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Viernes, 29 de marzo de 2024

Purgatorio: Secuencia (De un autor anónimo del siglo XII)

De Enciclopedia Católica

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  • ¡Oh día aquél, en que el mundo se disolverá, atestiguándolo David y la Sibila!
  • La trompeta, al esparcir su atronador sonido por la región de los sepulcros, reunirá a todos ante el trono de Dios.
  • La muerte se asombrará y la naturaleza, cuando resucite la criatura, para responder ante el *Abriráse el libro, en que está escrito todo aquello de que el mundo ha de ser juzgado.
  • Luego que el Juez se hubiere sentado, aparecerá todo lo oculto; nada quedará sin venganza.
  • ¿Qué he de decir entonces yo miserable? ¿A qué valedor acudiré, cuando aún el justo apenas estará seguro?
  • ¡Oh Rey de terrible majestad! Que a los que se han de salvar, los salvas gratuitamente, sálvame fuente de bondad
  • Acuérdate, piadoso Jesús, de que soy causa de que vinieses al mundo; no me pierdas en aquel día.
  • Al buscarme, fatigado te sentaste; me redimiste sufriendo en la cruz; que no sea vano tanto trabajo.
  • ¡Oh justo Juez de las venganzas! Concédeme el perdón antes del día de la cuenta.
  • Gimo como reo; la culpa ruboriza mi cara. Perdona, Señor, al que lo suplica.
  • Tú que perdonaste a María (Magdalena), y oíste al buen Ladrón, y a mí mismo me diste esperanza.
  • Mis plegarias no son dignas; pero Tú, bueno muéstrame benigno para que no arda yo en el fuego eterno.
  • Dame un lugar entre tus ovejas, y apártame de los cabritos, colocándome a tu lado derecho.
  • Arrojados los malditos a las llamas eternas, llámame con los Benditos.
  • Ruégote suplicante y anonadado, con el corazón desecho como el polvo, que tengas cuidado de mi fin.
  • ¡Oh día de lágrimas aquél en que saldrá del polvo!
  • ¡El hombre para ser juzgado como reo! Perdona a éste, Señor.
  • Piadoso Jesús, dales el descanso. Amén.