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Jueves, 28 de marzo de 2024

Crucifijo del Padre Luis Espinal

De Enciclopedia Católica

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Fotografía de l'Osservatore Romano
Foto de l'Osservatore Romano

El Cristo

El Cristo, teniendo como cruz el símbolo comunista, es copia del original hecho en los años 70 por el jesuita P. Luis Espinal, que vivía la vida y la causa de los más pobres; torturado y asesinado de 12 balazos en 1980. Muchos sacerdotes entregaron su vida silenciosamente hasta quedarse en el puro pellejo; otros cayeron violentamente como los Mártires jesuitas de El Salvador... o los Mártires del Perú. Y otros muchos en muchas otras partes. Los años del posconcilio, y especialmente de los años 70, fueron para el pueblo de Dios, años enormemente confusos eclesialmente hablando, de graves defectos y excesos, de abuso antilitúrgico, de desviaciones pretendidamente doctrinales y prácticas abusivas que hoy parecen increíbles. Eran también los años de la llamada "teología de la liberación", en que muchos confundieron el Evangelio con lucha, incluso armada; otros con teoría y doctrina fueron mártires, como Mons. Romero y tantísimos otros... (como pudo serlo el P. Espinal); otros no sabían bien deslindar las cosas, etc... Incluso hubo quien escribía con frases marxistas en lugar de evangélicas... El Papa Mártir del posconcilio, ya beatificado Pablo VI, parecía haberse quedado solo con el Espiritu Santo. Aquí lo que se critica es la acción del presidente de Bolivia, inoportuna e irrespetuosa, por decir lo menos. E interesada en su pretendido liderazgo "indigenista" para sus campañas...

La representación

No es que sea grave la representación en sí por el P. Espinal. (Dalí ya había costruido en 1969 el “Cristo de los desechos”, hecho de ramas, tejas y piedras). Pero sí resultaba imprudente. Aunque, de hecho, la talla era prácticamente desconocida hasta ahora, incluso por los jesuitas. En aquel periodo histórico (en cierto modo, breve: 70 u 80 años de comunismo, en la historia son como un día), presentar ese Cristo podía tener sus peligros y manipulaciones. De hecho así ha sido la manipulación y aprovechamiento “político” que, al parecer, se pretendía, además de confundir a muchas gentes. Y eso, 25 años después de la caída del comunismo. Probablemente en la intención, texto y contexto del P. Espinal podría tener incluso justificación, aunque decirlo, quizá parezca escandaloso. El asesinado sacerdote “lo hizo con una actitud de diálogo muy abierto con todos. Ni los obispos ni otros jesuitas conocían este símbolo particular. No era una interpretación ideológica específica, sino algo que él diseñó”. (Hoy conserva la talla original del P. Luis el sacerdote jesuita, P. Xavier Albó). En la simple idea artística pudo tener validez. Pero insisto, faltó oportunidad, dado el contexto de la época. El P. Espinal pudo haber hecho esa misma obra, no en los años 70 ni 80, sino de los 90 en adelante, es decir, después de la Caída milagrosa del "muro de la Vergüenza" (y sin un tiro), por la Fe de Juan Pablo II y la Promesa de la Virgen de FáTIMA, a donde Juan Pablo peregrinó expresamente a decirle a la Virgen: "Gracias, Madre, porque has cumplido". (Y en Fátima hay un buen trozo del muro de Berlín).

Recto entendimiento de las cosas

Hoy ya puede explicarse bien así: Cristo, Redentor del mundo y de todas las ideologías que tan incalculable daño han causado a la humanidad, y la más terrible de todas, el comunismo, también ha sido vencido; prácticamente muerto y enterrado (excepto en algunos países que aún lo padecen): ese martillo ya inactivo, como los clavos de la Pasión, ya no clava a un muerto, pues Cristo está Resucitado, Cristo Vive; y la hoz (es decir, los enemigos de Cristo) yace bajo los pies de la Cruz de Cristo: como en tantas representaciones de la Historia del Arte que ha puesto a los enemigos de cada época bajo las plantas de la Cruz. Y el inhumano sistema comunista es un muerto más de los muertos de la historia que han pretendido suplantar a Dios. El Mal siempre será vencido por el Bien. Y Cristo, crucificado y muerto infinitas veces en media humanidad por la Cruz del sistema de la hoz y el martillo, hoy esas ideologías de muerte están muertas y enterradas por Cristo Muerto y Resucitado. Al ver ese Crucifijo, uno puede pensar en una más de las representaciones artísticas de la Vida y Pasión de Cristo. "Crux stat dum orbis volvitur ", decían ya nuestros Padres: Mientras el mundo da vueltas y vueltas cambiando de nombre a su ideología, la Cruz salvadora de Cristo permanece en pie y firme.

A modo de conclusión

Al obispo, Mons. Helder Cámara, en Brasil, lo llamaban los del poder y otros, "el obispo rojo"; y así a otros bien comprometidos con la verdadera causa del Evangelio y de vida ejemplar, los han llamado abiertamente "comunistas". Y el Ob. Mons. Casaldáliga, también en Brasil, gran misionero y gran obispo y gran poeta, (“la Libertad se compra con la sangre y la Vida nace de la muerte”), escribe preciosos poemas que se pudieron leer con sesgo comunista: "Con un callo por anillo, / monseñor cortaba arroz. / ¿Monseñor "martillo / y hoz"? / Me llamarán suversivo. / Y yo les diré: lo soy. / Por mi pueblo en lucha, vivo. / Con mi pueblo en marcha, voy. / Y así. Y no acabaríamos.

“Las ideologías encandilan mientras que la fe alumbra y guía la conciencia”, ha dicho el Papa. .Al final de su viaje, el Papa ofreció los obsequios recibidos a la Virgen de Copacabana, patrona de Bolivia con una oración.

Donato Jiménez Sanz OAR