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Viernes, 29 de marzo de 2024

Diferencia entre revisiones de «Holocausto»

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Como sugiere su origen griego (holos "todo", y kaustos "quemado") la palabra designa una ofrenda completamente consumida por fuego, usada entre los judíos y algunas naciones paganas de la antigüedad. Como es empleado en la Vulgata, corresponde a dos términos hebreos: (1) para holah, literalmente,: "Aquel a quien va", o al altar para hacer sacrificios, o al cielo en la llama de sacrificio; (2) Kalil, literalmente,: "Entero", "perfecto", como término de sacrificio, normalmente es un sinónimo descriptivo de holah, y denota una ofrenda consumida totalmente en el altar. En cualquier momento y a quienquiera que se ofrecía, los holocaustos fueron considerados naturalmente como lo superior, debido a que era la expresión visible, más completa, del respeto del hombre a Dios. De hecho, es verdad que ciertos pasajes de los profetas de Israel han sido traducidos por críticos modernos, con un rechazo absoluto por la ofrenda de sacrificios, holocaustos incluidos; pero esta posición es el resultado, de una vista parcial, de la evidencia de un concepto erróneo, del ataque, tanto a los abusos como a la institución que ellos habían contaminado. Para detalles acerca de este punto y para una discusión del lugar, que los mismos estudiosos asignan al holah, (holocausto) en su teoría de la evolución del método de sacrificio entre los hebreos, ver: SACRIFICIO.               
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Como sugiere su origen griego (''holos'' "todo", y ''kaustos'' "quemado") la palabra designa una [[ofrendas|ofrenda]] completamente consumida por el fuego, usada entre los [[judaísmo|judíos]] y algunas naciones [[paganismo|paganas]] de la antigüedad. Según usada en la [[Revisión de la Vulgata|Vulgata]], corresponde a dos términos [[lengua y literatura hebreas|hebreos]]:   (1) a ''holah'', literalmente: "lo que sube", ya sea al [[altares (en la Escritura)|altar]] para ser sacrificado, o al [[cielo]], en la llama del [[sacrificio]]; (2) ''Kalil'', literalmente: "todo", "perfecto", el cual, como término relativo al sacrificio, es usualmente un sinónimo descriptivo de ''holah'', y denota una ofrenda consumida totalmente en el altar.
  
El siguiente es un informe breve de la Ley Mosaica, que contiene principalmente, lo tocante al conjunto de la quema de ofrendas, que los críticos usualmente llaman: el Código de los Sacerdotes.
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En cualquier momento y por quienquiera que los ofreciera, los holocaustos fueron considerados naturalmente como lo máximo, por ser la expresión externa más completa de la reverencia del [[hombre]] hacia [[Dios]].  De hecho, es [[verdad]] que los críticos modernos han interpretado ciertos pasajes de los [[profecía, profeta y profetisa|profetas]] de [[israelitas|Israel]] con un rechazo absoluto por la ofrenda de sacrificios, los holocaustos incluidos; pero esta posición es el resultado de una visión parcial de la evidencia, de un concepto erróneo de un ataque contra los abusos como un ataque a la institución que ellos habían contaminado.  
  
Víctimas para los Holocaustos 
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Para detalles acerca de este punto, y para una discusión del lugar que los mismos estudiosos le asignan al ''holah'', (holocausto) en su teoría de la evolución del sistema de sacrificios entre los hebreos, vea [[sacrificio]].    La siguiente es una exposición concisa de la [[Legislación de Moisés]] respecto a la totalidad de la quema de ofrendas, según aparece principalmente en lo que los críticos comúnmente llaman el Código Sacerdotal.     
  
Solamente podían ofrecerse animales en holocausto; víctimas humanas, sacrificadas por cananeos y otras gentes, estaban excluidas positivamente del legítimo culto a Yahvé    (cf. Lev., xviii, 21,; xx, 2-5,; Deut., xii, 31,; etc.). en general, las víctimas debían ser tomadas de la manada (becerros) o del rebaño (corderos o cabras); y, para ser bien recibida, se requería que el animal fuera macho, el más valioso y sin defecto, sólo así era digno para Dios (Lev., i, 2, 3, 5, 10,; xxii, 17 sqq.). En ciertos casos, los pájaros (sólo tórtolas o palomos jóvenes) se ofrecían en holocausto (Lev., i, 14,; etc.); los pájaros normalmente eran permitidos a los pobres, como sustituto de animales más grandes y costosos (Lev., v, 7,; xii, 8,; xiv, 22), incluso, se los prescribió directamente en algunos casos de impureza ceremonial (Lev., xv, 14, 15, 29, 30). Los animales de caza y pesca, que se sacrificaban en algunos cultos paganos de Asia Occidental, no eran objetos de sacrificio en la Ley Mosaica.
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'''VÍCTIMAS PARA LOS HOLOCAUSTOS'''
  
Ritual de los Holocaustos    
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Sólo los [[animales en la Biblia|animales]] podían [[ofrendas|ofrecerse]] en holocausto; pues las víctimas [[raza humana|humanas]], que eran sacrificadas por los [[Canaán, cananeos|cananeos]] y otros pueblos, estaban absolutamente excluidas del legítimo [[culto cristiano|culto]] a [[Yahveh]] (cf. [[Levítico|Lev.]] 18.21: 20,2-5; [[Deuteronomio|Deut.]] 12,31; etc.).  En general, las víctimas debían ser tomadas de la manada (becerros) o del rebaño (ovejas o cabras); y, para ser aceptable,  el animal debía ser macho, como el más valioso y sin defecto, ya que sólo así era digno de [[Dios]] (Lev. 1,2.3.5.10; 22,17 ss.).   Sin embargo, en ciertos casos se ofrecían [[aves]] (sólo tórtolas o pichones) en holocausto (Lev. 1,14 ss.); estas [[aves]] usualmente se les permitían a los pobres como sustituto de animales más grandes y costosos (Lev. 5,7; 12,8; 14 22), e incluso eran  prescritos directamente en algunos casos de [[pureza e impureza|impureza]] [[ceremonia]]l (Lev. 15,14.15.29.30). Los animales de caza y pesca, que eran sacrificados en algunos [[idolatría|cultos]] [[paganismo|paganos]] de [[Asia]] Occidental, no fueron objeto de [[sacrificio]] en la [[Legislación de Moisés|Ley Mosaica]].
  
Los ritos principales llevados a cabo en la ofrenda de los holocaustos, eran (1) por parte del oferente, que debía traer el animal a la puerta del tabernáculo, imponerle sus manos sobre la cabeza, mátarlo al norte del altar, desollar y cortar su cadáver y lavar sus entrañas y patas; (2) por parte del sacerdote, que debía recibir la sangre de la víctima, rociarla sobre el altar, y quemar la ofrenda. En el caso de ofrendas de pájaros, el sacerdote mataba a las víctimas y dejaba a un lado, como impropios, su buche y plumas (Lev., i). En sacrificios públicos, era también obligación del sacerdote matar a las víctimas, siendo asistido en ocasiones por los Levitas. El exámen de las entrañas, que jugaba una parte muy importante en los sacrificios de varios pueblos antiguos, especialmente fenicios, no tenía lugar en el ritual Mosaico.
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'''RITUAL DE LOS HOLOCAUSTOS'''
  
Clases de Holocaustos    
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Los [[ritos]] principales llevados a cabo en la ofrenda de holocaustos, eran (1) por parte del oferente, que debía llevar el [[animales en la Biblia|animal]] a la puerta del [[tabernáculo]], [[imposición de manos|imponerle sus manos]] sobre la cabeza, matarlo al norte del [[altares (en la Escritura)|altar]], desollar y cortar su cadáver y lavar sus entrañas y patas; (2) por parte del [[sacerdote]], que debía recibir la sangre de la víctima, rociarla sobre el altar y quemar la ofrenda. En el caso de [[ofrendas]] de aves, era el sacerdote quien mataba a las víctimas y dejaba a un lado, como inadecuados, su buche y plumas ([[Levítico|Lev.]] 1).   En sacrificios públicos, era también [[deber]] del sacerdote matar a las víctimas, en lo cual en ocasiones era ayudado por los [[levitas]].  La inspección de las entrañas, que jugaba una parte muy importante en los [[sacrificio]]s de varios pueblos antiguos, especialmente de los [[Fenicia|fenicios]], no tenía lugar en el ritual [[Moisés|mosaico]].
  
Entre los hebreos, los holocaustos eran de dos tipos generales, conforme a las ofrendas  prescritas por la Ley o según el resultado de voto o devoción, privados. Los holocaustos obligatorios eran (1) la quema de ofrenda diaria de un cordero; este holocausto se preparaba dos veces al día (a la tercera y novena hora),  acompañado de un oblación de cereal y una libación de vino (Ex., xxix, 38-42,; Num., xxviii, 3-8); (2) el sábado, la quema de ofrenda incluía una cantidad doble de todos los elementos del holocausto diario ordinario (Num., xxviii, 9, 10); (3) la quema de ofrendas solemnes, celebradas en Luna Nueva, en Pascuas, en la Fiesta de las Trompetas, en el Día de Expiación, y en la Fiesta de los Tabernáculos, en ocasiones, el número de víctimas y de otras ofrendas aumentaba considerablemente; (4) los holocaustos prescriptos, para la consagración de un sacerdote (Ex., xxix, 15 sqq.; Lev., viii, 18,; ix, 12), para la purificación de las mujeres (Lev., xii, 6-8), para limpiar a leprosos (Lev., xiv, 19, 20), para purgar la impureza ceremonial (Lev., xv, 15, 30), y finalmente en relación con el voto de los Nazareos (Num., vi, 11, 16). En la quema de ofrendas voluntarias, el número de víctimas quedaba a la liberalidad o riqueza del oferente (cf. III Reyes, iii, 4,; I Par., xxix, 21, etc., para los holocaustos voluntarios muy grandes), y las víctimas podían ser proporcionadas por los gentiles, una licencia que Augusto aprovechó para sí, según Philo (Legatio ad Caium, xl).
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'''CLASES DE HOLOCAUSTOS'''
  
Propósitos principales de los Holocaustos    
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Entre los hebreos, los holocaustos eran de dos tipos generales, según que la ofrenda fuese prescrita por la [[Legislación de Moisés|Ley]] o el resultado de [[votos|voto]] privado o devoción. Los holocaustos [[obligación|obligatorios]] eran (1) el holocausto diario de un cordero; este holocausto se hacía dos veces al día (a la hora tercera y a la nona),  y acompañado de una oblación de cereal y una libación de vino ([[Éxodo|Éx.]] 29,38-42; [[Números|Núm.]] 28,3-8);  (2) el holocausto del [[Sabbath|sábado]], que incluía una cantidad doble de todos los elementos del holocausto diario ordinario (Núm. 28,9-10); (3) el holocausto festivo, celebrado en luna nueva, en [[Pascua judía|Pascua]], en la Fiesta de las Trompetas, el [[Día de la Expiación]], y en la [[Fiesta de los Tabernáculos]], en cuyas ocasiones el número de víctimas y la cantidad de otras [[ofrendas]] aumentaba considerablemente; (4) los holocaustos prescriptos para la [[consagración]] de un [[sacerdote]] (Éx. 29,15 ss.; [[Levítico|Lev.]] 8,18; 9,12), para la purificación de las [[mujer]]es (Lev. 12,6-8), en la purificación de los [[lepra|leprosos]] (Lev. 14,19-20), para purgar la impureza ceremonial (Lev. 15,15.30), y finalmente en relación con el [[votos|voto]] del [[nazireato|nazir]] (Núm. 6,11.16).   En el holocausto [[voluntad|voluntario]], el número de víctimas quedaba a la liberalidad o a la [[uso de la riqueza|riqueza]] del oferente (cf. 1 [[Libros de los Reyes|Rey.]] 3,4; 1 [[Libros de las Crónicas|Crón.]] 29,21, etc., para los holocaustos voluntarios muy grandes), y las víctimas podían ser proporcionadas por los [[gentiles]], un permiso que [[Augusto]] aprovechó para sí mismo, según [[Filo Judeo|Filo]] (Legatio ad Caium, XL).
  
Los siguientes son los principales propósitos del conjunto de la quema de ofrendas prescritas por la Ley Mosaica: (1) por la rendición total y destrucción de víctimas valiosas, puras, inocentes, y casi conectadas al hombre, los holocaustos recordaban vivamente a los hebreos el dominio supremo de Dios sobre Sus criaturas, y les hizo pensar en sentimientos de interna pureza y en la entera entrega de sí mismos a la Divina Majestad sin que ni siquiera, los sacrificios más excelentes, pudieran ser tenidos en cuenta, por el Omnipotente Observador de los secretos del corazón. (2) ofreciendo holocaustos con disposición propia y fiel podían sentirse confiados de su admisión con Dios, Quien en aquel tiempo consideraba a las víctimas como medios de expiación de sus pecados (Lev., [A.V.], i, 4), como un sacrificio bueno y grato en su nombre (Lev., I, 3, 9), y como limpieza de cualquier deshonra que les podría haber impedido, aparecer merecidamente ante Él (Lev., xiv, 20). (3) Los holocaustos de la Ley Antigua simbolizaron el gran y perfecto sacrificio que Jesús, el Sacerdote Superior de la Nueva Ley y el verdadero Cordero de Dios, ofreció en cumplimiento de todos los sangrientos sacrificios del primer pacto (Heb., ix, 12, el sqq.; etc.).
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'''PROPÓSITOS PRINCIPALES DE LOS HOLOCAUSTOS'''
  
Haneberg, Die religioesen Alterthuemer der Bibel, 2nd ed. (Munich, 1869); Schoepfer, Geschichte des A. T. 2nd. ed., (Brixen, 1895); Larange, Etudes sur les Religions Semitiques, 2nd ed. (Paris, 1905). Non-Cath. authors: Kurtz, Sacrificial Worship of the Old Testament, tr. (Edinburgh, 1863); Edersheim, The Temple and its Services (London, 1874); Riehm, Alttestamentliche Theologie (Halle, 1889); Nowack, Hebraeische Archaeologie (Freiburg, 1894); Schultz, Old Testament Theology, tr. (Edinburgh, 1898); Kent, Israel's Laws and Legal Precedents (New York, 1907); Benzinger, Hebraeische Archaeologie, 2nd. ed. (Freiburg, 1907). Ver también bibliografía en: Sacrificio.  
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Los siguientes son los propósitos principales del conjunto de holocaustos prescritos por la [[Legislación de Moisés|Ley Mosaica]]: (1) por la total rendición y destrucción de víctimas valiosas, puras, inocentes, y muy cercanamente relacionadas al [[hombre]], los holocaustos les recordaban vivamente a los hebreos desde antaño el dominio supremo de [[Dios]] sobre sus criaturas, y les sugería sentimientos de pureza interior y completa entrega de sí mismos a la Divina Majestad, sin la cual incluso los [[sacrificio]]s más excelentes no serían de ningún provecho ante el Todopoderoso observador de los secretos del corazón.  (2) Al [[ofrendas|ofrecer]] holocaustos con la debida disposición los adoradores podían tener la seguridad de la aceptación con Dios, quien luego veía a las víctimas como medios de expiación de sus [[pecado]]s ([[Levítico|Lev.]] 1,4), como un sacrificio bueno y grato a su favor (Lev. 1,3.9), y como una limpieza de cualquier deshonra que les pudiera impedir aparecer dignamente ante Él (Lev. 14,20).    (3) Los holocaustos de la Ley Antigua prefiguraron el gran y perfecto sacrificio que [[Jesucristo|Jesús]], el [[sumo sacerdote]] de la Nueva Ley y el [[verdad]]ero Cordero de Dios, ofrecería en cumplimiento de todos los sacrificios cruentos de la primera alianza ([[Epístola a los Hebreos|Heb.]] 9,12, ss.; 10,1  ss. etc.).
FRANCIS E. GIGOT
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Transcrito por Donald D. Ross
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Traducido por José Luis Anastasio
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'''Bibliografía''':  Autores católicos:  Haneberg, Die religioesen Alterthuemer der Bibel, 2da ed. (Munich, 1869); Schoepfer, Geschichte des A. T. 2da. ed., (Brixen, 1895); Larange, Etudes sur les Religions Semitiques, 2da. ed. (París, 1905). Autores no católicos: Kurtz, Sacrificial Worship of the Old Testament, tr. (Edimburgo, 1863); Edersheim, The Temple and its Services (Londres, 1874); Riehm, Alttestamentliche Theologie (La Haya, 1889); Nowack, Hebraeische Archaeologie (Friburgo, 1894); Schultz, Old Testament Theology, tr. (Edimburgo, 1898); Kent, Israel's Laws and Legal Precedents (Nueva York, 1907); Benzinger, Hebraeische Archaeologie, 2da. ed. (Friburgo, 1907). Vea también la bibliografía del artículo [[sacrificio]].
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'''Fuente''':  Gigot, Francis. "Holocaust." The Catholic Encyclopedia. Vol. 7. New York: Robert Appleton Company, 1910. 29 Jan. 2012 <http://www.newadvent.org/cathen/07396b.htm>.  
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Traducido por José Luis Anastasio.  rc

Revisión de 20:08 29 ene 2012

Como sugiere su origen griego (holos "todo", y kaustos "quemado") la palabra designa una ofrenda completamente consumida por el fuego, usada entre los judíos y algunas naciones paganas de la antigüedad. Según usada en la Vulgata, corresponde a dos términos hebreos: (1) a holah, literalmente: "lo que sube", ya sea al altar para ser sacrificado, o al cielo, en la llama del sacrificio; (2) Kalil, literalmente: "todo", "perfecto", el cual, como término relativo al sacrificio, es usualmente un sinónimo descriptivo de holah, y denota una ofrenda consumida totalmente en el altar.

En cualquier momento y por quienquiera que los ofreciera, los holocaustos fueron considerados naturalmente como lo máximo, por ser la expresión externa más completa de la reverencia del hombre hacia Dios. De hecho, es verdad que los críticos modernos han interpretado ciertos pasajes de los profetas de Israel con un rechazo absoluto por la ofrenda de sacrificios, los holocaustos incluidos; pero esta posición es el resultado de una visión parcial de la evidencia, de un concepto erróneo de un ataque contra los abusos como un ataque a la institución que ellos habían contaminado.

Para detalles acerca de este punto, y para una discusión del lugar que los mismos estudiosos le asignan al holah, (holocausto) en su teoría de la evolución del sistema de sacrificios entre los hebreos, vea sacrificio. La siguiente es una exposición concisa de la Legislación de Moisés respecto a la totalidad de la quema de ofrendas, según aparece principalmente en lo que los críticos comúnmente llaman el Código Sacerdotal.

VÍCTIMAS PARA LOS HOLOCAUSTOS

Sólo los animales podían ofrecerse en holocausto; pues las víctimas humanas, que eran sacrificadas por los cananeos y otros pueblos, estaban absolutamente excluidas del legítimo culto a Yahveh (cf. Lev. 18.21: 20,2-5; Deut. 12,31; etc.). En general, las víctimas debían ser tomadas de la manada (becerros) o del rebaño (ovejas o cabras); y, para ser aceptable, el animal debía ser macho, como el más valioso y sin defecto, ya que sólo así era digno de Dios (Lev. 1,2.3.5.10; 22,17 ss.). Sin embargo, en ciertos casos se ofrecían aves (sólo tórtolas o pichones) en holocausto (Lev. 1,14 ss.); estas aves usualmente se les permitían a los pobres como sustituto de animales más grandes y costosos (Lev. 5,7; 12,8; 14 22), e incluso eran prescritos directamente en algunos casos de impureza ceremonial (Lev. 15,14.15.29.30). Los animales de caza y pesca, que eran sacrificados en algunos cultos paganos de Asia Occidental, no fueron objeto de sacrificio en la Ley Mosaica.

RITUAL DE LOS HOLOCAUSTOS

Los ritos principales llevados a cabo en la ofrenda de holocaustos, eran (1) por parte del oferente, que debía llevar el animal a la puerta del tabernáculo, imponerle sus manos sobre la cabeza, matarlo al norte del altar, desollar y cortar su cadáver y lavar sus entrañas y patas; (2) por parte del sacerdote, que debía recibir la sangre de la víctima, rociarla sobre el altar y quemar la ofrenda. En el caso de ofrendas de aves, era el sacerdote quien mataba a las víctimas y dejaba a un lado, como inadecuados, su buche y plumas (Lev. 1). En sacrificios públicos, era también deber del sacerdote matar a las víctimas, en lo cual en ocasiones era ayudado por los levitas. La inspección de las entrañas, que jugaba una parte muy importante en los sacrificios de varios pueblos antiguos, especialmente de los fenicios, no tenía lugar en el ritual mosaico.

CLASES DE HOLOCAUSTOS

Entre los hebreos, los holocaustos eran de dos tipos generales, según que la ofrenda fuese prescrita por la Ley o el resultado de voto privado o devoción. Los holocaustos obligatorios eran (1) el holocausto diario de un cordero; este holocausto se hacía dos veces al día (a la hora tercera y a la nona), y acompañado de una oblación de cereal y una libación de vino (Éx. 29,38-42; Núm. 28,3-8); (2) el holocausto del sábado, que incluía una cantidad doble de todos los elementos del holocausto diario ordinario (Núm. 28,9-10); (3) el holocausto festivo, celebrado en luna nueva, en Pascua, en la Fiesta de las Trompetas, el Día de la Expiación, y en la Fiesta de los Tabernáculos, en cuyas ocasiones el número de víctimas y la cantidad de otras ofrendas aumentaba considerablemente; (4) los holocaustos prescriptos para la consagración de un sacerdote (Éx. 29,15 ss.; Lev. 8,18; 9,12), para la purificación de las mujeres (Lev. 12,6-8), en la purificación de los leprosos (Lev. 14,19-20), para purgar la impureza ceremonial (Lev. 15,15.30), y finalmente en relación con el voto del nazir (Núm. 6,11.16). En el holocausto voluntario, el número de víctimas quedaba a la liberalidad o a la riqueza del oferente (cf. 1 Rey. 3,4; 1 Crón. 29,21, etc., para los holocaustos voluntarios muy grandes), y las víctimas podían ser proporcionadas por los gentiles, un permiso que Augusto aprovechó para sí mismo, según Filo (Legatio ad Caium, XL).

PROPÓSITOS PRINCIPALES DE LOS HOLOCAUSTOS

Los siguientes son los propósitos principales del conjunto de holocaustos prescritos por la Ley Mosaica: (1) por la total rendición y destrucción de víctimas valiosas, puras, inocentes, y muy cercanamente relacionadas al hombre, los holocaustos les recordaban vivamente a los hebreos desde antaño el dominio supremo de Dios sobre sus criaturas, y les sugería sentimientos de pureza interior y completa entrega de sí mismos a la Divina Majestad, sin la cual incluso los sacrificios más excelentes no serían de ningún provecho ante el Todopoderoso observador de los secretos del corazón. (2) Al ofrecer holocaustos con la debida disposición los adoradores podían tener la seguridad de la aceptación con Dios, quien luego veía a las víctimas como medios de expiación de sus pecados (Lev. 1,4), como un sacrificio bueno y grato a su favor (Lev. 1,3.9), y como una limpieza de cualquier deshonra que les pudiera impedir aparecer dignamente ante Él (Lev. 14,20). (3) Los holocaustos de la Ley Antigua prefiguraron el gran y perfecto sacrificio que Jesús, el sumo sacerdote de la Nueva Ley y el verdadero Cordero de Dios, ofrecería en cumplimiento de todos los sacrificios cruentos de la primera alianza (Heb. 9,12, ss.; 10,1 ss. etc.).


Bibliografía: Autores católicos: Haneberg, Die religioesen Alterthuemer der Bibel, 2da ed. (Munich, 1869); Schoepfer, Geschichte des A. T. 2da. ed., (Brixen, 1895); Larange, Etudes sur les Religions Semitiques, 2da. ed. (París, 1905). Autores no católicos: Kurtz, Sacrificial Worship of the Old Testament, tr. (Edimburgo, 1863); Edersheim, The Temple and its Services (Londres, 1874); Riehm, Alttestamentliche Theologie (La Haya, 1889); Nowack, Hebraeische Archaeologie (Friburgo, 1894); Schultz, Old Testament Theology, tr. (Edimburgo, 1898); Kent, Israel's Laws and Legal Precedents (Nueva York, 1907); Benzinger, Hebraeische Archaeologie, 2da. ed. (Friburgo, 1907). Vea también la bibliografía del artículo sacrificio.

Fuente: Gigot, Francis. "Holocaust." The Catholic Encyclopedia. Vol. 7. New York: Robert Appleton Company, 1910. 29 Jan. 2012 <http://www.newadvent.org/cathen/07396b.htm>.

Traducido por José Luis Anastasio. rc