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Viernes, 29 de marzo de 2024

Diferencia entre revisiones de «Guéranger, Prosper Louis Pascal»

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Benedictino, polígrafo n. 4 abril 1805 en Sablé-sur-Sarthe; m. en Solesmes, 30 enero, 1875. Ordenado sacerdote el 7 de octubre de 1827, fue administrador de la parroquia de las Missions Etrangères casi hasta que se cerró en 1830; entonces dejó Paris y volvió a Le Mans donde comenzó a publicar obras históricas tales como "De la prière pour le Roi" (oct., 1830) y "De l'élection et de la nomination des évêques" (1831), de temas inspirados en la situación política y religiosa de su tiempo. En 1831 el priorato de Solesmes, a una hora de viaje de Sablé, estaba a la venta y el P. Guéranger vio el medio de realizar su deseo de restablecer, en este monasterio, la vida religiosa bajo la regla de S. Benito. Se decidió en junio de 1831 y en diciembre de 1832, gracias a donaciones privadas, el monasterio fue de su propiedad. El obispo de Le Mans sancionó las constituciones por las que se iba a organizar la nueva sociedad ya lista para entrar en la orden benedictina. El 11 de julio de 1833 cinco sacerdotes entraron en el priorato restaurado de Solesmes  y el 5 de agosto declararon públicamente su intención de dedicar sus vidas al restablecimiento de la orden de S. Benito. En un breve publicado el 1 de septiembre de 1837, el papa Gregorio elevó el anterior priorato de Solesmes a abadía y la constituyó en cabeza de la "Congrégation Française de l'Ordre de Saint Benoît". Dom Guéranger fue nombrado abad de Solesmes (31 de oct.) y superior general de los benedictinos de la "Congrégation de France", y los de la pequeña sociedad que habían recibido el hábito el 15 de agosto, hicieron su profesión solemne bajo la dirección del nuevo abad, que había pronunciado sus votos en Roma el 26 de julio de 1837.
 
Benedictino, polígrafo n. 4 abril 1805 en Sablé-sur-Sarthe; m. en Solesmes, 30 enero, 1875. Ordenado sacerdote el 7 de octubre de 1827, fue administrador de la parroquia de las Missions Etrangères casi hasta que se cerró en 1830; entonces dejó Paris y volvió a Le Mans donde comenzó a publicar obras históricas tales como "De la prière pour le Roi" (oct., 1830) y "De l'élection et de la nomination des évêques" (1831), de temas inspirados en la situación política y religiosa de su tiempo. En 1831 el priorato de Solesmes, a una hora de viaje de Sablé, estaba a la venta y el P. Guéranger vio el medio de realizar su deseo de restablecer, en este monasterio, la vida religiosa bajo la regla de S. Benito. Se decidió en junio de 1831 y en diciembre de 1832, gracias a donaciones privadas, el monasterio fue de su propiedad. El obispo de Le Mans sancionó las constituciones por las que se iba a organizar la nueva sociedad ya lista para entrar en la orden benedictina. El 11 de julio de 1833 cinco sacerdotes entraron en el priorato restaurado de Solesmes  y el 5 de agosto declararon públicamente su intención de dedicar sus vidas al restablecimiento de la orden de S. Benito. En un breve publicado el 1 de septiembre de 1837, el papa Gregorio elevó el anterior priorato de Solesmes a abadía y la constituyó en cabeza de la "Congrégation Française de l'Ordre de Saint Benoît". Dom Guéranger fue nombrado abad de Solesmes (31 de oct.) y superior general de los benedictinos de la "Congrégation de France", y los de la pequeña sociedad que habían recibido el hábito el 15 de agosto, hicieron su profesión solemne bajo la dirección del nuevo abad, que había pronunciado sus votos en Roma el 26 de julio de 1837.

Revisión de 22:52 19 ene 2007

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Benedictino, polígrafo n. 4 abril 1805 en Sablé-sur-Sarthe; m. en Solesmes, 30 enero, 1875. Ordenado sacerdote el 7 de octubre de 1827, fue administrador de la parroquia de las Missions Etrangères casi hasta que se cerró en 1830; entonces dejó Paris y volvió a Le Mans donde comenzó a publicar obras históricas tales como "De la prière pour le Roi" (oct., 1830) y "De l'élection et de la nomination des évêques" (1831), de temas inspirados en la situación política y religiosa de su tiempo. En 1831 el priorato de Solesmes, a una hora de viaje de Sablé, estaba a la venta y el P. Guéranger vio el medio de realizar su deseo de restablecer, en este monasterio, la vida religiosa bajo la regla de S. Benito. Se decidió en junio de 1831 y en diciembre de 1832, gracias a donaciones privadas, el monasterio fue de su propiedad. El obispo de Le Mans sancionó las constituciones por las que se iba a organizar la nueva sociedad ya lista para entrar en la orden benedictina. El 11 de julio de 1833 cinco sacerdotes entraron en el priorato restaurado de Solesmes y el 5 de agosto declararon públicamente su intención de dedicar sus vidas al restablecimiento de la orden de S. Benito. En un breve publicado el 1 de septiembre de 1837, el papa Gregorio elevó el anterior priorato de Solesmes a abadía y la constituyó en cabeza de la "Congrégation Française de l'Ordre de Saint Benoît". Dom Guéranger fue nombrado abad de Solesmes (31 de oct.) y superior general de los benedictinos de la "Congrégation de France", y los de la pequeña sociedad que habían recibido el hábito el 15 de agosto, hicieron su profesión solemne bajo la dirección del nuevo abad, que había pronunciado sus votos en Roma el 26 de julio de 1837.

Desde entonces en adelante la vida de Dom Guéranger fue dedicada a desarrollar la joven comunidad monástica, procurar el material necesario y las recursos indispensables e inspirar con una absoluta devoción a la iglesia y al papa. Entre los que llegaron a Solesmes ya para seguir la vida monástica y apara buscar la mejora personal por medio de los retiros, Dom Guéranger encontró muchos colaboradores y valiosos amigos duraderos. Dom Pitra, después cardenal, renovó los gran tradición literaria de los Benedictinos del siglo diecisiete y dieciocho; los obispos Pie de Poitiers y Berthaud de Tulle, Père Lacordaire, el Conde de Montalembert y Louis Veuillot, estaban todos interesados en los proyectos del abad y hasta compartían los trabajos.

Desafortunadamente la controversia ocasionada por algunos de los escritos de Dom Gueranger tuvieron el efecto de llamar la atención sobre cuestiones secundarias y desviándolo de las grandes empresas de la ciencia eclesiástica sobre las que siempre manifestó una viva preocupación. El resultado fue que la polémica fue importante y aunque que si ahora tiene poco interés, el tiempo que se le dedicó no fue perdido para la causa de la iglesia, pero los estudios litúrgicos e históricos sufrieron las consecuencias. Dedicó demasiado tiempo a impresiones personales y se olvidó de la investigación detallada y perseverante. Su rapidez de percepción y su educación clásica le permitieron disfrutar y planificar, tratar de forma interesante temas litúrgicos e históricos que por su naturaleza eran poco atractivos. El entusiasmo genuino, viva imaginación y un estilo con impulsos románticos le han llevado, como dijo, a expresarse y juzgarse demasiado duramente. Siendo un devoto y ferviente servidor de la iglesia Dom Guéranger quería restablecer relaciones más respetuosas y filiales entre Francia y la Santa Sede y toda su vida la gastó en intentar una unión más íntima entre las dos. Con esto como propósito se aprestó al combate contra todo resto del espíritu separatista que desde antiguo se había aliado con el Galicanismo y con el Jansenismo. Con una habilidad especial que merece reconocimiento, Dom Guéranger trabajó con el principio de que para suprimir lo que está equivocado, ha de ser remplazado y trabajó duramente para plantar en todas partes los principios por los que luchaba.

Luchó para que la liturgia romana sustituyera a las liturgias diocesanas, y vivió para ver sus aspiraciones cumplidas con éxito. En cuanto a los principios filosóficos luchó firmemente contra el naturalismo y el liberalismo que consideraba un impedimento fatal para la constitución de una sociedad cristiana. Ayudó de alguna manera, a preparar las mentes para la definición de la infalibilidad, ese triunfo brillante que siguió a la lucha contra la autoridad papal que había sido tan amargamente llevada a cabo en el siglo anterior por muchos obispos galicanos y josefinos. Las empresas históricas fueron menos exitosas y su influencia, aunque muy importante un tiempo, se fue debilitando. En 1841 comenzó a publicar una obra mística con la que esperaba despertar a los fieles del torpor espiritual y suplantar lo que pensaba que era una literatura sin vida o errónea que había sido producida por los escritores espirituales franceses del siglo diecisiete y dieciocho.

"L'Année liturgique", de la que el autor no iba a llegar a completar las largas series de quince volúmenes, es probablemente la obra de Dom Guéranger que mejor cumplía los objetivos que se había propuesto. Acomodándose al desarrollo de los períodos litúrgicos del año, el autor trabajaba para familiarizar a los fieles con la oración oficial de la Iglesia introduciendo fragmentos de las liturgias orientales y occidentales, con interpretaciones y comentarios. Entre sus muchos trabajos Dom Guéranger tuvo la satisfacción de ser testigo de la difusión de la orden benedictina restaurada. Dos intentos sin éxito de fundar en París y Acey no le impidieron nuevos esfuerzos y gracias a su entusiasta perseverancia, se establecieron monasterios en Liguge y Marsella. Más aun, en sus últimos años, el abad de Solesmes fundó a corta distancia de su monasterio una comunidad de mujeres bajo la regla de S. Benito. Su vida fraguada con tantos proyectos y llena de grandes logros, llegó pacíficamente a su fin en Solesmes.

Bibliografía.

La biibliografía completa se encuentra en 126 números in CABROL, Bibliographie des Benedictins (Solesmes, 1889), 3-33. Solo mencionaremos aquí las obras más importantes: Origines de l'Eglise romaine (Paris, 1836); Institutions liturgiques (Paris, I, 1840, II, 1841, III, 1851), 2nd edition, 4 vols. 8vo (Paris, 1878-1885); Lettre a Mgr. l'archeveque de Reims sur le droit de la liturgie (Le Mans, 1843); Defense des Institutions liturgiques, lettre a Mgr. l'archeveque de Toulouse (Le Mans, 1844); Nouvelle defense des Institutions liturgiques (Paris, 1846-47); L'Annee liturgique (Paris, 1841-1901, tr. SHEPHARD, Worcester, 1895-1903); Memoire sur la question de l'Immaculee Conception de la tres sainte Vierge (Paris, 1850); Essais sur le naturalisme contemporain, 8vo (Paris, 1858); Essai sur l'origine, la signification et les privileges de la medaille ou croix de Saint Benoit, 12mo (Poitiers, 1862); L'Eglise romaine contre les accusations du P. Gratry (Le Mans, 1870); Deuxieme defense (Paris, 1870); Troisieme defense, Eng. tr., Defence of the Roman Church against Father Gratry, by WOODS (London, 1870); De la Monarchie pontificale, a propos du livre de Mgr. l'eveque de Sura, 8vo (Paris, 1870); Sainte Cecile et la Societe romaine aux deux premiers siecles, 4to (Paris, 1874), and Reglements du noviciat pour les Benedictins de la Congregation de France, 16mo (Solesmes, 1885).

H. LECLERCQ .

Transcrto por Herman F. Holbrook . Ut in omnibus glorificetur Deus per Iesum Christum.

Traducido por Pedro Royo