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Jueves, 28 de marzo de 2024

Diferencia entre revisiones de «Misterio»

De Enciclopedia Católica

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(Noción de misterio en la Escritura y en la teología)
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La [[esencia y existencia | existencia]] de los misterios [[teología dogmática | teológicos]] es una [[doctrina cristiana | doctrina]] de la [[fe]] [[católico | católica]] [[definición teológica | definida]] por el [[Concilio Vaticano I]], el cual declara:  “Si alguien dice que en la [[revelación]] divina no están contenidos ningunos misterios propiamente dichos (''vera et proprie dicta mysteria''), sino que son desarrollados a través de la [[razón]] natural (''per rationem rite excultam''), que todos los [[dogma]]s de la fe pueden ser entendidos y demostrados a partir de principios naturales; sea [[anatema]]” (Ses. III, Can. 4. De fide et Ratione, 1). 
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Esta enseñanza está claramente explicada en la [[Biblia | Escritura]].  El texto de [[prueba]] principal, que fue citado en parte por el Concilio Vaticano, es 1 [[Epístolas a los Corintios|Cor.]] 2.  Pasajes más cortos son especialmente [[Epístola a los Efesios|Ef.]] 3,4-9; [[Epístola a los Colosenses|Col.]] 1,26-27; [[Evangelio según San Mateo|Mt.]] 11,25-27; [[Evangelio según San Juan|Jn.]] 1,17-18.  Estos textos hablan de un misterio de [[Dios]], que sólo la sabiduría [[infinito | infinita]] puede entender,  a saber, los designios de la [[Divina Providencia]] y la vida interior de la [[Dios | Divinidad]] (vea también [[Sabiduría|Sab.]] 9,16-17;. [[Epístola a los Romanos|Rom.]] 11,33-36). 
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La [[Tradición y Magisterio Vivo|Tradición]] abunda en testimonios que apoyan esta enseñanza.  En el [[Bulas y Breves | Breve]] "Gravissimas Inter" ([[Heinrich Joseph Dominicus Denzinger | Denzinger]], "Enchiridion", ed. Bannwart, nn. 1666-1674), [[Papa Beato Pío IX | Pío IX]] defiende la doctrina de misterio [[orden sobrenatural | sobrenatural]] con muchas citas de las obras de los [[Padres de la Iglesia | Padres]].  Numerosos otros textos [[patrística | patrísticos]] que atañen sobre el mismo asunto son citados y explicados en la “Die Theologie der Vorzeit” de [[Josef Wilhelm Karl Kleutgen | Kleutgen]] (II, 75 ss.; V, 220 ss.); y en la "Neue Untersuchungen über das Dogma von der Gnade" (Maguncia, 1867), 466 ss. De [[Constantine, Baron von Schäzler | Schäzler]].  La doble excelencia de la [[revelación]] [[cristianismo | cristiana]] ofrece muchos argumentos teológicos para la existencia de los misterios sobrenaturales (cf. [[Matthias Joseph Scheeben | Scheeben]], “Dogmatik”, I, 24).
  
 
==Razón y misterio sobrenatural==
 
==Razón y misterio sobrenatural==

Revisión de 01:58 4 oct 2010

Etimología y definición

(Griego, mysterion, de myein, "encerrar, restringir", "cerrar".)

Este término significa en general lo que es imposible de conocer, o el conocimiento valioso que es guardado en secreto. En la antigüedad pagana la palabra misterio se usaba para designar ciertas doctrinas esotéricas, tales como el pitagorismo, o ciertas ceremonias que se realizaban en privado o cuyo significado era conocido sólo para los iniciados, por ejemplo, los ritos eleusianos, el culto fálico. En el lenguaje de los primeros cristianos los misterios eran aquellas enseñanzas religiosas que eran cuidadosamente resguardadas del conocimiento de los profanos (vea disciplna del secreto).

Noción de misterio en la Escritura y en la teología

Las versiones del Antiguo Testamento usan la palabra mysterion como un equivalente para el hebreo sôd, “secreto” (Prov. 20,19; Jdt. 2,2; Eclo. 22,22; 2 Mc. 13,21). En el Nuevo Testamento la palabra misterio se aplica por lo general a la sublime revelación del Evangelio (Mt. 13,11; Col. 2,2; 1 Tim. 3,9; 1 Cor. 15,51), y a la Encarnación y vida del Salvador y su manifestación por la predicación de los Apóstoles (Rom. 16,25; Ef. 3,4; 6,19; Col. 1,26; 4,3).

Conforme al uso de los escritores inspirados del Nuevo Testamento, los teólogos le dan el nombre misterio a las verdades reveladas que sobrepasan los poderes de la razón natural. Misterio, por lo tanto, en su sentido teológico estricto, no es sinónimo de lo incomprensible, puesto que todo lo que sabemos es incomprensible, es decir, no es adecuadamente comprensible en cuanto a su ser interior; ni con lo incognoscible, puesto que muchas cosas meramente naturales son accidentalmente incognoscibles, debido a su inaccesibilidad, por ejemplo, cosas futuras, remotas o escondidas. En su sentido estricto un misterio es una verdad sobrenatural, una que por su misma naturaleza está por encima de la inteligencia finita.

Los teólogos distinguen dos clases de misterios sobrenaturales: el absoluto o teológico y el relativo. Un misterio absoluto es una verdad cuya existencia o posibilidad no pudo ser descubierta por una criatura, y cuya esencia (ser substancial interno) puede ser expresado por la mente finita sólo en términos de analogía, por ejemplo, la Trinidad. Un misterio relativo es una verdad cuya naturaleza íntima por sí sola (por ejemplo, muchos de los atributos divinos), o cuya existencia sola (por ejemplo, los preceptos ceremoniales positivos de la Antigua Ley), excede el poder de conocimiento natural de la criatura.

Doctrina católica

La existencia de los misterios teológicos es una doctrina de la fe católica definida por el Concilio Vaticano I, el cual declara: “Si alguien dice que en la revelación divina no están contenidos ningunos misterios propiamente dichos (vera et proprie dicta mysteria), sino que son desarrollados a través de la razón natural (per rationem rite excultam), que todos los dogmas de la fe pueden ser entendidos y demostrados a partir de principios naturales; sea anatema” (Ses. III, Can. 4. De fide et Ratione, 1).

Esta enseñanza está claramente explicada en la Escritura. El texto de prueba principal, que fue citado en parte por el Concilio Vaticano, es 1 Cor. 2. Pasajes más cortos son especialmente Ef. 3,4-9; Col. 1,26-27; Mt. 11,25-27; Jn. 1,17-18. Estos textos hablan de un misterio de Dios, que sólo la sabiduría infinita puede entender, a saber, los designios de la Divina Providencia y la vida interior de la Divinidad (vea también Sab. 9,16-17;. Rom. 11,33-36).

La Tradición abunda en testimonios que apoyan esta enseñanza. En el Breve "Gravissimas Inter" ( Denzinger, "Enchiridion", ed. Bannwart, nn. 1666-1674), Pío IX defiende la doctrina de misterio sobrenatural con muchas citas de las obras de los Padres. Numerosos otros textos patrísticos que atañen sobre el mismo asunto son citados y explicados en la “Die Theologie der Vorzeit” de Kleutgen (II, 75 ss.; V, 220 ss.); y en la "Neue Untersuchungen über das Dogma von der Gnade" (Maguncia, 1867), 466 ss. De Schäzler. La doble excelencia de la revelación cristiana ofrece muchos argumentos teológicos para la existencia de los misterios sobrenaturales (cf. Scheeben, “Dogmatik”, I, 24).

Razón y misterio sobrenatural

Errores

Relaciones de la verdad natural y sobrenatural

Bibliografía: ZIGLIARA, Prop deutica in S. Theologiam (Roma, 1890), 45 ss., 113 ss.; SCHEEBEN, Die Mysterien des Christenthums (Friburgo, 1898); BOSSUET, Elévations à Dieu sur tous les mystères de la religion chrétienne (París, 1711); OTTINGER, Theologia fundamentalis, I (Friburgo, 1897), 66 ss.; NEWMAN, Critic. Essays, I (Londres, 1888), 41.

Fuente: McHugh, John. "Mystery." The Catholic Encyclopedia. Vol. 10. New York: Robert Appleton Company, 1911. <http://www.newadvent.org/cathen/10662a.htm>.

Traducido por Luz María Hernández Medina. rc