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Jueves, 18 de abril de 2024

Gerardo de Cremona

De Enciclopedia Católica

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Estudioso de la ciencia árabe del siglo doce y traductor del árabe al latín, nacido en Cremona en 1114 y fallecido en 1187. El lugar y la fecha de su nacimiento no hallan en documento anterior al siglo catorce. Tiraboschi en su "Storia della letteratura italiana", tiene dificultades en demostrar que Gerardo de Cremona no es de Cremona Italia, sino, como dicen algunos escritores españoles, Gerardo de Carmona en España. Tiraboschi concede que pasó muchos años en Toledo, pero muestra que fue en Cremona donde nació. De hecho el manuscrito de sus escritos le llama Cremonensis o Chremonensis. Por la "Crónica" del dominico Francisco Pipino, de alrededor del año 1300, sabemos además de la fecha y lugar de su nacimiento y muerte, que impelido por su interés en las obras del astrónomo Ptolomeo viajó a Toledo y aplicándose al estudio del árabe progresó tanto y tan pronto en el conocimiento de esa lengua que fue capaz de traducir al latín no solamente el "Almagesto", sino todas las obras de Avicena. Murió en el año 1187 y fue enterrado en la iglesia de Sta Lucia de Cremona a la que legó su valiosa biblioteca. Según Pipino tradujo del árabe al latín 76 obras. No hay certeza de que sea autor de tratados originales. Las obras que a veces se le atribuyen son casi con seguridad de Gerardo de Sabionetta, que vivió en el siglo trece. Debió ser un hombre de amplios intereses en los campos científicos porque tradujo, según la "Crónica " de Pipino, obras sobre dialéctica, geometría, filosofía, física y algunas otras ciencias. Su actividad como traductor, combinados con los esfuerzos en esa misma línea de Miguel Scott, y el grupo de hombres que formaron el colegio regular de traductores de Toledo, bajo la dirección del obispo Raimundo, pusieron el mundo del conocimiento árabe al alcance de los estudiosos de la cristiandad latina y prepararon el camino para el conflicto de ideas del que surgió la Escolástica del siglo trece. Gerardo era un pionero en su trabajo. Y si la descripción del sus cualidades morales que hace Pipino no es una exageración, fue un hombre dedicado a la causa de la ciencia de manera que resolvió las dificultades inevitables en esos días para una tarea a la que dedicó en cuerpo y alma.


WILLIAM TURNER.


Transcrto por Gerard Loiselle.

Traducido por pedro Royo