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Viernes, 19 de abril de 2024

Diferencia entre revisiones de «Sal»

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La sal, usada siempre para sazonar las comidas y para preservar cosas de la corrupción, tuvo desde los tiempos más remotos un carácter sagrado y religioso (v. [[religión]]).     
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La sal, usada siempre para sazonar las comidas y para preservar cosas de la corrupción, tuvo desde los [[tiempo]]s más remotos un carácter sagrado y [[religión|religioso]].     
  
El [[profeta Eliseo]] la empleó para hacer agradables las aguas de un pozo (2 Ry. 2,19ss).    Los orientales (v. [[Asia]]) la usaban para limpiar y endurecer la piel de un recién nacido (Ez. 16,4);   esparciendo sal sobre un pedazo de tierra ellos la dedicaban (v. [[dedicación]]) a los dioses;   en la Ley judía fue prescrita para los [[sacrificios]] y los [[Panes de la Presencia]] (Lev. 2,13).    En Mateo 5,13, la sal simboliza [[sabiduría]], aunque quizás originalmente tuvo una significación de [[exorcismo]].
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El [[profecía, profeta y profetisa|profeta]] [[Eliseo]] la empleó para hacer agradables las aguas de un [[pozos | pozo]] (2 [[Libros de los Reyes|Reyes]] 2,19ss).    Los [[Asia|orientales]] la usaban para limpiar y endurecer la piel de un recién nacido ([[Ezequiel|Ez.]] 16,4); esparciendo sal sobre un pedazo de tierra ellos la [[dedicación|dedicaban]] a los dioses; en la Ley judía fue prescrita para los [[sacrificio]]s y los [[panes de proposición]] ([[Levítico|Lev.]] 2,13).    En [[Evangelio según San Mateo|Mt.]] 5,13, la sal simboliza [[sabiduría]], aunque quizás originalmente tuvo una significación de [[exorcismo]].
  
Su uso en la [[Iglesia]] pertenece exclusivamente al [[rito romano]].    El ritual conoce dos tipos de sal para propósitos litúrgicos  (v. [[liturgia]]):   la sal bautismal y la sal bendita.    La primera, purificada y santificada por [[oraciones]] y exorcismos especiales, se daba al [[catecúmeno]] antes de entrar a la  iglesia para el [[bautismo]].    Según el quinto canon del [[Tercer Concilio de Cartago]] parecería que esa sal se administraba a los catecúmenos varias veces por año.    Este uso de la sal es certificado por [[San Agustín]] (Conf., I. 1, c. XI) y por [[Juan el Diácono]].    [[San Isidoro de Sevilla]] habla de ella (De off., II, XXI),  pero en la Iglesia española (v. [[España]]) no se generalizó.      La otra sal es exorcizada y bendecida en la preparación de [[agua bendita]] para las [[asperges]] antes de la [[Misa]] Mayor  del [[domingo]] y para uso de los [[fieles]] en sus casas.      La  fórmula de [[bendición]] actual está tomada del Sacramental Gregoriano (P.L., LXXVIII, 231).    Ambas, la sal bautismal y la sal bendita, pueden usarse otra vez sin una nueva bendición.
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Su uso en [[la Iglesia]] pertenece exclusivamente al [[rito romano]].    El ritual conoce dos tipos de sal para propósitos [[liturgia|litúrgicos]]: la sal bautismal y la sal bendita.     
  
El apéndice del [[ritual romano]] tiene una bendición de sal para el uso de animales y otra en [[honor]] de [[San Huberto]].   El  [[Pontifical Romano]] ordena que la sal sea bendecida y mezclada en agua (mezclada en giro con cenizas y vino) para la [[consagración]] de una iglesia (v. [[edificaciones eclesiásticas]]).    Esto también es del Sacramental Gregoriano.    Además, la sal (no especialmente bendita) puede usarse para purificar los dedos después de las sagradas unciones.  
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La primera, purificada y santificada por [[oración|oraciones]] y exorcismos especiales, se daba al [[catecúmeno]] antes de entrar a la iglesia para el [[bautismo]].   Según el quinto canon del Tercer [[Concilios de África|Concilio de Cartago]] parecería que esa sal se administraba a los catecúmenos varias veces por año.    Este uso de la sal es certificado por [[Vida de San Agustín de Hipona|San Agustín]] (Conf., I. 1, c. XI) y por [[Juan el Diácono]].    [[San Isidoro de Sevilla]] habla de ella (De off., II, XXI), pero en la Iglesia [[España|española]] no se generalizó.    
  
Mershman, Francis.   "Salt."   The Catholic Encyclopedia. Vol. 13. New York: Robert Appleton Company, 1912.     <http://www.newadvent.org/cathen/13403b.htm>.
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La otra sal es exorcizada y bendecida en la preparación de [[agua bendita]] para las [[asperges]] antes de la [[Sacrificio de la Misa | Misa]] Mayor del [[domingo]] y para uso de los [[fieles]] en sus casas. La fórmula de [[bendición]] actual está tomada del Sacramental Gregoriano (P.L., LXXVIII, 231).    Ambas, la sal bautismal y la sal bendita, pueden usarse otra vez sin una nueva [[bendición]].
Transcrito por Charlie Martín.      Traducido por José Luis Anastasio.
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Revisado y corregido por Luz María Hernández Medina.
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El apéndice del ritual romano tiene una bendición de sal para el uso de animales y otra en [[honor]] de [[San Huberto]].    El  [[Pontifical Romano]]  ordena que la sal sea bendecida y mezclada en agua (mezclada en giro con [[cenizas]] y vino) para la [[consagración]] de una [[edificaciones eclesiásticas|iglesia]].    Esto también es del Sacramental Gregoriano.    Además, la sal (no especialmente bendita) puede usarse para purificar los dedos después de las sagradas unciones.
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'''Fuente''':  Mershman, Francis. "Salt." The Catholic Encyclopedia. Vol. 13. New York: Robert Appleton Company, 1912.     <http://www.newadvent.org/cathen/13403b.htm>.
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Traducido por José Luis Anastasio.   lhm

Última revisión de 13:48 15 sep 2010

La sal, usada siempre para sazonar las comidas y para preservar cosas de la corrupción, tuvo desde los tiempos más remotos un carácter sagrado y religioso.

El profeta Eliseo la empleó para hacer agradables las aguas de un pozo (2 Reyes 2,19ss). Los orientales la usaban para limpiar y endurecer la piel de un recién nacido (Ez. 16,4); esparciendo sal sobre un pedazo de tierra ellos la dedicaban a los dioses; en la Ley judía fue prescrita para los sacrificios y los panes de proposición (Lev. 2,13). En Mt. 5,13, la sal simboliza sabiduría, aunque quizás originalmente tuvo una significación de exorcismo.

Su uso en la Iglesia pertenece exclusivamente al rito romano. El ritual conoce dos tipos de sal para propósitos litúrgicos: la sal bautismal y la sal bendita.

La primera, purificada y santificada por oraciones y exorcismos especiales, se daba al catecúmeno antes de entrar a la iglesia para el bautismo. Según el quinto canon del Tercer Concilio de Cartago parecería que esa sal se administraba a los catecúmenos varias veces por año. Este uso de la sal es certificado por San Agustín (Conf., I. 1, c. XI) y por Juan el Diácono. San Isidoro de Sevilla habla de ella (De off., II, XXI), pero en la Iglesia española no se generalizó.

La otra sal es exorcizada y bendecida en la preparación de agua bendita para las asperges antes de la Misa Mayor del domingo y para uso de los fieles en sus casas. La fórmula de bendición actual está tomada del Sacramental Gregoriano (P.L., LXXVIII, 231). Ambas, la sal bautismal y la sal bendita, pueden usarse otra vez sin una nueva bendición.

El apéndice del ritual romano tiene una bendición de sal para el uso de animales y otra en honor de San Huberto. El Pontifical Romano ordena que la sal sea bendecida y mezclada en agua (mezclada en giro con cenizas y vino) para la consagración de una iglesia. Esto también es del Sacramental Gregoriano. Además, la sal (no especialmente bendita) puede usarse para purificar los dedos después de las sagradas unciones.


Fuente: Mershman, Francis. "Salt." The Catholic Encyclopedia. Vol. 13. New York: Robert Appleton Company, 1912. <http://www.newadvent.org/cathen/13403b.htm>.

Traducido por José Luis Anastasio. lhm