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Viernes, 19 de abril de 2024

Diferencia entre revisiones de «Oratorio»

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(latín oratorium, de orare, rezar)
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Como se entiende en la actualidad, el término oratorio denota una composición musical para voces solistas, [[coro (grupo de cantantes) | coro]], orquesta y [[órgano]], a un texto [[religión | religioso]] tomado generalmente de la [[Biblia | Sagrada Escritura]].  El elemento dramático del texto depende sólo de la música para su expresión.
  
El significado general de oratorio es lugar de oración, pero técnicamente significa una estructura diferente a la iglesia parroquial establecida por la autoridad eclesiástica para la oración y la celebración de la Misa. Los oratorios parecen haberse originado de las capillas erigidas sobre las tumbas de los primeros mártires, a donde los fieles acudían a rezar, y también de la necesidad de tener un lugar de culto para la gente de las zonas rurales cuando las iglesias estaban restringidas a las ciudades sede de un obispo. También encontramos menciones tempranas de oratorios privados para la celebración de la Misa por obispos, y posteriormente, de oratorios anexos a los conventos y a las residencias de algunos nobles. En la Iglesia Oriental, donde la organización parroquial no es tan completa ni tan rígida como en Occidente, los oratorios privados eran bastante numerosos, al grado de constituir un abuso. En la Iglesia Latina los oratorios se clasifican en (1) públicos, (2) semipúblicos, y (3) privados.
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La tradición de que el oratorio se originó en el [[Oratorio (Lugar de Oración) | oratorio]] de [[San Felipe Neri]] fue atacada a fines del siglo XIX, especialmente por el historiador y crítico E. Schelle, en la "Neue Zeitschrift für Musik" (Leipzig, 1864). El punto principal que expone es que los oratorios de San Girolamo y Santa Maria en Vallicela, en [[Roma]], no eran adecuados para la realización de dramas sacros.   En refutación, baste recordar el hecho establecido de que la ''rapprasentazione sacra'' “Anima e corpo” de Emiglio del Cavaglieri, tuvo su primera presentación en la Vallicella (Chiesa Nuova) en 1600, cinco años después de la muerte de San Felipe.  Aunque el nombre ''oratorio'' no se aplicó a la nueva forma hasta sesenta años más tarde (Andrea Bontempi, 1624 hasta 1705), hay una tradición ininterrumpida que relaciona los ejercicios establecidos por San Felipe con el período en que la nueva forma de arte recibió su carácter definitivo.   Mientras que en el siglo XVI la música [[liturgia | litúrgica]] polifónica alcanzó su mayor desarrollo, la música secular exaltó un solo ''conjunto'' o forma coral, el madrigal [1].  El espíritu del [[Renacimiento]], que es la rebelión contra el dominio de las artes por el espíritu de [[la Iglesia]], llevó a la restauración de la monodia [2] griega, y gradualmente perfeccionó composiciones para una o más voces y los instrumentos que finalmente culminaron en la ópera.  
  
1. Oratorios públicos
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Cuando San Felipe se dio cuenta del gran poder de la música, estipuló en la regla para su congregación “que sus padres junto con los [[fieles]], se debían elevar a la [[contemplación]] de las cosas [[cielo | celestiales]] por medio de la [[armonía]] musical”.  Aprovechó la oportunidad de la nueva tendencia y la convirtió en la base de una nueva forma en la que, quizás inconscientemente, puso un sello que se ha conservado desde entonces.  Prácticamente creó un estilo a medio camino entre la [[música de la Misa | música litúrgica]] y la secular.  Su [[amor]] por la sencillez le llevó a oponerse y contrarrestar el prevaleciente estilo artificial, semi-[[paganismo | pagano]] y oratorio que tenía su equivalente musical en el despliegue de habilidad en el [[contrapunto]] que se practicaba tanto en ese momento.  Atrajo hacia sí a maestros como [[Giovanni Animuccia]] y [[Giovanni Pierluigi da Palestrina | Palestrina]], los formó espiritualmente, y les pidió que musicalizaran, en estilo sencillo y claro, para tres o cuatro voces, los poemas cortos en la lengua vernácula, generalmente escritos por él mismo, y llamados "Laudi espirituali".  Muchos de éstos fueron conservados por F. Soto di Langa, un músico y [[discípulo]] del [[Comunión de los Santos | santo]].  Alternaban su ejecución con lecturas espirituales, la [[oración]] y un [[homilía | sermón]] predicado por uno de los padres, por un [[laicos | laico]] o incluso por un niño.  A partir de estos ejercicios, que atraían a multitudes y adquirieron gran renombre en toda [[Italia]], no hubo más que un paso hacia la ''Commedia harmonica'' “Amfiparnasso”, de Orazio Vecchi (1550 – 1605), un diálogo en forma de madrigal entre dos coros (estrenado en [[Módena]] en 1594), y una ''rapprasentazione sacra'' “Anima e corpo” de Cavaglieri.  Esta última consistía de frases cortas para una sola voz, de forma más variada que el ''recitativo secco'', pero aún no suficientemente desarrollada como para tener una fisonomía melódica diferente, acompañada por instrumentos y números corales o madrigales.  Producciones similares se multiplicaron rápidamente.  Dondequiera que los [[Oratorio de San Felipe Neri | oratorianos]] se establecían cultivaban esta forma para atraer a los jóvenes.  La [[biblioteca]] municipal de [[Hamburgo]] contiene una colección, reunida por Chrysander, de veintidós textos diferentes que se originaron con los discípulos de [[San Felpe Neri | San Felipe]] en la segunda mitad del siglo XVII.  Aún más activos en la creación y propagación de estas producciones dramático-musicales a lo largo de este período fueron los [[Compañía de Jesús | jesuitas]], que, especialmente en [[Alemania]], utilizaron estos dramas musicales en sus [[escuelas]] y [[colegio]]s en todas partes.  Hasta la última parte del siglo XVII, la carga de los textos de estas composiciones era o una [[leyendas de los santos | leyenda]], la historia de una [[conversión]], la vida de un santo o la pasión de un [[mártir]].  
  
Son erigidos canónicamente por el obispo y perpetuamente dedicados a los divinos oficios. Deben tener una entrada y una salida a la vía pública. Los sacerdotes que celebran Misa en oratorios públicos deben conformarse al oficio propio de aquel oratorio, ya sea secular o regular. Si, de cualquier forma, el calendario del oratorio permite la celebración de una Misa votiva, el sacerdote visitante puede celebrar en conformidad con su propio calendario diocesano o regular.
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Entre los que cultivaron, o ayudaron a desarrollar, el oratorio en Italia estuvieron Benedetto Ferrari (1597-1681), "Samsone"; [[Agostini Agazzari]] (1578-1640), ''dramma pastorale'', "Eumelio"; Loreto Vitorii (1588-1670) "La pellegrina costante", "Sant' Ignazio Loyola". [[Giacomo Carissimi]] (1604-74), por quien el oratorio tuvo un notable avance, fue el primer maestro en buscar sus textos en las [[Biblia | Sagradas Escrituras]]. Sus obras, con textos en italiano o latín, muchas de las cuales se conservan todavía (vea [[Giacomo Carissimi]]) junto con las de sus contemporáneos, muestran prácticamente la misma construcción que se sigue en la actualidad: recitativos, arias, dúos y terzettos, alternando con [[coro (grupo de cantantes) | coros]] dobles y sencillos y números instrumentales.  El ''Historicus'' o narrador (designado en algunas partituras por la palabra ''testo'', "texto") ha sustituido a la pantalla panorámica y la acción dramática.  La orquestación de Carissimi presenta un ingenio y encanto antes desconocidos.  Su oratorio "Jephtha" (en un arreglo por el Dr. Immanuel Faisst) fue interpretado exitosamente en Lepizig en 1873.  Luego de él, el más grande maestro italiano fue [[Alessandro Scarlatti]] (1659-1725) un discípulo de Francesco Provenzale y Carissimi.  Sus obras principales son "I dolori di Maria" y "Il Sacrificio d'Abramo".  
  
2. Oratorios semipúblicos
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Por esa época, el liderazgo pasó a Alemania, donde Heinrich Schütz (1585-1672) había preparado anteriormente el terreno para sus composiciones conocidas como "música de la Pasión" y otras obras semejantes al oratorio italiano.  Otros que habían recibido su formación en Italia, pero cuya actividad se limitó principalmente a Alemania, y que trasplantaron el oratorio allí, fueron Ignatius Jacob Holzbauer (1711-83), "Bethulia liberata"; Johann Adolphe Hasse (1699-1783), "La Conversione di S. Agostino" etc.; Antonio Caldara (1670-1736); Nicolo Jomelli (1714-1774); Marc-Antoine Charpentier (1634-1704), [[discípulo]] de Carissimi y un talentoso compositor, escribió, además de un gran número de obras para [[la Iglesia]], dieciocho oratorios al estilo de su maestro que estaba muy en boga en [[Francia]].  Su "Reniement de St. Pierre" fue revivido con gran éxito en [[París]] a fines del siglo XIX, y desde entonces ha sido publicado.  En las manos de Johann Mattheson (1681-1764), el oratorio se identificó con el [[culto cristiano | culto]] [[protestantismo | protestante]] en Alemania.  Contemporáneo de George Frederick Händel (1685-1759), escribió veinticuatro oratorios, destinado a  ser dividido en dos partes por un [[homilía | sermón]], y el conjunto constituía un servicio [[religión | religioso]].  Tomaba sus textos mayormente de la [[Escritura]]. Presentaba los eventos bíblicos en relación y contraste con los acontecimientos contemporáneos, y extraía una moraleja.  Otros que cultivaron el oratorio, particularmente en la Alemania protestante, fueron George Philip Telemann (1681-1767), Constantine Bellermann (1696-1758)  y Dietrich Buxtehude (1637-1707).  
  
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A través de Händel el oratorio alcanzó una posición en el arte musical más importante que en cualquier período anterior de su historia y nunca superado desde entonces.  En sus manos se convirtió en la expresión de la sólida [[fe]] de Sajonia no afectada por el [[espíritu]] de la [[duda]] latente en la revuelta religiosa del siglo XVI.  Formado en Alemania e [[Italia]], unió en grado eminente las más altas dotes creativas.  Pasó en [[Inglaterra]] el período más productivo de su vida, y luego de haber cultivado la ópera durante cierto número de años, finalmente se volvió al oratorio, en cuya forma produjo una serie de obras  ("El [[Mesías]]”, "[[israelitas | Israel]] en [[Egypto]]", "[[Saúl]]", "[[Jefté]]", "Belshazar", "[[Sansón]]" etc.) sin rival por la grandeza heroica y brillantez.  Se puede decir que expresan más adecuadamente el ideal religioso nacional de un pueblo [[cristianismo | cristiano]] protestante que su forma de culto.  Esto sin duda explica el [[interés]] que el pueblo de Inglaterra y de la [[Alemania]] protestante sentían por las representaciones de oratorios.  [[Franz Joseph Haydn]] (1732-1809) produjo dos de los más grandes oratorios que poseemos:  "La [[creación]]" y "Las Estaciones".  Si bien están compuestos en textos seculares, respiran la más tierna [[virtud de religión | piedad]] y [[felicidad | alegría]] a través de una riqueza inagotable de la lírica y la música sublime.  Un tercer oratorio, "Ritorno di Tobia", sobre un texto bíblico, no tiene la misma importancia, ni [[Wolfgang Amadeus Mozart  | Mozart]] (1756 - 91), en su único oratorio, "Davidde penitente", logró el nivel artístico de la [[mayoría]] de sus producciones.  [[Ludwig van Beethoven]] (1770-1827) escribió un oratorio, "El Monte de los Olivos", que le muestra en su mejor momento.
  
Son aquellos que, aunque erigidos en un edificio privado, están destinados para el uso de una comunidad. Tales son los oratorios de los seminarios, congregaciones pías, colegios, hospitales, prisiones o instituciones afines. Si hay varios oratorios en un edificio, sólo aquel en el que se preserve el Santísimo Sacramento tiene los privilegios de un oratorio semipúblico. Todos los oratorios semipúblicos (cuya clasificación incluye técnicamente a la capilla privada de un obispo) están en el mismo tenor que los oratorios públicos en lo que concierne a la celebración de la Misa. El calendario de las festividades que se observa en ellos (a menos que pertenezcan a una orden regular que tenga el suyo propio) es el de la diócesis. En los oratorios pertenecientes a religiosas, las festividades de su comunidad se celebran en acuerdo con los decretos o los privilegios concedidos que hayan recibido de la Santa Sede. Los clérigos regulares de visita en un oratorio semipúblico no pueden celebrar las fiestas de los santos de su propia orden a menos que el calendario propio del oratorio prescriba lo mismo o permita una Misa votiva. Los oratorios públicos y semipúblicos están por lo regular bajo el control de un obispo. La Congregación de Ritos declaró (23 de enero de 1899): "En aquellos (oratorios), como puede ofrecerse el sagrado sacrificio de la Misa por la autoridad del ordinario, así también todos los ahí presentes pueden satisfacer en procedencia el precepto que obliga a los fieles a escuchar Misa en los días prescritos". El mismo decreto también da una definición autorizada de los tres tipos de oratorios.
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Felix Mendelssohn-Bartholdy (1809-47), en "[[Elías]]" y "[[San Pablo]]", vuelve a la característica protestante inicial de dejar a la supuesta congregación o audiencia participar en la ejecución de cantar los corales o [[himno]]s eclesiásticos, cuyos textos consisten en reflexiones y meditaciones sobre lo que ha precedido.  A partir de este período, el oratorio comienza a ser cultivado casi exclusivamente por [[católico]]s.  [[Franz Liszt]] (1811 - 1886), con su "Christus" y "Legende der Heiligen Elizabeth", abre una era nueva y claramente católica. Francia, que, desde los días de Charpentier, prácticamente había olvidado el oratorio, quizás debido a que la ópera era más atractiva para el gusto y temperamento franceses, y debido a la falta de cantantes aficionados, en el último cuarto del siglo XIX, proporcionó un número de obras notables.   [[Charles-François Gounod | Gounod]] (1818-93) con su “Redención”, y “Muerte y Vida” le dio un ímpetu renovado al cultivo del oratorio.  El “Sansón” y “Dalila” de Camille Saint-Saëns (1835 - 1921) puede ser ejecutado como oratorio o como ópera; como ópera gozó de gran favor. Jules Massenet (1842 - 1912) ensayó la forma con su “[[Eva]]” y [[Santa María Magdalena | María Magdalena]]”, pero su estilo es demasiado sensacionalista y melodramático para poder llevar el texto. La “Cruzada de los Niños” de Gabriel Pierné (1863-1937) y la obra más pequeña “Los Niños en [[Belén]]”, obtuvieron gran popularidad en [[Europa]] y [[América]].  
  
3. Oratorios privados
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En Italia, el único representante notable en más de doscientos años es Don Lorenzo Perosi (1872-1956), con su trilogía de "La [[Pasión de Cristo en los Cuatro Evangelios | Pasión]] de Nuestro Señor según [[Evangelio según San Marcos|San Marcos]]", "La Transfiguración de [[Jesucristo | Cristo]]", y "La Resurrección de [[Lázaro]]", un" Oratorio de [[Navidad]]","[[Papa San León I Magno | León el Grande]]", y" El Juicio Final ".  [[Bélgica]] e Inglaterra han producido los tres exponentes más notables del oratorio durante la segunda mita del siglo XIX.  Los oratorios de César Augusto Franck (1822-90), "Ruth", "Rebeca", "Redención", y, sobre todo, su "Bienaventuranzas", están entre las más grandes entre las obras modernas de ese género.  Edward William Elgar (1857 - 1934) se hizo famoso por su "Sueño de Geroncio" y sus "[[los Apóstoles | Apóstoles".  Pero Edgar tinel (l854-1912) es probablemente en más talentoso entre los católicos modernos que han reclamado el oratorio de la supremacía no católica.  Su mundialmente famoso "[[San Francisco de Asís]]" es tal vez más notable por las alturas espirituales que revela que por su fuerza dramática.  Otras obras suyas que han llamado la atención son "Godoleva" y "Santa Catalina".  Es un augurio [[felicidad | feliz]] que todos estos autores, en la vanguardia de los compositores de hoy en día, ordenen la más alta capacidad creativa y constructiva que les permite convertirse en los canales católicos de todas las conquistas modernas en los medios de expresión.  La Sociedad del Oratorio Católico de Nueva York fue fundada en 1904 para promover el [[conocimiento]] y la reproducción de los oratorios que mejor ejemplifican el ideal [[religión | religioso]].
  
  
Son aquellos erigidos en casas privadas por un privilegio de la Santa Sede, para la conveniencia de algunas personas o una familia. Solamente pueden construirse con el permiso del Papa. Los oratorios en casas privadas datan de los tiempos apostólicos, cuando los Misterios Sagrados no podían celebrarse públicamente debido a las persecuciones. Aún después de la paz de Constantino la costumbre prevaleció. Los reyes y nobles, especialmente, erigieron aquellos oratorios en sus palacios. Desde el reinado del emperador Justiniano existían regulaciones que distinguían a los oratorios privados de las iglesias públicas, y prohibiciones contra la celebración de Misa en casas privadas (Novel., lviii y cxxxi). Los permisos para celebrar, de cualquier forma, fueron concedidos libremente en el Occidente por los Papas y los Concilios. El último decreto que ha regulado los oratorios privados es el de la Sagrada Congregación de la Disciplina de los Sacramentos, expedido el 7 de febrero de 1909. De acuerdo a éste los oratorios privados son concedidos por la Santa Sede únicamente sobre la base de la convalecencia, la dificultad de acceso a una iglesia pública o como premio por servicios rendidos a la Santa Sede o a la causa católica. La concesión de un oratorio privado puede ser temporal o vitalicia para el concesionario, de acuerdo con la causa que sea aducida. En cualquier caso, la concesión simple de un oratorio implica que sólo podrá celebrarse una Misa al día, que el precepto de la Iglesia concerniente a oír Misa en los días prescritos (ciertas fiestas particulares, generalmente especificadas en el indulto expedido) puede ser satisfecho solamente por los concesionarios, y que la determinación del lugar, la ciudad, y la diócesis donde será erigido el oratorio, sea aprobada. El rescripto es enviado al ordinario. El decreto entonces incluye las diversas extensiones de los privilegios, mencionados con anterioridad, que pueden ser concedidos a los concesionarios:
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'''Bibliografía''':  CAPECELATRO, tr. POPE, The Life of St. Philip Neri (London, 1894); KRETZSCHMAR, Führer durch den Concertsaal, II (Leipzig, 1899); REIMANN, Geschichte der Musiktheorie (Leipzig, 1898); SPITTA, Die Passionsmusiken von Sebastian Bach und Heinrich Schütz (Hamburg, 1893); Jahrbuch der Musikbibliothek Peters für 1903 (Leipzig, 1904).
  
a. sobre el cumplimiento del precepto de oír Misa
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'''Fuente''': Otten, Joseph. "Oratorio." The Catholic Encyclopedia. Vol. 11. New York: Robert Appleton Company, 1911. <http://www.newadvent.org/cathen/11270a.htm>.
Esto es generalmente concedido por el indulto sólo a los siguientes: familiares del concesionario que viven bajo el mismo techo que él, dependientes de la familia, e invitados. Los otros habitantes de la casa no cumplen con el precepto a menos que sea una Misa de funeral o que, a causa de la distancia, les sea imposible asistir a una iglesia pública. Si el oratorio fuese rural, los empleados de la finca pueden oír Misa ahí, en cuyo caso el concesionario debe proveer instrucción doctrinal y una explicación del Evangelio. Lo mismo se aplica para un oratorio privado en un campo o un castillo o un dominio amplio. En circunstancias bastante peculiares (juzgadas por el ordinario) los demás pueden escuchar Misa en un oratorio privado mientras las condiciones prevalezcan.
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Traducido por Luz María Hernández Medina.  rc
  
b. sobre oír Misa en la ausencia de los concesionarios
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'''NOTAS:'''
Esto está permitido en la presencia de algún pariente que viva bajo el mismo techo, pero la concesión debe entenderse en una ausencia temporal de los concesionarios, y que el pariente esté expresamente dispuesto. Lo mismo se extiende al principal entre los conocidos, sirvientes rurales o dependientes.
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[1]  Madrigal:  (a)  Poema breve, generalmente de tema amoroso, en que se combinan versos de siete y de once sílabas.
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(b) Composición musical para varias voces, sin acompañamiento, sobre un texto generalmente lírico.
  
 
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[2]  Monodia:  Canto a una sola voz.
c. sobre el número de Misas
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Si los concesionarios son dos sacerdotes hermanos, ambos pueden celebrar Misa. Una Misa de acción de gracias también está permitida si el ordinario lo recomienda. Los sacerdotes que estén invitados pueden celebrar la Misa en el oratorio de la casa donde se aloja si tienen alguna carta de recomendación del ordinario, bajo la condición de que estén enfermos o que la iglesia esté lejos. También pueden celebrarse varias Misas durante la agonía o en la muerte o en el aniversario de uno de los concesionarios, y asimismo en la festividad de su santo patrono.
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d. sobre las festividades mayores
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Por una extensión de privilegios, la Misa diaria es permitida en los oratorios privados, excepto en la festividad del patrono local, la Asunción, la Navidad y la Pascua. Algunas veces la concesión puede extenderse también a las tres primeras fiestas, pero muy raras veces a la Pascua, y para ésta última solamente se extiende bajo la recomendación urgente del ordinario, excepción hecha únicamente para los concesionarios que sean sacerdotes convalecientes.
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e. sobre las concesiones
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Algunas veces un concesionario puede tener los derechos de oratorios privados en dos diócesis, pero en dichos casos ambos ordinarios deben dar cartas testimoniales. En el caso de que el oratorio esté situado en un lugar donde el párroco deba celebrar dos Misas el mismo día, un sacerdote de algún otro lugar puede oficiar Misa en el oratorio, pero no puede oficiar otra Misa adicional. Un oratorio cercano a un cuarto de enfermos también está permitido en ocasiones durante la enfermedad. Este decreto asimismo permite que los ordinarios (solamente en diez casos) concedan un oratorio privado a sacerdotes pobres que estén ancianos y dolientes. Es de notarse que esta legislación es una extensión muy liberal de los requisitos que gobernaban anteriormente a los oratorios privados.
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TAUNTON, Law of the Church (Londres, 1906), s. v. Oratory; FERRARIS, Bibliotheca canonica (Roma, 1889), s. v. Oratorium; Analecta Eccles. (Roma, abril de 1910).
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WILLIAM H. W. FANNING
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Transcrito por Douglas J. Potter
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Dedicado al Sagrado Corazón de Jesús
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Traducido por Francisco Con Garza
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Revisión de 15:27 8 dic 2010

Como se entiende en la actualidad, el término oratorio denota una composición musical para voces solistas, coro, orquesta y órgano, a un texto religioso tomado generalmente de la Sagrada Escritura. El elemento dramático del texto depende sólo de la música para su expresión.

La tradición de que el oratorio se originó en el oratorio de San Felipe Neri fue atacada a fines del siglo XIX, especialmente por el historiador y crítico E. Schelle, en la "Neue Zeitschrift für Musik" (Leipzig, 1864). El punto principal que expone es que los oratorios de San Girolamo y Santa Maria en Vallicela, en Roma, no eran adecuados para la realización de dramas sacros. En refutación, baste recordar el hecho establecido de que la rapprasentazione sacra “Anima e corpo” de Emiglio del Cavaglieri, tuvo su primera presentación en la Vallicella (Chiesa Nuova) en 1600, cinco años después de la muerte de San Felipe. Aunque el nombre oratorio no se aplicó a la nueva forma hasta sesenta años más tarde (Andrea Bontempi, 1624 hasta 1705), hay una tradición ininterrumpida que relaciona los ejercicios establecidos por San Felipe con el período en que la nueva forma de arte recibió su carácter definitivo. Mientras que en el siglo XVI la música litúrgica polifónica alcanzó su mayor desarrollo, la música secular exaltó un solo conjunto o forma coral, el madrigal [1]. El espíritu del Renacimiento, que es la rebelión contra el dominio de las artes por el espíritu de la Iglesia, llevó a la restauración de la monodia [2] griega, y gradualmente perfeccionó composiciones para una o más voces y los instrumentos que finalmente culminaron en la ópera.

Cuando San Felipe se dio cuenta del gran poder de la música, estipuló en la regla para su congregación “que sus padres junto con los fieles, se debían elevar a la contemplación de las cosas celestiales por medio de la armonía musical”. Aprovechó la oportunidad de la nueva tendencia y la convirtió en la base de una nueva forma en la que, quizás inconscientemente, puso un sello que se ha conservado desde entonces. Prácticamente creó un estilo a medio camino entre la música litúrgica y la secular. Su amor por la sencillez le llevó a oponerse y contrarrestar el prevaleciente estilo artificial, semi- pagano y oratorio que tenía su equivalente musical en el despliegue de habilidad en el contrapunto que se practicaba tanto en ese momento. Atrajo hacia sí a maestros como Giovanni Animuccia y Palestrina, los formó espiritualmente, y les pidió que musicalizaran, en estilo sencillo y claro, para tres o cuatro voces, los poemas cortos en la lengua vernácula, generalmente escritos por él mismo, y llamados "Laudi espirituali". Muchos de éstos fueron conservados por F. Soto di Langa, un músico y discípulo del santo. Alternaban su ejecución con lecturas espirituales, la oración y un sermón predicado por uno de los padres, por un laico o incluso por un niño. A partir de estos ejercicios, que atraían a multitudes y adquirieron gran renombre en toda Italia, no hubo más que un paso hacia la Commedia harmonica “Amfiparnasso”, de Orazio Vecchi (1550 – 1605), un diálogo en forma de madrigal entre dos coros (estrenado en Módena en 1594), y una rapprasentazione sacra “Anima e corpo” de Cavaglieri. Esta última consistía de frases cortas para una sola voz, de forma más variada que el recitativo secco, pero aún no suficientemente desarrollada como para tener una fisonomía melódica diferente, acompañada por instrumentos y números corales o madrigales. Producciones similares se multiplicaron rápidamente. Dondequiera que los oratorianos se establecían cultivaban esta forma para atraer a los jóvenes. La biblioteca municipal de Hamburgo contiene una colección, reunida por Chrysander, de veintidós textos diferentes que se originaron con los discípulos de San Felipe en la segunda mitad del siglo XVII. Aún más activos en la creación y propagación de estas producciones dramático-musicales a lo largo de este período fueron los jesuitas, que, especialmente en Alemania, utilizaron estos dramas musicales en sus escuelas y colegios en todas partes. Hasta la última parte del siglo XVII, la carga de los textos de estas composiciones era o una leyenda, la historia de una conversión, la vida de un santo o la pasión de un mártir.

Entre los que cultivaron, o ayudaron a desarrollar, el oratorio en Italia estuvieron Benedetto Ferrari (1597-1681), "Samsone"; Agostini Agazzari (1578-1640), dramma pastorale, "Eumelio"; Loreto Vitorii (1588-1670) "La pellegrina costante", "Sant' Ignazio Loyola". Giacomo Carissimi (1604-74), por quien el oratorio tuvo un notable avance, fue el primer maestro en buscar sus textos en las Sagradas Escrituras. Sus obras, con textos en italiano o latín, muchas de las cuales se conservan todavía (vea Giacomo Carissimi) junto con las de sus contemporáneos, muestran prácticamente la misma construcción que se sigue en la actualidad: recitativos, arias, dúos y terzettos, alternando con coros dobles y sencillos y números instrumentales. El Historicus o narrador (designado en algunas partituras por la palabra testo, "texto") ha sustituido a la pantalla panorámica y la acción dramática. La orquestación de Carissimi presenta un ingenio y encanto antes desconocidos. Su oratorio "Jephtha" (en un arreglo por el Dr. Immanuel Faisst) fue interpretado exitosamente en Lepizig en 1873. Luego de él, el más grande maestro italiano fue Alessandro Scarlatti (1659-1725) un discípulo de Francesco Provenzale y Carissimi. Sus obras principales son "I dolori di Maria" y "Il Sacrificio d'Abramo".

Por esa época, el liderazgo pasó a Alemania, donde Heinrich Schütz (1585-1672) había preparado anteriormente el terreno para sus composiciones conocidas como "música de la Pasión" y otras obras semejantes al oratorio italiano. Otros que habían recibido su formación en Italia, pero cuya actividad se limitó principalmente a Alemania, y que trasplantaron el oratorio allí, fueron Ignatius Jacob Holzbauer (1711-83), "Bethulia liberata"; Johann Adolphe Hasse (1699-1783), "La Conversione di S. Agostino" etc.; Antonio Caldara (1670-1736); Nicolo Jomelli (1714-1774); Marc-Antoine Charpentier (1634-1704), discípulo de Carissimi y un talentoso compositor, escribió, además de un gran número de obras para la Iglesia, dieciocho oratorios al estilo de su maestro que estaba muy en boga en Francia. Su "Reniement de St. Pierre" fue revivido con gran éxito en París a fines del siglo XIX, y desde entonces ha sido publicado. En las manos de Johann Mattheson (1681-1764), el oratorio se identificó con el culto protestante en Alemania. Contemporáneo de George Frederick Händel (1685-1759), escribió veinticuatro oratorios, destinado a ser dividido en dos partes por un sermón, y el conjunto constituía un servicio religioso. Tomaba sus textos mayormente de la Escritura. Presentaba los eventos bíblicos en relación y contraste con los acontecimientos contemporáneos, y extraía una moraleja. Otros que cultivaron el oratorio, particularmente en la Alemania protestante, fueron George Philip Telemann (1681-1767), Constantine Bellermann (1696-1758) y Dietrich Buxtehude (1637-1707).

A través de Händel el oratorio alcanzó una posición en el arte musical más importante que en cualquier período anterior de su historia y nunca superado desde entonces. En sus manos se convirtió en la expresión de la sólida fe de Sajonia no afectada por el espíritu de la duda latente en la revuelta religiosa del siglo XVI. Formado en Alemania e Italia, unió en grado eminente las más altas dotes creativas. Pasó en Inglaterra el período más productivo de su vida, y luego de haber cultivado la ópera durante cierto número de años, finalmente se volvió al oratorio, en cuya forma produjo una serie de obras ("El Mesías”, " Israel en Egypto", "Saúl", "Jefté", "Belshazar", "Sansón" etc.) sin rival por la grandeza heroica y brillantez. Se puede decir que expresan más adecuadamente el ideal religioso nacional de un pueblo cristiano protestante que su forma de culto. Esto sin duda explica el interés que el pueblo de Inglaterra y de la Alemania protestante sentían por las representaciones de oratorios. Franz Joseph Haydn (1732-1809) produjo dos de los más grandes oratorios que poseemos: "La creación" y "Las Estaciones". Si bien están compuestos en textos seculares, respiran la más tierna piedad y alegría a través de una riqueza inagotable de la lírica y la música sublime. Un tercer oratorio, "Ritorno di Tobia", sobre un texto bíblico, no tiene la misma importancia, ni Mozart (1756 - 91), en su único oratorio, "Davidde penitente", logró el nivel artístico de la mayoría de sus producciones. Ludwig van Beethoven (1770-1827) escribió un oratorio, "El Monte de los Olivos", que le muestra en su mejor momento.

Felix Mendelssohn-Bartholdy (1809-47), en "Elías" y "San Pablo", vuelve a la característica protestante inicial de dejar a la supuesta congregación o audiencia participar en la ejecución de cantar los corales o himnos eclesiásticos, cuyos textos consisten en reflexiones y meditaciones sobre lo que ha precedido. A partir de este período, el oratorio comienza a ser cultivado casi exclusivamente por católicos. Franz Liszt (1811 - 1886), con su "Christus" y "Legende der Heiligen Elizabeth", abre una era nueva y claramente católica. Francia, que, desde los días de Charpentier, prácticamente había olvidado el oratorio, quizás debido a que la ópera era más atractiva para el gusto y temperamento franceses, y debido a la falta de cantantes aficionados, en el último cuarto del siglo XIX, proporcionó un número de obras notables. Gounod (1818-93) con su “Redención”, y “Muerte y Vida” le dio un ímpetu renovado al cultivo del oratorio. El “Sansón” y “Dalila” de Camille Saint-Saëns (1835 - 1921) puede ser ejecutado como oratorio o como ópera; como ópera gozó de gran favor. Jules Massenet (1842 - 1912) ensayó la forma con su “Eva” y María Magdalena”, pero su estilo es demasiado sensacionalista y melodramático para poder llevar el texto. La “Cruzada de los Niños” de Gabriel Pierné (1863-1937) y la obra más pequeña “Los Niños en Belén”, obtuvieron gran popularidad en Europa y América.

En Italia, el único representante notable en más de doscientos años es Don Lorenzo Perosi (1872-1956), con su trilogía de "La Pasión de Nuestro Señor según San Marcos", "La Transfiguración de Cristo", y "La Resurrección de Lázaro", un" Oratorio de Navidad"," León el Grande", y" El Juicio Final ". Bélgica e Inglaterra han producido los tres exponentes más notables del oratorio durante la segunda mita del siglo XIX. Los oratorios de César Augusto Franck (1822-90), "Ruth", "Rebeca", "Redención", y, sobre todo, su "Bienaventuranzas", están entre las más grandes entre las obras modernas de ese género. Edward William Elgar (1857 - 1934) se hizo famoso por su "Sueño de Geroncio" y sus "[[los Apóstoles | Apóstoles". Pero Edgar tinel (l854-1912) es probablemente en más talentoso entre los católicos modernos que han reclamado el oratorio de la supremacía no católica. Su mundialmente famoso "San Francisco de Asís" es tal vez más notable por las alturas espirituales que revela que por su fuerza dramática. Otras obras suyas que han llamado la atención son "Godoleva" y "Santa Catalina". Es un augurio feliz que todos estos autores, en la vanguardia de los compositores de hoy en día, ordenen la más alta capacidad creativa y constructiva que les permite convertirse en los canales católicos de todas las conquistas modernas en los medios de expresión. La Sociedad del Oratorio Católico de Nueva York fue fundada en 1904 para promover el conocimiento y la reproducción de los oratorios que mejor ejemplifican el ideal religioso.


Bibliografía: CAPECELATRO, tr. POPE, The Life of St. Philip Neri (London, 1894); KRETZSCHMAR, Führer durch den Concertsaal, II (Leipzig, 1899); REIMANN, Geschichte der Musiktheorie (Leipzig, 1898); SPITTA, Die Passionsmusiken von Sebastian Bach und Heinrich Schütz (Hamburg, 1893); Jahrbuch der Musikbibliothek Peters für 1903 (Leipzig, 1904).

Fuente: Otten, Joseph. "Oratorio." The Catholic Encyclopedia. Vol. 11. New York: Robert Appleton Company, 1911. <http://www.newadvent.org/cathen/11270a.htm>.

Traducido por Luz María Hernández Medina. rc

NOTAS: [1] Madrigal: (a) Poema breve, generalmente de tema amoroso, en que se combinan versos de siete y de once sílabas. (b) Composición musical para varias voces, sin acompañamiento, sobre un texto generalmente lírico.

[2] Monodia: Canto a una sola voz.