON, Sing ye to the Lord (London, 1909); HOBERG, Die Psalmen nach der Vulgata (Freiburg, 1892); M'SWINEY, Psalms and Canticles (St. Louis, 1901).  Protestants: the commentaries of DE WETTE (1811-56); HITZIG (1863-65); OLSHAUSEN (1853); HUPFELD (1855-88); EWALD (1839-66); DELITZSCH (1895); DUHM (Freiburg im Br., 1899); BAETHGEN (Gottingen, 1904); CHEYNE (New York, 1892); International Critical Commentary, ed. BRIGGS (New York, 1907), se trata de los mejores comentarios no católicos de los salmos; KIRKPATRICK en  Cambridge Bible (1893-95).  
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'''Fuente''':   Drum, Walter. "Psalms." The Catholic Encyclopedia. Vol. 12. New York: Robert Appleton Company, 1911<http://www.newadvent.org/cathen/12533a.htm>.
  
WALTER DRUM
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Traducido por Luz María Hernández Medina y Giovanni E. Reyes.
Transcrito por Thomas M. Barrett
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Traducción al castellano de Giovanni E. Reyes.
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Última revisión de 13:47 30 ago 2009

El Salterio, o Libro de los Salmos, es el primer libro de las “Escrituras” (Kethubhim o Hagiographa), es decir, la tercera sección de la actual Biblia hebrea impresa. En esta sección de la Biblia hebrea el orden canónico de los libros ha variado substancialmente, mientras que en las secciones primera y segunda, es decir, en la Ley y los Profetas, los libros han estado siempre casi en el mismo orden. La lista Talmúdica (Baba Bathra 14b) coloca el libro de Rut antes que los Salmos. San Jerónimo encabeza las “Escrituras” con los Salmos, en su “Epístola ad Paulinum” (P.L. XXII, 547), con Job en su “Prólogo Galeatus” (P.L., XXVIII, 555). Muchos manuscritos masoréticos, especialmente españoles, comienzan las “Escrituras” con Paralipómenos o Libros de las Crónicas. Los manuscritos masoréticos alemanes han liderado el ordenamiento del libro en el Kethubhim de la Biblia Hebrea moderna. La Versión de los Setenta coloca los Salmos como el primero entre los Libros Sapienciales. Estos últimos libros en el “Códice Alejandrino” pertenecen a la tercera sección y siguen a los Profetas. La Vulgata clementina tiene los Salmos y los Libros Sapienciales en la segunda sección, después de Job. Este artículo tratará sobre el nombre de los Salmos, su contenido, los autores, su canonicidad, texto, versiones, forma poética, belleza poética, valor teológico y uso litúrgico.

Nombres

El Libro de los Salmos tiene varios nombres en los textos hebreos, en Los Setenta y en la Vulgata.

A. El nombre hebreo es “alabanzas” (de “alabar”) o “libro de alabanzas”. San Hipólito conocía este último nombre, quien escribió “Habraioi periegrapsanten biblon Sephra theleim” (ed. Lagarde, 188). Hay alguna duda respecto a la autenticidad de este fragmento. Sin embargo, no puede haber duda en cuanto a la transliteración Spahrthelleim por Orígenes (P.G., XII, 1084); y “sephar tallim, quod interpretatur volumen hymnorum” por San Jerónimo (P.L., XXVIII, 1124). El nombre “alabanzas” no indica el contenido de todos los Salmos. Solamente el Salmo 145(144) es titulado “alabanza”. Un sinónimo hallel, en el ritual judío posterior, fue dado a cuatro grupos de cánticos de alabanzas, Salmos 104(103) – 107(106); 111(110) - 117(116); 135(134) – 136(135); 146(145) - 150. No sólo estas canciones de alabanza, sino la colección de salmos constituyen un manual para el servicio del Templo---un servicio principalmente de alabanza, de ahí que el nombre “Alabanzas” fue dado al manual mismo.

B. Los manuscritos de los Salmos en Los Setenta dicen psalmoi, salmos, o psalterion, salterio. La palabra salmos es una traducción que ocurre en los títulos de cincuenta y siete salmos. Salmos, en griego clásico significa el tañido de las cuerdas de un instrumento musical, su equivalente en hebreo (de “afinar”) significa un poema de forma “afinada” y mesurada. Las dos palabras nos muestran que un salmo era un poema con estructura definida para ser cantado con acompañamiento de instrumentos de cuerda. El texto del Nuevo Testamento utiliza los nombres psalmoi (Lc. 24,44) biblos psalmon (Lc. 20,42; Hch. 1,20) y Daveid (Hb. 4,7).

C. La Vulgata siguió el texto griego y traduce psalmi, liber psalmorum. De igual modo, la Biblia siria llama a la colección Mazmore.

Contenido

El libro de los Salmos contiene 150 salmos, dividido en 5 libros; junto con cuatro doxologías y los títulos de la mayoría de los salmos.

Número

Las Biblias hebreas impresas listan 150 salmos. Algunos manuscritos masoréticos tienen menos. Los antiguos manuscritos de los Setenta (Códice Sinaítico, Códice Vaticano y Códice Alejandrino dan 151, pero establecen claramente que el último salmo no es canónico. “Este salmo fue escrito por David con su propia mano y está fuera de número”, exothen tou arthmou. La Vulgata sigue la numeración de Los Setenta pero omite el Salmo 151. En el siguiente esquema se pueden ver las diferencias en la numeración del texto hebreo y la Vulgata:

  • Hebreo 1-8 = Los Setenta/Vulgata 1-8
  • Hebreo 9-10 = Los Setentaa/Vulgata 9
  • Hebreo 11-112 = Los Setenta/Vulgata 10-111
  • Hebreo 113 = Los Setenta/Vulgata 112
  • Hebreo 114-115 = Los Setenta/Vulgata 113
  • Hebreo 116 = Los Setenta/Vulgata 114-115
  • Hebreo 117-146 = Los Setenta/Vulgata 116-145
  • Hebreo 147 = Los Setenta/Vulgata 146-147
  • Hebrero 148-150 = Los Setenta/Vulgata 148-150

En el curso de este artículo, seguiremos la numeración hebrea y entre paréntesis la de Los Setenta y la Vulgata. Cada numeración tiene sus defectos; ninguna es preferible a la otra. La diferencia entre los textos Masoréticos y Los Setenta es significativa debido a la negligencia gradual de la forma poética original de los salmos, esta negligencia fue ocasionada por los usos litúrgicos y por el descuido de los copistas. Todos admiten que los salmos 9 y 10 eran originalmente un solo poema acróstico, que fueron erróneamente separados por Masora y correctamente unidos por Los Setenta y la Vulgata. Por otra parte el Salmo 144(143) se compone de dos canciones: los versos del 1-11 y del 12-15. Los salmos 42(41) y 43(42) demuestran, por la identidad del tema (anhela la casa de Yahveh), la estructura métrica y el estribillo (cf. Heb. Salmo 42,6.12; 43,5), que son tres estrofas de uno y el mismo poema. El texto hebreo está correcto al contar como uno el salmo 116 (114 + 115) y el salmo 147(146 + 147). Posteriormente el uso litúrgico parece haber dividido éstos y no pocos otros salmos. Zenner (¨Die Chorgesange im Buche der Psalmen”, II Friburgo im Br., 1896) ingeniosamente combina lo que él juzga eran las odas corales originales: salmos 1, 2, 3, 4; 6 + 13(12); 9 + 10(9); 19(18), 20(19), 21(20); 46(45) + 47(46); 69(68) + 70(69); 114 + 115(113); 148, 149, 150. La forma original del salmo 14(13) + 70(69) parece haber sido una oda coral. Las dos estrofas y el epodo son el salmo 14(13): las dos antistrofas son el Salmo 70(69) (cf. Zenner-Wiesmann, “Die Psalmen nach dem Urtext”, Munster, 1906, 305). Es significativo que, al romperse la oda original, cada porción se deslizó dos veces al Salterio: salmo 14(13) = 53(52), Salmo 70(69) = 40(39),14-18. Otros salmos duplicados son el salmo 108(107),2-6 = salmo 57(56),8-12; salmo 108(107),7-14 = Salmo 60(59),7-14; Salmo 71(70),1-3 = Salmo 31(30),2-4. La Comisión Bíblica (1 de mayo de 1910) reconoce que esta pérdida de la forma original de algunos de los salmos se debió a los usos litúrgicos, negligencia de los copistas u otras causas.

División

El Salterio esta dividido en cinco libros. Cada libro, salvo el último, termina con una doxología. Estas formas litúrgicas difieren levemente. Todos concuerdan que las doxologías al final de los primeros tres libros no tienen relación con los cánticos originales a los cuales han sido añadidos. Algunos consideran que la cuarta doxología fue siempre una parte del Salmo 106(105) (cf. Kirkpatrick, “Salmos”, IV y V, p. 6363). Preferimos, con Zener-Wiesmann (op.cit., 76) clasificarlo como una doxología pura y simple. El quinto libro no tiene necesidad de una doxología añadida. En el salmo 150, si compuesto como tal o no, sirve el propósito de una grandiosa doxología que lleva adecuadamente el Salterio a su final.

Los cinco libros del salterio se componen como sigue:

  • Libro I: Salmos 1 – 41(40); doxología, salmo 41(40),14.
  • Libro II: Salmos 42(41) – 72(71); doxología, salmo 72(71),18-20.
  • Libro III: Salmos 73(72) – 89(88); doxología, salmo 89(88),53.
  • Libro IV: Salmos 90(89) – 106(105); doxología, salmo 106(105),48
  • Libro V: Salmos 107(106) – 150; sin doxología.

En el texto masorético, la doxología es seguida inmediatamente por un adjetivo ordinal que indica el número del siguiente libro; no así en Los Setenta y la Vulgata. Esta división del Salterio en cinco partes pertenece a la tradición judía primitiva. El Midrash en el salmo 1 nos dice que David dio a los judíos cinco libros de salmos correspondientes a los cinco libros de la ley dada a ellos por Moisés. Esta tradición fue aceptada por los primeros Padres. Hipólito, en el fragmento dudoso antes mencionado, llama al Salterio y sus cinco libros un segundo Pentateuco (ed. Lagarde, 193). San Jerónimo defiende la división en su importante "Prologus Galeatus" (P.L., XXVIII, 553) y en la Ep. CXL (P.L., XXII, 11, 68). Escribiendo a Marcela (P.L., XXIII, 431), él dice: "In quinque siquidem volumina psalterium apud Hebraeos divisum est". Sin embargo, él contradice esta declaración en su carta a Sofronio (P.L., XXVIII, 1123): "Nos Hebraeorum auctoritatem secute et maxime apostolorum, qui sempter in Novo Testamento psalmorum librum nominant, unum volumen asserimus".

Títulos

En el Salterio hebreo, todos los salmos, excepto treinta y cuatro, tienen títulos simples o bastante complejos. La Versión de los Setenta y la Vulgata proveen títulos a la mayoría de los treinta y cuatro salmos que carecen de títulos hebreos. Estos últimos, llamado los "salmos huérfanos" por la tradición judía, se distribuyen así en los cinco libros del Salterio:

  • Libro I: Tiene 4: salmos 1, 3, 10(9b), 33(32) De éstos, el salmo 10 es una porción del salmo 9; el salmo 33(32) tiene título en Los Setenta y la Vulgata..
  • Libro II: Tiene 2: Salmos 43(42), 71(70). De éstos, el salmo 43 es una porción del salmo 42.
  • Libro III no tiene.
  • Libro IV: Tiene 10: Salmos 91(90), 93(92) - 97(96), 99(98), 104(103) - 106(105). Todos éstos tienen título en Los Setenta y la Vulgata.
  • Libro V: Tiene 18: Salmos 107(106), 111(110) – 119(118), 135(134) – 137(136), 146(145) – 150. De éstos, el salmo 112(111) tiene título en la Vulgata, el salmo 137(136) en los Setenta y Vulgata; el cuasi-título hallelu yah precede a nueve 111(110) – 113(112), 135(134), 146(145) - 150); el equivalente griego Allelouia precede a otros siete [107(106), 114(113a), 116(114-115) – 119(118) y 136(135)]. Sólo el salmo 115(113b) no tiene título ni en la hebrea ni en Los Setenta.
Significado de los Títulos

Estos títulos nos dicen una o más de cinco cosas sobre los salmos: (a) el autor, o, quizás, la colección; (b) la ocasión histórica de la canción; (c) sus características poéticas; (d) su arreglo musical; y (e) su uso litúrgico.

(a) Títulos que indican el autor

  • Libro I: De sus 41 salmos, tiene cuatro anónimos [salmos 1, 2, 10(9b), 33(32)]. Los otros treinta y siete son davídicos. El salmo 10(9b) es parte del 9; el salmo 33(32) es davídico en Los Setenta; y los Salmos 1 y 2 son prólogos de toda la colección.
  • Libro II: De sus 31 salmos, tiene tres anónimos [Salmos 43(42), 66(65), 71(70)]. De éstos, ocho salmos, 42(41) – 49(48) son “de los hijos de Coré” (libne qorah); el salmo 50(49) es "de Asaf"; los Salmos 51(50) - 72(71) son "del maestro de coro" (lamenaççeah) y el Salmo 72(71) es "de Salomón". El Salmo 43(42) es parte del 42(41); los Salmos 66(65) y 67(66) son davídicos en Los Setenta y la Vulgata.
  • Libro III: De sus 17 salmos, tiene un salmo davídico, 86(85); once "de Asaf", 73(72) – 83(82); cuatro "de los hijos de Coré", 84(83), 85(84), 87(86), 88(87); y uno "de Etán", 89(88). El Salmo 88 se asigna además a Hemán el indígena.
  • Libro IV: De sus 17 salmos, tiene dos salmos davídicos, 101(100) y 103(102), y uno "de Moisés" [90(89)]. Además, Los Setenta asigna a David otros ocho: los salmos 91(90), 93(92) – 97(96), 99(98), 104(103). El resto son anónimos.
  • Libro V: De sus 44 salmos, tiene veintiocho anónimos. Los Salmos 108(107) – 110(109), 122(121), 124(123), 131(130), 133(132), 138(137) – 145(144) son davídicos. El Salmo 127(126) es "de Salomón". Los Setenta y la Vulgata le asignan el Salmo 137(136) a David, los Salmos 146(145) – 148, a Ageo y Zacarías.

Además de estos títulos-nombres de autores y colecciones que están claros, hay muchos nombres que son dudosos.---Lamenaççeah (Setenta, eis to telos; Vulg., in finem; Douay, "hasta el final"; Aquila, to nikopoio, "para el vencedor"; San Jerónimo, victori; Símaco, epinikios, "una canción de victoria"; Teodoción, eis to nikos, "para la victoria") ahora interpretado generalmente como “del maestro de coro”. El Pi'el de la raíz significa en 1 Cr. 15,22, "ser líder" sobre los bajos en el servicio litúrgico del canto (cf. Diccionario Hebreo de Oxford, 664). El título "del maestro de coro" es probablemente análogo al "de David", "de Asaf", etc., e indica una “colección de salmos del maestro de coro”. Esta colección parece haber contenido 55 de nuestros salmos canónicos, de los cuales 39 eran davídicos, 9 coreítas, 5 asáficos y 2 anónimos.

Al-Yeduthun, en los salmos 62(61) y 77(76), donde la preposición al puede llevar a uno a interpretar Yeduthun como un instrumento musical o un tono. En el título del salmo 39(38), "del maestro de coro, de Yeduthun, una canción de David", Yeduthun está sin al y parece ser el antedicho maestro de coro (Menaççeah). Que David tenía tal maestro de coro está claro en 1 Cron. 16,41.

(b) Títulos que indican la ocasión histórica de los salmos

Trece salmos de David tienen tales títulos. Los Salmos 7, 18(17), 34(33), 52(51), 54(53), 56(55), 57(56), 59(58), 142(141) refieren la época cuando Saúl perseguía a David; el Salmo 60(59), a las victorias en Mesopotamia y Siria; el salmo 51(50) a su pecado; los salmos 3 y 63(62) cuando le huía a Absalón.

(c) Títulos que indican las características poéticas del salmo

Mizmor (Setenta, psalmos; Vulg., psalmus; un salmo), palabra técnica no usada fuera de los títulos del Salterio; significa un conjunto de canciones para ser acompañadas por instrumentos de cuerda. Hay 57 salmos, la mayoría de ellos davídicos, con el título Mizmor.

Shir (Setenta, oda; Vulg., Canticum; una canción), un término genérico utilizado treinta veces en los títulos (12 veces junto con Mizmor), y a menudo en el texto de los salmos y de otros libros. En los salmos (42(41),9; 69(68),31; 28(27),7) la canción es generalmente sagrada; en otras partes es una lay lírica (Gén. 31, 27; Isaías, 30, 29), un poema de amor (Cant. 1,1), o una balada báquica (Is. 24, 9; Ecls. 7,5).

Maskil (Setenta, synedeos o eis synesin; Vulg. intellectus o ad intellectum), una forma oscura encontrada en los títulos de 13 salmos [32(31), 42(41), 44(43), 45(44), 52(51), 55(54), 74(73), 78(77), 88(87), 89(88), 144(143)]. (a) Gesenio y otros explican "un poema didáctico", de Hiph´il (cf. Sal. 32(31),8; I Crón. 28,19); pero solamente los Salmos 32(31) y 78(77) son Maskilim didácticos. (b) Ewald, Riehm y otros sugieren "una canción artística hábil", de otros usos del verbo afín (cf. 2 Crón. 30,22; Sal 47(46),7); Kirkpatrick piensa que "un salmo ingenioso" lo hará. Es difícil ver que Maskil es o más artístico o más ingenioso que el Mizmor. (c) Delitzch y otros interpretan "un poema contemplativo"; Briggs, "una meditación". Esta interpretación está garantizada por el uso del verbo afín (cf. Is. 41,20; Job 34,27), y es el único que satisface todo el Maskilim.

Tephillah (Setenta, proseuche; Vulg., oratio; una oración), el título de cinco salmos, 17(16), 86(85), 90(89), 102(101), 142(141). La misma palabra ocurre en la conclusión del Libro II (cf. Sal. 72(71),20), "Fin de las oraciones de David, hijo de Jesé". Aquí Los Setenta hymnoi (Vulg., laudes) señala una mejor lectura, "alabanza".

Tehillah (Setenta, ainesis; Vulg., laudatio; "una canción de alabanza"), es el título sólo del Salmo 145(144).

Mikhtam (Los Setenta, stelographia o eis stelographian; Vulg., tituli inscriptio o in tituli inscriptionem), un término oscuro en el título de seis salmos, 16(15), 56(55) – 60(59), siempre "de David". Briggs ("Salmos", I, LX; Nueva York, 1906) con los [rabi y rabinismo|Rabbis]] deriva este título "de oro". El Mikhtamim son canciones doradas, "artísticas en forma y exquisitas en contenido".

Shiggayon (Los Setenta simplemente psalmos; Vulg., psalmus; Aquila, agnonma; Símaco y Teodoción, hyper agnoias; San Jerónimo, ignoratio o pro ignoratione), ocurre solamente en el título del salmo 7. La raíz de la palabra significa "vagar", "vacilar", por lo tanto, según Ewald, Delitzch, y otros, el título significa una oda ditirámbica con ritmo vacilante, vago.

(d) Los títulos que indican el arreglo musical de un salmo (un sistema especialmente oscuro).

Ocho títulos pueden indicar la melodía del salmo citando las palabras iniciales de una conocida canción.

Nehiloth (Los Setenta y Teodoción, hyper tes kleronomouses; Aquila, apo klerodosion; Símaco, hyper klerouchion; San. Jerónimo, super haereditatibus; Vulg., pro ea guae haereditatem consequitur), aparece únicamente en el salmo 5. Las versiones antiguas correctamente derivan el título de, "heredar"; Baethgen (“Die Psalmen”, 3ra ed., 1904, p. 35) piensa que Nehiloth era la primera palabra de alguna canción antigua; la mayoría de los críticos traducen "con instrumentos de viento" asumiendo erróneamente que Nehiloth significa flautas (cf. Is. 30,29).

Al-tashheth (Los Setenta, Aquila, Símaco, peri aphtharsias, excepto el salmo 75(74), Símaco, peri aphtharsias; San. Jerónimo, ut non disperdas (David humilem et simplicem); Vulg., ne disperdas o ne corrumpas), en los salmos 57(56) – 59(58), 75(74), significa "no destruyan", puede ser el principio de una canción de la vendimia mencionada en Is. 65,8. Símaco otorga, en el título del Salmo 57, peri tou me diaphtheires.

Al-Muth-Labben; (Los Setenta, hyper ton hyphion tou yiou; Vulg. pro occultis filii, "referente a los pecados secretos del hijo"; Aquila, hyper akmes tou hiou, "de la juventud del hijo"; Teodoción, hyper akmes tou hyiou, "referente a la madurez del hijo") en el Salmo 9(9a), probablemente significa “afinando ’la muerte emblanquece’”.

Al-ayyeleth hasshahar (Los Setenta, hyper tes antilepseos tes heothines, Vulg., pro susceptione matutina, "para la ofrenda de la mañana"; Aquila, hyper tes elaphow tes orthines; Símaco, hyper tes boetheias tes orthines, “la ayuda de la mañana"; San Jerónimo, pro cervo matutino), en el Salmo 22 (21), probablemente significa “la cierva de la aurora”.

Al Shoshannim en los salmos 45(44) y 69(68), Shushan-eduth en el salmo 60(59), Shoshannim-eduth en el salmo 80(79) parecen referirse al comienzo de la misma canción, los "lirios" o los "lirios del testimonio". La preposición es al o el. Los Setenta traduce las consonantes hyper ton Alloiothsomenon; Vulg., pro iis qui commutabuntur, "para aquellos que serán cambiados".

Al Yonath elem rehoquim, en el salmo 56(55) significa “colocarse a la paloma del terebinto distante”, o, según las vocales de Masora, “colocarse a ‘la paloma silenciosa de los que se encuentran lejos’". (N. del T.: En la Biblia de Jerusalén traduce esta expresión como “La opresión de los príncipes lejanos.” Y en la nota al calce de este versículo dice: La palabra ‘opresión’ es en hebreo la misma que paloma y así se traduce a veces, pues el salmo habla de opresión.) Los Setenta la interpreta como hyper tou apo ton hagion memakrymmenou; Vulg., pro populo qui a sanctis longe factus est, "para el pueblo que está lejos del santuario". Baethgen (op. Cit., p. XLI) explica que Los Setenta entiende que Israel es la paloma; lee elim para el elem, e interpreta la palabra como dioses o santuario.

'Al Mahalath [Salmo 53(52)] Mahalath leannoth [Salmo 88(87)] es transcrito por Los Setenta Maeleth; por Vulg., pro Maeleth. Aquila lo interpreta como epi choreia, "para la danza"; la misma idea es sugerida por Símaco, Theodoción, Quinta y San Jerónimo (pro choro). La palabra 'Al es la prueba de que las siguientes palabras indican alguna canción conocida con cuya melodía eran cantados los salmos 53(52) y el 88(87).

'Al-Haggittith, en los títulos de los salmos 8, 81(80) y 84(83). Los Setenta y Símaco, hyper ton lenon; Vulg. y San Jerónimo, pro torcularibus, “para los lagares". Ellos leyeron gittoth, plural de gath. El título puede significar que estos salmos debían ser cantados con una melodía para la vendimia. El título masorético puede significar un instrumento filisteo (Targ., "el arpa traída por David de Gat"), o una melodía filistea. Aquila y Teodoción siguen la lectura de Masora y en el salmo 8 traducen el título hyper tes getthitidos; empero Belarmino dice de esta misma lectura que no tiene sentido. ("Explicación de los Salmos” París, 1889), I43).

Un título que probablemente significa la clase de instrumento musical a ser usado. Neginoth (Los Setenta, en psalmois, en el salmo 4, en hymnois en otros lugares; Vulg. in carminibus; Símaco, dia psalterion; San Jerónimo, in psalmis) aparece en los salmos 4, 6, 54(53), 55(54), 67(66), 76(75). La raíz de la palabra significa "para tocar en instrumentos de cuerda" (1 Sam. 16,16-18.23). El título probablemente significa que estos salmos serían acompañados en un cántico litúrgico monótono “con instrumentos de cuerda” exclusivamente. El salmo 61(60) tiene Al Neginath en su título, y quizás para ser cantado con un solo instrumento de cuerdas.

Dos títulos parecen referirse al tono. Al-Alamoth [salmo 46(45)], “puesto para doncellas”, es decir, para ser cantado con una voz de soprano o de falsete. Los Setenta interpreta hyper ton kryphion; Vulg., pro occultis, "para los ocultos"; Símaco, hyper ton aionion, "para el eterno"; Aquila, epi neanioteton; San Jerónimo, pro juventutibus, "para la juventud".

Al-Hassheminith [Salmos 6 y 12(11)], "en octava"; Los Setenta, hiper tes ogdoes; Vulg., pro octava. Se ha conjeturado que "octava" significa una octava más bajo, el registro más bajo o bajo, en contraste con el alto o registro de soprano. En 1 Cr. 15,20-21 se le asignaba a los levitas "con salterios de tonos altos (Alamoth)", otros "con cítaras de octava (Sheminith)" (el registro más bajo).

(e) Títulos que indican el uso litúrgico de un salmo

Hamma'aloth en el título de los salmos 120(119) – 134(133); Los Setenta, ode ton anabathmon; San Jerónimo, canticum graduum, "la canción de las subidas". La palabra se utiliza en Éx. 20,26 para denotar las gradas de que llevaban del atrio de las mujeres al de los hombres en el Templo. El total de gradas eran quince. Algunos comentadores judíos y Padres de la Iglesia lo han interpretado como que en cada uno de los quince escalones se cantaba uno de estos quince Salmos Graduales. Tal teoría no parea con el contenido de estos salmos; ellos no son salmos del templo. Otra teoría, propuesta por Gesenio, Delitzsch y otros, relacionan "las gradas" al paralelismo en forma de escalera de los salmos graduales. Esto paralelismo en forma de escalera no se encuentra en todos los salmos graduales; ni es distintivo de cualquiera de ellos. Una tercera teoría es la más probable. Aquila y Símaco leen eis tas anabaseis, "para las subidas"; Teodoción dice asma al nanabaseon. Éste es un salterio peregrino, una colección de cánticos peregrinos de aquéllos "que suben hacia Jerusalén para las fiestas" (1 Sam. 1,3). Isaías nos dice que los peregrinos subían cantando (Is. 30,29). Los salmos en cuestión serían adecuados para canciones peregrinas. La frase "subir" a Jerusalén (anabainein) parece referirse especialmente a la subida de los peregrinos (Mc. 10,33; Lc. 2,42, etc.). Esta teoría ahora es comúnmente aceptada. Una explicación menos probable es que los salmos graduales eran cantados por aquéllos que "subían" del exilio de Babilonia (Esd. 7,9).

Otros títulos litúrgicos son: "para la acción de gracias", en el Salmo 100(99); "Para hacer memoria", en los Salmos 38(37) y 70(69); "para enseñar", en el salmo 40(39); "para el último día o Fiesta de los Tabernáculos", en los Setenta del salmo 29(28), exodiou skenes; Vulg., in consummatione tabernaculi. El salmo 30(29) se titula "Cántico para la Dedicación de la Casa". El salmo se pudo haber utilizado en la Fiesta de Dedicación del Templo, el Encaenia (Jn. 10,22). Esta fiesta fue instituida por Judas Macabeo (1 Mac. 4,59) para conmemorar la rededicación del Templo después de su profanación por Antíoco. Su título nos demuestra que el salmo 92(91) debía ser cantado en el Sabbath o sábado. Los Setenta titula el salmo 24(23), tes mias sabbaton "para el primer día de la semana"; el salmo 48(47), deutera sabbatou "para el segundo día de la semana"; el salmo 94(93), tetradi sabbaton, "para el cuarto día de la semana"; el salmo 93(92), eis ten hemeran "para el día antes del Sabbath". El latín antiguo titulo el Salmo 81(80), quinta sabbati, "el quinto día de la semana". El Mishna (Tamid, VII, 13) asigna los mismos salmos para el servicio diario del Templo y nos dice que el salmo 82(81) fue para el sacrificio matutino del tercer día (cf. James Wm. Thirtle, "Los Títulos de los Salmos, su Naturaleza y Significado Explicados”, Nueva York, 1905).

Valor de los Títulos

Muchos de los críticos han tildado estos títulos como apócrifos y los han rechazado como no pertenecientes a las Sagradas Escrituras; tales críticos son De Wette, Cheyne, Olshausen y Vogel. Más críticos eruditos protestantes más recientes, tales como Briggs, Baethgen, Kirkpatrick y Fullerton han seguido las líneas de Ewald, Delitzsch, Gesenio y Koster, y le han dado mucha importancia a los títulos, para así aprender más y más sobre los autores, las colecciones, las ocasiones, los arreglos musicales y los propósitos litúrgicos de los salmos.

Los eruditos católicos, mientras que no insisten que el autor de los salmos sobrescribieron los títulos, siempre han considerado estos títulos como parte integral de la Sagrada Escritura. Santo Tomás de Aquino (en el salmo 6) asigna los títulos a Esdras: "Sciendum est quod tituli ab Esdra facti sunt partim secundum ea quae tune agebantur, et partim secundum ea quae contigerunt.” Una declaración del caso tan comprehensiva es apenas atinada; muchos eruditos modernos dan a los títulos una historia más variada. Casi todos, sin embargo, están de acuerdo en considerar como canónicas estas direcciones ocasionalmente oscuras. En esta unanimidad los católicos siguen la tradición judía. La tradición pre-masorética conservó los títulos como Escritura, pero perdió mucho del significado litúrgico y musical, debido probablemente a cambios en el canto litúrgico de los salmos. La tradición masorética ha guardado cuidadosamente todos los títulos que recibió. Hace que los títulos sean parte de las Sagradas Escrituras, conservando sus consonantes, puntos vocales y acentos con el mismo cuidado que se da al resto del Canon Judío.

Los Padres dan a los títulos el mismo respeto y autoridad que le dan al resto de las Escrituras. Ciertamente, la oscuridad de los títulos conduce a menudo a los padres a interpretaciones místicas y muy fantasiosas. San Juan Crisóstomo ("De Compunctione ", II, 4; P.G., XLVII, 415) interpreta hyper tes ogdoes, "para el octavo día", "el día de descanso", "el día de la eternidad". San Ambrosio (en Lucam, V, 6) considera en este título el mismo número místico que él observa en las ocho Bienaventuranzas de San Mateo, en el octavo día como cumplimiento de nuestra esperanza, y el ocho como la suma de todas las virtudes: "pro octava enim multi inscribuntur psalmi". En este asunto de las interpretaciones místicas de los títulos, San Agustín está adelantado de los generalmente literales y realidades de San Ambrosio y Juan Crisóstomo. Con todo, al tratar el valor y autenticidad de los títulos, ningún Padre es más decidido y acertado que el gran obispo de Hipona. Para él los títulos están inspirados en las Sagradas Escrituras. Comentando el título del salmo 51(50), "de David, cuando el profeta Natán le visitó después que aquél se había unido a Betsabé", San Augustín (P.L., XXXVI, 586) dice que es inspirado al igual que la historia de la caída de David, narrada en el Libro Segundo de Samuel (11,1-26); "Utraque Scriptura canonica est, utrique sine ulla dubitatione a Christianis fides adhibenda est”.

Recientemente, algunos eruditos católicos modernos opinan igual que San Agustín sobre este asunto: Cornely, "Specialis Introduction in libros V. T.", II, 85; Zschokke, "Hist. Sacr. V. T. ", 206; Thalhofer, "Erklärung der Psalmen", 7ma ed., 1904, 8; Patrizi, "Cento Salmi", Roma, 1875, 32; Danko, "Historia V. T.", 276; Hoberg, "Die Psalmen der Vulgata", 1892, p. XII. Solamente muy pocos eruditos católicos han negado que los títulos son parte integral de la Sagrada Escritura Gigot, en "Introducciones Especiales al Antiguo Testamento" (New York , 1906), II, 75, cita con aprobación esta negación por Lesêtre, "Le Livre des Psaumes" (París, 1883), p. 1. Barry, en "Tradición de la Sagrada" (Nueva York, 1906), 102, dice: "Es pausible mantener que no pueden ser rechazadas las inscripciones de las cuales los Masora, LXX y la Vulgata dan testimonio”. Pero mirarlos, bajo todas circunstancias, como porciones de la Escritura sería violentar los decretos tridentinos". Debido al peligro que, sin razón grave, estas partes de la Biblia honradas desde antiguo se puedan clasificar como extra-canónicas, la Comisión Bíblica recientemente (1 de mayo de 1910) ha puesto énfasis especial en el valor de los títulos. Del acuerdo que hemos observado entre los títulos de Masora y los de la Versión de los Setenta, de la Vulgata, de Aquila, de Símaco, de Teodoción, de San Jerónimo, etc., la Comisión ha decidido que los títulos son más antiguos que Los Setenta y que han llegado a nosotros, si no por los autores de los salmos, por lo menos por la tradición judía antigua, y que, en este sentido, no se pueden poner en duda, a menos que haya una razón seria contra su autenticidad. De hecho, los mismos desacuerdos que hemos notado nos llevan a la misma conclusión. Para la época en que se escribió Los Setenta, los títulos deben haber sido excesivamente viejos; pues la tradición de su vocalización era ya muy oscura.

Autores de los Salmos

Testimonio de la Tradición

(1) La tradición judía es incierta en cuanto a los autores de los salmos. Baba Bathra (14 f) menciona diez; Pesachim (10) le atribuye todos los salmos a David.

(2) La tradición cristiana es igualmente incierta. San Ambrosio, "en los salmos 43(42) y 47(46)" (P.L., XIV 923), reconoce a David como el único autor. San Agustín, en “Ciudad de Dios”, XVII.14 piensa que todos los salmos son davídicos y que los nombres de Ageo y Zacarías fueron sobrescritos por el poeta en un espíritu profético. San Filastrio, Haer. 130 (P.L., XII, 1259), tilda la opinión contraria como herética. Por otra parte, Orígenes, "In Ps." (P.G., XII, 1066) defendió la pluralidad de autoría; San Hilario de Poitiers, "In Ps. Procem. 2) (P.L., IX, 233); Eusebio, "In Ps. Procem. In Pss. 41, 72” (P.G., XXIII, 74, 368); y muchos otros. San Jerónimo, "Ad Cyprianum, Epist. 140, 4 (P.L., XXII, 1169), dice que "yerran quiénes consideran que todos los salmos son de David y no el trabajo de aquellos cuyos nombres están sobrescritos”.

(3) Este desacuerdo respecto a la autoría de los salmos va desde los Padres a los teólogos. La autoría davídica es defendida por Santo Tomás de Aquino, el judío convertido arzobispo Pablo de Burgos, San Roberto Bellarmine, Alfonso Salmerón, Santa Mariana; la autoría múltiple es defendida por Nicolás de Lira, Cayetano, Sixto Senensis, Jacques Bonfrere, y Giovanni Stefano Menochio.

(4) La Iglesia no ha tomado ninguna decisión sobre este asunto. El Concilio de Trento (Sess. IV, 8 de abril de 1546), en sus decretos sobre las Sagradas Escrituras, incluye "Salterio Davídico, 150 Salmos" entre los libros canónicos. Esta frase no define la autoría davídica más que el número 150, sino que señala solamente el libro, que se define como canónico (cf. Pallavicino, "Historia del Concilio de Trento", l. VI, 1591. Nápoles, 1853, I, 376). En el vota preliminar, quince Padres votaron por el nombre "Salmos de David"; seis por "Salterio Davídico"; nueve por "Libri Psalmorum"; dos por "Libri 150 Psalmorum"; dieciséis por el nombre adoptado, "Salterio Davídico 150 Salmos"; y a dos no le interesaba cuál nombre fuera elegido (cf. Agustín Theiner, "acta Authentica Councilii Tridentini", I, 72 sq.). De las varias “vota” es claro que el Concilio no tenía ninguna intención de definir la autoría davídica.

(5) El reciente decreto de la Comisión Bíblica (1 de mayo de 1910) decide los siguientes puntos:

  • Ni la fraseología de los decretos de los concilios ni las opiniones de ciertos Padres tienen el peso para determinar que David es el único autor de todos los salmos.
  • No puede ser prudentemente negado que David es el autor principal de los cánticos del Salterio.
  • Especialmente no puede negarse que David es el autor de los salmos que, en el Antiguo o en el Nuevo Testamento, son claramente citados bajo el nombre de David, por ejemplo el 2, 16(15), 18(17), 32(31), 69(68), 110(109).

Testimonio del Antiguo Testamento

En la decisión anterior la Comisión Bíblica ha seguido no sólo la tradición judía y cristiana, sino también las Escrituras cristianas y judías. Los títulos son el principal testigo en el Antiguo Testamento de la autoría de los salmos. Éstos parecen atribuir varios salmos, especialmente de los libros I - III, a David, Asaf, los hijos de Coré, Salomón, Moisés y otros.

(1) David

Los títulos de setenta y tres salmos en el Texto Masorético y de muchos más en Los Setenta parecen designar a David como autor: cf. en el Libro I, los salmos 3 – 41(40), es decir, todo el libro I excepto 10(9b) y el 33(32); en el Libro II, los salmos 51(50) – 70(69), excepto el 66(65) y 67(66); en el Libro III, el salmo 86(85); en el Libro IV, el salmo 103(102); en el Libro V, los salmos 108(107) – 110(109), 122(121), 124(123), 131(130), 133(132), 135(134) – 145(144). Ahora se sostiene generalmente que, en el título hebreo, la preposición “le” tiene la fuerza de un genitivo, y que en Los Setenta tou David "de David", es una traducción mejor que la de la Vulgata ipsi David “de David mismo". ¿Esta preposición significa autoría? No en cada título; ambos David y el maestro de coro son los autores del Salmo 19(18), y todos los hijos de Coré, junto con el maestro de coro, son autores conjuntos de los salmos atribuidos a ellos. En el caso de tales títulos compuestos como “del maestro de coro, salmo de David” [salmo 19(18)] o “del maestro de coro, de los hijos de Coré, un salmo“ [salmo 48(47)], probablemente tenemos indicaciones, no de la autoría, sino de varias colecciones de salmos---las colecciones tituladas “David”, “el maestro de coro”, “los hijos de Coré”. Semejante al Nuevo Testamento, el Concilio de Trento, y muchos Padres de la Iglesia hablan de “David” o “el Salterio de David”, “los Salmos de David”, no para inferir que todos los salmos son de David, sino que él fue el salmista por excelencia, así que los títulos de muchos salmos los asignan no tanto a sus autores sino a sus colectores o al autor principal de la colección a la cual pertenecen. Por otra parte, algunos de los títulos más largos van a demostrar que "de David" puede significar autoría. Tomando por ejemplo: "del maestro de coro, afinar al tono 'no destruyas', de David, una pieza elegida (Mikhtam), cuando, huyendo de Saúl, se escondió en la cueva" [salmo 57(56)]. La ocasión histórica de la composición davídica de la canción, la calidad lírica de la canción, su inclusión en la colección inicial "de David" y más adelante en el himnario del maestro de coro, el tono en el cual el salmo o fue escrito por David o fue fijado por el maestro de coro---todas estas cosas parecen indicarse por el mismo título puesto bajo consideración. De la misma clase que los títulos davídicos es el final suscrito a los primeros dos libros de los salmos: "Amén, Amén; fin de las oraciones de David, hijo de Jesé" [salmo 72(71),20). Esta suscripción es más antigua que Los Setenta; y estaría fuera de lugar si David no fuese el autor principal de los salmos en los dos libros al cual se le añade.

Evidencia adicional en el Antiguo Testamento de la autoría de David de los salmos, según sugerido por el reciente decreto de la Comisión Bíblica, son los talentos poéticos naturales de David, demostrados en su cantos y elegías, 2 Samuel y 1 Crónicas, junto con el hecho que él fue quien instituyó el cántico levítico solemne de los salmos en presencia del Arca de la Alianza (I Crón. 16,23-25). Los cantos y elegías atribuidos a David son significativamente parecidos a los salmos de David en espíritu, estilo y fraseología. Examinemos la línea de apertura de 2 Samuel 22:

"David dijo a Yahveh las palabras de este cántico el día que Yahveh lo salvó de la mano de sus enemigos y de la mano de Saúl, y él dijo: 2. Yahveh es mi roca, mi baluarte, mi libertador, 3. mi Dios, la peña en que me amparo, mi escudo y fuerza de mi salvación, mi ciudadela y mi refugio, mi Salvador que me salva de la violencia. 4. Grito de alabanza, invoco a Yahveh, y quedo a salvo de mis enemigos".

Las dos canciones son claramente idénticas, las leves diferencias son probablemente debido a diversas redacciones litúrgicas del Salterio. Al final del escrito de 2 Samuel da "las últimas palabras de David" (23,1)---a saber, un salmo corto al estilo davídico en donde David habla de sí mismo como "el suave salmista de Israel", "salmos egregios de Israel" (2 Sam. 23,2). De modo semejante el Cronista (1 Crón. 16,8-36) cita como davídica una canción compuesta por los salmos 105(104),1-13, del salmo 96(95) y una pequeña porción del Salmo 106(105). Finalmente, el profeta Amós se dirige a los samaritanos: "ustedes que cantan al son del arpa; se inventan, como David, instrumentos de música" (Am. 6,5). El talento poético de David sobresale como una característica del Rey Pastor. Sus lamentos elegíacos en la muerte de Saúl y Jonatan (2 Sam. 1,19-27) revelan cierto poder, pero no el de los salmos davídicos. Las anteriores razones para la autoría davídica son impugnadas por muchos que insisten sobre la redacción tardía de 2 Samuel 21-24 y sobre las discrepancias entre los pasajes que hemos comparado. La pregunta sobre la redacción tardía de las canciones davídicas en 2 Samuel no está a nuestro alcance; ni tal redacción tardía destruye la fuerza de nuestra apelación al Antiguo Testamento, ya que esa apelación es a la Palabra de Dios. En cuanto a las discrepancias, hemos dicho que son explicables por la admisión que nuestro Salterio es el resultado de varias redacciones litúrgicas, y no presentan todos los salmos en la forma exacta en la cual fueron desarrollados por sus escritores originales.

(2) Asaf

Los títulos le acreditan a Asaf doce salmos, 50(49), 73(72) – 83(82). Estos salmos son todos de carácter nacional y pertenecen a períodos de la historia judía ampliamente separados. El Salmo 83(82), aunque Briggs ("Salmos", Nueva York, 1906, p.67) lo asigna al período persa temprano, parece haber sido escrito en el tiempo del estrago causado por la invasión asiria de Tiglatpileser III en 737 a.C. El salmo 74(73) fue escrito probablemente, según infiere Briggs, durante el Exilio Babilónico, después de 586 a.C. Asaf era un levita, el hijo de Barakías (1 Crón. 6,24), y uno de los tres jefes del coro levítico (1 Crón. 15,17). Los “hijos de Asaf” fueron separados "para profetizar con cítaras, salterios y címbalos" (1 Crón. 25,1). Es probable que los miembros de esta familia compusieran los salmos que fueron recogidos más adelante en un salterio de Asaf. Las características de estos salmos de Asaf son uniformes: hacen alusiones frecuentes a la historia de Israel con un propósito didáctico; sublimidad y vehemencia de estilo; descripción viva; exaltan el concepto de la divinidad.

(3) Los hijos de Coré

Los hijos de Coré son nombrados en el título de once salmos: 42(41) – 49(48), 84(83), 85(84), 87(86), 88(87). Los coreítas era una familia de cantantes del templo (2 Crón. 20,19). Difícilmente puede ser que cada salmo de este grupo fuera compuesto en común por todos los hijos de Coré; cada composición fue más bien compuesta por un miembro del gremio de Coré; o, quizás, fueron recolectados de varias fuentes en un himnario litúrgico por el gremio de los hijos de Coré. En todo caso, hay una unidad de estilo en estos himnos que es indicativo de uniformidad del espíritu levítico. Las características de los salmos coreítas son un gran amor por la Ciudad Santa; un deseo vivo por la adoración pública de Israel; una confianza suprema en Yahveh y una forma poética que es simple, elegante, artística, y bien equilibrada. Por sus ideas mesiánicas y alusiones históricas, estos salmos parecen haber sido compuestos entre los tiempos de Isaías y el retorno del exilio.

(4) Moisés

Moisés está en el título del Salmo 90(89). San Agustín (P.L., XXXVII, 1141) no admite autoría mosaica; San Jerónimo sí lo hace (P.L., XXII, 1167). El autor imita las canciones de Moisés en Deuteronomio 32 y 33; esta imitación puede ser la razón del título.

(5) Salomón

Salomón está en los títulos de los salmos 72(72) y 127(126), probablemente por una razón similar.

(6) Etán

Etán, está en el título del salmo 89(88), debe ser probablemente Idithun. El Salterio de Idithun, de Yedutún, contenido también en los Salmos 39(38), 62(61) y 77(76).

Testimonio del Nuevo Testamento

Para los católicos, que creen totalmente en la Divinidad de Cristo y en la infalibilidad de las Sagradas Escrituras, las citas en el Nuevo Testamento sin lugar a dudas consideran davídicos los salmos 2, 16(15), 32(31), 35(34), 69(68), 109(108), 110(109). Cuando el fariseo dijo que Cristo era el hijo de David, Jesús le pregunto: "pues ¿cómo David, movido por el Espíritu, le llama Señor, cuando dice: Dijo el Señor a mi Señor "[cf. Mt. 22,43-45; Mc. 12,36-37; Lc. 20,42-44; Sal. 110(109),1]. No puede haber aquí ninguna pregunta sobre el nombre de la colección "de David". Ni hay pregunta de una colección cuando San Pedro, en el primer Pentecostés en Jerusalén, dice: "Pues David no subió a los cielos, y sin embargo dice: “Dijo el Señor a mi Señor etc." (Hch. 2,34). La autoría davídica es otorgada por Pedro, cuando cita los salmos 69(68),26; 109(108),8; 2,1-2 como "de la boca de David" (Hechos 1,16; 4,25). Y cuando el principal apóstol cita el salmo 16 (15),8-11, como las palabras de David, él explica cómo estas palabras fueron pensadas por el patriarca muerto como una manera de profecías para los siglos venideros (Hch. 2,25-32). El testimonio de San Pablo es concluyente cuando él (Rm. 4,6; 11,9) le atribuye a David partes de los Salmos 32(31), 35(34) y 69(68). Un no católico podría objetar que San Pablo se refería a la colección llamada "David", pues tal colección parece significar claramente "en David", en Daveid de Hebreos 4,7. Nosotros contestamos, ésa es una evasión: si San Pablo hubiese querido decir “una colección”, él habría dictado en Daveid en la Carta a los Romanos.

Los críticos se inclinan por eliminar todas las preguntas sobre la autoría davídica. Briggs dice: "es evidente por el carácter interno de estos salmos, con algunas posibles excepciones, que David no habría podido escribirlas" (Salmos p. 61). Ewald reconoce que esta evidencia interna demuestra que David escribió los salmos 3, 4, 7, 11(10), 15(14), 18(17), y la primera parte del 19(18), 24(23), 29(28), 32(31), 101(100).

Canonicidad

A. El canon cristiano de los salmos no presenta ninguna dificultad; todos los cristianos admiten en su canon los 150 salmos del Canon de Trento; todos rechazan el Salmo 151 de Los Setenta, probablemente una adición macabea al canon.

B. El canon judío presenta un problema discutible. ¿Cómo se ha desarrollado el Salterio? La opinión judía tradicional, defendida generalmente por los eruditos católicos, es que no sólo el canon judío de los salmos sino que todo el canon palestino del Antiguo Testamento fue prácticamente cerrado durante la época de Esdras (v. Canon del Antiguo Testamento). Esta opinión tradicional es posible; para argumentos a su favor vea Cornely, "Introductio Generalis in N. T. Libros", I (París, 1894), 42.

1. Visión Crítica: Los críticos no admiten estos argumentos en su totalidad. Dice Driver: “No hay fundamento de ninguna clase en la antigüedad para la opinión de que el canon del Antiguo Testamento fue cerrado por Esdras, o por sus asociados”. ("Introducción a la literatura del Antiguo Testamento ",Nueva York, 1892, p. X). Respecto a los salmos Wellhausen dice: "puesto que el Salterio es el himnario de la congregación del segundo Templo, la pregunta no es si contiene algunos salmos post-exilio, sino si contiene algún salmo pre-exilio" ("Introducción" de Bleek, ed. 1876, 507). Hitzig ("Begriff der Kritik", 1831) considera que los libros III-V son enteramente macabeos (168-135 a.C.). Olshausen ("Die Psalmen", 1853) trae algunos de estos salmos a la dinastía asmonea y al reinado de Juan Hircano (135-105 d.C.). Duhm (“Die Psalmen", 1899, p. XXI) reconoce muy pocos salmos pre-macabeos, y asigna los salmos 2, 20(19), 21(20), 61(60), 63(62), 72(71), 84(83), 132(131) a los reinados de Aristóbulo I (105-104 a.C.) y a su hermano Alejandro Janeo (104-79 a.C.); de modo que el canon del Salterio no fue cerrado hasta 70 a.C. (p. 23). Tales visiones extremas no se deben a argumentos válidos. Siempre que uno rechace aceptar la fuerza del argumento tradicional en favor del canon de Esdras, se debe admitir en todo caso que el canon judío de los salmos fue indudablemente cerrado antes de la fecha de la traducción de Los Setenta. Esta fecha es 285 a.C., si aceptamos la autoridad de la Carta de Aristeas (v. Versión de los Setenta); o a más tardar 132 a.C., el período en el cual Ben Sirá escribió, en el prólogo al Eclesiástico, que "la ley por sí misma y los profetas y el resto de los libros [es decir el Hagiógrafa, del cual eran los salmos] habían sido traducidos al griego". Ésta es la opinión de Briggs (p. 12), que fija la redacción final del Salterio para mediados del siglo II a.C.

Los críticos generalmente consideran como una cosa lógica la evolución gradual del Libro de los Salmos. Su aplicación de los principios del alto criticismo no resulta en ninguna uniformidad de opinión respecto a los diferentes estratos del Salterio. Presentaremos estos estratos como lo indica el profesor Briggs, probablemente el menos precipitado de los que han publicado últimamente las llamadas "ediciones críticas" de los salmos. Su método de criticismo es el usual; por un criterio de evidencia interna bastante subjetivo, él trincha algunos salmos, remienda otros, desecha porciones de otros y los "corrige" todos. Asigna siete salmos a la primera monarquía hebrea; siete a la monarquía media; trece a la última monarquía; trece a la época del exilio; treinta y tres al primer período persa; dieciséis al período persa medio (los tiempos de Nehemías); once al último período persa; "el gran salmo real del advenimiento" [Salmos 93(92), 96(95) – 100(99)] junto con otros ocho al primer período griego (que comienza con la conquista de Alejandro); cuarenta y dos al último período griego, y al período de los Macabeos los salmos 33(32), 102(101)(b), 109(108)(b), 118(117), 139(138)(c), 129(128) del salterio Peregrino y 147(146-147) y 149 de los Aleluyas.

Según Briggs, de estos salmos y porciones de salmos, treinta y uno son "salmos aparte", es decir, nunca fueron incorporados en un Salterio antes de que fuera emitida la actual redacción canónica. El resto fueron corregidos en dos o más de los doce Salterios que marcan la evolución del libro de salmos. La primera colección de salmos fue compuesta por siete Mikhtamim, los "pedazos de oro", del período persa medio. En el último período persa, trece Maskilim se unieron como colección de meditaciones. Al misma tiempo, setenta y dos salmos fueron revisados, como libro de oración para uso en la sinagoga, bajo el nombre de "David"; de éstos, trece tienen en sus títulos referencias a la vida de David, y se piensa que formaban por sí mismos una colección anterior. En Palestina, en el primer período griego, once salmos fueron recopilados en un Salterio menor titulado los "hijos de Coré".

Al mismo tiempo, en Babilonia, doce salmos fueron reunidos en un salterio titulado "Asaf". No mucho después, en el mismo período, el salmo exílico 88(87) junto dos salmos “huérfanos”, el salmo 66(65) y el 67(66), fueron corregidos junto con selecciones de "David," los "hijos de Coré" y "Asaf" para el culto público del cántico en la sinagoga; el nombre de este salterio fue "Mizmorim". Un salterio mayor el elohísta, salmos 42(41) – 83(82), se asume que pudo haber sido compuesto en Babilonia, durante el período griego medio, de selecciones de "David", "Coré", "Asaf" y "Mizmorim"; el nombre se debe al uso de Elohim evitando el nombre Yahveh en estos salmos. Al mismo tiempo, en Palestina, se compuso un libro de oraciones con 54 salmos del "Mizmorim”, 16 salmos “de David”, 4 de “Coré" y 1 "de Asaf"; este salterio llevó el nombre de "maestro de coro". Las canciones de alabanza aleluyas o aleluyáticas fueron reunidas en un salterio para el servicio del templo en el período griego. Estos salmos tienen halleluyah (alabanza ye Yah) al principio [salmos 111(110), 112(111)], o al final [salmos 104(103), 105(104), 115(113b), 117(116)), o en ambos, al principio y al final (Salmos 106(105), 113(112), 135(134), 146(145) - 150). La Versión de los Setenta da un Allelouia también al comienzo de los salmos 105(104), 107(106), 114(113a), 116(114-115), 119(118), 136(135). Briggs incluye como Aleluyas todos éstos excepto el 118(117) y el 119(118), "el primero da una canción macabea triunfal, el último la gran alabanza alfabética de la ley". El "Salterio Peregrino" fue un salterio menor del período griego [salmos 120(119) – 134(133)], una colección de "canciones del peregrinaje", de las "Canciones de la Subida", o "Salmos Graduales", que los peregrinos cantaban mientras iban a Jerusalén para las tres grandes fiestas.

2. La Visión Católica: Una aplicación tan extensiva del criticismo divisivo del Salterio no choca con la aprobación de los exégetas católicos. Ellos admiten fácilmente las redacciones sucesivas de los salmos, con tal que la doctrina de inspiración de las Santas Escrituras no sea impugnada. La doctrina de la inspiración tiene respeto por los salmos como están puestos en los cánones, y no impide a los católicos admitir las diferentes redacciones del Salterio anteriores a la actual redacción; de hecho, incluso la redacción litúrgica no inspirada de los salmos inspirados contraria a la enseñanza de la Iglesia en materia de inspiración, siempre y cuando el redactor haya preservado intacto y absolutamente inalterado el significado inspirado del Texto Sagrado. La Comisión Bíblica (1 de mayo de 1910) no admite que la actual redacción contiene muchos salmos macabeos; ni tampoco Delitzsch, Perowne, Renan y muchos otros eruditos críticos. "Hay tantos salmos de esa época, que es difícil no pensar que podrían haber llevado marcas prominentes en su dicción y estilo” (Drive, "Introducción a la Literatura del Antiguo Testamento", Nueva York, 1892, 365). Los salmos 44(43), 74(73), 79(78) y 83(82) que Delitzsch y Perowne consideran macabeos basándose en argumentos históricos, le ocasionan a Davison (Hastings, "Dict. de la Biblia ", IV, 152) "dificultades indiscutibles que surgen de su lugar en los libros II y III". No hay pruebas certeras de que éstos o cualquier otro salmo sean macabeos. La Comisión Bíblica, sobre esta razón, no niega que alguno de los salmos sea macabeo, deja esa pregunta todavía abierta. En materia de redacción, permite que "por razones litúrgicas, musicales u otra razón desconocida, los salmos pudieron haber sido divididos o juntados" en el curso del tiempo; y "hay otros salmos, como el Miserere mei, Deus [Salmo 51(50)] que, para que puedan ajustarse mejor a las circunstancias históricas y a las solemnidades de la gente judía, fueron levemente reeditados y cambiados por la omisión o adición de un verso o dos, siempre y cuando la inspiración del texto entero permaneciera intacta". Eso es lo importante: la doctrina de la inspiración de las Santas Escritura debe sufrir lo menos posible. ¿Cómo, entonces, se mantiene intacta la doctrina de la inspiración de todo el texto? ¿Fueron inspirados los anteriores escritos? Ninguna autoridad de la Iglesia ha determinado nada sobre estos asuntos. Nos inclinamos a la opinión de que Dios inspiró los significados de los salmos como fueron escritos originalmente, y de igual forma inspiró a cada redactor que recopiló y corrigió estas canciones de Israel hasta que el último redactor inspirado las unió en su forma actual.

El Texto

Los salmos fueron escritos originalmente en caracteres hebreos, así como vemos sólo en monedas y algunas inscripciones lapidarias; el texto nos ha llegado a través de caracteres arameos cuadrados. Solamente las versiones nos dan alguna idea del texto pre-masorético. Hasta el momento no se ha descubierto ningún manuscrito pre-masorético de los salmos. El texto masorético se ha conservado en más de 3400 manuscritos, de los cuales ninguno es anterior al siglo IX y solamente nueve o diez son anteriores al siglo XII (vea Manuscritos de la Biblia). Estos manuscritos masoréticos representan dos familias levemente variables de una tradición---los textos de Ben Asher y de Ben Neftalí. Sus variaciones son de poca importancia en la interpretación de los salmos. El estudio de la estructura rítmica de los salmos, junto con las variaciones entre Masora y las versiones, ha aclarado que nuestro texto hebreo está lejos de ser perfecto, y que sus puntos son a menudo incorrectos. Los esfuerzos de los críticos por perfeccionar el texto son a veces debidos sólo a una conjetura sagaz. Se elige el molde métrico; entonces el salmo se adapta forzosamente a él. Era mejor dejar el texto en su condición imperfecta que hacerlo peor por conjeturas. El decreto de la Comisión Bíblica se dirige a ésos a quiénes las imperfecciones en el texto Masorético son una ocasión, aunque no excusa, para las incontables enmiendas conjeturales, ocasionalmente salvajes y fantasiosas, que hoy día se aceptan como una aceptable exégesis crítica de los salmos.

Versiones

Griega:

La principal versión de los salmos es la de Los Setenta. Se conserva para nosotros en:

  • Cod. U, Brit. Mus. Pap. 37, siglo VII, conteniendo los salmos 10(9b) – 33(32);
  • Leipzig Pap., siglo IV, que contiene los salmos 29(28) – 54(53);
  • Códice Sinaítico, siglo IV, completo;
  • B. Códice Vaticano, siglo IV, completo, excepto los salmos 105(104),27 – 137(136),6;
  • A, Códice Alejandrino, siglo V, completo excepto los salmos 49(48),19 – 76(75),10
  • I, Códuce Bodleiano, siglo IX, completo;

y en muchos otros manuscritos posteriores. La Versión de los Setenta es de gran valor en la exégesis de los salmos. Proporciona las lecturas pre-masoréticas que son claramente preferibles a las de los Masoretas. Nos devuelve a un texto de por lo menos el siglo II a.C. A pesar de un servilismo aparente en las palabras y en las construcciones hebreas, un servilismo que existió probablemente en el griego alejandrino de los judíos de ese período, el traductor de Los Setenta demuestra un excelente conocimiento del hebreo, y miedo de no apartarse de la letra y de no cambiar el significado original. Las versiones griegas del siglo II d.C de Aquila, Símaco y Teodoción existen sólo en algunos fragmentos; estos fragmentos son testigos de un texto bastante parecido a nuestro masorético.

Latina:

Aproximadamente a mediados del siglo II el Salterio de Los Setenta fue traducido al latín. De esta versión latina antigua, o Itala, tenemos solamente algunos manuscritos y las citas de los Padres Latinos. A petición del Papa San Dámaso I, (383 d.C.) San. Jerónimo revisó la Itala y la acercó a Los Setenta. Su revisión fue pronto tan distorsionada que él se quejó, "plus antiquum errorem quam novam emendationem valere" (P.L., XXIX, 117). Éste es el “Salterio Romano" de San Jerónimo; se utiliza en la recitación de los Oficios en la Basílica de San Pedro, Roma, y en el Misal. La corrupción de su primera traducción condujo a San Jerónimo a emprender una nueva traducción de la edición Hexapla de Los Setenta. Él trabajó cuidadosamente en Belén antes de 392 d.C. Marcó con asteriscos las partes del texto hebreo que habían sido omitidas por Los Setenta y se las pidió prestadas a Teodoción; marcó con el “obelus” las partes de Los Setenta que no estaban en el texto hebreo. Con el correr del tiempo estas marcas críticas fueron completamente desatendidas. Esta traducción es el "Salterio galicano"; es parte de la Vulgata. Una tercera traducción latina de los salmos, hecha del texto hebreo, con la Hexapla de Orígenes y las otras versiones antiguas a la vista, fue completada por San Jerónimo cerca de fines del siglo IV en Belén. Esta versión es de gran valor en el estudio del Salterio. El Dr. Briggs dice: "Donde difiere de H. y G., su evidencia es especialmente valiosa pues da la opinión del mejor erudito bíblico de épocas antiguas en cuanto al texto original, basado en el uso de una abundancia de material crítico mucho mayor que el poseído por cualquier otro crítico, anterior o posterior" (p. 32).

Otras Versiones:

Para otras traducciones, vea Versiones de la Biblia, Biblias Rimadas.

Forma Poética

A. Paralelismo

Paralelismo es el principio de balance admitido por todos como el rasgo más característico y esencial de la forma poética de los salmos. Por sinónimo, sintético, antitético, emblemático, en forma de escalera, o paralelismo introvertido, el pensamiento se balancea con el pensamiento, línea con línea, copla con copla, estrofa con antistrofa, en la construcción lírica de un cuadro poético o imprecación o exhortación.

B. Metro

¿Hay metro en los salmos? Los judíos del siglo I d.C. así lo pensaron. Flavio Josefo habla de los hexámetros de Moisés (Antiq. II, XVI, 4; IV, VIII, 44) y los trímetros y los tetrámetros y los metros múltiples de las odas e himnos de David (Antiq., VII, XII, 3). Filo Judeo dice que Moisés había aprendido la "teoría del ritmo y armonía" (De vita Mosis I, 5). Los primeros escritores cristianos expresan la misma opinión. Orígenes (murió en 254) dice que los salmos están en trímetros y los tetrámetros (En Salmo 118(117); cf. Card. Pitra, "Sacros de Analecta", II, 341); y Eusebio (murió en 340), en su "De Praeparatione evangelica ", XI, 5 (P.G., XXI, 852), habla de los mismos metros de David. San Jerónimo (420), en "Praef. ad Eusebii chronicon" (P.L., XXVII, 36), encuentra yámbicos, alcaicos, y sáficos en el Salterio; y escribiendo a Paula (P.L., XXII, 442), él explica que los salmos acrósticos 111(110) y 112(111) están compuestos de trimetros yámbicos, mientras que los salmos acrósticos 119(118) y 145(144) son tetrámetros yámbicos. Los exegetas modernos no están de acuerdo sobre este asunto. Por un tiempo, algunos no admitirían ningún metro en los salmos. Davison (Hast., "Dict. la Biblia ", s. v.) escribe: "aunque el metro o métrica no es perceptible en los salmos, no se entiende que el ritmo esté excluido". Este ritmo, sin embargo, "desafía el análisis y la sistematización". Driver ("Introducción a la Literatura del Antiguo Testamento", Nueva York, 1892, 339) no admite en la poesía hebrea "ningún metro en el sentido estricto del término". Los [exégesis bíblica|exégetas que encuentran metro en los salmos son de cuatro escuelas, según expliquen el metro por cantidad, por el número de sílabas, por el acento, o por ambos cantidad y acento.

(1) Los defensores del criterio métrico de cantidad latino y griego según aplicado a la poesía hebrea son Francis Gomarus, en "Davidis lyra", II (Lyons, 1637), 313; Marque Meibom, en "davidis psalmi X" (Amsterdam, 1690) y en otras dos obras, que reclaman haber aprendido su sistema del metro hebreo por revelación Divina; Guillermo Jones, "Poeseos Asiaticae commentariorum" (Leipzig, 1777), intentó forzar palabras hebreas en los metros árabes.

(2) el número de sílabas fue tomado como criterio del metro por Hare, "Psalmorum liber in versiculos metrice divisus" (Londres, 1736); él hizo todos los pies disílabos, el metro trocaico en una línea de un número par de sílabas, yámbico en una línea de un número impar de sílabas. El sistema masorético fue rechazado, el siriaco puesto en su lugar. Esta opinión encontró su principal defensa en los escritos del erudito Profesor Gustav de Innsbruck; y en los " Metrices biblicae” de Gustav Bickell (Innsbruck, 1879), " Suplementum ad Metr. Bibl." (Innsbruck), " Carimina veteris testamenti metrice" (1882), " Dichtungen der Hebraer" (1882-84). Gerard Gietmann, S. J., "De re mentrica Hebraeorum" (Br de Freiburg im, 1880); A. Rohling, "Das Solomonische Spruchbuch" (Maguncia, 1879); H. Lesetre, "Le livre des psaumes " (París, 1883); J. Knabenbauer, S. J., en "Job” (París, 1885), p. 18; F. Vigouroux, " Manual Bíblico", II, 203, todos han seguido los pasos de Bickell más o menos cercanamente. Hay hechos patentes contra este sistema. La cantidad de palabras se hace variar arbitrariamente. El hebreo es tratado como el siriaco, un dialecto tardío del arameo---que no lo es; de hecho, incluso la poesía siríaca posterior no midió sus líneas por el número de sílabas. Posteriormente el Masora señaló la estructura métrica por acentos; por lo menos el soph pasuk y athnah indican líneas completas o dos hemistiquios.

(3) El acento es el principio determinante en el metro hebreo según C.A. Anton, "Conjectura de metro Hebraeorum" (Leipzig, 1770), "Vindiciae disput. de metr. Hebr." (Leipzig, 1771), "Specimen editionis psalmorum" (Vitebsk, 1780); Leutwein, "Versuch einer richtigen Theorie von der biblischen Verkunst" (1775); Ernst Meier, "Die Form der hebraischen Poesie nachgewiesen" (Tübingen, 1853); Julius Ley, "Die Metrischen Formen der hebraischen Poesie" (Leipzig, 1886); "Ueber die Alliteration im Hebraischen" in "Zeitsch. d. Deutsch. Morgenlandisch. Ges.", XX, 180; J. K. Zenner, S.J., "Die Chorgesange im Buche der Psalmen" (Freiburg im Br., 1896), y en muchas contribuciones a "Zeitsch. fur kathol. Theol.", 1891, 690; 1895, 373; 1896, 168, 369, 378, 571, 754; Hontheim, S.J., en "Zeitsch. fur kathol. Theol.", 1897, 338, 560, 738; 1898, 172, 404, 749; 1899, 167; Dr. C. A. Briggs, en "El Libro de los Salmos", en "Comentario Crítico Internacional" (New York, 1906), p. XXXIX, y en muchas otras publicaciones enumeradas allí; Francis Brown, "Medidas de la Poesía Hebrea: en "Revista de Literatura Bíblica", IX, 91; C. H. Toy, "Proverbios" en "Internat. Crit. Comm." (1899); W. R. Harper, "Amos and Hosea" in "Internat. Crit. Comm." (1905); Cheyne, "Salmos" (Nueva York), 1892; Duhm, "Die Psalmen" (Freiburg im Br., 1899), p. XXX. Esta teoría es la hipótesis que mejor trabaja junto con el totalmente esencial principio del paralelismo; le hace mucho menos violencia al texto masorético que cualquiera de las anteriores teorías. No le impone las sílabas masoréticas en las ranuras que son latinas, griegas, árabes o arameas. Es independiente del cambio de acento; y postula apenas una cosa, un número fijo y armonioso de acentos a la línea, sin importar el número de sílabas. Esta teoría de un metro tónico y no silábico tiene también a su favor que el acento es el principio determinante en las poesías egipcia, babilónica y asiria antiguas.

(4) En los últimos años el péndulo de las teorías métricas hebreas ha girado sobre la cantidad; la silábica no debe ser completamente descuidada. Hubert Grimme, en "Grundzuge der Hebraischen Akzent und Volkallehre", Friburgo, 1896, y "Psalmenprobleme" (1902), construye el metro principalmente sobre el principio tónico, al mismo tiempo considera las “morae” o pausas debido a la cantidad. Schlogl, "De re metrica veterum Hebraeorum" (Viena, 1899), defiende la teoría de Grimme. Sievers, "Metrische Studien" (1901), también admite las sílabas no acentuadas para la consideración métrica; así como Baethgen, "Die Psalmen" (Gottingen, 1904), p. 27.

C. Otras características

Las aliteraciones y asonancias son frecuentes. Los salmos acrósticos o alfabéticos son 9-10(9a y 9b), 25(24), 34(33), 37(36), 111(110), 112(111), 119(118), 145(144). Las letras del alfabeto comienzan líneas sucesivas, cuplés o estrofas. En el Salmo 119(118) la misma letra comienza ocho líneas sucesivas en cada uno de las veintidós estrofas alfabéticas. En los Salmos 13(12), 29(28), 62(61), 148 y 150 la misma palabra o palabras se repiten muchas veces. Las rimas, por la repetición del mismo sufijo, están en los Salmos 2, 13(12), 27(26), 30(29), 54(53), 55(54), 142(141), etc.; estas rimas ocurren en los extremos de líneas y en pausas cesurales. Las líneas fueron agrupadas en estrofas y antistrofas, comúnmente en pares y tríos, raramente en mayores múltiplos; ocasionalmente una estrofa independiente, como el epodo del coro griego, fue utilizado entre una o más estrofas y las antistrofas correspondientes. La palabra Selah marca casi invariablemente el final de una estrofa. El significado de esta palabra y su propósito es todavía una pregunta discutible. Pensamos que originalmente provino de "lanzar", y significa "un derribamiento", "una postración". Durante el cántico antifonal de los salmos, los sacerdotes tocaban sus trompetas para marcar el final de una estrofa, y a una señal los dos coros, o la gente o ambos se postraban (cf. Haupt, "Expository Times", Mayo,1911). El principio del paralelismo determinó estos arreglos de las líneas. Koster, en "die Psalmen nach ihrer strophischen Anordnung" (1837), distingue varias clases de paralelismo en línea y medias líneas, sinónimos, antitéticos, sintéticos, idénticos, introvertidos. Zenner, S. J., en su " Chorgesange im Buche der Psalmen" (Br de Freiburg im, 1896) ha arreglado muy hábilmente muchos de los salmos como odas corales, cantados por dos o tres coros. Hermann Wiesmann, S. J., en "Die Psalmen nach dem Urtext" (Munster, 1906), ha aplicado los principios métricos de Zenner, y revisado y publicado las últimos traducciones y estudios de los salmos. Este trabajo toma gran libertad con el Texto Sagrado, y últimamente (1911) ha sido puesto en el Índice.

Belleza Poética

Las palabras extravagantes de Alfonso de Lamartine en "Viaje a Oriente" son clásicas: "Lisez de l'Horace ou du Pindare apres un Psaume! Pour moi, je ne le peux plus" Uno se pregunta si Lamartine leyó alguna vez un salmo original. Criticar los salmos como literatura es muy difícil. Su texto nos ha llegado con muchas pérdidas en cuanto a la forma poética. Los autores variaban mucho en estilo. Su belleza literaria no se debe juzgar comparándolos con la poesía de Horacio y de Pindar. Es con los himnos de los antiguos Egipto, Babilonia y Asiria con lo que debemos comparar las canciones de Israel. Esos himnos antiguos son crudos y rudos al lado de los salmos. Incluso los imprecatorios salmos 18(17), 35(34), 52(51), 59(58), 69(68), 109(108), 137(136), esos himnos nacionales tan llenos del amor de Israel y casi sorprendentes por su odio a los enemigos de Yahveh y de Israel, si se leen desde el punto de vista de los escritores, son sublimes, vívidos, brillantes, entusiastas, aunque exagerados, estallidos poéticos, ejemplos de una "seriedad y veracidad muy altas”, tal como Aristóteles nunca habría encontrado en una canción de Babilonia o de Sumeria. Si sus tonos son de alabanza o de culpa, de dolor o de alegría, de humillación o de exaltación, de meditación profunda o de dogmatismo didáctico, siempre y por todas partes los escritores de los salmos son dignificados y magníficos, leales a los ideales del pueblo elegido de Yahveh, espiritual y piadoso. La gama de pensamiento es inmensa. Abarca en Yahveh, su templo, culto, sacerdotes, creación; hombre, amigo y enemigo; bestias, pájaros; toda la naturaleza, animada e inanimada. La gama de emociones es completa; cada emoción del hombre que es pura y noble ha sido plasmada en palabras en los salmos. Como ejemplo de la belleza poética, añadimos el famoso Salmo 23(22), traducido del hebreo. El poeta habla primero en su propia persona, luego a la manera de la oveja. La repetición del primer cuplé como una estancia es sugerida por Zenner y muchos comentaristas, para completar la envoltura del poema, o el paralelismo introvertido el paralelismo de la estructura estrófica:

El Poeta:

1. Yahveh es mi pastor; nada me falta.

La oveja:

2. Por prados de fresca hierba me apacienta. Hacia las aguas de reposo me conduce. 3. y conforta mi alma; me guía por senderos de justicia, en gracia de su nombre. 4. Aunque pase por valle tenebroso, ningún mal temeré, porque Tú vas conmigo; tu vara y tu callado, ellos me sosiegan. 5. Tú preparas ante mí una mesa frente a mis adversarios; unges con óleo mi cabeza, rebosante está mi copa.

El Poeta:

6. Sí, dicha y gracia me acompañarán todos los días de mi vida; mi morada será la casa de Yahveh a lo largo de mis días. Yahveh es mi pastor, nada me falta.

Valor Teológico

Las ideas teológicas de los salmos son extensas; la existencia y los atributos de Dios, del deseo vivo del alma por la inmortalidad, la economía de la gracia y las virtudes, muerte, juicio, cielo, infierno, esperanza de resurrección y de gloria, miedo al castigo---todas las principales verdades dogmáticas de la fe de Israel aparecen repetidas varias veces en su Salterio. Estas verdades no se establecen en forma dogmática, sino en el simple e infantil anhelo lírico del alma ingenua, de nuevo en arrebatos más sublimes y vehementes de los cuales es capaz la naturaleza humana. Los salmos son a la vez lo más humano y lo más sobrehumano; se hunden a las profundidades más bajas del corazón humano y se elevan a las cimas más elevadas de la contemplación divina. Tan humanos son los salmos imprecatorios que hacen que algunos se preguntan cómo pueden haber sido inspirados por Dios. Con seguridad Yahveh no pudo haber inspirado al cantante que rogó: "Mas los que tratan de perder mi alma, ¡caigan en las honduras de la tierra! ¡Sean pasados al filo de la espada, sirva de presa a los chacales.” (Salmo 63(62),10-11.

Tal objeción se basa en un malentendido. La perfección de los consejos de Cristo es una cosa, la meta del buen levita es otra. Los ideales del Sermón de la Montaña son de más alta espiritualidad que los ideales de los salmos imprecatorios. Aun así, los ideales de los salmos imprecatorios no son malos---no, son buenos, son divinos en su origen y autoridad. Los salmos imprecatorios son himnos nacionales; expresan la cólera de una nación, no de un individuo. La humildad, mansedumbre y el perdón del enemigo son virtudes en un individuo; no necesariamente de una nación; de ningún modo del Pueblo Escogido de Yahveh, la gente que sabía por revelación que Yahveh deseaba que ellos fuesen una gran nación y debían expulsar a sus enemigos de la tierra que Él les dio. Su gran amor nacional por su propia gente postuló un gran amor nacional por Yahveh. El amor por Yahveh postuló un odio a los enemigos de Yahveh, y en la economía teocrática del pueblo judío, los enemigos de Yahveh eran los enemigos de Israel. Si tenemos en mente este propósito nacional, y no olvidamos que toda poesía, y especialmente la poesía semítica, es altamente coloreada y exagerada, no nos escandalizaremos por la falta de misericordia en los escritores de los salmos imprecatorios.

Las principales ideas teológicas de los salmos son aquéllas que se refieren a la Encarnación. ¿Hay salmos mesiánicos? Sin la ayuda del poder interpretativo auténtico de la Iglesia y sin hacer caso al consenso de los Padres, los protestantes generalmente han venido considerando los salmos como no mesiánicos ya sea en el significado literal o típico; la más antigua interpretación mesiánica es descartada como trivial y gastada. Delitzsch admite solamente el Salmo 110(109) como mesiánico en su significado literal. Cheyne niega tanto el significado mesiánico literal como el típico en los salmos ("Origen de los Salmos", 339). Davison (Hast., loc. Cit.) dice, "puede ser que el Salterio contiene apenas un solo ejemplo de profecía mesiánica directa". Los católicos siempre han sostenido que algunos de los salmos son mesiánicos en el significado, ya sea literal o típico. (vea Encarnación; Jesucristo; Mesías). El Nuevo Testamento claramente relaciona algunos salmos al Mesías. Los Padres son unánimes al interpretar muchos salmos como profecías de lo venidero, del reino, del sacerdocio, de la Pasión, de la Muerte y de la Resurrección de Jesucristo. El advenimiento del Mesías se predice en los salmos 18(17), 50(49), 68(67), 96(95) – 98(97). San Pablo (Ef. 4,8) interpreta la Ascensión de Cristo al cielo con las palabras del Salmo 68(67),19, descripción de la ascensión de Yahveh después de conquistar el mundo. El reino del Mesías se predice en los salmos 2, 18(17), 20(19), 21(20), 45(44), 61(60), 72(71), 89(88), 110(109), 132(131); el sacerdocio en el salmo 110(109). La Pasión y Muerte del Mesías están claras en los sufrimientos del siervo de Yahveh en los Salmos 22(21), 40(39), 69(68). El salmo 22(21) fue recitado en parte, quizás enteramente, por Cristo en la Cruz; el salmista describe como suyas propias las emociones y sufrimientos del Mesías. Por lo tanto la Comisión Bíblica (1 de mayo de 1910) rechaza la opinión de los que eliminan el carácter mesiánico y profético de los salmos y refieren sólo a la futura heredad del pueblo escogido aquellas palabras que son profecías referentes a Cristo. Cf. Maas, "Cristo en Tipo y profecía" (Nueva York, 1893).

Uso Litúrgico

A. Liturgia Judía: Ya se ha hablado del uso de los salmos en la liturgia judía. Vea también los artículos Sinagoga y Templo.

B. Liturgia Cristiana: El uso litúrgico cristiano del Salterio data del tiempo de Cristo y sus Apóstoles. Él recitó los Aleluyas en la última Pascua; los salmos 113(112) – 114(113a) antes de la Última Cena y los salmos 115(113b) – 118(117) después de eso; el salmo 22(21) fue recitado en su agonía; citas autorizadas de otros salmos aparecen en sus discursos y en los de sus apóstoles (cf. Lc. 20,42; 24,44; Hch. 1,20). Los apóstoles utilizaban los salmos en su culto (cf. Hch. 16,25; Stgo. 5,14; 1 Cor. 14,26). El servicio litúrgico más antiguo fue tomado del Salterio. San Pablo representa a los cristianos efesios, en toda apariencia, salmodiando, un coro respondiéndole a otro. “Recitad entre vosotros salmos, himnos y cánticos inspirados; cantad y salmodiad (psallontes) en vuestro corazón al Señor, dando gracias (eucharistountes) por todas las cosas” (Ef. 5,19). Probablemente se refiere al ágape Eucarístico. Una referencia similar referencia se encuentra en Col. 3,16. San Basilio (P.G., XXXII, 764) habla de este salmodiar en dos coros---antipsallein allelois. Se dice (Sócrates, “Historia de la Iglesia”, VI.8) que San Ignacio de Antioquía introdujo en la Iglesia de Antioquía la costumbre de salmodiar, o cántico antifonal. Esta costumbre de la sinagoga parece haber pasado desde Siria a Palestina y Egipto, a Asia Menor, Constantinopla y a Occidente. San Ambrosio fue el primero en inaugurar en Occidente el cántico de los salmos en dos coros (cf. Batiffol, “Histoire du breviaire romain”, 1893). En el Propio de los Tiempos (Proprium de Tempore) del rito romano, todos los salmos son cantados una vez a la semana, algunos, dos veces y otros, más a menudo. En maitines y laudes, de acuerdo con la numeración de la Vulgata, son cantados los salmos 1-111(110), excepto unos pocos que son fijos para prima y otras horas; en vísperas se recitan los salmos 112(111) - 147(146-147), excepto unos pocos fijados para otras horas. La gran alabanza alfabética de la Ley, salmo 119(118), está distribuido entre las horas prima, tercia, sexta y nona. Tanto los benedictinos, franciscanos, carmelitas y dominicos, quienes tienen sus propios ritos, todos cantan el Salterio una vez a la semana; los jesuitas siguen el ritual romano

En el rito latino, los salmos 6, 32(31), (38)37, (51)50, 102(101), 130(129), 143(142) (Douay) han sido recitados por largo tiempo, en el orden expuesto, como oraciones de contrición por el pecado; son gritos líricos del alma doliente y por lo tanto han sido llamados “salmos penitenciales”. El Papa Inocencio III (1198-1216) ordenó su recitación durante la Cuaresma. Fue el Papa San Pío V (1566-1572) quien estableció la costumbre, la cual ya no es de obligación general, por medio de la cual los salmos llegaron a ser parte del oficio ferial de los viernes de Cuaresma.

El rito ambrosiano, el cual aún todavía se usa en la catedral de Milán, distribuye los salmos en dos semanas. Los ritos orientales en unión con Roma (melquitas, maronitas, sirio, caldeo, cóptico, etíope, etc.) junto con las Iglesias Orientales heréticas, todos mantienen la recitación de los salmos como su Oficio Divino.


Bibliografía: Naturalmente, la bibliografía sobre los salmos es enorme y sólo puede señalarse una pequeña parte.

Padres Griegos: ORÍGENES, Selecta En Salmos en P.G., XII. 1043; IDEM, Homilia en Salmos en P.G., XII, 1319; IDEM, Originis Hexaplorum quae supersunt, ed. FIELD; EUSEBIO, Comentario sobre los Salmos en P.G., XXIII, 65; XXIV, 9; SAN ATANASIO, Epist. Ad Marcellinum en P.G., XXVII, 11; IDEM, Exégesis sobre los Salmos en P.G., XXVII, 55; IDEM, De Titulis Psalmorum en P.G., XXVII, 645; SAN BASILIO, Homiliae in Pss. en P.G., XXIX, 209; SAN DÍDIMO DE ALEJANDRIA en P.G., XXIX, 1155; SAN GREGORIO DE NISA en P.G., XLIV, 431, 608; SAN JUAN CRISÓSTOMO en P.G., LV, 35, 527; SAN CIRILO DE ALEJANDRIA en P.G., LXIX, 699; TEODORETO en P.G., LXXX, 857.

Padres Latinos: SAN AMBROSIO, Enarrationes En XII Salmos en P.L., XIV, 921; SAN JERÓNIMO, Liber Psalmorum juxta hebraicam veritatem en P.L., XXVIII, 1123; IDEM, Excerpta de Psalterio (Maredsous, 1895); IDEM, Epistolae en P.L., XXII, 433, 441, 837; IDEM, Breviarium in Psalmos en P.L., XXVI, 821; SAN AGUSTÍN, Enarrationes in Pss. en P.L., XXXVII, 67; IDEM, Expositio in Pss. C-CL in P.L., LI, 277; CASIODORO en P.L., LXX, 9.

Comentaristas de la Edad Media: BEDA, PEDRO LOMBARDO, SANTO TOMÁS, SAN BUENAVENTURA y otros de la Edad Media dependen principalmente de los Padres para sus interpretaciones. NICOLAS DE LIRA, en su Postilla, y el judío converso, PABLO, ARZOBISPO DE BURGOS, en sus Adiciones a la Postilla, nos da mucha de la interpretación rabínica.

Modernos: BELARMINO, Explicación sobre los Salmos (1611), fue por mucho el mejor comentador sobre los salmos hasta los tiempos recientes, pues usó métodos científicos en el criticismo textual; SCHEGG, Die Psalmen (Munich, 1845); ROHLING (1871); THALHOFER (Ratisbona, 1904); WOLTER, Psallite Sapienter (Freiburg im Br., 1904); BICKELL, Der Psalter (1884); VAN STEENKISTE (1870); PATRIZI, Cento Salmi tradotti e commentati (1875); MINOCHI, I Salmi tradotti del Testo Ebreo (1895); LE HIR, Les Psaumes traduits de l'hebreu en latin avec la Vulgate en regard (Paris, 1876); LESETRE (Paris, 1883); FILLION, Les Psaumes commentes selon la Vulgate et l'Hebreu (Paris, 1893); CRAMPTON (1889); PANNIER (1908); ZENNER-WIESMANN, Die Psalmen nach dem Urtext (Munster, 1906); NIGLUTSCH (Trent, 1905); EATON, Sing ye to the Lord (Londres, 1909); HOBERG, Die Psalmen nach der Vulgata (Freiburg, 1892); M'SWINEY, Psalms and Canticles (St. Louis, 1901).

Protestantes: los comentarios de DE WETTE (1811-56); HITZIG (1863-65); OLSHAUSEN (1853); HUPFELD (1855-88); EWALD (1839-66); DELITZSCH (1895); DUHM (Friburgo im Br., 1899); BAETHGEN (Gottingen, 1904); CHEYNE (New York, 1892); Comentario Crítico Internacional, ed. BRIGGS (New York, 1907), el mejor de los comentadores no católicos sobre los Salmos; KIRKPATRICK en la Biblia de Cambridge (1893-95).

Fuente: Drum, Walter. "Psalms." The Catholic Encyclopedia. Vol. 12. New York: Robert Appleton Company, 1911. <http://www.newadvent.org/cathen/12533a.htm>.

Traducido por Luz María Hernández Medina y Giovanni E. Reyes.